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UNIVERSIDAD CATÓLICA

DE LA SANTÍSIMA CONCEPCIÓN

FACULTAD DE COMUNICACIÓN, HISTORIA Y CIENCIAS SOCIALES


LICENCIATURA EN HISTORIA

EL MOVIMIENTO SOCIAL EN LOTA Y CORONEL: UNA MIRADA


DESDE EL SUJETO POPULAR COMO ACTOR POLÍTICO
(1947-1949)

SEMINARIO

Alumnos
José Villalobos González
Francisco Pérez Canales

Profesor Guía
Dr. Cristián Medina Valverde

Concepción, Campus San Andrés a un día del mes de diciembre de dos mil catorce
2

AGRADECIMIENTOS

Nuestro reconocimiento a las personas que de una u otra forma han contribuido al
desarrollo y satisfactorio término de esta investigación.
En primer lugar, a nuestro profesor guía, el Dr. Cristián Medina Valverde por
confiar en este proyecto desde el primer momento y ofrecernos el apoyo bibliográfico y
dirección metodológica respectiva. Igualmente, al Dr. Cristián Garay Vera por brindarnos
la oportunidad de potenciar esta tesis mediante su inserción en el proyecto Fondecyt
Regular N°. 1120372 “Radicales y militares en los inicios de la Guerra Fría”.
Al académico Felipe López Pérez por sus asertivos comentarios y revisión del
texto cuando sólo aspiraba el tema a ser un artículo en un hemiciclo estudiantil.
También valoramos el hecho que desde que se gestaba la idea de investigación,
surgieron voces de apoyo entre compañeros de universidad que nos alentaron a persistir en
la ardua tarea de reconstruir los acontecimientos en la zona del carbón desde 1947 a 1949.
Cabe señalar la colaboración documental del Sr. Víctor Muñoz del Pabellón 83 en
Lota, a los funcionarios de la Biblioteca Nacional y Archivo Nacional, a la Ilustre
Municipalidad de Coronel a través de la gentileza de su Secretario Municipal, el Sr.
Alejandro Sandoval Vilches, al Sr. Jaime Torres de la Pastoral Obrera, al profesor Armando
Cartes Montory por abrirnos las puertas de su biblioteca privada, al Sr. Juan Pérez del
Archivo del Diario El Sur y a la Sra. Cecilia Cerda que nos brindó el acceso al valioso
archivo de ENACAR.
Por último, agradecer y dedicar este trabajo seminarista a nuestros seres queridos a
nivel familiar y amigos cercanos que no dudaron en otorgarnos sus puntos de vista e ideas
que constituyeron un aporte significativo.
3

ÍNDICE Páginas

SIGLAS Y ABREVIATURAS 5

INTRODUCCIÓN 6

CAPÍTULO I – CONTEXTO HISTÓRICO


1.1. Situación internacional: Las huellas de la Postguerra y el amanecer de la 19
Guerra Fría. (1945-1947)
1.2. Situación nacional: Los aciertos y contradicciones del Frente Popular y 23
la Alianza Democrática de Chile. (1936-1947)
1.3. Situación regional y local: La cuestión del carbón como factor 27
estratégico de la lucha obrera y poblacional. (1920-1946)

CAPÍTULO II – EL SUJETO POPULAR COMO CATEGORÍA HISTÓRICA


EN LOTA Y CORONEL. ANTECEDENTES PARA SU ESTUDIO.

2.1. Surgimiento de los centros mineros de Lota y Coronel. 32


2.2. Evolución de los pobladores a la par del crecimiento urbano en el siglo XIX. 33
2.3. Distinciones entre los sujetos populares y los obreros proletarizados en el 35
siglo XX.

CAPÍTULO III – AISLAMIENTO Y ESTADO DE SITIO: VISIONES Y


PERSPECTIVAS DE LA CONFRONTACIÓN IDEOLÓGICA DESDE LOS
EXCLUIDOS POR EL ESTADO.

3.1. Las motivaciones de las demandas reivindicativas de los trabajadores, 40


respuesta del Estado y de las Compañías Carboníferas.
3.2. Una negociación conflictiva de agosto a septiembre de 1947. 43
3.3. El desarrollo de la huelga de octubre de 1947 y sus repercusiones a nivel 44
local y nacional.
3.4. Cierre de fronteras, persecución y censura de las ideas. 51
4

3.5. La lista negra de la “Borratina”. 53


3.6. Convivencia entre militares y civiles de los sectores populares. 54
3.7. El fin del Estado de Sitio en la zona carbonífera. 56

CAPÍTULO IV – EL ROL DE LOS SUJETOS POPULARES EN LOTA Y


CORONEL

5.1. Sociabilidad, asociatividad y organización. 57


5.2. Las demandas transversales de la ciudadanía local pendientes con el Estado 61

CONCLUSIONES 67
BIBLIOGRAFÍA 69
ANEXOS 79

LISTA DE TABLAS Y GRÁFICOS

Tabla N° 1. Porcentaje de votos en las elecciones presidenciales de 1946 25

Gráfico N° 1. Porcentaje de distribución del consumo de carbón de la Compa- 30


ñía de Lota en la década de 1940

Tabla N° 2. Gastos de un minero, su esposa y dos hijos en septiembre de 1947 41


5

SIGLAS Y ABREVIATURAS

ABML: Archivo Biblioteca Municipal de Lota.

AENACAR: Archivo Empresa Nacional del Carbón.

AMC: Archivo Municipal de Coronel.

ACHA: Acción Chilena Anticomunista.

ANCH: Archivo Nacional de Chile.

CORFO: Corporación de Fomento de la Producción.

CTCH: Confederación de Trabajadores de Chile.

EE.UU: Estados Unidos de América.

FOCH: Federación Obrera de Chile.

INE: Instituto Nacional de Estadísticas.

KOMINFORM: Oficina de Información de los Partidos Comunistas y Obreros.

PC: Partido Comunista.

PL: Partido Liberal.

PR: Partido Radical

PS: Partido Socialista.

TIAR: Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca.

URSS: Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.


6

INTRODUCCIÓN

Esta investigación pretende ahondar en el rol que cumplen los “sujetos populares”
en la zona del carbón, sus formas de desenvolverse política y socialmente y los objetivos
que perseguían en sí los sectores populares para agruparse en el contexto temporal de la
militarización impuesta por el gobierno de Gabriel González Videla de 1947 a. 1949. Se
tendrá como punto de referencia a la huelga de octubre de 1947 que se planteó como el
inicio de la transición de aquéllos en sus alternativas de acción política colectiva. Se pondrá
atención en las vicisitudes de la relación entre los sujetos populares, el Partido Comunista,
las Compañías Carboníferas y el Estado. Posteriormente, con el propósito de analizar y
explicar los factores de esta transformación gradual, se pondrá especial énfasis en el
aislamiento que padeció Lota y Coronel en este período y cómo aquello fue articulando en
su faceta de actores políticos a estos sectores anteriormente marginados en este ámbito.
A modo de estado de la cuestión, se determina que la producción historiográfica
sobre los trabajadores del carbón en Lota y Coronel durante gran parte del siglo XX,
predominó en torno a una visión historiográfica oficial tanto de relatos desde las tendencias
políticas de izquierda como de derecha. Por ejemplo, Astorquiza 1 estudió el fenómeno
minero desde la óptica de las Compañías Carboníferas de Lota y Coronel tratando de
convencer de sus avances y logros a nivel productivo y material, desconociendo la realidad
de las condiciones de sus trabajadores. Desde el seno del Partido Conservador Unido
surgieron informes sobre el comunismo con Fernández2 que ligaron intrínsecamente a Lota
y Coronel como una “Zona Roja” de agitación subversiva, dando pie a generalizar bajo
sospecha a toda la población en esa categoría. En contraposición, desde el PC y el PS,
autores como Ramírez,3 Jobet,4 Barría 5 y Vitale 6 recogieron experiencias de obreros, sin

1
Astorquiza, Octavio (1952). Cien Años del Carbón en Lota, 1852- septiembre-1952., Santiago de Chile: Zig-
Zag.
2
Fernández. Sergio (1954). Informe sobre el Comunismo, Santiago de Chile: Zig-Zag.
3
Ramírez, Hernán (1956). El movimiento obrero en Chile. Antecedentes siglo XIX. Santiago de Chile:
Editorial Austral.
4
Jobet, Julio César (1971). El Partido Socialista de Chile. Tomo II. Santiago de Chile: Ediciones Prensa
Latinoamericana S.A.
5
Barría, Jorge (1971). El movimiento obrero en Chile. Síntesis histórico-social. Santiago de Chile: Ediciones
de la Universidad Técnica del Estado.
6
Vitale, Luis (1998). Interpretación Marxista de la Historia de Chile, Tomo VI. Santiago de Chile: LOM
Ediciones.
7

prescindir en su relato de un compromiso militante concordante con los objetivos de


cambios sociales impulsados por distintas vertientes de la izquierda chilena, tal como lo
criticó Grez.7 Aquella visión de materialismo histórico supuso un desconocimiento delibe-
rado del contexto histórico ya que planteó toda su historia en virtud de respuestas
enmarcadas desde la explotación burguesa y la lógica de lucha de clases, siendo que la
realidad obrera implicaba una complejidad mayor de relaciones sociales.
Aquella discusión se vio acrecentada sobretodo en un ambiente de Guerra Fría en
su etapa inicial desde 1947 en adelante. Existen obras monográficas que tocan pasajes que
vinculan a Lota y Coronel en el marco de la influencia de los procesos que se vivían en lo
ideológico en el concierto internacional y que tuvieron efectos en el territorio nacional,
presentes en los estudios de Fermandois,8 Huneeus,9 Garay y Soto.10
Con respecto a la línea del sindicalismo chileno y la importancia de la zona del
carbón para dicho movimiento obrero,11 se destacan los estudios de Angell, 12 De Shazo,13
Garcés y Milos,14 Drake 15 y Medina. 16
Desde un punto de vista descriptivo en un recuento de la “Historia del Carbón” de
Figueroa y Sandoval,17 se enfoca en las relaciones laborales entre los obreros y las
Compañías Carboníferas, pero sin priorizar en las dinámicas internas que se producen en la
sociedad de la época de acuerdo a las expresiones populares. Aparte de no concebir en su

7
Grez, Sergio (2005). “Escribir la historia de los sectores populares ¿con o sin la política incluida? (a
propósito de dos miradas a la historia social. Chile, siglo XIX)”, en POLÍTICA Año, 22, N° 44, pp. 17-31.
8
Fermandois, Joaquín (2005). Mundo y fin de mundo. Chile en la política mundial 1900-2004. Santiago de
Chile: Ediciones Universidad Católica de Chile, p. 242.
9
Huneeus, Carlos (2009). La Guerra Fría chilena, Gabriel González Videla y la Ley Maldita. Santiago de
Chile: Editorial Debate, p. 121.
10
Garay, Cristián y Ángel Soto (2013). Gabriel González Videla: “No a los totalitarismos, ya sean rojos,
pardos o amarillos…”. Santiago de Chile: Centro de Estudios Bicentenario, pp. 131-132.
11
Una completa revisión de la literatura alusiva a los trabajadores en Chile, se trata en el artículo
especializado de Rojas, Jorge (2000). “Los trabajadores en la historiografía chilena: balances y proyecciones.
En: Revista de Economía y Trabajo, Año 5, N° 10, pp. 47-118.
12
Angell, Alan (1971). Partidos Políticos y Movimiento Obrero en Chile. Santiago de Chile: Editorial Era.
13
De Shazo, Peter (1982). Urban Workers and Labour Unions in Chile. 1902-1927, Madison: The University
of Wisconsin Press.
14
Garcés, Mario y Pedro Milos (1988). FOCH-CTCH-CUT. Las centrales unitarias en la historia del
sindicalismo chileno. Santiago de Chile: ECO.
15
Drake, Paul (1992). Socialismo y Populismo. Chile 1936-1973. Valparaíso: Ediciones Universitarias de
Valparaíso.
16
Medina, Andrés (1999). Las centrales sindicales chilenas del siglo XX (F.O.C.H. – C.T.C.H. – C.U.T.) o el
mito de Aktaion. Chillán: Impresora La Discusión.
17
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Carbón: Cien años de Historia (1848 – 1960) Santiago de
Chile: CEDAL.
8

contenido una teoría y metodología apropiada en el uso de la prensa nacional y regional.


En un terreno de avances con respecto a la historia local desde lo sociocultural, se
encuentra la obra “Mining for the Nation, The Politics of Chile's Coal Communities from
the Popular Front to the Cold War” de Pavilack18 que brinda una mirada enriquecedora
acerca de la preocupación de la clase política gobernante por la creciente politización de los
sectores populares y sus formas de organización que traspasaban al movimiento obrero
propiamente tal, concentrándose en la identidad minera de doble eje entre la militancia
política y la moral cristiana en propósitos comunes de justicia social. Sin embargo,
desgraciadamente, la obra de Pavilack, se difumina en una interpretación un tanto simplista
y que no tiene en cuenta los matices de la interacción entre el Gobierno junto con las
empresas carboníferas y los trabajadores al catalogarlos entre fascistas y antifascistas,
propio del lenguaje recurrente en la época.
Destacados son los estudios de Venegas,19 Valenzuela 20 y Peñafiel,21 en relación a
los trabajadores del carbón en el siglo XX, pero que siguen en la lógica de observar al
obrero como mero objeto de control social por el sector empresarial y con la complicidad
estatal de la falta de fiscalización en terreno.
También desde la antropología con Aguayo22 se analizan los hitos de la memoria y
la identidad carbonífera junto con breves reseñas desde la oralidad nostálgica de
idealización del minero en las huelgas de 1920, 1947 y 1960. Por su parte, Rock 23 enfatizó
la figura del minero como patrimonio vivo intangible. Plath 24 en “Folclor del Carbón”
contribuyó con una terminología del minero en su lenguaje cotidiano acompañado de
relatos de obreros en formato de anecdotario. Este asunto se vio profundizado posterior-

18
Pavilack, Jody (2011). Mining for the Nation, The Politics of Chile's Coal Communities from the Popular
Front to the Cold War. United States: Pennsylvania State University Press.
19
Venegas, Hernán (2012). “Anticomunismo y control social en Chile, la experiencia de los trabajadores del
carbón en Lota y Coronel a mediados del siglo XX”. En Revista de Historia Social y Mentalidades, Año 16,
N° 2, pp. 79-106.
20
Valenzuela, Marcelo (2013). “La Huelga Grande del Carbón en Lota, Coronel y Curalinahue de 1920”, En:
HAO, Año 16, N° 32, pp. 73-89.
21
Peñafiel, Óscar (2014). “Caballeros con la camiseta puesta. El fútbol como práctica de control social en
Lota (1920-1950)”. En Sud Historia, Año 4, N° 8, pp. 57-82.
22
Aguayo, Luis (2007). Memoria e identidad en dos barrios de la zona del carbón. Narrativas de
“Fundición” (Lota) y “Puchoco-Schwagger” (Coronel). Tesis para optar al grado de Licenciado en
Antropología Social, Escuela de Antropología, Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
23
Rock, María (2011). Voces de la Historia: Relatos del carbón. Concepción: Consejo Nacional de la Cultura
y las Artes.
24
Plath, Oreste (1991). Folclor del Carbón en la zona de Lota. Santiago de Chile: Grijalbo.
9

mente con Uribe25. En tanto, en aspectos netamente costumbristas y festivos se refieren con
Ortiz y Vega 26 e incluyendo a Marambio.27 En el género de la crónica periodística
Alcalde 28 en su “Reportaje al Carbón” reunió una serie de testimonios de los mineros como
de las mujeres acerca de sus problemáticas sociales, constituyendo un valioso material
como fuente para la reconstrucción histórica.
En términos historiográficos, Ortega 29 ha contribuido desde una perspectiva de
historia económica y social que superó al relato desde la empresa misma, aportando en la
tarea de categorizar esta sociedad de frontera, como de un balance sobre la fase de
expansión del carbón y que permite vislumbrar las causas de la crisis producida en la
segunda mitad del siglo XX. Esto se vio analizado y complementado por Aburto y
Gutiérrez 30 desde la interpretación de datos sobre la índices de producción carbonífera en
Coronel en los siglos XIX y XX, como también del entorno social del minero en el proceso
temprano de urbanización. De hecho, ante la falta de antecedentes sobre la evolución
histórica de la ciudad de Coronel, Silva 31 realizó una cronología con un estilo pedagógico
destinado a la divulgación en colegios de la zona. Por esta misma razón, Vivallos y Brito32
publicaron un estudio sobre los primeros movimientos de población hacia las minas de
carbón de Lota y Coronel en la segunda mitad del siglo XIX, a partir de la información
contenida en los registros matrimoniales de la parroquia de Coronel, relacionando el
aumento de la población con la diversidad productiva y la modernización de las ciudades.
En relación a las tesis que integran en su descripción a Lota y Coronel, mantienen
el centro de su atención en la conjunción de economía, política y sociedad desde las fuentes
documentales de boletines de minería, prensa de época y sesiones parlamentarias. En este
caso se distinguen los estudios de Fernández,33 Benedetti,34 Flores35 y nuevamente éste

25
Uribe, Héctor (1998). Folklore y tradición del minero del carbón, Concepción: Editorial Aníbal Pinto.
26
Ortiz, Elizabeth y María Vega (1994). Identidad y Cultura Minera. Concepción: Impreso Rehue.
27
Marambio, Jorge (1996). Identidad Cultural en la zona del carbón. Santiago de Chile: LOM Ediciones.
28
Alcalde, Alfonso (1973). “Reportaje al Carbón”. En: Nosotros los Chilenos, Año 3, N° 37, pp. 6-88.
29
Ortega, Luis (1992). “La frontera carbonífera, 1840-1900”. En: Mapocho, Año 15, N° 31, pp. 131-148.
30
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez. (1999) Historia de Coronel. Concepción: Editorial Facultad Ciencias
Biológicas Universidad de Concepción.
31
Silva, Alejandro (1999). Recopilación de antecedentes históricos comuna de Coronel, Concepción: Ícaro
Impresores.
32
Vivallos, Carlos y Alejandra Brito (2010). “Inmigración y sectores populares en las minas de carbón de
Lota y Coronel (Chile 1850-1900)”. En: Atenea, Año 86, N° 501, pp. 73-94.
33
Fernández, Enrique (1991). Carbón y sociedad 1910-1920, antecedentes para un estudio de la huelga larga
del 20 en los yacimientos de Lota y Coronel. Tesis para optar al grado de Licenciado en Educación con
10

último junto a Labarrera y Mendoza.36 Cabe señalar que con respecto a esta tesis reciente e
inédita se abocó netamente a describir la eliminación de los registros electorales de los
habitantes de Lota y Coronel y del proceso de discusión parlamentaria entorno a esta
problemática a nivel país producto de la Ley Maldita. El problema es que no profundizó en
quiénes son estos actores sociales y los motivos internos por los cuales éstos se movilizan.
En este ámbito, esta investigación considera relevante el aporte desde la perspec-
tiva de sociabilidad y de género de Figueroa 37 cuyo mérito reside en incorporar al análisis
en calidad de sujeto histórico visible a la mujer en su rol participativo en las luchas sociales
de Lota y Coronel en el período de 1900 a 1930. Dicha autora menciona el hecho de que
tanto la Compañía como los hombres preferían relegar a la mujer al espacio doméstico,
pero desde su papel como madre protectora del hogar, supo encausar el descontento social
crítico de la situación imperante. Quedó pendiente en dicha indagación el período posterior
y un estudio sobre la infancia en la zona, interrogante que a nivel nacional ha sido tratada
sólo por Rojas.38 Otra categoría poco estudiada y que ha sido tocada por Illanes 39 es el
papel que juegan las visitadoras sociales en la zona del carbón para mejorar la relación
compleja entre la empresa y los trabajadores.
No obstante, pese a los avances académicos, durante el período de 1947 a 1949 por
sus características de convulsión política, persecución y censura, posee un relato
fragmentario y vacíos en materia de los sectores populares que es menester profundizar.
En este sentido, previamente, se hace perentorio pormenorizar acerca de un marco
teórico referencial para este estudio.

mención en Historia y Geografía, Facultad de Educación, Humanidades y Arte. Departamento de Ciencias


Históricas y Sociales, Universidad de Concepción.
34
Benedetti, Laura (2007). La cuestión social en Concepción y los centros mineros de Coronel y Lota (1885-
1910). Tesis para optar a grado de Magister en Historia, Facultad de Humanidades y Arte, Departamento de
Ciencias Históricas y Sociales, Universidad de Concepción.
35
Flores, Luis (2011). La actividad carbonífera: su importancia en la economía nacional y regional de la
segunda mitad del siglo XIX: los casos de Coronel y Lota. Tesis para optar al grado de Licenciado en
Historia, Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales, Universidad Católica de la Santísima
Concepción.
36
Flores, Luis; Labarrera, Álex y Luis Mendoza (2013). El impacto de la “Ley de Defensa Permanente de la
Democracia” en el eje minero de Lota y Coronel entre 1946-1949. Tesis para optar al grado de Pedagogía en
Historia y Geografía, Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad San Sebastián. (Inédita).
37
Figueroa, Consuelo (2009). Revelación del Subsole. Las mujeres en la sociedad minera del carbón 1900-
1930. Santiago de Chile: DIBAM.
38
Rojas, Jorge (2010). Historia de la infancia en el Chile republicano (1810-2010). Santiago de Chile:
JUNJI.
39
Illanes, María Angélica (2001). “Ella en Lota-Coronel: poder y domesticación: el primer servicio social
industrial de América Latina” En Mapocho, Año 38, N° 49, pp. 141-148.
11

Desde la discusión conceptual que propuso Edward Thompson40 sobre el


marxismo estructuralista de Althusser41 fue el comienzo de cambios epistemológicos en la
historiografía marxista. 42 Las antiguas categorías para referirse a los sujetos de la historia
que utilizaban los historiadores del Partido Comunista Británico 43 se modificaron, atri-
buyéndole más dinamismo a éste a través de múltiples investigaciones según los estudios
de Thompson44 y Hobsbawm.45 Aunque este episodio fue central en la utilización concep-
tual que se tiene hasta hoy, se ha de poner atención principal en el debate académico que ha
propuesto la “Nueva Historia Social Chilena”, heredera de esta discusión 46 en nuestro país.
En la historiografía marxista clásica en Chile de Jobet,47 Ramírez,48 Vitale49 y
Barría,50 los conceptos siguen siendo los mismos; movimiento de masas, lucha de clases,
proletariado industrial. Éstos seguían presentes en explicaciones que sumergían la realidad
de éstos en la estructura económica, convirtiéndose en “ser” y no “siendo” sujeto de la
historia. Sebag 51 criticó esto debido a la pérdida de realidad que sufría el sujeto, por el uso
de un sesgo en lo teórico y en lo práctico.
El dinamismo que generó Salazar 52 en la historiografía nacional a nivel epistemo-
lógico fue similar al que Thompson inició en Inglaterra, porque aunque criticó la utilización
de categorías graníticas, en cierta medida su detracción surgió de razones pragmáticas para
estos cambios.
Estos nuevos actores o voces de la historia olvidada también en la historiografía
oficial representada por Edwards,53 Encina,54 Eyzaguirre 55 y Góngora56 vienen a dar res-

