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DE LA SANTÍSIMA CONCEPCIÓN
SEMINARIO
Alumnos
José Villalobos González
Francisco Pérez Canales
Profesor Guía
Dr. Cristián Medina Valverde
Concepción, Campus San Andrés a un día del mes de diciembre de dos mil catorce
2
AGRADECIMIENTOS
Nuestro reconocimiento a las personas que de una u otra forma han contribuido al
desarrollo y satisfactorio término de esta investigación.
En primer lugar, a nuestro profesor guía, el Dr. Cristián Medina Valverde por
confiar en este proyecto desde el primer momento y ofrecernos el apoyo bibliográfico y
dirección metodológica respectiva. Igualmente, al Dr. Cristián Garay Vera por brindarnos
la oportunidad de potenciar esta tesis mediante su inserción en el proyecto Fondecyt
Regular N°. 1120372 “Radicales y militares en los inicios de la Guerra Fría”.
Al académico Felipe López Pérez por sus asertivos comentarios y revisión del
texto cuando sólo aspiraba el tema a ser un artículo en un hemiciclo estudiantil.
También valoramos el hecho que desde que se gestaba la idea de investigación,
surgieron voces de apoyo entre compañeros de universidad que nos alentaron a persistir en
la ardua tarea de reconstruir los acontecimientos en la zona del carbón desde 1947 a 1949.
Cabe señalar la colaboración documental del Sr. Víctor Muñoz del Pabellón 83 en
Lota, a los funcionarios de la Biblioteca Nacional y Archivo Nacional, a la Ilustre
Municipalidad de Coronel a través de la gentileza de su Secretario Municipal, el Sr.
Alejandro Sandoval Vilches, al Sr. Jaime Torres de la Pastoral Obrera, al profesor Armando
Cartes Montory por abrirnos las puertas de su biblioteca privada, al Sr. Juan Pérez del
Archivo del Diario El Sur y a la Sra. Cecilia Cerda que nos brindó el acceso al valioso
archivo de ENACAR.
Por último, agradecer y dedicar este trabajo seminarista a nuestros seres queridos a
nivel familiar y amigos cercanos que no dudaron en otorgarnos sus puntos de vista e ideas
que constituyeron un aporte significativo.
3
ÍNDICE Páginas
SIGLAS Y ABREVIATURAS 5
INTRODUCCIÓN 6
CONCLUSIONES 67
BIBLIOGRAFÍA 69
ANEXOS 79
SIGLAS Y ABREVIATURAS
INTRODUCCIÓN
Esta investigación pretende ahondar en el rol que cumplen los “sujetos populares”
en la zona del carbón, sus formas de desenvolverse política y socialmente y los objetivos
que perseguían en sí los sectores populares para agruparse en el contexto temporal de la
militarización impuesta por el gobierno de Gabriel González Videla de 1947 a. 1949. Se
tendrá como punto de referencia a la huelga de octubre de 1947 que se planteó como el
inicio de la transición de aquéllos en sus alternativas de acción política colectiva. Se pondrá
atención en las vicisitudes de la relación entre los sujetos populares, el Partido Comunista,
las Compañías Carboníferas y el Estado. Posteriormente, con el propósito de analizar y
explicar los factores de esta transformación gradual, se pondrá especial énfasis en el
aislamiento que padeció Lota y Coronel en este período y cómo aquello fue articulando en
su faceta de actores políticos a estos sectores anteriormente marginados en este ámbito.
A modo de estado de la cuestión, se determina que la producción historiográfica
sobre los trabajadores del carbón en Lota y Coronel durante gran parte del siglo XX,
predominó en torno a una visión historiográfica oficial tanto de relatos desde las tendencias
políticas de izquierda como de derecha. Por ejemplo, Astorquiza 1 estudió el fenómeno
minero desde la óptica de las Compañías Carboníferas de Lota y Coronel tratando de
convencer de sus avances y logros a nivel productivo y material, desconociendo la realidad
de las condiciones de sus trabajadores. Desde el seno del Partido Conservador Unido
surgieron informes sobre el comunismo con Fernández2 que ligaron intrínsecamente a Lota
y Coronel como una “Zona Roja” de agitación subversiva, dando pie a generalizar bajo
sospecha a toda la población en esa categoría. En contraposición, desde el PC y el PS,
autores como Ramírez,3 Jobet,4 Barría 5 y Vitale 6 recogieron experiencias de obreros, sin
1
Astorquiza, Octavio (1952). Cien Años del Carbón en Lota, 1852- septiembre-1952., Santiago de Chile: Zig-
Zag.
2
Fernández. Sergio (1954). Informe sobre el Comunismo, Santiago de Chile: Zig-Zag.
3
Ramírez, Hernán (1956). El movimiento obrero en Chile. Antecedentes siglo XIX. Santiago de Chile:
Editorial Austral.
4
Jobet, Julio César (1971). El Partido Socialista de Chile. Tomo II. Santiago de Chile: Ediciones Prensa
Latinoamericana S.A.
5
Barría, Jorge (1971). El movimiento obrero en Chile. Síntesis histórico-social. Santiago de Chile: Ediciones
de la Universidad Técnica del Estado.
6
Vitale, Luis (1998). Interpretación Marxista de la Historia de Chile, Tomo VI. Santiago de Chile: LOM
Ediciones.
7
7
Grez, Sergio (2005). “Escribir la historia de los sectores populares ¿con o sin la política incluida? (a
propósito de dos miradas a la historia social. Chile, siglo XIX)”, en POLÍTICA Año, 22, N° 44, pp. 17-31.
8
Fermandois, Joaquín (2005). Mundo y fin de mundo. Chile en la política mundial 1900-2004. Santiago de
Chile: Ediciones Universidad Católica de Chile, p. 242.
9
Huneeus, Carlos (2009). La Guerra Fría chilena, Gabriel González Videla y la Ley Maldita. Santiago de
Chile: Editorial Debate, p. 121.
10
Garay, Cristián y Ángel Soto (2013). Gabriel González Videla: “No a los totalitarismos, ya sean rojos,
pardos o amarillos…”. Santiago de Chile: Centro de Estudios Bicentenario, pp. 131-132.
11
Una completa revisión de la literatura alusiva a los trabajadores en Chile, se trata en el artículo
especializado de Rojas, Jorge (2000). “Los trabajadores en la historiografía chilena: balances y proyecciones.
En: Revista de Economía y Trabajo, Año 5, N° 10, pp. 47-118.
12
Angell, Alan (1971). Partidos Políticos y Movimiento Obrero en Chile. Santiago de Chile: Editorial Era.
13
De Shazo, Peter (1982). Urban Workers and Labour Unions in Chile. 1902-1927, Madison: The University
of Wisconsin Press.
14
Garcés, Mario y Pedro Milos (1988). FOCH-CTCH-CUT. Las centrales unitarias en la historia del
sindicalismo chileno. Santiago de Chile: ECO.
15
Drake, Paul (1992). Socialismo y Populismo. Chile 1936-1973. Valparaíso: Ediciones Universitarias de
Valparaíso.
16
Medina, Andrés (1999). Las centrales sindicales chilenas del siglo XX (F.O.C.H. – C.T.C.H. – C.U.T.) o el
mito de Aktaion. Chillán: Impresora La Discusión.
17
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Carbón: Cien años de Historia (1848 – 1960) Santiago de
Chile: CEDAL.
8
18
Pavilack, Jody (2011). Mining for the Nation, The Politics of Chile's Coal Communities from the Popular
Front to the Cold War. United States: Pennsylvania State University Press.
19
Venegas, Hernán (2012). “Anticomunismo y control social en Chile, la experiencia de los trabajadores del
carbón en Lota y Coronel a mediados del siglo XX”. En Revista de Historia Social y Mentalidades, Año 16,
N° 2, pp. 79-106.
20
Valenzuela, Marcelo (2013). “La Huelga Grande del Carbón en Lota, Coronel y Curalinahue de 1920”, En:
HAO, Año 16, N° 32, pp. 73-89.
21
Peñafiel, Óscar (2014). “Caballeros con la camiseta puesta. El fútbol como práctica de control social en
Lota (1920-1950)”. En Sud Historia, Año 4, N° 8, pp. 57-82.
22
Aguayo, Luis (2007). Memoria e identidad en dos barrios de la zona del carbón. Narrativas de
“Fundición” (Lota) y “Puchoco-Schwagger” (Coronel). Tesis para optar al grado de Licenciado en
Antropología Social, Escuela de Antropología, Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
23
Rock, María (2011). Voces de la Historia: Relatos del carbón. Concepción: Consejo Nacional de la Cultura
y las Artes.
24
Plath, Oreste (1991). Folclor del Carbón en la zona de Lota. Santiago de Chile: Grijalbo.
9
mente con Uribe25. En tanto, en aspectos netamente costumbristas y festivos se refieren con
Ortiz y Vega 26 e incluyendo a Marambio.27 En el género de la crónica periodística
Alcalde 28 en su “Reportaje al Carbón” reunió una serie de testimonios de los mineros como
de las mujeres acerca de sus problemáticas sociales, constituyendo un valioso material
como fuente para la reconstrucción histórica.
En términos historiográficos, Ortega 29 ha contribuido desde una perspectiva de
historia económica y social que superó al relato desde la empresa misma, aportando en la
tarea de categorizar esta sociedad de frontera, como de un balance sobre la fase de
expansión del carbón y que permite vislumbrar las causas de la crisis producida en la
segunda mitad del siglo XX. Esto se vio analizado y complementado por Aburto y
Gutiérrez 30 desde la interpretación de datos sobre la índices de producción carbonífera en
Coronel en los siglos XIX y XX, como también del entorno social del minero en el proceso
temprano de urbanización. De hecho, ante la falta de antecedentes sobre la evolución
histórica de la ciudad de Coronel, Silva 31 realizó una cronología con un estilo pedagógico
destinado a la divulgación en colegios de la zona. Por esta misma razón, Vivallos y Brito32
publicaron un estudio sobre los primeros movimientos de población hacia las minas de
carbón de Lota y Coronel en la segunda mitad del siglo XIX, a partir de la información
contenida en los registros matrimoniales de la parroquia de Coronel, relacionando el
aumento de la población con la diversidad productiva y la modernización de las ciudades.
En relación a las tesis que integran en su descripción a Lota y Coronel, mantienen
el centro de su atención en la conjunción de economía, política y sociedad desde las fuentes
documentales de boletines de minería, prensa de época y sesiones parlamentarias. En este
caso se distinguen los estudios de Fernández,33 Benedetti,34 Flores35 y nuevamente éste
25
Uribe, Héctor (1998). Folklore y tradición del minero del carbón, Concepción: Editorial Aníbal Pinto.
26
Ortiz, Elizabeth y María Vega (1994). Identidad y Cultura Minera. Concepción: Impreso Rehue.
27
Marambio, Jorge (1996). Identidad Cultural en la zona del carbón. Santiago de Chile: LOM Ediciones.
28
Alcalde, Alfonso (1973). “Reportaje al Carbón”. En: Nosotros los Chilenos, Año 3, N° 37, pp. 6-88.
29
Ortega, Luis (1992). “La frontera carbonífera, 1840-1900”. En: Mapocho, Año 15, N° 31, pp. 131-148.
30
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez. (1999) Historia de Coronel. Concepción: Editorial Facultad Ciencias
Biológicas Universidad de Concepción.
31
Silva, Alejandro (1999). Recopilación de antecedentes históricos comuna de Coronel, Concepción: Ícaro
Impresores.
32
Vivallos, Carlos y Alejandra Brito (2010). “Inmigración y sectores populares en las minas de carbón de
Lota y Coronel (Chile 1850-1900)”. En: Atenea, Año 86, N° 501, pp. 73-94.
33
Fernández, Enrique (1991). Carbón y sociedad 1910-1920, antecedentes para un estudio de la huelga larga
del 20 en los yacimientos de Lota y Coronel. Tesis para optar al grado de Licenciado en Educación con
10
último junto a Labarrera y Mendoza.36 Cabe señalar que con respecto a esta tesis reciente e
inédita se abocó netamente a describir la eliminación de los registros electorales de los
habitantes de Lota y Coronel y del proceso de discusión parlamentaria entorno a esta
problemática a nivel país producto de la Ley Maldita. El problema es que no profundizó en
quiénes son estos actores sociales y los motivos internos por los cuales éstos se movilizan.
En este ámbito, esta investigación considera relevante el aporte desde la perspec-
tiva de sociabilidad y de género de Figueroa 37 cuyo mérito reside en incorporar al análisis
en calidad de sujeto histórico visible a la mujer en su rol participativo en las luchas sociales
de Lota y Coronel en el período de 1900 a 1930. Dicha autora menciona el hecho de que
tanto la Compañía como los hombres preferían relegar a la mujer al espacio doméstico,
pero desde su papel como madre protectora del hogar, supo encausar el descontento social
crítico de la situación imperante. Quedó pendiente en dicha indagación el período posterior
y un estudio sobre la infancia en la zona, interrogante que a nivel nacional ha sido tratada
sólo por Rojas.38 Otra categoría poco estudiada y que ha sido tocada por Illanes 39 es el
papel que juegan las visitadoras sociales en la zona del carbón para mejorar la relación
compleja entre la empresa y los trabajadores.
No obstante, pese a los avances académicos, durante el período de 1947 a 1949 por
sus características de convulsión política, persecución y censura, posee un relato
fragmentario y vacíos en materia de los sectores populares que es menester profundizar.
