Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Marzo 05 de 2019
Lo relevante de ésto, son los siguientes postulados, Qué hago con estas
preguntas? Desde donde me las respondo?
Qué hago con estas preguntas? Ya estoy viviendo una de las situaciones
que mencioné y surgen las preguntas. Muy probablemente a dichas
preguntas las acompañe alguna emoción. Dolor, enojo, tristeza... y está
bien sentirlo, es parte de la vida, no lo podemos evitar pues también es
parte de nuestra naturaleza, así como somos seres racionales, también
somos seres emocionales. Nadie esta vida está exento de sentir, a
menos que haya algún trastorno mayor como asperger o algún tipo de
psicopatía. Desafortunadamente en muchos casos la emoción es mucho
mas poderosa que la razón y empiezamos a contaminar las respuestas,
lo que nos lleva al segundo postulado.
Como puedes ver en los ejemplos, la culpa tiene un fin positivo. Pero
qué pasa cuando la emoción puede más que ese mecanismo del juez
y te gana? Te callas sin reconocer que cometiste un error? Te exaltas
sin detenerte desahogando tu enojo sobre la otra persona? Te quedas
con el resentimiento hasta que logras vengarte por lo que te hicieron?
También estas son reacciones comunes, no muy buenas porque al
final la culpa se convierte en vergüenza, arrepentimiento, angustia y
hasta tristeza o dolor y ese pequeño juez se convierte en tu tormento.
o La culpa sana y
o La culpa destructiva.
El duelo emocional es un proceso de adaptación que nos permite restablecer el equilibrio personal
que ha quedado alterado por una pérdida. Las consecuencias emocionales están directamente
relacionadas con la persona o personas que hemos perdido y también con el modo en el que se ha
producido la pérdida: el tiempo de relación, la intensidad y las circunstancias de esa relación, lo
imprevisto de la pérdida… Pero siempre supone un gran dolor, tristeza, desestructuración y
desorganización.
A pesar del sufrimiento que causa, el duelo emocional es un proceso necesario y ayuda a
adaptarse a la pérdida, prepara para vivir sin la presencia física de esa persona o personas, y es
fundamental, para conducir correctamente el vínculo afectivo de forma que sea compatible con la
realidad presente.
Su duración es muy variable, pero podemos considerar que los dos primeros años suelen ser los
más duros, de todas formas cada persona tiene su propio ritmo y necesita un tiempo distinto para
la adaptación a su nueva situación. Sobretodo no hay que desalentarse, confía en que saldrás
adelante.
Emociones
Tristeza
Enfado
Culpa y auto-reproche
Bloqueo
Ansiedad
Soledad
Fatiga
Rabia
Impotencia
Anhelo
Emancipación
Alivio
Insensibilidad
Confusión
Miedo
Vacío
Pensamientos
Incredulidad
Confusión
Preocupación
Alucinaciones breves y fugaces
Sentido de presencia: percibir notar su presencia, oír su voz
Sensación de irrealidad
Sensaciones físicas
Opresión en el pecho
Opresión en la garganta
Hipersensibilidad al ruido
Vértigos
Nauseas
Temblores
Irregularidades ritmo cardiaco
Falta de aire
Debilidad muscular
Falta de energía
Sequedad de boca
Vacío en el estómago
Sensación de despersonalización
Conductas
Soñar con la persona que hemos perdido
Evitar recordatorios de la persona
Suspirar
Llorar
Atesorar objetos que le pertenecían
Buscar y llamar en voz alta
Apatía, desgana
Alteraciones en el sueño
Siempre asociamos duelo a la pérdida por la muerte de un ser querido; pero el dolor, la tristeza y el
resto de emociones, pueden ser de igual o mayor intensidad y complejidad en otras formas de
pérdida:
Pérdida de la salud: enfermedades.
Pérdida de la juventud: envejecer.
Pérdida de la imagen física: engordar, adelgazar, desfiguración por accidente,
desfiguración por enfermedad o tratamientos.
