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“AÑO DE LA

UNIVERSALI
ZACIÓN DE
LA SALUD”
TEMA:

TUTELA DE DERECHOS Y LA IMPUTACIÓN NECESARIA.

DOCENTE:

DR. ERNIE AUGUSTO LLANOS NEYRA

CICLO:

VIII

ASIGNATURA:

DERECHO PROCESAL PENAL II


INTRODUCCIÓN:

En el presente trabajo se trata de sintetizar toda la información importante referida al


principio de la imputación necesaria y sobre la tutela de derecho, su desarrollo e importancia
en el nuevo modelo procesal penal peruano, criticando la falta de buenas imputaciones
penales en casos complejos.

Se hace un análisis jurisprudencial de índole constitucional y judicial del principio de la


imputación necesaria. Además de mencionar los antecedentes acerca de la tutela de derechos,
así como también saber cuál son requisitos para interponer una tutela derechos en caso de
que exista una imputación necesaria.

También hemos visto conveniente agregar algunas sentencias en donde se puede mostrar la
vulneración de derechos acerca de la imputación necesaria, para así finalmente desglosar el
contenido de a imputación necesaria en cuanto a los acuerdos plenarios, que dieron origen a
este principio que hoy en día ha resuelto muchas controversias.
CONTENIDO

INTRODUCCIÓN:..........................................................................................................................1
CAPITULO I...................................................................................................................................2
LA TUTELA DE DERECHOS EN EL NUEVO MODELO PROCESAL PERUANO....................................3
ANTECEDENTES DE LA TUTELA DE DERECHOS..........................................................4
DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS DE LA TUTELA DE DERECHOS...................................................5
TRÁMITE DE LA TUTELA DE DERECHOS........................................................................................6
OTROS MECANISMOS DE TUTELA................................................................................................7
El Control de Plazos.....................................................................................................................7
Modalidades................................................................................................................................8
El control de desestimación de diligencias de investigación.........................................................8
La nulidad....................................................................................................................................9
La cesación de la prisión preventiva.............................................................................................9
Control de los elementos de convicción obtenidos en las diligencias de investigación...............10
LA AUDIENCIA DE TUTELA DE DERECHOS Y LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA.......................10
DERECHOS PROTEGIDOS EN LA AUDIENCIA DE TUTELA.............................................................11
PROCEDENCIA DE LA TUTELA DE DERECHOS COMO INSTRUMENTO CONSTITUCIONAL DE
PROTECCIÓN DE DERECHOS.......................................................................................................12
PROTECCIÓN AMPLIA DE LOS DERECHOS DEL IMPUTADO MEDIANTE LA TUTELA DE DERECHOS
...................................................................................................................................................14
CONSECUENCIAS JURÍDICAS DE LA TUTELA DE DERECHOS........................................................17
FINALIDAD ESENCIAL DE LA AUDIENCIA.....................................................................................18
LA TUTELA DE DERECHO EN LA JURISPRUDENCIA DE LA CORTE SUPREMA...............................18
EL IMPUTADO Y EL NUEVO PROCESO PENAL.............................................................................19
EL IMPUTADO Y LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA.................................................................20
LA FUNCIÓN FISCAL....................................................................................................................21
LA FUNCIÓN JUDICIAL................................................................................................................22
CAPITULO II................................................................................................................................23
LA IMPUTACIÓN NECESARIA:.....................................................................................................23
FUNDAMENTOS DEL PRINCIPIO DE IMPUTACIÓN NECESARIA...................................................27
REQUISITOS PARA LA OBSERVACIA DEL PRINCIPIO DE IMPUTACIÓN NECESARIA......................28
REQUISITOS FÁCTICOS...............................................................................................................28
REQUISITOS LINGUÍSTICOS........................................................................................................30
REQUISITOS NORMATIVOS........................................................................................................31
DESARROLLO JURISPRUDENCIAL DEL PRINCIPIO DE IMPUTACIÓN NECESARIA.........................33
CAPITULO III...............................................................................................................................34
SENTENCIAS SOBRE EL PRINCIPIO DE IMPUTACIÓN NECESARIA................................................34
OPERATIVIDAD FUNCIONAL DEL PRINCIPIO DE LA IMPUTACIÓN NECESARIA EN EL DESARROLLO
DEL PROCESO PENAL..................................................................................................................37
¿QUÉ HACER FRENTE A LA VULNERACIÓN DEL PRINCIPIO DE LA IMPUTACIÓN NECESARIA?....38
CAPITULO IV...............................................................................................................................39
PROBLEMAS EN EL PROCESO QUE EFECTAN EL PRINCIPIO DE IMPUTACIÓN NECESARIA..........39
CAPITULO V................................................................................................................................42
CONTENIDO DEL DERECHO A LA IMPUTACIÓN NECESARIA.......................................................42
IMPUTACIÓN NECESARIA EN LOS ACUERDOS PLENARIOS EL CPP del 2004...............................47
CAPITULO I.

LA TUTELA DE DERECHOS EN EL NUEVO MODELO PROCESAL PERUANO.


ALCANCES GENERALES.

El Estado tiene el ius puniendi para cumplir el deber de garantizar la coexistencia


humana, asegurando la vigencia de los bienes jurídicos fundamentales. El poder
punitivo del Estado o ius puniendi es la atribución que tiene para definir conductas
como hechos punibles e imponer penas a las personas que las realizan. Empero, el
Derecho Penal no solo tiene una finalidad represiva o sancionadora, sino que además
implica dotar a la persona de ciertas garantías generales y específicas que la protegen
ante la eventualidad de ser sometida a un proceso penal y, en último término, ante la
posibilidad de imposición de una sanción punitiva. 1
Para que alguien pueda defenderse es imprescindible que exista algo de qué defenderse,
esto es, algo que se le atribuya haber hecho u omitido hacer en el mundo fáctico, con
significado en el mundo jurídico, exigencia que en materia procesal penal se conoce
como imputación.2
Una de las características del nuevo modelo procesal penal es la afirmación de las
garantías de los ciudadanos, tanto desde la perspectiva del imputado como del nuevo rol
y estatus de la víctima. En este sentido, consolida y fortalece la calidad de sujeto de
derecho del imputado, reglando las limitaciones que puedan efectuar los órganos de
persecución penal en cuanto a la búsqueda de la verdad formal, pues el proceso penal no
puede llegar a la verdad a cualquier precio. El procedimiento en un orden democrático
de Derecho debe estar dispuesto a la realización de sacrificios; es preferible absolver a
unos cuantos culpables que condenar a muchos inocentes.3
Los derechos del imputado dentro del nuevo modelo procesal penal no se circunscriben
solamente a los descritos en el artículo 71 del NCPP, sino que están diseminados a lo
largo de este. Entre los más relevantes se encuentra el derecho a ser considerado
inocente y ser tratado como tal; esto implica que no se puede presentar al imputado en
público como culpable, ni que se brinde información en ese sentido, hasta que no haya
sido condenado mediante sentencia firme.
La tutela de derechos es precisamente un mecanismo eficaz tendiente al
restablecimiento del statu quo de los derechos vulnerados, que encuentra una regulación
expresa en el NCPP, y que debe utilizarse única y exclusivamente cuando haya una
infracción ya consumada de los derechos que les asisten a las partes procesales. Como
puede apreciarse, es un mecanismo, más que procesal, de índole constitucional, que se
constituye en la mejor vía reparadora del menoscabo sufrido, y que incluso puede
funcionar con mayor eficiencia y eficacia que un proceso constitucional de hábeas
corpus.4

1
James Reátegui Sánchez. Manual de Derecho Penal. Parte general. Volumen I. Lima: Pacífico Editores,
2014.
2
Julio Maier. Derecho Procesal Penal. Volumen 1. Segunda Edición. Buenos Aires: Editores del Puerto
S.R.L.,1996, p. 553.
3
Alonso Peña Cabrera. Manual de Derecho Procesal Penal. Lima, Perú: Rodhas, 2008. p. 189.
ANTECEDENTES DE LA TUTELA DE DERECHOS.

La tutela de derechos es una novísima institución introducida por el artículo 71º,


numeral 4, del NCPP. No se conocen antecedentes normativos nacionales para la tutela
en nuestro ordenamiento jurídico interno. Sin embargo, la tutela peruana presenta
muchas afinidades aunque también marcadas diferencias con la institución
constitucional colombiana conocida como acción de tutela (incorporada por el artículo
86º de la Constitución Política de la República de Colombia de 1991 y por el artículo 1º
del Decreto 2591 de 1991) y con el proceso constitucional de amparo peruano, en
especial en cuanto que ambos son mecanismos procesales de protección de derechos
fundamentales distintos a la libertad personal cuando resulten vulnerados o amenazados
por la acción o la omisión de cualquier autoridad pública o particular.
Al ser la tutela de derechos peruana una institución jurídica procesal de reciente
regulación, ha generado una diversidad de interpretaciones o criterios sobre su real
diseño o configuración, determinando que en su aplicación se hayan generado
multiplicidad de planteamientos muchas veces divergentes entre sí, en especial sobre
aspectos vinculados a los sujetos legitimados para interponerla, los derechos protegidos,
su naturaleza jurídica, su finalidad, control de admisibilidad, etc.
Una de las mayores críticas que ha venido soportando el Poder Judicial en los últimos
tiempos ha sido la diversidad de interpretaciones que han venido dando sus magistrados
a una misma norma legal, y para ello los más acérrimos críticos precisan que si se
presenta una misma demanda en diferentes juzgados, la respuesta de la justicia no
siempre va a ser la misma. Así en algunos casos será admitida la demanda, en otros se
optará por declararla inadmisible, haciéndose reparos formales, y habrá también
pronunciamientos sobre la improcedencia de la postulación de parte.

DEFINICIÓN Y CARACTERÍSTICAS DE LA TUTELA DE DERECHOS.

Nuestro NCPP en su artículo 71.4 considera que la tutela de derechos constituye una vía
jurisdiccional a la cual la persona imputada en la comisión de un delito puede acudir
cuando considere que durante las diligencias preliminares o en la investigación
preparatoria no se ha dado cumplimiento a las disposiciones, o que sus derechos no son
respetados, o que es objeto de medidas limitativas de derechos indebidos o de
requerimientos ilegales. Puede acudir en vía de tutela al juez de garantías a fin de que
este tutele, proteja, subsane o dicte las medidas de corrección pertinentes, protegiéndose
así mejor los derechos del imputado.5
La tutela de derechos es un instrumento idóneo para salvaguardar el principio de
legalidad, las garantías del imputado y, a su vez, mitigar las desigualdades entre
perseguidor y perseguido. Esta institución procesal penal se constituye en uno de los
principales retos para la defensa técnica, así como la investigación preparatoria es el
principal reto del fiscal, donde ha de diseñar su estrategia persecutoria; y como para el
4
César A. Alva Florián. “La tutela de derechos en el Código Procesal Penal de 2004”. Gaceta Penal &
Procesal Penal, 11 (2010), p.15.
5
César A. Alva Florián. Op. cit. p. 7.
juez penal lo es el juicio oral, el lugar en el que debe preservar la igualdad de partes y
valorar la prueba, con apego a las máximas de la experiencia, la ciencia y las reglas de
la lógica. Por su parte, el principal reto del abogado en tanto garante de la presunción de
inocencia de su patrocinado será proveer una defensa eficaz. Para tal cometido, el
abogado tendrá un instrumento: la tutela de derechos; en el sistema, un sismógrafo del
derecho de defensa.6
La tutela de derechos es una institución procesal consagrada de manera expresa en el
NCPP, que permite que dentro del mismo proceso penal se controle judicialmente la
constitucionalidad de los actos de investigación practicados por el Ministerio Público
(en algunos casos con el auxilio de la Policía Nacional), sin necesidad de recurrir a un
juez constitucional, con lo que se dota al proceso penal de un carácter garantista,
respecto al cual hay un actor siempre vigilante de su constitucionalidad: el juez penal de
garantías (juez de investigación preparatoria).7
La tutela de derechos es una facultad exclusiva del imputado, quien puede, por sí mismo
o a través de un abogado defensor, hace valer los derechos que la Constitución Política
y las leyes le conceden, recurriendo al juez de la investigación preparatoria, a fin de que
subsane la omisión o dicte la medida de corrección o de protección frente a actuaciones
u omisiones que limiten sus derechos de forma indebida o ante requerimientos ilegales,
desde las primeras diligencias de investigación hasta el término de la investigación
preparatoria.8
En síntesis, podemos afirmar que la tutela de derechos es una garantía constitucional de
naturaleza procesal penal que puede usar el imputado o cualquier otro sujeto procesal
cuando ve afectados y vulnerados sus derechos positivizados en la norma procesal
penal, constitucional o demás leyes de la materia; pudiendo acudir al juez de garantías
(juez de investigación preparatoria) para que controle judicialmente la
constitucionalidad de los actos de investigación practicados por el Ministerio Público y
repare de ser el caso las acciones u omisiones que generaron el quebrantamiento del
derecho de las partes procesales. La vía de tutela judicial solo podrá hacerse efectiva
durante las diligencias preliminares y en la investigación preparatoria propiamente
dicha.9
No obstante, las normas internacionales se construyen sobre el reconocimiento expreso
de los derechos humanos, el derecho a ser informado de la acusación y a contar con los
medios adecuados para la preparación de la defensa. No se puede negar que reconocen
también, de manera implícita, el derecho a la imputación necesaria, en tanto es claro que
no es posible informar de un derecho que no existe, que no se trata de cualquier tipo de
información la que se habrá de dar sino de una detallada de los cargos, y que, además,
es preciso conocer con precisión los hechos que se atribuyen y que en esta primera

6
Vladimir Somocurcio. “Tutela de Derechos en el Código Procesal Penal de 2004. ¿Sismógrafo del
derecho de defensa?”. Gaceta Penal & Procesal Penal, 6 (2009), p. 290.
7
César A. Alva Florián. Op. cit. p. 27.
8
Rodolfo Salazar Araujo. “La tutela de derechos y sus modalidades en el nuevo sistema procesal penal
peruano.
9
Ibídem.
aproximación su calificación jurídica es imprescindible para la preparación eficaz de la
defensa. 10

TRÁMITE DE LA TUTELA DE DERECHOS


El artículo 71 del CPP-2004 establece el catálogo de derechos que tiene el imputado
desde el inicio de las investigaciones, derechos entre los cuales se encuentran, entre
otros, el de conocer los cargos que se formulan en su contra y el de contar con un
abogado defensor, además del no menos importante derecho de abstenerse de declarar,
así como el derecho de que no se empleen en su contra medios coactivos, intimidatorios
o contrarios a su dignidad, ni a ser sometido a técnicas ni métodos que induzcan o
alteren su libre voluntad.
Obviamente, los derechos mencionados no son los únicos tutelados por este mecanismo,
pues su aplicación se amplifica incluso para hacer efectivos aquellos derechos de matiz
constitucional. De ahí que la tutela de derechos se presenta en la práctica como un
mecanismo más célere que un proceso constitucional de hábeas corpus. Este último es
empleado en los distritos judiciales donde aún no rige la nueva normatividad procesal
penal, en casos en que resulta aplicable dada la naturaleza de la infracción.
Es en dicho contexto que nuestra renovada legislación procesal penal establece el
mecanismo de la ‘tutela de derechos’, la misma que puede hacerse efectiva ya sea
durante las investigaciones preliminares o cuando se hubiere formalizado la
investigación preparatoria, esto es, mediante la presentación de un escrito ante el juez de
garantías o empleando palabras del CPP 2004, ante el juez de investigación
preparatoria, el mismo que, como es natural, ha de observar si efectivamente se ha dado
o no cumplimiento a los derechos fundamentales y procesales del imputado.
En otras palabras, que no se hayan violado sus garantías o derechos procesales. Esto es,
que no haya sido objeto de medidas limitativas de defensa o de requerimientos ilegales
formulados en su contra. Este juez de garantías o de la investigación preparatoria puede
disponer que se subsanen las omisiones incurridas o se dicten las medidas de corrección
o de protección que al caso correspondan, no sin antes realizar una verificación de los
hechos y, como es connatural al espíritu del nuevo Código, realizar una audiencia con
intervención de las partes. Los motivos en que procede la tutela de derechos son
bastante diversos, como vasta es la gama de derechos que la Constitución y el nuevo
Código reconocen al imputado.11
Se procederá a instar a la tutela de derechos cuando por ejemplo el imputado es
obligado a ser asistido por un abogado defensor de oficio, sin que se le brinde la
posibilidad de contactarse con un abogado de su elección, vulnerándose, por tanto, el
artículo 139.14 de la Constitución derecho/principio a no ser privado de defensa en
ningún estado del proceso, así como el artículo 71.1 del CPP del 2004.
Frente a dicha manifiesta violación, cabe la posibilidad de que aquel, invocando haberse
transgredido su derecho de contar con abogado de su libre elección, solicite al juez de
10
Constante Carlos Ávalos Rodríguez. La decisión fiscal en el Nuevo Código Procesal Penal. Lima:
Gaceta Jurídica, 2013, p. 281.
11
Javier Castillo Espezúa. “La tutela de derechos en el Nuevo Código Procesal Penal”. Suplemento
“Jurídica” de El Peruano. Agosto, 2011.
garantías que la Fiscalía corrija dicha anómala situación, dando, como es evidente,
respuesta inmediata a cuestiones que atañen, como en el presente caso, a uno de los
pilares del sistema acusatorio, el derecho de defensa.
La institución de la “tutela de derechos”, como mecanismo de protección de los
derechos del imputado, viene siendo utilizada con frecuencia por los defensores
públicos y abogados de los imputados, sobre todo por los primeros, dinámico empleo de
esta institución que no hace sino poner en evidencia las virtudes que trae consigo la
instauración de este nuevo modelo procesal penal, de parcial vigencia en el distrito
judicial de Lima (solo aplicable para los delitos cometidos por funcionarios públicos),
constituyéndose, como es indudable, en una muestra de adelanto en la administración de
justicia penal.

OTROS MECANISMOS DE TUTELA

El Control de Plazos.
El control de plazos es una modalidad específica de la tutela de derechos, que ha
merecido una regulación separada de ella, debido a su gran importancia en el actual
sistema procesal. Si miramos retrospectivamente la práctica judicial, recordaremos los
anaqueles de los juzgados abarrotados de expedientes y causas sin decisión firme, lo que
generaba mucho daño sobre la credibilidad y eficacia de la administración de justicia.
Esa situación tan anómala de la administración de justicia se debía a que la legislación
del anterior sistema procesal no establecía un límite temporal definido o definible para
la fase de investigación, por lo que ésta, en los hechos, podía durar lo que a criterio del
fiscal fuera adecuado, de acuerdo a la estrategia de investigación que definía.
En la actualidad esto ya no sucede, pues el proceso penal tiene etapas claramente
definidas y limitadas en el tiempo, especialmente la de la investigación preparatoria, que
tiene un determinado plazo de acuerdo a la complejidad de los hechos que se investigan.
El fiscal debe adecuar la investigación al plazo que la norma indica, y en el caso de que
se exceda, la parte que se considere afectada podrá instar el control del plazo.