En este sentido, previamente, se hace perentorio pormenorizar acerca de un marco
teórico referencial para este estudio.
40
Edward Palmer Thompson (1924-1993). Historiador del Partido Comunista Británico o grupo de
historiadores de Cambridge.
41
Louis Althusser (1918-1990). Filósofo francés miembro del Partido Comunista de ese país.
42
Thompson, Edward (1981). Miseria de la teoría. Barcelona: Critica, p. 58.
43
Principalmente Christopher Hill, Eric Hobsbawm, Raphael Samuel y Edward Thompson.
44
Ibíd.
45
Hobsbawm, Eric (1983). Rebeldes primitivos: Estudio sobre las formas arcaicas de los movimientos
sociales en los siglos XIX y XX. Barcelona: Ariel.
46
La Nueva Historia Social Chilena se nutre de los aportes teóricos de la Historia Social Británica en el
período de exilio que vivieron un grupo de historiadores chilenos en Inglaterra.
47
Jobet, Julio César (1955). Ensayo cr tico del desarrollo económico-social de Chile. Santiago de Chile:
Editorial Universitaria.
48
Ramírez, Hernán (1956). Op. Cit.
49
Vitale, Luis (1998). Op. Cit.
50
Barría, Jorge (1971). Op. Cit.
51
Sebag, Lucien. (2000). Marxismo y estructuralismo. México, D. F.: Siglo XXI.
52
Mediante la publicación de la obra de Salazar, Gabriel (1985). Labradores, peones y proletarios: Formación
y crisis de la sociedad popular chilena del siglo XIX. Santiago de Chile: Ediciones Sur.
53
Edwards, Alberto (1928). La Fronda Aristocrática en Chile. Santiago de Chile: Imprenta Nacional.
12
puesta a nuevas problemáticas sociales según Salazar. Pero no sólo esto envolvió la teoría
de sus estudios. También el valor de lo “local” fue el fruto de las investigaciones conjuntas
de Salazar y Benítez,57 donde éstos confluyen en que para generar significado y sentido a
los sujetos populares es fundamental considerarlos espacialmente porque es desde ahí
donde se puede explicar la sustancia de su identidad y la memoria colectiva que poseen.
Aunque los autores coinciden en que es necesario plantear las problemáticas y limitaciones
que ofrecen las “condiciones objetivas” 58 que influencian la conciencia, solidaridad y el
proyecto histórico común que los impulsa a la movilización social.
Estos sujetos populares son separados por Salazar y Pinto 59 del antiguo concepto
de “sujeto social obrero” porque influyen según sus palabras en su “yo y sus circuns-
tancias” cuestionando y modificando la conducta de aquéllos que seguían ciegamente a los
partidos políticos y a las organizaciones.
Illanes 60 reafirmó esto por medio del reconocimiento de una identidad común de
los sectores populares. Sin embargo, Grez61 criticó que estos sujetos no sólo son sujetos
culturales como lo propuso la “Nueva Historia Social” sino que tienen una dimensión
política. De este modo, Grez comprende a éste como una unidad entre lo social y lo
político.
El concepto de este sujeto en su dimensión grupal y concreta en la sociedad, es el
de movimiento social, en que según el estudio de Riazánov 62 consideró a Von Stein,63 Marx
y Engels como los precursores de la idea de que el proletariado industrial generó
54
Encina, Francisco Antonio (1940). Historia de Chile desde la prehistoria hasta 1891. Santiago de Chile:
Editorial Nacimiento.
55
Eyzaguirre, Jaime (1947). Hispanoamérica del dolor. Madrid: Instituto de Estudios Políticos.
56
Góngora, Mario (1986). Ensayo histórico sobre la noción de Estado en Chile en los siglos XIX y XX.
Santiago de Chile: Editorial Universitaria.
57
Salazar, Gabriel y Jorge Benítez (1998). Autonomía, espacio y gestión: El municipio cercenado. Santiago
de Chile. LOM Ediciones/Universidad ARCIS.
58
Según Salazar existen ciertos rasgos comunes en estos sujetos: 1) Necesidades colectivas concretas. 2)
Autonomía de liderazgos partidistas y sindicales. 3) Independencia de referentes de clase. 4) Jerarquías no
estructuradas de las organizaciones.
59
Salazar, Gabriel y Julio Pinto (1999). Historia contemporánea de Chile: Actores, Identidad y Movimiento.
Tomo II. Santiago de Chile: LOM. Ediciones, pp. 93-94.
60
Illanes, María Angélica (2003). Chile des-centrado: Formación socio-cultural republicana y transición
capitalista, 1810-1910. Santiago de Chile: LOM Ediciones.
61
Grez, Sergio (2005). Op. Cit., p. 25.
62
Riazánov, D. (1962). Marx y Engels: Conferencias del curso de marxismo en la cademia Comunista de
osc . Buenos Aires: Ediciones Claridad.
63
Lorenz Von Stein (1815-1890) fue un sociólogo alemán que introdujo el concepto de Movimientos Sociales
al debate académico.
13
conciencia, siendo el único ente en poner en marcha a través de una conciencia de clase
estos movimientos sociales frente al Estado por las desigualdades económicas.
Sin embargo, Tilly y Wood64 incluyeron también a otras capas significativas de la
sociedad como las mujeres, jóvenes, obreros, etc. Estos autores definieron este concepto
por su estructura, pero también por su acción política que ellos dividieron en tres grandes
elementos: 1) esfuerzo organizado a través de “campañas” de reivindicación colectiva. 2) la
realización de reuniones públicas, manifestaciones, mítines, propaganda, en definitiva todo
un “repertorio”65 por parte de las organizaciones. 3) el valor, unidad y compromiso de estos
grupos.
Para Salazar 66 éstos confluyen en una explicación histórica que responde al
legítimo derecho de resistencia de los sujetos populares como actores sociales a resistir
frente a la figura de falsa legitimidad del Estado, a través de un largo proceso de “síntesis
histórica”. Para él la identidad cultural y la memoria de dichos sectores es fundamental para
su organización. Coincidiendo con Garcés que definió a estos movimientos desde su grado
de autonomía considerándolos como: “diversas formas de acción colectiva que surgen de la
sociedad civil y que dan cuenta tanto de contradicciones relativas a la desigualdad,
discriminación, etc.; que dan lugar a diferentes iniciativas y proyectos de cambio social con
un sentido emancipatorio”.67
Se entenderá por el concepto de sujeto popular como una categoría que excluye al
obrero como único motor de la historia del hombre y la sociedad. Se ha de utilizar en el
mismo sentido que le otorgó Thompson.68 Y aunque la historiografía desde los años “50”
en Chile difundió la idea que explicó a éste en su relación con el partido de la clase obrera
desde una centralización partidaria, resulta imprescindible integrar otras voces como lo
hace Salazar 69, aplicando sus aportes de lo “local” en la teoría aplicada a la historia. Esto
por considerarlo, como mejor punto de referencia en la enunciación de los discursos de este
64
Tilly, Charles y Leslie Wood (2010). Los Movimientos Sociales. Desde sus orígenes a Facebook.
Barcelona: Crítica.
65
Ibíd., p. 15. Tilly y Wood definen estos elementos como el repertorio clásico del movimiento social.
66
Salazar, Gabriel (2011). En el nombre del poder popular constituyente: (Chile, siglo XXI). Santiago de
Chile: LOM Ediciones, p. 76.
67
Garcés, Mario (2012). El "despertar de la sociedad: Los movimientos sociales en m rica Latina y Chile.
Santiago: LOM Ediciones, p. 45.
68
Thompson, Edward (1981). Op. Cit., p. 159
69
Salazar, Gabriel (1985). Op. Cit., p. 14
14
tipo de sujetos históricos. Al igual que Salazar y Pinto 70 se analizarán las causas objetivas
que explican su actuar, y no la dimensión ideológica de estas.
Lo popular no ha de entenderse en los mismos códigos que hasta ahora se ha
entendido en la Nueva Historia Social, por su sesgo ideológico-teórico, como menciona
Fuentes.71 Se ha de ampliar la mirada con la incorporación en el análisis de pobladores,
mujeres y niños de la época.
En esta investigación se opta por entender a este sujeto popular como depositario
de una identidad común, como sostiene Salazar, 72 pero también a la vez integrado a la
política como propone Grez73 para un análisis más profundo.
La explicación mixta de estos sujetos, será ubicada entre la interpretación de
Salazar y Grez, reconociendo los aportes del primero en la integración de estas “nuevas
voces” a la historiografía del periodo analizado de 1947 a 1949, pero considerando la
inclusión de nuevos actores del entramado social, que hasta aquí no han profundizado
dichos autores.
También los mineros serán integrados, pero no en su dimensión de clase proletaria
sino para incorporarlos a la explicación de una realidad local más representativa. El
movimiento social, ha de entenderse como un colectivo de identidad común, representativa
de la sociedad, y catalizador de demandas sociales en que se moviliza políticamente y de
forma autodeterminante, al menos en aspectos relativos como sugiere Goicovic.74 Se
distingue también por poseer un repertorio ad hoc como propone Tilly y Wood75 y que se
incorpora en momentos clave cuando se producen métodos violentos al decir de Goicovic. 76
Cabe mencionar que las problemáticas de sus integrantes son un espacio para
instancias locales de acción política 77 y de decisión de estrategias, 78 buscando la hetero-
70
Salazar, Gabriel y Julio Pinto (1999). Op. Cit., p. 94-96.
71
Fuentes, Antonio (2007). Gabriel Salazar y la “Nueva Historia” elementos para una pol mica desde el
marxismo clásico (exposición y debate). Seminario de grado para optar al grado de Licenciado en Historia,
Facultad de Filosofía y Humanidades, Departamento de Ciencias Históricas, Universidad de Chile. Santiago
de Chile Ediciones Universidad de Chile, p. 162.
72
Salazar, Gabriel (2011). Op. Cit., p. 75.
73
Grez, Sergio (2005). Op. Cit., p. 28.
74
Goicovic, Igor (1998). Sujetos, mentalidades y movimientos sociales en Chile. Viña del Mar: CIDPA,
p. 212.
75
Tilly, Charles y Leslie Wood (2010). Op. Cit., p. 15.
76
Goicovic, Igor (2000). “Del control social a la política social. La conflictiva relación entre los jóvenes
populares y el Estado en la historia de Chile”. En: Última Década, Año 6, N° 12, pp. 103-123.
77
Tapia, Luis (2008). Política salvaje. La Paz, Bolivia: Muela del Diablo Editores, p. 56.
15
78
Tarrow, Sidney (2004). El poder en movimiento: Los movimientos sociales, la acción colectiva y la
pol tica. Madrid: Alianza, p. 177.
16
79
Salazar, Gabriel (2003). La historia desde abajo y desde dentro, Santiago de Chile: Universidad de Chile,
Facultad de Artes, Departamento de Teoría de las Artes.
80
Grez, Sergio (2011) La historia de los comunistas chilenos: La era de Recabarren, Santiago de Chile:
LOM Ediciones.
81
Garcés, Mario (2002). Recreando el pasado: Guía metodológica para la memoria y la historia local,
Santiago de Chile: ECO, Educación y Comunicaciones.
82
Illanes, María Angélica (2001). Op. Cit.
83
Pinto, Julio y Gabriel Salazar (2003) Historia Contemporánea de Chile. Tomo III, La Economía: mercados,
empresarios y trabajadores, Santiago de Chile: LOM Ediciones.
84
Fuentes, Antonio (2007). Op. Cit., p. 73.
85
Ibíd.
86
Aquello basándonos en las definiciones entregadas por Sierra Bravo, Restituto (1991). cnicas de
investigación social: eoria y ejercicios. (7° Ed.). Madrid: Paraninfo, pp. 32-34.
17
87
Para la confección de las fichas bibliográficas se ha recurrido al modelo propuesto por Eco, Umberto
(1995). Como se hace una tesis. Barcelona: Editorial Gedisa, p. 158. En tanto, para las fichas hemerográficas
se acudió al formato presentado en Alía, Francisco (2005). Técnicas de Investigación para Historiadores.
Madrid: Editorial Síntesis, p. 329.
88
Según Francisco Alía Miranda la observación documental consiste en “analizar las fuentes y
documentación de la historia para comprender el significado del documento y contrastar la información con el
fin de validar o no las hipótesis planteadas”. Alía, Francisco (2005). Op. Cit., p. 51.
89
El Análisis Documental de Contenido (ADC) que Alía reconoce como “Proceso cognitivo de recono-
cimiento, descripción y representación del contenido documental. Para su correcto desarrollo, involucra las
fases de Lectura/Comprensión, Análisis y Síntesis”. Ibíd., pp. 55-56.
90
Véase el formato tipo de entrevista en el anexo N° 1.
91
Véase el cuestionario en el anexo N° 2.
92
Se han seleccionado cinco entrevistas por su relevancia a nivel testimonial. Tanto el formato de entrevista
como del cuestionario fueron validados por el Doctor en Ciencias de la Información, el Sr. Rubén Dittus
Benavente. La constancia se encuentra en el anexo N° 3 de la presente tesis. Asimismo, la transcripción de las
mismas se encuentra en el anexo N° 6.
