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Secretario:

Expediente:

Escrito: 01

Sumilla: Demanda de
Acción Popular

AL SEÑOR JUEZ DEL JUZGADO ESPECIALIZADO EN LO CONSTITUCIONAL DE LA


CORTE SUPERIOR DE LIMA

MIGUEL ENRIQUE MORACHIMO RODRÍGUEZ (en adelante, el "Demandante"), con


Documento Nacional de Identidad No. […], y domicilio en […] , provincia y departamento
de Lima, señalando domicilio procesal para estos efectos en Av. Benavides 1180, Piso 6,
Miraflores, Lima, y con Casilla Electrónica del Poder Judicial No. 55993, a Usted
atentamente digo:

1. DEL DEMANDADO Y SU DIRECCIÓN

El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos debidamente representado por el señor


Ministro, Salvador Heresi Chicoma, y por el Procurador Público competente, Erick
Samuel Villaverde Sotelo, a quienes se les deberá de notificar en Scipión Llona 350,
Miraflores, Lima 18.

2. PETITORIO

Interpongo Demanda de Acción Popular contra el primer párrafo de la Primera


Disposición Complementaria Modificatoria del Decreto Supremo N° 019-2017-JUS,
publicado el 15 de setiembre de 2017, que modifica el Reglamento de la Ley de
Transparencia y Acceso a la Información Pública, Decreto Supremo N° 072-2003-PCM.
para que se declare su inconstitucionalidad, dejando sin efecto dicho párrafo y se
derogue, así como todos los documentos y normas conexas que se sustenten en dicha
disposición.

-9-
3. DERECHOS AFECTADOS

Derecho de Acceso a la Información Pública, reconocido en el Artículo 2, inciso 5 de la


Constitución Política del Perú, que lo define como el derecho de cualquier persona a:
“(...) solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a recibirla de
cualquier entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido.”

4. FUNDAMENTOS DE HECHO

4.1. El 6 de octubre de 2016, mediante la Ley N° 30506, “Ley que delega en el


Poder Ejecutivo la Facultad de legislar en materia de reactivación
económica y formalización, seguridad ciudadana, lucha contra la corrupción, agua
y saneamiento y reorganización de Petroperú S.A.,” el Congreso de la República
delegó en el Poder Ejecutivo la facultad de legislar en materia de lucha contra la
corrupción, por el término de noventa (90) días calendario. En dicho dispositivo
legal estableció en su artículo 2, inciso 3, literal a) y b) que el Poder Ejecutivo estaba
facultado para legislar en materia de lucha contra la corrupción a fin de crear la
Autoridad Nacional de Transparencia y Acceso a la Información Pública, así como
aprobar medidas orientadas a la lucha contra la corrupción proveniente de
cualquier persona, incluyendo medidas para facilitar la participación de los
ciudadanos mediante mecanismos que permitan la oportuna y eficaz recepción de
denuncias sobre actos de corrupción.

4.2. En el marco de dicha delegación de facultades, el 6 de enero de 2017 se publicó en


el diario El Peruano, el Decreto Legislativo N° 1353, “Decreto Legislativo que crea la
Autoridad Nacional de Transparencia y Acceso a la Información Pública, fortalece el
Régimen de Protección de Datos Personales y la regulación de la gestión de
intereses” (en adelante “Decreto Legislativo N° 1353”). Asimismo, dentro de las
disposiciones complementarias finales de esta norma se ordena la aprobación de su
Reglamento en un plazo máximo de noventa (90) días.

4.3. En correspondencia, el 14 de setiembre de 2017 se publicó en el Diario Oficial El


Peruano el Decreto Supremo N° 019-2017-JUS, (en adelante “Reglamento del
Decreto Legislativo N° 1353”), dentro del cual no solo se desarrolló la aplicación de
de esta ley sino que se modificaron otras normas y procedimientos contemplados
en la Ley N° 27806, “Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública” y
su Reglamento (en adelante “Ley de Transparencia” y “Reglamento de la Ley
de Transparencia” respectivamente).