Pérdida de la fertilidad: imposibilidad para ser madre/padre de forma biológica, abortos,
etc.
Pérdida de una estabilidad económica: pérdida de trabajo, disminución del nivel de vida,
aceptación de un cambio en el ritmo de vida por imposibilidad económica, etc.
Pérdida de un ser querido: fallecimiento, rupturas sentimentales, enfrentamientos con
amigos, etc.
Un elemento común en la pérdida emocional y el consiguiente proceso de duelo emocional es que
el desencadenante es un acontecimiento o situación que no está bajo nuestro control, y que
conlleva emociones como impotencia, incredulidad, frustración, desesperanza, incertidumbre y por
supuesto tristeza.
Es importante disminuir el sufrimiento, pero… ¿nos hemos detenido a pensar qué es este
sufrimiento? El sufrimiento es como una balanza donde apenas contamos con recursos para hacer
frente a la amenaza que estamos teniendo, en este caso la pérdida.
La balanza está desequilibrada, y es importante trabajar con nuestros recursos personales y
aprender otros nuevos, para equilibrarla y sentirnos mejor.
1. Busca el apoyo de familiares y amigos. Es importante saber que en ocasiones preferimos
estar solos o acompañados, va a depender del momento. Es normal sentirnos confusos y no saber
qué es lo que deseamos, ten paciencia, no te culpes, ve a tu ritmo.
2. Intenta, siempre que sea posible, compartir tus malos momentos con personas diferentes
para que ninguna de ellas pueda sentirse desbordada.
3. Encuentra pequeños espacios de bienestar, es necesario darse permiso para vivir y
disfrutar con ello.
4. Es aconsejable permitirse estar en duelo emocional, pero a la vez es positivo marcarse
pequeñas obligaciones con la finalidad de no aislarse y recuperar nuestra vida familiar, social,
laboral y personal.
5. Intenta evitar tomar decisiones importantes de forma precipitada, en ocasiones la emoción
es la que intenta controlar esa decisión y no siempre es la acertada y la más beneficiosa para
nosotros.
6. En el caso que la pérdida sea una persona te puede ayudar expresar
emociones, pensamientos a través de un diario y/o cartas dirigidas a la persona (cosas que no se
dijeron, reconciliaciones, etc). Puede ser útil crear un “espacio de recuerdos” (álbum, caja…) que te
permita revivir momentos, situaciones cuando lo consideres oportuno.
7. Es importante permitir que los recuerdos surjan y compartir los buenos y malos momentos,
no hay razón para ocultar el dolor o la alegría.
8. Cuidado con deshacerse de objetos o recuerdos precipitadamente, quizás la impulsividad o
la tristeza nos jueguen una mala pasada. Es bueno guardar cosas como fotografías, cartas, objetos
personales, quizás te sirva de ayuda posteriormente.
9. Te sugiero ver de manera gradual los recuerdos que te resulten dolorosos, no quieras
correr ni exponerte en exceso. Poco a poco lo irás consiguiendo y el sufrimiento irá disminuyendo.
10. Intenta cuidarte a ti mismo, a través de la alimentación, el ejercicio físico, el descanso, la
reducción de hábitos tóxicos. Te recomiendo frecuentar espacios al aire libre y pasear.
Índice de Contenidos
Algunos datos sobre la infidelidad
Por qué somos infieles
Puede salvar un encuentro puntual una relación duradera
Qué es la infidelidad
Cómo superar la infidelidad: Saber por qué somos infieles
¿Es la confesión la respuesta a cómo superar la infidelidad?