40
Edward Palmer Thompson (1924-1993). Historiador del Partido Comunista Británico o grupo de
historiadores de Cambridge.
41
Louis Althusser (1918-1990). Filósofo francés miembro del Partido Comunista de ese país.
42
Thompson, Edward (1981). Miseria de la teoría. Barcelona: Critica, p. 58.
43
Principalmente Christopher Hill, Eric Hobsbawm, Raphael Samuel y Edward Thompson.
44
Ibíd.
45
Hobsbawm, Eric (1983). Rebeldes primitivos: Estudio sobre las formas arcaicas de los movimientos
sociales en los siglos XIX y XX. Barcelona: Ariel.
46
La Nueva Historia Social Chilena se nutre de los aportes teóricos de la Historia Social Británica en el
período de exilio que vivieron un grupo de historiadores chilenos en Inglaterra.
47
Jobet, Julio César (1955). Ensayo cr tico del desarrollo económico-social de Chile. Santiago de Chile:
Editorial Universitaria.
48
Ramírez, Hernán (1956). Op. Cit.
49
Vitale, Luis (1998). Op. Cit.
50
Barría, Jorge (1971). Op. Cit.
51
Sebag, Lucien. (2000). Marxismo y estructuralismo. México, D. F.: Siglo XXI.
52
Mediante la publicación de la obra de Salazar, Gabriel (1985). Labradores, peones y proletarios: Formación
y crisis de la sociedad popular chilena del siglo XIX. Santiago de Chile: Ediciones Sur.
53
Edwards, Alberto (1928). La Fronda Aristocrática en Chile. Santiago de Chile: Imprenta Nacional.
12

puesta a nuevas problemáticas sociales según Salazar. Pero no sólo esto envolvió la teoría
de sus estudios. También el valor de lo “local” fue el fruto de las investigaciones conjuntas
de Salazar y Benítez,57 donde éstos confluyen en que para generar significado y sentido a
los sujetos populares es fundamental considerarlos espacialmente porque es desde ahí
donde se puede explicar la sustancia de su identidad y la memoria colectiva que poseen.
Aunque los autores coinciden en que es necesario plantear las problemáticas y limitaciones
que ofrecen las “condiciones objetivas” 58 que influencian la conciencia, solidaridad y el
proyecto histórico común que los impulsa a la movilización social.
Estos sujetos populares son separados por Salazar y Pinto 59 del antiguo concepto
de “sujeto social obrero” porque influyen según sus palabras en su “yo y sus circuns-
tancias” cuestionando y modificando la conducta de aquéllos que seguían ciegamente a los
partidos políticos y a las organizaciones.
Illanes 60 reafirmó esto por medio del reconocimiento de una identidad común de
los sectores populares. Sin embargo, Grez61 criticó que estos sujetos no sólo son sujetos
culturales como lo propuso la “Nueva Historia Social” sino que tienen una dimensión
política. De este modo, Grez comprende a éste como una unidad entre lo social y lo
político.
El concepto de este sujeto en su dimensión grupal y concreta en la sociedad, es el
de movimiento social, en que según el estudio de Riazánov 62 consideró a Von Stein,63 Marx
y Engels como los precursores de la idea de que el proletariado industrial generó

54
Encina, Francisco Antonio (1940). Historia de Chile desde la prehistoria hasta 1891. Santiago de Chile:
Editorial Nacimiento.
55
Eyzaguirre, Jaime (1947). Hispanoamérica del dolor. Madrid: Instituto de Estudios Políticos.
56
Góngora, Mario (1986). Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX.
Santiago de Chile: Editorial Universitaria.
57
Salazar, Gabriel y Jorge Benítez (1998). Autonomía, espacio y gestión: El municipio cercenado. Santiago
de Chile. LOM Ediciones/Universidad ARCIS.
58
Según Salazar existen ciertos rasgos comunes en estos sujetos: 1) Necesidades colectivas concretas. 2)
Autonomía de liderazgos partidistas y sindicales. 3) Independencia de referentes de clase. 4) Jerarquías no
estructuradas de las organizaciones.
59
Salazar, Gabriel y Julio Pinto (1999). Historia contemporánea de Chile: Actores, Identidad y Movimiento.
Tomo II. Santiago de Chile: LOM. Ediciones, pp. 93-94.
60
Illanes, María Angélica (2003). Chile des-centrado: Formación socio-cultural republicana y transición
capitalista, 1810-1910. Santiago de Chile: LOM Ediciones.
61
Grez, Sergio (2005). Op. Cit., p. 25.
62
Riazánov, D. (1962). Marx y Engels: Conferencias del curso de marxismo en la cademia Comunista de
osc . Buenos Aires: Ediciones Claridad.
63
Lorenz Von Stein (1815-1890) fue un sociólogo alemán que introdujo el concepto de Movimientos Sociales
al debate académico.
13

conciencia, siendo el único ente en poner en marcha a través de una conciencia de clase
estos movimientos sociales frente al Estado por las desigualdades económicas.
Sin embargo, Tilly y Wood64 incluyeron también a otras capas significativas de la
sociedad como las mujeres, jóvenes, obreros, etc. Estos autores definieron este concepto
por su estructura, pero también por su acción política que ellos dividieron en tres grandes
elementos: 1) esfuerzo organizado a través de “campañas” de reivindicación colectiva. 2) la
realización de reuniones públicas, manifestaciones, mítines, propaganda, en definitiva todo
un “repertorio”65 por parte de las organizaciones. 3) el valor, unidad y compromiso de estos
grupos.
Para Salazar 66 éstos confluyen en una explicación histórica que responde al
legítimo derecho de resistencia de los sujetos populares como actores sociales a resistir
frente a la figura de falsa legitimidad del Estado, a través de un largo proceso de “síntesis
histórica”. Para él la identidad cultural y la memoria de dichos sectores es fundamental para
su organización. Coincidiendo con Garcés que definió a estos movimientos desde su grado
de autonomía considerándolos como: “diversas formas de acción colectiva que surgen de la
sociedad civil y que dan cuenta tanto de contradicciones relativas a la desigualdad,
discriminación, etc.; que dan lugar a diferentes iniciativas y proyectos de cambio social con
un sentido emancipatorio”.67
Se entenderá por el concepto de sujeto popular como una categoría que excluye al
obrero como único motor de la historia del hombre y la sociedad. Se ha de utilizar en el
mismo sentido que le otorgó Thompson.68 Y aunque la historiografía desde los años “50”
en Chile difundió la idea que explicó a éste en su relación con el partido de la clase obrera
desde una centralización partidaria, resulta imprescindible integrar otras voces como lo
hace Salazar 69, aplicando sus aportes de lo “local” en la teoría aplicada a la historia. Esto
por considerarlo, como mejor punto de referencia en la enunciación de los discursos de este

64
Tilly, Charles y Leslie Wood (2010). Los Movimientos Sociales. Desde sus orígenes a Facebook.
Barcelona: Crítica.
65
Ibíd., p. 15. Tilly y Wood definen estos elementos como el repertorio clásico del movimiento social.
66
Salazar, Gabriel (2011). En el nombre del poder popular constituyente: (Chile, siglo XXI). Santiago de
Chile: LOM Ediciones, p. 76.
67
Garcés, Mario (2012). El "despertar de la sociedad: Los movimientos sociales en m rica Latina y Chile.
Santiago: LOM Ediciones, p. 45.
68
Thompson, Edward (1981). Op. Cit., p. 159
69
Salazar, Gabriel (1985). Op. Cit., p. 14
14

tipo de sujetos históricos. Al igual que Salazar y Pinto 70 se analizarán las causas objetivas
que explican su actuar, y no la dimensión ideológica de estas.
Lo popular no ha de entenderse en los mismos códigos que hasta ahora se ha
entendido en la Nueva Historia Social, por su sesgo ideológico-teórico, como menciona
Fuentes.71 Se ha de ampliar la mirada con la incorporación en el análisis de pobladores,
mujeres y niños de la época.
En esta investigación se opta por entender a este sujeto popular como depositario
de una identidad común, como sostiene Salazar, 72 pero también a la vez integrado a la
política como propone Grez73 para un análisis más profundo.
La explicación mixta de estos sujetos, será ubicada entre la interpretación de
Salazar y Grez, reconociendo los aportes del primero en la integración de estas “nuevas
voces” a la historiografía del periodo analizado de 1947 a 1949, pero considerando la
inclusión de nuevos actores del entramado social, que hasta aquí no han profundizado
dichos autores.
También los mineros serán integrados, pero no en su dimensión de clase proletaria
sino para incorporarlos a la explicación de una realidad local más representativa. El
movimiento social, ha de entenderse como un colectivo de identidad común, representativa
de la sociedad, y catalizador de demandas sociales en que se moviliza políticamente y de
forma autodeterminante, al menos en aspectos relativos como sugiere Goicovic.74 Se
distingue también por poseer un repertorio ad hoc como propone Tilly y Wood75 y que se
incorpora en momentos clave cuando se producen métodos violentos al decir de Goicovic. 76
Cabe mencionar que las problemáticas de sus integrantes son un espacio para
instancias locales de acción política 77 y de decisión de estrategias, 78 buscando la hetero-

70
Salazar, Gabriel y Julio Pinto (1999). Op. Cit., p. 94-96.
71
Fuentes, Antonio (2007). Gabriel Salazar y la “Nueva Historia” elementos para una pol mica desde el
marxismo clásico (exposición y debate). Seminario de grado para optar al grado de Licenciado en Historia,
Facultad de Filosofía y Humanidades, Departamento de Ciencias Históricas, Universidad de Chile. Santiago
de Chile Ediciones Universidad de Chile, p. 162.
72
Salazar, Gabriel (2011). Op. Cit., p. 75.
73
Grez, Sergio (2005). Op. Cit., p. 28.
74
Goicovic, Igor (1998). Sujetos, mentalidades y movimientos sociales en Chile. Viña del Mar: CIDPA,
p. 212.
75
Tilly, Charles y Leslie Wood (2010). Op. Cit., p. 15.
76
Goicovic, Igor (2000). “Del control social a la política social. La conflictiva relación entre los jóvenes
populares y el Estado en la historia de Chile”. En: Última Década, Año 6, N° 12, pp. 103-123.
77
Tapia, Luis (2008). Política salvaje. La Paz, Bolivia: Muela del Diablo Editores, p. 56.
15

génea asociación de individuos de la localidad que se agrupan para resistir diferentes


problemáticas que principalmente les impone la institucionalidad. Este grupo, puede poseer
o no en su composición a integrantes de los partidos políticos. Sin embargo, su estructura ni
su estrategia pueden estar dirigidas por esto, ni movilizados por sus ideologías. Además
este no necesariamente desarrolla un proyecto de largo plazo sino que puede responder a
causas temporales.
En relación con la problemática investigativa y marco teórico correspondiente,
cabe plantear que la hipótesis de trabajo es que el Estado de Sitio impuesto por el Gobierno
de Gabriel González Videla en Lota y Coronel entre 1947 a 1949, eliminó paulatinamente
la injerencia política del Partido Comunista, cuestión que se vio reemplazada por el
aumento de la participación de los sectores populares mediante redes de asociatividad
entre los sujetos populares que generaron estrategias de organización, resistencia y
adaptación diferentes a las del movimiento obrero nacional debido a la coyuntura política
local existente.
Los objetivos generales son los siguientes:
1. Contribuir al conocimiento histórico de la memoria local de los sectores
populares de Lota y Coronel entre los años de 1947 a 1949.
2. Comprender el significado del movimiento social para los sujetos populares de
Lota y Coronel.
A nivel de objetivos específicos corresponden a:
1. Distinguir el origen y las características de los habitantes de los sectores
populares de Lota y Coronel.
2. Analizar las implicancias políticas en Lota y Coronel de las relaciones
conflictivas entre el Partido Comunista y el Estado.
3. Explicar el actuar de los sectores populares desde la huelga de 1947 hasta el
término del Estado de Sitio en Lota y Coronel en 1949.
4. Identificar los tipos de relaciones asociativas de los sujetos populares en la
construcción de un movimiento social.
Señalados los objetivos, resulta necesario preguntarse:

78
Tarrow, Sidney (2004). El poder en movimiento: Los movimientos sociales, la acción colectiva y la
pol tica. Madrid: Alianza, p. 177.
16

1. ¿Cuál es la composición social de los sujetos populares de Lota y Coronel?


2. ¿Qué factores externos, internos y locales dan pie al actuar político del movi-
miento social en la zona carbonífera?
3. ¿Por qué se movilizan los sujetos populares de Lota y Coronel entre 1947 a
1949?
4. ¿Cómo se organizan los sectores populares en aspectos de bienestar social en
Lota y Coronel?

De acuerdo con el tipo de investigación realizada, este trabajo se circunscribe al


área de estudio de la Nueva Historia Social Chilena cuyos referentes historiográficos son
Gabriel Salazar, 79 Sergio Grez,80 Mario Garcés, 81 María Angélica Illanes82 y Julio Pinto.83
Estos historiadores han criticado la relación mecánica y determinista de la escuela marxista
y estructuralista porque estas han dejado de lado el estudio de los sujetos sociales,
relegándolos sin participación en la historia. 84 La principal contribución de los menciona-
dos autores fue haber planteado una ruptura epistemológica en la cual se afirma que el
sujeto popular puede actuar social y políticamente. 85 Para poder robustecer dicho análisis
histórico, se tomaron en cuenta elementos provenientes de la sociología y la antropología
por lo que se puede calificar de un estudio interdisciplinar.
En aspectos metodológicos, esta investigación es de carácter básica, su nivel de
profundidad es explicativo con un enfoque cualitativo porque implica la observación
documental de fuentes primarias y secundarias. 86 En el proceso de obtención de datos, se
revisaron censos de la zona de los cuales dispone el Instituto Nacional de Estadísticas
(INE), los antecedentes de trabajadores de los que dispone el archivo administrativo de la
Empresa Nacional del Carbón (ENACAR), las actas municipales de Lota y Coronel,

79
Salazar, Gabriel (2003). La historia desde abajo y desde dentro, Santiago de Chile: Universidad de Chile,
Facultad de Artes, Departamento de Teoría de las Artes.
80
Grez, Sergio (2011) La historia de los comunistas chilenos: La era de Recabarren, Santiago de Chile:
LOM Ediciones.
81
Garcés, Mario (2002). Recreando el pasado: Guía metodológica para la memoria y la historia local,
Santiago de Chile: ECO, Educación y Comunicaciones.
82
Illanes, María Angélica (2001). Op. Cit.
83
Pinto, Julio y Gabriel Salazar (2003) Historia Contemporánea de Chile. Tomo III, La Economía: mercados,
empresarios y trabajadores, Santiago de Chile: LOM Ediciones.
84
Fuentes, Antonio (2007). Op. Cit., p. 73.
85
Ibíd.
86
Aquello basándonos en las definiciones entregadas por Sierra Bravo, Restituto (1991). cnicas de
investigación social: eoria y ejercicios. (7° Ed.). Madrid: Paraninfo, pp. 32-34.
17

complementado con documentos procedentes de la Intendencia de Concepción en el Fondo


Histórico del Archivo Nacional de Chile, Archivo del Diario El Sur S.A y finalmente las
publicaciones de El Siglo, La Opinión y Oro Negro en la hemeroteca de la Biblioteca
Nacional de Chile.
Las técnicas de recolección y análisis de datos provenientes de textos, docu-
mentación de archivo y periódicos fueron a partir del uso de fichas bibliográficas y
hemerográficas 87 para posteriormente, pasar a la etapa de observación documental88 y al
análisis documental de contenido.89
Para esta investigación y a modo de complemento de la colección documental, se
recurrió al uso de testimonios orales mediante entrevista semiestructurada 90 y cuestionario91
para captar la visión de los sectores populares y sus espacios de representación política en
el contexto del estado de sitio en Lota y Coronel.92
Para estructurar el desarrollo de este estudio es que se ha dividido en cuatro
apartados. El primer capítulo llamado “Contexto Histórico”, aborda el acontecer
internacional referente al surgimiento de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión
Soviética, las visiones de cada uno sobre la postguerra, la defensa de sus intereses
geopolíticos y directrices ideológicas en conflicto. Posteriormente, una síntesis del ámbito
nacional en el terreno de los desafíos que debieron afrontar los partidos políticos reunidos
en el Frente Popular y después en la Alianza Democrática. Además de pasar revista a la
contribución que estas coaliciones pudieron lograr en sus respectivos lineamientos
programáticos, encarnados en las figuras de Pedro Aguirre Cerda, Juan Antonio Ríos y
Gabriel González Videla.

87
Para la confección de las fichas bibliográficas se ha recurrido al modelo propuesto por Eco, Umberto
(1995). Como se hace una tesis. Barcelona: Editorial Gedisa, p. 158. En tanto, para las fichas hemerográficas
se acudió al formato presentado en Alía, Francisco (2005). Técnicas de Investigación para Historiadores.
Madrid: Editorial Síntesis, p. 329.
88
Según Francisco Alía Miranda la observación documental consiste en “analizar las fuentes y
documentación de la historia para comprender el significado del documento y contrastar la información con el
fin de validar o no las hipótesis planteadas”. Alía, Francisco (2005). Op. Cit., p. 51.
89
El Análisis Documental de Contenido (ADC) que Alía reconoce como “Proceso cognitivo de recono-
cimiento, descripción y representación del contenido documental. Para su correcto desarrollo, involucra las
fases de Lectura/Comprensión, Análisis y Síntesis”. Ibíd., pp. 55-56.
90
Véase el formato tipo de entrevista en el anexo N° 1.
91
Véase el cuestionario en el anexo N° 2.
92
Se han seleccionado cinco entrevistas por su relevancia a nivel testimonial. Tanto el formato de entrevista
como del cuestionario fueron validados por el Doctor en Ciencias de la Información, el Sr. Rubén Dittus
Benavente. La constancia se encuentra en el anexo N° 3 de la presente tesis. Asimismo, la transcripción de las
mismas se encuentra en el anexo N° 6.
18

Al cerrar este acápite, se narran los principales acontecimientos que sucedieron en


la zona del carbón entre 1920 a 1946 como el preámbulo histórico a la época de estudio,
enfocado en el significado que tiene el mineral para las aspiraciones de los pueblos de Lota
y Coronel.
El segundo capítulo titulado “El sujeto popular como categor a histórica en Lota y
Coronel. ntecedentes para su estudio”, ahonda en los orígenes, caracterizaciones,
procesos de adaptación y autoaprendizaje de los sectores populares en su consolidación en
la urbanidad desde los siglos XIX al XX. Asimismo, se analiza el proceso de politización
desde la visión de un sujeto de clase proletaria por sobre aquella percepción local de una
identidad propia de su comunidad reforzada por lazos de solidaridad colectiva.
El tercer capítulo se denomina “ islamiento y Estado de Sitio: Visiones y
perspectivas de la confrontación ideológica desde los excluidos por el Estado”, que
procura detallar y explicar las circunstancias externas e internas involucradas en la huelga
de octubre de 1947, el comportamiento de la población lotina y coronelina frente a la
implantación del Estado de Sitio por parte del Estado y la fisonomía de las relaciones que
se crearon entre civiles y militares en el tiempo en que esta zona carbonífera estuvo bajo
vigilancia y persecución de los instigadores de la paralización de faenas.
Finalmente, el cuarto capítulo lleva por nombre “El rol de los sujetos populares en
Lota y Coronel”, que tiene el propósito de ponderar la capacidad de organización y
generación de instancias ciudadanas para la coordinación y la realización de actividades en
pro de sus necesidades de carácter social y económico.
La relevancia de esta investigación consiste en servir como una fuente de
referencia de consulta académica. Del mismo modo, como un complemento en términos de
conocimiento a nivel social y cultural en la construcción de una Historia Regional cada vez
más cercana a la ciudadanía a nivel divulgativo. No obstante, en lo que se refiere a la teoría
y metodología científica de la disciplina histórica, se aspira a robustecer el estudio de los
“sujetos populares” que lleva realizando la Nueva Historia Social Chilena desde lo teórico
y aplicarlo en términos concretos a entender sus relaciones de asociatividad en la zona
carbonífera y explicar las causas de sus acciones.
CAPÍTULO I – CONTEXTO HISTÓRICO

1.1. Situación internacional: Las huellas de la Postguerra y el amanecer de la


19

Guerra Fría. (1945-1947)

La Segunda Guerra Mundial (1939-1945), culminó con un saldo aproximado de


sesenta millones de víctimas, de las cuales dos tercios eran civiles. 93 De esta cifra, unos
400.000 soldados norteamericanos dieron su vida en la lucha contra las fuerzas alemanas,
italianas y niponas.94 Por su parte, la Unión Soviética perdió a veintisiete millones de
personas, razón por la cual dicho país en 1945 fue considerado como “afortunado por haber
sobrevivido”.95 Más aún, la ideología comunista soviética gozaba de un respeto en Europa
porque había resistido tenazmente en contra de los nazis en sus frentes de ataque.96
El conflicto bélico más cruento en los pasajes de la historia humana había
terminado con un destello apocalíptico. Las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y
Nagasaki ocasionaron un desequilibrio en la concepción del arte de la guerra. Con dicho
artefacto de destrucción masiva en poder de los Estados Unidos, Stalin tuvo que acelerar su
propio programa nuclear en vista de que los norteamericanos podían reclamar concesiones
de postguerra en desmedro de las aspiraciones de la Unión Soviética. 97 Es así como
persistentemente en sus alocuciones, “el líder soviético dejó a Occidente el papel de
responsable de la ruptura de los acuerdos de Yalta y Potsdam y de iniciador de la
confrontación”.98
Es complejo determinar la fecha exacta del inicio de la Guerra Fría, puesto que no
hubo señales de ningún tipo evidentes de un conflicto tradicional como ataques por
sorpresa, declaraciones formales de guerra o rupturas de relaciones diplomáticas. Lo
admisible es que hubo “un sentido creciente de inseguridad en los niveles máximos de
Washington, Londres y Moscú generados por los esfuerzos que los aliados de la guerra
hacían para asegurar su propia seguridad de postguerra”. 99
Esta sensación de vulnerabilidad fronteriza fue la principal preocupación de la
política exterior y de la defensa durante la Guerra Fría y que para los Estados Unidos tuvo
93
McMahon, Robert (2009). La Guerra Fría. Una breve introducción. Madrid: Alianza Editorial, p. 12.
94
Ibíd., p. 18.
95
Lewis, John (2011). Nueva historia de la Guerra Fría. México, D.F.: Fondo de Cultura Económica, pp. 22-
23.
96
Ibíd., p. 24.
97
Ibíd., p. 42.
98
Zubok, Vladislavm (2008). Un imperio fallido. La Unión Soviética durante la Guerra Fría. Barcelona:
Crítica, p. 89.
99
Lewis, John (2011). Op. Cit., p. 44.
20

su comienzo en el ataque japonés de Pearl Harbor del 7 de diciembre de 1941. 100 Aquello
puso en alerta a ese país y lo llevó a considerar que el Eje o cualquier presunto enemigo
también podría poner en serio riesgo las libertades, creencias y valores de la sociedad
estadounidense.101
Dichos temores también eran compartidos por los soviéticos. La reciente ocu-
pación alemana se sumaba a las experiencias históricas de la invasión de soldados
germanos en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la intervención aliada durante la
guerra civil rusa (1917-1923) o inclusive, el intento de conquista de Rusia por parte del
ejército napoleónico en 1812, “despertando en los líderes soviéticos una verdadera obsesión
por asegurar la protección de su patria de futuras violaciones territoriales”. 102
Stalin tenía claro en su escala de prioridades que independiente de los intereses de
sus compañeros comunistas en el resto del mundo, su propia protección, la estabilidad del
régimen en su nación y la ideología eran lo primero a resguardar. 103
En el caso de la política de los EE.UU. la popularidad de Truman arrojaba un 30%
de respaldo a su administración hacia finales de 1946. La razón consistía en que no había
logrado resolver los problemas de inflación, altos costos en alimentos y vivienda, conflictos
reivindicativos entre trabajadores y empresarios; además de la segregación creciente de la
población negra en el Sur.104 No obstante, aquellos asuntos internos no impedían que este
país fuera concebido como una potencia mundial de postguerra. Fue entonces cuando los
asesores de Truman 105 comprendieron que podían utilizar el anticomunismo a su favor
como elemento retórico en las campañas políticas. La idea de “un enemigo exterior que
amenazase a los Estados Unidos les resultaba práctico a los gobiernos norteamericanos”.106
Sin embargo, aquello no significaba para nada el subestimar las capacidades del
Kremlin.107 El mayor temor era que ante una Europa desolada por el hambre, la pobreza y