4.4. Dentro de las modificaciones realizadas se encuentra una ubicada en el primer


párrafo de la sección de Disposiciones Complementarias Modificatorias, que
modifica el Artículo 16-A “Denegatoria de acceso y procesamiento de datos
preexistentes” del Reglamento de la Ley de Transparencia en los términos
siguientes:

Articulo 16-A.— Denegatoria de acceso y procesamiento de datos


preexistentes

La información contenida en correos electrónicos o en aplicaciones de


mensajería electrónica de los funcionarios públicos no es de acceso público.

Asimismo, conforme al artículo 13 de la Ley, el procesamiento de datos


preexistentes opera respecto de información contenida en una base de datos
electrónica, o cuando la entidad tenga la obligación de gestionar la
información en una base de datos electrónica, salvaguardando las excepciones
previstas en los artículo 15, 16 y 17 del Texto Único Ordenado (TUO) de la
Ley N° 27806, Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública.

Este procesamiento consiste en la presentación de la información bajo


cualquier forma de clasificación, agrupación o similar que permita su
utilización. (Énfasis agregado)

4.5. De la modificación anterior se desprende que a través de esta disposición del


Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353 se ha establecido una nueva excepción
al derecho de acceso a la información pública, diferente a las
excepciones taxativamente señaladas en el artículo 15 de la Ley de Transparencia.
Esta nueva excepción abarca toda información contenida en correos
electrónicos o en aplicaciones de mensajería electrónica de funcionarios
públicos, independientemente de si dicha información es de naturaleza pública o
no o de si ha sido usada o no para el cumplimiento de sus funciones.

- 11 -
5. FUNDAMENTOS DE DERECHO

5.1. Estamos frente a una norma reglamentaria directamente inconstitucional

5.1.1. El primer párrafo de la Primera Disposición Modificatoria del Reglamento del


Decreto Legislativo N° 1353, materia de esta demanda de Acción Popular, ha
modificado la Ley de Transparencia, su Reglamento y sus normas de desarrollo,
creando una nueva excepción al acceso a la información pública, lo que representa
una desnaturalización de lo que estas normas disponen en sus respectivos textos.

5.1.2. En el caso de la Ley de Transparencia, su artículo 3 señala expresamente que:


“(...) Toda información que posea el Estado se presume pública, salvo las
excepciones expresamente previstas por el Artículo 15 de la presente Ley”. En el
caso de su Reglamento, los artículos 5, 6 y 16 remiten a la Ley de Transparencia
respecto de las excepciones del artículo 15 de tal manera que estas sean
comunicadas a la hora de denegar una solicitud de acceso a la información
pública. Finalmente, y de forma aún más clara, el TUO de la Ley de Transparencia
indica en su artículo 18 que:

(...) Los casos establecidos en los artículos 15, 16 y 17 son los únicos en los
que se puede limitar el derecho al acceso a la información pública, por lo
que deben ser interpretados de manera restrictiva por tratarse de una
limitación a un derecho fundamental. No se puede establecer por una
norma de menor
jerarquía ninguna excepción a la presente Ley (Énfasis
agregado).

5.1.3. Aclarado este punto, queremos destacar en esta primera parte que nuestra
fundamentación descansa sobre el concepto de los “reglamentos directamente inconstitucionales”.
De acuerdo con Juan Carlos Morón, estos reglamentos son aquellos que “de manera inmediata
transgrede(n), viola(n) o es(son) incompatible(s) con un precepto constitucional, como por ejemplo,
un reglamento autónomo por su
contenido viole algún derecho fundamental de los ciudadanos.”1 En el presente caso
señalamos que la trasgresión de preceptos constitucionales se da en al menos dos momentos.

