Sei sulla pagina 1di 2

El Jardín de Tiza por Enid Bagnold (1889, Reino Unido)

Estreno: El Teatro Ethel Barrymore en la Ciudad de Nueva York, 1955


Reparto: 7f, 2m (posiblemente el doble)

Editor: Samuel French, 2010

La señorita Madrigal al anuncio para contratar a una joven. Pero en la entrevista se encuentra con
Laurel, una sorprendentemente precoz niña de 16 años (con una inclinacion para poner las cosas
encedidas), su abuela la señora St Maughan anfitriona proveniente de una excentrica sociedad y
una bastante extraña instalacion domestica en la que la madre Olivia parece haber sido
deliberadamente editada fuera de la foto y los servidores están en constant rebellion. A pesar de
sus recelos, Madrigal – una ávida jardinera- es persuadida para que se quede, en gran parte por la
promesa en la que ella puede poner sus talentos para ser usados en el caprichoso y hasta el
momento, mal administrado jardin de tierra caliza. Aunque Madrigal tiene éxito en inculcar un
sentido de la moderacion tanto en Laurel como en el jardin, la aparición de un viejo amigo de la
señora St Maughan, amenaza con sacar a la luz el oscuro pasado de Madrigal.

En cuanto se levanta el telón de El Jardín de Tiza en los salones de clase media, el público podría
estar equivacado anticipando una tranquila, agradable noche convencional pero en gran medida
desafiante comedia ligera de la década de 1950. El Jardín de Tiza de hecho entrega mucho más. Se
trata de una obra de teatro maravillosamente estrafalaria, casi subversiva en la cual el sentido de
abandono de la alegria reina. Cuenta con un elenco de personajes que, desde la señora de la casa
hasta los criados, todos saben como comportarse, pero hace mucho tiempo que se dieron cuenta
que el momento más divertido se puede tener tirando todo el decoro por la ventana. Es una casa
que se deleita con su propio enfonque disfuncional de la vida cotidiana y en el que las relaciones
entre sus habitantes son extrañas por decir lo menos. En este paisaje caótico, la puritana señorita
Madrigal llega e intent imponer en apariencia un orden. Entendiendo de que la constante cercania
a la histeria en la casa está lejos de ser favorable para el bienestar de la ya muy nerviosa Laurel,
Madrigal intent cultivar un ambiente nutritive en el cual una niña puede crecer. El jardin de la
casa, construido sobre cal y suelo de tiza, ciertamente no responde al esfuerzo equivocado de la
Señora St Maughan para hacerla prosperar, es apenas una metafora disimulada por sus ineptos
intentos de criar a Laurel a traves de una mezcla de indulgencia y obstinado egoismo.

A pesar de su ingenio, la obra sirve como critica severa hacia aquellas personas que por medio de
las crisis justifican su mal comportamiento consigo mismos y sus descendientes. La señora St
Maughan repetidamente excusa el comportamiento salvaje y voluntarioso de Laurel sobre la base
de que hace algunos años ella escapó y “ por un descuido extraordinario fué violada en Hyde
Park”. Este incidente (más tarde resulto ser un invento de la fértil imaginacion de Laurel) fue
utilizado por la señora St Maughan como evidencia para demostrar la incapacidad de Olivia para
cuidar a Laurel y con esto, hizo necesario que ella asumiera la custodia de la niña. Mientras la
señora St Maughan disfruta presentándose como una mártir, dedicada convertir “la vejez en una
guarderia” por el amor de su nieta, Olivia, que llega durante la accion decidida a reclamar la
custodia de Laurel, es muy critica sobre los motivos de su madre. Madrigal es muy escéptica y,
haciéndose cargo de la casa con toda la tenacidad de Mary Poppins y sin ningun encanto, procede
ha centrarse decididamente en dispersar la histeria que Laurel y la señora St Maughan aman crear.
Esta obra de teatro proporciona algunos personajes femeninos maravillosamente comicos y
realmente inusuales. Laurel en particular debe de haber sido un contundente soplo de aire fresco
en su primer aparición en el escenario en 1950, no era la tipica ingenua jovencita del sexo débil.
Más bien ella es luchadora, macabra y de forma brillantemente oscura, una bromista que
enciende el fuego en el circulo de los “adultos” en la obra y forma un muy entretenido doble acto
con Maitland, el criado del campamento. Madrigal tambien es una propuesta interesante para una
actriz, enigamtica, emocionalmente contenida y sin embargo, el motor indiscutible de la obra. La
señora St Maughan, siendo tenaz, lista y, determinada a actuar con algun grado de dignidad sobre
su alocado hogar – a pesar de su tendencia a olvidar su dentadura postiza- es una oportunidad
maravillosa para una actriz de la tercera edad.

Potrebbero piacerti anche