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“LAS CUATRO PRÁCTICAS DE LA ACCIÓN CIUDADANA”

Las prácticas de la acción ciudadana son el eje en la construcción de un nuevo ciudadano,


de un verdadero ciudadano practicante, permitiendo a las comunidades y al ciudadano,
manejar las relaciones con el Estado y con los particulares como relaciones de derecho.
Estas prácticas son cuatro: la participación, la exigencia, la vigilancia y el control.

Incorporar las cuatro prácticas de la acción ciudadana como una conducta de nuestro
diario vivir, sentará las bases para que individuos y comunidades pongan en práctica,
defiendan y legitimen los principios constitucionales, los derechos fundamentales, los
derechos colectivos y las formas de participación democráticas en aras de desarrollar una
nueva sociedad civil que incida en el desarrollo social, económico, cultural, político y ético
en Colombia.

 LA PRACTICA DE LA PARTICIPACION.
“Sólo se participa de manera real en lo que se conoce plenamente”

¿Qué es?
Se da la participación en términos simples, cuando dos más personas cooperan en uno o
varios propósitos de índole económico, político, social, cultural y jurídico. Participar
significa ser parte, tomar parte, vivir uno el proceso, apropiarse de los componentes de la
información y asumirlo como propio, permitiendo de esta manera transformarse a sí
mimo, como resultado de esa participación.

Desde el ángulo del Derecho, la participación se define como la facultad constitucional que
tiene toda persona de la sociedad civil para tomar parte activa y decisoria en las gestiones
gubernativas y en las decisiones que afectan los conglomerados en relación con la vida en
sociedad, en la economía, en la organización social y en la cultura.

La práctica de la participación está fundamentada en la soberanía popular; es en el pueblo


como soberano en donde no sólo reside el poder, sino la capacidad de participar e
intervenir cuando sus condiciones de vida e intereses son afectados, lesionados, omitidos
por las autoridades del Estado y los particulares en los aspectos: económicos, políticos,
sociales, culturales y de Derecho.

¿Cómo debe ser?. Para que la práctica de la participación se convierta en una realidad,
esta debe ser:

Activa: Supone plena conciencia de su contenido y alcances, al igual que una noción
definida de las formas, los medios y las oportunidades.

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LONDOÑO, Fabio. Las cuatro prácticas de la acción ciudadana. Corporación ASDES. Cali. 1994
Crítica: Implica considerar y analizar las propuestas, sus dimensiones, los caminos a
seguir antes de adoptarlas, examinar y discutir sus pro y sus contra, presentar
alternativas en colectivo.
Organizada: Implica que debe realizarse a través del consenso comunitario,
utilizando mecanismos y procedimientos adecuados de información permanente,
delegación de funciones y confianza en las personas.
Creativa: Debe ser innovadora, con alto grado de rendimiento y transformadora de la
realidad.
Legitimadora: Permite conquistar derechos, defender los existentes y utilizar los
mecanismos de negociación en defensa colectiva.
Definidora: Debe producirse principalmente en aspectos de interés vital.

¿Para qué sirve?

Esta práctica puede ser utilizada por la mayoría de los ciudadanos para:

1. Construir nuevas prácticas políticas en donde se reconozca, se acepte y se proteja el


pluralismo político y el sentido de la diferencia étnica, cultural, de edad y sexo.
2. Recuperar el hacer político en las comunidades urbanas y rurales.
3. Construir una nueva ética civil, basada en el respeto a la diferencia, en la cooperación
y la solidaridad, en el sentido de correspondencia del Estado para con el ciudadano y
las comunidades colombianas.
4. Hacer que el derecho a vivir dignamente, el acceso a la educación, al uso de los
recursos económicos y técnicos, faciliten a los Colombianos multiétnicos las
posibilidades de crecer en su calidad de vida y en los aspectos humanos.
5. Hacer realidad entre los Colombianos la soberanía popular, la defensa y usufructo de:
los bienes de interés social, los recursos naturales del suelo, el subsuelo, el mar
territorial, el espacio aéreo y el derecho a un espacio y a un medio ambiente sano para
vivir y producir.

Los niveles de participación según el comportamiento humano:

Una mirada psico-social asume la participación en términos de comportamiento


participativo y la define como “la acción o conjunto de acciones colectivas, acordadas
reflexivamente y orientadas hacia la autogestión en la solución de los problemas y la
satisfacción de necesidades donde se instauran principios de cooperación, solidaridad y
ayuda mutua”.