5.1.4. El primero es la violación del artículo 2, inciso 5 de la Constitución Política del


Perú que establece que todos tenemos derecho a solicitar y recibir información
de las entidades de la Administración Pública, salvo en los casos que esta
afecte la intimidad personal, esté excluida por la ley o por razones de seguridad
nacional. Como podemos deducir de lo contemplado hasta ahora, el párrafo del
Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353 que crea la nueva excepción a
la Ley de Transparencia limita el derecho fundamental al acceso a la
información pública y no lo hace bajo algunas de las modalidades
contempladas por la Constitución. Como lo ha reconocido el Tribunal
Constitucional, respecto de este derecho se reconocen dos variantes: una
individual y una colectiva. La individual se corresponde con la posibilidad
del solicitante para ejercer otros derechos y la colectiva está referida a la
posibilidad de formar opinión pública y al control constitucional sobre los
representantes de la sociedad.2 Por tanto, la nueva excepción planteada por el
Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353 no solo viola formalmente el precepto
constitucional, sino que su efecto se extiende a los derechos conexos al
ejercicio de acceso a la información pública.

5.1.5. La segunda trasgresión es la violación del artículo 51 de la Constitución Política


del Perú, que señala la primacía de nuestra Carta Magna sobre todas las normas
legales y a su vez la primacía de estas sobre otras normas de menor jerarquía.
Teniendo en cuenta que la situación descrita es la de un Reglamento que
desnaturaliza lo establecido en una norma legal de mayor jerarquía, parece
evidente cual de ellas debe prevalecer en dicho conflicto. Al respecto el Tribunal
Constitucional ha dicho lo siguiente:

La fuerza normativa de la que está investida la Administración se manifiesta


por antonomasia en el ejercicio de su potestad reglamentaria. El
reglamento es la norma que, subordinada directamente a las leyes e
indirectamente a la Constitución, puede, de un lado, desarrollar la ley,
sin transgredirla ni desnaturalizarla, y, de otro, hacer operativo el servicio
que la Administración

brinda a la comunidad. Los primeros son los llamados reglamentos


secundum legem, de ejecución, o reglamentos ejecutivos de las leyes, los
cuales están llamados a complementar y desarrollar la ley que los justifica
y a la que se deben. (...)3 (Énfasis agregado)

5.1.6. Ahora bien, decimos que existe una situación de desnaturalización o trasgresión
en la medida en que el Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353 ha contradecido
una disposición muy clara de la Ley de Transparencia: la de no añadir
nuevas excepciones al acceso a la información pública, salvo que estas sean
introducidas por otra ley de igual jerarquía. Si bien este Reglamento desarrolla lo
dispuesto por el Decreto Legislativo N° 1353, que sí es una norma de igual
jerarquía que la Ley de Transparencia, en esta no se hace ninguna mención a
nuevas excepciones o se establece algún nuevo régimen de tratamiento de la
información contenida en correos electrónicos o aplicaciones de mensajería
electrónica de funcionarios públicos.

5.1.7. En el mismo sentido, La Corte Suprema de Justicia entiende que se incurre en una
transgresión o desnaturalización cuando se sustrae la esencia de la ley, se
transgrede sus fines o se desnaturaliza esta hacia propósitos no queridos o no
pensados por el Legislador.4 En suma, la potestad reglamentaria “siempre tiene que
ejecutarse respetando los fines y objetivos inmersos en cada ley dictada por el
Parlamento”.5 Sobre este punto también cabe indicar que es función de los
reglamentos:

(...) asegurar la correcta aplicación y la real ejecución de la voluntad de la ley


a través de este instrumento normativo, por lo que no le está
permitido modificar, suspender, desnaturalizar los fines de la norma,
limitar o corregir una Ley, ni puede limitar los derechos o situaciones
jurídicas favorables a los ciudadanos establecidos en la ley, ni tampoco
ampliar o endurecer las
obligaciones o situaciones desfavorables. Hacerlo será incurrir en una
ilegalidad material o sustancial.6 (Énfasis agregado)

5.1.8. Por todo lo anterior, resulta claro que el párrafo del Reglamento del Decreto
Legislativo N° 1353 que suma una nueva excepción a la Ley de Transparencia
adolece de una inconstitucionalidad cuando menos formal. Es decir, que es
contraria a la Constitución pues su mera existencia contraviene directamente lo
dispuesto en el artículo 2, inciso 5 y el artículo 51 de la misma, que protege el
derecho al acceso a la información pública y ampara la existencia misma del
Estado social y democrático de derecho respectivamente. Este argumento en sí
mismo es suficiente para encontrar fundada esta Acción Popular.

