nd ALA Dx SITER EPRODICTOR
de reflexién schre la propia prictica docente y del devenir
de una posicién politica que no habia sido previamente
planificada,
Elmaterial que se presenta se organiza en cuatro tiem-
pos. En el primero se reflexiona en torno a la constitucién
del carnpo dela biologia y de la.ciencia, ylos aportes desde
el ferninismo y los estudios de género hacia este campo
disciplinar. En un segundo momento se analizan los inea~
mientos curriculares dispuestos a pertir de la sancién dela
EST para esta asignatura escolar. Luego, en una tercera sec-
ci6n, se compare y analiza la experiencia de ensefianza de
Biologia en uns escuela secundaria, y se exponen algunas
escenas de las clases que permiten identificar imprevistos,
conflictos, naturalizaciones y respuestas de lis estudiantes
frente ala propuesta fulica. Finalmente, amodo de ciere,
en el ditimo tramo se comparte una entrevista ala docente
gue participé en este proceso, en la cual se despliegan las
teflexiones finales las ensefianzas, preguntas y desafios
que dejé la experiencia compartida.
L
:
‘
$s LA ISTE RePROBUCTAR
1
Los principales interrogantes
que introduce la perspectiva de género
en el campo disciplinary
1.1. La sexualidad y el género en la ciencia y en la biologfa
Comenzaremos diciendo que existe un imaginario ins-
talado en lz sociedad que vincula directamente el par de
palabras “educaciéa sexual” con una asignatuta escolar
particular, las Ciencias Naturales 0 la Biclogta. Qué catac-
teristicas se le atribuyen a esta asignatura para posicionarla
come Ja garante de “la verdad” acerca de la sexualided?
En este primer apartado analizaremos los discutsos socta-
les que refuerzan esta asociacién entre la sexualidad y la
Biologia como asignatura escolar y como campo acadé-
mico. Este vinculo estuvo histéricamente fortalecido por
tuna definicién esencialista de “sexualidad”, muy arvaigada
en nuestra sociedad, pero fuertemente problematizada pot
laperspectiva de género. Es por eso que retomaremos algu-
nas reflexiones sobre los sentides tradicionalmente dados
alos cuerpes, las identidades y los deseos, y a sv relacién
con el discurso ciertifico, para luego anallzar, en el segundo
apartado, cémo infhayen en el Ambito escolar y en particu-
laren la ensefianza de Biologia.‘SALADS SISTEMARERCOUCTOR
1.1.1. Naturalizacién dela sexualidad
{Qué imaginamos cuando pensamos en la sexualidad?
iPuede limitarse a la préctica sexual? ;Qué es el “acto
sexual"? ;Como, cuando y donde hay sexualidad? :Quié-
nes tienen el poder de definirla? Qué y cémo ensefiamos
yaprendemes acerca de la sexualidad a la largo de nuestras
vidas?
Comencemos entonces por reconstruir las miradas
hegeménicas que rodean esta palabra, Desde las discipli-
nas humanisticas se viene denunciando que la sexualidad
es una de las dimensiones de fa vida social mas naturvlizada.
Nosteferimos als actitud de asociar un hecho o un proceso
histérico al plano de lo natural. Naturalizado en el sentido
Ge aquello que no suele estar sujeto a analisis o duda por
ser un aspecto habitual o “normal”, Lo que siempre fue y
siempre serd. Y tambign interpretado con las caracteristicas
atribuidas ala naturaleza: como perteneciente al orden de.
Jo necesario en oposicién alo contingente, alo universal en
oposicién a lo particular,
Entonces, persiste atin un discurso sobre la “sexualidad
natural”, que podria sintetizarse en uma clasificacién de
los cuerpos y una lectuta lineal del vinculo entre cuerpo-
género-deseo, reflejado en el siguiente esquema:
(CUERPO (GENITALES) ENERO | bEsto
Vagina ————}> feneniao —» Hombre
Pone ie Macuino ———> jer
Se trata deun eequema bindmica ‘ofrece dos opciones
P ibles) en ei cual se presentan a su vez como exhaustivos
fabarcan la totalidad. ne se puede estar por fueta) y exclue
yentes entre si ‘si se es. una opcidn no se puede ser la otra!
