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TERCER DOMINGO DURANTE EL AÑO – 23 de Enero de 2011.

“TIEMPO DE CAMBIO”

Palabras clave:
"CAMBIO – REINO"
OBJETIVO:
“Reconocer la necesidad de lograr un cambio en nuestro seguimiento a Cristo;
para que, con nuestro servicio, manifestemos que el Reino de Dios está aquí”.
Preparar:
Biblia – velita – Cruz – tarjetas con citas bíblicas (ver en CONTEMPLACIÓN).

ENTRADA
• Saludo a los participantes
• Canto:
• Invocar la luz y la fuerza del Espíritu Santo:

ORACIÓN DE INICIO DE LAS REUNIONES DE LAS


COMUNIDADES BÍBLICAS PARROQUIALES

Señor Jesús, hoy estamos aquí reunidos en tu nombre


para escuchar tu Palabra de vida
en nuestra realidad de todos los días
y en la realidad del Libro Santo: La Biblia.
Ayúdanos a encontrar la verdad en ti, la Imagen del Padre Eterno;
ayúdanos a verte en la vida diaria y en las Palabras Sagradas.
Queremos meditar lo que nos enseñas hoy,
queremos que te hagas carne en nosotros,
así como te hiciste hombre en María.
Danos la alegría de que resuene en nosotros
el eco de tu voz pura que anuncia la salvación,
que trae liberación a nuestro pueblo marginado y pecador;
que rumiemos con ganas lo que hoy recibimos como alimento
celestial,
que sepamos encontrarle el sabor a lo que nos dices,
que nos deje un gusto dulce tu palabra querendona.
Señor, tú que todo lo puedes:
Convierte nuestros silencios en oración al Padre.
Enséñanos a rezar, a pedir lo que necesitamos,
danos la gracia de elevar nuestras vidas a ti
como la mejor oración que podemos hacerte.
Señor, que contemplemos tu Palabra en nuestra vida,
que dejemos actuar en nosotros tu Palabra de Vida Eterna,
que seamos como fuiste tú: Manso y humilde de corazón;
que lo que aprendemos hoy lo vivamos para siempre así,
como tú vivías lo que te enseñaba el Padre Dios.
Que la fuerza de tu Espíritu Santo nos aliente,
nos dé valor, llene de esperanza nuestras vidas,
para que, como verdaderos creyentes, caminemos siempre
por el camino de tu Palabra de Vida Eterna..
Amén.

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LECTURA

MIREMOS JUNTOS NUESTRA REALIDAD


Animador(a):
Leamos atentamente el relato “El camino nuevo”
1. ¿Qué cambio presenció el niño del relato?
2. ¿Era necesario ese cambio? ¿Por qué?
3. El camino era el mismo pero había mejorado. Nosotros: ¿Qué
tenemos que mejorar en las cosas buenas que ya hacemos? (La intención,
el amor con el que las hacemos, dejar de hacerlas rutinariamente, etc.)
4. ¿Qué cosas en mi vida me resisto a cambiar? (Actitudes, el trato hacia
los demás, vicios, etc.)

ESCUCHEMOS JUNTOS LA PALABRA DE DIOS


Introducción:
Jesús viene a hablarnos de lo mismo: Que Dios es amor (1Jn 4,8), pero lo hace de
un modo nuevo para que nosotros nos volvamos a vincular con el mismo Dios que
de manera renovada nos ofrece su amor. Más de lo mismo, pero de modo
diferente y mejor.
Abrimos nuestros corazones a la Palabra de Dios, cantando un himno de alabanza...
Lector(a): Lectura del santo Evangelio según san Mateo 4, 12-23.
Hacemos un rato de silencio, para que la Palabra de Dios pueda anidar en nuestros
corazones...

MEDITACIÓN

Animador(a):
Vamos a descubrir juntos lo que Dios nos quiere decir en este relato:
1. ¿Qué comenzó a proclamar Jesús? ¿Qué significa esto?
2. ¿A quiénes llama Jesús? ¿Cuál era su oficio o tarea?
3. Desde que siguen a Jesús, su oficio o tarea: ¿es el mismo o mejoró? ¿Por
qué?
4. En ambos casos, dice la Palabra, los nuevos discípulos respondieron
inmediatamente: ¿Qué quiere decir inmediatamente? ¿Nosotros
respondemos así? ¿Qué nos hace demorar para responder al llamado de
Jesús?
5. Jesús nos acerca el Reino de los Cielos enseñando en las sinagogas,
proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y
dolencias de la gente. Nosotros: ¿Hacemos lo mismo?
6. ¿Qué tenemos que mejorar en nuestro seguimiento a Cristo?