100
McMahon, Robert (2009). Op. Cit., p. 20.
101
Ibíd., p. 23.
102
Ibíd., pp. 26-27.
103
Lewis, John (2011). Op. Cit., p. 25.
104
Leffler, Melvyn (2008). La guerra después de la guerra. Estados Unidos, la Unión Soviética y la Guerra
Fría. Barcelona: Crítica, p. 97.
105
Claramente hubo disidentes a este tipo de recurso político. Henry Wallace, Ministro de Comercio de
Truman se opuso y planteó la posibilidad del desarme nuclear y el entendimiento entre ambos países, pero fue
desvinculado de su cargo. Para mayores antecedentes véase en Powaski, Ronald (2000). La Guerra Fría
Estados Unidos y la Unión Soviética, 1917-1991. Barcelona: Crítica, p. 95.
106
Hobsbawm, Eric (1995). Historia del Siglo XX: 1914-1991. Barcelona: Crítica, p. 238.
107
Sinónimo del gobierno soviético.
21

la desesperación social fuera a dejarle el camino libre a los comunistas para que ocuparan
cargos en la dirección gubernamental de los países en ruinas.108 Aquello se traducía en
darle la chance a Moscú para rediseñar la geopolítica del viejo continente según su antojo,
cuestión que EE.UU. no podía permitírselo. Mediante la asistencia económica del Plan
Marshall, la inversión norteamericana insufló nuevos bríos a las finanzas en decadencia de
Europa Occidental.109
Cabe mencionar que las tensiones se incrementaron a partir de la presión
norteamericana y británica para que la URSS retirara sus pretensiones militares sobre Irán y
el acceso a sus recursos petroleros. De esta manera, había sido el fin de la Gran Alianza de
los aliados de la Segunda Guerra Mundial en marzo de 1946. Misma fecha cuando además
el ex primer ministro británico Winston Churchill pronunció su discurso sobre el telón de
acero que dividía a Europa culpando a los soviéticos.110 En consecuencia, Stalin procedió a
desechar la idea de contraer un préstamo norteamericano de mil millones de dólares,
negándose a formar parte del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional; apoyó al
movimiento comunista chino de Mao Zedong y se libró de los partidarios pro occidentales
que tenía en puestos de influencia.111
Truman en marzo de 1947 en reemplazo de los ingleses, asumió la tarea de apoyar
económicamente a Grecia y Turquía manifestando que “Estados Unidos debe tener por
norma ayudar a los pueblos libres que se resisten a los intentos de subyugación por parte de
minorías armadas o de presiones externas”.112 Dichas palabras fueron conocidas como la
Doctrina Truman que contribuyó a exacerbar los ánimos con respecto a la URSS. El
discurso anticomunista se enfocó en la contención de su rival como principio
fundamental.113 Una medida concreta en este aspecto fue que en septiembre de 1947,
Estados Unidos y diecinueve estados latinoamericanos firmaron el Tratado Interamericano
de Asistencia Recíproca (TIAR) en Rio de Janeiro, Brasil. En términos simples, el acuerdo
era “una alianza de duración indefinida que tenía por finalidad proteger de la agresión

108
Applebaum, Anne (2014). El Telón de Acero. La destrucción de Europa del Este, 1944-1956. Barcelona:
Editorial Debate, p. 225.
109
Lewis, John (2011). Op. Cit., p. 49.
110
Powaski, Ronald (2000). Op. Cit., p. 94.
111
Ibíd.
112
Ibíd., p. 95.
113
Veiga, Francisco; Da Cal, Enrique y Ángel Duarte (2006). La paz simulada: una Historia de la Guerra
Fría, 1941-1991. Madrid: Alianza Editorial, p. 77.
22

procedente de cualquier parte, incluso de los países que firmaron”.114


Stalin respondió a las presiones occidentales con la creación en 1947 de la
Kominform u Oficina de Información Comunista que tuvo un carácter eurocéntrico, pero
que no logró la adhesión completa de sus aliados.115 Fue el caso yugoslavo, cuyo líder,
Josip Broz Tito, no tuvo que depender de la ayuda de Stalin para perpetuarse en el poder.
De hecho, “los esfuerzos para someterlo a la ortodoxia del Kominform enojaron a Tito, y a
fines de junio de 1948 había roto abiertamente con Moscú”.116
Además en cuanto se conoció la noticia de la conformación de la Kominform en
los gobiernos latinoamericanos, se convirtió en un factor adicional “no tan sólo para
suspender las relaciones con la URSS, sino que para poner fuera de la ley a casi todos los
partidos comunistas de la región”. 117 Salvo México y Argentina, fueron los únicos en no
asumir esta tendencia”.118
De este modo, el mundo se encontraba en una plena efervescencia política en que
a la par de esta confrontación entre superpotencias, contribuyó a su extensión los procesos
de descolonización y nacionalismo revolucionario en parte de África y el noroeste asiático
que produjeron escenarios conflictivos a posteriori cuando los nuevos estados tuvieron que
optar entre el modelo capitalista o el comunista.119

114
Powaski, Ronald (2000). Op. Cit., p. 96.
115
Hobsbawm, Eric (1995). Op. Cit., p. 242.
116
Lewis, John (2011). Op. Cit., p. 51.
117
Varas, Augusto (1991). De la Komintern a la Perestroika: América Latina y la Unión Soviética. Santiago
de Chile: FLACSO, p. 44.
118
Del Pozo, José (2009). Historia de América Latina y del caribe desde la independencia hasta hoy,
Santiago de Chile: LOM Ediciones, p. 146.
119
Leffler, Melvyn (2008). Op. Cit., p. 112.
23

1.2. Situación nacional: Los aciertos y contradicciones del Frente Popular y


la Alianza Democrática de Chile. (1936-1947)

La conformación del Frente Popular (1936-1941) en Chile tuvo su base en el


cambio estratégico del Partido Comunista frente a la compleja situación europea de
afianzamiento del nazismo. Dicho conglomerado político de izquierda optó por buscar
alianzas con socialistas y radicales en virtud de su discurso antifascista. 120 Para los
socialistas esta nueva actitud aperturista de los comunistas les ocasionaba cierta resistencia
por su antigua rivalidad electoral, pero frente a las dificultades políticas que sorteaban en
sus relaciones con el gobierno de Alessandri, concretaron un acuerdo más bien de carácter
coyuntural.121
Posteriormente, los radicales accedieron a la iniciativa izquierdista a la que se
habían sumado el Partido Democrático y la Confederación de Trabajadores de Chile
(CTCH), pero con la condición de que el candidato fuera uno de sus partidarios del
radicalismo. Así, en una convención del Frente Popular a inicios de 1938, se determinó
como su representante eleccionario a Pedro Aguirre Cerda. 122
Una difícil contienda protagonizó el abanderado del Frente Popular que ganó por
una estrecha diferencia de 4.000 votos a su principal contendor Gustavo Ross, dado que
Carlos Ibáñez declinó su candidatura a causa de los incidentes en la Caja del Seguro
Obrero.123
Pedro Aguirre Cerda una vez en el poder, tuvo que enfrentar serios problemas al
interior de su coalición. Los socialistas y comunistas se disputaron el liderazgo del
movimiento sindical y aparte el PS le reprochaba al PC el tratado Molotov-Ribbentrop o
también conocido como Pacto de No Agresión entre Stalin y Hitler de agosto de 1939. Por
su parte, los radicales se dividieron en dos tendencias. Una de carácter de izquierda,
proclive a una oposición al cariz de derecha que tomaba el Gobierno; la otra facción
conservadora, prefirió negociar acuerdos con liberales y conservadores.124 Estos factores

120
Correa, Sofía y otros (2001). Historia del siglo XX chileno. Santiago de Chile: Editorial Sudamericana, pp.
123-124.
121
Ibíd., p. 124.
122
Ibíd., p. 125.
123
Ibídem.
124
Collier, Simon y William Sater (1999). Historia de Chile 1808-1994, Madrid: Cambridge University Press,
24

llevaron a la disolución del Frente Popular en 1941, puesto que se había quedado en el
mero discurso y “sin mostrar mayor capacidad de movilización y ante la ausencia de
capacidad de acción común, renunció a desarrollar vías de politización propias”. 125
De hecho, las promesas de Reforma Agraria tuvieron que ser aplazadas por la
renuencia legislativa y sólo a causa del trágico terremoto de 1939, se logró obtener la
aprobación parlamentaria para la creación de la Corporación de Fomento de la Producción.
(CORFO).126
Al conocerse en Chile que las tropas alemanas habían invadido la URSS hacia
junio de 1941, comunistas, socialistas, radicales y democráticos retomaron el diálogo y
formalizaron un acuerdo electoral en vista del fallecimiento de Pedro Aguirre Cerda por
tuberculosis a finales de ese año.127 De este modo, nació la Alianza Democrática en
1942. 128 Esta coalición llevó a la elección a Juan Antonio Ríos, perteneciente a la facción
conservadora de los radicales que resultó ganador con el 55,7% de las preferencias en
febrero de 1942, a las que se sumó el apoyo liberal que era contrario a la candidatura de
derecha de Ibáñez.129
Ríos como mandatario destacó en su contribución al desarrollo de la industria
acerera y en el plano energético con respecto a la organización del sistema eléctrico y el
petrolífero. Asimismo, tuvo que romper relaciones diplomáticas con el Eje de Alemania,
Italia y Japón en 1943 en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. 130
Ríos se enfrentó a mayores dificultades cuando los socialistas se retiraron del
gabinete por considerarlo demasiado conservador en su actuar político en 1943 y luego fue
el turno de los radicales por desavenencias internas. 131 Al encontrase sin el apoyo de los
partidos que lo habían llevado a La Moneda, Ríos tuvo que recurrir a llamar a algunos
oficiales de las Fuerzas Armadas e independientes a su gabinete. 132

p. 213.
125
Milos, Pedro (2008). Frente Popular en Chile: Su configuración: 1935-1938. Santiago de Chile: LOM
Ediciones, p. 324.
126
Collier, Simon y William Sater (1999). Op. Cit., p. 213.
127
Ibíd., p. 214.
128
Salas, Sergio. La elección presidencial de 1946. El calor de la Guerra Fría, en San Francisco, Alejandro y
Ángel Soto (2005). Camino a La Moneda. Las elecciones presidenciales en la Historia de Chile 1920-2000,
Santiago de Chile, Centro de Estudios Bicentenario, p. 228.
129
Collier, Simon y William Sater (1999). Op. Cit., p. 215.
130
Ibíd., p. 216.
131
Ibídem.
132
Correa, Sofía y otros (2001). Op. Cit., p. 129.
25

La oposición conformada por los Partidos Liberal y Conservador, se encargaron de


hacer duras acusaciones de corrupción y de tender a favorecer al comunismo a su
gobierno.133 Ríos a causa de su deteriorado estado de salud, tuvo que alejarse de la
presidencia en enero de 1946, dejando en el cargo de vicepresidente a Alfredo Duhalde,
quien tuvo un mandato marcado por agitaciones y paros sindicales. 134
Tanto el Partido Radical como la convención de la Alianza Democrática
proclamaron como su candidato a Gabriel González Videla de posición izquierdista en el
radicalismo. Su estrategia fue consolidar el respaldo de los comunistas con fines electorales
prácticos. 135 Las votaciones realizadas el 4 de septiembre de 1946, tuvieron los siguientes
resultados:
Tabla N° 1. Porcentaje de votos en las elecciones presidenciales de 1946.136
Candidato Votos
Gabriel González Videla 40,23%
Eduardo Cruz-Coke 29,81%
Fernando Alessandri 27,42%
Bernardo Ibáñez 2,54%

Aquello significó una mayoría relativa en la cual el Congreso Nacional tuvo que
zanjar el asunto entre las dos primeras mayorías. Así, el 24 de octubre de 1946, el poder
legislativo entregó el mandato a Gabriel González Videla: con 138 votos contra 46 votos de
Eduardo Cruz-Coke.137
Este Gobierno se caracterizó por incluir en su primer gabinete a personeros del
Partido Comunista. Se trató de Carlos Contreras Labarca en Obras Públicas, Víctor
Contreras en Tierras y Colonización y Miguel Concha en Agricultura. 138 Sin embargo, las
expeditas relaciones entre el Presidente y los comunistas se truncaron debido a una serie de
factores internos y externos. Cabe señalar que se acentuaron divisiones entre los
trabajadores reunidos en la CTCH que se separó en dos facciones, comunista y socialista

133
Collier, Simon y William Sater (1999). Op. Cit., p. 216.
134
Ibíd.
135
Ibíd., p. 217.
136
Salas, Sergio. (2005). Op. Cit., p. 232.
137
Ibíd., p. 238.
138
Ibíd., p. 239.
26

respectivamente en 1946. 139 Por otro lado, las elecciones municipales de 1947, arrojaron
como abrumador cómputo un 16,5% de los votantes hacia el comunismo.140 Esta situación
fue insoportable para los liberales y radicales que prefirieron declinar su apoyo al Gobierno
para hacer presión conjunta con el objetivo de restarle al PC su influencia gubernamental.
Entonces, Gabriel González Videla se encontró desprovisto del necesario respaldo
legislativo, teniendo que optar por solicitarles la renuncia a sus tres ministros comunistas en
abril de 1947. 141
Dos meses más tarde, la escalada de conflictos en las calles como fue el caso del
paro de autobuses en Santiago estalló en desórdenes con cuatro muertos y veinte heridos.142
El Gobierno respondió declarando a Santiago zona de emergencia para restaurar el orden
público con efectivos militares. 143 Abundaban las denuncias hacia los comunistas de ser los
instigadores de las protestas y huelgas que fueron sucediéndose a lo largo de 1947. 144
Por su parte, el PC mediante el diario El Siglo lo responsabilizaba por la
incapacidad de lidiar con el alto costo de la vida, la inflación y de estar siguiendo las
directrices de Estados Unidos.145 En este sentido, González Videla lo consideró un ataque
directo de insubordinación a su autoridad y dándose cuenta de situaciones similares en
Europa, relacionó estos actos de protestas como el prolegómeno hacia una eventual Tercera
Guerra Mundial entre norteamericanos y soviéticos.146

139
Medina, Andrés (1999). Op. Cit., p. 103.
140
En las elecciones municipales de abril de 1947, a nivel nacional, el número de regidores comunistas subió
de 81 a 202, mientras que el número de regidores radicales bajó de 447 a 322. Información extraída de
González, Gabriel (1975). Memorias, Tomo I. Santiago de Chile: Editorial Gabriela Mistral, p. 540.
141
Collier, Simon y William Sater (1999). Op. Cit., p. 218.
142
Ibíd.
143
Huneeus, Carlos (2009). Op. Cit., p. 40.
144
Collier, Simon y William Sater (1999). Op. Cit., p. 218.
145
“La historia del pan”. El Siglo 20 de agosto 1947: 3.
146
Huneeus, Carlos (2009). Op. Cit., pp. 25-26.
27

1.3. Situación regional y local: La cuestión del carbón como factor


estratégico de la lucha obrera y poblacional. (1920-1946)

El carbón desde la segunda mitad del siglo XIX al XX, se posicionó como un
recurso natural indispensable en la economía nacional. Esto debido a la obra industrial de
los empresarios Cousiño147 en Lota y Rojas,148 los hermanos Délano149 y Schwager150 en
Coronel respectivamente151. Hacia 1920 el carbón era fundamental para los ferrocarriles,
las industrias y el alumbrado público. Dicha importancia a la vez significó una serie de
desaveniencias entre las Compañías Carboníferas y sus trabajadores, protagonizando el
desarrollo del sindicalismo obrero.152
Los mineros presionaron a las autoridades mediante paralizaciones de faenas,
consolidando en el transcurso del tiempo una costumbre peticionista. 153 Generalmente,
estas demandas laborales consistieron en el alza de salarios, mejoramiento de sus
condiciones de trabajo o la exigencia del cumplimiento irrestricto a las leyes vigentes de
acuerdo con sus actividades.154

147
Matías Cousiño Jorquera (1810-1863) primeramente se dedicó a la minería en Copiapó y al acumular
experiencia en el rubro, se instaló en la zona del carbón en Arauco desde 1852. Él introdujo las primeras
innovaciones técnicas en las minas a gran escala. También incursionó en la política siendo diputado por
Petorca de 1849 a 1852 y Quillota de 1852 a 1855. Posteriormente, alcanzó el Senado de 1855 a 1863. Sus
herederos dieron lugar a la Compañía Carbonífera e Industrial de Lota. Figueroa, Virgilio (1928). Diccionario
histórico, biográfico y bibliográfico de Chile. Tomo II. Santiago de Chile: Balcells & Co., pp. 472-473.
148
Jorge Rojas Miranda (1824-1892) ha sido considerado como el fundador de la industria carbonífera en
Chile y promotor de Coronel por medio del comercio que generó con el mineral desde su fundo Puchoco
hacia 1850. Oriundo de La Serena, había cursado estudios de minería y geología con Ignacio Domeyko.
Trabajó previamente en una fundición de cobre en el norte del país. Acumuló una fortuna considerable y
participó de la política siendo senador por Concepción desde 1879 a 1885. Figueroa, Virgilio (1931).
Diccionario histórico, biográfico y bibliográfico de Chile. Tomo V. Santiago de Chile: Balcells & Co., pp.
700-701.
149
Guillermo Délano (1834-1893) y su hermano Pablo, fueron partícipes de la minería carbonífera en Punta
Puchoco a partir de 1860 y ante la inundación de sus minas en 1881 y la falta de capital por haber invertido en
una fábrica de paños en Tomé, traspasaron sus propiedades a Federico Schwager. Figueroa, Virgilio (1928).
Op. Cit., p. 554.
150
Federico Schwager (1823-1892) fue un inversionista que llegó a Coronel y explotó sus yacimientos
mineros desde 1867. Organizó la Compañía Carbonífera y Fundición Schwager que con el pasar de las
décadas adquirió los derechos de sus competidores en Coronel que eran los hermanos Délano y ganó un litigio
que tuvo con su vecino Jorge Rojas por internación en sus dependencias de sus obreros. Figueroa, Virgilio
(1931). Op. Cit., p. 804.
151
Para profundizar en el proceso formativo de estas Compañías Carboníferas, véase a Mazzei, Leonardo
(1997). “Los británicos y el carbón en Chile”. En Atenea, Año 73, N° 475, pp. 137-167.
152
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 7.
153
Valenzuela, Marcelo (2013). Op. Cit., p. 74.
154
Pizarro, Crisóstomo, La huelga obrera en Chile, 1890-1970. Santiago, Ediciones Sur, 1986, 5-6 pp. Citado
por Valenzuela, Marcelo (2013). Op. Cit., pp. 74-75.
28

Una de las más significativas movilizaciones obreras se trató de la huelga de 1920


que mantuvo por más de ochenta días estancada la producción carbonífera en el Golfo de
Arauco.155 Si bien destacó en esta movilización el Partido Demócrata y la Federación
Obrera de Chile (FOCH), en colaboración con los mineros,156 las mujeres de la zona
carbonífera tuvieron un papel singular. Ellas se encargaron de “la mantención de los
alimentos de los huelguistas, en la búsqueda de apoyo económico […] y encargadas de
entonar cantos revolucionarios en todas las manifestaciones públicas”. 157
Ante tales sucesos, las autoridades cedieron. Se consiguió la eliminación del pago
en fichas, sustituyéndolo en dinero y el establecimiento de una jornada laboral de ocho
horas diarias. 158 Para las Compañías Carboníferas este nivel de politización de su masa
trabajadora resultaba preocupante y se encargaron de implementar medidas e incentivos
para que las mujeres se mantuvieran en el hogar. Con este fin, se dictaron cursos de
maternidad y economía doméstica.159 Además se creó en 1922 el Departamento de
Bienestar en Lota y Coronel que canalizó los asuntos en materia de “viviendas, servicio
social, aprovisionamiento, salud, educación, previsión, entre otros”.160
A ello se sumó la creación de equipos deportivos de fútbol, rayuela, tiro al blanco,
básquetbol, box y atletismo. Se habilitaron bibliotecas populares y clases nocturnas de
capacitación laboral. 161
A pesar de la creación del Código del Trabajo en 1931 que implicó el
sindicalismo legal, en el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo y durante el segundo
gobierno de Alessandri hasta 1937, “transcurrió un período de intervención en las
dirigencias sindicales por parte del oficialismo”. Sin embargo, desde el Frente Popular en
1938 hasta inclusive los años setenta, existió una pujante simpatía por la izquierda política
y en intervalos liderada por el comunismo en sindicatos y municipalidades de esta zona.162
Ese tipo de discurso crítico del capital y la explotación, acompañado de un sentido de clase
proletaria se vio mezclado con las problemáticas de carencia y mal estado de viviendas
155
Venegas, Hernán (1997). Op. Cit., p. 144.
156
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 9.
157
Figueroa, Consuelo (2009). Op. Cit., p. 109.
158
Mella, Omar y otros (2010). Diccionario Enciclopédico de la Región del Biobío. Santiago de Chile:
Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, p. 47.
159
Figueroa, Consuelo (2009). Op. Cit., p. 120.
160
Mella, Omar y otros (2010). Op. Cit., p. 86.
161
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., pp. 206-207.
162
Ibíd., p. 9.
29

obreras, sueldos bajísimos y cesantía.163


Tras el lamentable episodio del terremoto de 1939, dicha situación se agravó, pero
se organizaron planes de emergencia en que las Compañías Carboníferas y la recién creada
CORFO tuvieron que emprender la tarea de reconstruir las pérdidas dejadas por la
catástrofe, aunque tales esfuerzos resultaron insuficientes y lentos en su avance.164
El Frente Popular y en especial el PC, acusó a las Compañías Carboníferas de
estar disminuyendo adrede su producción con fines políticos y de rentabilidad económica.
Es decir, con la intención de “hacer fracasar el programa económico de los gobiernos
radicales y mantener una escasez relativa de carbón para presionar precios más elevados y
aumentar así las utilidades”.165 Tanto la producción de Lota como de Schwager alcanzaron
índices en 1938 de 2.043.738 toneladas, cantidad que descendió en 1939 en 193.390 y que
se mantuvo con algunos altos y bajos en los próximos años.166 Las razones de peso para
dicho vaivén económico se encontraban en el desastre natural de 1939, el desarrollo de la
Segunda Guerra Mundial y las variaciones constantes de las industrias nacionales en la
adquisición del mineral. 167 No obstante, la respuesta de los empresarios implicados en el
presunto boicot, fue que se trataba de un sabotaje del comunismo a sus inversiones. 168
A pesar de las dificultades, cabe indicar que las cifras entregadas por la Compañía
en Lota en el decenio de 1932 a 1941, dieron cuenta de que la producción carbonífera
sobrepasó los diez millones de toneladas en total. 169 Aquello volcado netamente hacia las
ventas internas, dado los bajísimos índices de exportación a lo que se agregaba la
competencia del petróleo en el mercado internacional y nacional. Con respecto a este
último, en 1945 se utilizaba el carbón para las industrias chilenas en un 46,7% en
contraposición al petróleo que indicaba un 39% de consumo.170

