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[E]l numeral acusado [numeral 8 del artículo 22 del Decreto 1510 de 2013] solo se
ocupa de indicar o prescribir el contenido de los pliegos de condiciones en materia
de riesgos, y su texto no es contrario de la disposición superior invocada [numeral
11 del artículo 189 de la Constitución], sino complementario de lo que ella dispone.
De esta forma, las entidades públicas no están exentas del deber de incluir la
estimación, tipificación y asignación de los riesgos previsibles. Por ello, la norma
acusada debe interpretarse armónicamente con el artículo 4º de la Ley 1150 de
2007, el cual es de mayor jerarquía y de obligatorio cumplimiento por los
operadores jurídicos. Así, la Sala comprende que los riesgos a los que alude la
norma reglamentaria acusada (i) son aquellos de naturaleza previsible y que, a su
vez, (ii) deberán ser estimados, tipificados y asignados por parte de la entidad
pública, de acuerdo con lo señalado en el artículo 4º de la Ley 1150 de 2007.
[L]a norma demandada [numeral 8 del artículo 22 del Decreto 1510 de 2013] sí
incluyó un aspecto adicional a los planteados en el artículo 4º de la Ley 1150 de
2007, a saber, el de la “mitigación del riesgo”, elemento que también se encuentra
incluido en el documento CONPES 3714 de 2011 que el accionante adjuntó con la
presentación de la demanda. No obstante, este elemento adicional no contraría las
disposiciones del artículo 4º de la Ley 1150 de 2007, sino que las complementa
[…]. De esta manera, dicho aspecto no contradice el artículo 4º de la Ley 1150 de
2007, sino que desarrolla con mayor precisión la obligación de asignación del
riesgo, al establecer la obligación de prever en el pliego de condiciones las
medidas que deben tomarse para disminuir la posibilidad de la ocurrencia de un
riesgo y las medidas dirigidas a morigerar sus consecuencias o disminuir su
impacto y establecer a cuál de las partes le corresponde adoptarlas.
[T]anto las entidades públicas como los contratistas deben ajustar sus actuaciones
a las normas y principios que regulan los procesos de contratación, entre éstos los
de la Ley 80 de 1993 y la Ley 1150 de 2007. Por tal razón, la alegada inseguridad
jurídica que formula el demandante como cargo contra la norma demandada solo
sería sostenible si a ella se le atribuye el efecto de anular la necesidad de observar
dichas disposiciones superiores, el cual por supuesto no tiene.
CONSEJO DE ESTADO
SECCIÓN TERCERA
SUBSECCION B
CONSIDERANDO:
Que el Gobierno Nacional por medio del Decreto-ley número 4170 de 2011
creó la Agencia Nacional de Contratación Pública –Colombia Compra
Eficiente–, como ente rector de la contratación pública para desarrollar e
impulsar políticas públicas y herramientas orientadas a asegurar que el
sistema de compras y contratación pública obtenga resultados óptimos en
términos de la valoración del dinero público a través de un proceso
transparente.
(…)
DECRETA:
(…)
PUBLÍQUESE Y CÚMPLASE.
Dado en Bogotá D.C., a los 17 días del mes de julio del año 2013
JUAN MANUEL SANTOS CALDERÓN
I. ANTECEDENTES
A. LA DEMANDA
i. Primer Cargo
v. Quinto cargo
9.- En sustento de esta consideración, advirtió que en un aspecto tan litigioso como
el relacionado con los riesgos de la contratación, una reglamentación con las
deficiencias señaladas se traduciría en cuantiosos pleitos judiciales, por lo que
vaticinó el incremento de litigios en materia de contratación pública y “por esa vía,
se estaría incumpliendo el postulado de la prevención del daño antijurídico.”
11.- Mediante auto expedido por el Despacho el 21 de mayo de 2015 (Fl. 106), se
dispuso admitir la demanda por reunir los requisitos formales, y se ordenó la
notificación al Presidente de la República y al Departamento Nacional de
Planeación, al Ministerio Público y a la Agencia Nacional de Defensa Jurídica del
Estado.
15.- Mediante escrito del 31 de agosto de 2015 (Fl. 125), el Departamento Nacional
de Planeación, mediante apoderado, contestó la demanda en cuyo texto planteó
consideraciones impertinentes al presente proceso, pues se ocuparon de la defensa
del artículo 159 del Decreto 1510 de 2013, norma demandada en otro trámite ante
esta Corporación.
16.- Mediante escrito del 9 de agosto de 2019 (Fl. 251), el Ministerio Público solicitó
que se negaran las pretensiones de la demanda. Antes de señalar sus argumentos,
manifestó que la norma demandada estaba vigente, puesto que el artículo 22 del
Decreto 1510 de 2013 fue incorporado al Decreto Único Reglamentario 1082 de
2015.
II. CONSIDERACIONES
A. Jurisdicción y competencia
22.- De conformidad con el numeral 1º del artículo 149 del CPACA, esta
Corporación es competente para conocer y decidir la demanda de nulidad contra
el Decreto 1510 de 2013 (parcial), pues se trata de un acto administrativo
expedido por el Presidente de la República en ejercicio de la facultad
reglamentaria prevista en el numeral 11 del artículo 189 de la Constitución Política.
a) Cuestión previa:
26.- Tanto es ello así, que el artículo 2.2.1.1.2.1.3 del Decreto 1082 de 2015
reprodujo la norma acusada en su integridad:
28.- Con todo, la Sala no pasa por alto que el propio Decreto 1082 de 2015 en su
artículo 3.1.1 dispuso la derogatoria de todas las disposiciones de naturaleza
reglamentaria relativas al sector de planeación nacional que versan sobre las
mismas materias de las que se ocupó el mencionado decreto tras invocar el
artículo 3 de la Ley 153 de 1887.