sone ar
LoS FHNGPRES PERRET UE RTODE LA PERSPCT O GEARO EN AMPD SCL
Y estiin jerarquizados (uno vale més que la otral: ei género
masculine predomina sobre el femenino. Decimos que
esta clasificacién y lectura lineal es esencialista porque se
asume quelo que fundamenta a la identidad de géneroy al
deseo sexo-afectivo de las personas es una supuesta esen-
cia “inmodificable"; esencia que se “evidencia” en el “dato
genital” presente en el cuerpo del bebé. Desde este para-
digma, el cuerpo es el punto de partida. El cuerpo repre-
senta al estado “mds puro”. El cuerpo es la manifestacién
inds incuestionable de la “voluntad de una fuerza natural”.
El cuerpo, entonces, determina el destino de esa persona,
Sin embargo, esta lectura lineal tiene, como iremos
viendo, diversos problemas. Desde el marco teérico y poli-
tico que desarrollaremos en este trabajo —la perspectiva de
género- diremos que este esquema es un modo entre otros
varios de organizat los cuerpos, y uno particularmente
opresivo. Sibien es la mirada hegemsnica y la que persiste
ena actuslidad, no es la que necesariamente coincide con
las experiencias vitales y cotidianas de la poblacin en stt
conjunte. Diremos, por el contrario, que existe una enorme
diversidad de deseos afectivos y erdticos, de identidades y
expresiones de ser varén y mujer, ¢ incluso diversas cuerpos
y genitales. Esta premisa es central en este trabajo y volve-
remos sobre ella una y otra vez.
Cada vez que en la ecografia de una persona embara~
zada se logra desentrafiar el misterio de si tiene o no pene,
es decir si “es nene” o “es nena”, se activa toda une bateria
de expectativas de genera bien diferenciables hacia aque-
‘la persona: rosa o celeste, débil fuerte, encantadora 0
valiente, cbjeto o sujeto de deseo, Se asume que si tiene unt
‘pene seri var6n, y desearé eventualmente penetrar vaginas,
Si tiene vagina serd mujer, por ende deseard eventualmente
set penetrada por un pene. Ademis de enfatizar en la base
corporal de génera. esta determinacién genital de cuentaWAS MLA 08 im EP RODUCTOR
del “coitocentrismo” que aparece en las nociones comunes
en tomo a las pricticas sexuales. Bl deseo erdtico femenino
no tiene el mismo valor social que el masculine en esta divi-
sién: la predominancia del conducto vaginal y. en contraste,
lainvisibilizacién del clitoris como érgano eréctil dedicado
exclusivamente al placer es un ejemplo de ello,
En nuestra cultura quienes aparecen como las voces
autorizadas pare describir y prescribir la sexualidad
humana son, principalmente, la religién y la ciencia posi-
tivista. Ambas tradiciones se fandamentan, como veniracs
diciendo, en una mirada esencialista de la sexualidad:
Ja verdad de la sexualidad reside en tltima instancia en el
cuerpo. En un largo y complejo proceso de construccién
de sentidos, las instituciones religiosas y cientificas fueron
dando forma a lo que aquf lamamos el discurso hegemé-
rrico, Ambos discursos, muchas veces coincidiendo sobre
cuestiones referidas ala sexualidad y alos roles masculinos
y femeninos, y otras veces en tensién, fueron modificanda
ynegociando sus postulados. También fueron disputando
los sentidos con el Estado en la elaboracién de normativas
referidas al disciplinamiento de los cuerpos.
Por un lado, poderos identificar que la iglesia caté-
lica, en tanto actor politico y referente mayoritario de los,
valores religiosos er la Argentina, de gran incidencia en el,
dmbito cultural y educativo, disputé en innumerables oca-
siones los significadios sobre la buena sexualidad, La virgen,
Marfa, como figura central del cristianismo, representa los
valotes femeninos (Ia castidad, la piedad, la pasividad, la
matemidad abnegads} opuestos ala promiscaidad de las,
prostitutaso solteras. Como veremos més adelante, la jerar-
quia eclesigstica jugé un papel central en la negociacién de
sentidos vinculados ala educacién sexual, antes, durante y
después de sancionada la ley de ESI.