163
Ibíd., p. 208.
164
Mella, Omar y otros (2010). Op. Cit., p. 86.
165
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 234.
166
Santis, Raúl (1951) El carbón en la economía chilena. Memoria de prueba para optar al grado de
Licenciado en Ciencias Sociales y Jurídicas, Facultad de Derecho, Universidad de Chile, p. 36. Citado por
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez (1999). Op. Cit., p. 107.
167
Ibíd., p. 108.
168
De acuerdo con Figueroa y Sandoval, el PC mediante su Revista “Principios” en la edición de abril a mayo
de 1942, pp. 17-18, culpó a las Compañías de la insuficiencia del carbón, proponiendo un rol más
participativo del Estado en la producción e intervenir para terminar con el sabotaje de las Compañías, que
constituían un auténtico monopolio. Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 235.
169
Astorquiza, Octavio (1952). Op. Cit., p. 204.
170
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez (1999). Op. Cit., p. 110.
30

A modo de ejemplo, la distribución en la década de los cuarenta entre los


consumidores del carbón de Lota era la siguiente:

Gráfico N° 1. Porcentaje de distribución del consumo de carbón de la Compañía de Lota


en la década de 1940.171

35,0% 32,1%
30,0%
25,0%
20,3%
20,0%
13,6% 12,4%
15,0%
10,0% 7,8%
4,5% 3,8%
5,0% 2,5% 1,5% 1,3% 0,2%
0,0%

En el ámbito de las complejas relaciones entre las Compañías Carboníferas y la


comunidad, sobresalieron a la opinión pública incidentes de violencia en la vía pública
entre trabajadores y la policía local mandados por autoridades que a su vez ocupaban
cargos al interior de las empresas. Fue el caso de la represión de 1942 a la ocupación de un
sitio frente a la iglesia San Matías Apóstol en Lota Alto con el resultado de dos obreros
muertos.172 Además se hicieron recurrentes en las poblaciones como Villa Mora en
Coronel el desalojo de personas por el atraso de arriendos173 y otros trabajadores que
debieron arreglárselas para vivir en viviendas deplorables en Playa Negra al no poder
acceder a beneficios por parte de sus empleadores y del injusto trato de inspectores del
trabajo.174 Este asunto se volvía aún menos llevadero para las familias en los meses de

171
Astorquiza, Octavio (1952). Op. Cit., p. 204.
172
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 236.
173
Ibíd., p. 237.
174
Archivo Biblioteca Municipal de Lota (ABML en adelante), Vol. 1. Actas Municipales de Lota 1933-1943,
p. 319.
31

invierno, puesto que aparte de la baja calidad de las construcciones, los precios del carbón
se disparaban a $14 pesos o más por el saco. 175 Incluso hubo quienes llamados
“chinchorreros” prefirieron recolectar el carboncillo emergente en las costas para ahorrarse
el gasto u otros conocidos como los “perreros de los trenes” se encargaron de robar carbón
de los vagones de los ferrocarriles que pasaban lentamente por las poblaciones sin
importarles el riesgo de sus acciones.176
En definitiva, el área carbonífera reconocida como “zona roja” fue “la forma que
adquirió la acción de una comunidad caracterizada por una fuerte solidaridad interna, y un
conflicto frontal y cotidiano [entre las empresas con los trabajadores y pobladores]”.177
Esta realidad en los hechos fue casi siempre confundida con la implicación de
partidos políticos o agitadores externos por el discurso empresarial, pero finalmente la
decisión que tomaron los sujetos populares de plegarse o restarse de las movilizaciones,
fue un factor gravitante en el éxito o fracaso de cualquiera que hayan sido sus aspiraciones.

175
Ibíd.
176
Plath, Oreste (1991). Op. Cit., p. 95-96.
177
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., pp. 9-10.
32

CAPÍTULO II – EL SUJETO POPULAR COMO CATEGORÍA HISTÓRICA EN


LOTA Y CORONEL. ANTECEDENTES PARA SU ESTUDIO.

2.1. Surgimiento de los centros mineros de Lota y Coronel.

Los orígenes de Lota178 se consideran desde tiempos coloniales con la fundación


en 1662 de la Villa de Santa María de Guadalupe con el propósito de asegurar la vía entre
Concepción y el fuerte de Arauco, pero que no prosperó a causa de los enfrentamientos con
los indígenas y el terremoto de 1730. 179 La creación del poblado de Lota ocurrió con el
impulso empresarial carbonífero de Matías Cousiño hacia 1852. 180 Tras notables esfuerzos,
recibió el título de ciudad en 1875 y la corporación municipal entró en funciones en 1881.
Siete años más tarde, el ferrocarril de Concepción a Curanilahue propició la conectividad
de la zona carbonífera con el resto del país.
La trama urbana contrastaba entre los sectores de Lota Alto y Lota Bajo. El
primero, un sitio dedicado a la administración y residencial del personal de la industria
carbonífera con construcciones de calidad, pavimentación, iglesia, teatro, escuelas y
comercio. Sin embargo, el segundo implicaba edificaciones modestas, “donde el polvo o el
barro constituían, según la estación del año, su principal característica”. 181 Allí vivían los
sectores más pobres que no dependían de la Compañía o que simplemente no les había
tocado el beneficio habitacional en Lota Alto. 182
Por su parte, Coronel183 se fundó en 1849 gracias a las empresas carboníferas de
Jorge Rojas en Puchoco, Guillermo Délano en Punta Puchoco y Federico Schwager en
Buen Retiro. 184 Este emplazamiento obtuvo la condición de Villa en 1851 y dos años
después, se crearon los primeros establecimientos educacionales. 185 Se tuvo que esperar
hasta 1864 para que Coronel fuese declarado puerto mayor. Al año siguiente, alcanzó la

178
La localización geográfica de la Comuna de Lota se encuentra en el Anexo N° 4.
179
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez. (1999) Op. Cit., p. 13.
180
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., pp. 28-29.
181
Vivallos, Carlos y Alejandra Brito (2010). Op. Cit., pp. 89-92.
182
Cabe mencionar que a pesar de la precariedad en Lota Bajo, ellos eran dueños de sus casas a diferencia de
los obreros en Lota Alto en que las habitaciones que se les otorgaban eran arrendadas.
183
La localización geográfica de la Comuna de Coronel se encuentra en el Anexo N° 5.
184
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 29.
185
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez. (1999) Op. Cit., p. 69.
33

categoría de capital del departamento de Lautaro, desplazando a Santa Juana.186 Obtuvo


oficialmente la condición de ciudad el 5 de enero de 1875 con 8.000 personas. 187
En 1887 surgieron las primeras poblaciones de Villa Mora y Villa Alegre en el
sector norte de Coronel que se fueron ampliando con la afluencia de una mayor cantidad de
gente a la zona por la extensión del ferrocarril. 188 En este sentido, algunos de ellos
decidieron quedarse definitivamente. Se trató del caso de los extranjeros en caleta Lo Rojas
que eran comerciantes de ascendencia europea y árabes.189
En los márgenes urbanos de Lota y Coronel se establecieron los campesinos
migrantes de sectores aledaños de Concepción, Santa Juana, Arauco, Cauquenes, entre
otros de la zona central del país. 190 Este traslado se debió a la búsqueda de oportunidades
laborales en las minas de carbón aledañas a estas dos ciudades y así obtener una estabilidad
económica que no estaban logrando en sus lugares de origen.

2.2. Evolución de los pobladores a la par del crecimiento urbano en el siglo


XIX.

La transición de los agricultores a mineros fue gradual, puesto que les costó
adaptarse a dicho ambiente en que las precarias técnicas de extracción del mineral y el
esfuerzo físico correspondiente, hacían que varios desertaran de las faenas.191 Además a
ello se agregaba el pago de salarios ínfimos con respecto al peligro de derrumbes o de
emisiones de gas grisú al interior de la mina. Generalmente en las estaciones de primavera
y verano, los trabajadores preferían regresar a su condición de peones en la época de
siembra y cosecha en el campo.192
La irresponsabilidad e indisciplina de estos nuevos obreros se expresó a tal punto
que a pesar de llevar un registro de cada uno y su actividad, igualmente se cambiaban
constantemente de yacimiento, desconociendo sus contratos. En caso de reincidir en dicha
conducta, arriesgaban “quince días de presidio y si aún no aceptaban las condiciones del

186
Mella, Omar y otros (2010). Op. Cit., p. 47.
187
Ibíd., p. 47.
188
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez. (1999) Op. Cit., p. 73.
189
Ibíd., p. 76.
190
Vivallos, Carlos y Alejandra Brito (2010). Op. Cit., p. 89.
191
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez. (1999) Op. Cit., p. 57.
192
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 25.
34

trabajo, se les prohibía trabajar en todos los minerales”. 193 Por lo tanto, durante la segunda
mitad del siglo XIX, se tuvo una percepción de los peones como insolentes, indómitos en
carácter e inmorales por lo que el rigor de los sanciones fue la vía para preservar el orden
necesario. 194
Sin embargo, a veces los dueños usaron a sus obreros para que pelearan entre sí
con la intensión de dirimir violentamente sus lindes de explotación con otros empre-
sarios. 195
Las Compañías en un principio utilizaron la estrategia de permitir en las ciudades
espacios de entretenimiento y ocio para que los trabajadores permanecieran en la zona a
través de fiestas en “bodegones, chinganas, ramadas, tabernas, canchas de bolos y
reñideros de gallos”.196 Pero pronto se dieron cuenta que con la frecuencia de este tipo de
actividades, se incentivaba “la falta recurrente de mineros al trabajo, los desórdenes
callejeros y la pérdida del control por parte de las Compañías hacia sus trabajadores”.197
Para poder remediar o aminorar esta situación, las Compañías recurrieron a endurecer sus
medidas de disciplinamiento de la mano de obra.
La labor de cada minero se encontraba inmersa en nueve a doce horas de
extenuante faena, la falta de prevención en caso de accidentes laborales y la inexistencia de
un plan de previsión social.198 Éste al recibir su salario, consistió básicamente en la entrega
de fichas o vales de compra en almacenes dispuestos por las empresas llamados
quincenas.199
En 1895, por cada habitación obrera, vivían siete personas. Ante este nivel de
hacinamiento y carencias higiénicas, era un lugar idóneo para la proliferación de
enfermedades epidémicas como la viruela, cólera, neumonía, etc. 200 Aquellas falencias no
eran distintas de las que ocurrieron en el resto del país y denominadas en conjunto como

193
El Correo del Sur, N° 493, 1855. Citado por Pacheco, Arnoldo. (2003). Economía y sociedad de
Concepción: Siglo XIX: sectores populares urbanos, 1800-1885. Concepción: Ediciones Universidad de
Concepción, p. 158.
194
Ibíd., p. 161.
195
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez. (1999). Op. Cit., pp. 64-65.
196
Figueroa, Consuelo (2009). Op. Cit., p. 43.
197
Ibíd.
198
Ibíd., p. 70.
199
Ibíd., p. 71.
200
Ibídem.
35

“la cuestión social”. 201 La falta de planificación urbana frente al inminente y sucesivo flujo
migratorio desde el campo a la ciudad, conllevó estas dificultades en materia de vivienda,
salud, delincuencia, prostitución, etc. 202
La cantidad de 19.368 habitantes de las ciudades de Lota y Coronel en conjunto203
para 1895 fueron un factor que las Compañías Carboníferas tuvieron en consideración. No
dudaron en preservar el orden sobre la población a costa de intervenciones en los
municipios, tribunales de justicia que dictaran a su favor, la creación de un cuerpo de
guardias de seguridad y la sujeción a un pago que reforzaba la dependencia del trabajador a
la empresa. 204
En consecuencia, las problemáticas sociales hacia finales del siglo XIX se
agudizaron por la reticencia de la clase política a realizar una consistente legislación
laboral en beneficio de los sectores populares. Estos vacíos legales existentes permitieron
el abuso y arbitrariedades de parte de las Compañías hacia los trabajadores. Se había vuelto
una tendencia que cada vez que los mineros manifestaron su disconformidad, fueron
coactados con amenazas de despidos o en casos extremos de desórdenes, la aplicación de
la fuerza policial de uso privado. 205

2.2. Distinciones entre los sujetos populares y los obreros proletarizados en el


siglo XX.

La historiografía chilena tanto de derecha como de izquierda, se ha escindido de la


memoria colectiva sobre los hechos particulares que ocurrieron en la zona del carbón entre
1947 a 1949, y ha dejado relegadas en el olvido a las personas comunes y corrientes que
protagonizaron estos acontecimientos.206 Es por esta razón que se visualiza, no sólo la falta
de la presencia de los sujetos populares como actores validos en la historia de esta zona,
sino también, cierta inexactitud al ponderar las contribuciones de éstos a los procesos

201
Correa, Sofía y otros (2001). Op. Cit., pp. 49-54
202
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez. (1999) Op. Cit., p. 63.
203
Oficina Central de Estadística (1900) Séptimo Censo General de Población de Chile levantado el 28 de
noviembre de 1895. Valparaíso: Imprenta Universo, p. 306
204
Figueroa, Consuelo (2009). Op. Cit., pp. 52-53.
205
Pacheco, Arnoldo. (2003). Op. Cit., p. 161.
206
Salazar, Gabriel y Julio Pinto (1999). Op. Cit., pp. 95-96.
36

históricos de su propia comunidad.207


Entonces, es primordial entender que los conceptos de sujeto popular y obrero
proletario son categorías de análisis para interpretar la historia. 208
La categoría de obrero considera por tanto al individuo y al movimiento obrero
como una unidad indivisible que concede al conjunto de actores la tarea de llevar a cabo la
causa de la clase proletaria. Esta dimensión desde la militancia, se sumerge en una
permanente lucha de clases para lograr imponer su estado ideal de cosas a través de la
revolución.209
La problemática de subordinar todas las dinámicas sociales de un colectivo a una
sola interpretación, es terminar reduciendo el proceso histórico de todos los sujetos bajo
una “realidad” inmutable y desconectada de sus propias vivencias y los matices que
conllevan. Por lo tanto, se subsume tras de sí la variedad de consideraciones sobre este
pasado común.210
Al considerar los hechos de facto, la política y el escenario global de la Guerra
Fría influyeron en el escenario discursivo de las estructuras organizativas de la comunidad.
No obstante, en la práctica de las relaciones interpersonales tanto de Lota como de
Coronel, estuvieron comprometidas a causas internas. Cuestión en que los discursos
ventrílocuos y subordinantes expresados desde los círculos del poder político-empresarial
de la época trataron de soterrar mediante la fuerza de la narrativa de los sucesos,
prevaleciendo por sobre el análisis de los sucesos locales. 211 Tampoco se puede caer en la
mitificación heroica del movimiento obrero en la lucha contra los villanos explotadores en
que el minero se convierte en el sujeto exclusivo como motor de la historia y única fuente
de consulta acerca de la vida de los explotados.212 Es por estas razones, que esta
investigación prefiere ampliar su marco analítico a los sujetos populares como objeto de
estudio en un rol de actor político interesado por mejorar su calidad de vida.
Las categorías de obrero y sujeto popular anteriormente mencionadas, son
conceptos que a través del tiempo se han vuelto recurrentes a la hora de analizar y explicar

207
Aguayo, Luis (2007). Op. Cit., 79-81.
208
Salazar, Gabriel y Julio Pinto (1999). Op. Cit., pp. 93-94.
209
Ibíd., p. 112.
210
Ibíd., pp. 118-120.
211
Ibíd., p. 95.
212
Ibíd., p. 118.
37

a un mismo individuo. La distinción entre éstos es más de carácter historiográfica que


histórica propiamente tal.213 Sin embargo, existió en la mayoría de sus habitantes una
inconsistencia doctrinaria, estratégica y táctica frente al movimiento obrero de la zona
como actor de cambio subordinado al Partido Comunista.214 Pese a ello, toda la población
en mayor o menor medida según sus estratos sociales, vivió o presenció la exclusión,
pobreza y violencia a la que fue sometida principalmente en 1902, 1920, 1936 y 1942.
La huelga de 1902 condicionó la necesidad de organización que se concretó con la
Federación de Trabajadores de Lota y Coronel. Asimismo, inspirando la creación de otras
mutuales y mancomunales. 215
En las movilizaciones de 1920 que paralizaron a la industria carbonífera por más
de dos meses y medio, se incorporaron las mujeres a brindar su colaboración a sus esposos
mineros en que alegaban fundamentalmente por la precariedad laboral, insalubridad de las
viviendas y deficiencias en materia de salud pública. 216
La gravedad del problema se hallaba en que el Estado se había confiado en no
hacerse partícipe ni asumir sus responsabilidades de fiscalizar e intervenir en los centros
mineros para detener cualquier arbitrio desmedido de las Compañías con respecto a las
condiciones laborales vigentes. 217 Aquello también incluía la despreocupación por
impulsar adelantos en las ciudades en las cuales los municipios se quejaban de la falta de
recursos.
La pésima experiencia de 1920 hizo que los empresarios velaran por la creación
del Departamento de Bienestar hacia 1922. 218 Dicha unidad administrativa, tenía a su cargo
el servicio social con visitadoras que iban a los hogares de los mineros para testear en qué
condiciones se encontraban y cuáles eran sus necesidades prioritarias a nivel material,
social y moral. Dentro de las atribuciones de estas funcionarias de la Compañía, ellas eran
las que entregaban instrucciones sobre higiene, repartían los beneficios de la asignación
familiar, atención médica de urgencia; junto con realizar encuestas económicas, sociales y

213
Ibíd., pp. 95-102.
214
Ibíd., p. 116.
215
Mella, Omar y otros (2010). Op. Cit., p. 86.
216
Venegas, Hernán (2012). Op. Cit., p. 88.
217
Flores, Luis (2011). Op. Cit., p. 100.
218
Astorquiza, Octavio (1952). Op. Cit., p. 212.
38

sanitarias en la población obrera. 219


Las primeras paralizaciones que fueron consideradas por las autoridades como
legales ocurrieron en Schwager en 1936. Quince días tuvieron que pasar para que las partes
resolvieran el conflicto. La acción paternalista de las Compañías no tuvo el efecto deseado
de mejorar las relaciones laborales, puesto que “los directamente beneficiados fueron una
fracción mínima de los miles de mineros dependientes de la empresa”. 220
Sin embargo, paulatinamente se optó por prescindir del uso exclusivo de huelgas,
marchas o tomas para dar paso a entrevistas y negociaciones previas entre obreros,
empresarios y funcionarios del Estado. De este modo, “las medidas de fuerza eran
utilizadas por los trabajadores sólo cuando los pasos legalmente emitidos quedaban
absolutamente agotados”.221
Desde 1932 el PC había alcanzado llegar a las dirigencias sindicales en Lota y
Schwager como también a finales de los treinta, obtuvo las alcaldías de Lota y Coronel y la
dirección de la CTCH regional. 222
Ante los avances del comunismo, el gobierno de Pedro Aguirre Cerda encargó en
1941 la realización del llamado “Informe Berguño” para conocer los factores del aumento
de la politización entre los mineros de las Compañías Carboníferas y su vinculación o no
con el descenso productivo. Los resultados de las pesquisas enfatizaron que tanto la
indisciplina laboral como los sindicatos incondicionales al PC estaban relacionados. 223 Se
comprobó la existencia de "cajas de resistencia, que tenían por objeto financiar futuras
huelgas hasta por 25 días”.224 Los montos que administraba el sindicato de obreros de
Schwager para ese propósito de $ 500.000 de la época “dio cuenta del grado de influencia
que tenían los dirigentes sobre los obreros”.225
Además con la publicación de este informe, se tendió a confundir a los
trabajadores en general con los militantes que estaban impregnados de una teoría científica

219
Ibíd., p. 221.
220
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 208.
221
Ibíd., p. 210.
222
Ibíd., p. 233.
223
Estado Mayor del Ejército (1985). Historia del Ejército de Chile, Tomo IX, El Ejército después de la
Segunda Guerra Mundial (1940-1952). Santiago de Chile: Estado Mayor del Ejército, p. 42.
224
Ibíd., p. 43.
225
Ibídem.
39

de transformación social, es decir, el marxismo-leninismo.226 Esto resultó ser efectivo en la


zona del carbón para los cuadros políticos más avanzados del PC, pero minoritarios con
respecto al sujeto de base que utilizó tácticas singulares al adoptar este discurso a su
realidad. Poseía una mayor flexibilidad y espontaneidad en su participación en el
movimiento social sin caer en el primitivismo en su actuar.227 En cambio, los militantes
comunistas debieron regirse por sus propios estatutos y demostrar ser un ejemplo moral
para los demás228 a modo de ganar adhesión y reconocimiento de los trabajadores como
vanguardia del proletariado industrial, “disponiendo sólo de éstos como un movimiento de
masas”.229 No obstante, los hombres, niños, ancianos y mujeres de los sectores populares,
no tan sólo fueron un aporte numérico a la movilización sino que participaron “de modo
autónomo en los espacios públicos […] y en el desarrollo histórico de la sociedad local”. 230
Por consiguiente, Lota y Coronel no fueron concretamente el bastión del
sindicalismo en Chile, ni la bandera en alto de los comunistas en nuestro país. No fue más
que una pretensión simbólica, refrendada por las dirigencias y militantes que se anidaron
en el seno de una comunidad que simpatizaba en las aspiraciones que enarbolaba su
discurso en la zona, pero que no compartía una ortodoxia en sus principios doctrinarios e
intereses como partido.

226
González, Marco (2011). “Comunismo chileno y cultura Frente Popular. Las representaciones de los
comunistas chilenos a través de la revista Principios, 1935-1947”. En: Izquierdas, Año 4, N° 11, p. 63.
227
Para Jorge Larraín, pese a que los sujetos populares no poseían ningún discurso público conocido o
propuesta política específica, “su conducta social tiene el rango de proyecto histórico por su constancia en el
tiempo, por su consistencia fogueada en el trabajo y por su definición transgresora”. Larraín, Jorge (2001).
Identidad Chilena. Santiago de Chile: LOM Ediciones, p. 174.
228
Según señala Marco González, en el artículo 46 de los Estatutos del Partido Comunista aparecía que
cualquier militante podía ser considerado expulsado en caso de que se les “comprobara traición a la clase
obrera, además de los realizadores de trabajo fraccional; los ebrios consuetudinarios; los que demuestren
degeneración o inmoralidad, los que realizan actos de aventurismo o degradación de clase (lumpen)”.
González, Marco (2011). Op. Cit., p. 64.
229
Salazar, Gabriel (2011). Op. Cit., p. 28.
230
Figueroa, Consuelo (2009). Op. Cit., p. 142.
40

CAPÍTULO III – AISLAMIENTO Y ESTADO DE SITIO: VISIONES Y


PERSPECTIVAS DE LA CONFRONTACIÓN IDEOLÓGICA DESDE LOS
EXCLUIDOS POR EL ESTADO.