5.2. No existe interpretación constitucionalmente admisible de la norma impugnada

5.2.1. No obstante, en el entendido de que parte de la labor del juez constitucional es


determinar si existe una interpretación constitucional de una norma impugnada,
hallamos que solo existen dos supuestos bajo los cuales esto resulta viable.

a. El primero de ellos es que la nueva excepción haya sido introducida o al


menos sugerida como posibilidad en abstracto en el Decreto Legislativo N°
1353, dado que así se estaría cumpliendo al menos formalmente con el
requisito de que una ley (en este caso la Ley de Transparencia) solo puede ser
modificada por otra de su misma jerarquía (en este caso el Decreto Legislativo
N° 1353). Sin embargo, como ya lo hemos mencionado, esto no ha ocurrido.

b. El segundo caso es aceptar que la modificación introducida por el Reglamento


del Decreto Legislativo N° 1353 no crea ninguna excepción, sino que solo hace
una precisión técnica o procedimental que desarrolla los límites de las
excepciones ya existentes. Bajo esta lectura, dicho párrafo no contraviene la
Constitución y tampoco lo previsto por la Ley de Transparencia, su
Reglamento o el TUO.
5.2.2. Para que la tesis anterior tenga sentido es requisito indispensable que el acceso a
la información pública contenida en correos electrónicos o aplicaciones de
mensajería de funcionarios públicos no haya sido nunca accesible a través de los
mecanismos de la Ley de Transparencia, ya sea por encontrarse dentro de
alguna de las excepciones existentes (causa formal) o porque esta información
no haya estado disponible ni siquiera para las entidades públicas por no contar
con herramientas técnicas o registros históricos que permitan otorgar el acceso a
la misma (causa material).

5.2.3. Con respecto a si las excepciones de la Ley de Transparencia contemplan a la


información contenida en correos electrónicos o aplicaciones de mensajería, basta
leer el TUO para corroborar que este no es el caso. En los artículos 15, 16 y 17 se
hace una lista de supuestos bajo los cuales la información pública puede ser negada
y que recaen en tres categorías: información secreta, reservada y confidencial.
Ninguna de ellas menciona en forma alguna algún medio específico (ej. discos
magnéticos o cintas de video) o plataforma cuyo acceso esté restringido per se. De
hecho, muchos mensajes de correo electrónico se imprimen y pasan a formar parte
del expediente físico o virtual de una obra o asunto custodiado por una entidad
pública. En esos casos, la entidad puede editar o “redactar” parte del contenido del
mensaje si es que compromete la privacidad de terceros, por ejemplo, pero en
ningún caso negar que dicho mensaje de correo es información pública accesible.

5.2.4. No obstante todo ello, aún podría ser que el acceso estuviera restringido no por una
restricción legal sino por la falta de capacidad técnica, normativa específica o de otro
tipo. Por ejemplo, la mayoría de funcionarios públicos tienen cuentas de correo
institucionales, pero podría ser el caso que no exista una norma imperativa que
disponga el almacenamiento de la información transmitida a través de los correos u
otras aplicaciones que realicen en el ejercicio de sus funciones, pese a que
presumiblemente esta información podría tener naturaleza pública. Sin embargo,
esto tampoco ocurre, pues el mismo TUO se encarga de señalar en su artículo 10
que:

Las entidades de la Administración Pública tienen la obligación de proveer la


información requerida si se refiere a la contenida en documentos escritos,
fotografías, grabaciones, soporte magnético o digital, o en cualquier otro
formato, siempre que haya sido creada u obtenida por ella o que se encuentre
en su posesión o bajo su control. (Énfasis agregado)