Modalidades.
En el artículo 342.2 NCPP se establece que quien se considere afectado por una
excesiva duración de las diligencias preliminares, solicitará al fiscal su conclusión y
dicte la disposición que corresponda. Si el fiscal no acepta la solicitud del afectado o fija
un plazo irrazonable, este último podrá acudir al juez de la investigación preparatoria en
el plazo de cinco días instando su pronunciamiento. El Juez resolverá previa audiencia,
con la participación del fiscal y del solicitante.
En el artículo 343.3 NCPP se establece que, vencidos los plazos previstos, si el fiscal no
da por concluida la investigación preparatoria, las partes pueden solicitar su conclusión
al juez de la investigación preparatoria. Para estos efectos, el juez citará al fiscal y a las
demás partes a una audiencia de control del plazo y, luego de revisar las actuaciones y
de escuchar a las partes, dictará la resolución que corresponda
Consideramos que estos dos supuestos normativos son los que dan legitimidad al
afectado a solicitar el pronunciamiento del Juez de la Investigación Preparatoria, a
efectos que ordene:
 Que el fiscal de término a las diligencias preliminares y dicte la disposición que
corresponda; o
 Dicte la conclusión de la investigación preparatoria y que el fiscal emita el
pronunciamiento correspondiente.
 No es técnicamente adecuado sustentar la solicitud de control del plazo en lo
previsto en el artículo 71.4 NCPP.
Nótese de su propio texto que la institución jurídica del control del plazo, en cuanto a su
supuesto fáctico de procedencia, efecto jurídico, procedimiento formal para conseguirlo
y su resolución, es tan inmediata como la de la tutela de derechos.

El control de desestimación de diligencias de investigación.


El artículo 337.4 NCPP señala que, durante la investigación, tanto el imputado como los
demás intervinientes podrán solicitar al fiscal todas aquellas diligencias que consideren
pertinentes y útiles para el esclarecimiento de los hechos. El fiscal ordenará que se
realicen las diligencias que considere son conducentes.
Siguiendo al artículo 337.5 NCPP se tiene que, rechazada la solicitud por parte del
fiscal, se instará al juez de garantías a fin de obtener un pronunciamiento judicial acerca
de la procedencia de la diligencia. El juez resolverá inmediatamente con el mérito de los
actuados que le proporcionará la parte y, en su caso, el fiscal.
En este caso, no se exige la realización de una audiencia previa, para el
pronunciamiento judicial, por lo que esta modalidad de tutela resulta siendo más
expeditivo que la propia tutela de derechos.

La nulidad.
CUPE CALCINA 12señala que la nulidad se encuentra regulada en los artículos 149 a
154 NCPP, normas que especifican sus supuestos de procedencia, sus efectos jurídicos y
el procedimiento para obtenerlos.
La procedencia de este mecanismo de tutela sigue las siguientes reglas:
La inobservancia de las disposiciones establecidas para las actuaciones procesales es
causal de nulidad solo en los casos previstos por la ley.
No será necesaria la solicitud de nulidad de algún sujeto procesal y podrán ser
declarados aún de oficio, los defectos concernientes:
 A la intervención, asistencia y representación del imputado o de la ausencia de
su defensor en los casos que es obligatoria su presencia.

 Al nombramiento, capacidad y constitución de jueces y salas.

 A la promoción de la acción penal y a la participación del Ministerio Público en


las actuaciones procesales que requieran su intervención obligatoria.

 A la inobservancia del contenido esencial de los derechos y garantías previstos


por la Constitución.
12
 CUPE CALCINA, Eloy Marcelo; Op. Cit; p 46-47.
La finalidad de las nulidades es analizar en todo el proceso si los actos procesales que se
tiene en mira pueden reputarse como válidos en función de las garantías legales, incluso
los actos procesales realizados en la investigación preliminar. El fundamento valorativo
de la nulidad deriva directamente del respeto de los derechos y garantías que la
Carta Política del Estado han consagrado, que determina, en buena cuenta, su amplio
ámbito de aplicación dentro del proceso penal, siendo la naturaleza de la afectación de
los derechos y garantías la que determina la aplicación o no de los graves efectos de la
nulidad, nulidad absoluta, nulidad relativa, convalidación y saneamiento. En conclusión,
corresponde a la nulidad la tutela de las garantías del debido proceso en el nuevo
sistema procesal penal.

La cesación de la prisión preventiva.


Una característica principal de la prisión procesal es su naturaleza preventiva, esto es,
los fines que sustentan esta medida de coerción son estrictamente procesales, por lo que
su duración está limitada a un tiempo prudencial y razonable.
El artículo 283 NCPP precisa que el imputado podrá solicitar la cesación de la prisión
preventiva y su sustitución por una medida de comparecencia las veces que lo considere
pertinente; el juez de garantías deberá seguir el trámite previsto en el artículo 274
NCPP.
La cesación de la medida procederá cuando nuevos elementos de convicción
demuestren que no concurren los motivos que determinaron su imposición y resulte
necesario sustituirla por la medida de comparecencia. Para la determinación de la
medida sustitutiva, el juzgador tendrá en consideración, adicionalmente, las
características personales del imputado, el tiempo transcurrido desde la privación de
la libertad y el estado de la causa.
PEÑA CABRERA FREYRE13 sostiene los presupuestos que dieron sustento
justificativo a la prisión preventiva, puede que hayan desvanecido o el peligro de fuga
haberse diluido por circunstancias objetivamente demostrables. Son nuevos elementos
de convicción que inciden sobre la solidez de la imputación delictiva, debilitando las
bases argumentativas de la sospecha criminal. Situaciones todas ellas, que deben ser
valoradas positivamente, a fin de graduar la intensidad de la reacción procesal,
procediendo una variación coercitiva, por una medida de menor alcance.
El imputado y el Ministerio Público podrán interponer recurso de apelación, dentro del
tercer día de notificado. La apelación no impide la excarcelación del imputado a favor
de quien se dictó el auto de cesación de la prisión preventiva.
La cesación de la prisión preventiva podrá ser revocada si el imputado infringe las
reglas de conducta o no comparece a las diligencias del proceso sin excusa suficiente o
realice preparativos de fuga o cuando nuevas circunstancias exijan se dicte auto de
prisión preventiva en su contra.

13
PEÑA CABRERA FREYRE, Alonso Raúl; “Exégesis Nuevo Código Procesal Penal”, Lima - Perú,
Editorial Rodhas, 2º Edición, Tomo II, p 115.
Control de los elementos de convicción obtenidos en las diligencias de
investigación.
Sin duda, una de las consecuencias más buscadas por la defensa vía tutela de derechos
es que el juez de garantía declare la ineficacia de los elementos de convicción obtenidos
en las diligencias de la investigación preparatoria, a efectos de impedir su valoración.
Sin embargo, no es la investigación preliminar o la investigación preparatoria
propiamente dicha, la etapa procesal en que corresponde este análisis de la actividad
probatoria o de elementos de convicción obtenidos, sino que tal función de control
corresponde ser desarrollada en la etapa intermedia. Es en esta etapa, el ámbito procesal
temporal para la evaluación judicial de lo actuado en la investigación preparatoria, en
donde toda la actividad probatoria actuada debe ser sometida a los filtros o controles
necesarios de legalidad y pertinencia, principalmente para su admisión a juicio, la
institución de la tutela de derechos no puede ser usada para adelantar dichos controles.

LA AUDIENCIA DE TUTELA DE DERECHOS Y LA INVESTIGACIÓN


PREPARATORIA
De la interpretación del artículo 71º, inciso 4 del Nuevo Código Procesal Penal del 2004
se puede deducir que los sujetos legitimados (tanto víctima como imputado) para
ejercitar la tutela de derechos la pueden efectivizar, justamente, en la etapa de
investigación del proceso penal, que está compuesta, por las diligencias preliminares y
la investigación propiamente dicha. Como consecuencia lógica de esto, en las demás
etapas del proceso, intermedia, juzgamiento, impugnación y ejecución ya no podrá ser
utilizada, pues su vigencia y eficacia está pensada para la etapa investigadora.
La petición que los sujetos legitimados realizan debe ser atendida de manera inmediata
(última parte del inciso 4 del artículo en comento), previa constatación de los hechos y
la realización de una audiencia de tutela de derechos. La inmediatez de atención al
pedido de tutela, es eco de la disposición disciplinaria que realiza el Reglamento de
Organización y Funciones de la Fiscalía Suprema de Control Interno del Ministerio
Público, en el artículo 23º, se consideran infracciones sujetas a sanción disciplinaria las
siguientes:
Incumplir las disposiciones legales, normas complementarias y de carácter interno por
la Fiscalía de la Nación o la Junta de Fiscales Supremos del Ministerio Público; por ello
los fiscales que incumplan con el respeto y protección a los derechos fundamentales
tendrán responsabilidad administrativa. El órgano que tiene competencia para conocer
de la interposición o pedido de tutela de derechos es el Juez de Garantías designado en
la Investigación Preparatoria. Éste “es quien tiene relación directa con el fiscal en esta
etapa del proceso, cumpliendo un rol de “filtro” de sus actuaciones, es decir, cumple
una función de vigilancia de la investigación preparatoria”.

DERECHOS PROTEGIDOS EN LA AUDIENCIA DE TUTELA


La audiencia de tutela es uno de los principales aportes del nuevo sistema procesal
penal, dirigido a la protección de los derechos fundamentales.
Los derechos protegidos a través de esta audiencia son los recogidos “taxativamente” en
el NCPP: 14
14
Artículo 71 NCPP.
 Conocimiento de los cargos incriminados.

 Conocimiento de las causas de la detención.

 Entrega de la orden de detención girada.

 Designación de la persona o institución a la que debe avisarse de la detención y


concreción inmediata.

 Posibilidad de realizar una llamada en caso se encuentre detenido.

 Defensa permanente por un abogado.

 Posibilidad de entrevistarse con su abogado en forma privada.

 Abstención de declarar o declaración voluntaria.

 Presencia de abogado defensor en la declaración y en todas las diligencias que


requieran su concurso.

 No ser objeto de medios coactivos, intimidatorios o contrarios a la dignidad, ni


ser sometidos a técnicas o métodos que induzcan o alteren la libre voluntad.

 No sufrir restricciones ilegales.

 Ser examinado por un médico legista u otro profesional de salud, cuando el


estado de salud así lo requiera.
Para la efectiva vigencia de la audiencia, de esta pueden emanar resoluciones
judiciales que protejan los desafueros de la Fiscalía y de la policía, así como para
proteger al imputado.15

PROCEDENCIA DE LA TUTELA DE DERECHOS COMO INSTRUMENTO


CONSTITUCIONAL DE PROTECCIÓN DE DERECHOS
Incumplimiento de las disposiciones del artículo 71º (incisos 1 y 2).- en este
dispositivo legal se expresan los derechos que conciernen al imputado conforme a la
Constitución (reconocidos expresamente y los de futuro desarrollo de acuerdo al
artículo 3º del cuerpo normativo supremo), las leyes (y los tratados que sobre el
particular haya suscrito nuestro Estado), además de los taxativamente recogidos en el
artículo 71º del NCPP, derechos que debe ser informados a la persona del imputado ya
sea por jueces, fiscales o policía. En el mismo sentido (reconocimiento amplio de
derechos) se expresa la jurisprudencia, “En adición a la protección contra la vulneración
de los derechos al interior del proceso antes anotados, nada obsta que cualquier otro
derecho fundamental, sustantivo o procesal reconocido a favor del imputado en la
15
Fernando Bazán Cerdán. “Audiencia de tutela: fundamentos jurídicos”. Revista Oficial del Poder
Judicial, 6, 7, año 4-5 (2010-2011).
Constitución, el Código Penal, el Código Procesal Penal o en cualquier otra norma del
ordenamiento jurídico nacional o en los tratados internacionales en materia de derechos
humanos ratificados por el Perú, también puedan ser protegidos o restituidos en caso
sean vulnerados por cualquier órgano oficial de persecución penal, sea Policía Nacional
o Ministerio Público como consecuencia de una investigación de naturaleza jurídico
penal, ello por tener ambas autoridades determinadas atribuciones coercitivas en la
persona y bienes del investigado, tómese como referencia la serie de medidas
restrictivas de derechos que pueden disponerse o ejecutarse directamente en situación de
flagrancia, sin que medie autorización judicial previa” (Exp.1139-2010-34 de la Corte
Superior del Cusco).
No respeto de derechos del imputado. - A los derechos que se hace alusión es a la
totalidad de aquellos que corresponde al imputado independientemente de, en qué
instrumento jurídico estén regulados, como la Constitución, leyes, pactos y tratados
internacionales. La única excepción de no aplicación de la Tutela de Derechos, es
cuando dentro del proceso, el derecho tal cuenta con un instrumento predeterminado
distinto de la tutela de derechos, para hacer valer su vigencia y eficacia (derecho al
plazo razonable “Control de Plazos”; frente a medidas restrictivas de derechos
“Reexamen Judicial”, entre otros mecanismos procesales específicos). Por lo demás el
único límite de aplicación que tiene el instrumento procesal (de carácter constitucional)
es temporal, pues solo se ajusta a la etapa de Investigación Preparatoria en el proceso
penal. Es por ello que uno de nuestros postulados esenciales es que la Tutela de
Derechos también podría ser un mecanismo eficiente para garantizar los derechos del
imputado, y no solo algunos, sino que todos aquellos que en igual manera que en el caso
del imputado no cuenten con un mecanismo especial de protección.
“Ante diferentes interpretaciones de un dispositivo legal, se debe optar por aquella que
conduzca a una mejor protección de los derechos fundamentales, descartando así las que
restrinjan o limiten su ejercicio. Vale decir, el principio pro homine impone que, en
lugar de asumirse la interpretación restrictiva, se opte por aquella que posibilite a los
recurrentes el ejercicio de dicho derecho” (STC Exp. Nº 0075-2004-AA/TC).
Vale recalcar que como sucede con una interpretación literal del artículo 71º, conforme
al cual los únicos derechos protegidos serían los recogidos expresamente en él, sin
embargo, si bien los derechos del imputado están, también, recogidos en NCPP, artículo
95º, conforme a una interpretación sistemática guiada por el principio de igualdad
procesal, los derechos que la institución procesal-constitucional de Tutela de Derechos
protegería no sólo serían los del mentado artículo, sino y mejor aún todos los que le
reconozcan la Constitución, tratados suscritos y leyes vigentes.
Medidas limitativas de derechos indebidas. - en la posibilidad de realización de estas
medidas dentro del proceso penal, específicamente en la etapa de investigación, es
necesario recordar que su aplicación está supeditada a la autorización del juez o
autoridad judicial y excepciones previstas en la Constitución, tanto en el modo como en
la forma, con la debida observancia de las garantías previstas en los dispositivos
jurídicos. Esto es así, porque la limitación va dirigida a derechos fundamentales, entre
este tipo de medidas están el bloqueo de cuentas, el embargo, allanamiento, control de
comunicaciones, detención preliminar, etc. Las medidas limitativas de derechos por las
implicancias que acarrea dentro del proceso deben sustentarse en elementos de
convicción, basados en la naturaleza y finalidad de la propia medida como del derecho
fundamental que pretende limitar, esto constituye una clara introducción del principio
de proporcionalidad. Por estas razones la Tutela de Derecho emerge como un
mecanismo eficaz de control difuso de la constitucionalidad de estas medidas, con ello
nos referimos a la observancia del principio de supremacía constitucional e
interpretación conforme a estipulaciones constitucionales, pues están implicados
derechos fundamentales cuya protección y vigencia está reconocida, garantizada y
protegida por la Norma Suprema (artículos 1º, 2º, 3º, 44º, 51º, por solo mencionar
algunos).
Requerimientos ilegales. - El fiscal, conforme a lo expuesto, es director de la
investigación, pero sujetado a ciertas limitaciones y contrapesos que el nuevo sistema le
impone. Del mismo modo, es titular de la acción penal (artículo 159º, inc. 5 de la
Constitución), acusador, y cumple un rol dispositivo, de parte y requirente. Por estos
motivos, es que puede acudir, mediante requerimientos, ante el juez de la investigación
preparatoria para que dicte actos jurisdiccionales (por ej. constitución de partes y demás
previstos en el artículo 323º, inciso 2 del NCPP) u otorgue la autorización para la
realización de actos restrictivos de derechos (ej. videovigilancia, incautación de bienes,
entre otros). Supuestos como estos, en el que el requerimiento o pedido de autorización
al juez son ilegales, legitiman la procedencia del pedido de la Tutela de Derechos. De lo
señalado en estas líneas se colige que la Tutela de Derechos, concebida como tal, fue
pensada como instrumento idóneo a favor del imputado, pues son sus derechos los que
en mayor amenaza, peligro o afectación se encuentra en la fase investigatoria del
proceso; sin embargo, si este instrumento es considerado de eficacia pronta, por qué
prohibirle o limitarle el uso de la misma al agraviado, pues él, de igual manera podría
sufrir abusos por parte del Ministerio Público, órgano director de la investigación, o de
la Policía Nacional, órgano auxiliar. Un claro ejemplo de dicha posibilidad constituirían
los delitos contra la libertad sexual, como la violación, en los que el fiscal requiriera
obligatorio examen médico legista de la víctima para acreditar la veracidad de la
imputación penal, aun cuando la agraviada o agraviado esté en un estado se shock o
extrema afectación psicológica por la brutalidad tanto física como psíquica del acto de
violación, ¿no sería procedente la tutela de derechos?, así como en cualquier otro
supuesto en el que la víctima como el imputado no cuenten con medio distinto de
defensa de sus derechos.