3.1. Las motivaciones de las demandas reivindicativas de los trabajadores, respuesta


del Estado y de las Compañías Carboníferas.

Cualquier persona que tuviese la intención de pertenecer a la industria carbonífera,


debía pasar por una serie de requisitos de selección para ser recibido. Según las fichas de
admisión, primero se constataba de que efectivamente sus datos fueran correctos según el
patrón censal de la población, a modo de acreditar su domicilio. Era indispensable de que
estuviera en condiciones físicas óptimas por lo que se le hacía un chequeo médico. Además,
se le consultaba por sus antecedentes familiares, vacunas al día y su nivel de escolaridad.
Adicionalmente, iba acompañado por cartas de recomendación en las que se señalaba su
buena conducta y disposición al laboreo.231
En este sentido, las Compañías no se hacían cargo de proporcionarles a los
mineros los implementos de seguridad necesarios. Ellos mismos debían comprarse los
cascos, por lo que se le recomendaba su adquisición en lugares establecidos en el “Mercado
de Lota Alto a $30 pesos cada uno”.232 Tampoco las empresas poseían un seguro contra
accidentes dependiente de sí mismas, sino que delegado en la Caja Nacional de Ahorros de
la atención pública. 233 Contaban eso sí, con servicios médicos aceptables, pero el factor de
prevención de riesgos era deficiente. Inclusive los mineros debieron costearse los
explosivos que se empleaban en las faenas extractivas, lo cual implicaba gastos que
resentían la economía familiar. 234 La alimentación de una pareja con tan sólo dos hijos, por
un par de días, implicaba en promedio el gasto de $ 49.20 pesos de la época. Dicho costo se
distribuía de esta manera:

231
Archivo Empresa Nacional del Carbón (AENACAR en adelante), Fondo Lota, prontuario N°. 1023. Ficha
de Admisión, 19 de agosto de 1947.
232
“Cascos para mineros”. La Opinión enero 1947: 6.
233
AENACAR, Fondo Schwager, prontuario N°. 13792, informe de accidentes del trabajo.
234
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 10.
41

Tabla N° 2. Gastos de un minero, su esposa y dos hijos en septiembre de 1947.235

Producto Precio
Carne ½ kilo diario $9
Pan 1 ½ kilo diario $ 8.70
Azúcar ½ kilo $ 4.10
Grasa, 125 gramos. $4
Papas 2 kilos $ 4.80
Fideos $3
Porotos ½ kilo $ 4.20
Verduras surtidas $2
Yerba Mate $2
Cebollas $1
Sal $ 0.40
Café, 125 gramos $6
Total $ 49.20

Cabe mencionar que cada minero al bajar al pique, incurría en su alimentación


unos $ 7 pesos diarios entre el pan con carne y un café.236 Dicha merienda estaba “muy por
debajo del desgaste físico de la labor minera”. 237 Para un apir 238, que recibía $ 30.60 pesos
por la jornada de 8 horas, su capacidad de ahorro era inexistente puesto que había familias
mucho más numerosas donde todos prácticamente debían buscar un trabajo en tales
condiciones.239
Por su parte, las empresas carboníferas le reprochaban al trabajador un reducido
rendimiento debido a inasistencias o fallas al trabajo. En las fichas laborales aparece

235
“Los obreros son los que siempre han estado en primera fila en defensa del régimen democrático y
libertades ciudadanas”. El Siglo 30 de septiembre 1947: 5.
236
Ibíd.
237
“La mortalidad infantil, la tuberculosis y la escasa higiene son problemas sanitarios de zona del carbón”.
El Sur 23 de octubre 1948: 8.
238
Oreste Plath define al apir como “peón jornalero. Es el obrero sin profesión y para todo trabajo […] Es el
hombre que, desde el fondo del pique, subía a la superficie por una larga escalera, portando a la espalda un
costal de cuero, el cual vaciaba en una cancha”. Plath, Oreste (1991). Op. Cit., p. 158.
239
Archivo Municipal de Coronel (AMC en adelante), Actas Municipales de Coronel, 1946-1952, p. 135.
42

constantemente la frase “despedido por fallero”, aludiendo al “débil esfuerzo, por la


distracción y la mala voluntad con que se trabajaba”.240
La expiración de los contratos estaba condicionada por una serie de causales en
que destacan como principales:

“Injuria grave o conducta inmoral del obrero, perjuicio material causado


intencionalmente durante o con ocasión de la ejecución del trabajo, actos u
omisiones que afecten la seguridad del establecimiento o por dejar de concurrir el
obrero al trabajo sin causa justificada el número de días que ordena la ley”. 241

En tanto, el Ministerio de Hacienda se mostraba reticente a aumentar los sueldos


porque aseguraba que ello podía empeorar la inflación existente si es que no había una
correlación en el aumento de la producción.242
Los obreros criticaban dichas afirmaciones a las que argumentaban que la baja
producción tenía su origen en el “atraso técnico de las minas y a los métodos primitivos de
extracción”.243 Dicha responsabilidad la hacían recaer también sobre algunos de los
mayordomos244 en su forma, a veces arbitraria, de conducir el trabajo en cada sección de
los yacimientos y de amedrentar al personal. 245
Durante las faenas y los viajes de ida y vuelta, entre los trabajadores “se
profundizaban los lazos sociales, desde los más básicos y elementales como el afecto, hasta
los más complejos y desarrollados como la organización”. 246
Cada año el sindicato obrero presentaba un pliego de peticiones a la empresa, si
éste era rechazado como habitualmente ocurría, la llamada Junta de Conciliación integrada

240
“Rendimiento”. La Opinión mayo 1947: 1.
241
Contrato de Trabajo con la Compañía Carbonífera e Industrial de Lota, 28 de febrero 1947. AENACAR,
Fondo Lota, prontuario N°. 1196.
242
“Sobre la inflación palabras de Gobierno”. La Opinión junio 1947: 1.
243
“La huelga del carbón”. El Siglo 4 de octubre 1947: 3.
244
Mayordomo es el “empleado que tiene a su cargo la vigilancia de las faenas en cada sección de la mina”.
Plath, Oreste (1991). Op. Cit., p. 167. Para una historia del origen de esta clase de trabajadores, véase a
Venegas, Hernán y Diego Morales (2014). “Trabajo minero: el rol de los mayordomos en los distritos
carboníferos del Golfo de Arauco en Chile (1920-1940)”. En: Revista Austral de Ciencias Sociales, Año 26,
N° 26, pp. 103-125.
245
“Continúan persecuciones en mineral de Lota”. El Siglo 29 de agosto 1947: 4.
246
Sandoval, Carlos (2011). De subterra a subsole: El fin de un ciclo. Santiago de Chile: Editorial Quimantú,
p. 69
43

por personeros del Gobierno, la Inspección Provincial del Trabajo y de la Empresa


Carbonífera, se encargaba de proponer modificaciones a las reivindicaciones. 247 Entonces,
los trabajadores pasaban a votar la huelga y llevarla a cabo para después enviar a sus
dirigentes a conversaciones y transacciones con los empresarios hasta que finalmente se
llegaba a un acuerdo entre las partes. 248

3.2. Una negociación conflictiva de agosto a septiembre de 1947.

Los obreros cansados de la escasez de harina y de las consecuentes alzas del precio
del pan, protestaron mediante la paralización en la zona carbonífera el 20 de agosto de
1947. Exigieron que el Estado derogara, a la brevedad posible, una disposición que había
sido malinterpretada por los panificadores en este ámbito.249
Tras la intervención de los municipios de Lota y Coronel y el comercio minorista
en el conflicto,250 se consiguió reajustar el valor de la harina y el pan y darle prioridad a la
zona para evitar el desabastecimiento.251 No obstante, los mineros no se conformaron con
este logro y lanzaron sus pliegos de peticiones a las Compañías que les respondieron que
sus pretensiones económicas eran exageradas. De hecho, calculaban en la Compañía
Carbonífera de Lota que de acceder a sus demandas, se incurriría en un gasto anual de
$ 350.000.000. 252 Es por esta razón, que les propusieron a los obreros la vía del arbitraje,
instancia a la que ellos se rehusaron; en especial cuando se enteraron de que las empresas
pretendían subirles sus sueldos básicos en tan sólo tres pesos diarios. 253 Los obreros se
mantuvieron en su posición de reclamar una retribución de $55 por jornada en Schwager254

247
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Coronel de ayer y hoy. Concepción: Trama S.A, p.
310.
248
Ibíd.
249
“Concepción y Arauco siguen paralizados. Insisten en derogación del alza del pan”. El Siglo 21 de agosto
1947: 1.
250
ABML, Vol. 2. Actas Municipales de Lota 1943-1952, p. 187. Y en AMC, Actas Municipales de Coronel,
1946-1952, p. 133.
251
“Grandioso triunfo de los obreros del carbón. Se aplicará precio antiguo de la harina y del pan”. El Siglo
25 de agosto 1947: 8.
252
“De la exposición leída por el señor gerente general de la compañía en la junta de accionistas del 31 de
marzo”. La Opinión mayo 1948: 1-2.
253
“Compañías del carbón impiden arreglo: Mantienen idea de aumentar sólo 3 pesos”. El Siglo 2 de octubre
1947: 1.
254
“Salario mínimo de $55 diarios piden obreros de Schwager”. El Siglo 5 de septiembre 1947: 7.
44

y de $56 a su vez para los metalúrgicos de Lota.255


En el resto del país, también se había producido movilizaciones de los trabajadores
del cobre y en Ferrocarriles del Estado. Aquella situación obligó al Gobierno a responder
con la declaración de Zonas de Emergencia el 22 de agosto 256 y proceder al arresto de
algunos dirigentes acusados de boicotear la producción nacional. 257
Si bien las actividades mineras volvieron a la normalidad mediante la presión
gubernamental, aquello no duró por mucho tiempo. El 24 de septiembre hubo una votación
en que 11.741 trabajadores del carbón de Lota y Schwager aprobaron una huelga general en
octubre.258

3.3. El desarrollo de la huelga de octubre de 1947 y sus repercusiones a nivel


local y nacional.

El 4 de octubre se hizo efectiva la paralización de 19.929 obreros. 259 Desde un


comienzo, el Gobierno mostró un ánimo categórico de no transar con los huelguistas.
Planteaba que era un asunto de carácter político.260 Decretó la reanudación de faenas en que
se estipuló un aumento de un 40% del salario mínimo para los trabajos al interior de la
mina y en un 30% para los que laboraban en superficie. También se destinó un incremento
de la asignación familiar en un 33,33% y un monto para el arriendo de viviendas de 75
pesos mensuales. Se sustituyó el incentivo de la asistencia por el de la semana corrida, es
decir, por cada semana trabajada, se pagaría adicionalmente el monto de un día de salario
básico.261
La Confederación de Trabajadores de Chile, el Consejo Directivo de la Federación
Nacional Minera y los dirigentes de los Sindicatos Carboníferos, solicitaron que el
Ministerio del Trabajo revisara la certera aplicabilidad e hiciera ajustes al decreto

255
“Semana corrida y salario mínimo de 56 pesos piden metalúrgicos de Lota”. El Siglo 7 de septiembre
1947: 12.
256
Huneeus, Carlos (2009). Op. Cit., p. 141.
257
“Obreros del carbón protestan por detención de dirigentes”. El Siglo 18 de septiembre 1947: 9.
258
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 245.
259
“19.929 obreros irían a la huelga el lunes próximo en la zona del carbón si no se solucionan sus
peticiones”. El Sur 4 de Octubre 1947: 8.
260
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 246
261
Huneeus, Carlos (2009). Op. Cit., p. 142.
45

mencionado, negándose a desistir de la paralización de actividades. 262


Entonces, se recurrió al despliegue del Ejército y la Marina a cargo del General
Santiago Danús Peña y del Vicealmirante Alfredo Hoffman Hansen respectivamente.
Inclusive hubo presencia de la Fuerza Aérea, disponiéndose de un contingente de 4.500
efectivos preparados para obligar a trabajar a los mineros 263. Sin embargo, dicha misión
resultó difícil de cumplir a cabalidad, porque “la mayoría de los mineros arrancó a los
bosques, para no romper la huelga”. 264 Otros, se ocultaban en “los techos o en los
subterráneos de las viviendas”. 265 Como esto no dio los resultados esperados, los militares
dispusieron a sus bandas de músicos para que tocaran sus instrumentos y así hacer que los
tipos salieran de sus escondrijos, motivados por la curiosidad.266 Cuando éstos salían a
mirar, de improviso llegaba un camión militar y se los llevaba a la mina. 267 No obstante,
esto pudo funcionar un par de días. Después de los allanamientos, hubo detenciones y
relegamientos que se llamaron eufemísticamente como “evacuaciones”. En dichos
procedimientos “se combinaban procesos judiciales con acciones directas para cohibir a los
huelguistas”. 268
En Coronel, mientras se efectuaba una presentación cinematográfica, tropas ingre-
saron e hicieron salir del teatro a la concurrencia, apresando a algunos dirigentes sindicales
junto a Isaías Fuentes, ex gobernador de Coronel; Fidel Mellado, alcalde de Coronel y
Humberto Pineda Pacheco, secretario del alcalde mencionado.269 Una situación parecida le
ocurrió al edil de Lota, Santos Medel.270 Evidentemente se buscaba desestabilizar cualquier
alternativa de respaldo a los mineros. Estos incidentes ocasionaron un vacío de poder en los
Municipios de Lota y Coronel, que rápidamente fue subsanado con su reemplazo por

262
Ibíd.
263
Bravo, Leonidas (1955). Lo que supo un Auditor de Guerra. Santiago de Chile: Editorial del Pacífico, pp.
188-189.
264
Testimonio de José Herrera. Citado por Aguayo, Luis (2007). Op. Cit., p. 106.
265
Testimonio de Isidora Uribe Hernández. Citado por Morán, Verónica; Leiva, Luzmira y Victoria Aránguiz
(2003). Mujeres de Lota. La otra cara del carbón. Concepción: Impresos Roma Ltda, pp. 12-13.
266
En Lota, Miguel Elizalde expone que “cuando llegaron los milicos a la Escuela Matías Cousiño y de ahí
salían piquetes de soldados y se instalaban en Fundición, población San Martín y Bannen con las bandas para
despertarlos y que fueran a trabajar”. Entrevista Personal. Miguel Elizalde, Lota, 23 de Diciembre de 2013
267
Ibíd.
268
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 247.
269
“Detenidas más de 30 personas en el carbón”. El Siglo 7 de Octubre 1947: 1.
270
Ibíd.
46

alcaldes interinos elegidos entre los regidores que quedaron a cargo.271


Se prohibió la circulación de noticias a los medios de comunicación acerca de los
pormenores de la huelga carbonífera y las tropas enviadas para frenarla. Las instrucciones
iban directamente a los encargados del telégrafos del Estado y comerciales, como del
correo en general. 272 En este sentido, el senador comunista Pablo Neruda criticó desde el
Congreso el accionar del mandatario lo que luego le costaría la persecución. En palabras
del legislador: "Todos los diarios de Concepción y varios periódicos de todo el país están
censurados. Las radios de Concepción no pueden informar la verdad de lo que ocurre”.273
Asimismo, se restringió el tránsito expedito de un pueblo a otro a los varones
mayores de 15 años, controlando los caminos e inspeccionando las comunicaciones y
transporte. Nadie podía entrar o salir de la zona sin un salvoconducto extendido por la
prefectura de Carabineros de Concepción, la Gobernación en Coronel o la autoridad
castrense en Lota.274
Además, se les sometió a los obreros al sistema disciplinario y militar como si
fueran conscriptos, por lo que a varios se les intimidó con tres años de cárcel por
desobedecer órdenes, desconociendo su carácter de civiles. Incluso se cancelaron las
personerías jurídicas de los sindicatos y se les incautaron sus bienes, privándoles de los
medios materiales para una paralización prolongada.275
Los síntomas de decaimiento se hicieron patentes el 13 de octubre. Tres turnos del
pique Alberto en un número de 600 personas retornaron a su trabajo con una producción
estimada de 500 toneladas diarias. En cambio, en Schwager tan sólo un turno se había
reportado.276 Mientras tanto, la situación volvía paulatinamente a la normalidad, el
Ministerio de Economía había conseguido embarques de carbón desde Estados Unidos para
octubre y noviembre.277

271
ABML, Vol. 2. Actas Municipales de Lota 1943-1952, p. 191. Y en AMC, Actas Municipales de Coronel,
1946-1952, p. 136
272
Archivo Nacional de Chile (ANCH en adelante), Fondo Intendencia de Concepción (FIC respectivamente),
Vol. 2357 oficios enviados a otros funcionarios primer y segundo semestre 1947, oficio 456.
273
Olivares, Edmundo (2004). Pablo Neruda: Los Caminos de América, tras las huellas del poeta itinerante,
1940-1950. Santiago de Chile: LOM Ediciones, p. 509
274
“Desde hoy queda prohibido tránsito desde Concepción a zona del carbón”. El Sur 11 de octubre 1947: 8.
275
Venegas, Hernán (2012). Op. Cit., p. 98.
276
“Se están reanudando faenas extractivas de carbón en minas de Schwager y Lota”. El Sur 14 de octubre
1947: 1.
277
“Está asegurado abastecimiento de carbón para los meses de octubre y de noviembre”. El Sur 15 de
octubre 1947: 1.
47

La escasez de alimento entre los huelguistas se hizo cada vez más grave al punto
que las ollas comunes se estaban volviendo insuficientes. Afortunadamente, el 14 de
octubre, se produjo una varazón de pescados que hombres, mujeres y niños se apresuraron
en recoger y almacenar. 278 Al mismo tiempo, aparecieron en tropel unos 1.500 hombres
encabezados por una banda militar que tocaba la canción nacional acompañada por los
soldados. A ese grupo de personas los habitantes de Lota y Coronel les apodaron
acertadamente los “Merluza con Banda”. 279 Se conformaba por campesinos y mapuches
provenientes de las regiones de la Araucanía y Los Lagos con escasa experiencia en
minería. 280
Raquel Rodríguez señala que a ellos “los traían engañados, había harta gente por
aquí que les arrendaban piezas”281 y así se enteraron de las falsas expectativas económicas
que les habían generado.282
Por otro lado, Juan Alarcón, agrega que ese no fue el único problema puesto que
“tenían que usar traductores, porque las familias no sabían hablar español, [solamente
mapudungun]”.283
El cerciorarse empíricamente de la posibilidad de perder sus trabajos y hogares en
manos de forasteros, motivó a que los antiguos trabajadores fueran a alistarse. Se estimó
una cifra de 5.000 que fueron considerados competentes para regresar a las faenas
mineras.284
Dichos temores se vieron confirmados con el arribo desde Valdivia y Temuco de
un segundo grupo de 1.400 hombres cesantes de minas Máfil. 285 De este modo, fueron
considerados para su incorporación a la par de las reasignaciones de lotinos y coronelinos.
Finalmente, la huelga de octubre de 1947, abarcó trece días desde el 4 al 17 de
octubre de ese año.286
Posteriormente, se desalojó a los obreros que habían persistido en la paralización

278
“Se constituirá comisión nacional pro ayuda a niños de la zona del carbón”. El Siglo 14 de octubre 1947: 2.
279
Plath, Oreste (1991). Op. Cit., p. 39.
280
Ibíd.
281
Entrevista Personal. Raquel del Carmen Rodríguez, Lota, 19 de Noviembre de 2014.
282
Ibíd.
283
Testimonio de Juan Alarcón. Citado por Aguayo, Luis (2007). Op. Cit., p. 118.
284
“A pesar de la acción perturbadora aumenta el número de mineros que regresan a faenas”. El Sur 16 de
octubre 1947: 1.
285
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 248.
286
González, Gabriel (1975). Op. Cit., p. 657.
48

con rumbo a la Estación Chepe en Concepción287. Desde este lugar, los mineros y sus
familias que les acompañaban, debieron tomar la decisión de definir su nuevo lugar de
residencia. Más de mil personas decidieron quedarse en Concepción a la espera de la
asignación de una casa, petición que no podía ser concedida por el problema habitacional
existente.288 En consecuencia se produjo en el terminal ferroviario un hacinamiento que fue
denunciado a la prensa penquista por el senador conservador Eduardo Cruz-Coke,
refiriéndose a la escasa alimentación dispuesta por el Ejército y la falta de atención médica.
La mayor gravedad del problema consistía en que no se trataba precisamente “de hombres
solos, sino que de familias con un promedio de cinco niños cada una”.289 Al enterarse el
Intendente de Concepción, procedió rápidamente a agilizar el envío de personas al sur del
país290 y dispuso que “los desplazados y sus familiares partirán desde los centros mineros
directamente a los puntos que hayan elegido como lugar de residencia”. 291
La tranquilidad impuesta en Schwager se vio momentáneamente interrumpida por
una nueva “amenaza”. El 21 de octubre, hubo una toma de la mina de Schwager por parte
de un grupo de obreros que exigían el retiro inmediato de las Fuerzas Armadas del lugar y
el retorno de sus compañeros.292 A modo de disuadirlos de dicha actitud, se le ordenó al
teniente Eleodoro Neumann, del regimiento Chillán, que descendiera a la mina con un
grupo de cincuenta hombres.293 Tras un tenso encuentro entre ambas partes, se consiguió su
cometido.294
Al salir los mineros de las profundidades del yacimiento, inmediatamente los
capataces les reconocieron. De hecho, cooperaron para identificar a quiénes eran militantes
del PC y los que no tenían ningún partido.295 En este caso, cabe precisar que los
involucrados fueron puestos a disposición de la Auditoría Naval de Talcahuano en que

287
AENACAR, Fondo Schwager, prontuarios N°. 10426 y 14920, certificados de fin de contrato.
288
De Intendencia de Concepción a Ministerio del Interior, 23 de octubre 1947. ANCH, FIC, Vol. 2352
Telegramas Enviados 1947, Nº 257.
289
“En malas condiciones se encuentran en Chepe las familias evacuadas de zona carbonífera”. El Sur 27 de
octubre 1947: 5.
290
De Intendente a Ministro del Interior, 28 de octubre de 1947. ANCH, FIC, Vol. 2352 Telegramas Enviados
1947, Nº 261.
291
“Sólo 65 personas quedaban ayer en trenes de la estación Chepe”. El Sur 29 de octubre 1947: 7.
292
“Los obreros de la mina de Schwager se apoderaron de ella y fueron desalojados”. El Sur 22 de octubre
1947: 1.
293
González, Gabriel (1975). Op. Cit., p. 669.
294
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 248.
295
Testimonio de Domingo Faletto. Citado por Aguayo, Luis (2007). Op. Cit., p. 111.
49

mediante un interrogatorio a más de doscientos hombres, no se pudo determinar


culpabilidades.296
Nadie contaba con que sorpresivamente apareciera el mismísimo Presidente de la
República a comienzos de noviembre.297 Claramente, en un diálogo entre el Ministro de
Defensa y Gabriel González Videla se tuvo que admitir que en relación a estos
acontecimientos:

