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Consejos para la resolución de Confiticos y diferencias en la pareja

¿Te va a garantizar aprender estas técnicas de asertividad empática que no


discutas más con tu pareja? Pues no. No te voy a mentir. Pero lo que si te diré es
que disminuirás la probabilidad de acabar can discusiones tóxicas, fomentaréis un
acercamiento como pareja, y encontrareis soluciones más rápidas y eficazmente
cuando tengáis diferencias que subsanar.
Pero aquí dispones de un artículo que podéis leer juntos y recalcar los puntos a
mejorar. Tomároslo como un ejercicio de autoconocimiento y análisis para futuras
diferencias.

Habla en primera persona y evita usar siempre el «tú›


En frecuente déjanos llevar por la ira y el enfado, la frustración y el impulso que
provoca estar enojados, y dirigirnos a la otra persona en modo acusativo utilizando
el «tú.: “Tú has hecho esto y lo otro.”, «Tú me dijiste una cosa y ahora me dices
otra., o el tan frecuente uso del “Tu siempre quieres llevar la razón”...
Cuando estamos enfadados, estamos tan sensibles y vulnerables emocionalmente,
de manera que detectamos comentarios o palabras “que hacen daño aunque la otra
persona no lo haya dicho con esa intención”.
Si nos ponemos a analizar palabra por palabra, al final nos perdemos y no llegamos a
un acuerdo.
Aunque cierto es que algunas personas las usan para hacer daño a la otra persona,
no es lo más recomendable aunque estemos enojados, ya que ambas partes deben
estar de acuerdo en buscar soluciones y no en encender mas la llama de las
diferencias.
Por tanto, para disminuir el daño que podamos hacerle a nuestra pareja en un
momento así, debemos usar frases que se centren más en el “yo” que en el “tú”,
precisamente para evitar una actitud defensiva o mal entendida.
Por ejemplo: Me gustaría que me dijeras que te pasa para así poder entenderte mejor,
“Eso que has dicho ahora me hace sentir” o “Si hablas con calma lo entenderé
mejor..”.

Haz una petición de cambio positivo enfocado a la búsqueda de una solución


En un contexto cargado emocionalmente como es una relación sentimental,
es frecuente encontramos con situaciones difíciles de controlar debido
precisamente a la carga emotiva en la que nos encontramos.
Por ello cometemos el error de dirigirnos a la otra persona con frases
acusadoras, juiciosas, e incisivas que hieren a la otra persona y no hacen más que
acrecentar el problema o el dolor, o, por el contrario, sea el receptor quien sienta
ese ataque, aunque no se haya dicho con esa intención.
En ambos casos, hay que analizar si los comentarios van dirigidos a buscar una
solución o bien a resaltar el problema y engrandecer algo que, utilizando otro
camino, llegaríamos a mejor puerto.
Es por ello que, cuando algo nos moleste, preocupe, o nos haga dudar, basta con
comunicar como nos sentimos en lugar de acusar directamente sobre el malestar
que podamos sentir.
Pongamos un ejemplo: María últimamente está hablando por el whatsapp justo antes
de ir a dormir, algo que a Javier le sorprende y preocupa ya que piensa que puede haber
conocido a alguien. Pero también sabe que anda bastante liada ayudando a su amiga que
lo está pasando mal.
Pues bien, Javier no sabe qué sucede, y en lugar de preguntarle y escuchar atentamente lo
que tiene que decir su pareja al respecto, se deja llevar por esas emociones y se dirige a su
pareja nervioso, alterado y con argumentos acusatorios como que le está engañando.
Una posible solución sería preguntarle amablemente, y explicarle que a esas horas del día
le apetece estar con ella en la cama y hablar sobre lo que han pasado a lo largo del día. Es
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decir, comunicar como se siente en lugar de hacer comentarios juiciosos y enfocados a
agrandar el problema.

Escucha de manera activa y sin defenderte


Secuestrados emocionalmente en una discusión, tendemos a no escuchar a la
otra persona de manera empática ya que sentimos que somos nosotros quienes
necesitamos ser escuchados.
Cuando estamos enfadados es difícil escuchar, por ello debemos respetar los
turnos y prestar atención a lo que siente y dice la otra persona que a coma
nos sentimos nosotros.
Es difícil, pero las soluciones en la pareja se encuentran no solo callando
temporalmente nuestra boca, sino también nuestras emociones.

