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Antecedentes Históricos

El antecedente más remoto de violación a los derechos humanos, se consagra en la


Biblia, con la esclavitud impuesta por los egipcios hacia los israelitas.De forma
paralela a esto se consagraron los diez mandamientos de Moisés, que no fueron un
código legislativo, sino de carácter moral, transmitido de generación en
generación. Lejos de estas aseveraciones proféticas y ala luz de la razón de la
Historia, los primeros derechos fueron consagrados en varios ordenamientos
legales, y en muchos casos gracias a grandes acontecimientos políticos. Estos
antecedentes son:

El Código de Hammurabi, dictado por el rey Hammurabi de Babilonia, en el


siglo XV a.C.
El Código de Hammurabi, es una compilación de leyes y edictos auspiciada por
Hammurabi, rey de Babilonia, que constituye el primer código conocido de la
historia. Una copia del mismo, esculpida en un bloque de piedra negra de dos
metros de alto, fue encontrada por un equipo de arqueólogos franceses en Susa
(Irán) en el invierno de 1901-1902. El bloque, roto en tres pedazos, ha sido
restaurado y se encuentra hoy en el Museo del Louvre de París. El origen divino
del Derecho escrito se representa en la piedra por un bajo relieve en el que el rey
aparece recibiendo el código del dios Sol, Shamash (o Samas), divinidad asociada
en la tradición local con la idea de justicia. El Código está compuesto por
columnas horizontales en escritura cuneiforme: 16 columnas en el anverso y 28 en
el reverso. El texto comienza con un prólogo que explica los cultos religiosos de
Babilonia y Asiria. Más que un código en el estricto sentido, parece que los 28
parágrafos de que consta el Código de Hammurabi componen una serie de
enmiendas al Derecho común de Babilonia. Comienza con una guía de
procedimientos legales, imposición de penas por acusaciones injustificadas, falso
testimonio y errores judiciales. A continuación se recogen disposiciones sobre el
derecho de propiedad, préstamos, depósitos, deudas, propiedad doméstica y
derechos familiares. Los Artículos sobre daños personales indican que ya en
aquellos tiempos existían penas por práctica médica incorrecta, así como por daños
causados por negligencia en actividades diversas. Asimismo, en el código se fijan
los precios de diferentes tipos de servicios en no pocas ramas del comercio. El
Código de Hammurabi no contiene normas jurídicas acerca de temas religiosos.
Las bases del Derecho penal derivan del principio, común entre los pueblos
semitas, del "ojo por ojo". La protección del Código se ofrece a todas las clases
sociales babilónicas: el Derecho protege a débiles y menesterosos, mujeres, niños o
esclavos contra la injusticia de ricos y poderosos. Sorprende la consideración que
recibe el individuo en el Código, teniendo en cuenta la época en que fue
promulgado, y constituye un documento excepcional para conocer cómo era la
justicia en tiempos de Hammurabi. Finaliza con un epílogo que glorifica la ingente
labor realizada por Hammurabi para conseguir la paz, con una explícita referencia
a que el monarca fue llamado por los dioses para que "la causa de la justicia
prevalezca en el mundo, para destruir al malvado y al perverso". Describe además
las leyes como medio para que "la tierra disfrute de un gobierno estable y buenas
reglas", que se dicen escritas en un pilar para que "el fuerte no pueda oprimir al
débil, y la justicia acompañe a la viuda y al huérfano". Hammurabi aconseja al
oprimido con estas enérgicas y sonoras palabras: "que el oprimido que tenga una
causa verdadera venga a presencia de mi estatua, a mí como rey de la justicia, y
que lea en voz alta la inscripción y escuche mis preciosas palabras para que le
lleven claridad y entendimiento a su causa, para que su corazón encuentre alivio". 
La ley de las doce tablas de Roma, escritas en el 451 al 450 a.C.