“No había fe en la masa ciudadana de la región del carbón, y en especial en Concepción,


en el sentido que el Gobierno estaba dando una batalla decisiva. Se creía y se comentaba
que lo sucedido podría terminar lo mismo que los otros y graves conflictos de años
anteriores, que al correr del tiempo los intereses políticos eran más fuertes”. 298

Esta conducta gubernamental enmarcada en el anticomunismo siguió una postura


de alineamiento con la Doctrina Hemisférica de los Estados Unidos299 y en cumplimiento a
los acuerdos del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca de 1947 y el Pacto de
Bogotá.300
Por otro lado, es indudable que el movimiento carbonífero tuvo conexiones con
otras organizaciones a nivel nacional. En este período, a decir verdad, probablemente más
perjudiciales que beneficiosas. Como se ha indicado anteriormente, la CTCH se encontraba
dividida entre comunistas y socialistas. Por lo tanto, tuvo dos líderes de ambas
colectividades, Bernardo Araya por el PC y Bernardo Ibáñez por el PS. Bernardo Araya les
aseguró a los obreros del carbón su ayuda a través de un paro nacional que no llegó
nunca.301 De acuerdo con Humberto Valenzuela:

296
Campos, Fernando (1982). Historia de Concepción (1550-1970). Santiago de Chile: Editorial Universitaria,
p. 272.
297
“El Presidente González Videla visitó ayer la zona carbonífera de Lota y Schwager”. El Sur 4 de
noviembre 1947: 1.
298
González, Gabriel (1975). Op. Cit., p. 664.
299
Julio Faúndez señala que una vez que se consolida la postura anticomunista de Gabriel González Videla
frente a Estados Unidos, el mencionado país intercede por Chile para que le sea aprobado un crédito en el
Exim-Bank por 23 millones de dólares. Faúndez, Julio (1992). Izquierdas y Democracia en Chile, 1932-1973.
Santiago de Chile: Editorial Bat, p. 82.
300
Cabezas, Omar (2013). Años Turbulentos: Los Orígenes de la Doctrina de Seguridad Nacional en el
Gobierno de Gabriel González Videla (1946-1952). Tesis para optar al grado de Licenciado en Historia,
Facultad de Comunicaciones, Historia y Ciencias Sociales, Universidad Católica de la Santísima Concepción,
pp. 62-70.
301
Valenzuela, Humberto (2008). Historia del Movimiento Obrero Chileno. Santiago de Chile: Editorial
Quimantú., p. 44.
50

“De esta situación se aprovechó el Partido Socialista, haciendo el papel de rompe huelga,
tratando de ocupar los puestos de dirección de los sindicatos dejados vacantes por los
dirigentes que partían rumbo a los campos de concentración de Pisagua. Por su parte, la
fracción de la CTCH dirigida por Bernardo Ibáñez302, no hizo absolutamente nada por ir
en ayuda de los camaradas del carbón, simplemente los dejó entregados a su suerte”. 303

En cambio, el PC se comprometió con la causa de los trabajadores del carbón, en


que convocó a “desplegar una campaña de solidaridad y ayuda”.304 Se canalizó dinero a
través del diario El Siglo, perteneciente a este partido. El 7 de octubre se encargaron de
suministrar recursos por $2.132 en total. Los aportes habían sido de parte del Consejo
Ferroviario de Santiago, la Federación de Choferes y Cobradores y la Federación
Metalúrgica, entre otros donativos de otros obreros del país. 305 Esto demuestra el apoyo
moral y financiero que intentó captar el PC desde Santiago hacia Lota y Coronel. Al admitir
que era una huelga legal, negó su participación como instigador de la misma. 306
A pesar de estas declaraciones, el Gobierno se encargó de culpabilizar al PC por el
episodio de la huelga. El Presidente, principalmente, relacionó al movimiento carbonífero
incitado por la presencia de supuestos agentes comunistas extranjeros,307 como Dalibor
Jakasa y Andrija Cunja. En el Gobierno existieron sospechas de que las huelgas en el país,
habían sido fomentadas desde las embajadas de la URSS y Checoslovaquia, razón por la
cual se tomó la decisión de cortar relaciones diplomáticas con dichos países 308. Estas
drásticas medidas también respondieron a ser “un medio de escape para una situación
política intolerable”. 309

302
Bernardo Ibáñez era el Secretario General del Partido Socialista Auténtico, organización que había surgido
como producto de la división del P.S. llevada a efecto por Grove el año 1944.
303
Valenzuela, Humberto (2008). Op. Cit., p. 32.
304
“El Partido Comunista declara que sus actos no obedecerían a sugerencias de otra nación”. El Sur 9 de
Octubre 1947: 1.
305
“Otros 2.132,20 dio el pueblo para ayudar a obreros carboníferos”. El Siglo 7 de octubre 1947: 4.
306
“El Partido Comunista declara que sus actos no obedecerían a sugerencias de otra nación”. El Sur 9 de
Octubre 1947: 1.
307
González, Gabriel (1975). Memorias, Tomo II. Santiago de Chile: Editorial Gabriela Mistral, pp. 1424-
1428.
308
Garay, Cristián y Ángel Soto (2013). Op. Cit., p. 131.
309
Collier, Simon y William Sater (1999). Op. Cit., p. 219.
51

3.4. Cierre de fronteras, persecución y censura de las ideas.

Al declararse la zona de emergencia, recurriendo a las Facultades Extraordinarias


que el Congreso le brindó al Presidente, la autoridad que le representaba podía disponer
para que una persona fuera vigilada y si se consideraba peligrosa, allanar su hogar y
trasladarle a cualquier parte del país. Incluso, se permitió la existencia de lugares que no
fueran específicamente centros penitenciarios para recibir a presos políticos. También si se
estimaba pertinente, se consideraba la posibilidad de suspensión o restricción de la libertad
de reunirse en la vía pública y de expresión. 310
A fin de evitar el proselitismo político, se recalcó que no se debía portar consigo
ninguna “clase de diarios, periódicos, revistas, volantes, etc., que atentasen contra la
libertad de trabajo o alterar el orden público”. 311 Asimismo, se mantuvo por dos años y
medio la obligación del uso de un salvoconducto para dirigirse desde o hacia la zona del
carbón.312
Pese a la severidad de las restricciones, aún quedaba pendiente disolver al PC y
declararlo una asociación ilícita 313, asunto que se estableció con la Ley N° 8.987 del 3 de
Septiembre de 1948, denominada Ley de Defensa Permanente de la Democracia. 314
Cabe señalar que dicha iniciativa no provino originariamente desde el
Presidente315 sino como resultado del “cambiante entorno partidario que rondaba al
Gobierno”.316 Hubo mociones, en octubre de 1947, de los parlamentarios miembros de la
Acción Chilena Anticomunista (ACHA), que presionaron a tal punto que se convirtió “en el

310
Del Ministerio del Interior a Intendencia de Concepción, Ley N° 8960, 15 de julio de 1948, pp. 1-3.
ANCH, FIC, Vol. 2363 Oficios Recibidos de los Ministerios 1° y 2° Semestre 1948.
311
“Al público se avisa”. Oro Negro 14 de febrero 1948: 4.
312
Ibíd.
313
El Partido Comunista Chileno había intentado ser marginado de la legalidad en varias oportunidades
(1927-1931, 1931-1932, 1940), pero había logrado declararlo ilegal solamente en dos. La primera vez fue
bajo el primer gobierno de Ibáñez (1927-1931) y la segunda sería en la administración de Gabriel González
Videla. En Salas, Sergio. (2005). Op. Cit., p. 239. En este sentido, véase Ministerio del Interior de Chile
(1948) Ley de Defensa Permanente de la Democracia. Santiago de Chile: Taller Gráfico La Nación S.A.
314
Véase a Huentemilla, Eladio (1992). Antecedentes de la Ley de Defensa Permanente de la Democracia.
Tesis para optar al grado de Licenciatura en Historia, Instituto de Historia, Pontificia Universidad Católica de
Chile.
315
Sin embargo para el común de la gente como es el caso de Fernando Concha considera que “el pueblo de
Lota hizo presidente a Gabriel González Videla y vino aquí y prometió sacarlos de esa situación que había. Él
venía con la maldad por debajo y descargó la Ley Maldita”. Entrevista Personal. Fernando Concha, Lota, 23
de Diciembre de 2013.
316
Garay, Cristián y Ángel Soto (2013). Op. Cit., pp. 129-130.
52

proyecto del Ejecutivo para evitar su colapso”.317


Durante la aplicación de la llamada “Ley Maldita”, en Lota el Ejército y la Marina
fueron asistidos por soplones entre los trabajadores que delataban a sus compañeros
entregando nombres y direcciones.318 En este aspecto, Isidora Uribe manifiesta que:

“Después que se llevaron a los comunistas empezaron a llevarse a […] los que otra gente
decía que eran comunistas, […] así que se llevaban a las personas, aunque fueran
simpatizantes no más”.319

En Minas Schwager, la situación estaba controlada por la fiscalización preventiva


encabezada por el teniente Augusto Pinochet que evitó la votación de otra huelga a fines de
1948 y también desbarató una red propagandística de críticas mordaces al Gobierno. 320 No
obstante, no pudo impedir que los muros de las casas aparecieran con escritos sediciosos e
incitadores como: "Abajo con la Tiranía, Abajo con la 8987, Muerte a Videla el Traidor y
Libertad para Prisioneros Políticos". 321
Obviamente, para los ciudadanos, la popularidad del Gobierno se había visto
mermada. Al acercarse las elecciones parlamentarias, se optó el 27 de enero de 1949 por
dejar en libertad a algunas personas que se hallaban relegadas en diferentes partes del país y
que no constituían ningún peligro para la sociedad. 322
Por ejemplo, Humberto Pineda, quien anteriormente había sido secretario munici-
pal en Coronel, relató su experiencia al periódico Oro Negro:

“Estuve primero dos meses en el Fuerte Rondizzoni de la Isla Quiriquina que en tiempos
normales es utilizado como penal para los castigados de la Marina de Guerra donde se nos
aplicó el más estricto régimen militar, que en otros términos, puede decirse que es
superior al carcelario que se aplica a los reos comunes, porque a éstos al menos se les

317
Ibíd., p. 130.
318
Alcalde, Alfonso (1973). Op. Cit., p. 62.
319
Ibídem.
320
Pinochet, Augusto (1976). El Día Decisivo: 11 de Septiembre de 1973. Santiago de Chile: Editorial Andrés
Bello, pp. 22-27.
321
“Agitadores instan a obreros de la zona del carbón realizar campaña mural en contra S.E.”. El Sur 11 de
noviembre 1948: 8.
322
“El Gobierno resolvió, ayer, renunciar al uso de las facultades extraordinarias que le dio el Congreso”. El
Sur 27 de enero 1949: 1.
53

permite, recibir las visitas de sus familiares y amigos”.323

No obstante, al igual que él, cientos de personas eran cambiadas constantemente


de lugar presidiario sin especificarles razón o motivo de sus delitos. La Ley de Defensa
Permanente de la Democracia tuvo vicios en que según explica Humberto Pineda en el caso
de Pisagua un “40% de los relegados no eran comunistas; los había de varios partidos:
falangistas, socialistas, radicales, conservadores, comunistas y obreros sin partido”.324
Aquello refleja la amplia perspectiva de detractores al Gobierno que fueron calificados
como transgresores en base a la ley 8.987.

3.5. La lista negra de la “Borratina”.

El 13 de Diciembre de 1948, el Registro Electoral, concretó la eliminación del


derecho a voto a las personas de presunta afiliación comunista o de antecedentes
incompletos en todo el país325. Un mes más tarde, la nómina definitiva para Lota y Coronel
se publicó en el periódico Oro Negro. 326 Incluía a cerca de “3.000 nombres de varones que
habían perdido sus derechos ciudadanos […] y de 313 mujeres”.327 Dicha constancia se
agregó también a las fichas de todos los trabajadores en los archivos de cada empresa
carbonífera para evitar el regreso de sujetos indeseables. 328 Sin embargo, el Registro
Electoral estableció que en caso de cometer alguna equivocación en la elaboración del
listado, podían hacer sus reclamos a través del “conservador de bienes raíces […],
acompañando prueba instrumental […] de su ninguna concomitancia con el Partido
Comunista y apelando para ello al Tribunal Calificador”. 329
En este ámbito, la mayoría de las apelaciones se centraron en criticar que

323
“Relegados políticos regresan a Coronel. Oro Negro entrevista al señor Humberto Pineda”. Oro Negro 19
de febrero 1949: 1.
324
Ibíd.
325
Cuestión que se dio a conocer públicamente a las personas de la zona carbonífera en enero de 1949. Véase
la obra de Silva, Miguel (2000). Los Partidos, los Sindicatos y Clotario Blest. Santiago de Chile: Editorial
Mosquito, p. 235.
326
“Ciudadanos eliminados del registro de electores en conformidad a la ley No. 8987 de Defensa de la
Democracia”. Oro Negro 15 de enero 1949: 9-46.
327
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 253.
328
AENACAR, Fondo Schwager, prontuarios N°. 10426 y 13867, Identificaciones.
329
“De 40 mil nombres incluidos en listas sólo se eliminaron 28.394 comunistas”. El Sur 12 de enero 1949:
8.
54

aparecían en los registros como comunistas por el simple hecho de que cuando un
trabajador se incorporaba en un sindicato, a su vez los dirigentes lo dejaban integrado
nominalmente como militante sin ni siquiera poseer ningún compromiso ideológico. 330 A
partir de este trámite, la cifra descendió a 2.884 personas que permanecieron sin figurar en
sus derechos cívicos.331

3.6. Convivencia entre militares y civiles de los sectores populares.

La presencia de un contingente castrense permanente en la zona conllevó en


general percepciones dispares entre la población de Lota y Coronel. Había personas que
rechazaban que se mantuvieran al recordar la persecución selectiva y otros que reconocían
que con la administración militar la situación económica y social se había estabilizado con
medidas concretas.332
Los militares fijaron un listado de precios mes a mes de los productos de primera
necesidad a fin de impedir los abusos en su valor. 333 Cualquier comerciante que incurriera
en la especulación, le sería requisada su mercadería y deportado de la ciudad. 334 Aquella
medida, lógicamente, trajo satisfacción a los habitantes de Lota y Coronel que
comprobaban que bajo dicha fiscalización el Comisariato de Subsistencia y Precios
funcionaba eficazmente.335
Informalmente, los uniformados que se encontraban en el colegio del cerro
Palomares entregaban raciones de comida a los niños que iban a jugar en las cercanías. 336
Además las Jefatura de la Zona de Emergencia a cargo del general Arístides

330
Zañartu, Ramón (1950). La Dirección del Registro Electoral y el Partido Comunista de Chile ante la Ley
de Defensa de la Democracia. Santiago de Chile: Imprenta y Litografía Universo S.A, p. 3.
331
Huneeus, Carlos (2009). Op. Cit., p. 265.
332
Por ejemplo, una delegación de obreros de Schwager fue a Santiago a decirle al Presidente que mantuviera
a los militares en la zona. “El Presidente de la República visitará la región del carbón en octubre o
noviembre”. El Sur 9 de septiembre 1948: 1.
333
“Precios de los artículos de primera necesidad para las comunas de Coronel y Lota”. Oro Negro 15 de
mayo 1948: 4.
334
ABML, Vol. 2. Actas Municipales de Lota 1943-1952, pp. 188-189.
335
“Desde hace tiempo militares de Lota controlan venta de frutas y verduras”. Oro Negro 17 de abril 1948:
1.
336
Testimonio de Arnoldo González, Schwager, Marzo de 2006. Citado por Aguayo, Luis (2007). Op. Cit., p.
105.
55

Vásquez implementó cursos de alfabetización en beneficio de la población. 337


La intervención de funcionarios de las Fuerzas Armadas en procesos de despidos
mediante la entrega de certificados en que se avalaba que estaban libres de antecedentes,
fueron valorados por los trabajadores.338 Por ejemplo, el 24 de octubre de 1947, el jornalero
Francisco Zambrano fue despojado de su trabajo en Schwager por ser calificado de
comunista. Cuestión que tuvo que ser rectificada por la autoridad castrense.

“Habiendo revisado las listas de evacuados de la zona de emergencia, certifico que el


ciudadano Francisco Ranulfo Zambrano Gallego no figura en ellas y no hay decreto
alguno de la zona de emergencia que disponga tal medida. Firma Teniente Coronel Julio
Ibáñez Ross, Jefe de Zona de Emergencia Coronel”.339

Con el pasar del año de ocupación, no se inmiscuyeron más allá del límite de sus
dependencias en Lota Alto o en Schwager, salvo excepciones en que algún procedimiento
lo demandaba, pero su presencia confirió la garantía de que escenarios similares como el de
la huelga de 1947 tardarían en producirse nuevamente.340
Sin embargo, a finales de enero de 1949, se recibió la noticia de que las Facultades
Extraordinarias habían concluido.341 Aquello significaba dar inicio a un retiro gradual y
programado de las Fuerzas Armadas del cual no todos los habitantes de Lota y Coronel
estuvieron de acuerdo.

337
“En Lota fueron inaugurados ayer cursos de alfabetización para los obreros de la zona”. El Sur 13 de
septiembre 1948: 8.
338
“Fuerza militar continuará en la zona a petición de los mineros”. Oro Negro 5 de febrero 1949: 3.
339
AENACAR, Fondo Schwager, prontuario N°. 15850, Identificación y Certificado, Schwager 30 de junio
de 1948.
340
Es así como en la zona del carbón sólo se volvió a producir una huelga a gran escala en 1960.
341
“Suspendidas las Facultades Extraordinarias en todo Chile”. Oro Negro 29 de enero 1949: 1.
56

3.7. El fin del Estado de Sitio en la zona carbonífera.

A pesar de que las Facultades Extraordinarias habían terminado legalmente, hubo


gente que admitió la importancia de mantener una unidad militar en la zona. Aquello
garantizaba el orden y disciplina en las faenas extractivas y un equilibrio en las relaciones
entre trabajadores y técnicos de las minas.342 El Ministerio de Defensa prefirió emplazar un
regimiento de mil hombres en Coronel en vez de Lota por razones técnicas y
administrativas. 343 Además la Municipalidad de Coronel donó al Ejército un predio en el
área donde se ubicaba el matadero antiguo para destinarlo a la construcción del edificio de
suboficiales. 344 Mientras tanto, se ubicó una compañía mixta del Regimiento Chacabuco
compuesta por cien efectivos en las dependencias de la Gobernación del Departamento de
Coronel a principios de mayo de 1949. 345
Dos meses después, gracias a las gestiones realizadas por los comerciantes de
Coronel, las Compañías Carboníferas de Lota y Schwager junto con las autoridades,
lograron la instalación definitiva de la unidad militar. 346 Según la planificación estratégica
que tuvo el empresariado local, se estimó que con la presencia de los uniformados, el sector
comercial recibiría anualmente la cifra de $ 10.000.000 por concepto de los salarios que
éstos iban a desembolsar en la ciudad.347

342
“Fuerza militar continuará en la zona a petición de los mineros”. Oro Negro 5 de febrero 1949: 3.
343
“Unidad Militar será instalada en Coronel y no en Lota”. Oro Negro 2 de abril 1949: 1.
344
AMC, Actas Municipales de Coronel, 1946-1952, p. 252.
345
“A fines del presente mes se instalará en Coronel Compañía Mixta del Regimiento R.I.6 Chacabuco”. El
Sur 15 de abril 1949: 8.
346
“Unidad Militar queda instalada en pocos días más”. Oro Negro 16 de julio 1949: 1.
347
“Pueblo de Coronel responde ampliamente en beneficio pro instalación del regimiento”. Oro Negro 21 de
mayo 1949: 3.
57

CAPÍTULO IV – EL ROL DE LOS SUJETOS POPULARES EN LOTA Y


CORONEL.

5.1. Sociabilidad, asociatividad y organización.

Las medidas adoptadas por la institucionalidad, puestas en práctica especialmente


por los militares, no permitieron acciones públicas destinadas a manifestar el descontento
social de la población. Además, los propios lotinos y coronelinos fueron conscientes de las
consecuencias que les podía conllevar la desobediencia. No obstante, era prácticamente
imposible hacerles cambiar su opinión de que Gabriel González Videla los había
traicionado poniéndose de lado de la clase política-empresarial y no del pueblo que le había
elegido.348 No culpaban íntegramente a los militares de sus desgracias porque sabían que
éstos sólo cumplían órdenes de sus superiores y del Estado. Había que esperar que
terminara su período presidencial. 349 Pero aquello no significaba claudicar en sus objetivos
transversales.
La participación política de dichos habitantes, incentivó la continuidad de diversas
formas de asociación popular como los cabildos abiertos, comités de pro adelanto en las
poblaciones, clubes deportivos y agrupaciones varias.
No se puede desconocer que en los espacios de sociabilidad cotidiana que brindaba
las ferias libres, los lavaderos y hornos comunes350, cantinas, la plaza o los piques el tenor
de las conversaciones facilitaba las redes de protección 351, apoyo y solidaridad 352 entre los
vecinos.353
El origen de los cabildos abiertos tenía una reciente data en la década de los

348
Fernando Concha es enfático al decir que “González Videla fue el hombre más mal calificado en la zona
carbonífera”. En general, está opinión es compartida por el resto de los consultados. Entrevista Personal.
Fernando Concha, Op. Cit.
349
Entrevista Personal. Miguel Elizalde, Op. Cit.
350
En este aspecto, Gabriel Salazar indica que “las redes económicas, sociales y culturales que los pobres
construyen a la intemperie para sobrevivir a su pobreza, si son exitosas en asegurar esa sobrevivencia,
impiden que el fracaso real de las políticas sistémicas se convierta en hecatombe y en un cambio
revolucionario de ese sistema”. Salazar, Gabriel (2003). Ferias libres: Espacio residual de soberanía
ciudadana. Santiago de Chile: Ediciones Sur, p. 104.
351
Julia González revela que “mucha gente se ofrecía para ocultar a gente que si era comunista pero era una
forma de ayudar nada más. No era por órdenes de partido ni nada. Decían viene una persona perseguida y la
gente se ofrecía para ocultarlos”. Entrevista Personal., Julia González, Coronel, 26 de Noviembre de 2014.
352
En este aspecto, Elcira Sáez comenta que “antes existía mucho el compadrazgo, […] que mi comadre para
allá, que mi compadre para acá”. Entrevista Personal. Elcira Sáez, Lota, 19 de Noviembre de 2014
353
Salazar, Gabriel (2003). Op. Cit., pp. 101-102.
58

cuarenta con la iniciativa de los regidores pertenecientes al Frente Popular. 354 El primero
fue en Lota355 en 1942 y después se implementó en Coronel356 hacia 1946. Convocado por
los municipios podía participar “cualquier vecino que se interesara”. 357 Los temas de
discusión eran variados, dependiendo de los asuntos más apremiantes de cada localidad.358
Evidentemente, hubo quienes se restaron de participar activamente en estas
instancias porque sus condiciones de trabajo no se lo permitían o simplemente por
desinterés y prefirieron continuar con su vida normal y ser meros testigos de lo que
ocurría.359
Sin embargo, los habitantes más comprometidos con su comunidad tomaron el
ejemplo de la organización sindical y empezaron a formar por su cuenta organizaciones de
base; capaces de aglutinar a los vecinos en casos de urgencia y salvaguardar sus posesiones
frente a cualquier adversidad.360 Una crítica constante que surgía de los sectores populares
era que al menor reclamo se les tomaba por “comunistas”, pero generalmente no formaban
parte militante de algún partido ni poseían nexos a nivel estratégico que comprobaran su
filiación. 361
A causa del acontecer político nacional, el foco de atención del Gobierno estuvo
puesto sobre la zona del carbón, aquello constituyó una oportunidad para refrendarle sus
promesas a la comunidad.362 Las visitas presidenciales y de Ministros de Estado fueron
aprovechadas para entregar “pliegos que contenían los más apremiantes problemas para que
fueran tratados por ellos y darles una pronta solución”.363
En este sentido, en agosto de 1948, se formó el Comité Pro Adelanto de Villa