RCP ALES ERATE QUE NSOOVEE LA LISPLTNA BE ENERO EN CAMEO ASP
Por otra lado, las ciencias (en particular las lamadas
“duras”} también juegan un papel fundamental en los
sentidos construidos sobre la sexualidad, por ende sobre
Ja educacién sexual, y goza de una gran legitimidad al
momento de estzblecer la “verdad” sobre ella. La medicina,
con la autoridad epistémica que le brinda su supuesta new
tralidad y objetividad cientifica, es vista socialmente como
la més cupacitada para diagnosticar y tomar las decisiones
importantes sobre los cuerpos. Si bien las pricticas en salud
superan la mera aplicacion de conccimientos elaborados
por Ia comunidad de cientificos, se representan como una
técnica fundamentalmenie cientifica.
Deacuerdo alos aportes de Menéndez (2988) el Modelo
Médico Hegemsnico (MMH) consiste en “un conjunto de
pricticas, saberes y teorias generadas por el desarrollo de
Jo que se conace como medicina cientifica, el cual, desde
fines del siglo XVIII, ha logrado dejar como subalterno al
conjunto de practicas, saberes ¢ ideologias que dorainaban
en los conjuntos sociales hasta lograt identificarse como la
‘inica forma de atender la enfermedad, legitimada tanto
porla ciencia como por el Estado”. El autor caracteriza al
modelo con los siguientes rasgos: biologicista, positivista,
a-historico, individualista, pragmalico, mercantilista, de
orientacién curativa, con una relacidn asimétrica médico-
paciente, se concibe a le enfermedad como diferencia
desviada-deficiente. De la mano del liberalismo se funda-
ment en el principio de las libertades individuales, como
la libertad de eleccién, consignando que la salud es una res-
ponsabilidad individual, Asimismo, y paraftasaendo a Cze-
resniay Freitas (2006), e discurso cientffico, laespecialidad
y la organizacion institucional de las pricticas de la salud
se citcunseriben a partir de conceptos chjetivos no de salud
sino de enfermedad, y alli radica la diferencia entre una
mirada de la salud como prevencién 0 como promacién.MAS ALLADEL Sse ermopucroR
ee ae
21 papel central que juega la medicins en la regulacién
delos cuerpos sexuados se verd en mayor profiunidad en el
bro de esta misma caleccién destinado al abordaje de ia
asignatura Educactén pare la Salud?. Sin embargo, aqui nos
detendremos en algunos ejemplos que ayuden a ‘compren-
der el modo en que el orden patriazcal se ensambla con el
MMB, para de esta forma comprender la importancia de
poner en cuestiGn este orden con una perspectiva critica
Ge género, particularmente en la enseflanza de la ciencia
dela naturaleza, ,
Comencemos entences por la profunda medicalizacién
scl cuerpo de Ias mujeres, principalmente en lo concer.
niente @ su capacidad reproductiva y a las decisiones per~
sonales sobre anticoncepcién, embarazo, partoy lactancia,
En las primeras décadas del siglo XX en rtestro pais (yen
congonancia con la tendencia europea) primé un pensa-
miento higienista y eugenésico, y fueron principalmente lxs
Intelectuales, médicos y estadistas quienes mostraron pre-
‘ocupacién por la expansiSn del “mal venéreo”, la inversion
de losreles de géneroy la intensa. ciculacién de los cuerpos
en una pais de reciente formacién. En este paradigma, a
Jo largo del siglo las mujeres han sido objeto de distintas
politicas y discursos sobre planificacién farniliat, no sélo
pot parte del Estado, sino -y principalmente— por médicos
y sacerdotes, a través de elementos de la industria cultural,
como revistas, peliculas y programas de ty, que reforzaban
su papel de autoridad moral (Felitti, 2009).
Es posible ver con mayor claridad e] problema de dicha
medicalizacién en lo que el feminismno viene denunciando
como violencia obstétrica. Esta es, segtin la Ley 26.485 de
5 On este io, Educasin pada slid y gb, Es
(Pele Faintod y Mata Busca, Homo Sapiens,
lntetrogante sbre la perspeciva de génetw en le.