En primer lugar el comportamiento participativo es una forma colectiva de


comportamiento por oposición al comportamiento individualista donde la persona actúa
solamente en función de sí misma sin tener en cuenta cómo puede afectar su conducta a
otras personas. Como la idea de lo colectivo puede entenderse desde la acción de dos
personas hasta la acción de la humanidad como máxima totalización, se desprende de
aquí que es más participativo el comportamiento mientras más personas actúen en
función de la misma trama de sentido acordada colectivamente.
En segundo lugar, el comportamiento participativo es acordado reflexivamente, lo que nos
ubica en el lenguaje articulado, y el nivel de pensamiento secundario. Aquí la realidad se
construye y reformula en códigos y reglas diferenciadas por el mayor o menor nivel de
racionalidad. Esta se expresa en la conceptualización que el grupo utiliza para explicitar los
valores y las reglas que determinan su comportamiento.

En tercer lugar, el comportamiento participativo está orientado hacia la autogestión en la


cual el grupo determina por sí mismo sus objetivos, medios y controles pertinentes sin
referencia a autoridad externa de tal forma que se considerara como participativo todo
comportamiento que responda a criterios internos, o mejor, será considerado el
comportamiento participativo en función de su trama de sentido.

Finalmente, el comportamiento participativo lo entendemos a partir de la integración de


dos o más proyectos individuales en un proyecto colectivo inscrito en el conjunto de ideas
y valores propios de la participación. Sin embargo, esta definición parte de entender la
participación como el producto de la toma de decisiones de un grupo con relación a la
realización de proyectos colectivos, pero no tiene en cuenta aún el proceso previo a la
toma de decisiones. Por lo tanto, los momentos previos a la gestación de los proyectos
también pueden considerarse como niveles del comportamiento participativo.

El comportamiento participativo evoluciona en un continuo que va desde la situación de


dependencia y ausencia de organización hasta el grado máximo de autonomía y de
organización, identificándose los siguientes niveles del comportamiento participativo:

1. Ausencia del comportamiento participativo. Cuando una persona o un colectivo


no reconoce la existencia de una situación problemática y no presenta ningún
planteamiento.

2. Comportamiento participativo instrumental. Cuando el comportamiento


participativo depende de una dinámica impuesta por fuera de la dinámica espontánea
del grupo.

3. Comportamiento participativo de reconocimiento. Cuando la persona o el


colectivo reconocen la existencia del problema de tal manera que hay comunicación
pero no hay propuestas ni opciones para enfrentar la situación.

4. Comportamiento participativo contestatario. Cuando la persona o el colectivo


reconocen las condiciones que determinan la situación problemática, y se organiza en
la dirección de responsabilizar a otros como los causantes y los poseedores de las
soluciones. Se organiza para realizar acciones de denuncia.

5. Comportamiento participativo reivindicatorio. Cuando la persona o el colectivo


supera el nivel de la denuncia y propone alternativas de solución que dependen de
otras personas o grupos. Supera el nivel de la denuncia y se organiza para realizar
acciones reivindicativas, sin superar el estado de la dependencia.
6. Comportamiento participativo por omisión. Cuando la persona o el colectivo
reconocen que hacen parte de la solución del problema y por medio de un acuerdo
tácito o explícito se abstienen de actuar frente a una situación inducida por otros. La
omisión del comportamiento es una opción real con un sentido para el colectivo. Aquí
se observa ya un principio de autonomía y autogestión, aunque no hay aún un
proyecto común que orienta la acción futura del grupo.

7. Comportamiento participativo proyectado. Cuando la persona o el colectivo se


organizan alrededor de un proyecto común, poseen una percepción del futuro y un
plan de acción compartido por el grupo. Es la acción o conjunto de acciones acordada
reflexivamente, orientadas a la autogestión en la satisfacción de necesidades y la
solución de problemas, donde se instauran principios de solidaridad, cooperación y
ayuda mutua.

De esta forma se puede afirmar que desde un punto de vista psicológico el


comportamiento participativo es un proceso que se mueve en un continuo que va desde la
falta de reconocimiento y motivación, va evolucionando en niveles progresivos de
reconocimiento, de autonomía y de organización hasta un nivel máximo que se expresa en
la creación de proyectos formales que en un nivel posterior darían paso a la creación de
organizaciones institucionalizadas. Por lo tanto, hay comportamiento participativo en su
máximo nivel de organización cuando la persona es capaz de concebir, planear, diseñar,
ejecutar y evaluar sus proyectos de desarrollo.