UN ESFUERCITO MÁS, en la comprensión de la Palabra:

“Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca”


Cuando la Biblia nos habla de conversión, nos está hablando muy en serio. La conversión es un
cambio radical e inmediato de la forma de vida que llevábamos hasta el momento en que fuimos
llamados a convertirnos. La razón que da Jesús para convertirse es que el Reino de los Cielos
está cerca. No pensemos en una cercanía “física” porque, viéndolo desde un punto de vista, el
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Reino de los Cielos, desde que empieza a predicar Jesús, siempre estuvo cerca (lo podemos ver
en la respuesta que Jesús da en Mt 11, 1-6 a Juan el Bautista. Aquí Jesús muestra que el Reino de
los Cielos ya ha llegado porque “los ciegos ven y los paralíticos caminan; los leprosos son
purificados y los sordos oyen; los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada a los
pobres”); pero si lo vemos desde otra perspectiva, el Reino de los Cielos todavía no ha llegado
ya que “en cuanto a ese día y a esa hora, nadie los conoce, ni los ángeles del Cielo, ni el Hijo,
sino sólo el Padre” (Mt 24, 36). En suma, es ya sí, pero todavía no. Hay una saludable tensión de
espera y de seguridad en que el Reino todavía no ha llegado pero ya lo tenemos en nosotros.
Esta conversión que Jesús pide nunca debe ser exterior, formal, de “estrategias”, buscando un
cambio en las conductas pero no en las actitudes. Nuestra conversión debe apuntar al corazón.
Para cambiar las conductas, lo exterior, hay que cambiar lo interior. Es adentro donde debemos
mirar con qué “intención” hacemos las cosas. Sólo así el Reino de los Cielos está cerca porque,
entendámoslo bien, no nos engañemos, nunca estaremos convertidos plenamente, eso es lo
hermoso de la vida cristiana, aunque la gracia actúe muchísimo en nosotros, siempre nos faltará
un poco más. Se trata de convertirse continuamente para que, al final del camino, la gracia nos
glorifique junto al Padre.
“Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”
Además del llamado a la conversión, que es un llamado universal, es decir, para todos los seres
humanos, también hoy se nos propone un llamado especial, para todo cristiano, para todo
bautizado, para todo aquel que quiera seguir a Jesús y ser como Él.
La vocación de “pescadores de hombres” no está solamente destinada a aquellos que se
consagran a la “vida religiosa” (religiosas/os de congregaciones, sacerdotes, laicos consagrados,
etc.), sino que está abierta, en general a todos aquellos que hacen de su vida una “misión”. Ser
pescadores de hombres es ser misioneros, evangelizadores, proclamadotes de la Buena Nueva.
No sólo se hace esto predicando la Palabra, o enseñándola, sino también a través de la prédica
menos notable, pero no menos eficiente, de nuestras actitudes vitales frente al Evangelio y al
mundo. Se puede ser un excelente “pescador de hombres” con sólo vivir auténticamente el
Evangelio. Lc 5, 26 nos cuenta cómo la gente se llenaba de asombro y glorificaba a Dios
diciendo “hoy hemos visto cosas maravillosas” y también en Lc 19, 1-10, Zaqueo se convierte
con la sola presencia de Jesús en su casa, no hizo falta que mediara palabra entre el Señor y él.
Por último, también en Lc 21, 1-4 nos muestra como esa viuda humilde es un ejemplo viviente
de lo que significa ser un verdadero creyente, su actitud religiosa impactó tanto en Jesús que Él
la pone como modelo de creyente. Sin palabras, fue una verdadera “pescadora de hombres”.
La Palabra nos dice que estos “pescadores de hombres” inmediatamente siguieron al Señor. Eso
nos mueve a ver que la llamada impulsa una respuesta inmediata de servicio. Aquí no hay
dilaciones, demoras, estorbos, retrasos, ni aplazamientos. Se trata de responder “de primera”, o
como dicen los jóvenes ahora, “de una”. Esto es lógico porque cuando algo nos llega
profundamente al corazón, éste es impactado con tanta fuerza, con tanto poder que no le queda
otra cosa que hacer que dejar toda ocupación anterior y seguir la suave insistencia de eso que lo
impactó. Aquí la atención y la atracción se unen, es el mismo corazón el que desea seguir porque
tiende con tanta fuerza a quien lo llama, que esa atracción vuelve docilidad pura al corazón
enamorado.
El llamado a la conversión es un llamado de amor de alguien, que como dice Jer 31, 3: “Yo te
amé con amor eterno, por eso te atraje con fidelidad”. Al invitarnos a la conversión, y por
hacernos pescadores de hombres, el Señor nos dice lo que el Ct 2, 10: “Levántate, amada mía, y
ven, hermosa mía”. Es una llamada de amor imposible de desoír, Jer 20, 7 lo asegura en medio
del dolor: “¡Tú me has seducido, Señor, y yo me dejé seducir!”.
Por eso, como Simón Pedro, Andrés, Santiago y Juan, nosotros también “convertidos de
corazón”, inmediatamente dejemos la barca y lo sigamos.