Seludy seanalizan secuencin didéctiensapecticer +! 1
curred on sec
»
05a PES ERDGANTS QUEINTOEIKELA PERNA BE GEO EN CHAPO SOPRA
proteccién integral de las mujeres’, aquella gue ejerce el
personal de salud, principalmente médicxs y enfermerss,
sabre el cvetpoy los procesos reproductives de las mujeres,
expresada en un trato deshumanizado, un abuso de medica-
zacién y patologizacién de los pracesos vinculados princi-
palmentealametemnidad. Vale destacar que recientemente,
¥ytras las demandas de organizaciones de mujeres y de agen-
{es de La salud, se sancioné en nuestro-pais la ley de parto
respetado’, que busca visibilizar y a su vez exigir a todas
las instituciones respetar los distinos derechos de madres,
padzes ¢ hijxs antes, durante y después del nacimiento.
Otro debate que genera atin tensiones en la sociedad,
y que esté directamente telacionado a los derechos sexua-
les y reproductives de las mujeres, es la imposibilided que
estas tienen de interrumpir voluntariamente un embarazo
de forma segura y Libre de estigmatizacién social. En nues~
tro pats, el movimiento de mujeres y de trabajadorxs de
la salud viene exigiendo hace décadas* que el aborto sea
legal, seguro y gratuito en las instituciones pablicas o que
se garantize la libre distribucion de informacién y de pes-
tillas abortivas (conocidas con el nombre de Misoprostol),
como sucede en muchisimos paises’. Se fundamenta que
se trata de un problema de salud ptiblica fntimamente atra-
vvesede por injusticias de género y de clase social, haciendo
7 cy depron inte pam proved stsona yeaa lec contra
letasees nostro ue deolen slates interpre’
Sano saz elo,
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6. Pun risinoracon soba iri cha pollinate
tr Arete supe live Hirde rn desde ley rao
ae Mabel Blas pil tects sou).
re sas actunatnron tp /fnmeneprdcte
2 Pusdenwes KUten
+hincapié en la autonomfa de las mujeres pars decidir sobre
sus cuerpos y sobre dénde, cémo y con quién tealizarse un
aborto, sin importar e] motivo del embarazo. Aqui el dis-
curso religioso y fuertemente esencialista dela maternidad
tiene un peso determinante tanto en el dtmbito legislative
como ent la opinién publica.
Pero no solo se medicalizan los cuerpos de las mujeres.
La psiquiatria se dedicé durante décadas a “curar” a
toda aquella persona cuyo génerou crientacién sexual no
coincida con la asignada al nacer. Como ye. dijimos, detrds
de estos intentos subyace un modo de leer los cuerpos que
aqui denominamos “determinismo bioldgico”, es decir, la
necesidad de que exista una coherencia, correspondencia y
‘permanencia entre las marcas del cuerpo y las expresiones
de géneroy deseo, El modelo médico hegeménico tiende a
“normalizar” --y en el mismo sentido establece su patolo-
gizacién—a aquellas personas que no enicajan en la nonma
heterosexual. Asf, podemos recordar el valor histérico
que representé para gays y lesbianas que el 17 de mayo de
1973 la Asociacién Americana de Psiquiztria climinara.ala
homosexualidad del Manual diagndstico y estadistico de los
trastornos mentales, y que en el afio 1990 la OMS declarara
esa fecha como el Dfa internacional contra la homofobia.
“también durante décadas la psiquiatria fue elaborando
‘una larga lista de “parafilias”, es decir de practicas sexua-
les consideradas come enfermedades por tener objetos de
deseo o modos de excitacién “no convencionales” y por ello
susceptibles de ser clasificadas como sintomas psiquitui-
cos. La antropéloga Gayle Rubin fue de las primeras en
poner en cuestién esta organizacién médica de los deseos,
yen une de sus trabajos mas reconocidos (Rubin, 1989)
claboré una detallada descripcién de la *jerarguia sexual”
que regulaba la moralidad estadounidense de la década de
Jos 80 en relaci6n alas practices sexuales buenas o malas
2
cegin con quién, cdmo, ASnde y para qué se la practique.