 LA PRACTICA DE LA EXIGENCIA
¿Qué es?

Es la facultad constitucional y legal que tiene toda persona o colectividad como partes del
Estado Nación de solicitar al gobierno, instituciones y autoridades el cumplimiento de uno
o varios derechos establecidos en la Carta Política, ley vigente o acto administrativo
contemplado o no, en norma alguna, pero demostrable; o de las obligaciones sociales del
Estado para con las personas y comunidades que conforman la sociedad civil colombiana.

La práctica de la exigencia está fundada en el concepto de soberanía popular; es en el


pueblo donde reside el poder soberano, de él emanan los poderes para constituir el
gobierno y el Estado en general, la facultad de exigir, vigilar y controlar la actuación de
gobernantes de acuerdo a las normas y procedimientos establecidos.

Para su cumplimiento requiere de relaciones horizontales y no verticales entre el


ciudadano, las colectividades y el Estado representado en el Gobierno, sus instituciones y
funcionarios.

¿Cómo debe ser?


Para que la práctica de la exigencia tenga una aplicación real, debe ser:
1. Activa y precisa: Quien la utilice lo debe hacer de manera firme buscando eficacia y
cumplimiento. Debe hacerse de manera precisa, señalando con claridad lo que se
solicita o se pretende.

2. Expresa y directa: Directa, dado que no requiere de intermediarios y resalta el


establecimiento de una relación directa entre persona, organización popular o
comunidad y el Estado, institución Estatal o funcionario público. Expresa, en cuanto
debe realizarse de manera verbal o escrita en virtud de la utilización del derecho
político de petición, del derecho de amparo administrativo, del derecho de amparo
constitucional o de tutela, o del derecho de hacer efectivo el cumplimiento de una ley
o un acto administrativo.

3. Sustentada: Se debe fundar en:


Hechos reales y comprobables
Normas constitucionales o legales
Actos administrativos o reglamentos
Acuerdos internacionales o derechos universales que permitan soluciones
específicas.

4. Agil y oportuna: Exige la aplicación y cumplimiento de los principios de la


administración pública: celeridad, economía, eficacia, imparcialidad, publicidad y
contradicción.

5. Combinada: Donde se dé la combinación de propuesta-exigencia y mediación


ciudadana como una alternativa en la solución de los problemas y conflictos.

¿Para qué sirve?.


La práctica de la exigencia puede y debe ser utilizada por el ciudadano, las colectividades
y sus organizaciones para acudir ante el Estado y sus autoridades en:

1. La defensa de los principios constitucionales y en la aplicación de las leyes.


2. El cumplimiento y materialización de los derechos fundamentales que consagra la
Constitución Nacional en defensa de las minorías étnicas y de los ciudadanos
residentes en el extranjero.
3. La aplicación y defensa de las leyes establecidas en pro del bienestar social
comunitario y de la justicia social.
4. La defensa de los bienes de interés social y de los recursos estratégicos fundamentales
para la vida y crecimiento del bienestar de la sociedad civil en general y de las
comunidades en particular.
5. La defensa de la participación política ciudadana y de la autonomía de las
organizaciones sociales comunitarias.
6. La construcción, defensa y fortalecimiento del sentido de autonomía comunitaria y
ciudadana, de identidad cultural e igualmente de las formas de legitimación de
derechos.
7. La utilización de mecanismos de mediación como una forma de resolver los conflictos
sociales entre comunidades-Estado y comunidades-particulares.
 LA PRÁCTICA DE LA VIGILANCIA.
¿Qué es?
Es la facultad constitucional que tiene todo miembro de la sociedad civil como parte
integrante del Estado-Nación, de velar, estar atento, cuidar muy bien el manejo de los
recursos económicos, supervisar la administración pública, sus instituciones y funcionarios
y todo aquello que conforma la cosa pública.

La práctica de la vigilancia está fundamentada en el concepto de soberanía popular, en la


democracia participativa. La práctica de la vigilancia hace parte de las veedurías cívicas y
políticas; está integrada a ellas. Es la obligación que nace para el ciudadano en la relación
con el Estado de vigilar y realizar interventoría ciudadana en la gestión política,
administrativa y demás que configuran el mandato popular al elegir el gobernante y
delegar el mandato. Porque el mandato no se transfiere, se delega.