18
su comienzo en el ataque japonés de Pearl Harbor del 7 de diciembre de 1941. 100 Aquello
puso en alerta a ese país y lo llevó a considerar que el Eje o cualquier presunto enemigo
también podría poner en serio riesgo las libertades, creencias y valores de la sociedad
estadounidense.101
Dichos temores también eran compartidos por los soviéticos. La reciente ocu-
pación alemana se sumaba a las experiencias históricas de la invasión de soldados
germanos en la Primera Guerra Mundial (1914-1918), la intervención aliada durante la
guerra civil rusa (1917-1923) o inclusive, el intento de conquista de Rusia por parte del
ejército napoleónico en 1812, “despertando en los líderes soviéticos una verdadera obsesión
por asegurar la protección de su patria de futuras violaciones territoriales”. 102
Stalin tenía claro en su escala de prioridades que independiente de los intereses de
sus compañeros comunistas en el resto del mundo, su propia protección, la estabilidad del
régimen en su nación y la ideología eran lo primero a resguardar. 103
En el caso de la política de los EE.UU. la popularidad de Truman arrojaba un 30%
de respaldo a su administración hacia finales de 1946. La razón consistía en que no había
logrado resolver los problemas de inflación, altos costos en alimentos y vivienda, conflictos
reivindicativos entre trabajadores y empresarios; además de la segregación creciente de la
población negra en el Sur.104 No obstante, aquellos asuntos internos no impedían que este
país fuera concebido como una potencia mundial de postguerra. Fue entonces cuando los
asesores de Truman 105 comprendieron que podían utilizar el anticomunismo a su favor
como elemento retórico en las campañas políticas. La idea de “un enemigo exterior que
amenazase a los Estados Unidos les resultaba práctico a los gobiernos norteamericanos”.106
Sin embargo, aquello no significaba para nada el subestimar las capacidades del
Kremlin.107 El mayor temor era que ante una Europa desolada por el hambre, la pobreza y
100
McMahon, Robert (2009). Op. Cit., p. 20.
101
Ibíd., p. 23.
102
Ibíd., pp. 26-27.
103
Lewis, John (2011). Op. Cit., p. 25.
104
Leffler, Melvyn (2008). La guerra después de la guerra. Estados Unidos, la Unión Soviética y la Guerra
Fría. Barcelona: Crítica, p. 97.
105
Claramente hubo disidentes a este tipo de recurso político. Henry Wallace, Ministro de Comercio de
Truman se opuso y planteó la posibilidad del desarme nuclear y el entendimiento entre ambos países, pero fue
desvinculado de su cargo. Para mayores antecedentes véase en Powaski, Ronald (2000). La Guerra Fría
Estados Unidos y la Unión Soviética, 1917-1991. Barcelona: Crítica, p. 95.
106
Hobsbawm, Eric (1995). Historia del Siglo XX: 1914-1991. Barcelona: Crítica, p. 238.
107
Sinónimo del gobierno soviético.
21
la desesperación social fuera a dejarle el camino libre a los comunistas para que ocuparan
cargos en la dirección gubernamental de los países en ruinas.108 Aquello se traducía en
darle la chance a Moscú para rediseñar la geopolítica del viejo continente según su antojo,
cuestión que EE.UU. no podía permitírselo. Mediante la asistencia económica del Plan
Marshall, la inversión norteamericana insufló nuevos bríos a las finanzas en decadencia de
Europa Occidental.109
Cabe mencionar que las tensiones se incrementaron a partir de la presión
norteamericana y británica para que la URSS retirara sus pretensiones militares sobre Irán y
el acceso a sus recursos petroleros. De esta manera, había sido el fin de la Gran Alianza de
los aliados de la Segunda Guerra Mundial en marzo de 1946. Misma fecha cuando además
el ex primer ministro británico Winston Churchill pronunció su discurso sobre el telón de
acero que dividía a Europa culpando a los soviéticos.110 En consecuencia, Stalin procedió a
desechar la idea de contraer un préstamo norteamericano de mil millones de dólares,
negándose a formar parte del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional; apoyó al
movimiento comunista chino de Mao Zedong y se libró de los partidarios pro occidentales
que tenía en puestos de influencia.111
Truman en marzo de 1947 en reemplazo de los ingleses, asumió la tarea de apoyar
económicamente a Grecia y Turquía manifestando que “Estados Unidos debe tener por
norma ayudar a los pueblos libres que se resisten a los intentos de subyugación por parte de
minorías armadas o de presiones externas”.112 Dichas palabras fueron conocidas como la
Doctrina Truman que contribuyó a exacerbar los ánimos con respecto a la URSS. El
discurso anticomunista se enfocó en la contención de su rival como principio
fundamental.113 Una medida concreta en este aspecto fue que en septiembre de 1947,
Estados Unidos y diecinueve estados latinoamericanos firmaron el Tratado Interamericano
de Asistencia Recíproca (TIAR) en Rio de Janeiro, Brasil. En términos simples, el acuerdo
era “una alianza de duración indefinida que tenía por finalidad proteger de la agresión
108
Applebaum, Anne (2014). El Telón de Acero. La destrucción de Europa del Este, 1944-1956. Barcelona:
Editorial Debate, p. 225.
109
Lewis, John (2011). Op. Cit., p. 49.
110
Powaski, Ronald (2000). Op. Cit., p. 94.
111
Ibíd.
112
Ibíd., p. 95.
113
Veiga, Francisco; Da Cal, Enrique y Ángel Duarte (2006). La paz simulada: una Historia de la Guerra
Fría, 1941-1991. Madrid: Alianza Editorial, p. 77.
22
114
Powaski, Ronald (2000). Op. Cit., p. 96.
115
Hobsbawm, Eric (1995). Op. Cit., p. 242.
116
Lewis, John (2011). Op. Cit., p. 51.
117
Varas, Augusto (1991). De la Komintern a la Perestroika: América Latina y la Unión Soviética. Santiago
de Chile: FLACSO, p. 44.
118
Del Pozo, José (2009). Historia de América Latina y del caribe desde la independencia hasta hoy,
Santiago de Chile: LOM Ediciones, p. 146.
119
Leffler, Melvyn (2008). Op. Cit., p. 112.
23
120
Correa, Sofía y otros (2001). Historia del siglo XX chileno. Santiago de Chile: Editorial Sudamericana, pp.
123-124.
121
Ibíd., p. 124.
122
Ibíd., p. 125.
123
Ibídem.
124
Collier, Simon y William Sater (1999). Historia de Chile 1808-1994, Madrid: Cambridge University Press,
24
llevaron a la disolución del Frente Popular en 1941, puesto que se había quedado en el
mero discurso y “sin mostrar mayor capacidad de movilización y ante la ausencia de
capacidad de acción común, renunció a desarrollar vías de politización propias”. 125
De hecho, las promesas de Reforma Agraria tuvieron que ser aplazadas por la
renuencia legislativa y sólo a causa del trágico terremoto de 1939, se logró obtener la
aprobación parlamentaria para la creación de la Corporación de Fomento de la Producción.
(CORFO).126
Al conocerse en Chile que las tropas alemanas habían invadido la URSS hacia
junio de 1941, comunistas, socialistas, radicales y democráticos retomaron el diálogo y
formalizaron un acuerdo electoral en vista del fallecimiento de Pedro Aguirre Cerda por
tuberculosis a finales de ese año.127 De este modo, nació la Alianza Democrática en
1942. 128 Esta coalición llevó a la elección a Juan Antonio Ríos, perteneciente a la facción
conservadora de los radicales que resultó ganador con el 55,7% de las preferencias en
febrero de 1942, a las que se sumó el apoyo liberal que era contrario a la candidatura de
derecha de Ibáñez.129
Ríos como mandatario destacó en su contribución al desarrollo de la industria
acerera y en el plano energético con respecto a la organización del sistema eléctrico y el
petrolífero. Asimismo, tuvo que romper relaciones diplomáticas con el Eje de Alemania,
Italia y Japón en 1943 en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. 130
Ríos se enfrentó a mayores dificultades cuando los socialistas se retiraron del
gabinete por considerarlo demasiado conservador en su actuar político en 1943 y luego fue
el turno de los radicales por desavenencias internas. 131 Al encontrase sin el apoyo de los
partidos que lo habían llevado a La Moneda, Ríos tuvo que recurrir a llamar a algunos
oficiales de las Fuerzas Armadas e independientes a su gabinete. 132
p. 213.
125
Milos, Pedro (2008). Frente Popular en Chile: Su configuración: 1935-1938. Santiago de Chile: LOM
Ediciones, p. 324.
126
Collier, Simon y William Sater (1999). Op. Cit., p. 213.
127
Ibíd., p. 214.
128
Salas, Sergio. La elección presidencial de 1946. El calor de la Guerra Fría, en San Francisco, Alejandro y
Ángel Soto (2005). Camino a La Moneda. Las elecciones presidenciales en la Historia de Chile 1920-2000,
Santiago de Chile, Centro de Estudios Bicentenario, p. 228.
129
Collier, Simon y William Sater (1999). Op. Cit., p. 215.
130
Ibíd., p. 216.
131
Ibídem.
132
Correa, Sofía y otros (2001). Op. Cit., p. 129.
25
Aquello significó una mayoría relativa en la cual el Congreso Nacional tuvo que
zanjar el asunto entre las dos primeras mayorías. Así, el 24 de octubre de 1946, el poder
legislativo entregó el mandato a Gabriel González Videla: con 138 votos contra 46 votos de
Eduardo Cruz-Coke.137
Este Gobierno se caracterizó por incluir en su primer gabinete a personeros del
Partido Comunista. Se trató de Carlos Contreras Labarca en Obras Públicas, Víctor
Contreras en Tierras y Colonización y Miguel Concha en Agricultura. 138 Sin embargo, las
expeditas relaciones entre el Presidente y los comunistas se truncaron debido a una serie de
factores internos y externos. Cabe señalar que se acentuaron divisiones entre los
trabajadores reunidos en la CTCH que se separó en dos facciones, comunista y socialista
133
Collier, Simon y William Sater (1999). Op. Cit., p. 216.
134
Ibíd.
135
Ibíd., p. 217.
136
Salas, Sergio. (2005). Op. Cit., p. 232.
137
Ibíd., p. 238.
138
Ibíd., p. 239.
26
respectivamente en 1946. 139 Por otro lado, las elecciones municipales de 1947, arrojaron
como abrumador cómputo un 16,5% de los votantes hacia el comunismo.140 Esta situación
fue insoportable para los liberales y radicales que prefirieron declinar su apoyo al Gobierno
para hacer presión conjunta con el objetivo de restarle al PC su influencia gubernamental.
Entonces, Gabriel González Videla se encontró desprovisto del necesario respaldo
legislativo, teniendo que optar por solicitarles la renuncia a sus tres ministros comunistas en
abril de 1947. 141
Dos meses más tarde, la escalada de conflictos en las calles como fue el caso del
paro de autobuses en Santiago estalló en desórdenes con cuatro muertos y veinte heridos.142
El Gobierno respondió declarando a Santiago zona de emergencia para restaurar el orden
público con efectivos militares. 143 Abundaban las denuncias hacia los comunistas de ser los
instigadores de las protestas y huelgas que fueron sucediéndose a lo largo de 1947. 144
Por su parte, el PC mediante el diario El Siglo lo responsabilizaba por la
incapacidad de lidiar con el alto costo de la vida, la inflación y de estar siguiendo las
directrices de Estados Unidos.145 En este sentido, González Videla lo consideró un ataque
directo de insubordinación a su autoridad y dándose cuenta de situaciones similares en
Europa, relacionó estos actos de protestas como el prolegómeno hacia una eventual Tercera
Guerra Mundial entre norteamericanos y soviéticos.146
139
Medina, Andrés (1999). Op. Cit., p. 103.
140
En las elecciones municipales de abril de 1947, a nivel nacional, el número de regidores comunistas subió
de 81 a 202, mientras que el número de regidores radicales bajó de 447 a 322. Información extraída de
González, Gabriel (1975). Memorias, Tomo I. Santiago de Chile: Editorial Gabriela Mistral, p. 540.
141
Collier, Simon y William Sater (1999). Op. Cit., p. 218.
142
Ibíd.
143
Huneeus, Carlos (2009). Op. Cit., p. 40.
144
Collier, Simon y William Sater (1999). Op. Cit., p. 218.
145
“La historia del pan”. El Siglo 20 de agosto 1947: 3.
146
Huneeus, Carlos (2009). Op. Cit., pp. 25-26.
27
El carbón desde la segunda mitad del siglo XIX al XX, se posicionó como un
recurso natural indispensable en la economía nacional. Esto debido a la obra industrial de
los empresarios Cousiño147 en Lota y Rojas,148 los hermanos Délano149 y Schwager150 en
Coronel respectivamente151. Hacia 1920 el carbón era fundamental para los ferrocarriles,
las industrias y el alumbrado público. Dicha importancia a la vez significó una serie de
desaveniencias entre las Compañías Carboníferas y sus trabajadores, protagonizando el
desarrollo del sindicalismo obrero.152
Los mineros presionaron a las autoridades mediante paralizaciones de faenas,
consolidando en el transcurso del tiempo una costumbre peticionista. 153 Generalmente,
estas demandas laborales consistieron en el alza de salarios, mejoramiento de sus
condiciones de trabajo o la exigencia del cumplimiento irrestricto a las leyes vigentes de
acuerdo con sus actividades.154
147
Matías Cousiño Jorquera (1810-1863) primeramente se dedicó a la minería en Copiapó y al acumular
experiencia en el rubro, se instaló en la zona del carbón en Arauco desde 1852. Él introdujo las primeras
innovaciones técnicas en las minas a gran escala. También incursionó en la política siendo diputado por
Petorca de 1849 a 1852 y Quillota de 1852 a 1855. Posteriormente, alcanzó el Senado de 1855 a 1863. Sus
herederos dieron lugar a la Compañía Carbonífera e Industrial de Lota. Figueroa, Virgilio (1928). Diccionario
histórico, biográfico y bibliográfico de Chile. Tomo II. Santiago de Chile: Balcells & Co., pp. 472-473.