Cómo superar la infidelidad
Cómo dejar de ser infiel
Autora
Puntúa y comparte
(Tiempo de lectura: 12 minutos)
Los especialistas en terapia de pareja sabemos que la infidelidad es uno de los temas importantes
en las relaciones afectivas y sin duda uno de los más delicados. Y lo es porque en él confluyen
multitud de aspectos: sociales, educativos y culturales, cuestiones de género, factores de
personalidad, comportamiento, emocionales…Uno de los motivos más frecuentes consultado en
terapia de pareja es este: cómo superar la infidelidad. Hay muchas preguntas: ¿Porqué se es
infiel?. ¿Es inevitable?. ¿Es una necesidad emocional, sexual o de otra índole?. Una vez que se ha
sido infiel ¿vuelve a ocurrir?. ¿Se debe confesar a la pareja? ¡Demasiadas preguntas! Ser infiel
siempre ha sido y es una cuestión compleja, con posturas y opiniones muy enfrentadas, prejuicios,
mitos… cómo superar la infidelidad también lo es.
Lo que parece estar claro es que sentir deseo hacia otra persona que no es nuestra
pareja sucede, y resistir a esa tentación, es una decisión que no siempre es la que
elegimos.
Algunos datos sobre la infidelidad
La motivación de este artículo es aportar algunas claves sobre cómo superar la infidelidad, pero
antes creo conveniente ofrecer información para comprender mejor este término, y para ello creo
que es bueno conocer algunos datos estadísticos.
Ser infiel es un comportamiento que puede producirse de distintos modos y con diferente alcance.
Sucede en persona, pero también puede producir a través de internet o por teléfono. El último
estudio de la web AshleyMadison.com revela que el servicio de mensajería WhatsApp es el aliado
perfecto para la infidelidad. Según el informe, el 88% de los hombres y el 78% de las mujeres de
esta web practican el ‘sexting’ en sus ratos libres (intercambio de fotografías o mensajes de
contenido sexual a través de dispositivos móviles). La facilidad que dan las nuevas tecnologías
para dejarse llevar por los deseos ha provocado que el 29% de los hombres y el 33% de las
mujeres ‘chateen’ en el trabajo con sus “amantes”.
La fidelidad no deja de ser una “creación humana”, una convención social, una conducta adaptativa
fruto de nuestra evolución. Apareció con el mismo objetivo que muchas de nuestras conductas:
asegurar la continuidad de los genes. Los humanos nacemos muy indefensos, vivimos una infancia
prolongada hasta que llegamos a desenvolvernos por nosotros mismos. Así que la hembra
cavernícola necesitaba a un macho a su lado para proteger a sus crías. Y surgió la fidelidad.
Desde un punto de vista biológico, la fidelidad está prácticamente asegurada cuando se está
enamorado o enamorada. En esa etapa no tiene mérito ser fiel, es lo que “pide el cuerpo”. Cuando
el “enganche hormonal” se termina, aunque queramos profundamente a nuestra pareja, en muchos
casos y circunstancias necesitamos de la voluntad, de la capacidad de elegir, para continuar
siendo fieles.
Y es este hecho: que la infidelidad es en definitiva una decisión, una opción, lo que provoca en
algunas personas sentimientos profundos de culpabilidad. El último estudio de la web
AshleyMadison.com revela que los hombres se sienten más culpables cuando son infieles que las
mujeres.
Por qué somos infieles
El principal motivo para ser infiel es la falta de sexo en la pareja, ya que la inmensa mayoría de
hombres y mujeres registrados en la página (86% ellos y 81% ellas) solo tienen relaciones
sexuales una vez al mes dentro de su relación. El 56% de los hombres y el 38% de las mujeres
confiesa que ésta es la principal causa para engañar a su pareja.
La falta de intimidad es la segunda causa para el 22% de las mujeres, mientras el 21% de los
hombres confesaba ser infiel para probar nuevas fantasías sexuales que no podían realizar “en
casa”.
Puede salvar un encuentro puntual una relación duradera
El 81% de ellas piensa que sí, al igual que la mayoría de los encuestados. La culpa se reparte de
forma desigual. Ellos son los que sienten más remordimientos (78%), frente al 81% de las
encuestadas que “ni sienten ni padecen”.
El sexo es una parte fundamental de las relaciones, pero aun así el 9% de los hombres y el 14% de
las mujeres confiesan que están atrapados en un matrimonio sin placer.