PROTECCIÓN AMPLIA DE LOS DERECHOS DEL IMPUTADO MEDIANTE LA


TUTELA DE DERECHOS.
El esquema que venimos desarrollando, tiene dentro de sus objetivos, el ofrecer los
argumentos que nos llevan a afirmar que la Tutela de Derechos al ser manifestación del
Constitucionalismo y, por ende, de la Constitucionalización del Ordenamiento Jurídico
en general, tiene como fin principal la defensa de los derechos fundamentales y el
control del poder soberano para prevenir los posibles ultrajes que podrían darse en
contra de aquellos. “El constitucionalismo y la teoría que él propugna tienen como
razón de ser el reconocimiento y promoción, defensa y protección de la dignidad de la
persona y los derechos humanos.
El constitucionalismo plantea simultáneamente dotar a la autoridad pública de
potestades para cumplir esa finalidad, pero también imponerle restricciones que debe
respetar con relación a tales derechos y a su ejercicio”.
Además, desde la perspectiva del neoconstitucionalismo, al que se hizo referencia, la
legalidad se supedita a la constitucionalidad, lo que implica que la legitimidad de la
norma jurídica no se deriva de la validez de su proceso formativo, sino de su
correspondencia con el texto constitucional. En base a estos criterios, consideramos que
la Tutela de Derechos no puede ser reducida al texto legal y al listado taxativo de los
derechos que se enumeran en el apartado 2 del art. 71°, pues de ser así se estaría
afectando la protección amplia de derechos fundamentales a la que aspira un Estado
Constitucional de Derecho.
Algo similar sucede cuando se niega la legitimidad de la víctima para recurrir a la
Tutela de Derechos, pues siendo este el mecanismo más rápido y efectivo para la
protección de los derechos fundamentales no puede ser negado a ninguna persona que
requiera de su asistencia. Respecto al tema que propuesto en el apartado presente es
necesario recordar que, el imputado es el sujeto al que se acusa de haber cometido un
delito, y sobre quien pesa toda la potestad persecutoria del Estado, contra él se dirigen el
procedimiento y la pretensión penal.
Todas estas características conducen a afirmar que el imputado es el sujeto débil de la
relación procesal y que en atención a dicha desventaja se ponen a su disposición una
serie de instrumentos procesales que buscan equilibrar la situación. Actualmente ya no
es objeto de discusión la calidad del imputado como sujeto procesal, es decir, “con
plena capacidad para ser titular de derechos y obligaciones procesales y, especialmente,
el derecho de defensa y sus instrumentales, medio necesario para hacer valer el también
fundamental derecho a la libertad personal”.
Queda así sepultada la idea de que el imputado es un objeto procesal, al que se lo puede
someter a tratos desconsiderados e indignantes con el único fin de descubrir la
existencia o ausencia de un delito, todo lo contrario, el Nuevo Código Procesal de corte
acusatorio contradictorio, promueve un procedimiento imparcial y respetuoso de los
derechos fundamentales, tanto de la víctima como del imputado, los cuales se ven
resguardados por una serie de garantías constitucionales.
Por otro lado, El NCPP supone que todo este conjunto de garantías constitucionales ya
no sean una proclama garantista vacía de contenido, sino de hacerlas efectivas y, lo más
importante, se erigen en cláusulas de imperativo cumplimiento por parte de los órganos
estatales encargados de la persecución penal. En consuno, la realización del proceso
penal en el marco del Estado de Derecho, exige una serie de limitaciones a los órganos
públicos y prescribe la observancia de una serie de garantías, en este caso garantías de
las cuales se encuentra revestida la figura del imputado.
Una vez definida la figura del imputado, entraremos a hablar acerca de los derechos que
le pertenecen y específicamente, de aquellos que se ven resguardados mediante la
institución procesal de la Tutela de Derechos. Si bien el Acuerdo Plenario N° 4 –
2010/CJ – 116 señala en el punto número diez que los derechos protegidos por la
Audiencia de Tutela son los que se encuentran recogidos taxativamente en el artículo
71° del NCPP, no compartimos esta idea, fundamentalmente debido a que dicha
interpretación reduce la protección de los derechos fundamentales y niega el valor
constitucional que encierra la Tutela de Derechos, dicho de otro modo, antepone la
legalidad a la constitucionalidad. Mediante un análisis más detallado, se aprecia que el
apartado 2 del art. 71° solo se refiere al deber de las autoridades (jueces, fiscales y
policía) para hacer saber de manera inmediata y comprensible al imputado los derechos
específicos o mínimos que goza al interior del proceso, lo cual reduce
considerablemente el campo de actuación de la Tutela de Derechos, negando así la
oportunidad de atender de manera rápida y eficaz una serie de circunstancias tan o más
importantes que aquellas.

CONSECUENCIAS JURÍDICAS DE LA TUTELA DE DERECHOS.


Si bien ya tratamos este tema es necesario, por razones metodológicas recalcar y hacer
incidencia en ciertos puntos que contribuyen con la postura expuesta en esta
investigación. Los posibles efectos jurídicos a los que la defensa puede aspirar en vía
tutela de derechos son los que a su vez determinan el marco de actuación del Juez de
Garantías, entre ellos Cupe Calcina citado por Salazar Araujo precisa:
 Subsanar omisión.
 Dictar las medidas de corrección.
Dictar las medidas de protección. Adicionalmente a lo que referimos en párrafos
anteriores, sobre estas posibilidades, el juez de la investigación preparatoria, (además de
poder subsanar, corregir o proteger) podrá anular o excluir actuaciones policiales o
fiscales que vulneren derechos fundamentales, pues como actos de órganos estatales de
la persecución del delito (uno como principal y director, y el otro como auxiliar) están
sujetos, al igual que toda la actividad estatal, a control de su legalidad, y en especial
tono al control de constitucionalidad, pues, es de manera general en esta Norma
Suprema en donde se consagran los derechos, y es por ello que adquieren la calidad de
fundamentales.
En tal sentido, es incorrecto, lo que el Acuerdo Plenario Nº 4-2010/CJ-116, en su
fundamento jurídico número 19 establece, “[…] que la Tutela de Derechos, es una
garantía de específica relevancia procesal penal, que puede ser usar el imputado cuando
ve afectado y vulnerado uno o varios derechos establecidos específicamente en el
artículo 71º del NCPP […]”.
Los derechos fundamentales, incluso por el propio texto constitucional, no pueden ser
establecidos, sino que lo se configura es su reconocimiento como base del sistema
político-social del país. Sabemos que estamos en la era el neoconstitucionalismo, por
ende, no podemos apegarnos a una interpretación legalista de los instrumentos jurídicos
ni mucho menos pensar que el reconocimiento, protección y garantía de los derechos
fundamentales está en función a la ley y a la aplicación autómata de la misma por el
juez. Por el contrario, el juez como sujeto imparcial comprometido con los valores,
principios y derechos que informan todo el ordenamiento jurídico, tiene la facultad, es
más, el deber de pensar y razonar antes de aplicar el Derecho, consecuentemente a ello,
no podemos reducir el ámbito de su actuación a simplismos positivistas de aplicación
automática de la ley, sino que en el desarrollo de su función deberá apuntar a la
conservación de los mandatos constitucionales, en cuanto principios, valores y derechos
fundamentales.

FINALIDAD ESENCIAL DE LA AUDIENCIA.


El juez determina, desde la instancia y actuación de las partes, la vulneración al derecho
o garantía constitucional prevista en el artículo 71º del NCPP, y realiza un acto procesal
dictando una medida de tutela correctiva que ponga fin al agravio, reparadora que lo
repare, por ejemplo, subsanando una omisión o protectora.
Protección, resguardo y efectividad de los derechos del imputado reconocidos por la
Constitución y las leyes. Desde tal perspectiva, el juez de investigación preparatoria se
erige en juez de garantía durante las diligencias preliminares y la investigación
preparatoria, ejerciendo su función de control de la vulneración de uno o varios de los
derechos del imputado, reconocidos en el art. 71º del NCPP, responsabilizando del
agravio a la policía o al fiscal.

LA TUTELA DE DERECHO EN LA JURISPRUDENCIA DE LA CORTE SUPREMA


Sobre el Acuerdo Plenario 4-2010:
En el referido documento jurisprudencial se señala que la tutela de derechos postulada
por el investigado únicamente puede tener como escenario la primera etapa del proceso,
esto es, puede plantearse solo cuando la investigación transita por las subfases de
diligencias preliminares o de investigación preparatoria propiamente dicha;
consiguientemente, no puede plantearse en la etapa intermedia o, en todo caso, con
motivo del juzgamiento, siendo el competente de su conocimiento el juez de
investigación preparatoria, quien hace las veces de juez de garantías. 16 Así, las causales
que pueden ser alegadas por el imputado vía tutela y deben generar la respectiva
audiencia son: que en la primera etapa del proceso no se le puso en conocimiento de los
cargos incriminados, no se le comunicó las causas de su detención, no se le entregó la
orden de detención girada, no se le permitió designar a la persona o institución a quien
se comunique su detención, no se le permitió efectuar una llamada telefónica al haber
sido detenido, no se le permitió contar con un abogado defensor en forma permanente y
entrevistarse con aquel en forma privada, no se le permitió abstenerse de declarar o solo
hacerlo de manera voluntaria, no se permitió al abogado defensor estar presente en su
declaración y en todas las diligencias que requieran su concurso, ha sido objeto de
medios coactivos, intimidatorios o contrarios a la dignidad, ha sido sometido a técnicas
o métodos que han inducido o alterado su libre voluntad, ha sufrido restricciones
ilegales y no se le permitió ser examinado por un médico legista o por un profesional de
la salud, cuando su estado de salud así lo requirió.17
Sobre el acuerdo plenario 2-2012:
La imputación mínima o necesaria, así como los mecanismos para su protección en el
sistema procesal penal constituyen tópicos de suma importancia, pues de su efectivo
cumplimiento depende, en cierta medida, un efectivo ejercicio del derecho de defensa.

16
Aníbal Paredes Matheus. Op. cit
17
Julio Maier. Op. cit. p. 560.
En esa línea, el Tribunal Constitucional ha considerado que la imputación necesaria
garantiza el derecho de defensa y el deber de motivación del auto apertura de
instrucción. No obstante, pese a la relevancia del tema y de la garantía cuyo respeto y
cumplimiento se reclama en el marco del NCPP, existían criterios diferenciados
respecto a su exigencia.
Fue por ello que el 26 de marzo de 2012, reunidos en el I Pleno Jurisdiccional
Extraordinario de las Salas Penales Permanente y Transitoria, el Presidente de la Corte
Suprema de Justicia de la República y los Jueces Supremos de lo Penal pronunciaron el
Acuerdo Plenario Nº 2-2012/ CJ-116, cuyo asunto hace referencia a la audiencia de
tutela e imputación suficiente. A ello se suma el Acuerdo Plenario N° 4-2010/CJ-116, el
cual expone los rasgos generales o características esenciales de la acción de tutela
jurisdiccional penal.
La norma Acuerdo Plenario N° 4-2010/CJ-116 en mención tiene sustento en la tutela de
derechos, garantía de específica relevancia procesal penal que puede usar el imputado
cuando ve afectado y vulnerado uno o varios derechos establecidos, por ejemplo el
conocimiento de los cargos formulados en contra del imputado (artículo 71°.2, ‘a’); al
respecto, el Acuerdo Plenario Nº 2-2012/CJ-116 entiende como una especie de relación
o cuadro de hechos acontecimiento histórico, de relevancia penal, que se atribuye al
imputado y que, prima facie, justifican la inculpación formal del Ministerio Público.
En lo que sigue expondremos unos breves comentarios respecto a la garantía de
imputación necesaria y la audiencia de tutela.

EL IMPUTADO Y EL NUEVO PROCESO PENAL.


Este es uno de los sujetos procesales que componen la relación jurídica procesal. Es el
sujeto pasivo dentro de esta relación, contra quien se dirige pretensión punitiva estatal,
este sujeto es a quien se le atribuye la supuesta comisión de un ilícito penal o delito. En
el imputado reside el poder de resistencia frente a la acusación penal realizada por el
órgano persecutor del delito, el Ministerio Público. La denominación de imputado
obedece a la reciente reforma procesal del 2004, pues en el anterior sistema se le
conocía como inculpado, el cambio obedece a cuestiones re-valorativas de su condición,
así el imputado es capaz de ejercitar sus derechos desde el inicio del proceso penal o de
cualquier actuación de persecución que busque incriminarlo, para poder satisfacer tales
pretensiones, el imputado debe contar con atribuciones y sujeciones que lo coloquen en
una condición, verdaderamente, de parte procesal. Repercusión de esta aseveración, es
las disposiciones del artículo 71º del Nuevo Código Procesal Penal (NCPP).
Un consecuente análisis de la posición del imputado, hace ver que esta proscrita su
consideración como “objeto del proceso”, porque, como se dijo, ahora es admitido
como un sujeto procesal protagonista de la relación acusación defensa tercero imparcial.
Por ejemplo, su declaración se convierte en un medio de defensa más que en un medio
de obtención de información. En tal sentido no se le puede compeler mediante la
utilización de cualquier medio coercitivo, intimidatorio o contrario a su dignidad, a
declarar en contra suyo o en contra de su voluntad. Así mismo, abstenerse de declarar
constituye un derecho fundamental, parte de su derecho de defensa. En todo caso, a
quien le compete la carga procesal de la prueba es al Ministerio Público, quien debe
esclarecer los hechos y recabar y brindar la información necesaria para ello. Otra
facultad ligada al derecho fundamental de defensa está integrada por el derecho
(también fundamental) de contar con un abogado que ejerza la defensa, pues dentro de
un Estado constitucional de Derecho, se entiende que proceso penal legítimo ha de estar
en función del ejercicio debido del derecho de defensa del imputado, que implica la
defensa de todos los demás derechos que como persona le asisten.
En el contexto de reconocimiento y protección de los derechos del imputado, el artículo
71º, que en su última parte regula la institución de tutela de derechos cobra mayor
importancia y vigencia, pues es a través de ella que el imputado podrá hacer valer sus
derechos ante el Juez de la investigación preparatoria o Juez de Garantías, frente el
desconocimiento de cualquiera de sus facultades o derechos dentro del proceso, ya sea
por parte del Ministerio Público o Policía Nacional. Esta arma procesal hace referencia
a una jurisdicción preventiva, en la cual el Juez, a pesar de no tener dominio de la etapa
investigatoria, vela por el respeto de los derechos y garantías del debido proceso,
corrigiendo cualquier irregularidad en el decurso de la investigación que provoque un
desmedro en el imputado.

EL IMPUTADO Y LA INVESTIGACIÓN PREPARATORIA.


La tendencia acusatorio garantista del NCPP, trae consigo la exigencia de separación
entre las distintas funciones de investigación y juzgamiento. Así, el Ministerio Público
será el encargado de la primera, mientras, que el Poder Judicial (a través de los jueces)
desempeña la función jurisdiccional en la etapa concerniente al juzgamiento.
No obstante, aquella clara distribución de roles en el proceso, ambos órganos son
controladores de la vigencia y respeto de los derechos fundamentales y garantías
procesales. De tal manera, el fiscal controlará la actuación de la Policía Nacional,
órgano que en la etapa de investigación se encuentra sujeto a sus órdenes, del mismo
modo, el juez, a pesar de no tener mayores atribuciones dentro del proceso de recojo de
información, indicios y prueba que contribuyan a esclarecer la comisión del delito, esto
es, la investigación preparatoria, tanto en su fase de diligencias preliminares como de
investigación preparatoria propiamente dicha, lo que si puede y debe realizar es el
control de la legitimidad de la investigación, ello en atención a la protección de los
derechos fundamentales (tanto de la víctima como del imputado) inmersos en la
investigación y a la vez tiene poder decisorio sobre la medidas cautelares que podrán
imponer.
La función investigativa del juez en la denominada etapa de instrucción está proscrita
(pues lo que se pretende es separar roles para una mayor imparcialidad). Por otro lado,
el fiscal, conductor o director de la investigación preparatoria debe guiarse por los
principios legalidad y objetividad en su actividad procesal. Y será que, solo, después de
la realización de la investigación el Estado ejercerá su ius puniendi, esto quiere decir,
que la investigación se convierte en base de las decisiones de los magistrados en el país,
por ende esa debe ser en todo momento y sentido respetuosa y garantista de los
derechos fundamentales involucrados si lo que planteamos en nuestro sistema es un
ideal justicia, el cual debe estar en función, de la igualdad de armas de las partes, debido
proceso, tutela jurisdiccional efectiva y demás principios del nuevo proceso penal, y
sobre todo en la plena vigencia y protección de los derechos constitucionalmente
protegidos.
Si bien, la investigación preparatoria tiene funciones vitales dentro del proceso, por
cuanto contribuye a la justificación de la acusación penal del fiscal, no tiene mérito
definitivo dentro del mismo, pues con las actuaciones realizadas en ella no se puede
fundamentar la decisión o contenido de la sentencia del poder jurisdiccional. En tal
razón, la sentencia solo puede estar basada en actos del debate respetuosos de los
distintos principios (publicidad, inmediación, concentración, entre otros), aunque
excepcionalmente ciertos actos de la investigación preparatoria pueden tener condición
de prueba siempre y cuando se haya satisfecho los requisitos legales para tal
incorporación dentro del debate oral. Siguiendo con el tema, respecto a las
características de la investigación preparatoria podemos apuntar las siguientes, por
considerarse esenciales.
La investigación constituye una averiguación, lo que es, la búsqueda de la verdad hasta
develarla, la información que se recaude con esta actividad será la base de las
obligaciones que el Proceso Penal tiene actualmente. En esta tarea básica, las
autoridades intervinientes no solo tienen el deber dar valor a las circunstancias
contrarias a los intereses del imputado, sino que además deben consignar los elementos
favorables que existan, esto es acorde con los señalamientos del Código adjetivo,
“persigue reunir los elementos […], de cargo y de descargo […]” (artículo 321º, primer
párrafo), consecuentemente el fiscal tendrá la facultad de archivar el caso o formular
acusación.
La finalidad de esta etapa de acuerdo al artículo citado es la determinación de si la
conducta incriminada constituye delito según el tipo penal previsto, las circunstancias y
móviles de su perpetración, la identidad del autor o partícipe y de la víctima, así como la
existencia del daño causado. Los elementos de convicción recogidos podrán acreditar el
llevar a juicio al imputado o, en su defecto, impedir tal acontecimiento (archivando o
sobreseyendo el caso, dependiendo en qué fase nos encontremos). Para la finalidad
apuntada, el fiscal tiene a su disposición la actividad de distintas instituciones, quienes
tienen la obligación de colaborar con la investigación. Pero también, se puede recurrir a
instituciones distintas de las legalmente establecidas para lograr sus fines; y en ciertos
casos, incluso, encargar la investigación a un grupo multidisciplinario, pues la
complejidad de los hechos así lo aconseja.