148
Jorge Rojas Miranda (1824-1892) ha sido considerado como el fundador de la industria carbonífera en
Chile y promotor de Coronel por medio del comercio que generó con el mineral desde su fundo Puchoco
hacia 1850. Oriundo de La Serena, había cursado estudios de minería y geología con Ignacio Domeyko.
Trabajó previamente en una fundición de cobre en el norte del país. Acumuló una fortuna considerable y
participó de la política siendo senador por Concepción desde 1879 a 1885. Figueroa, Virgilio (1931).
Diccionario histórico, biográfico y bibliográfico de Chile. Tomo V. Santiago de Chile: Balcells & Co., pp.
700-701.
149
Guillermo Délano (1834-1893) y su hermano Pablo, fueron partícipes de la minería carbonífera en Punta
Puchoco a partir de 1860 y ante la inundación de sus minas en 1881 y la falta de capital por haber invertido en
una fábrica de paños en Tomé, traspasaron sus propiedades a Federico Schwager. Figueroa, Virgilio (1928).
Op. Cit., p. 554.
150
Federico Schwager (1823-1892) fue un inversionista que llegó a Coronel y explotó sus yacimientos
mineros desde 1867. Organizó la Compañía Carbonífera y Fundición Schwager que con el pasar de las
décadas adquirió los derechos de sus competidores en Coronel que eran los hermanos Délano y ganó un litigio
que tuvo con su vecino Jorge Rojas por internación en sus dependencias de sus obreros. Figueroa, Virgilio
(1931). Op. Cit., p. 804.
151
Para profundizar en el proceso formativo de estas Compañías Carboníferas, véase a Mazzei, Leonardo
(1997). “Los británicos y el carbón en Chile”. En Atenea, Año 73, N° 475, pp. 137-167.
152
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 7.
153
Valenzuela, Marcelo (2013). Op. Cit., p. 74.
154
Pizarro, Crisóstomo, La huelga obrera en Chile, 1890-1970. Santiago, Ediciones Sur, 1986, 5-6 pp. Citado
por Valenzuela, Marcelo (2013). Op. Cit., pp. 74-75.
28
163
Ibíd., p. 208.
164
Mella, Omar y otros (2010). Op. Cit., p. 86.
165
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 234.
166
Santis, Raúl (1951) El carbón en la economía chilena. Memoria de prueba para optar al grado de
Licenciado en Ciencias Sociales y Jurídicas, Facultad de Derecho, Universidad de Chile, p. 36. Citado por
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez (1999). Op. Cit., p. 107.
167
Ibíd., p. 108.
168
De acuerdo con Figueroa y Sandoval, el PC mediante su Revista “Principios” en la edición de abril a mayo
de 1942, pp. 17-18, culpó a las Compañías de la insuficiencia del carbón, proponiendo un rol más
participativo del Estado en la producción e intervenir para terminar con el sabotaje de las Compañías, que
constituían un auténtico monopolio. Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 235.
169
Astorquiza, Octavio (1952). Op. Cit., p. 204.
170
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez (1999). Op. Cit., p. 110.
30
35,0% 32,1%
30,0%
25,0%
20,3%
20,0%
13,6% 12,4%
15,0%
10,0% 7,8%
4,5% 3,8%
5,0% 2,5% 1,5% 1,3% 0,2%
0,0%
171
Astorquiza, Octavio (1952). Op. Cit., p. 204.
172
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 236.
173
Ibíd., p. 237.
174
Archivo Biblioteca Municipal de Lota (ABML en adelante), Vol. 1. Actas Municipales de Lota 1933-1943,
p. 319.
31
invierno, puesto que aparte de la baja calidad de las construcciones, los precios del carbón
se disparaban a $14 pesos o más por el saco. 175 Incluso hubo quienes llamados
“chinchorreros” prefirieron recolectar el carboncillo emergente en las costas para ahorrarse
el gasto u otros conocidos como los “perreros de los trenes” se encargaron de robar carbón
de los vagones de los ferrocarriles que pasaban lentamente por las poblaciones sin
importarles el riesgo de sus acciones.176
En definitiva, el área carbonífera reconocida como “zona roja” fue “la forma que
adquirió la acción de una comunidad caracterizada por una fuerte solidaridad interna, y un
conflicto frontal y cotidiano [entre las empresas con los trabajadores y pobladores]”.177
Esta realidad en los hechos fue casi siempre confundida con la implicación de
partidos políticos o agitadores externos por el discurso empresarial, pero finalmente la
decisión que tomaron los sujetos populares de plegarse o restarse de las movilizaciones,
fue un factor gravitante en el éxito o fracaso de cualquiera que hayan sido sus aspiraciones.
175
Ibíd.
176
Plath, Oreste (1991). Op. Cit., p. 95-96.
177
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., pp. 9-10.
32
178
La localización geográfica de la Comuna de Lota se encuentra en el Anexo N° 4.
179
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez. (1999) Op. Cit., p. 13.
180
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., pp. 28-29.
181
Vivallos, Carlos y Alejandra Brito (2010). Op. Cit., pp. 89-92.
182
Cabe mencionar que a pesar de la precariedad en Lota Bajo, ellos eran dueños de sus casas a diferencia de
los obreros en Lota Alto en que las habitaciones que se les otorgaban eran arrendadas.
183
La localización geográfica de la Comuna de Coronel se encuentra en el Anexo N° 5.
184
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 29.
185
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez. (1999) Op. Cit., p. 69.
33
La transición de los agricultores a mineros fue gradual, puesto que les costó
adaptarse a dicho ambiente en que las precarias técnicas de extracción del mineral y el
esfuerzo físico correspondiente, hacían que varios desertaran de las faenas.191 Además a
ello se agregaba el pago de salarios ínfimos con respecto al peligro de derrumbes o de
emisiones de gas grisú al interior de la mina. Generalmente en las estaciones de primavera
y verano, los trabajadores preferían regresar a su condición de peones en la época de
siembra y cosecha en el campo.192
La irresponsabilidad e indisciplina de estos nuevos obreros se expresó a tal punto
que a pesar de llevar un registro de cada uno y su actividad, igualmente se cambiaban
constantemente de yacimiento, desconociendo sus contratos. En caso de reincidir en dicha
conducta, arriesgaban “quince días de presidio y si aún no aceptaban las condiciones del
186
Mella, Omar y otros (2010). Op. Cit., p. 47.
187
Ibíd., p. 47.
188
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez. (1999) Op. Cit., p. 73.
189
Ibíd., p. 76.
190
Vivallos, Carlos y Alejandra Brito (2010). Op. Cit., p. 89.
191
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez. (1999) Op. Cit., p. 57.
192
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 25.
34
trabajo, se les prohibía trabajar en todos los minerales”. 193 Por lo tanto, durante la segunda
mitad del siglo XIX, se tuvo una percepción de los peones como insolentes, indómitos en
carácter e inmorales por lo que el rigor de los sanciones fue la vía para preservar el orden
necesario. 194
Sin embargo, a veces los dueños usaron a sus obreros para que pelearan entre sí
con la intensión de dirimir violentamente sus lindes de explotación con otros empre-
sarios. 195
Las Compañías en un principio utilizaron la estrategia de permitir en las ciudades
espacios de entretenimiento y ocio para que los trabajadores permanecieran en la zona a
través de fiestas en “bodegones, chinganas, ramadas, tabernas, canchas de bolos y
reñideros de gallos”.196 Pero pronto se dieron cuenta que con la frecuencia de este tipo de
actividades, se incentivaba “la falta recurrente de mineros al trabajo, los desórdenes
callejeros y la pérdida del control por parte de las Compañías hacia sus trabajadores”.197
Para poder remediar o aminorar esta situación, las Compañías recurrieron a endurecer sus
medidas de disciplinamiento de la mano de obra.
La labor de cada minero se encontraba inmersa en nueve a doce horas de
extenuante faena, la falta de prevención en caso de accidentes laborales y la inexistencia de
un plan de previsión social.198 Éste al recibir su salario, consistió básicamente en la entrega
de fichas o vales de compra en almacenes dispuestos por las empresas llamados
quincenas.199
En 1895, por cada habitación obrera, vivían siete personas. Ante este nivel de
hacinamiento y carencias higiénicas, era un lugar idóneo para la proliferación de
enfermedades epidémicas como la viruela, cólera, neumonía, etc. 200 Aquellas falencias no
eran distintas de las que ocurrieron en el resto del país y denominadas en conjunto como
193
El Correo del Sur, N° 493, 1855. Citado por Pacheco, Arnoldo. (2003). Economía y sociedad de
Concepción: Siglo XIX: sectores populares urbanos, 1800-1885. Concepción: Ediciones Universidad de
Concepción, p. 158.
194
Ibíd., p. 161.
195
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez. (1999). Op. Cit., pp. 64-65.
196
Figueroa, Consuelo (2009). Op. Cit., p. 43.
197
Ibíd.
198
Ibíd., p. 70.
199
Ibíd., p. 71.
200
Ibídem.
35
“la cuestión social”. 201 La falta de planificación urbana frente al inminente y sucesivo flujo
migratorio desde el campo a la ciudad, conllevó estas dificultades en materia de vivienda,
salud, delincuencia, prostitución, etc. 202
La cantidad de 19.368 habitantes de las ciudades de Lota y Coronel en conjunto203
para 1895 fueron un factor que las Compañías Carboníferas tuvieron en consideración. No
dudaron en preservar el orden sobre la población a costa de intervenciones en los
municipios, tribunales de justicia que dictaran a su favor, la creación de un cuerpo de
guardias de seguridad y la sujeción a un pago que reforzaba la dependencia del trabajador a
la empresa. 204
En consecuencia, las problemáticas sociales hacia finales del siglo XIX se
agudizaron por la reticencia de la clase política a realizar una consistente legislación
laboral en beneficio de los sectores populares. Estos vacíos legales existentes permitieron
el abuso y arbitrariedades de parte de las Compañías hacia los trabajadores. Se había vuelto
una tendencia que cada vez que los mineros manifestaron su disconformidad, fueron
coactados con amenazas de despidos o en casos extremos de desórdenes, la aplicación de
la fuerza policial de uso privado. 205
201
Correa, Sofía y otros (2001). Op. Cit., pp. 49-54
202
Aburto, Héctor y Manuel Gutiérrez. (1999) Op. Cit., p. 63.
203
Oficina Central de Estadística (1900) Séptimo Censo General de Población de Chile levantado el 28 de
noviembre de 1895. Valparaíso: Imprenta Universo, p. 306
204
Figueroa, Consuelo (2009). Op. Cit., pp. 52-53.
205
Pacheco, Arnoldo. (2003). Op. Cit., p. 161.
206
Salazar, Gabriel y Julio Pinto (1999). Op. Cit., pp. 95-96.
36
207
Aguayo, Luis (2007). Op. Cit., 79-81.
208
Salazar, Gabriel y Julio Pinto (1999). Op. Cit., pp. 93-94.
209
Ibíd., p. 112.
210
Ibíd., pp. 118-120.
211
Ibíd., p. 95.
212
Ibíd., p. 118.
37
213
Ibíd., pp. 95-102.
214
Ibíd., p. 116.
215
Mella, Omar y otros (2010). Op. Cit., p. 86.
216
Venegas, Hernán (2012). Op. Cit., p. 88.
217
Flores, Luis (2011). Op. Cit., p. 100.
218
Astorquiza, Octavio (1952). Op. Cit., p. 212.
38
219
Ibíd., p. 221.
220
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 208.
221
Ibíd., p. 210.
222
Ibíd., p. 233.
223
Estado Mayor del Ejército (1985). Historia del Ejército de Chile, Tomo IX, El Ejército después de la
Segunda Guerra Mundial (1940-1952). Santiago de Chile: Estado Mayor del Ejército, p. 42.
224
Ibíd., p. 43.
225
Ibídem.
39
226
González, Marco (2011). “Comunismo chileno y cultura Frente Popular. Las representaciones de los
comunistas chilenos a través de la revista Principios, 1935-1947”. En: Izquierdas, Año 4, N° 11, p. 63.
227
Para Jorge Larraín, pese a que los sujetos populares no poseían ningún discurso público conocido o
propuesta política específica, “su conducta social tiene el rango de proyecto histórico por su constancia en el
tiempo, por su consistencia fogueada en el trabajo y por su definición transgresora”. Larraín, Jorge (2001).
Identidad Chilena. Santiago de Chile: LOM Ediciones, p. 174.
228
Según señala Marco González, en el artículo 46 de los Estatutos del Partido Comunista aparecía que
cualquier militante podía ser considerado expulsado en caso de que se les “comprobara traición a la clase
obrera, además de los realizadores de trabajo fraccional; los ebrios consuetudinarios; los que demuestren
degeneración o inmoralidad, los que realizan actos de aventurismo o degradación de clase (lumpen)”.