Las películas eróticas siguen siendo un gran “sucedáneo” del sexo en pareja: la mayoría de los
encuestados confiesa que las ve entre dos y siete veces a la semana. El 75% de los hombres y el
64% de las mujeres confiesan consumirlas, aunque prefieren hacerlo con sus amantes.
Por último, los juguetes sexuales siguen siendo territorio femenino: el 88% de las encuestadas los
utiliza en su día a día. Sin embargo, solo el 4% de los hombres se atreve a usarlos.
Qué es la infidelidad
Se puede definir “ser infiel” a aquel comportamiento en el que nos se respetan de manera
consciente los valores, normas y compromisos que la pareja ha decidido otorgarse, ya sea de un
modo explícito o implícito, y que conllevan respecto y lealtad hacia tu compañero o compañera.
A lo largo de la historia, el significado del término infidelidad ha ido cambiando. La forma de
interpretar y practicar la infidelidad varía en los diferentes contextos socioculturales. Por ejemplo,
en Grecia y Roma se consideraba que un hombre era infiel si tenía relaciones sexuales con una
mujer casada (que no fuera su esposa), pero no lo era si lo hacía con esclavas, concubinas o
prostitutas.
Pero sin irnos tan lejos, de un tiempo a esta parte, se ha puesto de moda la palabra “poliamor”
tratándose de parejas que deciden tener varias relaciones emocionales simultáneas basadas en la
honestidad con uno mismo o una misma y con sus parejas. De esta manera el concepto de
infidelidad varía según la cultura, pero también la ideología o la evolución de la persona, y por tanto
cómo superar la infidelidad también será distinto.
Lo importante en esta clara subjetividad del término infidelidad es que no olvidemos
que participan dos personas, y que conviene coincidir y acordar cómo se entiende
para ambas.
Cómo superar la infidelidad: Saber por qué somos infieles
Insisto en que la infidelidad es un comportamiento que depende de numerosos factores, todos ellos
son decisivos en cómo superar la infidelidad. Por un lado, la forma de ser de cada persona, la
capacidad de controlar los deseos e impulsos propios, la autoestima, las expectativas, el grado de
satisfacción, las experiencias que se han vivido a lo largo de la vida, los aprendizajes… Por otro
lado, depende de las oportunidades de conocer a nuevas personas por las que sentirse atraída o
atraído, el entorno social, el estilo de compromiso de la pareja, la satisfacción en la relación, las
necesidades no cubiertas (sexuales o emocionales) etc.
Un comportamiento infiel puede tener diferentes orígenes, y en función de ellos será distinto cómo
superar la infidelidad. Algunos de los motivos que con mayor frecuencia se encuentran detrás de
una infidelidad son:
1. La relación está deteriorada. Cuantas veces habremos escuchado “la pareja ya estaba
rota”. Cuando los deseos y las expectativas que uno tiene de su pareja no son satisfechos, es más
probable que puedan aparecer esos deseos hacia otra persona. Digamos que se favorece la
predisposición a conocer a alguien.
2. El anhelo de pasión y amor romántico. Con el tiempo, puede desligarse en la pareja la
pasión de la vinculación o apego, y aunque el amor continúa, podrían aparecer hacia otras
personas sentimientos de enamoramiento, deseo u otras emociones que generan confusión.
3. Buscar experiencias o algo que no se tiene en pareja. El afecto, la atención o el sexo
que no se encuentra en la relación de pareja.
4. La falta de estímulos o el aburrimiento. Tanto si la relación es satisfactoria como si no lo
es, en algún momento simplemente una de las partes se aburre y busca otras sensaciones. Lo
novedoso reactiva y satisface.
5. Algunas creencias (erróneas o no) que algunas personas tienen, como que para salvar
una relación duradera es beneficioso un encuentro puntual ya que da vida a “una pareja sin
alicientes”
6. La aventura amorosa. Un desliz para recuperar viejas emociones que están presentes en
la fase de enamoramiento y que nos hace sentirnos de nuevo jóvenes y sobre todo deseadas o
deseados.