3
ORACIÓN

Animador(a):
Elevemos nuestras oraciones comunitarias al Padre (respondemos según la
intención: Te pedimos, Señor o te damos gracias, Señor. También se pueden
hacer oraciones de Alabanza).
Decimos juntos las Palabras que Jesús nos enseñó: PADRE NUESTRO.

CONTEMPLACIÓN

Gesto:
“Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca”, así comienza la
predicación de Jesús y hoy esta Palabra hace eco en nuestro corazón. Como
gesto, cada uno va tomar una de estas tarjetas que indican cualidades del
Camino que Dios nos pide seguir y a proponer qué puede hacer para andar los
caminos del Señor.

¡Qué abismo de Me enseñarás el


riqueza es la sendero de la vida,
A sus ángeles ha
sabiduría y ciencia me saciarás de
dado órdenes para
de Dios! ¡Qué gozo en tu
que te guarden en
insondables sus presencia, de
tus caminos.
juicios y qué alegría perpetua a
Sal 90, 11
irrastreables sus tu derecha.
caminos! Sal 15, 11
Rom 11, 32

El Señor tu Dios te ha
Nos visitará el Sol educado, como un
que nace de lo padre educa a su hijo;
El Señor cuida el
alto…para guiar para que guardes los
camino de los
nuestros pasos por preceptos del Señor
justos.
el camino de la paz. tu Dios, sigas sus
Sal 1, 6
Lc 1, 78-79 caminos y los temas
Dt 8, 5b- 6

4
Como el cielo se
alza por encima de
la tierra, así
sobrepasan mis
Dios mío, tus
caminos y mis ¡Ojalá me Practica la
caminos son
pensamientos a escuchase mi justicia, ama la
santos: ¿qué Dios
los caminos y a los pueblo y caminase misericordia,
es grande como
pensamientos de Israel por mis camina
nuestro Dios?
ustedes. caminos! humildemente
Sal 76, 14
Is 55, 9 Sal 80, 14 con tu Dios.
Mi 6, 8

Finalizamos cantando:

EL CAMINO NUEVO
El niño vivía en una casa próxima a la carretera. Algunos árboles anunciaban la
presencia de su vivienda un tanto escondida.
Primero con timidez, luego con seguridad, después con audacia, se fue
acercando al camino.
Veía el traqueteo de las máquinas y los hombres… un día…, otro…, muchos.
Sentía temblar los cerros con las explosiones: "Dinamita", eso le dijeron cuando
preguntó.
Contemplaba pasar las pesadas y extrañas maquinarias. Eran gigantes: una
recogía la tierra en grandes cantidades; otra aplastaba el terreno con enormes púas en
un rodillo…pasaba una y otra vez. Regaban. Preparaban una pasta caliente, olorosa y
negra: "Es para hacer el asfalto", le dijeron.
- ¿Por qué rompieron el camino?
- Para hacer otro mejor.
- ¿Por qué colocan esos caños grandes?
- Para hacer que el agua circule sin dificultad.
- ¿Por qué ponen tierra en los costados?
- Para que puedan parar los autos si tienen necesidad.
- ¿Por qué hacen otro camino?
- Para que lleguen todos más rápido y con menos peligro a la ciudad.
Su casa seguía ahí.
El camino también, pero estaba nuevo y tenía señales y carteles que indicaban
cómo circular por él.
Pasaban los autos, colectivos y camiones de un lado para otro con gran
velocidad.
Algún día, él también seguiría ese camino.

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