5.2.5. Además, en el artículo 21 del mismo texto se establece el deber de conservación de


la información y la prohibición de su destrucción, lo que en concordancia con el
artículo 10 debe entenderse como la obligación de conservar toda la información,
independientemente de si se encuentra en un documento en físico o en un
documento virtual almacenado en una computadora o en una cuenta de correo. Es
más, en este último punto, vale la pena resaltar que desde hace varios años las
solicitudes de acceso a la información tienen estandarizada la opción de solicitar la
entrega de la información por correo electrónico, lo que requiere la digitalización de
documentos físicos y su almacenamiento en un repositorio (que los habilita para ser
re enviados en una futura consulta). Asimismo, muchas entidades actualmente
ofrecen la posibilidad de hacer las solicitudes a través de Internet, lo que implica
casi siempre el intercambio de correos electrónicos entre el encargado de contestar
las solicitudes y las dependencias que poseen la información solicitada. Es una
práctica común que en estos casos, el responsable de acceso a la información
“reenvíe” la respuesta recibida de la dependencia hacia el solicitante. Este acto es el
mejor ejemplo de que la información contenida en un correo electrónico puede
contener información pública y que está perfectamente habilitada para ser
entregada a cualquier ciudadano que solicite su acceso.

5.2.6.Habiendo descartado la viabilidad de una lectura constitucional del párrafo


impugnado del Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353, queremos añadir algo
más sobre la naturaleza de la información contenida en correos electrónicos y otras
aplicaciones tecnológicas. Aún aceptando que es posible que el contenido producido
en estas plataformas pueda tener naturaleza pública y que su acceso no está
restringido por la Ley de Transparencia, todavía podría existir un reparo respecto de
si corresponde en este caso la protección surgida del derecho al secreto de las
comunicaciones. Si fuera así, al encontrarnos en un conflicto de derechos
fundamentales (acceso a la información pública vs. derecho al secreto de las
comunicaciones/intimidad), la resolución del mismo estaría más allá de la decisión
de cualquier funcionario público y tendría que ser ponderado dentro de un proceso
jurisdiccional. No obstante, este aparente conflicto ya ha sido zanjado por el
Tribunal Constitucional hace varios años, pues se ha sostenido en reiterada
- 17 -
jurisprudencia que el derecho al secreto de las comunicaciones protege la reserva de
la comunicación en el ejercicio del derecho a la vida privada, siempre que exista una
expectativa razonable de confidencialidad, la que se define no por el contenido de
los mensajes emitidos sino por la cualidad del medio técnico de comunicación
empleado.7 En ese sentido, no puede decirse que exista dicha expectativa cuando
un funcionario público en el ejercicio de sus funciones emite mensajes
empleando su correo institucional, sin importar la plataforma que utilice (su
computadora, aplicaciones de mensajería, etc.). Más aún si existen muchas
otras normas que regulan la actuación de los mismos en el horario de
trabajo, prohibiéndoles inclusive realizar actividades diferentes al
cumplimiento de sus obligaciones. Además, si no fuera suficiente, el Tribunal
también ha declarado en otra sentencia que:

(…) La información o los datos (totales o parciales) registrados en


documentos que por cualquier medio se encuentren sujetos (total o
parcialmente) al principio de transparencia no se encuentran protegidos
por el derecho al secreto de los documentos y, en consecuencia, no pesa
sobre terceras personas el deber jurídico de mantener la reserva o
confidencialidad de los mismos.”8 (Énfasis agregado)

5.2.7. Sin dejar de señalar que es posible que en ocasiones el contenido de un correo
electrónico o aplicación de mensajería podría contener información que sí se
encuentre dentro de alguna de las excepciones de la Constitución o la Ley de
Transparencia (información secreta, reservada, confidencial o íntima), esto no
impide en forma alguna que el resto de la información que sí sea de acceso público
sea entregada al solicitante. Esta interpretación está respaldada por el artículo 19 del
TUO de la Ley de Transparencia que ordena que si un documento contiene
parcialmente información que no sea de acceso público (por causa de las
excepciones), la entidad pública deberá igualmente permitir el acceso a la parte que
si contiene información de acceso público. Por supuesto, en este razonamiento no
están contemplada en forma alguna la información transmitida a través de correos
electrónicos privados o aplicaciones de mensajería en las que se emplean números

de teléfono o cuentas privadas, diferentes a las institucionales o provistas por la


Adminstración Pública.
5.3. El Reglamento del Decreto Legislativo N°1353 lesiona el Principio de Transparencia

5.3.1. En los puntos anteriores hemos acusado la inconstitucionalidad del párrafo


impugnado del Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353 basándonos en que: (a)
contradice en diferentes puntos a la Constitución, y, (b) no existe una interpretación
constitucional del mismo, basados en el hecho de que la información que desea
restringir se presume de acceso público por la Ley de Transparencia y no existe
ningún otro conflicto con otros derechos como el del secreto a las comunicaciones.
Sin embargo, la vigencia de la norma señalada tiene también un efecto perjudicial
que va más allá de las contradicciones que causa en el sistema normativo: afecta al
principio constitucional de la transparencia.

5.3.2. El principio de transparencia es un principio de nuestro Estado Democrático y


Social de Derecho que se encuentra implícito en la Constitución.9 Este principio
implica un giro en la concepción del actuar del Estado pues, en contraposición a la
“cultura del secreto” (cultura según la cual la Administración se creía dueña de la
información10) y de la mano con el principio de publicidad, en palabras del Tribunal
Constitucional:

Se comprende que toda información en poder del Estado o de las personas


jurídicas bajo el régimen privado que prestan servicios públicos o ejerzan
función administrativa, en virtud de concesión, delegación o autorización, es
en principio pública. Todo documento que haya sido confeccionado bajo el
financiamiento del presupuesto público es en principio público.11

5.3.3. En el mismo sentido, destaca su importancia en las democracias contemporáneas,


pues, en la medida que el poder emana del pueblo:

(...) en nombre del pueblo, sino para él. La puesta en práctica del principio de
transparencia coadyuva a combatir los índices de corrupción en el Estado y, al

mismo tiempo, constituye una herramienta efectiva contra la impunidad del


poder permitiendo que el pueblo tenga acceso a la forma como se ejerce la
delegación del poder12.

5.3.4. De igual manera, la información relativa a cómo se maneja la cosa pública es un


bien público que tiene que estar al alcance de todos en miras a “posibilitar la plena
eficacia de los principios de publicidad y transparencia.”13 Así, en la medida que la
transparencia implica la “la práctica de colocar la información –del gobierno- en la
vitrina pública para que aquellos interesados puedan revisarla, analizarla, y, en su
caso, usarla como mecanismo para sancionar en caso haya anomalías en su
interior,”14 puede afirmarse que cualquier acción sin sustento constitucional
tendiente a ocultar o sustraer información del acceso público sería contraria al
principio de transparencia.

5.3.5. En este mismo sentido también se ha pronunciado la Corte Interamericana de


Derechos Humanos al indicar que el actuar del Estado debe estar regido por los
principios de publicidad y transparencia y, así, se hace posible el control
democrático de la gestión pública y la responsabilidad de los funcionarios
públicos.15 La Carta Democrática Interamericana, aprobada el 11 de setiembre del
2001 en Lima, también indica en su artículo 4 que es “componentes fundamentales
del ejercicio de la democracia la transparencia de las actividades gubernamentales
(...).”

5.3.6. De acuerdo a lo expuesto previamente, se puede concluir que cualquier acción


del Estado tendiente a sustraer del acceso público determinada información
sin sustento constitucional alguno sería equivalente a promover la “cultura
del secretismo” y una afectación al principio constitucional (y convencional16) de
transparencia. Así, el modificado artículo, al establecer que “(l)a información
contenida en correos electrónicos o en aplicaciones de mensajería electrónica de los

funcionarios públicos no es de acceso público,” resulta vulneratorio al principio


constitucional de transparencia.

5.3.7. En un contexto como el que se vive actualmente en el país, la existencia de una


norma que disminuye el estándar de transparencia, pasa por encima de principios
como el de máxima publicidad y restringe diferentes derechos fundamentales como
el del acceso a la información, no debe ser tomada a la ligera. Como decíamos al
inicio, más allá de sus efectos negativos dentro de la jerarquía normativa, el daño
social que puede causar es mucho mayor y permanecerá hasta el momento en que
se declare su inconstitucionalidad o sea modificada a través de las otras vías legales
existentes.

VI. REQUISITOS DE PROCEDENCIA DE LA DEMANDA


6.1. Conforme al inciso 5 del artículo 200 de la Constitución y al artículo 75 del Código
Procesal Constitucional, el Proceso de Acción Popular procede contra los
reglamentos, normas administrativas y resoluciones de carácter general, cualquiera
que sea la autoridad de la que emanen, como en el presente caso.

6.2. En el caso del Proceso de Acción Popular, el artículo 86 del Código Procesal
Constitucional señala como requisito especial que debe de adjuntarse a la demanda
copia simple de la norma objeto del proceso precisándose el día, mes y año de su
publicación. En este caso, dicho requisito queda satisfecho a través del Anexo 1-B
del presente escrito.

6.3. De acuerdo con artículo 87 del Código Procesal Constitucional, el plazo para
interponer la Demanda de Acción Popular prescribe a los cinco (5) años contados
desde el día siguiente de publicación de la norma que se cuestiona. En el presente
caso, la norma denunciada fue publicada el 14 de setiembre de 2017, por lo que a la
fecha de presentación de esta demanda estamos dentro del plazo de prescripción.

7. MATERIA Y VÍA PROCEDIMENTAL

7.1. Esta demanda tiene por objeto solicitar la defensa de la Constitución frente a
infracciones contra su jerarquía normativa. Por tanto, este proceso es de materia
constitucional.
7.2. Conforme al inciso 5 del artículo 200 de la Constitución y al artículo 75 del Código
Procesal Constitucional, el Proceso de Acción Popular procede contra los
reglamentos, normas administrativas y resoluciones de carácter general, cualquiera
que sea la autoridad de la que emanen, como en el presente caso.

7.3. Según el artículo 85 del Código Procesal Constitucional, la demanda de acción


popular es de competencia exclusiva del Poder Judicial. En el caso de normas de
carácter nacional, la competencia recae sobre la Sala correspondiente de la Corte
Superior de Lima.

7.4. Mediante Resolución Administrativa No. 319-2008-CE-PJ de fecha 17 de diciembre


de 2008, se crearon los Juzgados Constitucionales que asumieron competencia
exclusiva para conocer demandas en materia constitucional en el distrito judicial de
Lima.

8. MONTO DEL PETITORIO

No es cuantificable en dinero

9. MEDIOS PROBATORIOS

9.1. Copia simple de la norma objeto del presente proceso, Decreto Supremo N° 019-
2017 JUS, “Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353” publicado en el diario El
Peruano el 14 de setiembre de 2017.

10. ANEXOS

Anexo 1-A.— Copia simple de mi Documento Nacional de Identidad

Anexo 1-B.— Copia simple de la norma objeto del presente proceso, Decreto Supremo N°
019-2017 JUS, “Reglamento del Decreto Legislativo N° 1353” publicado en
el diario El Peruano el 14 de setiembre de 2017.

POR LO EXPUESTO:

A Usted pido admitir a trámite la demanda de acción popular interpuesta.


PRIMER OTROSÍ DIGO. — Conforme al Artículo 89 del Código Procesal
Constitucional, admitida la demanda, solicito se confiera traslado al órgano emisor de la
norma objeto del proceso y se ordene la publicación del auto admisorio.

SEGUNDO OTROSÍ DIGO. — Conforme al Artículo 90 del Código Procesal


Constitucional, de considerarlo necesario solicito se ordene en el auto admisorio que el
órgano remita el expediente conteniendo los informes y documentos que dieron origen a
la norma objeto del proceso, dentro de un plazo no mayor de diez días, contado desde la
notificación de dicho auto, bajo responsabilidad.

Lima, 17 de abril de 2018

MIGUEL ENRIQUE MORACHIMO RODRIGUEZ

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