Interésate por sus emociones


Ahora es momento de entender y comprender emocionalmente que es lo
que le pasa a mi pareja, que intenta decirte entre líneas, y que es lo que le
ofusca o siente en ese momento.
Tú tienes clara tu parte, es decir, lo que te pasa, lo que sientes, pero debemos
apagar nuestra “ego” un instante ya que solo así podremos escuchar al
corazón de la otra persona.
Esta parte es difícil ya que debemos dejar a un lado, por unos minutos, nuestras
propias emociones.
El enfado, la frustración o la tristeza que sintamos en el momento de una
discusión impedirán que empatices con tu pareja y no llegaras a entender bien que
es lo que le está pasando.
Esta parte, tan importante de nuestra inteligencia emocional, podemos entrenarla
y perfeccionarla con la práctica, precisamente, en estos contextos.
Por ejemplo, las personas que practican mindfulness dominan la capacidad de
observar sus emociones sin dejarse embaucar o dominar por ellas.
Las observan como si fueran una tercera persona, desde lejos, y controlan la
alienación que puedan sufrir cuando se sienten dominados por la ira o la tristeza,
tomando consciencia de ello y sin reaccionar al respecto.

Dialoga, no negocies
Llegad a un consenso, a un acuerdo, a una solución, en lugar de negociar aspectos
importantes y básicos como puede ser la libertad, la comunicación, el respeto, o la
intimidad.
No estáis juntos por aspectos interesados sino que el amor, la unión, y el vínculo que
tenéis es incondicional y fluido. Es por ello que la palabra negociar debería ser
suplantada por la de dialogar, comunicar, consensuar o entender.

Responde a su iniciativa
Una manera muy eficiente de demostrar que la otra persona te importa y que es
especial es la de aplaudir sus iniciativas para buscar soluciones en mitad de una
discusión.
Por ello te recomiendo empatizar con sus opiniones y soluciones, manteniendo una
escucha activa (es decir, asentar o afirmar con la cabeza y mirando fijamente a los
ojos mientras habla) y respondiendo que te parece bien esa actitud enfocada en buscar
respuestas que unan la relación en lugar de dividirla.
Si tu pareja dirige la atención a solucionar problemas en lugar de buscarlos y perderse
en ellos, tienes un gran tesoro a tu lado. Cuídalo, esa es la actitud.

Retomad un espacio de complicidad


Volved a tener aficiones y pasiones en común es una fuente inagotable de reconstitución
del amor.
Busca que admiras en tu pareja, que recuerdas que te enamoró de ella, que te
hace sentir orgullo u orgullosa.
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Un pequeño truco, que puedes hacer para amenizar una discusión difícil a la
que no encontráis solución, puedes ser el de cambiar el contexto de la
discusión.
Lo normal es que las discusiones en pareja ocurran en casa, por ello, puede ser
buena idea parar los comentarios y continuar la comunicación en un lugar en la
naturaleza, como la playa o el campo. Busca un lugar tranquilo y que os guste a
ambos, pruébalo y comprobaréis como veréis las cosas de otra manera.
El hogar suele estar cargado de tensiones propias de la rutina, salid de ahí e ir a
un lugar rico en sensaciones que os aporte energía positiva.

Recordad momentos mágicos


Otra forma de encontrar complicidad y acercar diferencias es la de recordar
momentos en los que vuestro amor fue único, original y divertido.
Bien sea un viaje, una cena, o una situación romántica que soléis recordar como
especial. Esto acercara vuestros corazones y garantizo que un brillo en los ojos
ayudara a buscar una solución rápidamente.

Encontrad la admiración, no la posesión


Un valor importante del amor y las relaciones de pareja es la admiración.
Cuando conocemos a alguien y comenzamos una relación, durante los
primeros meses nos fijamos en detalles que acrecientan nuestro amor hacia esa
persona. Bien sea su forma de ver la vida, sus aficiones, sus habilidades,...
cualquier aspecto de sus personalidad a actitud termina por enamorarnos.
El problema surge cuando dejamos de admirar y el miedo nos recorre el cuerpo
intentando que esa persona sea “mi novia” o “mi novio” con la intención de
poseer la relación y a nuestra pareja coma algo propio, material, y que
debemos proteger par encima de la libertad.

Decid más «te amo», y menos “te quiero”.


Y por último, uno de los consejos que nos ayudarán a superar diferencias en la
pareja es la de cambiar la manera can la que expresamos nuestro amor: intenta
decir más “te amo” y menos “te quiero”.
La palabra “querer” implica posesión, deseo de pertenencia y falta de libertad,
en cambia “te amo” expresa amor hacia esa persona sin más intención que la
de hacerle saber lo que se siente por ella.
En muchos países no se usa el verbo “querer” por ejemplo: Francia je t'aime,
Italia ti amo, Alemania ich liebe dick, Inglaterra i love you,... En cambia en España, o
en español, si solemos usar esa manera de expresarle a la otra persona lo que
sentimos por ella.

Conclusión
Elige bien tus palabras, pero más aún tus emociones. Y sobre todo, ten paciencia,
tolerancia y respeto.

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