González, Marco (2011). Op. Cit., p. 64.
229
Salazar, Gabriel (2011). Op. Cit., p. 28.
230
Figueroa, Consuelo (2009). Op. Cit., p. 142.
40
231
Archivo Empresa Nacional del Carbón (AENACAR en adelante), Fondo Lota, prontuario N°. 1023. Ficha
de Admisión, 19 de agosto de 1947.
232
“Cascos para mineros”. La Opinión enero 1947: 6.
233
AENACAR, Fondo Schwager, prontuario N°. 13792, informe de accidentes del trabajo.
234
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 10.
41
Producto Precio
Carne ½ kilo diario $9
Pan 1 ½ kilo diario $ 8.70
Azúcar ½ kilo $ 4.10
Grasa, 125 gramos. $4
Papas 2 kilos $ 4.80
Fideos $3
Porotos ½ kilo $ 4.20
Verduras surtidas $2
Yerba Mate $2
Cebollas $1
Sal $ 0.40
Café, 125 gramos $6
Total $ 49.20
235
“Los obreros son los que siempre han estado en primera fila en defensa del régimen democrático y
libertades ciudadanas”. El Siglo 30 de septiembre 1947: 5.
236
Ibíd.
237
“La mortalidad infantil, la tuberculosis y la escasa higiene son problemas sanitarios de zona del carbón”.
El Sur 23 de octubre 1948: 8.
238
Oreste Plath define al apir como “peón jornalero. Es el obrero sin profesión y para todo trabajo […] Es el
hombre que, desde el fondo del pique, subía a la superficie por una larga escalera, portando a la espalda un
costal de cuero, el cual vaciaba en una cancha”. Plath, Oreste (1991). Op. Cit., p. 158.
239
Archivo Municipal de Coronel (AMC en adelante), Actas Municipales de Coronel, 1946-1952, p. 135.
42
240
“Rendimiento”. La Opinión mayo 1947: 1.
241
Contrato de Trabajo con la Compañía Carbonífera e Industrial de Lota, 28 de febrero 1947. AENACAR,
Fondo Lota, prontuario N°. 1196.
242
“Sobre la inflación palabras de Gobierno”. La Opinión junio 1947: 1.
243
“La huelga del carbón”. El Siglo 4 de octubre 1947: 3.
244
Mayordomo es el “empleado que tiene a su cargo la vigilancia de las faenas en cada sección de la mina”.
Plath, Oreste (1991). Op. Cit., p. 167. Para una historia del origen de esta clase de trabajadores, véase a
Venegas, Hernán y Diego Morales (2014). “Trabajo minero: el rol de los mayordomos en los distritos
carboníferos del Golfo de Arauco en Chile (1920-1940)”. En: Revista Austral de Ciencias Sociales, Año 26,
N° 26, pp. 103-125.
245
“Continúan persecuciones en mineral de Lota”. El Siglo 29 de agosto 1947: 4.
246
Sandoval, Carlos (2011). De subterra a subsole: El fin de un ciclo. Santiago de Chile: Editorial Quimantú,
p. 69
43
Los obreros cansados de la escasez de harina y de las consecuentes alzas del precio
del pan, protestaron mediante la paralización en la zona carbonífera el 20 de agosto de
1947. Exigieron que el Estado derogara, a la brevedad posible, una disposición que había
sido malinterpretada por los panificadores en este ámbito.249
Tras la intervención de los municipios de Lota y Coronel y el comercio minorista
en el conflicto,250 se consiguió reajustar el valor de la harina y el pan y darle prioridad a la
zona para evitar el desabastecimiento.251 No obstante, los mineros no se conformaron con
este logro y lanzaron sus pliegos de peticiones a las Compañías que les respondieron que
sus pretensiones económicas eran exageradas. De hecho, calculaban en la Compañía
Carbonífera de Lota que de acceder a sus demandas, se incurriría en un gasto anual de
$ 350.000.000. 252 Es por esta razón, que les propusieron a los obreros la vía del arbitraje,
instancia a la que ellos se rehusaron; en especial cuando se enteraron de que las empresas
pretendían subirles sus sueldos básicos en tan sólo tres pesos diarios. 253 Los obreros se
mantuvieron en su posición de reclamar una retribución de $55 por jornada en Schwager254
247
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Coronel de ayer y hoy. Concepción: Trama S.A, p.
310.
248
Ibíd.
249
“Concepción y Arauco siguen paralizados. Insisten en derogación del alza del pan”. El Siglo 21 de agosto
1947: 1.
250
ABML, Vol. 2. Actas Municipales de Lota 1943-1952, p. 187. Y en AMC, Actas Municipales de Coronel,
1946-1952, p. 133.
251
“Grandioso triunfo de los obreros del carbón. Se aplicará precio antiguo de la harina y del pan”. El Siglo
25 de agosto 1947: 8.
252
“De la exposición leída por el señor gerente general de la compañía en la junta de accionistas del 31 de
marzo”. La Opinión mayo 1948: 1-2.
253
“Compañías del carbón impiden arreglo: Mantienen idea de aumentar sólo 3 pesos”. El Siglo 2 de octubre
1947: 1.
254
“Salario mínimo de $55 diarios piden obreros de Schwager”. El Siglo 5 de septiembre 1947: 7.
44
255
“Semana corrida y salario mínimo de 56 pesos piden metalúrgicos de Lota”. El Siglo 7 de septiembre
1947: 12.
256
Huneeus, Carlos (2009). Op. Cit., p. 141.
257
“Obreros del carbón protestan por detención de dirigentes”. El Siglo 18 de septiembre 1947: 9.
258
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 245.
259
“19.929 obreros irían a la huelga el lunes próximo en la zona del carbón si no se solucionan sus
peticiones”. El Sur 4 de Octubre 1947: 8.
260
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 246
261
Huneeus, Carlos (2009). Op. Cit., p. 142.
45
262
Ibíd.
263
Bravo, Leonidas (1955). Lo que supo un Auditor de Guerra. Santiago de Chile: Editorial del Pacífico, pp.
188-189.
264
Testimonio de José Herrera. Citado por Aguayo, Luis (2007). Op. Cit., p. 106.
265
Testimonio de Isidora Uribe Hernández. Citado por Morán, Verónica; Leiva, Luzmira y Victoria Aránguiz
(2003). Mujeres de Lota. La otra cara del carbón. Concepción: Impresos Roma Ltda, pp. 12-13.
266
En Lota, Miguel Elizalde expone que “cuando llegaron los milicos a la Escuela Matías Cousiño y de ahí
salían piquetes de soldados y se instalaban en Fundición, población San Martín y Bannen con las bandas para
despertarlos y que fueran a trabajar”. Entrevista Personal. Miguel Elizalde, Lota, 23 de Diciembre de 2013
267
Ibíd.
268
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 247.
269
“Detenidas más de 30 personas en el carbón”. El Siglo 7 de Octubre 1947: 1.
270
Ibíd.
46
271
ABML, Vol. 2. Actas Municipales de Lota 1943-1952, p. 191. Y en AMC, Actas Municipales de Coronel,
1946-1952, p. 136
272
Archivo Nacional de Chile (ANCH en adelante), Fondo Intendencia de Concepción (FIC respectivamente),
Vol. 2357 oficios enviados a otros funcionarios primer y segundo semestre 1947, oficio 456.
273
Olivares, Edmundo (2004). Pablo Neruda: Los Caminos de América, tras las huellas del poeta itinerante,
1940-1950. Santiago de Chile: LOM Ediciones, p. 509
274
“Desde hoy queda prohibido tránsito desde Concepción a zona del carbón”. El Sur 11 de octubre 1947: 8.
275
Venegas, Hernán (2012). Op. Cit., p. 98.
276
“Se están reanudando faenas extractivas de carbón en minas de Schwager y Lota”. El Sur 14 de octubre
1947: 1.
277
“Está asegurado abastecimiento de carbón para los meses de octubre y de noviembre”. El Sur 15 de
octubre 1947: 1.
47
La escasez de alimento entre los huelguistas se hizo cada vez más grave al punto
que las ollas comunes se estaban volviendo insuficientes. Afortunadamente, el 14 de
octubre, se produjo una varazón de pescados que hombres, mujeres y niños se apresuraron
en recoger y almacenar. 278 Al mismo tiempo, aparecieron en tropel unos 1.500 hombres
encabezados por una banda militar que tocaba la canción nacional acompañada por los
soldados. A ese grupo de personas los habitantes de Lota y Coronel les apodaron
acertadamente los “Merluza con Banda”. 279 Se conformaba por campesinos y mapuches
provenientes de las regiones de la Araucanía y Los Lagos con escasa experiencia en
minería. 280
Raquel Rodríguez señala que a ellos “los traían engañados, había harta gente por
aquí que les arrendaban piezas”281 y así se enteraron de las falsas expectativas económicas
que les habían generado.282
Por otro lado, Juan Alarcón, agrega que ese no fue el único problema puesto que
“tenían que usar traductores, porque las familias no sabían hablar español, [solamente
mapudungun]”.283
El cerciorarse empíricamente de la posibilidad de perder sus trabajos y hogares en
manos de forasteros, motivó a que los antiguos trabajadores fueran a alistarse. Se estimó
una cifra de 5.000 que fueron considerados competentes para regresar a las faenas
mineras.284
Dichos temores se vieron confirmados con el arribo desde Valdivia y Temuco de
un segundo grupo de 1.400 hombres cesantes de minas Máfil. 285 De este modo, fueron
considerados para su incorporación a la par de las reasignaciones de lotinos y coronelinos.
Finalmente, la huelga de octubre de 1947, abarcó trece días desde el 4 al 17 de
octubre de ese año.286
Posteriormente, se desalojó a los obreros que habían persistido en la paralización
278
“Se constituirá comisión nacional pro ayuda a niños de la zona del carbón”. El Siglo 14 de octubre 1947: 2.
279
Plath, Oreste (1991). Op. Cit., p. 39.
280
Ibíd.
281
Entrevista Personal. Raquel del Carmen Rodríguez, Lota, 19 de Noviembre de 2014.
282
Ibíd.
283
Testimonio de Juan Alarcón. Citado por Aguayo, Luis (2007). Op. Cit., p. 118.
284
“A pesar de la acción perturbadora aumenta el número de mineros que regresan a faenas”. El Sur 16 de
octubre 1947: 1.
285
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 248.
286
González, Gabriel (1975). Op. Cit., p. 657.
48
con rumbo a la Estación Chepe en Concepción287. Desde este lugar, los mineros y sus
familias que les acompañaban, debieron tomar la decisión de definir su nuevo lugar de
residencia. Más de mil personas decidieron quedarse en Concepción a la espera de la
asignación de una casa, petición que no podía ser concedida por el problema habitacional
existente.288 En consecuencia se produjo en el terminal ferroviario un hacinamiento que fue
denunciado a la prensa penquista por el senador conservador Eduardo Cruz-Coke,
refiriéndose a la escasa alimentación dispuesta por el Ejército y la falta de atención médica.
La mayor gravedad del problema consistía en que no se trataba precisamente “de hombres
solos, sino que de familias con un promedio de cinco niños cada una”.289 Al enterarse el
Intendente de Concepción, procedió rápidamente a agilizar el envío de personas al sur del
país290 y dispuso que “los desplazados y sus familiares partirán desde los centros mineros
directamente a los puntos que hayan elegido como lugar de residencia”. 291
La tranquilidad impuesta en Schwager se vio momentáneamente interrumpida por
una nueva “amenaza”. El 21 de octubre, hubo una toma de la mina de Schwager por parte
de un grupo de obreros que exigían el retiro inmediato de las Fuerzas Armadas del lugar y
el retorno de sus compañeros.292 A modo de disuadirlos de dicha actitud, se le ordenó al
teniente Eleodoro Neumann, del regimiento Chillán, que descendiera a la mina con un
grupo de cincuenta hombres.293 Tras un tenso encuentro entre ambas partes, se consiguió su
cometido.294
Al salir los mineros de las profundidades del yacimiento, inmediatamente los
capataces les reconocieron. De hecho, cooperaron para identificar a quiénes eran militantes
del PC y los que no tenían ningún partido.295 En este caso, cabe precisar que los
involucrados fueron puestos a disposición de la Auditoría Naval de Talcahuano en que
287
AENACAR, Fondo Schwager, prontuarios N°. 10426 y 14920, certificados de fin de contrato.
288
De Intendencia de Concepción a Ministerio del Interior, 23 de octubre 1947. ANCH, FIC, Vol. 2352
Telegramas Enviados 1947, Nº 257.
289
“En malas condiciones se encuentran en Chepe las familias evacuadas de zona carbonífera”. El Sur 27 de
octubre 1947: 5.
290
De Intendente a Ministro del Interior, 28 de octubre de 1947. ANCH, FIC, Vol. 2352 Telegramas Enviados
1947, Nº 261.
291
“Sólo 65 personas quedaban ayer en trenes de la estación Chepe”. El Sur 29 de octubre 1947: 7.
292
“Los obreros de la mina de Schwager se apoderaron de ella y fueron desalojados”. El Sur 22 de octubre
1947: 1.
293
González, Gabriel (1975). Op. Cit., p. 669.
294
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 248.
295
Testimonio de Domingo Faletto. Citado por Aguayo, Luis (2007). Op. Cit., p. 111.