354
Vivanco, Servando. Hacia nuevos éxitos en el frente electoral, en Campusano, Julieta y otros
(1946).Conferencia Nacional del Partido Comunista, Santiago de Chile, Impresores Moneda 716, pp. 14-16.
355
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 211.
356
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 158.
357
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 211.
358
Ibíd.
359
Entrevista Personal. Elcira Sáez, Op. Cit.
360
“Los movimientos dependen del compromiso de sus miembros. La dedicación de los miembros, los
recursos personales que aportan, constituyen el capital del movimiento que le permita sobrevivir con
continuidad y luchar por la consecución de sus objetivos”. Javaloy, Federico y otros (2001). Comportamiento
Colectivo y Movimientos Sociales. Madrid: Pearson Educación, p. 325.
361
Entrevista Personal., Julia González, Op. Cit.
362
“La vida en la zona carbonífera atraviesa un período de transición, nos dijo el Intendente”. El Sur 4 de
noviembre 1947: 5.
363
“Peticiones que el pueblo de Coronel hace a sus parlamentarios”. Oro Negro 18 de junio 1949: 2.
59

Mora en Coronel.364 Estaba compuesto en su totalidad por vecinos preocupados de las


condiciones de su comunidad. En octubre de ese mismo año, los pobladores le entregaron
un memorándum al Ministro de Obras Públicas que visitaba el lugar, donde se destacaba el
déficit habitacional existente. También, le plantearon que le informara a su colega en
Educación, la conveniencia de reanudar el proyecto de creación de escuelas para 800
estudiantes que se hallaba pospuesto desde 1942. 365
Por su parte, hubo una propuesta alternativa de parte de la autoridad. El
establecimiento de cursos de alfabetización a cargo de oficiales del Ejército como
profesores, en que se quiso inculcar principios patrióticos y morales. 366 Además, se
permitió la realización de eventos culturales como la Fiesta de la Primavera 367 y se
restringió otros como el Día del Minero.368 Con estas últimas medidas se buscaba “educar y
entretener” a los sectores populares y sacarlos de la incultura y las malas prácticas de
acuerdo con su visión paternalista.369 Las Compañías Carboníferas alentaron las
distracciones del espectáculo y las fiestas para aminorar la tensión social y proporcionaban
“locales gratuitos, premios, beneficios en el teatro, el gimnasio o el estadio, y medios de
locomoción para sus competencias o fiestas”.370 Claramente, parte del pueblo se vio
atraído, se superaba la capacidad de dichos recintos y muchos se quedaban afuera
expectantes de los concursos.371
Sin embargo, en general, éstos poseían sus propios espacios y formas de
entretenimiento que incorporaban, en algunos casos, las conversaciones sobre la realidad

364
“Vecinos de Villa Mora trabajan por el progreso de este barrio”. Oro Negro 21 de agosto 1948: 4.
365
“Vecinos de Villa Mora presentaron petición al señor Ministro Merino Segura”. Oro Negro 16 de octubre
1948: 1.
366
“Breves de Concepción”. El Sur 11 de septiembre 1948: 11.
367
Si bien la Fiesta de la Primavera era de antigua data desde los orígenes mismos de la localidad lotina, en
1948 se organizó el Centro de Extensión Cultural, destinado a potenciar la sociabilidad y la cultura del
pueblo. En concursos como Miss Lota y del Cantor de las Minas tuvo una gran acogida del público y en estas
actividades el factor integración entre Lota Alto y Bajo en lo recreacional era fundamental. “Una iniciativa
simpática”. La Opinión julio 1948: 2.
368
Esta festividad anual se celebraba cada 10 de diciembre en el sector de Playa Blanca al lado del cerro en
Lota. Allí se reunían mineros de esa ciudad como de Coronel. En esta fecha se recordaba el fallecimiento de
Luis Emilio Recabarren y el nacimiento del fundador de la FOCH, Elías Lafferte Gaviño y la conmemoración
en la primera huelga larga del año 1920. Además de los bailes y la comida, se hacían una serie de discursos
sindicales. García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 501.
369
Luis Alberto Romero menciona que en las relaciones de los sujetos populares con los otros actores
sociales, los últimos pretenden moldear esa identidad. Romero, Luis Alberto (1997). “Los sectores populares
urbanos como sujetos históricos”. En Última Década, Año 4, N° 7, p. 29.
370
Astorquiza, Octavio (1952). Op. Cit., pp. 231-232.
371
“Una iniciativa simpática”. La Opinión julio 1948: 2.
60

local y que promovían los nexos de acción política. 372


Los grupos básicos de asociación política muchas veces fueron obviados por
considerar su aporte poco relevante para las comunidades, pero la asociación de estos
sujetos produjo cambios fundamentales en los espacios de acción más directa y
democrática, como en el caso de los clubes deportivos, que sirvieron para hacer confluir
voluntades y relacionar a sujetos de grupos etarios diversos.373
Para comprender este aspecto político conviene considerar que los terrenos donde
se desarrollaban las actividades deportivas de las Compañías eran privados y conducían a la
segregación social, por lo que un anhelo de los clubes deportivos como grupos básicos de
asociación fue el objetivo de fomentar aún más el deporte. La estrategia para esto fue
promover el proyecto de “un estadio municipal en los terrenos que se encontraban al sur de
la ciudad [de Coronel]”. 374
Una de las agrupaciones sociales vinculadas al trabajo con mayor trayectoria y con
marcos de acción emergente, es decir espontáneos, que estuvieron sujetos a normas creadas
por los propios participantes del colectivo y que fueron relevantes para la política local
fueron las compuestas por integrantes del sector pesquero que resultaba indispensable para
el tránsito de mercaderías y despacho de carbón.375 Conviene distinguir entre la situación de
los sindicatos de Bahía de Lota y Gente de Mar en Schwager con las respectivas
agrupaciones de pescadores o “lancheros” de los muelles fiscales. Los fondeaderos
empresariales de Lota y Schwager se hallaban en óptimo estado, sólo interrumpidos por los
correspondientes pliegos de peticiones 376 o los reclamos de los tripulantes por despidos
injustificados.377
En definitiva, ellos tenían la posibilidad de acceder a mejoras directamente, a

372
Ibíd.
373
Sesión ordinaria celebrada por la Ilustre Municipalidad con fecha 18 de junio de 1947. Actas Municipales
de Coronel, 1946-1952, p. 117.
374
Ibíd.
375
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 159
376
Por ejemplo, el 9 de abril de 1947, el Sindicato Bahía de Lota negoció con la Compañía un aumento en los
salarios básicos y de tratos por un 16%, el incremento a $ 80 de las cargas familiares y a $120 de la
asignación de casa y el considerar con beneficios a la madre viuda que viviera a expensas de su hijo. “Nuevas
modalidades de trabajo y nuevo tarifado establece acta de avenimiento con obreros de Bahía”. El Sur 21 de
enero 1949: 7.
377
El 6 de enero de 1947, el personal de vapores Quiñenco, Boca Maule, Chollín y Puchoco de Compañía
Schwager se declararon en huelga por quedar fuera de contrato siete hombres del buque Quiñenco. El
problema fue solucionado el 23 de enero. De Intendencia de Concepción a Ministerio del Interior, 23 de enero
1947. ANCH, FIC, Vol. 2352 Telegramas Enviados 1947, Nº 30.
61

diferencia de quienes dependían de las instalaciones de carácter público.


Los pescadores artesanales no se veían sometidos a la presión que ejercían en los
sindicatos los partidos políticos, pero como poseían una relación dada por la pertenencia al
grupo social, desarrollaron una acción política solidaria en defensa de intereses comunes;
esto se aprecia cuando este grupo en la sesión de cabildo abierto de 1946 acordó solicitar a
la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), la creación de un astillero para
construir y reparar embarcaciones “y que éstas fueran entregadas a los pescadores con
facilidades de pago y la instalación de un frigorífico para la conservación del pescado”.378
También se expresó que estas medidas debían ser el principio de una industrialización
pesquera con equipos modernos y eficientes.379 Sin embargo, esta aspiración no fue
atendida por la CORFO en los plazos que se esperaban, desconociendo la suma urgencia
que había en el muelle de Coronel por reparar las vías de acceso a embarcaciones menores,
cuyas escalerillas en mal estado se habían transformado en focos de accidentes. 380 Los
pasajeros corrían el riesgo de resbalar y caer al mar. Por dicha razón, se habilitó
provisoriamente las instalaciones de la Compañía Schwager para el tráfico marítimo
mientras se buscaba una solución concreta.381

5.2. Las demandas transversales de la ciudadanía local pendientes con el Estado.

A pesar de los memorándum que se enviaban al Presidente, de parte de los


municipios de Lota y Coronel, en relación a las problemáticas compartidas por los
habitantes de esta zona se planteaba la urgencia de que:

“para obtener un éxito en todas estas peticiones es necesario que continuamente deben ir
comisiones a Santiago […] Es conveniente de que desde luego se estudie la designación
de las personas que podrían ir fuera del señor Gobernador otras personalidades de la

378
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Coronel de ayer y hoy. Concepción: Trama S.A,
p. 159.
379
Ibíd., p. 170.
380
“Estado del muelle fiscal de Coronel constituye serio peligro contra seguridad de las personas”. El Sur 23
de diciembre 1947: 7.
381
“Estado del muelle fiscal de Coronel constituye serio peligro contra seguridad de las personas”. El Sur 23
de diciembre 1947: 7.
62

localidad”.382

Dichas actas reflejaban el nivel de centralismo de parte del Estado, en que si se


pretendía conseguir recursos económicos, se debía recurrir al asistencialismo mediante la
visita frecuente a la Presidencia o algún Ministerio en particular para expresar las
necesidades de la población. También se cuestionó el excesivo protagonismo de las figuras
políticas tradicionales en búsqueda de otros sujetos más representativos. 383
Para la gente de Lota y Coronel el Estado, en la década de los cuarenta, probaba
poco interés por el bienestar de las personas. Los últimos acontecimientos, les habían
demostrado que la autoridad vigente “sólo se inquietaba en los momentos de efervescencia,
pero no pasaba más allá de declarar buenas intenciones”. 384
Simplemente, los avances eran lentos o nulos, dependiendo de las obras “en
construcción”. Pero no se podía culpar a los alcaldes puesto que tuvieron que encargarse de
repartir lo mejor posible el presupuesto anual. Aún así su accionar era limitado e incapaz de
cubrir todas las necesidades en relación a la densidad poblacional. 385 Más aún cuando las
sucursales centrales de las Compañías Carboníferas no pagaban sus impuestos en la zona
sino que en Valparaíso y Santiago donde estaban sus sucursales centrales. 386
Con el fin de la Huelga de 1947, los relatos conferidos desde la autoridad a la
prensa escrita o radial tendieron a minimizar la reacción ciudadana frente al Estado de
Sitio, destacando la pasividad de los hombres y tildando a los actos de protesta espontánea
como acciones aisladas de algunas mujeres que “trataban de interrumpir con insultos que a
nadie conmovían”.387 Se advierte en dicho discurso noticioso condicionamientos que iban
desde “lo profesional y comercial como por las presiones de que fue objeto”. 388
Evidentemente, hubo episodios locales que se dieron por descontados. Por
ejemplo, cuando el ferrocarril transportaba a los primeros relegados de la zona carbonífera,
“las mujeres se organizaron y se tiraron en la línea del tren”. 389 Es decir, ellas tuvieron la

382
Sesión ordinaria celebrada por la Ilustre Municipalidad con fecha 15 de mayo de 1946. AMC, Actas
Municipales de Coronel, 1946-1952, p. 43
383
Ibíd.
384
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 173.
385
“La vivienda en Lota”. El Siglo 16 de octubre 1947: 3
386
Ibíd.
387
González, Gabriel (1975). Op. Cit., p. 666.
388
Javaloy, Federico y otros (2001). Op. Cit., p. 277-278.
389
Entrevista Personal. Julia González, Op. Cit.
63

intención de evitar a cualquier costo el separarse de sus familiares. Estas esposas de los
mineros que aparentemente se veían reducidas a las tareas domésticas, cuando se
presentaba la adversidad, “se convertían muchas veces en defensoras irrestrictas de los
intereses de sus maridos”.390
La percepción de la “derrota” de los mineros y la conmoción de los relegamientos,
hizo que los sujetos populares articularan su acción política en función de las prioridades de
la comunidad. Principalmente, sus esfuerzos estuvieron marcados por el interés de mejorar
la economía familiar, vivienda, salud, escolaridad, transporte y comunicaciones.
Entre las preocupaciones principales de los sectores populares estaba fijada en el
porvenir generacional, traducido en los hijos. Los niños estaban condicionados a que los
oficios de sus padres serían el suyo cuando alcanzaran la adultez. 391 Prácticamente, gran
cantidad de ellos “se criaban en la calle y todos se conocían”.392 La minoría terminaba sus
estudios de primaria y otros abandonaban rápidamente el colegio porque era gravoso para
la economía familiar.393 De este modo, los jóvenes se las arreglaban para encontrar trabajo
ayudando “a las personas del campo que venían de Curalinahue con sus canastos con
huevos o con verduras para llevarlos a la feria. […] Lustraban zapatos y eran corteros 394 en
los ferrocarriles y otros vendían frutas”.395
En el plano habitacional, la gente que por su condición de extrema pobreza no
podía pagar un arriendo, decidió tomarse los terrenos. En particular, se destacó el caso de
predios fiscales en la playa de Coronel detrás del Muelle Schwager, situación irregular que
fue incluso permitida por el Gobernador Isaías Fuentes, lo que le costó su puesto
administrativo. 396
En el barrio de Villa Mora, se logró a través de la gestión municipal, la edificación

390
Sandoval, Carlos (2011). De subterra a subsole: El fin de un ciclo. Santiago de Chile: Editorial Quimantú,
p. 62.
391
Astorquiza, Octavio (1952). Op. Cit., p. 29.
392
Entrevista Personal. Fernando Concha, Op. Cit.
393
Según datos estadísticos que poseía la prensa local, habían fuera del sistema de enseñanza básica
anualmente 3.000 niños en Lota. “Lota: 3.000 niños quedan al margen de los beneficios de la enseñanza”. Oro
Negro 10 de enero 1948: 4.
394
Palabra que significa ayudar a cargar y portar el equipaje de los pasajeros.
395
Testimonio de Margarita Caullián Reinoso. Citado por Morán, Verónica; Leiva, Luzmira y Victoria
Aránguiz (2003). Op. Cit., p. 126.
396
De Intendente de Concepción a Gobernador Marítimo de Talcahuano, 8 de Julio 1947. ANCH, FIC, Vol.
2357 oficios enviados a otros funcionarios primer y segundo semestre 1947, oficio 295.
64

296 casas de la segunda etapa de la población Pedro Aguirre Cerda.397 La Caja de


Habitación Popular adquirió la madera correspondiente, pero las obras tardaron en
ejecutarse, al igual que lo había sido en la primera fase que dentro del período de 1941 a
1946 la expectativa había sido “136 casas, de las cuales, sólo se habían construido 36”.398
Por su parte, en la periferia de Lota Bajo, se construyeron casas insalubres que se
caracterizaron por ser de precaria condición. Constituían un riesgo para sus habitantes a
nivel sanitario a tal punto que la Compañía Carbonífera en Lota Alto propuso la demolición
de las construcciones y “que la Caja de la Habitación las reedificara de acuerdo con sus
normas”.399
En servicios de salud pública, la infraestrucutura era deficiente y los médicos
escasos. Principalmente en la temporada invernal en que se requería la extensión de la
sección de pediatría, dotándole de “salas de aislamiento para evitar contagios, servicios
higiénicos independientes y cocina periférica”. 400 También se solicitaba al Ministerio de
Salud que se encargara de la creación de un consultorio externo y un laboratorio clínico. 401
Dicho organismo aceptó las peticiones,402 pero las obras de ampliación del Hospital de
Coronel se postergaron y quedó una parte del edificio demolida. Aquello redujo la
capacidad de atención de 110 camas a 60 solamente; por lo tanto, se tuvo que negar el
ingreso a nuevos pacientes que inclusive venían desde Lota.403 El consultorio de Lota Bajo
había sido una promesa estatal en la visita presidencial del 17 de diciembre de 1948. Desde
entonces, la Caja de Seguro Obligatorio no había reunido los materiales de construcción en
el terreno que permanecía baldío.404
En lo referente a la educación fiscal, la cobertura contaba en Lota Bajo con cinco
escuelas primarias fiscales, una escuela vocacional para señoritas y una escuela de
artesanos. Había dos planteles particulares, que entregaban enseñanza primaria y secundaria

397
Sesión ordinaria celebrada por la Ilustre Municipalidad con fecha 18 de junio de 1947. AMC, Actas
Municipales de Coronel, 1946-1952, p. 115.
398
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 161.
399
“Habitaciones obreras en Lota”. La Opinión julio 1948: 1.
400
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 163.
401
Ibíd.
402
“Iré a la provincia de Concepción a realizar y no a prometer, declaro el Ministro Sr. Varas”. El Sur 22 de
septiembre 1948: 7.
403
“Hospital de Coronel cuenta con 60 camas para atender a la población de treinta mil habitantes”. El Sur 24
de febrero 1949: 1.
404
“Después de colocada la primera piedra nada se ha hecho para construir Hospital Consultorio de Lota”. El
Sur 2 de marzo 1949: 10.
65

hasta tercer año de humanidades. Se trataba del colegio de San Juan para niños y el Colegio
de Santa Filomena para niñas. 405
En cambio, Coronel disponía apenas de tres locales escolares fiscales. Los
espacios habían sido facilitado por sindicatos e instituciones religiosas por lo que los cursos
se hallaban dispersados en la ciudad. Esto se remedió parcialmente cuando las escuelas N°1
y N° 2 entraron recién a funcionar a mediados de la década de los cuarenta. Además, aún
estaba en trámite el proyecto de construcción de un grupo escolar en Villa Mora. 406
Por otro lado, hubo discrepancias entre los coronelinos por la decisión del
Ministerio de Educación de suprimir una Escuela de Artesanos para su ciudad y ampliar la
que había en Lota.407
A fin de incentivar la educación con fines prácticos, se propuso de parte de la
población la creación de cursos vocacionales en pesca, minería, electricidad y mecánica
para hombres y de corte y confección, tejidos y economía doméstica para mujeres. 408
Resulta conveniente mencionar que entre las generaciones de los años veinte y treinta,
todavía continuaban con la mentalidad machista de que:

“la liceana era mal vista. El camino que le restaba a la mujer era la ignorancia casi
absoluta y el matrimonio como medio para subsistir. Matrimonio que normalmente se
celebraba con algún joven minero, también exento de escolaridad. Así se iba perpetuando
una forma de dominación y de abaratamiento de la mano de obra”.409

En este caso el comercio informal y la lavandería eran las ocupaciones más


recurrentes para las mujeres de sectores populares.410 Por ende, se infiere que si se
pretendía terminar los estudios correctamente la única opción era continuar en algún
colegio de Concepción.

405
Además Astorquiza destacaba la diferencia en que había entre estas escuelas y las que había en Lota Alto
que eran Mayores diferencias había con los establecimientos de Lota Alto, dependientes de la industria
carbonífera, consistentes en tres primarias, como la Matías Cousiño, Isidora Cousiño y Arturo Cousiño; y el
colegio Kindergarten “Thompson Matthews”, para los hijos de los empleados de la empresa. Astorquiza,
Octavio (1952). Op. Cit., p. 95.
406
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 272.
407
Sesión ordinaria celebrada por la Ilustre Municipalidad con fecha 18 de junio de 1947. AMC, Actas
Municipales de Coronel, 1946-1952, p. 116.
408
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 272.
409
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 273.
410
Entrevista Personal. Elcira Sáez, Op. Cit.
66

Con respecto al transporte y las comunicaciones terrestres hacia el resto del país,
los vecinos en cabildo abierto demostraron su preocupación a la Municipalidad de Coronel
con respecto al flujo de trenes desde Concepción a Curanilahue que se hallaba en proceso
de expropiación.411 El ferrocarril debía pasar a formar parte de los servicios del Estado,
cuestión que se hallaba pendiente por falta de recursos.412
El Comité de Pro Adelanto de Villa Mora se encargó de propiciar una mejor
atención solicitando la fijación de un paradero en la población y reunió dinero para
hacérselo llegar “a la administración del ferrocarril con el objeto de hacer algunas mejoras
en la estación”.413
El sindicato ferroviario manifestó su conformidad con esta iniciativa ciudadana y
subrayó la importancia de agilizar la expropiación porque efectivamente había problemas
con la capacidad y el material rodante había llegado a un “desgaste total lo que hacía que el
transporte de pasajeros y carga estuviera expuesto a cualquier eventualidad”.414
Por otro lado, las pésimas condiciones que presentaba el camino de Lota y Coronel
a Concepción lo volvían intransitable en época invernal. Se requería de una pavimentación
a cargo de “los propietarios de los terrenos colindantes y el resto con un aporte que haría el
Fisco hacia 1951”. 415
En consecuencia, es posible determinar que los sujetos populares de Lota y
Coronel fueron capaces de interactuar y organizarse definiendo líneas de acción para
solucionar sus problemas y necesidades más atingentes desde lo básico para subsistir hasta
velar por defender sus derechos laborales y cívicos. Aunque siempre considerando sus
limitados recursos económicos y un relativo nivel de presión a las autoridades. Las
relaciones intervecinales y entre compañeros de trabajo fueron claves en la movilización
social fuertemente reprimida por el Estado, pero que aguardó hasta que se dieran las
condiciones favorables para rearticularse con mayor fortaleza y dirección.