LA FUNCIÓN FISCAL.
A quien le corresponde llevar a cabo la dirección de esta etapa del proceso es al fiscal
(artículo 322, NCPP), a éste se le asignado poderes de investigación y de impulso del
proceso en esta etapa con el fin de indagar en el ejercicio de la acción penal. Al actuar
con independencia, el Ministerio Público debe reglar su intervención o actuación dentro
del margen de la Constitución y las leyes, y, por otra parte, quien se encarga de ejercer
el control correspondiente es el Juez de la Investigación Preparatoria. Por otra parte, la
Policía también puede ejercer la dirección en sentido técnico por cuanto apoya el
ejercicio de las funciones del fiscal, e incluso puede realizar dirección directa (pero
dando cuenta de ello al fiscal).
El fiscal en desarrollo de sus atribuciones tiene bajo sus órdenes a la institución policial,
sin embargo, no se convierte en el jefe de esta. Pues como sabemos la Policía tiene
formación en criminalística, y en ese sentido es que colabora con el fiscal, y este lo que
hace es guiar la actuación policial acorde con los objetivos de la investigación y
particularmente con las garantías procesal y personales que corresponden a la víctima y
al imputado. En este orden de ideas el artículo 322º del NCPP se corresponde o refleja
las disposiciones del artículo 159º de la Constitución, cuyo texto hace referencia a que
la conducción de la investigación desde un inicio corresponde al fiscal, y que para tal fin
el mismo cuenta con el apoyo obligado de la Policía Nacional.
Esto, a su vez, tiene plena concordancia con el artículo 166º del mismo texto
constitucional, pues entre las funciones de la Policía están el investigar y combatir la
delincuencia. Entonces la función policial se limita a las directivas que exprese el
representante del Ministerio Público. Adicionalmente a la dependencia funcional de la
Policía, el fiscal puede requerir la cooperación de otras entidades y funcionarios
públicos en el ámbito que les corresponda, emitiendo los requerimientos y pedidos que
les pida. Además, en función a su calidad de director de la investigación, el fiscal puede
realizar actos tendientes a la conservación y aislamiento de indicios materiales del
delito.

LA FUNCIÓN JUDICIAL.
Ahora bien, dentro de este contexto dela investigación preparatoria guiada y direcciona
por el fiscal de conformidad con las disposiciones procesales (art. 322º, NCPP) y
constitucionales (arts. 159º), aparece la figura del Juez de Garantías que desempeña su
rol dentro de esta etapa del proceso, cuyo fin esencial es establecer un contrapeso a la
actuación fiscal (ejercicio de la acción penal e investigación del delito), pues en la
búsqueda de la verdad y en el transcurso del esclarecimiento de los hechos se pueden
llegar a realizar alteraciones o violaciones a los derechos del imputado e incluso la
misma víctima, o vejar principios y/o garantías que informan el nuevo proceso penal
antes expuesto.
El juez de la investigación preparatoria garantiza la constitucionalidad (en primer
término) y la legalidad de las actuaciones y, de hecho, los derechos fundamentales (no
solo, como a primera vista pareciera, los del imputado, sino también y de igual manera,
los derechos de la víctima), precisan que lo fundamental no es quien asume la
titularidad de la investigación, sino qué controles se instauran para evitar la utilización
del poder arbitrario del poder público, consistente en el avasallamiento de la persona y
de sus derechos fundamentales. De manera concluyente, el Juez de Garantías en esta
etapa (al ser un sujeto procesal imparcial) asume el papel de guardián del debido
proceso y en igual medida de los derechos fundamentales de las partes en contienda. En
tal orientación, se encuentra facultado para (art. 323, NCPP) autorizar la constitución de
las partes, pronunciarse sobre medidas limitativas de derechos, resolver excepciones,
cuestiones previas y prejudiciales; realizar los actos de prueba anticipada; y, controlar el
cumplimiento de plazos en la investigación. En este marco es que entra a tallar la
importancia constitucional de la Tutela de Derechos, pues al apuntar hacia la
conservación del status quo de los derechos vulnerados en esta etapa, adquiere rapidez
expeditiva el pronunciamiento del juez, pues en estos casos lo que se requiere no es un
trámite engorroso como sucede con las garantías constitucionales de Hábeas Corpus y
Amparo, sino un tutela rápida y efectiva en el momento, para que el avance del proceso
sea acorde con las exigencias de una justicia a tiempo y el principio de oportunidad.
CAPITULO II.

LA IMPUTACIÓN NECESARIA:
En palabras de Alonso Peña Cabrera, a través de la imputación se abre un juicio de
atribución sobre una persona, por la presunta comisión de un hecho delictivo, en cuanto
a una sospecha vehemente de criminalidad, con arreglo al principio de ‘intervención
indiciaria’”.18Así, Peña Cabrera, citando a Guerrero, sostiene que “la imputación
consiste en una atribución de hechos que deben guardar relevancia jurídica, de tal
manera que la fiscalía no puede omitir que las categorías fundamentales del Derecho
Penal, esto es, tipicidad, antijuridicidad o culpabilidad no responden únicamente a la
labor que debe realizar el juez de conocimiento cuando define la responsabilidad penal,
pues la Corte Constitucional las considera como parte integrante del debido proceso.19
Castillo Alva, sostiene que no se trata de un derecho que solo los ciudadanos inocentes
pueden reclamar. También los que delinquen se encuentran protegidos por esta garantía
mínima de la administración de justicia. Se debe recordar que la información de la
imputación que pesa sobre una persona se formula dentro de los alcances del principio
de presunción de inocencia que impone como primer mandato la regla de tratamiento
como inocentes a todos los ciudadanos, mientras no haya una condena firme. La
información, por tanto, no se dirige a un reo, sino a un ciudadano. Agrega este autor que
sin la existencia de una imputación previa “suficiente”, detallada, clara y precisa no
puede cumplirse con el fundamento del sistema acusatorio dentro de un ordenamiento
procesal democrático.20
En efecto, si expresamente se impone el deber de informar la imputación, ello supone
una decisión a favor del sistema acusatorio y una postura en contra del sistema
inquisitivo. Aquí el reconocimiento de la normatividad internacional sobre derechos
humanos influye configurando las características del sistema penal y, en particular, del
proceso penal.
La imputación mínima o necesaria y los medios para su protección en el nuevo sistema
procesal penal constituyen uno de los temas poco desarrollados en la doctrina nacional;
sin embargo, la reiterada jurisprudencia del Tribunal Constitucional y de la Corte
Suprema ha puesto de relieve su importancia en orden a garantizar el derecho de
defensa y el deber de motivación de las resoluciones judiciales; así como, de las
disposiciones y requerimientos fiscales.
La persona humana es y debe ser el centro primordial de atención del proceso penal, por
lo que no puede ser instrumentalizada como un engranaje de la maquinaria penal, lo que
exige la ineludible observancia de las exigencias del principio de imputación
necesaria.21

18
Alonso Peña Cabrera. Op cit. p. 190.
19
Ibídem.
20
José Castillo Alva. La audiencia de tutela en el Nuevo Código Procesal Penal. Lima: Edit. Grijley, 2011,
p. 36.
21
MONGE GUILLERGUA, Ruth Emperatriz “Principio de Imputación Necesaria” consultado en:
http://dialogoconelderechoyjurisprudencia.blogspot.com/2012/01/el-principio-de-la-imputacion-
La imputación debe entenderse en sentido material o amplio como la atribución, más o
menos fundada, a una persona de un acto presuntamente punible sin que haya de
seguirse necesariamente acusación contra ella como su consecuencia22; es decir, la
imputación define con toda precisión cuales son los hechos que se le atribuye haber
cometido al imputado, conforme a los tipos legales del Código Penal.
La imputación, supone la atribución de un hecho punible fundado en el factum
correspondiente, así como en la legis atinente y sostenido en la prueba, presupuestos
que deben ser inescrupulosamente verificados por el órgano jurisdiccional que
ejerciendo la facultad de control debe exigir que la labor fiscal sea cabal, que la
presentación de los cargos sea puntual y exhaustiva, que permita desarrollar juicios
razonables23 ; pero ello en modo alguno significa tolerar una seudocausa probable
genérica, gaseosa o carente de fundamento probatorio y jurídico penal. 24El Tribunal
Constitucional en reiterada jurisprudencia ha puesto énfasis en señalar que «la
acusación ha de ser cierta, no implícita, sino precisa, clara y expresa.
En la doctrina nacional se apunta que la imputación concreta exige casi un esfuerzo por
definir ex ante los contornos de la tipicidad de la conducta del sujeto procesado, se
exige una suerte de adelantamiento de la futura tipicidad; no se está pidiendo que se
determine en el momento postulatorio del proceso, la responsabilidad o
irresponsabilidad penal del imputado, sino el delito y los hechos por los cuales será
procesado a lo largo de todo el proceso penal.25
El principio de imputación necesaria, o llamada también concreta, no tiene fundamentos
solo desde el punto de vista legal, es decir, desde la legislación procesal penal, sino que
también tiene connotación de orden constitucional, desde que sus componentes
estructurales (por ejemplo, la legalidad en la tipificación, la motivación de las
resoluciones judiciales o fiscales y la efectiva defensa que debe realizar el imputado)
están amparados en la Ley Fundamental a través de la interpretación de los artículos 2º
inciso 24 parágrafo d) y 139º inciso 14.26
La determinación de la imputación y/o acusación cumple una doble función en el
sistema penal, o en general, en el derecho sancionador. En primer lugar, fija el objeto de
la investigación o del proceso penal (función de delimitación) que repercute en la
precisión de los límites de la cosa juzgada o cosa decidida. En segundo lugar, la
existencia de la imputación permite cumplir con la función de información al ciudadano

necesaria.html
22
MONTERO AROCA, Gómez Colomer/ MONTÓN REDÓN/BARONA VILAR; Derecho Jurisdiccional, T.
III, cit., ps. 211- 213; citados por Guerrero. P., O.J.; Fundamentos Teórico Constitucionales del nuevo
Proceso Penal, cit., p. 258.
23
Jurisprudencia Vinculante: Principio de Imputación Necesaria emitida por la Sala Penal Permanente de
la Corte Suprema de la República R.N. Nº 956-2011 Ucayali publicado el 21 de marzo de 2012.
Consultado en: http://www.lozavalos.com.pe/alertainformativa/index.php?
mod=documento&com=documento&id=2985.
24
MONGE GUILLERGUA, Ruth Emperatriz, Cit.
25
PEÑA CABRERA FREYRE, Alfonso Raúl “El principio de imputación necesaria: una garantía procesal y
sustantiva a la vez, derivada del diseño de un sistema penal democrático y garantista” publicado en la
Escuela del Ministerio Público, ver en:
www.mpfn.gob.pe/escuela/.../docs/2448_expo._dr._pena_cabrera.pdf.
26
REÁTEGUI SÁNCHEZ, J.; Más sobre el principio de Imputación Necesaria. Gaceta Penal & Procesal
Penal, Nº 18, diciembre 2010, Gaceta Penal & Procesal Penal, N° 30, diciembre del 2011 IDEMSA Lima
2011, p. 218.
acerca de los cargos que pesan en su contra, con el fin de que pueda diseñar de la
manera que crea conveniente su derecho de defensa. El imputado debe saber la clase y
las propiedades específicas de la acción que se le atribuye haber cometido.27
En ese sentido, la imputación necesaria o concreta, es el deber de la carga que tiene el
Ministerio Público de imputar a una persona natural, un hecho punible, afirmando
proposiciones fácticas vinculadas a la realización de todos los elementos del tipo
penal.28
La imputación concreta debe ser definida y configurada para posibilitar el ejercicio real
del derecho de defensa materializando una resistencia idónea. Es el presupuesto
necesario de la garantía - principio del contradictorio, en efecto, no es posible
materializar un contradictorio si no se tiene una imputación concreta. El imputado sólo
puede defenderse de una imputación definida.29
No interesa si estamos ante un crimen horrendo, un hecho grave o de si la persona es
reincidente o no. Todos los ciudadanos, al margen de sus acciones concretas, gozan de
la protección y del derecho mínimo a ser informados de la imputación que hay en su
contra. Como explica Sancinetti, entre «los institutos que protegen al sujeto de no ser
manipulados por difusas consideraciones de justicia, se halla el principio de que la
imputación contra él debe ser precisa y circunstanciada.30
La imputación necesaria es un Prinzip constitucional del proceso penal 31que consiste en
una imputación correctamente formulada. Esto es, una atribución clara, precisa,
explícita, detallada y circunstanciada de una comunicación con apariencia delictiva
concretamente individualizado, a una persona determinada, con un nivel de vinculación
ciertamente probable; a efectos de que esta tenga la posibilidad de ejercitar eficazmente
su derecho de defensa.

27
CASTILLO ALVA, José Luís “el Derecho a ser informado de la imputación” Temas penales en la
jurisprudencia del Tribunal Constitucional Anuario de Derecho Penal 2008. Fondo Editorial PUCP. Pág.
204.
28
MENDOZA AYMA, Francisco Celis “Imputación concreta, aproximación razonable a la verdad” en
Revista Oficial del Poder Judicial: Año 4 - 5, N° 6 y N.° 7/2010-2011 Pág. 82-83.
29
Ibidem.
30
CASTILLO ALVA, José Luís Cit. Pág. 194-195 (citando a Sancinetti).
31
Tiene su fuente en el artículo 14 numeral 3 del Pacto Internacional de Derecho Civiles y Políticos; y en
el artículo 8 numeral 2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. En nuestro ordenamiento
nacional constitucional, esta garantía se desprende del artículo 139 numeral 14 de la Constitución Política
de 1993.
El principio de imputación necesaria32 implica la referencia obligatoria al derecho de
defensa. Es, su punto de partida: la condición33 para generar la posibilidad de defenderse
sobre cada uno de los extremos concretamente atribuidos.
“Si no existe imputación o si existiendo no se le informa a la persona acerca del cargo
(hecho, calificación y evidencia) que pesa en su contra, sostiene nuestro TRIBUNAL
CONSTITUCIONAL, simplemente el ejercicio de derecho de defensa será estéril y su
valor ridículo desde la perspectiva legal y constitucional, pues no se sabrá nunca a
ciencia cierta del contenido, núcleo o límites de lo que la persona deberá conocer para
luego refutar”34.
En efecto, como queda claro, la imputación necesaria o principio de derecho de
imputación correctamente formulada, como señala Julio MAIER, “es la llave que abre
la puerta de la posibilidad de defenderse eficientemente”.35
Pero el derecho del justiciable a ser informado de la imputación correctamente, implica
el deber procesal del órgano persecutor del Estado, de informar los cargos penales
atribuidos adecuadamente. En el proceso penal de todo Estado de Derecho, tanto el
justiciable como los demás sujetos procesales tienen una serie de derechos y
obligaciones que deben respetar. El ciudadano, por su parte, que se encuentra como
investigado o acusado durante el proceso, actúa como persona en Derecho 36, y como tal,
en este procedimiento no sólo cuenta con un catálogo de deberes procesales, sino
también de derechos procesales. La imputación necesaria es uno de esos derechos. Si el
órgano persecutor, por otro lado, no formula adecuadamente la imputación (imputación
necesaria), entonces el proceso penal devendrá en ilegítimo; y como tal, podría
declararse la nulidad 37 de determinados actos procesales38.

32
El concepto de imputación necesaria no debe ser confundido con el de imputación objetiva. Es cierto
que ambos implican atribución, pero eso no significa que sean lo mismo. La imputación objetiva es un
conjunto de criterios valorativos normativos que son estudiados por la ciencia jurídico-penal, y que
ayudan a interpretar si puede o no atribuírsele a una persona un determinado comportamiento como
riesgo típico. La imputación necesaria, en cambio, es estudiada por la ciencia procesal penal, y consiste
en la atribución adecuada de un hecho concreto a una persona determinada para que ésta pueda
defenderse negándolo o aceptándolo en cada uno de los extremos atribuidos
33
Así, CATACORA GONZALES, Manuel S.; Manual de Derecho Procesal Penal, Editorial Rodhas, Lima,
1996, pp. 167-168. “el Derecho de Defensa cualquiera sea la forma que se utilice, reclama el
cumplimiento de ciertos requisitos o presupuestos, sin los cuales no pasaría de ser una ficción. En primer
lugar, tenemos la información cabal o conocimiento de los cargos. Nadie puede defenderse de lo que
desconoce. (…)”. También ORÉ GUARDIA, Arsenio; Manual de Derecho Procesal Penal. Editorial
Reforma, Lima, 2011, p. 175. “El derecho a ser informado de la acusación constituye un presupuesto del
derecho de defensa”. [Las cursivas son nuestras].
34
4 Vid. en el voto concurrente de la Sentencia del Tribunal Constitucional N° 03987-2010-PHC,
fundamento 31.
35
Cfr. MAIER, Julio B. J. Derecho procesal penal argentino. Vol. I. Editores del Puerto, Buenos Aires,
2000, p. 553.
36
Sobre el concepto constructivista de persona en Derecho, vid. LUHMANN, Niklas; La Ciencia de la
sociedad. UI, México D.F. 1996, p. 30.; TEUBNER, Gunther; “El Derecho como sistema autopoiético de la
sociedad global”, en Gómez-Jara Díez (ed.), Teoría de sistemas y sistema jurídico, ARA, Lima, 2005, pp.
44-45.; JAKOBS, Günther; “Personalidad y exclusión en derecho penal”, en Montealegre Linett (Coord.),
El Funcionalismo en Derecho Penal. Libro Homenaje al Profesor Günther Jakobs. Tomo I. UEC, Bogotá,
2003, pp. 73-75.
37
Si la nulidad es declarada o sancionada, vid. las interesantes reflexiones de MAIER, Julio B. J.; Función
normativa de la nulidad. De palma, Buenos Aires, 1980, pp. 129 y ss.
38
También es de esta idea, ALCÓCER POVIS, Eduardo; “El principio de imputación necesaria.
Aproximación al tema desde una perspectiva penal”. En Selección de Lecturas. Instituto de Ciencia
Procesal Penal, Lima, 2013, p. 17.
En este sentido, el principio de imputación necesaria al igual que otros principios
básicos, parafraseando a SÁNCHEZ VERA GÓMEZ TRELLES, también constituye
“una prohibición de desautorizar el proceso”.39

FUNDAMENTOS DEL PRINCIPIO DE IMPUTACIÓN NECESARIA.