49
296
Campos, Fernando (1982). Historia de Concepción (1550-1970). Santiago de Chile: Editorial Universitaria,
p. 272.
297
“El Presidente González Videla visitó ayer la zona carbonífera de Lota y Schwager”. El Sur 4 de
noviembre 1947: 1.
298
González, Gabriel (1975). Op. Cit., p. 664.
299
Julio Faúndez señala que una vez que se consolida la postura anticomunista de Gabriel González Videla
frente a Estados Unidos, el mencionado país intercede por Chile para que le sea aprobado un crédito en el
Exim-Bank por 23 millones de dólares. Faúndez, Julio (1992). Izquierdas y Democracia en Chile, 1932-1973.
Santiago de Chile: Editorial Bat, p. 82.
300
Cabezas, Omar (2013). Años Turbulentos: Los Orígenes de la Doctrina de Seguridad Nacional en el
Gobierno de Gabriel González Videla (1946-1952). Tesis para optar al grado de Licenciado en Historia,
Facultad de Comunicaciones, Historia y Ciencias Sociales, Universidad Católica de la Santísima Concepción,
pp. 62-70.
301
Valenzuela, Humberto (2008). Historia del Movimiento Obrero Chileno. Santiago de Chile: Editorial
Quimantú., p. 44.
50
“De esta situación se aprovechó el Partido Socialista, haciendo el papel de rompe huelga,
tratando de ocupar los puestos de dirección de los sindicatos dejados vacantes por los
dirigentes que partían rumbo a los campos de concentración de Pisagua. Por su parte, la
fracción de la CTCH dirigida por Bernardo Ibáñez302, no hizo absolutamente nada por ir
en ayuda de los camaradas del carbón, simplemente los dejó entregados a su suerte”. 303
302
Bernardo Ibáñez era el Secretario General del Partido Socialista Auténtico, organización que había surgido
como producto de la división del P.S. llevada a efecto por Grove el año 1944.
303
Valenzuela, Humberto (2008). Op. Cit., p. 32.
304
“El Partido Comunista declara que sus actos no obedecerían a sugerencias de otra nación”. El Sur 9 de
Octubre 1947: 1.
305
“Otros 2.132,20 dio el pueblo para ayudar a obreros carboníferos”. El Siglo 7 de octubre 1947: 4.
306
“El Partido Comunista declara que sus actos no obedecerían a sugerencias de otra nación”. El Sur 9 de
Octubre 1947: 1.
307
González, Gabriel (1975). Memorias, Tomo II. Santiago de Chile: Editorial Gabriela Mistral, pp. 1424-
1428.
308
Garay, Cristián y Ángel Soto (2013). Op. Cit., p. 131.
309
Collier, Simon y William Sater (1999). Op. Cit., p. 219.
51
310
Del Ministerio del Interior a Intendencia de Concepción, Ley N° 8960, 15 de julio de 1948, pp. 1-3.
ANCH, FIC, Vol. 2363 Oficios Recibidos de los Ministerios 1° y 2° Semestre 1948.
311
“Al público se avisa”. Oro Negro 14 de febrero 1948: 4.
312
Ibíd.
313
El Partido Comunista Chileno había intentado ser marginado de la legalidad en varias oportunidades
(1927-1931, 1931-1932, 1940), pero había logrado declararlo ilegal solamente en dos. La primera vez fue
bajo el primer gobierno de Ibáñez (1927-1931) y la segunda sería en la administración de Gabriel González
Videla. En Salas, Sergio. (2005). Op. Cit., p. 239. En este sentido, véase Ministerio del Interior de Chile
(1948) Ley de Defensa Permanente de la Democracia. Santiago de Chile: Taller Gráfico La Nación S.A.
314
Véase a Huentemilla, Eladio (1992). Antecedentes de la Ley de Defensa Permanente de la Democracia.
Tesis para optar al grado de Licenciatura en Historia, Instituto de Historia, Pontificia Universidad Católica de
Chile.
315
Sin embargo para el común de la gente como es el caso de Fernando Concha considera que “el pueblo de
Lota hizo presidente a Gabriel González Videla y vino aquí y prometió sacarlos de esa situación que había. Él
venía con la maldad por debajo y descargó la Ley Maldita”. Entrevista Personal. Fernando Concha, Lota, 23
de Diciembre de 2013.
316
Garay, Cristián y Ángel Soto (2013). Op. Cit., pp. 129-130.
52
“Después que se llevaron a los comunistas empezaron a llevarse a […] los que otra gente
decía que eran comunistas, […] así que se llevaban a las personas, aunque fueran
simpatizantes no más”.319
“Estuve primero dos meses en el Fuerte Rondizzoni de la Isla Quiriquina que en tiempos
normales es utilizado como penal para los castigados de la Marina de Guerra donde se nos
aplicó el más estricto régimen militar, que en otros términos, puede decirse que es
superior al carcelario que se aplica a los reos comunes, porque a éstos al menos se les
317
Ibíd., p. 130.
318
Alcalde, Alfonso (1973). Op. Cit., p. 62.
319
Ibídem.
320
Pinochet, Augusto (1976). El Día Decisivo: 11 de Septiembre de 1973. Santiago de Chile: Editorial Andrés
Bello, pp. 22-27.
321
“Agitadores instan a obreros de la zona del carbón realizar campaña mural en contra S.E.”. El Sur 11 de
noviembre 1948: 8.
322
“El Gobierno resolvió, ayer, renunciar al uso de las facultades extraordinarias que le dio el Congreso”. El
Sur 27 de enero 1949: 1.
53
323
“Relegados políticos regresan a Coronel. Oro Negro entrevista al señor Humberto Pineda”. Oro Negro 19
de febrero 1949: 1.
324
Ibíd.
325
Cuestión que se dio a conocer públicamente a las personas de la zona carbonífera en enero de 1949. Véase
la obra de Silva, Miguel (2000). Los Partidos, los Sindicatos y Clotario Blest. Santiago de Chile: Editorial
Mosquito, p. 235.
326
“Ciudadanos eliminados del registro de electores en conformidad a la ley No. 8987 de Defensa de la
Democracia”. Oro Negro 15 de enero 1949: 9-46.
327
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 253.
328
AENACAR, Fondo Schwager, prontuarios N°. 10426 y 13867, Identificaciones.
329
“De 40 mil nombres incluidos en listas sólo se eliminaron 28.394 comunistas”. El Sur 12 de enero 1949:
8.
54
aparecían en los registros como comunistas por el simple hecho de que cuando un
trabajador se incorporaba en un sindicato, a su vez los dirigentes lo dejaban integrado
nominalmente como militante sin ni siquiera poseer ningún compromiso ideológico. 330 A
partir de este trámite, la cifra descendió a 2.884 personas que permanecieron sin figurar en
sus derechos cívicos.331
330
Zañartu, Ramón (1950). La Dirección del Registro Electoral y el Partido Comunista de Chile ante la Ley
de Defensa de la Democracia. Santiago de Chile: Imprenta y Litografía Universo S.A, p. 3.
331
Huneeus, Carlos (2009). Op. Cit., p. 265.
332
Por ejemplo, una delegación de obreros de Schwager fue a Santiago a decirle al Presidente que mantuviera
a los militares en la zona. “El Presidente de la República visitará la región del carbón en octubre o
noviembre”. El Sur 9 de septiembre 1948: 1.
333
“Precios de los artículos de primera necesidad para las comunas de Coronel y Lota”. Oro Negro 15 de
mayo 1948: 4.
334
ABML, Vol. 2. Actas Municipales de Lota 1943-1952, pp. 188-189.
335
“Desde hace tiempo militares de Lota controlan venta de frutas y verduras”. Oro Negro 17 de abril 1948:
1.
336
Testimonio de Arnoldo González, Schwager, Marzo de 2006. Citado por Aguayo, Luis (2007). Op. Cit., p.
105.
55
Con el pasar del año de ocupación, no se inmiscuyeron más allá del límite de sus
dependencias en Lota Alto o en Schwager, salvo excepciones en que algún procedimiento
lo demandaba, pero su presencia confirió la garantía de que escenarios similares como el de
la huelga de 1947 tardarían en producirse nuevamente.340
Sin embargo, a finales de enero de 1949, se recibió la noticia de que las Facultades
Extraordinarias habían concluido.341 Aquello significaba dar inicio a un retiro gradual y
programado de las Fuerzas Armadas del cual no todos los habitantes de Lota y Coronel
estuvieron de acuerdo.
337
“En Lota fueron inaugurados ayer cursos de alfabetización para los obreros de la zona”. El Sur 13 de
septiembre 1948: 8.
338
“Fuerza militar continuará en la zona a petición de los mineros”. Oro Negro 5 de febrero 1949: 3.
339
AENACAR, Fondo Schwager, prontuario N°. 15850, Identificación y Certificado, Schwager 30 de junio
de 1948.
340
Es así como en la zona del carbón sólo se volvió a producir una huelga a gran escala en 1960.
341
“Suspendidas las Facultades Extraordinarias en todo Chile”. Oro Negro 29 de enero 1949: 1.
56
342
“Fuerza militar continuará en la zona a petición de los mineros”. Oro Negro 5 de febrero 1949: 3.
343
“Unidad Militar será instalada en Coronel y no en Lota”. Oro Negro 2 de abril 1949: 1.
344
AMC, Actas Municipales de Coronel, 1946-1952, p. 252.
345
“A fines del presente mes se instalará en Coronel Compañía Mixta del Regimiento R.I.6 Chacabuco”. El
Sur 15 de abril 1949: 8.
346
“Unidad Militar queda instalada en pocos días más”. Oro Negro 16 de julio 1949: 1.
347
“Pueblo de Coronel responde ampliamente en beneficio pro instalación del regimiento”. Oro Negro 21 de
mayo 1949: 3.
57
348
Fernando Concha es enfático al decir que “González Videla fue el hombre más mal calificado en la zona
carbonífera”. En general, está opinión es compartida por el resto de los consultados. Entrevista Personal.
Fernando Concha, Op. Cit.
349
Entrevista Personal. Miguel Elizalde, Op. Cit.
350
En este aspecto, Gabriel Salazar indica que “las redes económicas, sociales y culturales que los pobres
construyen a la intemperie para sobrevivir a su pobreza, si son exitosas en asegurar esa sobrevivencia,
impiden que el fracaso real de las políticas sistémicas se convierta en hecatombe y en un cambio
revolucionario de ese sistema”. Salazar, Gabriel (2003). Ferias libres: Espacio residual de soberanía
ciudadana. Santiago de Chile: Ediciones Sur, p. 104.
351
Julia González revela que “mucha gente se ofrecía para ocultar a gente que si era comunista pero era una
forma de ayudar nada más. No era por órdenes de partido ni nada. Decían viene una persona perseguida y la
gente se ofrecía para ocultarlos”. Entrevista Personal., Julia González, Coronel, 26 de Noviembre de 2014.
352
En este aspecto, Elcira Sáez comenta que “antes existía mucho el compadrazgo, […] que mi comadre para
allá, que mi compadre para acá”. Entrevista Personal. Elcira Sáez, Lota, 19 de Noviembre de 2014
353
Salazar, Gabriel (2003). Op. Cit., pp. 101-102.
58
cuarenta con la iniciativa de los regidores pertenecientes al Frente Popular. 354 El primero
fue en Lota355 en 1942 y después se implementó en Coronel356 hacia 1946. Convocado por
los municipios podía participar “cualquier vecino que se interesara”. 357 Los temas de
discusión eran variados, dependiendo de los asuntos más apremiantes de cada localidad.358
Evidentemente, hubo quienes se restaron de participar activamente en estas
instancias porque sus condiciones de trabajo no se lo permitían o simplemente por
desinterés y prefirieron continuar con su vida normal y ser meros testigos de lo que
ocurría.359
Sin embargo, los habitantes más comprometidos con su comunidad tomaron el
ejemplo de la organización sindical y empezaron a formar por su cuenta organizaciones de
base; capaces de aglutinar a los vecinos en casos de urgencia y salvaguardar sus posesiones
frente a cualquier adversidad.360 Una crítica constante que surgía de los sectores populares
era que al menor reclamo se les tomaba por “comunistas”, pero generalmente no formaban
parte militante de algún partido ni poseían nexos a nivel estratégico que comprobaran su
filiación. 361
A causa del acontecer político nacional, el foco de atención del Gobierno estuvo
puesto sobre la zona del carbón, aquello constituyó una oportunidad para refrendarle sus
promesas a la comunidad.362 Las visitas presidenciales y de Ministros de Estado fueron
aprovechadas para entregar “pliegos que contenían los más apremiantes problemas para que
fueran tratados por ellos y darles una pronta solución”.363
En este sentido, en agosto de 1948, se formó el Comité Pro Adelanto de Villa
354
Vivanco, Servando. Hacia nuevos éxitos en el frente electoral, en Campusano, Julieta y otros
(1946).Conferencia Nacional del Partido Comunista, Santiago de Chile, Impresores Moneda 716, pp. 14-16.
355
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 211.
356
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 158.
357
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 211.
358
Ibíd.
359
Entrevista Personal. Elcira Sáez, Op. Cit.
360
“Los movimientos dependen del compromiso de sus miembros. La dedicación de los miembros, los
recursos personales que aportan, constituyen el capital del movimiento que le permita sobrevivir con
continuidad y luchar por la consecución de sus objetivos”. Javaloy, Federico y otros (2001). Comportamiento
Colectivo y Movimientos Sociales. Madrid: Pearson Educación, p. 325.