411
AMC, Actas Municipales de Coronel, 1946-1952, p. 104.
412
Ibíd., p. 116.
413
“Vecinos de Villa Mora trabajan por el progreso de este barrio”. Oro Negro 21 de agosto 1948: 4.
414
“Progreso a toda la zona traería la expropiación del ferrocarril de Concepción a Curalinahue”. El Sur 26 de
septiembre 1948: 8.
415
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 160
67

CONCLUSIONES

La composición social de los sectores populares involucró una serie de


características. En primer lugar, fue el origen territorial campesino o semiurbano que tuvo
que adaptarse a la vida urbana y buscar sus propios métodos de subsistencia. El segundo
aspecto se trató de la construcción de redes sociales y familiares entre las mujeres, niños y
vecinos. El tercero correspondió a la condición de pobreza que fue común a todos estos
grupos y que favorecía su solidaridad e identificación con la clase obrera. El cuarto
elemento consistía en la marginación de las principales estructuras político-sociales
tradicionales y el sentimiento de abandono y aislamiento. Los años de permanencia y
experiencia en la zona del carbón fueron los que le brindaron el conocimiento de la cultura
minera que cohesionaba la acción política de estos actores.
La huelga de 1947 en la zona carbonífera si bien planteaba demandas económicas
y sociales, escogió el peor momento para efectuarse en relación a una situación nacional
propensa a la inflación y de divisiones políticas y al comienzo de la Guerra Fría en el
escenario internacional. Tanto militares como autoridades de Gobierno estuvieron conven-
cidas de que había que eliminar la presencia comunista en un recurso estratégico como el
carbón, lo cual explicó su comportamiento en la zona y en el resto del país. Los habitantes
de Lota y Coronel fueron estigmatizados por la postura anticomunista que adoptó Gabriel
González Videla como “Zona Roja”. Se desconoció totalmente que lotinos y coronelinos
simpatizaban en el discurso de los partidos de izquierda nacional, pero que no reunían las
condiciones para ser considerados militantes o proclives a las ideas o propósitos de la
U.R.S.S, que estaba concentrada en Europa y no en América Latina. Después con la
implantación de la Ley de Defensa Permanente de la Democracia en 1948, se comprobó
que la persecución selectiva se traspasó a personas que fuesen simpatizantes del
comunismo, tuvieran familiares que militaran en el PC o simplemente constituyeran el
carácter de opositores al Gobierno sin tener que ser necesariamente de partidos políticos.
En el plano local, en esta época, hubo una paulatina transición desde intereses
sectoriales de los trabajadores a objetivos transversales de los ciudadanos. El movimiento
obrero y social (puesto que era apoyado por los sectores populares), fue reprimido por el
Gobierno a través de la implantación del Estado de Sitio desde 1947 a 1949. Dicha
coyuntura política que encabezó el Estado puso en la mira a la zona carbonífera. Sin
68

embargo, el movimiento supo adaptarse a las nuevas condiciones y apostó por una vía no
confrontacional. Es decir, de protesta espontánea en la que expresaba su descontento e
inquietudes a los Ministros de Estado que visitaban la zona por promesas incumplidas y
obras inconclusas de parte del Gobierno.
Como una forma de remediar esta situación, los sujetos populares mantuvieron su
participación en cabildos abiertos, formaron comités de pro adelanto en poblaciones e
impulsaron iniciativas desde clubes deportivos y agrupaciones como la de pescadores
artesanales.
Factores como las continuas disputas políticas entre comunistas y socialistas, la
pérdida de capacidad de autonomía y presión de los sindicatos ante la intervención militar y
la complicidad de las Compañías, dieron paso a un clima adverso para que el sindicalismo
continuase siendo el símbolo único distintivo de las luchas sociales de Lota y Coronel. De
este modo, los actores y repertorios de acción se ampliaron y propiciaron en la medida de
sus propios recursos, propuestas y soluciones en pequeña escala.
Cabe considerar que este movimiento social a partir de la coyuntura específica de
1947 a 1949, logró articular estrategias de acción política de amplia participación de
pobladores no militantes y opuestos a las estrategias tradicionales de lucha de clases o al
movimiento de masas que planteaba el Partido Comunista. En otras palabras, los problemas
que les enrostraron los sujetos populares a los Ministros de Estado en particular al visitar la
zona, fueron temas que se arrastraban en un mediano a largo plazo con efectos
acumulativos en el tiempo. Otra característica importante fue que compartían una
transversalidad enfocada a la economía familiar, vivienda, salud, escolaridad, transporte y
comunicaciones. Al diversificar sus objetivos, claramente sus encuentros y desencuentros
con la autoridad se volvieron permanentes y en continúa discusión lo que conllevaba su
prolongación histórica.
69

BIBLIOGRAFÍA

I. FUENTES PRIMARIAS

1.1. Fuentes Primarias Manuscritas.

Archivo Biblioteca Municipal de Lota. (ABML)


Actas Municipales (1947-1949)
Archivo Empresa Nacional del Carbón. (AENACAR)
-Fondo Lota: Prontuarios N°. 1023 y 1196.
-Fondo Schwager: Prontuarios N°. 10426, 13867, 13792, 14920 y 15.850.
Archivo Municipal de Coronel. (AMC)
Actas Municipales (1947-1949)
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- Fondo Intendencia de Concepción (FIC):
Vol. 2346: Oficios Enviados a Particulares (1947).
Vol. 2352: Telegramas Enviados (1947).
Vol. 2355: Oficios recibidos de particulares (Primer Semestre 1947)
Vol. 2357: Oficios enviados a otros funcionarios (Primer y Segundo Semestre 1947)
Vol. 2362: Solicitudes Recibidas de Particulares (Segundo Semestre 1948).
Vol. 2363: Oficios Recibidos de los Ministerios (Primer y Segundo Semestre 1948)

1.2. Fuentes Primarias Impresas.

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Moneda 716, pp. 14-16.

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Universo S.A.

1.3. Periódicos

El Siglo (1947)

El Sur (1947-1949)

Oro Negro (1948-1949)

La Opinión (1947-1949)

1.4. Entrevistas Personales

Fernando Concha, Lota, 23 de Diciembre de 2013

Miguel Elizalde, Lota, 23 de Diciembre de 2013

Raquel del Carmen Rodríguez, Lota, 19 de Noviembre de 2014

Elcira Sáez, Lota, 19 de Noviembre de 2014

Julia González, Coronel, 26 de Noviembre de 2014

II. FUENTES SECUNDARIAS

2.1. Libros.

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79

ANEXOS

N° 1. FORMATO TIPO DE ENTREVISTA

Nombre del Entrevistado:


Fecha de la Entrevista:

1. ¿Cuándo nació y dónde?

2. ¿Cursó estudios formales?

3. ¿Usted viene de familia de mineros?

4. ¿Cuál era su oficio en 1947?

5. ¿Por qué se fueron a la huelga los mineros de Lota y Coronel entre 1947 a 1949?

6. ¿Qué opinión tiene sobre el presidente Gabriel González Videla en relación a sus visitas
a la zona carbonífera?

7. ¿Usted participó o fue miembro de algún partido político u organización social?

8. ¿Cómo era la relación existente entre las Compañías Carboníferas y los mineros entre
1947 a 1949?

9. ¿Cómo se informaban las personas de lo que sucedía en el resto del país debido al estado
de sitio en Lota y Coronel en esos años?

10. ¿Cuáles considera que fueron las estrategias que ocuparon las personas de Lota y
Coronel para eludir la implantación de la Ley de Defensa Permanente de la Democracia?
80

N° 2. FORMATO TIPO DE CUESTIONARIO.

Nombre del Encuestado:


Edad:
Lugar de Origen:

1. ¿Participó de la huelga del carbón de 1947?

A) Sí
B) No

2. ¿Qué aspecto consideraba más importante para la movilización en Lota y Coronel entre
1947 a 1949?

A) Condiciones laborales y reajuste salarial.


B) Intereses políticos.
C) Ambos.
D) Otro.

3. ¿Usted militó en algún partido político durante el gobierno de Gabriel González Videla?

A) Sí
B) No

4. ¿A qué tendencia política era simpatizante?

A) Comunista.
B) Socialista.
C) Democrática.
D) Radical.
E) Liberal.
F) Conservador.
G) Ninguna.

5. ¿Usted fue borrado de los registros electorales por sus ideas políticas?

A) Sí
B) No

6. ¿A qué sindicato pertenecía?

A) Industriales.
B) Metalúrgicos.
C) Empleados.
D) Ferrocarrileros.
E) Estibadores.
F) Panificadores.
81

G) Otro.
H) Ninguno.

7. ¿Aparte de los sindicatos, usted fue miembro de alguna organización social?


A) Sí, ¿Cuál?_____________
B) No.

8. De ser parte de alguna organización social, ¿qué tipo de acciones realizaba para cumplir
con sus objetivos?

A) Recaudación de fondos mediante colectas públicas.


B) Difusión de propaganda política.
C) Actos de protesta a la autoridad.
D) Otra.
82

N° 3. VALIDACIÓN DE INSTRUMENTO DE ENTREVISTA Y CUESTIONARIO


POR EL DR. RUBÉN DITTUS BENAVENTE.

C O N S T A N C I A

Por medio de la presente, dejo constancia que estoy en conocimiento de la tesis de

grado que actualmente ejecutan los alumnos de la carrera de Licenciatura en Historia de

la Universidad Católica de la Santísima Concepción, José Mauricio Villalobos

González y Francisco José Pérez Canales, titulada “El Movimiento Social en Lota y

Coronel: Una mirada desde el sujeto popular como actor político (1947-1949)”.

Tras la revisión del planteamiento del problema de investigación, los objetivos e

hipótesis, he validado los instrumentos de recolección de información definidos en esta

etapa de la tesis: entrevistas semi-estructuradas y un cuestionario dirigido a quienes se

desempeñaron como mineros en la zona del carbón, tanto en formato como contenido.

Ambos instrumentos se ajustan a los propósitos del estudio y se enmarcan en los

lineamientos éticos de la Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales.

Se extiende la presente constancia a petición de los interesados para ser

presentada con fines académicos.

Concepción, 03 de septiembre de 2014

DR. RUBÉN DITTUS B.


Jefe Departamento de Metodología e Investigación Social
Facultad de Comunicación, Historia y Ciencias Sociales
Universidad Católica de la Santísima Concepción
83

N° 4. MAPA COMUNA SUBDELEGACIÓN DE LOTA. 416

416
Fuente: Servicio Nacional de Estadísticas y Censos (1952). XII Censo General de Población y I de
Vivienda. Santiago de Chile: Gutenberg, p. 324.
84

N° 5. MAPA COMUNA SUBDELEGACIÓN CORONEL. 417

417
Fuente: Servicio Nacional de Estadísticas y Censos (1952). XII Censo General de Población y I de
Vivienda. Santiago de Chile: Gutenberg, p. 319.
85

N° 6. TRANSCRIPCIÓN DE ENTREVISTAS.

Entrevista 1
Nombre: Fernando Concha San Martín
Fecha: 23 de Diciembre de 2013

1. ¿Cuándo nació y dónde?


En 1937 y soy nacido en Lota.

2. ¿Cursó estudios formales?


No, nosotros nos criábamos en la calle.

3. ¿Usted viene de familia de mineros?


Sí, mis antepasados fueron todos mineros.

4. ¿Cuál era su oficio en 1947?


Siempre he sido minero, pero entré de 17 años a la mina. En 1947 se trabajaba
brutalmente, todo a pulso, todo se paleaba y con unos combos especiales y ahí aparecía el
disparador con la pólvora y la gente tenía que acorralarse a otros lados.

5. ¿Por qué se fueron a la huelga los mineros de Lota y Coronel entre 1947 a 1949?
El estado social del minero, el aumento salarial, las únicas armas que tenía el minero eran
el pliego de peticiones y la huelga. La educación para nuestros niños de la época. Era tal
la pobreza que hubo mineros que nunca salieron de aquí. Lo que sobraba le daban al
minero.

6. ¿Qué opinión tiene sobre el presidente Gabriel González Videla en relación a sus visitas
a la zona carbonífera?
El pueblo de Lota hizo presidente a Gabriel González Videla y vino aquí y prometió
sacarlos de esa situación que había. Él venía con la maldad por debajo y descargó la Ley
Maldita. Cuando llegaron los militares, buscaban a mi padre con metralleta y sacaban a
los mineros como fuera y los llevaban a la escuela Matías Cousiño (Escuela Thompson).
Fueron seleccionando a los mineros y los demás a los barcos y a Pisagua. Por eso, Gabriel
86

González Videla fue el hombre más mal calificado en la zona carbonífera.

7. ¿Usted participó o fue miembro de algún partido político u organización social?


Yo no, pero sí había 100 socialistas y comunistas, había otros tantos adherentes a las
ideas, pero no inscritos.

8. ¿Cómo era la relación existente entre las Compañías Carboníferas y los mineros entre
1947 a 1949?
Aquí había soplones en las asambleas pagados por la Compañía. Con quién peleábamos
era con la Compañía y el Gobierno.

Entrevista 2
Nombre: Miguel Elizalde
Fecha: 23 de Diciembre de 2013

1. ¿Cuándo nació y dónde?


En 1931 acá en Lota.

2. ¿Cursó estudios formales?


Sí, en la Escuela Industrial de Artesanos.

3. ¿Usted viene de familia de mineros?

Sí, vivíamos cerca de la Municipalidad en casas de adobe.

4. ¿Cuál era su oficio en 1947?


Yo entré ganando 54 pesos, entré de jornalero con 17 años al Pique Alberto en Lota.

5. ¿Por qué se fueron a la huelga los mineros de Lota y Coronel entre 1947 a 1949?
La huelga del 47 fue producto de una situación política y en el cómo vivía el trabajador.
Una mezcla de las dos por la necesidad de tener qué comer. De Santiago los políticos
venían a aprender de acá pero las decisiones se tomaban aquí. La asamblea decidía.

6. ¿Qué opinión tiene sobre el presidente Gabriel González Videla en relación a sus visitas
87

a la zona carbonífera?
Yo lo vi cuando vino acá y arengó preguntando: ¿Dónde están ahora los comunistas? Para
cuando se inauguró la Plaza Carrera. El Gobierno actuó en contra de los trabajadores.

7. ¿Usted participó o fue miembro de algún partido político u organización social?


Yo pertenecía al Partido Democrático. Fui dirigente 17 años de los trabajadores del
carbón del Sindicato Metalúrgico y los representé en Ginebra, Suiza en la reunión mundial
de trabajadores de la OIT (Organización Internacional del Trabajo).

8. ¿Cómo era la relación existente entre las Compañías Carboníferas y los mineros entre
1947 a 1949?

La gente entraba de necesidad si no había otra empresa. Cuando llegaron los milicos a la
Escuela Matías Cousiño y de ahí salían piquetes de soldados y se instalaban en Fundición,
población San Martín y Bannen con las bandas para despertarlos y que fueran a trabajar.
Después, a los comunistas los agarraban, los metían a los carros, se los llevaban a Chepe
y de ahí a Pisagua.

Entrevista 3
Nombre: Elcira Sáez Cifuentes
Fecha: 19 de Noviembre de 2014

1. ¿Cuándo nació y dónde?


En 1948 en el pabellón 49 de acá de Lota.

2. ¿Cursó estudios formales?


Al menos yo no fui a la escuela, no conocí colegio. Aprendí a leer y a escribir con una
madrina.

3. ¿Usted viene de familia de mineros?


Sí, mi abuelo y mi marido eran mineros.

4. ¿Cuál era su oficio en 1947?


88

Este Lota siempre ha sido pobre, siempre uno como aislada, yo le estoy diciendo la
experiencia mía, más bien que yo tuve un esposo flojo y borracho. Yo le lavé hasta a los
carabineros.

5. ¿Por qué se fueron a la huelga los mineros de Lota y Coronel entre 1947 a 1949?
Por la pobreza que se vivía en Lota y los bajos sueldos.

6. ¿Qué opinión tiene sobre el presidente Gabriel González Videla en relación a sus visitas
a la zona carbonífera?
Gabriel González Videla era parecido a Pinochet. No tengo idea lo que hizo porque yo era
chica, pero nunca decían buenas cosas de él.

7. ¿Usted participó o fue miembro de algún partido político u organización social?


Mi papá no era ni de partidos políticos ni de futbolistas, mi abuelito tampoco, mi famili a
no era metida en la pol tica. ntes exist a mucho el “compadrazgo”, encuentro yo, que mi
comadre para allá, que mi compadre para acá.

Entrevista 4
Nombre: Raquel Rodríguez López
Fecha: 19 de Noviembre de 2014

1. ¿Cuándo nació y dónde?


En 1935 y nací en Lota Bajo.

2. ¿Cursó estudios formales?


Llegué hasta tercero de primaria.

3. ¿Usted viene de familia de mineros?


Mi papa no estudio nada y fue apir. Mi mamá tuvo 16 hijos, de los 16 nos escapamos 6, los
otros murieron guagüitas. De 2 meses o tres meses.

4. ¿Cuál era su oficio en 1947?


89

Yo trabajé aquí en Lota de empleada doméstica, lavaba la ropa por docena aquí en mi
casa, me traían la ropa de los jefes en la mina.

5. ¿Por qué se fueron a la huelga los mineros de Lota y Coronel entre 1947 a 1949?
Principalmente por los bajos sueldos.

6. ¿Qué opinión tiene sobre el presidente Gabriel González Videla en relación a sus visitas
a la zona carbonífera?
En el 47, con González Videla la gente política arrancaba por ejemplo los comunistas,
pero en la empresa igual aunque mi padre no era político lo trataban mal los jefes.

7. ¿Usted participó o fue miembro de algún partido político u organización social?


Iba a las asambleas a apoyar a los mineros.

8. ¿Cómo era la relación existente entre las Compañías Carboníferas y los mineros entre
1947 a 1949?

No quiero saber nada de minas. No ando nunca por Lota alto. Vivíamos muy mal,
comíamos cualquier cosita y pasábamos hambre, era todo caro y ganaban poco en mi
familia. Además cada vez que pedían aumentos legítimos por su trabajo sacrificado se los
negaban, principalmente la seguridad era muy mala. Después de lo de la huelga, vino
gente de afuera. Parec an animalitos cuando pasaban por aqu los pobres los “ erluzas
con banda” los tra an engañados, hab a harta gente por aquí que les arrendaban piezas,
muchos se quedaron, trajeron esa gente para que viniera a trabajar engañados, donde los
mineros no querían trabajar.

9. ¿Cómo se informaban las personas de lo que sucedía en el resto del país debido al Estado
de Sitio en Lota y Coronel en esos años?

Por radio se sabía lo que pasaba.


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Entrevista 5
Nombre: Julia González Figueroa
Fecha: 26 de Noviembre de 2014.

1. ¿Cuándo nació y dónde?


En 1934 en Nueva Imperial. Mi familia se vino para acá cuando era chica.

2. ¿Cursó estudios formales?


No pude porque tenía que acompañar a mi mamá a trabajar.

3. ¿Usted viene de familia de mineros?


Así es, mi papá y mis hermanos trabajaron en la mina.

4. ¿Cuál era su oficio en 1947?


Lavandera y chichorrera. Iba con mi mamá a buscar el carboncillo a la playa y lo
vendíamos.

5. ¿Por qué se fueron a la huelga los mineros de Lota y Coronel entre 1947 a 1949?

Las movilizaciones de esta época son por las necesidades de la gente y era lógico que el
partido comunista ayudo por tanto era un instrumento del pueblo y no al revés. Llegaron
marinos, milicos y además en las calles cada ciertas cuadras habían militares armados.
Sentíamos todos miedo porque no sabíamos qué iba a pasar.
Pero los mineros no se amedrentaron y decidieron no volver aunque estuviera militarizado,
pero la represión entonces empezó más fuerte y empezaron a allanar casas y llevarlos
obligados a trabajar.
Después yo supe que en Lota desembarcaron los marinos y les quitaron todos los alimentos
a los mineros porque la gente antes guardaba arroz, harina y azúcar que la utilizaban para
resistir en la huelga. Eso lo hicieron con el fin de hacerlos volver a trabajar por el hambre.
Después de eso empezó la represión más fuerte ahí comenzó un paro de cuarenta y ocho
horas debajo de la mina y tuvieron que sacarlos a punta de gases lacrimógenos.
Y ahí comenzaron a enviarlos a algunos a los barcos y otros a la casa. Según el que
hablaba más en la asamblea, el que alegaba más y otros que eran comunistas. No eran
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todos comunistas mi hermano por ejemplo no fue nunca comunista y se lo llevaron igual no
más en el barco de guerra el “ raucano” ah estuvo tres d as sin comer muerto de hambre.

6. ¿Qué opinión tiene sobre el presidente Gabriel González Videla en relación a sus visitas
a la zona carbonífera?
Yo no supe cuando vino. Pero la gente hablaba que había que esperar no más que se
acabara el gobierno de Videla.

7. ¿Usted participó o fue miembro de algún partido político u organización social?


Lo que yo vi es que mucha gente se ofrecía para ocultar a gente que si era comunista pero
era una forma de ayudar nada más. No era por órdenes de partido ni nada. Decían viene
una persona perseguida y la gente se ofrecía para ocultarlos, por lo menos acá la voz se
corría entre vecinos y conocidos porque toda la gente se conocía. Uno le decía a otro
viene uno del norte y ni siquiera les conocían el nombre porque venían con chapa.
Nosotros acá también alojamos algunos en la casa.

8. ¿Cómo era la relación existente entre las Compañías Carboníferas y los mineros entre
1947 a 1949?
Todos los años se entregaba aquí en la zona un pliego de peticiones para pedir aumentos
por mejoras económicas y sociales de los trabajadores. Ese año fue como siempre, pero
además de eso se había pedido una semana de desahucio por año trabajado, eso fue algo
muy repudiado por la empresa, no se aceptó eso. Entonces los mineros se declararon en
huelga legal, pero 24 horas antes que empezara la huelga se militarizó la zona del carbón.

9. ¿Cómo se informaban las personas de lo que sucedía en el resto del país debido al Estado
de Sitio en Lota y Coronel en esos años?
Aparte de la radio, acá se organizaban a través de propaganda que buscaba crear
conciencia entre la gente de la zona para que fuera más activa políticamente hablando y se
utilizaban para esto panfletos y rayados y aparecían en las minas y en las calles. Algunos
trabajaban en imprentas clandestinas donde se hacían los volantes y esos volantes decían
que se parara la persecución y se pedía la libertad de los detenidos.
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10. ¿Cuáles considera que fueron las estrategias que ocuparon las personas de Lota y
Coronel para eludir la implantación de la Ley de Defensa Permanente de la Democracia?
Creo que fueron las redes de solidaridad que salvaron a mi papá, porque no t enía donde
vivir y un amigo lo ayudó. Él le dio alojamiento a mi papá en Concepción y lo conocíamos
como el Sr Troncoso. Otros no tuvieron igual suerte, a algunos le tomaron hasta los hijos
para presionar a que se entregaran, pero se escapaban por los cerros a Santiago, como fue
el caso de Benedicto Correa, ahí se vio la solidaridad de la gente, lo ayudaron a
esconderlo al hombre, además le daban pancito las mujeres para que llevara para el
camino. Las mujeres se organizaron y se tiraron en la línea del tren para que el tren con
relegados no partiera y ahí las apalearon para que pasara el tren.
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N° 7. FOTOGRAFÍAS DE LA ÉPOCA.

Fig. N° 1. Familias evacuadas en los carros del Ferrocarril y hacinadas en Estación Chepe
de Concepción.

Fuente: “Medidas adoptadas ayer en Chepe permitieron mejorar la situación de los evacuados de las minas del
carbón”. El Sur 28 de octubre 1947: 3.

Fig. N° 2. Visita y discurso presidencial del 3 de Noviembre en Lota y en minas Schwager


en Coronel.

Fuente: “El Presidente González Videla visitó ayer la zona carbonífera de Lota y Schwager”. El Sur 4 de
noviembre 1947: 1.

Fig. N° 3. Las tropas del Regimiento Chacabuco desfilan en la plaza de Coronel ante las
autoridades militares y los oficiales y soldados que fueron distinguidos por el gobierno.

Fuente: “El pueblo de Coronel vibró de entusiasmo patriótico durante la entrega de distinciones a los
militares”. El Sur 16 de noviembre 1947: 18.
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Fig. N° 4. Detenidos Mineros de Schwager por propaganda mural en contra del Presidente
Gabriel González Videla.

Fuente: “Agitadores instan a obreros de la zona del carbón realizar campaña mural en contra S.E.”. El Sur 11
de noviembre 1948: 8.

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