7. “Ojos que no ven, corazón que no siente”. Para muchas personas lo prohibido les
provoca morbo y tentación, la adrenalina de ir más allá de las normas. También es una fuente de
atracción para quienes disfrutan con el riesgos y piensan que si no “les descubren” no hacen daño
a nadie.
8. La adicción al sexo. Una persona de estas características, es infiel por tendencia. Este es
un problema real que conviene tratar cuando se sufre.
9. El juego de la seducción. Quienes sienten esta tendencia les gusta “tontear” para reforzar
su auto concepto, y en ese “territorio” es fácil pasar a la infidelidad.
10. La inseguridad o la baja autoestima. La persona infiel se siente en inferioridad de
condiciones respecto a su pareja: menos atractiva o atractivo. La infidelidad sirve para reafirmar su
valor, subir la autoestima al considerarse deseable.
11. La represalia. Algunas personas engañan sólo como venganza por un comportamiento de
su pareja que consideran injusto, ante una sospecha o una infidelidad descubierta.
12. El tener a alguien en la “recámara”. Personas con un patrón dependiente, cuando
empiezan a percibir que las cosas no van bien en su relación, buscan a otra persona, para poder
reemplazar a la pareja actual. Y esto puede llevar a infidelidades repetidas al no encontrar al
recambio adecuado.
13. El deseo de tener pareja, cuando la tuya ya no existe y por miedo o incapacidad para
cerrar y dejar una relación, se simultanean.
Esta sociedad premia ser fiel, está dentro de nuestro valores, está implícito en
cualquier relación, aunque no se hable de ello, entra en los buenos esquemas de
pareja, implica cuidados, respeto, adaptación… esta es nuestra realidad social. Si no
puedes ser fiel, no te juzgues, pero tal vez sea conveniente que revises tu relación de
pareja, reflexiona sobre las razones por las que estás sucediendo, detecta que es lo
que no va bien, aprende a ser coherente, empatiza con la otra persona, y toma
decisiones.
¿Es la confesión la respuesta a cómo superar la
infidelidad?
Tampoco hay una receta universal válida en cómo superar la infidelidad. Afrontar el engaño tiene
que ver con la forma de ser de cada persona y de sus recursos emocionales. En verdad, cómo
afrontar una infidelidad tiene mucho que ver con cómo afrontamos otros acontecimientos: pérdidas,
decepciones, errores… es una cuestión de resiliencia, un término que significa la capacidad que
tenemos para hacer frente y superar la adversidad y las circunstancias traumáticas.
También las circunstancias de la infidelidad determinan cómo superar la infidelidad, así cómo el
nivel de sufrimiento que va a producir, no sólo para la persona que sufre la infidelidad, sino también
para quien es infiel. Es muy diferente si se ha producido un engaño reiterado, si se ha prolongado
más o menos tiempo, la forma en que se ha descubierto, quienes han intervenido en la infidelidad,
etc.
Aunque cada caso es muy diferente, hay algunos consejos que pueden ayudar en cómo superar la
infidelidad, siempre entendiendo que si una pareja decide seguir adelante tras una infidelidad será
necesario transitar por una etapa realmente difícil para ambas partes y que como todos los
procesos llevará tiempo, paciencia y mucha sensibilidad.
Conocer que la pareja ha sido infiel puede ser una de las decepciones más grandes que una
persona puede vivir en su vida. El dolor, la rabia, la ira, el enfado, la tristeza, la decepción e incluso
la culpa son emociones que nos hacen sentir como en una montaña rusa. Surgen muchos
pensamientos, frecuentemente obsesivos, confusión y muchas dudas.
En este caso ¿qué hacer ante una infidelidad? ¿cómo superar la infidelidad de tu pareja?:
Pararse, escuchar y saber qué ha ocurrido. Por doloroso que sea conocer la verdad, tu
tienes la opción de decidir si perdonar o no.
No te culpes. Eso afectará a tu autoestima. Recuerda que la responsabilidad es de la otra
persona, no tuya.