361
Entrevista Personal., Julia González, Op. Cit.
362
“La vida en la zona carbonífera atraviesa un período de transición, nos dijo el Intendente”. El Sur 4 de
noviembre 1947: 5.
363
“Peticiones que el pueblo de Coronel hace a sus parlamentarios”. Oro Negro 18 de junio 1949: 2.
59
364
“Vecinos de Villa Mora trabajan por el progreso de este barrio”. Oro Negro 21 de agosto 1948: 4.
365
“Vecinos de Villa Mora presentaron petición al señor Ministro Merino Segura”. Oro Negro 16 de octubre
1948: 1.
366
“Breves de Concepción”. El Sur 11 de septiembre 1948: 11.
367
Si bien la Fiesta de la Primavera era de antigua data desde los orígenes mismos de la localidad lotina, en
1948 se organizó el Centro de Extensión Cultural, destinado a potenciar la sociabilidad y la cultura del
pueblo. En concursos como Miss Lota y del Cantor de las Minas tuvo una gran acogida del público y en estas
actividades el factor integración entre Lota Alto y Bajo en lo recreacional era fundamental. “Una iniciativa
simpática”. La Opinión julio 1948: 2.
368
Esta festividad anual se celebraba cada 10 de diciembre en el sector de Playa Blanca al lado del cerro en
Lota. Allí se reunían mineros de esa ciudad como de Coronel. En esta fecha se recordaba el fallecimiento de
Luis Emilio Recabarren y el nacimiento del fundador de la FOCH, Elías Lafferte Gaviño y la conmemoración
en la primera huelga larga del año 1920. Además de los bailes y la comida, se hacían una serie de discursos
sindicales. García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 501.
369
Luis Alberto Romero menciona que en las relaciones de los sujetos populares con los otros actores
sociales, los últimos pretenden moldear esa identidad. Romero, Luis Alberto (1997). “Los sectores populares
urbanos como sujetos históricos”. En Última Década, Año 4, N° 7, p. 29.
370
Astorquiza, Octavio (1952). Op. Cit., pp. 231-232.
371
“Una iniciativa simpática”. La Opinión julio 1948: 2.
60
372
Ibíd.
373
Sesión ordinaria celebrada por la Ilustre Municipalidad con fecha 18 de junio de 1947. Actas Municipales
de Coronel, 1946-1952, p. 117.
374
Ibíd.
375
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 159
376
Por ejemplo, el 9 de abril de 1947, el Sindicato Bahía de Lota negoció con la Compañía un aumento en los
salarios básicos y de tratos por un 16%, el incremento a $ 80 de las cargas familiares y a $120 de la
asignación de casa y el considerar con beneficios a la madre viuda que viviera a expensas de su hijo. “Nuevas
modalidades de trabajo y nuevo tarifado establece acta de avenimiento con obreros de Bahía”. El Sur 21 de
enero 1949: 7.
377
El 6 de enero de 1947, el personal de vapores Quiñenco, Boca Maule, Chollín y Puchoco de Compañía
Schwager se declararon en huelga por quedar fuera de contrato siete hombres del buque Quiñenco. El
problema fue solucionado el 23 de enero. De Intendencia de Concepción a Ministerio del Interior, 23 de enero
1947. ANCH, FIC, Vol. 2352 Telegramas Enviados 1947, Nº 30.
61
“para obtener un éxito en todas estas peticiones es necesario que continuamente deben ir
comisiones a Santiago […] Es conveniente de que desde luego se estudie la designación
de las personas que podrían ir fuera del señor Gobernador otras personalidades de la
378
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Coronel de ayer y hoy. Concepción: Trama S.A,
p. 159.
379
Ibíd., p. 170.
380
“Estado del muelle fiscal de Coronel constituye serio peligro contra seguridad de las personas”. El Sur 23
de diciembre 1947: 7.
381
“Estado del muelle fiscal de Coronel constituye serio peligro contra seguridad de las personas”. El Sur 23
de diciembre 1947: 7.
62
localidad”.382
382
Sesión ordinaria celebrada por la Ilustre Municipalidad con fecha 15 de mayo de 1946. AMC, Actas
Municipales de Coronel, 1946-1952, p. 43
383
Ibíd.
384
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 173.
385
“La vivienda en Lota”. El Siglo 16 de octubre 1947: 3
386
Ibíd.
387
González, Gabriel (1975). Op. Cit., p. 666.
388
Javaloy, Federico y otros (2001). Op. Cit., p. 277-278.
389
Entrevista Personal. Julia González, Op. Cit.
63
intención de evitar a cualquier costo el separarse de sus familiares. Estas esposas de los
mineros que aparentemente se veían reducidas a las tareas domésticas, cuando se
presentaba la adversidad, “se convertían muchas veces en defensoras irrestrictas de los
intereses de sus maridos”.390
La percepción de la “derrota” de los mineros y la conmoción de los relegamientos,
hizo que los sujetos populares articularan su acción política en función de las prioridades de
la comunidad. Principalmente, sus esfuerzos estuvieron marcados por el interés de mejorar
la economía familiar, vivienda, salud, escolaridad, transporte y comunicaciones.
Entre las preocupaciones principales de los sectores populares estaba fijada en el
porvenir generacional, traducido en los hijos. Los niños estaban condicionados a que los
oficios de sus padres serían el suyo cuando alcanzaran la adultez. 391 Prácticamente, gran
cantidad de ellos “se criaban en la calle y todos se conocían”.392 La minoría terminaba sus
estudios de primaria y otros abandonaban rápidamente el colegio porque era gravoso para
la economía familiar.393 De este modo, los jóvenes se las arreglaban para encontrar trabajo
ayudando “a las personas del campo que venían de Curalinahue con sus canastos con
huevos o con verduras para llevarlos a la feria. […] Lustraban zapatos y eran corteros 394 en
los ferrocarriles y otros vendían frutas”.395
En el plano habitacional, la gente que por su condición de extrema pobreza no
podía pagar un arriendo, decidió tomarse los terrenos. En particular, se destacó el caso de
predios fiscales en la playa de Coronel detrás del Muelle Schwager, situación irregular que
fue incluso permitida por el Gobernador Isaías Fuentes, lo que le costó su puesto
administrativo. 396
En el barrio de Villa Mora, se logró a través de la gestión municipal, la edificación
390
Sandoval, Carlos (2011). De subterra a subsole: El fin de un ciclo. Santiago de Chile: Editorial Quimantú,
p. 62.
391
Astorquiza, Octavio (1952). Op. Cit., p. 29.
392
Entrevista Personal. Fernando Concha, Op. Cit.
393
Según datos estadísticos que poseía la prensa local, habían fuera del sistema de enseñanza básica
anualmente 3.000 niños en Lota. “Lota: 3.000 niños quedan al margen de los beneficios de la enseñanza”. Oro
Negro 10 de enero 1948: 4.
394
Palabra que significa ayudar a cargar y portar el equipaje de los pasajeros.
395
Testimonio de Margarita Caullián Reinoso. Citado por Morán, Verónica; Leiva, Luzmira y Victoria
Aránguiz (2003). Op. Cit., p. 126.
396
De Intendente de Concepción a Gobernador Marítimo de Talcahuano, 8 de Julio 1947. ANCH, FIC, Vol.
2357 oficios enviados a otros funcionarios primer y segundo semestre 1947, oficio 295.
64
397
Sesión ordinaria celebrada por la Ilustre Municipalidad con fecha 18 de junio de 1947. AMC, Actas
Municipales de Coronel, 1946-1952, p. 115.
398
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 161.
399
“Habitaciones obreras en Lota”. La Opinión julio 1948: 1.
400
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 163.
401
Ibíd.
402
“Iré a la provincia de Concepción a realizar y no a prometer, declaro el Ministro Sr. Varas”. El Sur 22 de
septiembre 1948: 7.
403
“Hospital de Coronel cuenta con 60 camas para atender a la población de treinta mil habitantes”. El Sur 24
de febrero 1949: 1.
404
“Después de colocada la primera piedra nada se ha hecho para construir Hospital Consultorio de Lota”. El
Sur 2 de marzo 1949: 10.
65
hasta tercer año de humanidades. Se trataba del colegio de San Juan para niños y el Colegio
de Santa Filomena para niñas. 405
En cambio, Coronel disponía apenas de tres locales escolares fiscales. Los
espacios habían sido facilitado por sindicatos e instituciones religiosas por lo que los cursos
se hallaban dispersados en la ciudad. Esto se remedió parcialmente cuando las escuelas N°1
y N° 2 entraron recién a funcionar a mediados de la década de los cuarenta. Además, aún
estaba en trámite el proyecto de construcción de un grupo escolar en Villa Mora. 406
Por otro lado, hubo discrepancias entre los coronelinos por la decisión del
Ministerio de Educación de suprimir una Escuela de Artesanos para su ciudad y ampliar la
que había en Lota.407
A fin de incentivar la educación con fines prácticos, se propuso de parte de la
población la creación de cursos vocacionales en pesca, minería, electricidad y mecánica
para hombres y de corte y confección, tejidos y economía doméstica para mujeres. 408
Resulta conveniente mencionar que entre las generaciones de los años veinte y treinta,
todavía continuaban con la mentalidad machista de que:
“la liceana era mal vista. El camino que le restaba a la mujer era la ignorancia casi
absoluta y el matrimonio como medio para subsistir. Matrimonio que normalmente se
celebraba con algún joven minero, también exento de escolaridad. Así se iba perpetuando
una forma de dominación y de abaratamiento de la mano de obra”.409
405
Además Astorquiza destacaba la diferencia en que había entre estas escuelas y las que había en Lota Alto
que eran Mayores diferencias había con los establecimientos de Lota Alto, dependientes de la industria
carbonífera, consistentes en tres primarias, como la Matías Cousiño, Isidora Cousiño y Arturo Cousiño; y el
colegio Kindergarten “Thompson Matthews”, para los hijos de los empleados de la empresa. Astorquiza,
Octavio (1952). Op. Cit., p. 95.
406
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 272.
407
Sesión ordinaria celebrada por la Ilustre Municipalidad con fecha 18 de junio de 1947. AMC, Actas
Municipales de Coronel, 1946-1952, p. 116.
408
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 272.
409
Figueroa, Enrique y Carlos Sandoval (1987). Op. Cit., p. 273.
410
Entrevista Personal. Elcira Sáez, Op. Cit.
66
Con respecto al transporte y las comunicaciones terrestres hacia el resto del país,
los vecinos en cabildo abierto demostraron su preocupación a la Municipalidad de Coronel
con respecto al flujo de trenes desde Concepción a Curanilahue que se hallaba en proceso
de expropiación.411 El ferrocarril debía pasar a formar parte de los servicios del Estado,
cuestión que se hallaba pendiente por falta de recursos.412
El Comité de Pro Adelanto de Villa Mora se encargó de propiciar una mejor
atención solicitando la fijación de un paradero en la población y reunió dinero para
hacérselo llegar “a la administración del ferrocarril con el objeto de hacer algunas mejoras
en la estación”.413
El sindicato ferroviario manifestó su conformidad con esta iniciativa ciudadana y
subrayó la importancia de agilizar la expropiación porque efectivamente había problemas
con la capacidad y el material rodante había llegado a un “desgaste total lo que hacía que el
transporte de pasajeros y carga estuviera expuesto a cualquier eventualidad”.414
Por otro lado, las pésimas condiciones que presentaba el camino de Lota y Coronel
a Concepción lo volvían intransitable en época invernal. Se requería de una pavimentación
a cargo de “los propietarios de los terrenos colindantes y el resto con un aporte que haría el
Fisco hacia 1951”. 415
En consecuencia, es posible determinar que los sujetos populares de Lota y
Coronel fueron capaces de interactuar y organizarse definiendo líneas de acción para
solucionar sus problemas y necesidades más atingentes desde lo básico para subsistir hasta
velar por defender sus derechos laborales y cívicos. Aunque siempre considerando sus
limitados recursos económicos y un relativo nivel de presión a las autoridades. Las
relaciones intervecinales y entre compañeros de trabajo fueron claves en la movilización
social fuertemente reprimida por el Estado, pero que aguardó hasta que se dieran las
condiciones favorables para rearticularse con mayor fortaleza y dirección.
411
AMC, Actas Municipales de Coronel, 1946-1952, p. 104.
412
Ibíd., p. 116.
413
“Vecinos de Villa Mora trabajan por el progreso de este barrio”. Oro Negro 21 de agosto 1948: 4.
414
“Progreso a toda la zona traería la expropiación del ferrocarril de Concepción a Curalinahue”. El Sur 26 de
septiembre 1948: 8.
415
García, Marta, Ogalde, Rosa y Mario Gutiérrez (2000). Op. Cit., p. 160
67
CONCLUSIONES
embargo, el movimiento supo adaptarse a las nuevas condiciones y apostó por una vía no
confrontacional. Es decir, de protesta espontánea en la que expresaba su descontento e
inquietudes a los Ministros de Estado que visitaban la zona por promesas incumplidas y
obras inconclusas de parte del Gobierno.
Como una forma de remediar esta situación, los sujetos populares mantuvieron su
participación en cabildos abiertos, formaron comités de pro adelanto en poblaciones e
impulsaron iniciativas desde clubes deportivos y agrupaciones como la de pescadores
artesanales.