La constitución política del Perú consagra un conjunto de principios que rigen el
proceso penal, uno ellos los cuales es el principio de imputación necesaria. El principio
de imputación necesaria, o también llamado principio de Imputación Concreta (término
acuñado por Alberto Binder40) o Imputación Suficiente o Imputación Precisa 41 no se
encuentra taxativamente señalado en nuestra constitución, sino que tiene que ser
ubicado a través de la interpretación de los artículos 2, inc. 24, parágrafo d 42y 139,
inciso 14 43 , pues la imputación necesaria es una manifestación del principio de
legalidad y del principio de defensa procesal.
En aplicación del Art. 2, in. 24, parágrafo D, de la carta de 1993, por el PRINCIPIO DE
LEGALIDAD, una persona sólo puede ser procesada por un hecho típico, es decir, que
la denuncia penal debe tener como objeto una conducta en la que se verifiquen todos los
elementos exigidos en la ley penal para la configuración del delito. En aplicación del
Artículo 139, inciso 14, de la carta del 1993, por el PRINCIPIO DE DEFENSA
PROCESAL, para que una persona pueda ser procesada la denuncia penal debe
contener con precisión la conducta delictiva atribuida a fin de que el imputado pueda
defenderse. Solo con una descripción clara, precisa, detallada y ordenada, puede
respetarse el derecho de defensa.
Si queremos ahondar más en el tema podemos encontrar amparo en el Título Preliminar
del NCPP, en el artículo XI, que en definitiva es una norma de interpretación y
desarrollo constitucional, que prevé lo siguiente: “Toda persona tiene derecho inviolable
e irrestricto a que se le informe de sus derechos, a que se le comunique de inmediato y
detalladamente la imputación formulada en su contra y a ser asistida por un abogado
defensor de su elección o, en su caso por un abogado de oficio, desde que es citada o
detenida por la autoridad” El término “detalladamente” hace mención a que la
imputación que se formule debe ser precisa, clara, concreta y suficiente, no genérica o
abundante y vaga. Como vimos, el principio de imputación concreta no tiene
fundamento sólo desde el punto legal y constitucional, sino inclusive en el plano de las
recomendaciones internacionales, señala James Reátegui44puesto que podemos
encontrar un sustento supraconstitucional del principio de imputación necesaria; así,
39
Vid. SÁNCHEZ-VERA GÓMEZ-TRELLES, Javier; Variaciones sobre la presunción de inocencia. Análisis
funcional desde el Derecho penal. Marcial Pons, Madrid, 2012, p. 37. Para el Profesor Javier Sánchez
Vera “(e)l principio de presunción de inocencia constituye una prohibición de desautorizar el proceso” (la
evitación de su degradación a simple ritual). Para él, esta garantía “resume los demás principios
constitucionales referidos al proceso”.
40
BINDER, Alberto M. “Introducción al Derecho Procesal Penal”. Ad Hoc, Buenos Aires, 1993. Alberto
Binder es un reconocido Jurista Uruguayo contemporáneo.
41
Término usado por Luis Miguel Reyna Alfaro en el Anuario de Derecho Penal Económico y de la
Empresa 2012. Centro de Estudios de Derecho Penal Económico y de la Empresa CEDPE S.A.C. Lima,
2012.
42
Constitución política del Perú de 1993: Artículo 2, inciso 24, parágrafo d: “Nadie será procesado ni
condenado por acto u omisión que al tiempo de cometerse no esté previamente calificado en la ley de
manera expresa e inequívoca, como infracción punible; ni sancionado con pena no prevista en la ley.
43
Constitución política del Perú de 1993: Artículo 139, inciso 14: “El principio de no ser privado del
derecho de defensa en ningún estado del proceso. Toda persona será informada inmediatamente y por
escrito de la causa o las razones de su detención. (…)”
podemos citar por ejemplo el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que
en su artículo 14, numeral 3, letra a) señala lo siguiente: “Durante el proceso, toda
persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad a las siguientes garantías
mínimas: A ser informada sin demora en un idioma que comprenda y en forma
detallada, de la naturaleza y causas de la acusación formulada contra ella.”

REQUISITOS PARA LA OBSERVACIA DEL PRINCIPIO DE IMPUTACIÓN


NECESARIA.
Castillo Alva 45y James Reátegui46 sostienen que si se trata de ser metodológicos,
existen tres requisitos que mínimamente deben cumplirse para la observancia del
principio de imputación suficiente en la fundamentación de la imputación fiscal,
requisitos desde el punto de vista fáctico, requisitos desde el punto de vista lingüístico y
requisitos desde el punto de vista jurídico.

REQUISITOS FÁCTICOS
El requisito fáctico del principio de imputación necesaria debe ser entendido como la
exigencia de un relato circunstanciado y preciso de los hechos con relevancia penal que
se atribuyen a un apersona. El Art. 336 del CPP del 2004 señala que “si de la denuncia,
del informe policial, o de las diligencias preliminares realizadas, aparecen indicios
reveladores de la existencia de un delito, que la acción penal no ha prescrito, (…),
dispondrá la formalización y la continuación de la investigación preparatoria”. Es decir,
el Fiscal tendrá que comunicar efectivamente al imputado el hecho que se le atribuye, el
cual debe comprender la relación histórica del hecho, con indicación de las
circunstancias de modo, tiempo, lugar; así como los elementos de convicción existentes.
Esta información debe comunicarse antes de comenzar a la declaración, previamente o
sin demora, es decir antes de cualquier acto procesal. Deteniéndonos en esta última
afirmación es preciso preguntarnos ¿Si la declaración se toma en sede fiscal durante
diligencia preliminares cómo se le puede comunicar su imputación si aún no se ha
realizado tal imputación en la disposición de formalización y continuación de la
investigación preparatoria?, sobre este tema nos dedicaremos más adelante. El
cumplimiento del principio de imputación necesaria pasa por respetar lo más
escrupulosamente posible los elementos estructurales del tipo penal.
Por lo tanto, debe cumplirse con las exigencias del tipo objetivo describiéndose sus
elementos como la precisión del:
a) Autor o partícipe
b) Comportamiento (acción u omisión)
c) Resultado (lesión o puesta en peligro)
d) La relación de causalidad o imputación objetiva, cuando sea posible establecerla.

44
REÁTEGUI SÁNCHEZ, James. “Más sobre el principio de Imputación necesaria”. Gaceta Penal &
Procesal Penal, N°18, Diciembre 2010. Gaceta Jurídica. Lima.
45
Ob. Cit.
46
“Más sobre el principio de imputación necesaria”. Ob. Cit.
También por mandato del principio de legalidad debe cumplirse con describir el
elemento subjetivo del tipo penal, ya sea dolo, culpa o algún otro elemento subjetivo
especial del tipo como el ánimo de lucro en el robo.
En lo concerniente al comportamiento típico, aparte de la clase de comportamiento por
acción u omisión, debe fijarse las circunstancias de tiempo, modo y lugar, es decir: Su
delimitación temporal: ¿cuándo se realizó?, fecha, día y de ser posible la hora y minuto.
El modo de Ejecución: como por ejemplo en el homicidio calificado, por alevosía, con
crueldad, en la oscuridad.
El grado de desarrollo del Iter Criminis: Acto preparatorio, acto ejecutivo o
consumación.
El medio utilizado: Como puede ser un arma de fuego, cuchillo, daga, piedra, ponzoña,
etc.
Por otro lado, se ha de significar que la descripción de la relación de causalidad o de la
imputación objetiva que media entre el comportamiento y el resultado, más que estar ya
aprobada debe por lo menos ser razonable; de tal modo que la vulneración del principio
de imputación necesaria sólo se dará cuando la imputación objetiva que se destaca
manifiestamente no se configura o es irracional.
Ya que hablamos reglones arriba sobre la especificación de la imputación subjetiva,
debemos citar al Magistrado Arequipeño Celis Mendoza47, quien sostiene que la
postulación de proposiciones fácticas con elementos de convicción vinculadas a la
realización de los elementos del tipo subjetivo, corresponden a la subjetividad del
agente y obviamente su reconstrucción se presenta con mucha dificultad, dado que
humanamente nos es posible penetrar en la subjetividad del agente y verificar su
particular vigencia psicológica al momento de la realización del hecho delictivo.
El dolo como conocimiento y voluntad de la realización del hecho punible tiene que ser
reconstruido con la imputación concreta. El dolo directo es compatible con un concepto
psicológico descriptivo de la voluntad-voluntad descriptiva; por tanto, la imputación
exige proposiciones vinculadas al conocimiento y la voluntad. Empero el dolo indirecto
y el dolo eventual sólo es compatible con un concepto de voluntad normativa; así, será
suficiente con imputar que el agente contaba con ciertos conocimientos al momento de
realizar la conducta objetivamente típica para atribuirle un comportamiento doloso.
Independientemente del problema anterior, agrega Celis Mendoza- de voluntad
descriptiva o normativa, se presenta el problema de imputar concretamente los
conocimientos que tuvo el sujeto activo; se tienen dos respuestas: una de configuración
realista y otra de configuración normativa. La configuración realista estima que los
conocimientos requeridos por el dolo son datos de naturaleza psicológica; por
consiguiente, se imputa una realidad que se encuentra en la psiquis del sujeto; esta
opción propende a una aproximación a la verdad que permita contener la violencia
punitiva. Por otro lado, las concepciones normativas o configuración normativa señalan
que no es posible averiguar el dolo en las concretas vivencias psicológicas del sujeto
activo, por consiguiente, recurren a criterios normativos de determinación del dolo; se
atribuye o imputa un determinado conocimiento a un sujeto y con ellos el dolo, pero
47
MENDOZA AYMA, Francisco Celis. Ob. Cit. P.104 al 106.
empleándose criterios distintos a la verificación empírica de datos psicológicos. Sin
embargo, desde óptica normativa se enerva la posibilidad de contener la violencia
punitiva; y probablemente dará lugar a que se atribuya dolo donde no existe dolo.
El Ministerio Público tiene el deber de la carga de afirmar proposiciones fácticas de una
realidad psíquica, y el deber de la carga de probar éstas. Según el maestro arequipeño
las experiencias psíquicas no pueden probarse de manera directa, carece de sentido
pretender su probanza de manera directa. Por ello la lógica indiciaria cobra capital
importancia para probar realidades subjetivas; en efecto, las proposiciones fácticas
(indicativos) tienen que ser probados para inferir intencionalidad. No obstante, lo
afirmado señala algunas veces la prueba indirecta de proposiciones fácticas de hechos
subjetivos; sin embargo, no se ha puesto mucha atención a las proposiciones objetivas
indicativas que posibilitarían inferir el dolo del agente. Probar directamente las
proposiciones fácticas subjetivas, es una exigencia de imposible cumplimiento dado que
el hecho psíquico sólo se presenta en la subjetividad del sujeto. Su exigencia de
probanza directa puede generar lagunas de impunidad y, en el contexto de la reforma,
puede ser indebidamente aprovechada por ausencia de proposiciones objetivas
indicativas de la subjetividad del agente.

REQUISITOS LINGUÍSTICOS
El principio de imputación necesaria debe también cumplir con determinados
presupuestos lingüísticos. No bata que se establezca el hecho contenido de la concreta
imputación. Puede estar el hecho, pero no cumplirse con el principio de imputación
necesaria. Pero, ¿Qué se entiende por requisito lingüístico de la imputación necesaria?,
Castillo Alva48 nos dice que la imputación debe ser formulada en lenguaje claro,
sencillo y entendible, sabiendo que si bien constituye un trabajo técnico jurídico, está
dirigida y va a ser conocida por los ciudadanos contra quienes se dirige la imputación,
ciudadanos que pueden ser desde un notable funcionario hasta un vil delincuente
iletrado, pasando por una humilde persona que puede ser incluso hasta analfabeta. Una
imputación precisada en la Disposición de Formalización y Continuación de la
Investigación Preparatoria adolece de este requisito cuando no se encuentra formulada
de manera clara, inequívoca y suficientemente explícita. Uno de los aspectos que
contribuye a claridad de la imputación es el necesario orden con que el Ministerio
Público plantea la imputación en la Disposición respectiva, y que debe respetar en la
medida de lo posible la cronología de los hechos, el nivel de intervención entre otras
variables.

REQUISITOS NORMATIVOS
Los requisitos jurídicos o normativos del principio de imputación necesaria que señala
Castillo Alva 49supone el cumplimiento previo de los presupuestos fácticos y
lingüísticos antes descritos.
El requisito normativo del principio de imputación necesaria puede descomponerse en
los siguientes elementos, que actúan como sus manifestaciones y exigencias:

48
CASTILLO ALVA, José Luis. Ob. Cit.
49
Ibídem.
a) SE FIJE LA MODALIDAD TÍPICA. Que se describan o enuncien de manera precisa
la concreta modalidad típica que conforman los hechos que sustentan la denuncia. Con
el cumplimiento del requisito fáctico (descripción precisa y suficiente del hecho materia
de denuncia) no siempre se respeta el principio de imputación necesaria. Es
indispensable es necesario descender más al detalle y especificar la concreta modalidad
típica del comportamiento o, en general del hecho imputado. Ello reviste especial
trascendencia en los casos de tipos alternativos en donde se enuncian dos o más
comportamientos (V.gr. lavado de activos con tráfico ilícito de drogas; peculado y
colusión en cualquiera de sus modalidades, etc.) o es necesario especificar el concreto
objeto de la acción en el que recae la conducta.
Al respecto nuestro Tribunal Constitucional se ha pronunciado en la Sentencia recaída
en el Exp. N°3390-2005-PHC/TC-Lima, caso Margarita Jacinta Toledo Manrique,
donde se cuestiona un auto de apertura de instrucción por no haber precisado si en el
delito de falsificación de documentos se estaba imputando haber falsificado un
documento público o privado. Sobre ello comentaremos más ampliamente esta
sentencia en un siguiente apartado jurisprudencial.
b) IMPUTACIÓN INDIVIDUALIZADA. Que en caso pluralidad de imputaciones o de
imputados se determine cada hecho y su correspondiente calificación jurídica. El
principio de imputación suficiente demanda que todas y cada una de las imputaciones
planteadas se encuentren completa y suficientemente circunstanciadas con el fin de
garantizar el derecho de defensa, para ello es necesario una imputación individualizada.
No se cumple con el test de constitucionalidad cuando, por ejemplo, se denuncia un
delito sumamente grave en el que se precisa la imputación de modo circunstancial y
detallado y, en el otro lado, se denuncia también un delito leve o sencillamente menos
grave y no se cumple con circunstanciar el hecho, bajo entendido de que solo los delitos
graves deben cumplir con el mandato constitucional del principio de imputación
necesaria. También los delitos de bagatela o de gravedad intermedia deben respetar con
el mandato y las exigencias del principio de imputación necesaria. Todo hecho debe
tener su calificación jurídica, o mejor dicho, cada delito que se imputa y denuncia debe
necesariamente cumplir con la exigencia de un relato fáctico preciso y circunstanciado.
Ello se basa en el respeto al derecho de defensa, en donde cada delito que se imputa
debe tener de modo obligatorio su correlato en la precisión de un hecho determinado. La
problemática de la variedad de imputaciones o de imputados tiene su correlato en la
necesidad de que se cumpla con el deber constitucional de motivación individualizada
de las resoluciones estatales en la que se afectan, en general, derechos fundamentales.
La exigencia de motivación individualizada nace de la consagración constitucional (Art.
1 de la Constitución Política 50) y legal de que la responsabilidad penal es personal e
intransferible (Art. VII Título Preliminar del Código Penal51) y no común y solidaria.
c) SE FIJE EL NIVEL DE INTERVENCIÓN. Que en caso de pluralidad de imputados
se describa de manera adecuada cada una de las acciones con presunta relevancia penal
y su correspondiente nivel de intervención, ya sea como autor o partícipe.
50
Constitución Política del Perú, Art. 1 : “La defensa dela persona humana y respeto de su dignidad son el
fin supremo del estado”
51
Código Penal, D. Leg. 635-1991, Art. VII T.P.:”PRINCIPIO DE RESPONSABILIDAD PENAL: La pena
requiere de la responsabilidad penal del autor. Queda proscrita toda forma de responsabilidad objetiva”.
Junto al deber de motivación individualizada de cada imputación es necesario que el
acto de imputación fiscal establezca desde el punto de vista jurídico-penal el concreto y
específico nivel de autoría y participación penal de cada persona interviniente en el
hecho. La necesidad de imputación necesaria requiere, en especial en los delitos contra
la administración pública donde hay una variedad de imputados e imputaciones, que se
especifique y valore de manera adecuada el concreto nivel de intervención en el hecho
imputado, ya sea como autor o partícipe, en cualquiera de sus modalidades. Al realizar
una buena imputación no basta con fijación de la conducta, sino también la precisión
adicional, y de igual trascendencia de la condición de autor o partícipe.
Una imputación concreta en un caso donde se haga pluralidad de imputaciones e
imputados repito a un sujeto, no sólo debe cumplir con describir el hecho, la específica
modalidad de conducta, sino precisar cada uno de sus aportes y cumplir con establecer
la distinción entre autores (los que ostentan el dominio del hecho o infringen el deber
institucional) y los partícipes, cómplices primarios o secundarios o instigadores que
lesionan el bien jurídico de manera accesoria. Como dijimos, no basta con cumplir con
la exigencia de circunstanciar de modo preciso un hecho y atribuirlo a una determinada
persona, es necesario que se establezca, aun de modo accesorio y provisional, una
calificación o imputación acerca de si se le atribuye una concreta modalidad de autor o
si se trata de una de las formas de participación. Así mismo, cada asignación de un
hecho debe ir precedido de una valoración y/o calificación del aporte autor o partícipe,
puesto que no todos los imputados hacen lo mismo, ni todos tiene el mismo grado de
responsabilidad. La no vinculación del principio de imputación concreta con las reglas
de autoría y participación solo tendría sentido pleno si en la medida que el ordenamiento
jurídico peruano consagrase un sistema unitario de autor y no un sistema restrictivo en
el que desde el punto de vista jurídico se diferencian los aportes entre autores y
participes.
Al respecto debemos decir que ha dos pronunciamientos jurisprudenciales muy
importantes referidos al nivel de participación en el desarrollo del delito, la Resolución
de Nulidad N° 730-2004 y la sentencia del Tribunal Constitucional N°8125.2005-
PHC/TC, Caso Jeffrey Immelt, que más adelante comentaremos con mayor
detenimiento en un apartado jurisprudencial. d) Que se establezcan los indicios y
elementos de juicio que sustentan cada imputación. La necesidad de motivación de la
imputación en todos sus elementos y requisitos estructurales es un presupuesto
constitucional indubitable. DEL OLMO DEL OLMO52sostiene que debe exigirse
fundamentación en la aplicación de medidas cautelares, pero adicionalmente la
obligación constitucional de motivar se extiende también a la determinación y precisión
exhaustiva de los indicios suficientes o los elementos de juicio reveladores que
acreditan con probabilidad, tanto la comisión de un hecho delictivo y la probable
intervención, ya sea como autor o partícipe. El Ministerio Público, parte encargada de la
imputación debe expresar las razones que determinan su decisión y pronunciamiento.
En caso se expida una disposición de formalización y continuación de la investigación
preparatoria sin un mínimo racional de la comisión de un delito, ello supone la violación
del principio de la tutela judicial efectiva. La obligación de motivar no deriva sólo de la

52
DEL OLMO DEL OLMO, José Antonio. Citado por José Luis Castillo Alva. Ob. Cit
Constitución53 sino del respeto al principio de presunción de inocencia y a la tutela
judicial efectiva. De allí que la resolución correspondiente debe mostrar de manera
adecuada el razonamiento lógico acerca de la probabilidad alcanzada sobre los indicios
suficientes que acrediten la comisión del delito y la probable responsabilidad del autor o
del partícipe.
La obligación de motivar los indicios suficientes por parte de quien formula la
imputación debe distinguirse, por ser actos completamente diferentes, de la
discrecionalidad vinculada en la valoración de dichos indicios que como competencia
exclusiva se reconoce al Ministerio Público o al Poder Judicial. La relación de los
hechos imputados sin el explicitación de los indicios suficientes convierte a la
resolución judicial (auto) en nula. Lo mismo ocurre si la motivación se remite a los
considerandos sean amplios, precisos o rigurosos- de la denuncia de parte. No se acepta
la imputación por remisión.54

DESARROLLO JURISPRUDENCIAL DEL PRINCIPIO DE IMPUTACIÓN


NECESARIA
Existen muchos pronunciamientos del Tribunal Constitucional y la Corte Suprema
sobre los diferentes principios del derecho procesal penal, muchos de los cuales están
vinculados con el principio de imputación necesaria, como el derecho de defensa, el
debido proceso, el derecho a ser informado de la imputación, el principio de
congruencia entre la acusación y la sentencia, entre otros principios, pero nos
detendremos simplemente en señalar las principales sentencias constitucionales y
judiciales que se resuelven aplicando el principio de imputación necesaria.