¿Cómo debe ser?. Para que surta efectos reales, la práctica de la vigilancia debe ser:

1. Colectivizada: Debe ser ejercida por núcleos, comunidades y organizaciones


concientes y actuantes en defensa de los intereses colectivos.
2. Participativa y Democrática: Buscando que el poder de discusión y determinación
de los colectivos ciudadanos, derriben los obstáculos administrativos, burocráticos y las
dilaciones de las autoridades, invocando los derechos de vigilancia, participación,
información, consulta y documentación.
3. Interrogativa – Analítica y Concluyente: Debe investigarse al máximo, analizarse
a la luz de la política, la ética civil y el sentido comunitario. Debe arrojar conclusiones
de los casos o situaciones estudiadas.
4. Organizada: Sólo a través de la organización y de la autonomía comunitaria en la
formulación y gestión de planes y de programas de acción, se puede ejercer vigilancia.
5. Vertical: No se puede negociar el interés general en aras del interés individual.

¿Para qué sirve?. La práctica de la vigilancia tiene un campo de acción que permite:

1. Constituir equipos comunitarios que lentamente establezcan veedurías cívicas sobre el


actuar del Estado y los particulares en el manejo de la cosa pública.
2. Crear una cultura de la vigilancia en el ciudadano y sus organizaciones, buscando que
éstos estén atentos a los procederes de sus gobernantes y funcionarios públicos en
cada administración.
3. Aprender a tener y defender el sentido de propiedad colectiva e intervenir allí donde se
afecten los bienes de interés social y el servicio público.
4. Construir un sentido ciudadano donde éste sea atento e intervenga en la acción de
velar por los bienes de interés social, las políticas estatales y el manejo del gasto
público en beneficio social de las comunidades, configurando auditorías cívicas.
5. Mover los aparatos del Estado encargados de defender el interés comunitario y la
sociedad civil en general cuando las condiciones así lo ameriten y atenten contra los
derechos humanos en general y de los asentamientos humanos en particular.
 LA PRACTICA DEL CONTROL.
¿Qué es?
Es la facultad constitucional que tiene toda persona de la sociedad civil como parte del
Estado-Nación de establecer mecanismos a nivel ciudadano y Estatal para ejercer control
sobre las acciones del Estado, sus instituciones y funcionarios, en lo relativo a la aplicación
de sus políticas, principios constitucionales, leyes, actos administrativos y en el manejo de
los recursos económicos y de los bienes de interés social.

La práctica del control es un mecanismo que busca a través de la práctica de la


participación evitar el despilfarro administrativo, la omisión oficial, la extralimitación de
funciones, la violación de la soberanía nacional y el deterioro de los bienes de interés
social.

¿Cómo debe ser?. Para que surta efectos reales, la práctica del control debe ser:

Permanente: Ejercida a diario, sin desfallecer.


Colectiva: Con prevalencia del principio del interés general y el bien común.
Articulada: Que utilice la acción y poder de las organizaciones comunitarias y active la
estructura organizativa del Estado en el área de los organismos de control y defensoría
pública.
Eficaz: Que busque equidad y justicia, aclarar situaciones sociales, superar obstáculos en
la negociación u omisión en el cumplimiento de los derechos humanos y sociales.
Concluyente: Que permita definir situaciones sociales, procederes del Estado, sus
instituciones y sus funcionarios en la aplicación del gasto público, sus políticas, la
Constitución y las leyes.

¿Para qué sirve?. La práctica del control debe ser utilizada por el ciudadano, las
colectividades y sus organizaciones para:

1. Exigir cuentas y análisis de la aplicación de las políticas en beneficio comunitario y el


cumplimiento de las instituciones en la gestión gubernativa.
2. Desarrollar por parte de la comunidad organizada la inspección a las obras y
programas del Estado y la aplicación de fondos en obras de beneficio comunitario y
ciudadano.
3. Solicitar de los organismos competentes del Estado, la revisión de conductas y
procederes de los funcionarios en la relación Estado-Comunidad, Estado-ciudadano.
4. Examinar por parte de la comunidad los presupuestos de gastos en la gestión
municipal y la aplicación real de partidas en obras de interés social.
5. Diseñar y establecer por parte de la comunidad mecanismos de comprobación de los
planes y programas del Estado e igualmente la aplicación de fondos y la participación
real de la comunidad en las decisiones colectivas.
6. Ejercer el dominio sobre los bienes de interés social y sobre los derechos que les son
comunes a todos los habitantes en el uso y goce de la cosa pública.
7. Dar aplicación a la Constitución Nacional, a las leyes y actos administrativos cuando
son vulnerados u omitidos por el actuar de la organización del Estado o por los
particulares en contra de las personas, ciudadanos o colectividades.

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