Factores como las continuas disputas políticas entre comunistas y socialistas, la
pérdida de capacidad de autonomía y presión de los sindicatos ante la intervención militar y
la complicidad de las Compañías, dieron paso a un clima adverso para que el sindicalismo
continuase siendo el símbolo único distintivo de las luchas sociales de Lota y Coronel. De
este modo, los actores y repertorios de acción se ampliaron y propiciaron en la medida de
sus propios recursos, propuestas y soluciones en pequeña escala.
Cabe considerar que este movimiento social a partir de la coyuntura específica de
1947 a 1949, logró articular estrategias de acción política de amplia participación de
pobladores no militantes y opuestos a las estrategias tradicionales de lucha de clases o al
movimiento de masas que planteaba el Partido Comunista. En otras palabras, los problemas
que les enrostraron los sujetos populares a los Ministros de Estado en particular al visitar la
zona, fueron temas que se arrastraban en un mediano a largo plazo con efectos
acumulativos en el tiempo. Otra característica importante fue que compartían una
transversalidad enfocada a la economía familiar, vivienda, salud, escolaridad, transporte y
comunicaciones. Al diversificar sus objetivos, claramente sus encuentros y desencuentros
con la autoridad se volvieron permanentes y en continúa discusión lo que conllevaba su
prolongación histórica.
69
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79
ANEXOS
5. ¿Por qué se fueron a la huelga los mineros de Lota y Coronel entre 1947 a 1949?
6. ¿Qué opinión tiene sobre el presidente Gabriel González Videla en relación a sus visitas
a la zona carbonífera?
8. ¿Cómo era la relación existente entre las Compañías Carboníferas y los mineros entre
1947 a 1949?
9. ¿Cómo se informaban las personas de lo que sucedía en el resto del país debido al estado
de sitio en Lota y Coronel en esos años?
10. ¿Cuáles considera que fueron las estrategias que ocuparon las personas de Lota y
Coronel para eludir la implantación de la Ley de Defensa Permanente de la Democracia?
80
A) Sí
B) No
2. ¿Qué aspecto consideraba más importante para la movilización en Lota y Coronel entre
1947 a 1949?
3. ¿Usted militó en algún partido político durante el gobierno de Gabriel González Videla?
A) Sí
B) No
A) Comunista.
B) Socialista.
C) Democrática.
D) Radical.
E) Liberal.
F) Conservador.
G) Ninguna.
5. ¿Usted fue borrado de los registros electorales por sus ideas políticas?
A) Sí
B) No
A) Industriales.
B) Metalúrgicos.
C) Empleados.
D) Ferrocarrileros.
E) Estibadores.
F) Panificadores.
81
G) Otro.
H) Ninguno.
8. De ser parte de alguna organización social, ¿qué tipo de acciones realizaba para cumplir
con sus objetivos?
C O N S T A N C I A
González y Francisco José Pérez Canales, titulada “El Movimiento Social en Lota y
Coronel: Una mirada desde el sujeto popular como actor político (1947-1949)”.
desempeñaron como mineros en la zona del carbón, tanto en formato como contenido.
416
Fuente: Servicio Nacional de Estadísticas y Censos (1952). XII Censo General de Población y I de
Vivienda. Santiago de Chile: Gutenberg, p. 324.
84
417
Fuente: Servicio Nacional de Estadísticas y Censos (1952). XII Censo General de Población y I de
Vivienda. Santiago de Chile: Gutenberg, p. 319.
85
N° 6. TRANSCRIPCIÓN DE ENTREVISTAS.
Entrevista 1
Nombre: Fernando Concha San Martín
Fecha: 23 de Diciembre de 2013
5. ¿Por qué se fueron a la huelga los mineros de Lota y Coronel entre 1947 a 1949?
El estado social del minero, el aumento salarial, las únicas armas que tenía el minero eran
el pliego de peticiones y la huelga. La educación para nuestros niños de la época. Era tal
la pobreza que hubo mineros que nunca salieron de aquí. Lo que sobraba le daban al
minero.
6. ¿Qué opinión tiene sobre el presidente Gabriel González Videla en relación a sus visitas
a la zona carbonífera?
El pueblo de Lota hizo presidente a Gabriel González Videla y vino aquí y prometió
sacarlos de esa situación que había. Él venía con la maldad por debajo y descargó la Ley
Maldita. Cuando llegaron los militares, buscaban a mi padre con metralleta y sacaban a
los mineros como fuera y los llevaban a la escuela Matías Cousiño (Escuela Thompson).
Fueron seleccionando a los mineros y los demás a los barcos y a Pisagua. Por eso, Gabriel
86
8. ¿Cómo era la relación existente entre las Compañías Carboníferas y los mineros entre
1947 a 1949?
Aquí había soplones en las asambleas pagados por la Compañía. Con quién peleábamos
era con la Compañía y el Gobierno.
Entrevista 2
Nombre: Miguel Elizalde
Fecha: 23 de Diciembre de 2013
5. ¿Por qué se fueron a la huelga los mineros de Lota y Coronel entre 1947 a 1949?
La huelga del 47 fue producto de una situación política y en el cómo vivía el trabajador.
Una mezcla de las dos por la necesidad de tener qué comer. De Santiago los políticos
venían a aprender de acá pero las decisiones se tomaban aquí. La asamblea decidía.
6. ¿Qué opinión tiene sobre el presidente Gabriel González Videla en relación a sus visitas
87
a la zona carbonífera?
Yo lo vi cuando vino acá y arengó preguntando: ¿Dónde están ahora los comunistas? Para
cuando se inauguró la Plaza Carrera. El Gobierno actuó en contra de los trabajadores.
8. ¿Cómo era la relación existente entre las Compañías Carboníferas y los mineros entre
1947 a 1949?
La gente entraba de necesidad si no había otra empresa. Cuando llegaron los milicos a la
Escuela Matías Cousiño y de ahí salían piquetes de soldados y se instalaban en Fundición,
población San Martín y Bannen con las bandas para despertarlos y que fueran a trabajar.
Después, a los comunistas los agarraban, los metían a los carros, se los llevaban a Chepe
y de ahí a Pisagua.
Entrevista 3
Nombre: Elcira Sáez Cifuentes
Fecha: 19 de Noviembre de 2014
Este Lota siempre ha sido pobre, siempre uno como aislada, yo le estoy diciendo la
experiencia mía, más bien que yo tuve un esposo flojo y borracho. Yo le lavé hasta a los
carabineros.
5. ¿Por qué se fueron a la huelga los mineros de Lota y Coronel entre 1947 a 1949?
Por la pobreza que se vivía en Lota y los bajos sueldos.
6. ¿Qué opinión tiene sobre el presidente Gabriel González Videla en relación a sus visitas
a la zona carbonífera?
Gabriel González Videla era parecido a Pinochet. No tengo idea lo que hizo porque yo era
chica, pero nunca decían buenas cosas de él.
Entrevista 4
Nombre: Raquel Rodríguez López
Fecha: 19 de Noviembre de 2014
Yo trabajé aquí en Lota de empleada doméstica, lavaba la ropa por docena aquí en mi
casa, me traían la ropa de los jefes en la mina.
5. ¿Por qué se fueron a la huelga los mineros de Lota y Coronel entre 1947 a 1949?
Principalmente por los bajos sueldos.
6. ¿Qué opinión tiene sobre el presidente Gabriel González Videla en relación a sus visitas
a la zona carbonífera?
En el 47, con González Videla la gente política arrancaba por ejemplo los comunistas,
pero en la empresa igual aunque mi padre no era político lo trataban mal los jefes.
8. ¿Cómo era la relación existente entre las Compañías Carboníferas y los mineros entre
1947 a 1949?
No quiero saber nada de minas. No ando nunca por Lota alto. Vivíamos muy mal,
comíamos cualquier cosita y pasábamos hambre, era todo caro y ganaban poco en mi
familia. Además cada vez que pedían aumentos legítimos por su trabajo sacrificado se los
negaban, principalmente la seguridad era muy mala. Después de lo de la huelga, vino
gente de afuera. Parec an animalitos cuando pasaban por aqu los pobres los “ erluzas
con banda” los tra an engañados, hab a harta gente por aquí que les arrendaban piezas,
muchos se quedaron, trajeron esa gente para que viniera a trabajar engañados, donde los
mineros no querían trabajar.
9. ¿Cómo se informaban las personas de lo que sucedía en el resto del país debido al Estado
de Sitio en Lota y Coronel en esos años?
Entrevista 5
Nombre: Julia González Figueroa
Fecha: 26 de Noviembre de 2014.
5. ¿Por qué se fueron a la huelga los mineros de Lota y Coronel entre 1947 a 1949?
Las movilizaciones de esta época son por las necesidades de la gente y era lógico que el
partido comunista ayudo por tanto era un instrumento del pueblo y no al revés. Llegaron
marinos, milicos y además en las calles cada ciertas cuadras habían militares armados.
Sentíamos todos miedo porque no sabíamos qué iba a pasar.
Pero los mineros no se amedrentaron y decidieron no volver aunque estuviera militarizado,
pero la represión entonces empezó más fuerte y empezaron a allanar casas y llevarlos
obligados a trabajar.
Después yo supe que en Lota desembarcaron los marinos y les quitaron todos los alimentos
a los mineros porque la gente antes guardaba arroz, harina y azúcar que la utilizaban para
resistir en la huelga. Eso lo hicieron con el fin de hacerlos volver a trabajar por el hambre.
Después de eso empezó la represión más fuerte ahí comenzó un paro de cuarenta y ocho
horas debajo de la mina y tuvieron que sacarlos a punta de gases lacrimógenos.
Y ahí comenzaron a enviarlos a algunos a los barcos y otros a la casa. Según el que
hablaba más en la asamblea, el que alegaba más y otros que eran comunistas. No eran
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todos comunistas mi hermano por ejemplo no fue nunca comunista y se lo llevaron igual no
más en el barco de guerra el “ raucano” ah estuvo tres d as sin comer muerto de hambre.
6. ¿Qué opinión tiene sobre el presidente Gabriel González Videla en relación a sus visitas
a la zona carbonífera?
Yo no supe cuando vino. Pero la gente hablaba que había que esperar no más que se
acabara el gobierno de Videla.
8. ¿Cómo era la relación existente entre las Compañías Carboníferas y los mineros entre
1947 a 1949?
Todos los años se entregaba aquí en la zona un pliego de peticiones para pedir aumentos
por mejoras económicas y sociales de los trabajadores. Ese año fue como siempre, pero
además de eso se había pedido una semana de desahucio por año trabajado, eso fue algo
muy repudiado por la empresa, no se aceptó eso. Entonces los mineros se declararon en
huelga legal, pero 24 horas antes que empezara la huelga se militarizó la zona del carbón.
9. ¿Cómo se informaban las personas de lo que sucedía en el resto del país debido al Estado
de Sitio en Lota y Coronel en esos años?
Aparte de la radio, acá se organizaban a través de propaganda que buscaba crear
conciencia entre la gente de la zona para que fuera más activa políticamente hablando y se
utilizaban para esto panfletos y rayados y aparecían en las minas y en las calles. Algunos
trabajaban en imprentas clandestinas donde se hacían los volantes y esos volantes decían
que se parara la persecución y se pedía la libertad de los detenidos.
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10. ¿Cuáles considera que fueron las estrategias que ocuparon las personas de Lota y
Coronel para eludir la implantación de la Ley de Defensa Permanente de la Democracia?
Creo que fueron las redes de solidaridad que salvaron a mi papá, porque no t enía donde
vivir y un amigo lo ayudó. Él le dio alojamiento a mi papá en Concepción y lo conocíamos
como el Sr Troncoso. Otros no tuvieron igual suerte, a algunos le tomaron hasta los hijos
para presionar a que se entregaran, pero se escapaban por los cerros a Santiago, como fue
el caso de Benedicto Correa, ahí se vio la solidaridad de la gente, lo ayudaron a
esconderlo al hombre, además le daban pancito las mujeres para que llevara para el
camino. Las mujeres se organizaron y se tiraron en la línea del tren para que el tren con
relegados no partiera y ahí las apalearon para que pasara el tren.
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N° 7. FOTOGRAFÍAS DE LA ÉPOCA.
Fig. N° 1. Familias evacuadas en los carros del Ferrocarril y hacinadas en Estación Chepe
de Concepción.
Fuente: “Medidas adoptadas ayer en Chepe permitieron mejorar la situación de los evacuados de las minas del
carbón”. El Sur 28 de octubre 1947: 3.
Fuente: “El Presidente González Videla visitó ayer la zona carbonífera de Lota y Schwager”. El Sur 4 de
noviembre 1947: 1.
Fig. N° 3. Las tropas del Regimiento Chacabuco desfilan en la plaza de Coronel ante las
autoridades militares y los oficiales y soldados que fueron distinguidos por el gobierno.
Fuente: “El pueblo de Coronel vibró de entusiasmo patriótico durante la entrega de distinciones a los
militares”. El Sur 16 de noviembre 1947: 18.
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Fig. N° 4. Detenidos Mineros de Schwager por propaganda mural en contra del Presidente
Gabriel González Videla.
Fuente: “Agitadores instan a obreros de la zona del carbón realizar campaña mural en contra S.E.”. El Sur 11
de noviembre 1948: 8.