CAPITULO III.

SENTENCIAS SOBRE EL PRINCIPIO DE IMPUTACIÓN NECESARIA

STC Exp. N° 8125-2005-PHC/TC Caso: JEFFREY IMMELT y Otros.

La presentes sentencia constitucional, junto a la sentencia del Famoso Caso Margarita


Toledo son las dos primeras sentencias constitucionales de lectura obligatoria que fijan
el principio de imputación necesaria en el proceso penal. En esta sentencia se establece
que toda resolución judicial o fiscal debe señalar estrictamente el nivel de intervención
de cada uno de los participantes del hecho punible. Textualmente señala: “(…)al
momento de calificar la denuncia será necesario, por mandato directo e imperativo de la
norma procesal citada, controlar la corrección jurídica del juicio de imputación
propuesto por el fiscal, esto es, la imputación de un delito debe partir de una
consideración acerca del supuesto aporte delictivo de todos y cada uno de los
imputados.”55
53
Constitución Política del Perú., Art. 139.5: “Son principio y derecho s dela función jurisdiccional: (…) 5)
La motivación escrita de las resoluciones judiciales en todas las instancias, excepto los decretos de mero
trámite, con mención expresa de la ley aplicable y de los fundamentos de hecho en que se sustentan.”
54
NOLASCO VALENZUELA, José; VELARDE LÓPEZ, Juan; AYALA MIRANDA, Erika; LOPEZ
ESPINOZA, Reise. “Manual de litigación en delitos gubernamentales”. Ara Editores, Tomo 2, Lima, 2011.
55
Fundamento 13.
Además, complementando el alcance de la imputación concreta señala: “Examinado el
cuestionado auto de apertura de instrucción (fs. 175/180), de conformidad con la Cuarta
Disposición Final Transitoria de la Constitución, es posible afirmar que tal resolución
no se adecúa en rigor a lo que quieren tanto los instrumentos jurídicos internacionales
de derechos humanos, como la Constitución y la ley procesal penal citados. No cabe
duda que el artículo 77° del Código de Procedimientos Penales ofrece los máximos
resguardos para asegurar que el imputado tome conocimiento de la acusación que contra
él recae, al prescribir que: “El auto será motivado y contendrá en forma precisa los
hechos denunciados, los elementos de prueba en que se funda la imputación, la
calificación de modo específico del delito o los delitos que se atribuyen al denunciado”.
56
“En este sentido, cuando el órgano judicial superior jerárquico ordena abrir
instrucción, ello no exonera al a quo de fundamentar lo ordenado, de conformidad con
los requisitos previstos en el artículo 77° del Código de Procedimientos Penales.
En consecuencia, al haber omitido el Juez penal la formalización de cargos concretos,
debidamente especificados, contra todos y cada uno de los beneficiarios, lo que denota
una ausencia de individualización del presunto responsable, en los términos
anteriormente expuestos, ha infringido el deber constitucional de motivación de las
resoluciones judiciales, lesionando el derecho de defensa de los justiciables, al no tener
éstos la posibilidad de rebatir los elementos fácticos que configurarían la supuesta
actuación delictiva que se les atribuye, en función del artículo 139°, inciso 5 de la
Constitución Política del Perú.”57
STC Exp. N° 3390-2005-PHC/TC Caso: JACINTA MARGARITA TOLEDO MANRIQUE.

La presente sentencia señala la exigencia de la precisión en una resolución judicial de la


modalidad típica del hecho como componente del requisito fáctico, elemento
fundamental del principio de imputación necesaria “En el caso de autos, el juez penal
cuando instaura instrucción por el delito por falsificación de documentos en general,
omitiendo pronunciarse en cuál de las modalidades delictivas presumiblemente habría
incurrido la imputada, y al no precisar si la presunta falsificación de documentos que se
imputa a la favorecida está referida a instrumentos públicos o privados, lesiona su
derecho a la defensa, toda vez que, al no estar informada con certeza de los cargos
imputados, se le restringe la posibilidad de declarar y defenderse sobre hechos
concretos, o sobre una modalidad delictiva determinada y, con ello, la posibilidad de
aportar pruebas concretas que acrediten la inocencia que aduce. Esta omisión ha
generado un estado de indefensión que incidirá en la pena a imponerse y en la condición
jurídica de la procesada, lo cual demuestra que el proceso se ha tornado en irregular por
haberse transgredido los derechos fundamentales que integran el debido proceso, esto
es, el derecho de defensa; ello, a su vez, ha determinado la afectación de la tutela
jurisdiccional, ambos garantizados por la Norma Constitucional (…)58”.
Por consiguiente, este Tribunal considera que se ha transgredido el Principio
Acusatorio, pues la beneficiaria no tiene la ocasión de defenderse de todos y cada uno
de los elementos de hecho que componen las modalidades delictivas previstas para el

56
Fundamento 15.
57
Fundamento 17.
58
Fundamento 14.
delito que se le instruye, las mismas, que no pueden convalidarse por la circunstancia
que la favorecida está asistida por un abogado defensor.59
STC Exp. N° 4517-2009-PHC/TC-JUNÍN Caso: GERMÁN ADOLFO PAUCAR MEJÍA 60

El tribunal constitucional en el proceso de habeas corpus interpuesto por German


Adolfo Páucar Mejía contra el Juez del Primer Juzgado Penal de Huancayo y contra el
fiscal de la Primera Fiscalía Penal de Huancayo, precisa que debe hacerse referencia en
todo auto apertorio de instrucción lo que en el nuevo modelo viene a ser la Disposición
de Formalización y Continuación de la Investigación Preparatoria a la calificación de
modo específico, ya que con ello también se busca garantizar la imputación necesaria y
el principio de legalidad, tipicidad, garantizándose con ello el derecho de defensa del
imputado dentro de un debido proceso.
“Asimismo, el artículo 77º del Código de Procedimientos Penales establece la estructura
del auto de apertura de instrucción, señalando que “Recibida la denuncia y sus recaudos,
el Juez Especializado en lo Penal sólo abrirá instrucción si considera que de tales
instrumentos aparecen indicios suficientes o elementos de juicio reveladores de la
existencia de un delito; que se ha individualizado a su presunto autor o partícipe, que la
acción penal no ha prescrito o no concurra otra causa de extinción de la acción penal. El
auto será motivado y contendrá en forma precisa los hechos denunciados, los elementos
de prueba en que se funda la imputación, la calificación de modo específico del delito o
los delitos que se atribuyen al denunciado, la motivación de las medidas cautelares de
carácter personal o real, la orden del procesado de concurrir a prestar su instructiva y las
diligencias que deben practicarse en la instrucción”.61

STC Exp. N° 5325-2006-PHC/TC Caso: JIMÉNEZ SARDÓN

En la presente sentencia, referido a los indicios y elementos de juicio que deben


sustentar cada imputación como requisito normativo del principio de imputación
necesaria señala que: “Siendo esto así, resulta conforme al derecho de todo ciudadano
reconocido por la Constitución Política del Estado la exigencia, para que la acusación
sea cierta, no implícita sino precisa, clara y expresa, es decir todo auto de ampliación ha
de contener en la motivación una descripción suficientemente detallada de los hechos
nuevos considerados punibles que se imputan y del material probatorio o de los indicios
que justifican tal decisión (..).
En el presente caso se advierte que la imputación penal materia del auto ampliatorio
cuestionado adolece de falta de conexión entre los hechos que configura las conductas
ilícitas penales atribuidas al beneficiario y las pruebas que se aportan como sustento de
cargos. No se advierte en dicho auto la delimitación concreta y precisa de la relación de
causalidad que denote la verosimilitud de las imputaciones que se incriminan al
afectado, lo cual perjudica ostensiblemente un adecuado ejercicio de su derecho de
defensa, más aún si el favorecido ha sido pasible de una medida coercitiva que restringe

59
Fundamento 17. Ibídem
60
Citado por ESTEBAN FREDDY ACHOMA TITO. “Y qué hay de las imputaciones genéricas”. Revista del
Ministerio Público – Tacna. Mayo del 2012.
61
Fundamento 07.
su libertad individual, situación que legitima su reclamación de tutela constitucional
urgente.”62
Exp. N° 0796-2012 Resolución N° 010 Sala Penal Permanente – Corte Superior de Justicia de
Ica. Imputado: OSCAR AVELINO MOLLOHUANCA CRUZ

Una sentencia muy rica en aporte jurisprudencial sobre la imputación concreta, basada
en el nuevo código procesal penal, es la sentencia de segunda instancia que declara la
nulidad de la resolución de prisión preventiva contra Oscar Mollohuaca, Ex Alcalde de
Espinar – Cusco por no haber imputación concreta en el delito de Disturbios y otros, en
agravio de la Empresa Minera Xstata-Tintaya.
“Finalmente, en el punto IV de la Formalización de la Investigación Preparatoria, y
respecto a la tipificación de los hechos, dice el Fiscal Provincial: “…en su calidad de
Alcalde de la Municipalidad Provincial de Espinar; estos imputados han organizado días
antes de las medidas de lucha, causando a la población de Espinar y realizando
apologías al Delito de DISTURBIOS, para lo cual utilizaban los diferentes medios de
comunicación de la Provincia de Espinar…”. Más adelante refiere: “…la actuación de
los imputados fue trascendente en la organización en la intención frustrada de tomar el
campamento minero de Xstrata Tintaya (…) para lo cual han incitado a la población con
la finalidad que generen disturbios y daños a la propiedad privada…”. Teniendo en
cuenta lo antes señalado, es evidente que no obra en la formalización de investigación
preparatoria, así como en el requerimiento de prisión preventiva, imputación necesaria
concreta, y por el contrario se han reseñado hechos de manera general, no precisando en
el caso del delito de disturbios, cual habría sido la participación efectiva del investigado
en los mismos, tanto más que se han señalado días específicos en los que dice habría
participado el investigado. En el mismo sentido, el Juez A quo al resolver el
requerimiento de prisión preventiva, no ha precisado ni descrito las conductas que a su
juicio tipificarían el delito de disturbios, y cual habría sido la participación concreta del
investigado Mollohuanca Cruz.”63

OPERATIVIDAD FUNCIONAL DEL PRINCIPIO DE LA IMPUTACIÓN NECESARIA


EN EL DESARROLLO DEL PROCESO PENAL
El maestro arequipeño F. C. Mendoza64 señala que el principio de la imputación
concreta configura el proceso penal en general, pero a su vez tiene funciones específicas
en cada una de las etapas del proceso que orientan la actividad de los sujetos procesales;
el punto de referencia necesario que define y delimita el objeto de cada una de las etapas
del proceso penal en diligencias preliminares, investigación preparatoria, etapa
intermedia y juzgamiento.
Las diligencias preliminares tienen como objeto definir los contornos de la imputación
concreta y para ello tienen por finalidad realizar los actos urgentes e inaplazables
destinados a determinar si han tenido lugar los hechos objeto de conocimiento y su
62
Fundamentos 09 y 10.
63
Fundamento de la Sentencia de Vista de la Causa 3.5 y 3.6.

64
Ibídem.
delictuosidad, así como asegurar los elementos materiales de su comisión. Su objeto
definir la estructura de la imputación concreta: el hecho, la calificación jurídica y
medios de convicción. Si concurren estos tres componentes se tendrá una imputación
concreta, y correspondería formalizar y continuar con la investigación preparatoria. Una
práctica común del ministerio público ha desnaturalizado; pues, no obstante existir una
imputación concreta dispone diligencias preliminares.
Se ha pervertido su objeto y finalidad; su recurrencia acarrea consecuencias negativas,
enerva el contradictorio con sensible aplicación del derecho de defensa, degenera en
dilación. Peor aún, porque las diligencias policiales sin estrategia, constituye una
práctica formularía que anquilosa a la investigación. Si se tiene una imputación
concreta, entonces su consecuencia es de la formalización de la investigación
preparatoria. El artículo 330 y se le nuevo código con sala Penal señala que cita la
denuncia, del informe policial podrá diligencias preliminares realizó aparecen indicios
reveladores de la existencia de un delito, es decir existe imputación concreta, entonces
el fiscal dispondrá la formalización de la investigación preparatoria, y esta debe
contener los hechos de la tipificación específica correspondiente.
La imputación concreta determina el objeto de la investigación y finalidad, por
consiguiente, la pertinencia y utilidad de los actos de investigación propuestos por las
partes para el esclarecimiento de los hechos. Es sobre la base de la imputación en la
parte pueden controlar la imputación, los medios de defensa y ofrecer la realización de
actos de investigación para deslindar la imputación. Si no se tiene definida la
imputación esta etapa degenera en una reproducción de ritualismos sin finalidad; una
investigación ciega, sorda, torpe e inhumana siempre exacerba un latente autoritarismo
de sus operadores. Concluida la investigación, el juez durante la etapa intermedia
realizará un exhaustivo control de la imputación, verificará su base fáctica, la
calificación jurídica y los elementos de convicción suficientes para decidir el
enjuiciamiento del imputado.
Los medios de prensa de segunda etapa también tienen su punto de referencia en la
imputación concreta, un claro ejemplo de ello es la excepción de improcedencia de
acción. En el juicio oral, de entrada, la imputación concreta en el objeto del proceso; y,
con la resistencia, el objeto del debate. Sobre este desarrolla el contradictorio de toda la
actividad probatoria. Sirve como parámetro de pertinencia, conducencia y utilidad en la
dirección judicial del debate y pauta la litigación oral de los adversarios.
Finalmente, en la etapa decisoria, la imputación concreta es elemento de referencia para
verificar el principio de congruencia procesal entre la acusación y sentencia. En efecto,
la terminación completa de la imputación de un hecho punible a presentar de manera
decidida los fundamentos de hecho y de derecho con los que el juez justifica sus
decisiones.

¿QUÉ HACER FRENTE A LA VULNERACIÓN DEL PRINCIPIO DE LA


IMPUTACIÓN NECESARIA?
El Acuerdo Plenario N° 04-2010/CJ-116 definía los contornos y alcances de la novísima
institución jurídica de la Tutela de Derechos, mencionaba todos aquellos derechos que
podrían ser exigidos vía Tutela de Derechos, pero sobre la posibilidad de cuestionar la
disposición de formalización y continuación de la Investigación Preparatoria señalaba
que el juez de garantías como se le llama al Juez de Investigación Preparatoria no puede
impugnar ni modificar la imputación señalada bien o mal en dicha disposición porque la
tutela “sólo está habilitada para aquellos casos en los que se vulnere algunos de los
derechos esenciales asociados en términos amplios a la defensa.
Por lo tanto debe quedar claro que la Disposición en cuestión es una actuación unilateral
del Ministerio Público y no puede ser impugnada ni dejada sin efecto por el juez de la
Investigación Preparatoria”65. Sin embargo, era necesario crear una audiencia de control
de imputación de la Disposición de Formalización y Continuación de la Investigación
Preparatoria (DFYCIP), puesto que no se podía esperar hasta la Etapa Intermedia, luego
de 120 días, para cuestionar la Imputación, cuando incluso ya puede haber prescrito el
delito, tampoco podría decirse que los medios técnicos de defensa existentes como la
Excepción de Improcedencia de Acción podrían solucionar el tema de la Imputación
Concreta en la DFYCIP, puesto que obedece a otros patrones independientes.
En vista de la exigencia real, dos años después la Corte Suprema de la República se
pronunció en el ACUERDO PLENARIO N° 02-2012/CJ116 señalando que sí podría ser
factible mediante la Tutela de Derechos solicitar al Juez de la Investigación Preparatoria
se cuestione la DFYCIP, creándose así LA AUDIENCIA PRELIMINAR DE
CONTROL DE IMPUTACIÓN, a través de la cual se podría solicitar se revise la
Disposición de Formalización y Continuación de la Investigación Preparatoria.
Literalmente el acuerdo plenario señala: “Muy excepcionalmente, ante la desestimación
del Fiscal o ante la reiterada falta de respuesta por aquel que se erige en requisito de
admisibilidad, y siempre frente a una omisión fáctica patente o ante un detalle de hechos
con entidad para ser calificados, de modo palmario, de inaceptables por genéricos,
vagos o gaseosos, o porque no precisó el aporte presuntamente delictivo del imputado,
cabría acudir a la acción jurisdiccional de tutela penal.
En este caso la función del Juez de Investigación Preparatoria ante el incumplimiento
notorio u ostensible por el Fiscal de precisar los hechos que integran los cargos penales
sería exclusiva y limitadamente correctora disponer la subsanación de la imputación
plasmada en DFYCIP, con las precisiones que luego de la audiencia sería del caso
incorporar en la decisión judicial para evitar inútiles demoras, pedidos de aclaración o
corrección, o cuestionamientos improcedentes. Bajo ningún concepto el auto judicial
puede ser anulatorio y, menos, de archivo o sobreseimiento anticipado de la
investigación”66, puesto que esto, creemos nosotros obedecería a una práctica
inquisitiva.