 La Ley de las Doce Tablas, es el más antiguo código de Derecho romano. Fue
redactado entre los años 451 y 450 a.C., y tomó como fuente el Derecho oral
existente en aquel momento. Sus autores fueron 10 magistrados denominados
decenviros, y se inscribió sobre tablas de bronce o madera que fueron colocadas en
el principal foro romano. Parece ser que la Ley de las Doce Tablas fue establecida
para aplacar las reclamaciones de los plebeyos, que mantenían que sus libertades
no se encontraban protegidas de forma conveniente por el Derecho escrito, al
menos tal y como lo aplicaban los jueces patricios. En una primera versión
original, se confeccionaron diez tablas, a las que se añadieron dos más al año
siguiente. Unas y otras fueron destruidas durante el saqueo de Roma por los galos
en el 390, pero la literatura latina posterior ha permitido que conozcamos algunas
de esas leyes. Las Doce Tablas abarcaban las diferentes disciplinas del Derecho,
con inclusión de los castigos previstos para algunas infracciones. Esta ley sufrió
numerosas reformas, pero llegó a tener una vigencia de cerca de 1000 años.

La Carta Magna del Rey Juan Sin Tierra, en Inglaterra, el 15 de junio de


1215, presionado por la burguesía y el clero inglés.

La Carta Magna, es la cédula que el rey Juan Sin Tierra de Inglaterra otorgó a los
nobles ingleses el 15 de junio de 1215. Está considerada, de una forma exagerada e
inexacta, como la base de las libertades constitucionales en Inglaterra. Los fracasos
militares de Juan en Francia, los elevados impuestos y el abuso que hizo de sus
privilegios reales y feudales provocaron la rebelión de la nobleza. Algunas de sus
reclamaciones eran de índole personal, pero otras se basaban en el deseo de
protegerse de los abusos de la autoridad del rey. En el año 1215, tras una
considerable discusión, un grupo de nobles redactó un documento que enviaron al
monarca para que lo sancionara con el sello real. Cuando Juan rehusó hacerlo, los
nobles se negaron a mantener su fidelidad, marcharon a Londres y tomaron la
ciudad. El Rey, comprendiendo que debía llegar a un acuerdo, se reunió el 15 de
junio con los nobles en Runnymede, localidad próxima a Windsor, donde selló y
promulgó la Carta.

El Acta de Hábeas Corpus, en Inglaterra en 1679

El Hábeas corpus, es un procedimiento destinado a la protección del derecho a la


libertad personal, por el que se trata de impedir que la autoridad o alguno de sus
agentes pueda prolongar de forma arbitraria la detención o la prisión de un
ciudadano. A través del hábeas corpus, una persona privada de libertad puede
obtener su inmediata puesta a disposición de la autoridad judicial competente, que
resolverá acerca de la legalidad o no de la detención. El hábeas corpus tiene origen
anglosajón y se caracteriza por ser un procedimiento sumario y rápido que debe
finalizar en un periodo breve de tiempo. Es también un proceso sencillo y carente
de formalismos que no precisa la presencia de abogado ni de procurador. El hábeas
corpus procede no sólo en los casos en que, en principio, se ha producido una
detención ilegal, sino también en aquellos otros en los que la detención ha sido
conforme a la ley. Dado que el procedimiento de hábeas corpus tiende a la
protección de un derecho fundamental como es el derecho a la libertad personal,
las legislaciones permiten que pueda instarlo no sólo la persona privada de libertad,
sino también su cónyuge, ascendientes, descendientes y hermanos e incluso puede
iniciarse de oficio por la autoridad judicial competente. Si concurren los requisitos
para su tramitación, el juez inicia el procedimiento ordenando a la policía que lleve
a su presencia a la persona detenida. La autoridad judicial, una vez que ha
escuchado al detenido y a las personas implicadas en el arresto, decide acerca de la
legalidad o no de la misma, y decreta, en caso de apreciar irregularidades, el rápido
enjuiciamiento del detenido (si es que la detención ha devenido ilegal por haber
transcurrido el plazo establecido por la ley), o bien su libertad.
La declaración de Derechos; en Inglaterra en 1689

En 1689 el rey Guillermo III de Orange y la reina María II Estuardo establecieron


la Declaración de Derechos inglesa, que fue un importante documento respecto a la
libertad de los súbditos. Uno de sus principios afirma la supremacía del Parlamento
sobre la monarquía.