Date tu tiempo para decidir qué deseas hacer. Tras conocer una infidelidad, cualquier
decisión que tomes va ser bajo las emociones que sientes. Lo mejor para combatir ese tiempo
doloroso es centrarte en ti, cuidarse, mimarse, darse cariño. Continúa con tu rutina y ocupaciones,
te mantendrán con la atención en otra cosa. Pero comprende que vas a sentir emociones
desagradables durante un tiempo.
Permítete momentos de bajón para reflexionar pero limitados en el día. No es conveniente
estar todo el día dando vueltas al mismo tema.
Céntrate en el análisis del presente y del futuro. La historia de amor de la pareja se ve
desde una nueva óptica, modulada por las emociones que se sienten en ese momento.
Apóyate en familiares y amigos. Posiblemente escuches muchos comentarios, consejos.
Recuerda que eres tu quién tomarás la mejor decisión.
También puedes buscar apoyo de psicólogos expertos en pareja. Solicita asesoramiento
de cómo superar la infidelidad. Te ayudará en este camino tan doloroso.
Cómo dejar de ser infiel
Hasta aquí he hablado de cómo superar la infidelidad, centrándome tal vez en la persona que la
sufre, que es engañada. Pero también la persona que es infiel en ocasiones lo vive con un
sentimiento de falta de control de sus impulsos que le genera sufrimiento y confusión. ¿Cómo se
puede dejar de ser infiel?.
El que es infiel puede que lo haya sido en una ocasión eventual, y tiene claro que no va a repetir, o
es infiel una vez tras otra.
Si la infidelidad se lleva acabo una y otra vez, primero pararse hay que pararse a pensar que
puede tratarse de un problema, bien de control de los deseos hacia otra persona que no es tu
pareja, bien porque ya no se quiere estar con la pareja. Es conveniente reflexionar con calma sobre
ello. Solo a partir de ahí podrás avanzar.
Si lo que quieres es dejar de ser infiel, tienes que analizar la voluntad que tienes para resistirte a
tus deseos por otra persona que no es tu pareja y cambiar tu comportamiento infiel. Ese cambio de
comportamiento puede conllevar, no quedar con la otra persona, no llamar… no mantener
contacto. Comprende que durante un tiempo vas a pensar en esa persona, la vas a echar de
menos. Digamos que se pasa una especie de duelo amoroso donde las emociones y pensamientos
van a estar modulados por una ruptura con la otra persona a la vez que vas a recuperar tu relación
de pareja. Puede que incluso aumente el mal humor con tu pareja, sientes enfado por perder a
alguien y duele, e incluso te sientes culpable por lo que le has hecho a tu pareja. Cambia el
concepto de culpabilidad por el de responsabilidad. La culpa te atormenta, en cambio, la
responsabilidad te convierte en dueño de tus actos y te dota de la libertad de poder actuar de otra
forma en el futuro. Date tu tiempo. Si ya has decidido dejar de ser infiel cada cosa volverá a su
lugar. Piensa también que si este proceso se hace demasiado doloroso y confuso puedes acudir a
un psicólogo o psicóloga especialista para que te ayude.
Por otra parte, hay que tener presente que la vida en pareja no está hecha para todo el mundo.
Cada persona tiene que elegir su camino. Tener una relación supone establecer un compromiso
pactado con otra persona, y eso, como otros muchos compromisos en la vida, implica disfrutar de
una serie de cosas pero también renunciar a otras. La base es el respeto hacia tu compañero o
compañera, la firmeza en los sentimientos y la lealtad.
El tema de la infidelidad es tan apasionante como complejo y extenso, es un asunto
que afecta de igual modo a mujeres y hombres, pero que por convenciones, roles y
estereotipos, tiene diferentes consecuencias emocionales… En cualquier caso es
importante entre tanta confusión centrarse en ciertos términos que a veces lo
simplifican todo: lealtad, empatía, respeto, claridad… Tu eliges.
Autora
Mariola Bonillo
Psicóloga Sanitaria. Experta en Terapia de Pareja y Sexualidad. Especialista en
conflictos de pareja e intervención familiar.