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¿CÓMO LE EXPLICO A MI HIJO PEQUEÑO LA CRISIS QUE VIVE CHILE?

Conflictividad social, protestas ciudadanas, toque de queda, estado de excepción, saqueos,


violencia y tensiones políticas forman parte de la nueva realidad que por estos días los niños se
han visto obligados a absorber. Cada niño o niña percibe y reacciona ante los sucesos de diversas
maneras, algunos pueden parecer confusos ante un ambiente de tensión, otros demostrar tristeza
o simplemente actuar como si nada sucediera.

0-5 AÑOS: En el caso de aquellos en edad preescolar, entre los 0 y 5 años, no tienen la capacidad
de entender de manera clara los sucesos que suceden a su alrededor, lo cual también sirve como
un “escudo” en algunas ocasiones. Aun así, los más pequeños y pequeñas perciben la angustia y el
malestar de quienes los rodean, sin entender el porqué.

Algunos de los síntomas habituales en este tipo de situaciones son llantos, gritos o quejidos más
frecuentes, miedo a la oscuridad, o miedo al separarse de aquellas personas con las que sienten
más apego, como sus padres.

6-11 AÑOS: En el caso de aquellos menores en el rango de los 6 a 11 años de edad, las
capacidades de percepción claramente aumentan, así como también comienzan a convertirse en
un ser social, que convive fuera de su hogar y realiza rutinas con diferentes personas fuera de su
núcleo familiar, también, ya poseen el conocimiento para reconocer una amenaza para ellos o a
quienes los rodean.

En esta etapa, la capacidad de poder transformar un mensaje que se adapte a su nivel cognitivo
puede facilitar de sobre manera su proceso de reacción, aun así, se debe tener una consideración
en el círculo donde el menor circula, ya que ve, escucha y percibe otros puntos de vista y
situaciones que pueden interpretar.

Aspectos a considerar

Es de vital importancia ser honestos respectos a los aconteceres, aclarar dudas, pero no caer en
detalles innecesarios que puedan aumentar su angustia. Esta explicación debe ir de la mano con el
cariño, el amor y el cuidado por parte de quienes estén a cargo de los menores, ya que estos
pueden sentir momentos de inseguridad y malestar.
Cómo ayudamos a nuestros hijos:

 Fomenta relaciones sociales: Promueve los lazos y el intercambio con familiares,


vecinos, amigos, compañeros de estudio, de modo de que el círculo de apoyo del niño
crezca. Es importante que aprenda a establecer relaciones positivas y saludables,
tanto con adultos como con otros niños. El recibir apoyo de otras personas, le ayudará
a superar los tiempos.
 Que esté callado no quiere decir que esté calmado: Observa a tus hijos, en
especial a los más callados. Aun cuando no hablen de lo que sienten o de sus
temores, dolencias físicas, cambios de comportamiento, problemas para dormir
pueden ser indicativos de estrés emocional. Ayúdales a expresar cómo se sienten por
medio de dibujos, juegos, escritos, u otras actividades propias de su edad.
 Dedícales tiempo extra y un momento especial a cada uno: Reserva un momento
privado, especial para estar con cada niño. Tan sólo quince minutos, dedicados a
ellos, pueden ser suficientes para ayudarlos a sentirse seguros y apoyar su salud
emocional.
 Habla de otra cosa: Aunque los niños estén muy pequeños, los comentarios
continuos, las especulaciones que asustan y las imágenes o conversaciones
constantes acerca de la situación aumentan sus temores e inseguridades. Limita esas
discusiones frente a los niños y procura espacios y momentos libres de temas
políticos.
 Construye una muralla protectora con cosas buena: Planifica actividades
familiares que le ayuden a tener una buena reserva de experiencias positivas que le
sirvan de protección ante los momentos difíciles. Esto pueden ser juegos de mesa, ver
una película juntos o visitar un lugar que les guste y sea seguro.
 Planifica arreglos prácticos que brinden seguridad: Planifica lo que deben hacer si
pasa algo, como mantenerse comunicados, saber a dónde ir. Haz planes que den un
sentido de seguridad, como evitar ciertas calles o regresar a cierta hora. Comparte con
tus niños los planes, eso les hará sentirse seguros a ellos también.
 Combate la intolerancia y promueve la convivencia: Es importante revisar nuestra
propia agresividad, nuestro lenguaje y los comentarios que hacemos sobre la
situación. Los insultos, las generalizaciones “todos esos xxx son unos xxx”, metiendo a
todo un grupo en el mismo saco, nos están haciendo daño a todos. Debemos evitar el
uso de un lenguaje que exprese descalificación, burla, humillación u ofensa. Tratemos
de promover en nuestro hogar, en la familia, con los vecinos y con los niños y jóvenes
un ambiente de tolerancia y respeto a las ideas de los otros.

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