CAPITULO IV.

PROBLEMAS EN EL PROCESO QUE EFECTAN EL PRINCIPIO DE


IMPUTACIÓN NECESARIA.

LA PERVESIÓN DE LA IMPUTACIÓN

65
Fundamento 18 del Acuerdo Plenario N° 04-2010/CJ-116.
66
Fundamento 11 del ACUERDO PLENARIO N° 02-2012/CJ-116 de los Jueces de las Salas Penales
Permanente y Transitoria de la Corte Suprema del Perú.
Constantes prácticas en la imputación concreta han pervertido su función. El citado
maestro de Arequipeño67 nos señala algunas de ellas.
PRIMER PROBLEMA: LOS REPRESENTANTES DEL MINISTERIO PÚBLICO
NO CONSTRUYEN BUENAS IMPUTACIONES BASADAS EN PROPOSICIONES
FÁCTICAS SUBSUMIDAS EN PROPOSICIONES JURÍDICAS.
Se pervierte la imputación cuando a pesar de existir información valiosa en los actos de
investigación, las proposiciones fácticas no son construidas sobre la base de esta
información.
Las partes pueden tener conocimiento de esta información por haber adquirido el
expediente, pero, esto no exime al ministerio público del deber de construir
proposiciones fácticas para materializar una imputación concreta. No se realiza la
operación de sintetizar la información investigada o investigativa construyendo
proposiciones fácticas, sino que se asume que raramente es suficiente la información
dispersa en el expediente fiscal. Esto es completamente erróneo. La débil presencia de
proposiciones fácticas puntualizadas con base en la investigación genera en los jueces el
apremio de recurrir al expediente para obtener información por defecto o ausencia de las
proposiciones fácticas, esto determina a que sean los jueces quienes construyan
proposiciones fácticas para fundamentar decisiones y con ello el retorno al modelo
inquisitivo, con jueces haciendo las veces de un fiscal.
El efecto más pernicioso es la anulación del contradictorio, sólo pues con proposiciones
fácticas se puede materializar el contradictorio y optimizar el ejercicio de la defensa. Si
no hay imputación, no hay defensa, por más que la información se encuentra en la
carpeta fiscal. Con todo ello se requiere seriamente el principio acusatorio y el carácter
cognitivo del proceso da lugar a un ritual de sospecha y atribuciones éticas. El trabajo
fiscal se vértebra sobre la base de construir proposiciones fácticas, sintetizando la
información obtenida con los actos de investigación, ésta es precisamente su labor
central, compleja pero indispensable.
De nada sirve acopiar información sin un norte. Esta información, es el insumo que se
sintetiza en proposiciones fácticas calificadas jurídicamente, que, a su vez, orientan la
actividad investigativa, buscando nuestra información. La imputación concreta es el
resultado de esta tensión dialéctica en la actividad investigativa y proposiciones fácticas.
Si el operador fiscal no es consciente de la dinámica, realizará una labor unilateral de
acopio cuantitativo de información sin posición estratégica en la obtención de
información de calidad. La falta de destreza en la construcción de proposiciones
fácticas, da lugar a que se realicen imputaciones con errados juicios de tipicidad, no
obstante que los elementos indiciarios se tiene base fáctica para construir proposiciones
fácticas con un correcto juicio de tipicidad.
El juez de la investigación preparatoria no tiene atribuciones para controlar que el fiscal
construya proposiciones fácticas con determinada información de los actos de
investigación, sólo controla la calificación jurídica de las proposiciones fácticas
propuesta por la fiscalía. Sería contrario a su rol constitucional ordenar u orientar la
construcción de proposiciones fácticas en determinado sentido jurídico por tanto el
67
F. Celis Mendoza Ayma. Juez Superior de la Corte Superior de Justicia de Arequipa
desarrollo de destrezas en la construcción de proposiciones fácticas sobre la base de la
actividad investigativa es una tarea pendiente y de urgencia que corresponde a la
fiscalía.
SEGUNDO PROBLEMA: LA IMPUTACIÓN CONTIENE PROPOSICIONES
FÁCTICAS VINCULADAS A LA REALIZACIÓN DEL HECHO PUNIBLE, PERO
CARENTE DE PROPOSICIONES FÁCTICAS QUE VINCULEN AL IMPUTADO.
Otra perversión se presenta cuando la imputación contiene proposiciones fácticas
vinculadas a la realización del hecho punible, pero es carente de proposiciones fácticas
que vinculen al imputado; otras veces se propone proposiciones genéricas no
concretadas en indicios reveladores. Obviamente en ambos supuestos no existe
imputación y da lugar a la sospecha como fundamento. Una formalización de
imputación sobre imagen difusa es insostenible en un proceso cognoscitivo, se anula
este carácter y en un escenario de críticas sobre la eticidad de la conducta de los
magistrados. Se pervierte la imputación concreta cuando se presenta excesivas
proposiciones fácticas no vinculadas al hecho constitutivo sino a las circunstancias
precedentes, concomitantes y posteriores. Esta exuberancia de circunstancias rodea o
circundan generalmente de proposiciones fácticas del hecho constitutivo.
El exceso de proposiciones fácticas circundantes esconde la débil presencia de
proposiciones fácticas del hecho constitutivo. Una técnica operativa para construir una
imputación exige elaborar el primer orden cómo núcleo las proposiciones fácticas que
configuran las circunstancias. El Ministerio Público debería centrar arduamente en la
imputación constitutiva de los elementos de tipo; sólo luego debería construir las
proposiciones fácticas que configuran las circunstancias. Se evitaría así el exceso de
circunstancias en desmedro del hecho constitutivo.

TERCER PROBLEMA: EL FORMULISMO.


El formulismo en palabras del citado maestro Arequipeño es otra perversión de la
imputación concreta, se expresa en la utilización de formatos y al pretender cargarlos da
lugar a contenido reiterativo. La acusación es exuberante, pero con el contenido del
hecho punible. El estilo forense no puede ajustarse al cumplimiento del formato de la
acusación; puede ser distinto y hacerse un uso residual del formulario.
La verificación exhaustiva del cumplimiento del contenido por rigurosos rubros
formales constituye una práctica formularia que anula la construcción de una
imputación conforme a las particularidades del caso. El estrecho rigor del formato
condiciona severas confusiones, así la imputación es disgregada de manera inarticulada
en circunstancias precedentes, concomitantes y posteriores. El formalismo extremo
degenera en un descuartizamiento de la imputación. Esta desagregación de la
imputación es consecuencia directa de la utilización del formato, éste exige que la
acusación contenga las circunstancias precedentes, concomitantes posteriores al hecho
constitutivo y, ante la ausencia de las circunstancias para satisfacer los requerimientos
del formato, se descompone el hecho delictivo en circunstancias.
Este formalismo, en apariencia facilita el trabajo fiscal, no permite una práctica eficiente
y el control de la imputación concreta. Así la robótica práctica formularia debe ser
criticada y combatida pues imposibilita la reflexión y torna ineficiente el control de la
imputación. Además, no es inocuo, las defensas formalistas utilizan este formato con un
esquema de evaluación y es aprovechado para cuestionar la ausencia de proposiciones
fácticas constitutivas del tipo, no obstante encontrarse estás bajo la nominación de las
circunstancias. Lo importante es la concurrencia de la imputación fáctica con
proposiciones fácticas realizadoras de los elementos del tipo, independientemente de la
nomenclatura formularia que se emplee. Es claro que la imputación fáctica es el núcleo
constitutivo de la imputación y de las circunstancias que rodean este hecho. Son bases
fácticas distintas, unas son el núcleo y las obras son periféricas al núcleo, las primeras
son esenciales la segunda son no esenciales.
Las circunstancias sólo deben ser postuladas en tanto sean generadoras de
consecuencias jurídicas. Esta perspectiva procesal permite un control eficiente de los
requisitos de fondo de la imputación penal, porque nos permite focalizar el problema. Si
el fáctico constitutivo del hecho punible se encuentre bajo otra denominación
formularia, ello no debe suponer a ausencia de imputación, una cosa es que éstas no
existan y otra que los hayan desarrollado en otros rubros; por tanto, no es un supuesto
de sobreseimiento, entonces corresponde al Juez disponer su ordenación devolviendo la
acusación. Precisando, la imputación concreta es un presupuesto del contradictorio,
configuran el proceso; sin él simplemente no existe proceso, es eje central del proceso,
determina el carácter cognitivo del proceso, en cualquiera de sus etapas.
Si la imputación es defectuosa entonces incide directamente en la configuración
defectuosa del proceso, y degenera su carácter cognitivo en uno de sospecha y
prejuicios. Por esa razón los cuestionamientos a la perversión de la imputación apuntan
a generar buenas prácticas en perspectiva de un auténtico proceso centralmente
cognitivo y por tanto controlable. El abordaje de la imputación concreta y los problemas
de su calificación jurídica, merecerán un enfoque independiente.

CAPITULO V.

CONTENIDO DEL DERECHO A LA IMPUTACIÓN NECESARIA

EL HECHO

Toda imputación debe de contener la información detallada y precisa de los hechos que
son materia de la acción penal. Se entiende por hecho “el acontecimiento anterior y
externo al proceso, producida por obra humana (acción u omisión) que se percibe o
alguien sostiene que constituiría un ilícito penal”. (Angulo Arana, 2014).
Una parte de la doctrina procesal penal, ha señalado respecto del derecho a la
imputación necesaria, que la precisión y detalle del hecho no es exigible a nivel de
formalización de investigación preparatoria, como si lo es a nivel de acusación, como lo
prescribe el artículo 349º numeral 1 literal b. “1. La acusación fiscal será debidamente
motivada, y contendrá: b) La relación clara y precisa del hecho que se atribuye al
imputado, con sus circunstancias precedentes, concomitantes y posteriores”.
El TC, en la sentencia de fecha 14 de noviembre de 2005, recaída en el expediente Nº
8123-2005-PHC/TC, Caso: Nelson Jacob Gurman, refiere que el Sistema Procesal Penal
ha establecido que la imputación necesaria supone la atribución concreta de un hecho
punible en base, no solo a hechos sino también a un tipo penal específico, en este
sentido el Tribunal Constitucional ha establecido que “la acusación ha de ser cierta, no
implícita, sino precisa, clara y expresa”. Por su parte la Corte Suprema ha establecido
como precedente vinculante que “La imputación que se alude, supone la atribución de
un hecho punible, fundado en el factum correspondiente, así como en la legis atinente y
sostenido en la prueba, presupuestos que deben ser inescrupulosamente verificados por
el órgano jurisdiccional que ejerciendo la facultad de control debe exigir que la labor
fiscal sea cabal, que la presentación de los cargos, sea puntual y exhaustiva, que permita
desarrollar juicios razonables”[R.N.Nº 956-2011].
Sin embargo, dicha posición es errada, pues la precisión y detalle del hecho es una
exigencia del derecho de imputación necesaria y debe ser exigible desde el momento en
que se le imputa a una persona la realización de un hecho ilícito a fin de que éste pueda
ejercer su derecho de defensa. En este sentido, el CPP de 2004 en su artículo 336º inciso
1, prescribe que: “Si de la denuncia, del informe policial o de las diligencias
preliminares que realizó, aparecen indicios reveladores de la existencia de un delito, que
la acción penal no ha prescrito (…) el Fiscal dispondrá la Formalización y la
Continuación de la Investigación Preparatoria”. Por lo tanto, la información de los
cargos realizada por el Ministerio Público a través de la DFYCIP, tiene el deber de
relatar de modo claro y expreso las circunstancias de modo, lugar y tiempo del hecho
considerado como delictivo; cumpliendo con las exigencias fijadas en las normas
supranacionales y en la propia Constitución de nuestro país, de que la información de la
imputación debe ser previa, sin demora, de forma inmediata y de manera detallada.
En cuanto a la comunicación de los hechos la Corte Suprema en el A.P. Nº 06-2010/CJ-
11668 refiere que debe ser un hecho preciso. Un hecho es preciso cuando no está
formulado en forma genérica, sino de manera concreta y puntual, ya que sólo cuando
existe un cargo concreto y específico la persona podrá defenderse. El CPP del 2004, es
claro al señalar en el numeral 1 del artículo IX del Título Preliminar que: “Toda persona
tiene derecho inviolable e irrestricto a que se le informe de sus derechos, a que se le
comunique de inmediato y detalladamente la imputación formulada en su contra (…)”.
Igualmente, el artículo 87º del mismo cuerpo normativo establece: “1. Antes de
comenzar la declaración del imputado, se le comunicará detalladamente el hecho objeto
de imputación, los elementos de convicción y de pruebas existentes, y las disposiciones
penales que se consideren aplicables. De igual modo se procederá cuando se trate de

68
La Corte Suprema en el A.P. Nº 06-2010/CJ-116 (16/11/2010) ha desarrollado que: “La disposición de
formalización de la investigación preparatoria es la comunicación formal que el Fiscal dirige al imputado
para efectos de hacer de su conocimiento la imputación clara y precisa de los hechos que se le atribuyen,
la correspondiente calificación jurídica específica y, por ende, que se va realizar una investigación
formalizada en su contra, posibilitándole, a través de su abogado defensor, aportar los medios de
investigación y de prueba que estime pertinentes”. [FJ. 10].
cargos ampliatorios o de la presencia de nuevos elementos de convicción o de prueba.
Rige el numeral 2) del artículo 71º”.69
Siendo esto así, no cabe duda del derecho de toda persona a quien se le atribuye la
comisión de un hecho ilícito penal, de conocer con claridad los hechos por los cuales
viene siendo investigado y respecto de los cuales en virtud a la ley puede hacer valer su
derecho de defensa desde que se le hace la imputación, con el inicio de las primeras
diligencias de investigación hasta la culminación del proceso penal. 70
La CIDH, en el Caso: Fermín Ramírez Vs Guatemala, de fecha 20 de junio de 2005, ha
señalado que: “(…) la descripción material de la conducta imputada contiene los datos
fácticos que constituyen la referencia indispensable para el ejercicio de la defensa del
imputado (…) de allí que el imputado tenga derecho a conocer a través de una
descripción clara, detallada y precisa de los hechos que se le imputan (…)”. (Caso:
Fermín Ramírez Vs Guatemala, 2005). De esta forma, tal como lo establece la CIDH, la
comunicación de la imputación debe ser detallada y lo más específica posible, alejada
de meras presunciones, de lo contrario estaríamos ante una lesión del derecho de
defensa, toda vez, que solo conociendo la imputación la persona podrá defenderse con
alguna posibilidad de éxito; no puede haber defensa de algo que no se conoce. De nada
valdría tener un abogado defensor debidamente apersonado, que tenga acceso al
expediente o a la carpeta fiscal o de que se reciban los escritos, si es que el ciudadano y
su defensa no conocen los hechos que legitiman la investigación en su contra. También,
es necesario fijar la concreta configuración del hecho y el aporte individual que cada
persona ha realizado.
El manual de redacción de documentos propios de la actividad fiscal señala que la
comunicación de la imputación y toda otra información relevante para preparar la
defensa, se expresan en las disposiciones, las que: “deben contener (…) antecedentes,
que den cuenta de quién dice qué sucedió, a quién se identifica como autor o partícipe,
qué es lo que hizo, cuándo, cómo, dónde”. Este mismo manual, establece que al
momento de redactar una DFYCIP se debe: “explicar los hechos antecedentes,
concomitantes y posteriores, en castellano sencillo, sin usar conceptos legales “. (León
Pastor, 2016). Finalmente, la importancia del derecho a la imputación necesaria en la
construcción de la DFYCIP, nace porque es en esta disposición que se fija formalmente
el objeto del proceso penal; quedando delimitado el hecho que puede ser objeto de
acusación y el que, posteriormente, puede ser objeto de sentencia condenatoria.71
El CPP 2004 también establece la posibilidad de variar los hechos objeto de persecución
penal incluso en sede de juzgamiento72. Siendo necesario informar expresamente al

69
De acuerdo al literal a. del numeral 2 del artículo 71º del CPP: “Los Jueces, los Fiscales o la Policía
Nacional deben hacer saber a imputado de manera inmediata y comprensible, que tienen derecho a: a)
Conocer los cargos formulados en su contra”.
70
Código Procesal Penal: “Artículo 71º Derechos del imputado. - 1. El imputado puede hacer valer por sí
mismo, o a través de su Abogado Defensor, los derechos que la Constitución y las Leyes le conceden,
desde el inicio de las primeras diligencias de investigación hasta la culminación del proceso”.
71
Código Procesal Penal: “Artículo 349º inciso 2 La acusación sólo puede referirse a hechos y personas
incluidos en la disposición de formalización de la Investigación Preparatoria, aunque se efectuare una
distinta calificación jurídica (…)” y el artículo 397° inciso 1: “La sentencia no podrá tener por acreditados
hechos u otras circunstancias que los descritos en la acusación”.
72
Código Procesal Penal: “Artículo 374° inciso 2. Durante el juicio el Fiscal, introduciendo un escrito de
acusación complementaria, podrá ampliar la misma, mediante la inclusión de un hecho nuevo o una
acusado de las modificaciones que pudieran sufrir los hechos o la calificación jurídica
en el curso del juzgamiento, garantizando así su derecho de defensa.
CALIFICACIÓN JURÍDICA