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Ver Sentencia del 11 de abril de 2019, Subsección A de la Sección Tercera (52.055), Consejera
Ponente Adriana Marín.
“Que por cuanto este decreto constituye un ejercicio de compilación de
reglamentaciones preexistentes, los considerandos de los decretos
fuente se entienden incorporados a su texto, aunque no se transcriban,
para lo cual en cada artículo se indica el origen del mismo.”
33.- Así, pues, aunque el acto aludió a un fenómeno derogatorio, lo hizo con el
único propósito de que la referencia a la norma se hiciera en adelante con la
mención al decreto compilatorio, cuya expedición estuvo motivada en la necesidad
de racionalizar y simplificar el ordenamiento jurídico y no en la de expulsar del
ordenamiento las normas pertinentes del sector.
35.- En este capítulo, la Sala se pronunciará sobre cada uno de los cargos de la
demanda. En primer lugar, analizará conjuntamente los cargos primero y segundo,
por estar relacionados y, posteriormente, responderá a cada uno de los demás.
37.- La Sala desestima los argumentos del demandante por las siguientes razones:
i) En primer lugar, del texto del numeral 8º del artículo 22 del Decreto no se
desprende la trasgresión de la norma a la que alude el demandante, pues
contrario a lo que sugiere su argumento, la norma acusada es de
naturaleza prescriptiva y no exceptiva. Dicho de otro modo, el numeral
acusado solo se ocupa de indicar o prescribir el contenido de los pliegos de
condiciones en materia de riesgos, y su texto no es contrario de la
disposición superior invocada, sino complementario de lo que ella dispone.
De esta forma, las entidades públicas no están exentas del deber de incluir
la estimación, tipificación y asignación de los riesgos previsibles.
Por ello, la norma acusada debe interpretarse armónicamente con el
artículo 4º de la Ley 1150 de 2007, el cual es de mayor jerarquía y de
obligatorio cumplimiento por los operadores jurídicos.
Así, la Sala comprende que los riesgos a los que alude la norma
reglamentaria acusada (i) son aquellos de naturaleza previsible y que, a
su vez, (ii) deberán ser estimados, tipificados y asignados por parte de
la entidad pública, de acuerdo con lo señalado en el artículo 4º de la Ley
1150 de 2007.
ii) Ahora bien, como segundo argumento, el accionante plantea que la norma
demandada permite a las entidades públicas asignar todo tipo de riesgos
asociados al contrato, incluso los riesgos imprevisibles. La Sala tampoco
comparte esta interpretación de la norma. En efecto, como lo explicaron la
Presidencia de la República y la Agencia Nacional de Contratación Pública
– Colombia Compra Eficiente, sólo los riesgos previsibles pueden ser
asignados en un contrato, tal como lo señala expresamente el artículo 4º de
la Ley 1150 de 2007, y es en este sentido en que debe interpretarse la
norma demandada.
Tercer cargo
38.- El demandante afirma que la norma acusada viola el numeral 4º del artículo 30
de la Ley 80 de 1993, que dispone la celebración de una audiencia para determinar
el contenido y alcance de los pliegos de condiciones, y en la que se revisa la
asignación de riesgos previsibles contenidos en el artículo 4º de la Ley 1150 de
2007.
39.- No obstante, la Sala no evidencia ninguna razón para afirmar que la audiencia
del artículo 30 de la Ley 80 de 1993 no deba o no pueda realizarse, por lo que
considera que el demandante efectúa un reproche, no sobre el texto acusado, sino
sobre una lectura subjetiva de sus alcances. En efecto, el numeral 8º del Decreto
1015 de 2013 únicamente tiene como finalidad desarrollar los requisitos del artículo
4º de la Ley 1150 de 2007. Por tal razón, desestima el tercer cargo.
Cuarto cargo
Quinto cargo
43.- No obstante, la Sala no acoge el argumento del accionante, toda vez que,
como se explicó, la norma atacada únicamente tiene como objetivo desarrollar el
artículo 4º de la Ley 1150 de 2007. En este sentido, la probabilidad de litigios es
una afirmación del accionante que no se desprende del texto acusado que, como se
ha dicho, solo se limita a hacer un desarrollo de la norma superior.
44.- Ahora bien, la acción de nulidad no es el escenario para hacer una corrección
sobre la calidad del desarrollo reglamentario o para discutir si ha podido hacerse de
manera más o menos detallada, cuidadosa, o útil, o si en su realización se ha tenido
en cuenta que la claridad y precisión de las reglas es esencial para facilitar la
actividad de las entidades públicas y los particulares sometidos a ellas. El proceso,
en cambio, se limita a establecer si existen motivos para determinar la existencia de
un vicio de legalidad de la norma acusada; a esta labor se circunscribe la
competencia de la jurisdicción contencioso administrativa y, en ese contexto
específico, el demandante no ha traído los argumentos necesarios para
acreditarlos.
RESUELVE: