Sei sulla pagina 1di 5

La ne gación de la So mbr a

Autor: Erich Neumann


Fecha publicación: 20.05.2008
La antigua ética promociona dos reacciones ante la
situación psíquica creada por el moralismo. Ambas son
fatales, con diversos alcances y efectos para el
individuo.
La más frecuente para el ser humano medio: El Yo se
identifica con los valores éticos, y pasa a confundir
inmediatamente el Yo con la Persona.1
El Yo, confundido con esa personalidad aparente, que
de por sí es un recorte de la personalidad, olvida ser
poseedor de aspectos que están en contradicción. Ha
suprimido la Sombra y no mantiene contacto con los
lados oscuros de sí mismo que, al ser experimentados
de modo negativo, han sido segregados del ámbito
consciente.
Ese Yo, que se identifica con los valores éticos
colectivos, tiene la “conciencia tranquila”. Se siente el
portador de la luz consciente del conocimiento humano
y de la luz moral del mundo de los valores. El Yo se
“infla”, y por tanto lo consciente está inundado por
contenidos inconscientes, que son proyectados
masivamente sin que el individuo tenga ninguna
conciencia interna.
La inflación yoica es la infundada identificación con
valores suprapersonales.
El individuo olvida su Sombra, o sea su limitación de
criatura humana y con ello, la inevitable discordancia
del Yo con ciertos valores éticos. La represión de la
Sombra y la identificación con valores colectivos son
dos aspectos de un mismo proceso. La personalidad
aparente, posibilita la represión, basándose en valores
morales colectivos.
Las formas en que se manifiesta la actitud de aparente
ética van desde la auténtica ilusión de clarividencia del
líder sectario, o el profesor omnipotente, hasta la
actitud de un vivir una doble moral, la gazmoñería o la
mentira hipócrita.
En ninguna época la identificación ilusoria del ser
humano occidental con los valores – que tiende un
velo sobre la realidad – ha sido mayor que en la época
burguesa que está por finalizar. Pero, al contrario de lo
ocurrido en tiempos anteriores, se ha tornado
consciente, por diversos caminos, en la aparente
autocrítica del hombre moderno.
La inflación del Yo significa siempre el síntoma
psicológico de un contenido más vasto, más vigoroso y
más cargado de energía que lo consciente y determina
por ello una especial obsesión ejercida sobre la
consciencia. Esta obsesión es peligrosa porque
obstruye la marcha del Yo y de la consciencia hacia
una auténtica orientación profunda y realista. El
predominio del contenido del discurso del Yo inflado es
un tono “moralista” que lleva a la represión de los
elementos reales que contradicen la vida de ese ser
humano y, por tanto es la omisión de tales factores lo
que conduce a su catástrofe psíquica.
Todo fanatismo, todo dogmatismo, toda unilateralidad
lleva a la ruina personal por obra de los elementos
reprimidos, suprimidos y omitidos.
La inflación del Yo, por su identificación con los valores
colectivos, resulta funesta; no porque los valores
colectivos sean peligrosos en sí, sino porque el
individuo, limitado y negado, al identificarse con lo
suprapersonal, pierde el sentido de sus humildes
límites y se convierte en inhumano.
La identificación del individuo con lo suprapersonal es
la “cortina” tras la que esconder su verdadera vida.
Saber que somos criaturas limitadas ante la infinitud
creadora, es lo que nos permite que se haga efectiva
la individualidad del ser humano. Ante la inflación yoica
esta situación fundamental se omite y el ser humano
se torna una quimera, un verdadero y solitario espectro
Erich Neumann

Biografía
Analista junguiano, erudito e investigador
minucioso y rigurosísimo, fue uno de los alumnos mas
brillantes de C.G.Jung.
Nació en Berlín en 1905, doctorándose en su misma
universidad en 1927. En 1937 se trasladó a Tel-Aviv,
en donde murió en 1960.
Durante años colaboró como profesor en el Instituto
C.G.Jung de Zurich (Suiza), dando numerosas clases,
cursos y conferencias en otros paises europeos. Fué
miembro fundador de la IAAP (Asociación Internacional
de Psicología Analítica) y presidente de la Sociedad
Analítica de Israel.
La posición de Neumann frente a la psicología
analítica es mucho más filosófica y teórica que clínica.
Estudioso de la mitología, decantó sus investigaciones
hacia aspectos éticos, publicando “Psicología profunda
y la nueva ética” e investigó en profundidad sobre los
arquetipos de “lo femenino”, siendo uno de sus
escritos mas conocidos “La Gran Madre”.
Bibliografía
Antologías:
The Fear of the Feminine, and Other Essays on
Feminine Psychology. Princeton: Princeton UP, 1994.
The Essays of Erich Neumann. Trans. Ralph Manheim.
Princeton: Princeton UP.
Art and the Creative Unconscious: Four Essays. Trans.
Ralph Manheim. Vol. 1. 1971.
Publicaciones individuales:
Depth Psychology and a New Ethic. Shambhala, 1990.

The Great Mother: an Analysis of the Archetype. Trans.


Ralph Manheim. Princeton: Princeton UP, 1972.
Amor and Psyche: the Psychic Development of the
Feminine: a Commentary on the Tale by Apuleius.
Trans. Ralph Manheim. Princeton: Princeton .1971.
The Origins and History of Consciousness. Trans. R. F.
C. Hull. Princeton: Princeton UP, 1995.
1: “Persona" deriva de esa palabra en latín, persona:
máscara de actor, carácter o personaje, que
corresponde al griego prósopon que significa rostro,
cara o persona. El término deriva de la máscara de
actor (persona, derivado a su vez de personare,
resonar) que identificaba el papel que le tocaba
desempeñar en escena; los estoicos tardíos aplicaron
el término al ser humano, personaje movido por el
destino, mientras que el derecho romano llamaba
persona al sujeto de derechos, en oposición al esclavo
y a las cosas. El término latino persona, entonces,
tiene el mismo significado que la voz griega prósopon,
es decir, máscara. A veces se hace derivar persona del
verbo persono, "sonar a través de algo", "hacer
resonar la voz", como la hacía resonar el actor a través
de la máscara.Psicología Profunda y nueva ética. Ed
Alianza. Madrid.

Potrebbero piacerti anche