La declaración de Virginia de las trece colonias norteamericanas; en 1774.

La declaración de independencia de los Estados Unidos el 4 de julio de 1776.

La Declaración de Independencia estadounidense, en la historia de Estados Unidos,


documento que proclamó la independencia de las trece colonias británicas de
América del Norte y que fue adoptado por el Congreso Continental el 4 de julio de
1776. La declaración expresaba las penalidades sufridas por las colonias bajo el
gobierno de la Corona británica y las declaraba estados libres e independientes. La
proclamación de la independencia supuso la culminación de un proceso político
que había comenzado como protesta contra las restricciones impuestas por la
metrópoli al comercio colonial, las manufacturas y la autonomía política, y que
evolucionó hasta convertirse en una lucha revolucionaria que acabó en la creación
de una nueva nación. La filosofía política enunciada en la Declaración tuvo una
influencia constante durante muchos años en los procesos políticos de Europa y
América. Sirvió como fuente de autoridad para la Ley de Derechos de la
Constitución de Estados Unidos. Su influencia se manifiesta en la Declaración de
los Derechos del hombre y del ciudadano, adoptada por la Asamblea Nacional de
Francia en 1789 durante la Revolución Francesa. En el siglo XIX, diversas
personalidades y grupos políticos de Europa y Latinoamérica que luchaban por la
libertad de sus pueblos incorporaron en sus manifiestos los principios formulados
en la Declaración de Independencia. Fue aprobada por el voto unánime de los
delegados de doce colonias; los representantes de Nueva York no votaron porque
no estaban autorizados. No obstante, el 9 de julio el Congreso Provincial de Nueva
York concedió su apoyo. El 2 de agosto fue firmado por los 53 miembros presentes
en el acto; los tres ausentes firmaron después. El documento defiende el derecho a
la insurrección de los pueblos sometidos a gobiernos tiránicos en defensa de sus
inherentes derechos a la vida, la libertad, la búsqueda de la felicidad y la igualdad
política.Actualmente el pergamino se conserva, junto con otros documentos
históricos, en la Sala de Exposiciones del Archivo Nacional de Washington,
sellado en una urna de cristal y bronce para su protección.

La revolución francesa el 14 de julio de 1789, bajo los principios de Libertad,


Igualdad y fraternidad

La Revolución Francesa, fue el proceso social y político acaecido en Francia entre


1789 y 1799, cuyas principales consecuencias fueron el derrocamiento de Luis
XVI, perteneciente a la Casa real de los Borbones, la abolición de la monarquía en
Francia y la proclamación de la I República, con lo que se pudo poner fin al
Antiguo Régimen en este país. Aunque las causas que generaron la Revolución
fueron diversas y complejas, éstas son algunas de las más influyentes: la
incapacidad de las clases gobernantes —nobleza, clero y burguesía— para hacer
frente a los problemas de Estado, la indecisión de la monarquía, los excesivos
impuestos que recaían sobre el campesinado, el empobrecimiento de los
trabajadores, la agitación intelectual alentada por el Siglo de las Luces y el ejemplo
de la guerra de la Independencia estadounidense. Las teorías actuales tienden a
minimizar la relevancia de la lucha de clases y a poner de relieve los factores
políticos, culturales e ideológicos que intervinieron en el origen y desarrollo de
este acontecimiento.