La calificación jurídica de un hecho implica el desarrollo de una interpretación jurídica


de las normas legales. Calificar un hecho es subsumirlo en una norma jurídica. Es decir,
solo puede ser sometido a un proceso penal y sancionado aquél que realizó una
conducta que estuviera considerada dentro de la ley penal como delito o falta. El
derecho a la imputación necesaria no solo implica la correcta descripción del hecho,
sino también la información de sus consecuencias jurídicas a fin de que el imputado
pueda discutir la calificación y precisión del hecho.
El TC en la sentencia Nº 06079-2008-PHC/TC; Caso: José Humberto Abanto
Verástegui, ha señalado que:
“El Estado Constitucional exige que toda persona sometida a una indagación sea
informada con detalle de los cargos que se le formulan y de sus consecuencias jurídicas,
porque dicha información es un presupuesto esencial del derecho a la defensa. ¿Acaso
es posible imaginarse una defensa eficaz por parte de quien desconoce los cargos
levantados en su contra? ¿Sería posible que una persona sumida en esa situación cuente
con los medios necesarios suficientes y eficaces para su defensa?
Si el representante del Ministerio Público no puede subsumir, aunque sea
provisionalmente, la conducta del investigado en un tipo penal vigente, es simplemente
porque carece de una sospecha razonable y, por lo tanto, debe cesar toda molestia contra
la persona investigada, puesto que devendrían injustificadas”. (Caso: José Humberto
Abanto Verástegui, 2009).
Siendo esto así, se debe entender que toda descripción fáctica debe subsumirse en una
figura delictiva, todo hecho debe tener su calificación jurídica, es decir que la denuncia
penal debe tener como objeto una conducta en la que se verifiquen todos los elementos
exigidos en la ley penal para la configuración del delito, en base al derecho de defensa.
El TEDH, en el Caso: Pellisier y Sassi vs Francia, de fecha 25 de marzo de 1999,
prescribe que: “(…) La Corte considera que, en cuestiones penales, el precepto
concerniente a una información completa y detallada de los cargos formulados contra el
imputado y, consecuentemente, a la calificación legal que el tribunal pueda adoptar al
respecto, constituye un prerrequisito esencial para asegurar que los procedimientos sean
justos (…)”. (Caso: Pellisier y Sassi Vs Francia, 1999).
Queda claro que “el inicio de toda investigación, sea cual fuere su carácter, ha de tener
como presupuesto la existencia de un suceso material verificable en el tiempo y en el
espacio; es decir, el inicio de una investigación contra una persona tendrá validez
constitucional únicamente si es posible individualizar su conducta y verificar que la
misma tenga contenido penalmente relevante; lo contrario sería aceptar la

nueva circunstancia que no haya sido mencionada en su oportunidad, que modifica la calificación legal o
integra un delito continuado”; 3. “En relación con los hechos nuevos o circunstancias atribuidas en la
acusación complementaria, se recibirá nueva declaración del imputado y se informará a las partes que
tienen derecho a pedir la suspensión del juicio para ofrecer nuevas pruebas o preparar la defensa”.
preponderancia de la presunción de culpabilidad sobre el derecho fundamental a la
presunción de inocencia”. (Caso: Alfredo Alexander Sanchez Miranda y otros, 2010).
Ahora bien, si a una persona se le imputa una acción delictiva, se le debe informar los
elementos que configuran el tipo penal: el grado de responsabilidad (autor o partícipe) y
el grado de desarrollo del delito (consumado o en grado de tentativa). Si son delitos
especiales o de infracción de deber será necesario precisar cómo los hechos están
relacionados al ámbito de competencia del agente, y qué deberes infringió. Cabe
precisar que el artículo 336º inciso 2 literal b del CPP establece que: “El Fiscal podrá, si
fuera el caso, consignar tipificaciones alternativas al hecho objeto de investigación,
indicando los motivos de esa calificación”, debiendo comunicar al juez de la
investigación preparatoria de su decisión de continuar con las investigaciones
preparatorias (artículo 3º CPP), adjuntando copia de la disposición de formalización
(artículo 336º.3 CPP). De esta manera, el imputado toma conocimiento formalmente
que el fiscal, al haber encontrado indicios reveladores de la existencia del delito que se
le imputa, buscará reunir los elementos de convicción, de cargo y de descargo, que le
permitan decidir si formula o no acusación y, en su caso, al imputado preparar su
defensa (Art. 321º.1 CPP).
Esto quiere decir que las tipificaciones alternativas solo se efectuaran cuando los
“hechos se presentan bastantes ambiguos y, desde la visión persecutoria, resultaría de
sumo riesgo forzar una calificación específica”. (Angulo Arana, 2014). Siendo
necesario que el fiscal explique razonablemente los motivos por los cuales se considera
obligado a consignar tipificaciones alternativas. Por su parte la Directiva Nº 007-2012-
MP-FN, señala que: “Es importante que el Fiscal que da inicio a una investigación,
establezca con claridad “que se le atribuye haber hecho u omitido hacer, en el mundo
factico (…) exigencia que en materia procesal penal se conoce como imputación”
(Maier Julio B.J. Derecho Procesal Penal, Tomo I, Fundamentos P.553. Editores del
Puerto 2002).
En otros términos, la disposición que formaliza la investigación preparatoria tiene que
cumplir con este requisito, y encuadrarlos dentro del tipo(s) penal (es) correspondiente,
lo cual servirá para que se disponga de manera correcta la actuación de actos de
investigación orientados a establecer o acreditar su planteamiento; además hará posible
un adecuado uso del derecho de defensa, por parte del imputado pues la imputación
correctamente formulada es la llave que abre la puerta de la posibilidad de defenderse
eficientemente, pues permite negar a todos o alguno de sus elementos para evitar
aminorar la consecuencia jurídico – penal”. Por otro lado, la calificación jurídica que
presenta el Ministerio Público en la DFYCIP, tiene un carácter provisorio, pues puede
ocurrir que como resultado de los actos de investigación, la tipificación inicial pueda ser
objeto de una nueva adecuación jurídica, por lo que el fiscal que decida readecuar los
hechos a un tipo penal distinto al señalado en la DFYCIP, deberá expedir una
disposición en la que explicará las razones del cambio de tipificación y pondrá en
conocimiento del Juez de la investigación preparatoria, del imputado, y del actor civil,
la disposición emitida a fin de que estos últimos ejerzan su derecho de defensa y
contradicción.
ELEMENTOS DE CONVICCIÓN
Los elementos de convicción “constituyen el resultado concreto, la información o dato
incriminante, que se obtiene a través de los actos de investigación, diligencias y
actividades en general que se realizan durante la fase de diligencias preliminares o
investigación preparatoria, con el objeto de reconstruir los hechos y vincular la
responsabilidad de sus presuntos autores”. La persona a quien se le imputa un ilícito
penal si bien se le debe informar el hecho de manera clara y precisa, así como la
calificación jurídica, también es necesario que se le informe de los indicios o pruebas
que lo vinculan con el hecho delictivo sea en calidad de autor o participe. Pues, “si se
tiene solo proposiciones afirmativas de la realización de un hecho, el imputado no puede
defenderse materialmente de meras afirmaciones. Son precisamente los elementos de
convicción los que van a pautar o guiar la defensa del imputado, proponiendo la
realización de actos de investigación para enervar el contenido de los elementos de
convicción”.
Por lo tanto, la imputación solo es necesaria, en tanto se encuentre sostenida con
elementos indicativos reveladores de la comisión del delito e indicios reveladores que
vinculen al imputado con la realización del hecho delictivo, por lo tanto, su verificación
y control debe realizarse de manera conjunta de esta manera se cumplirá con los tres
elementos (hecho, calificación jurídica y evidencia o elementos de convicción) que se
exigen para su configuración. Finalmente, queda claro que la DFYCIP debe contener un
hecho preciso, claro y detallado, la correcta calificación jurídica, así como los elementos
de convicción. Sin embargo, también es obligación y responsabilidad del Ministerio
Público motivar las disposiciones fiscales que emiten, en especial la DFYCIP, tal como
lo estable el CPP del 2004, a fin de garantizar que la administración de justicia se lleve
de conformidad con la Constitución y las leyes y que los justiciables puedan ejercer de
manera efectiva su derecho de defensa.

IMPUTACIÓN NECESARIA EN LOS ACUERDOS PLENARIOS EL CPP del 2004.

frente a la vulneración de derechos establecidos en su artículo 71º, incorpora la


audiencia de tutela como un mecanismo de protección del imputado. La tutela de
derecho es una garantía que permite al imputado que considera que se ha vulnerado o
afectado sus derechos constitucionales establecidos específicamente en el artículo 71º
del CPP a consecuencia de acciones u omisiones por parte del Ministerio Público o
Policía Nacional, recurrir al JIP para que subsane o repare las acciones u omisiones que
originaron el quebrantamiento del derecho. El Código Procesal Penal del 2004 prescribe
en su artículo 71º: Derechos del imputado:
1. El imputado puede hacer valer por sí mismo, o a través de su Abogado Defensor, los
derechos que la Constitución y las Leyes le conceden, desde el inicio de las primeras
diligencias de investigación hasta la culminación del proceso.
2. Los Jueces, los Fiscales o la Policía Nacional deben hacer saber al imputado de
manera inmediata y comprensible, que tiene derecho a:
a) Conocer los cargos formulados en su contra y, en caso de detención, a que se le
exprese la causa o motivo de dicha medida, entregándole la orden de detención girada
en su contra, cuando corresponda;
b) Designar a la persona o institución a la que debe comunicarse su detención y que
dicha comunicación se haga en forma inmediata;
c) Ser asistido desde los actos iniciales de investigación por un Abogado Defensor;
d) Abstenerse de declarar; y, si acepta hacerlo, a que su Abogado Defensor esté presente
en su declaración y en todas las diligencias en que se requiere su presencia;
e) Que no se emplee en su contra medios coactivos, intimidatorios o contrarios a su
dignidad, ni a ser sometido a técnicas o métodos que induzcan o alteren su libre
voluntad o a sufrir una restricción no autorizada ni permitida por Ley; y
f) Ser examinado por un médico legista o en su defecto por otro profesional de la salud,
cuando su estado de salud así lo requiera.
3. El cumplimiento de lo prescrito en los numerales anteriores debe constar en acta, ser
firmado por el imputado y la autoridad correspondiente. Si el imputado se rehúsa a
firmar el acta se hará constar la abstención, y se consignará el motivo si lo expresare.
Cuando la negativa se produce en las primeras diligencias de investigación, previa
intervención del Fiscal se dejará constancia de tal hecho en el acta.
4. Cuando el imputado considere que durante las Diligencias Preliminares o en la
Investigación Preparatoria no se ha dado cumplimiento a estas disposiciones, o que sus
derechos no son respetados, o que es objeto de medidas limitativas de derechos
indebidas o de requerimientos ilegales, puede acudir en vía de tutela al Juez de la
Investigación Preparatoria para que subsane la omisión o dicte las medidas de
corrección o de protección que correspondan. La solicitud del imputado se resolverá
inmediatamente, previa constatación de los hechos y realización de una audiencia con
intervención de las partes”.
ACUERDO PLENARIO Nº 4-2010/CJ-116

En relación al derecho a la imputación necesaria la Corte Suprema en el AP 4-2010/CJ-


116, fundamento 18º ha señalado que: “Otro de los problemas recurrentes que es del
caso abordar en el presente acuerdo es el relativo al cuestionamiento de la Disposición
de Formalización de la Investigación Preparatoria a través de la Audiencia de Tutela, es
decir, si es posible activar -desde la defensa una vía de control judicial de la referida
disposición fiscal. Sobre el particular y, en principio, debemos descartar esta
posibilidad, fundamentalmente porque, como se ha enfatizado, la vía de la tutela sólo
está habilitada para aquellos casos en los que se vulnere algunos de los derechos
esenciales asociados en términos amplios a la defensa. Por lo demás debe quedar claro
que la Disposición en cuestión es una actuación unilateral del Ministerio Público y no
puede ser impugnada ni dejada sin efecto por el Juez de la Investigación Preparatoria.
Cumple una función esencialmente garantista: informa al imputado de manera
específica y clara acerca de los hechos atribuidos y su calificación jurídica, esto es, el
contenido de la imputación jurídico penal que se dirige en su contra. Además, ya en el
proceso formalmente iniciado, las partes pueden hacer uso de los medios de defensa
técnico para evitar un proceso en el que no se haya verificado los presupuestos
esenciales de imputación. Piénsese por ejemplo en la declaración de atipicidad a través
de la excepción de improcedencia de la acción o en la de prescripción ordinaria, si es
que antes de la Formalización de la Investigación Preparatoria se cumplió el plazo
correspondiente”.
En base a este fundamento se negaba la posibilidad de cuestionar a través de la
audiencia de tutela la DFYCIP, por cuanto esta solo estaba habilitada para aquellos
casos en los que se vulnere algunos de los derechos esenciales asociados en términos
amplios a la defensa; sin advertir que la ausencia de una descripción detallada del hecho
ilícito y su calificación jurídica son parte del contenido del derecho a una imputación
necesaria y ante su infracción se estaría impidiendo el derecho de defensa. También
señala que la DFYCIP, es una actuación unilateral del fiscal y cumple una función
esencialmente garantista: informa al imputado de manera específica y clara acerca de
los hechos atribuidos y su calificación jurídica. No cabe duda que la emisión de la
DFYCIP es un acto unilateral sin embargo esto no quiere decir que su emisión
constituya un acto arbitrario por falta de una adecuada información específica y clara
acerca de los hechos que se le atribuye al imputado ocasionando así una infracción al
derecho de defensa.
ACUERDO PLENARIO Nº 2-2012/CJ-116

Ante los problemas que se venían suscitando respecto al derecho a la imputación


necesaria, es que la Corte Suprema en el acuerdo plenario Nº 2-2012/CJ-116, abre la
posibilidad de controlar la imputación durante la investigación preparatoria, bajo
determinados supuestos establecidos en el fundamento 11º: “Muy excepcionalmente,
ante la desestimación del Fiscal o ante la reiterada falta de respuesta por aquél – que se
erige en requisito de admisibilidad, y siempre frente a una omisión fáctica patente o ante
un detalle de hechos con entidad para ser calificados, de modo palmario, de inaceptables
por genéricos, vagos o gaseosos, o porque no se precisó el aporte presuntamente
delictivo del imputado, cabría acudir a la acción jurisdiccional de tutela penal”.
Como puede verse, el imputado que considere que la DFYCIP vulnera su derecho a la
imputación necesaria no puede dirigirse directamente al juez de investigación
preparatoria, sin antes haber solicitado al fiscal la corrección del vicio que presenta
dicha disposición y siempre que este haya desestimado el pedido o de manera reiterada
no le dé respuesta. Finalmente, este AP limita la tutela de derechos contra la DFYCIP,
para aquellos casos en los que exista una deficiente descripción de los hechos;
olvidando que el contenido del derecho a la imputación necesaria, no solo se refiere a la
descripción del hecho, sino también de su concreta calificación jurídica y la indicación
de los elementos de convicción. Siendo esto así su protección debe abarcar la infracción
de cualquiera de sus exigencias, y no solo cuando se refiere a una deficiente descripción
del hecho materia de imputación.
CONCLUSIONES:
 La moderna concepción del proceso penal en un paradigma acusatorio proclama,
por un lado, la necesidad de que este sea un canal adecuado para permitir la
reconstrucción del hecho delictivo sucedido en el pasado, apoyado siempre
sobre elementos probatorios legalmente obtenidos e incorporados al mismo, y
que posibiliten asentarlo sobre un criterio de verdadera correspondencia.
Significa, sin más, asegurar la justicia como interés supremo del mundo jurídico-
político y consolidar su administración con función del poder.
 Pero paralelamente a ello, el proceso penal está diseñado también como un
vallado de contención capaz de funcionar como freno para el Estado, debido a
que, en el cumplimiento de dicha tarea de afianzamiento, en no pocas ocasiones
avasalla derechos fundamentales de las personas, menoscabando de esta forma
la ley superior de la nación, como es la Constitución. Aparece entonces esta
garantía primordial como eje troncal, andamiaje y armadura constitucional. No
puede concebirse un Estado democrático que no garantice este derecho, el
respeto a la dignidad y a la persona, y el rechazo al totalitarismo.
 En ese camino, una de las novísimas instituciones que recogió el NCPP, fue el
artículo 71°. 4, referido a la tutela de derechos, el cual constituye una vía
jurisdiccional a la cual la persona imputada en la comisión de un delito puede
acudir cuando considere que durante las diligencias preliminares o en la
investigación preparatoria no se ha dado cumplimiento a las disposiciones, o que
sus derechos no son respetados, o que es objeto de medidas limitativas de
derechos indebidos o de requerimientos ilegales. Puede acudir en vía de tutela al
juez de garantías a fin de que este tutele, proteja, subsane o dicte las medidas de
corrección pertinentes, protegiéndose así mejor los derechos del imputado.
 No se conocen antecedentes normativos nacionales para la tutela en nuestro
ordenamiento jurídico interno. Por tal razón, la tutela, siendo una institución
jurídica del ámbito procesal penal, no tiene ningún parentesco con la institución
sustantiva del Derecho de Familia, denominada igualmente tutela, institución
supletoria del amparo familiar que está formada por el conjunto de derechos y
obligaciones que la ley confiere a un tercero para que cuide de la persona y de
los bienes de un menor de edad que no se halla sujeto a la patria potestad.
 Sin embargo, la tutela peruana presenta muchas afinidades aunque también
marcadas diferencias con la institución constitucional colombiana conocida
como acción de tutela (incorporada por el artículo 86º de la Constitución Política
de la República de Colombia de 1991 y por el artículo 1º del Decreto 2591 de
1991) y con el proceso constitucional de amparo peruano, en especial en cuanto
que ambos son mecanismos procesales de protección de derechos fundamentales
distintos a la libertad personal cuando resulten vulnerados o amenazados por la
acción o la omisión de cualquier autoridad pública o particular. Una diferencia
estructural de la acción de tutela colombiana y el amparo peruano respecto de la
tutela es que las dos primeras constituyen procesos autónomos, mientras que la
segunda resulta incidental y se plantea al interior del proceso penal común.
 En síntesis, podemos afirmar que la tutela de derechos es una garantía
constitucional de naturaleza procesal penal que puede usar el imputado o
cualquier otro sujeto procesal cuando ve afectados y vulnerados sus derechos
positivizados en la norma procesal penal, constitucional o demás leyes de la
materia, pudiendo acudir al juez de garantías (juez de investigación preparatoria)
para que controle judicialmente la constitucionalidad de los actos de
investigación practicados por el Ministerio Público y repare, de ser el caso, las
acciones u omisiones que generaron el quebrantamiento del derecho de las
partes procesales. La vía de tutela judicial solo podrá hacerse efectiva durante
las diligencias preliminares y en la investigación preparatoria propiamente dicha.
 La imputación suficiente o necesaria, consiste en una atribución de hechos que
deben guardar relevancia jurídica, debiéndose recordar que la información de la
imputación que pesa sobre una persona se formula dentro de los alcances del
principio de presunción de inocencia que impone como primer mandato la regla
de tratamiento a todos los ciudadanos, mientras no haya una condena firme. La
información, por tanto, no se dirige a un reo, sino a un ciudadano. Sin la
existencia de una imputación previa “suficiente”, detallada, clara y precisa no
puede cumplirse con el fundamento del sistema acusatorio dentro de un
ordenamiento procesal democrático.

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