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LITÚRGICA
Primero de la serie de ocho
Por: Iván Añorve Jaimes
Claro está, este nuevo elemento de la liturgia tardó sus años para que pudiera
arraigarse en nuestras comunidades, aun más, en muchas, todavía pareciera que el concilio
no ha pasado por ellas; y no es mi intención especificar culpables, mucho menos ridiculizar
a ninguna de nuestras parroquias o coros, sino más bien suscitar el interés en nuestras
comunidades por el canto litúrgico, así también proporcionar algunas herramientas que
ayuden a nuestros coros a prestar mejor su servicio, pues si bien es cierto, que al
promoverse el uso de la lengua vernácula se impulsó la participación del pueblo, esto trajo
consigo ciertas deformaciones en los cantos, momentos y tiempos litúrgicos lo cual en
muchas ocasiones lejos de introducirnos en el misterio que se celebra, provoca en nosotros
la dispersión.
Pocos hermanos que forman parte del coro en sus parroquia, capillas o movimientos
saben que a través de este servicio contribuyen también a la tarea evangelizadora de la
Iglesia, y obviamente te preguntarás, ¿Cómo está esto? Pues bien, para ello debemos tener
en claro el término pastoral, así como las dimensiones de la misma.
Como ves, el ministerio del canto no es una acción ajena a la tarea evangelizadora,
sino mas bien, forma parte importante de ella. Ahora bien, ¿De qué manera se puede
realizar mejor esta importante función? Para dar respuesta a esta interrogante, hay que
entender el coro dentro de la Pastoral Litúrgica.
Como hemos señalado, el servicio que se proporciona en los coros no es una tarea
alejada del deber que tenemos todos los bautizados de anunciar la salvación, pues mediante
este servicio, también se contribuye en la extensión del Reino de Dios, puesto que con la
participación del coro se ayuda a que tanto nosotros, como los demás hermanos que
participamos diario o semanalmente de la Santa Eucaristía profundicemos en nuestra fe y
tengamos una mejor vivencia de la misma, de ahí se sigue que todos los cantos que formen
parte del esquema o repertorio de cantos, esté acorde a lo que las normas litúrgicas de la
Iglesia nos indican, acorde a lo que se celebra y a lo que se vive en cada momento de la
Santa Misa. De tal manera que el canto, sea un conducto, que verdaderamente permita a las
almas un mayor encuentro con Jesús Eucaristía.
No hemos de negar que cuando asistimos a una Misa gustamos de escuchar al coro;
mayormente si éste canta bien y podemos caer en la tentación de ser simples receptores del
canto y con ello tomar una actitud apática dentro de la celebración. El ministerio del coro es
guiar el canto en la asamblea y nos ayudará más, si los cantos que entona son litúrgicos.
Por lo tanto, el canto y el ministerio del coro realizan una función importante, pero
para que esta participación sea más eficaz, se necesita estar preparados. Recordemos aquél
antiquísimo proverbio "El que bien canta ora dos veces”.