La Declaración de los Derechos y Deberes del Hombre y del Ciudadano, el 26


de agosto de 1789
La Declaración de los Derechos del hombre y del ciudadano, es la declaración
general de derechos elaborada por la Asamblea Nacional Constituyente en agosto
de 1789, en los primeros momentos de la Revolución Francesa, para proporcionar
un marco previo a la redacción de una Constitución. La Asamblea Nacional
nombró una comisión encargada de elaborar un proyecto constitucional el 6 de
julio. Este grupo entregó un informe tres días después en el que recomendaba que
la nueva Constitución incluyera como preámbulo una exposición general de los
principios universales que se pretendían consagrar en la misma. El marqués de La
Fayette, que contó con la colaboración de Thomas Jefferson (autor de la
Declaración de Independencia estadounidense y embajador en París en aquel
tiempo), presentó un borrador el 11 de julio que fue criticado inmediatamente por
los reformistas moderados, quienes consideraban que la naturaleza abstracta de sus
principios provocaría la abolición de la monarquía y el caos social, temor que se
extendió durante las siguientes semanas cuando la intranquilidad del pueblo generó
una incontrolable espiral de violencia. Aunque estos principios fundamentales
constituyeron la base del liberalismo político del siglo XIX, no fueron aplicados en
la Francia revolucionaria: el monarca no aceptó que sus anteriores súbditos fueran
ahora soberanos, y la Asamblea Legislativa aceptó el veto regio. Al cabo de tres
años, se abolió la monarquía y se proclamó la República. Otras dos declaraciones
de los derechos del hombre y del ciudadano fueron aprobadas posteriormente
durante el transcurso de la Revolución Francesa. La Declaración de 1793 tuvo un
carácter más democrático (defendía el derecho a la sublevación frente a la tiranía y
prohibía la esclavitud) y precedió a la Constitución de 1793. La Declaración de
1795, más próxima a la de 1789, supuso el preámbulo de la Constitución del año
III.La Declaración tuvo gran repercusión en España y en sus colonias americanas,
y fue uno de los elementos fundamentales que estimularon la implantación de
nuevas ideas. 

La declaración americana de los derechos y deberes del hombre

La Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la cámara de la ONU, el


10 de diciembre de 1948.
La Declaración Universal de Derechos Humanos, es una resolución adoptada por
unanimidad en diciembre de 1948 por la Asamblea General de la Organización de
las Naciones Unidas (ONU). El objetivo de esta declaración, compuesta por 30
Artículos, es promover y potenciar el respeto por los derechos humanos y las
libertades fundamentales. Dicha declaración proclama los derechos personales,
civiles, políticos, económicos, sociales y culturales del hombre, los cuales sólo se
ven limitados por el reconocimiento de los derechos y libertades de los demás, así
como por los requisitos de moralidad, orden público y bienestar general. Entre los
derechos citados por la Declaración se encuentran el derecho a la vida, a la
libertad, a la seguridad personal; a no ser víctima de una detención arbitraria; a un
proceso judicial justo; a la presunción de inocencia hasta que no se demuestre lo
contrario; a la no invasión de la vida privada y de la correspondencia personal; a la
libertad de movimiento y residencia; al asilo político; a la nacionalidad; a la
propiedad; a la libertad de pensamiento, de conciencia, de religión, de opinión y de
expresión; a asociarse, a formar una asamblea pacífica y a la participación en el
gobierno; a la seguridad social, al trabajo, al descanso y a un nivel de vida
adecuado para la salud y el bienestar; a la educación y la participación en la vida
social de su comunidad. La Declaración fue concebida como parte primera de un
proyecto de ley internacional sobre los derechos del hombre. La Comisión de los
Derechos Humanos de la ONU dirigió sus esfuerzos hacia la incorporación de los
principios más fundamentales de la Declaración en varios acuerdos
internacionales. En 1955 la Asamblea General autorizó dos pactos de Derechos
Humanos, uno relativo a los derechos civiles y políticos y el otro a los derechos
económicos, sociales y culturales. Ambos pactos entraron en vigor en enero de
1966, tras una larga lucha para lograr que fueran ratificados.

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