Dentro de las pricticas consideradas més buenas/naturales
encontramos Ja heterosexual, el matrimonio mondgamo,
practeador,intrageneracional, de dos, sin objetos, cota
‘tc. El sexo malo/antinatural es aquel que sea ~ siguiendo
esta jerarquia cuestionada por la autora~ homosexual, sin
matrimonio, promiscuo, intergeneracional, grupal, con
objetos, no coital, ete. Asf, las personas juzgan su nivel de
“aceptabilidad” sociel en relacién al grado y combinaci6n
de estas pricticas.
Por otro lado, el modelo médico hegeménico también.
ce dedicé a explicar los factores y las curas frente al “pro-
blema” de las personas transgénera. Nos referimos a aque-
lias personas qui expresn una identidad de género dife-
ente ala asignada al nacer segain su configuracién genital.
Porlo general, han tenido que convivir con un cuerpo, una
fmagen y une socializacién incongruente con To que reat
mente piensan y sienten. Hasta hace pocos afios en Argen-
‘ina, las personas trans no podfan cambier su nombre y
“sexo” (femenino omasculino) en los registros ‘identificato-
rios oficiales porque era dbligatotio contar con ma genitali-
daé “acorde al sexo legal” reclamado. A su vez, las Tlamadas
*cinugias de resignacién sexual” se encontraban prohibidas
en Argentina bajo una legislacidn que establecfs “no llevar
‘a cabo intervenciones quirtirgicas que modifiquen el sexo
del enfermo, salvo que sean efectuadlas con posterioridad a
una autcrizacién judicial”. La sancién dela Ley de Identi-
dad de género (N'26:743] en el 2012 modifies por completo
este paradigma que patologizaba 2 las personas trans, quie~
nes ahora pueden modificar estos datos del DNIsin. acudiz
a ningiina autorizacién médica o judicial. Esta normative
también establece que en el caso de que las personas lo
soliciten, Ja adecuacién corporal pueda realizarse a tra-
és de procedinsientos médicos tales como intervenciones
B“ee
IEMA REPRODUCTOR
_
uirdsgicas parciales o totales y/o tzalamientos integrales
hormonales. Con este caso vemos que las fronteras de lo
legitimo y lo tlegitimo en torno a los usos del cuerpo van,
reconfigurandose en las distintas etapas histsricas, de la
mano de las nuevas regulaciones piiblicas y también en
consonancia con el desarrollo de tecnologias de interven-
ign corporal, que actualizan el debate bivético (Farji, 20:5).
Un tiltimo ejemplo sobre el pape! predominate de la
cienefa y la medicina en la regulacién de los cuerpos son
Jas intervenciones: -quinirgicas a bebes recién nacidos inter-
sexuales. Nos referimos a aquellas personas que nacen
con variaciones por cromosomas, gdnadas o genitales que
difieren del promedio fenenina o masculino, Un ejem-
plo de estas variaciones es cuando el tamaio del pene es
“demasiado” pequefio o cuando el clitoris es “demasiado”
grande, tanto como para penetrar, Seguin la Organizacién
‘Mundial de la Salud (OMS), con dicha condicién nace una
de cada 2000 personas en el mundo y se estima que el ix de
1a poblacién tiene alguno de los so sindromes esociados a la
intersexualidad. En general a estos bebés se los opera tem-
Pranamente para “normalizarlos” y dichas intervenciones
Suelen tener efectos muy significativos en Ja salud integral
de esas personas, que suften rautilaciones y tratamientos
de por vida dolorosos sin su consentimiento. Los casos de
las personas intezsexuales (es exréneo llamarlas “herma-
froditas” ya que no poseen “ambos sexos” en simultdneo)
plantem un interrogante sobrela complejidad y diversidad
que existe en el propio campo de "Ia biologta” como para
poder plantear un criterio clare que distinga entre machos
yhembras en la especie humana.
Sin extendernos mas en los niveles de injerencia de la
prevenir, No es casual que muchas veces se trabaje e] tema
‘en la misma linea que la prevencién de adicciones, los tras-
tomos alimenticios y las enfermedades o los riesgos vincu-
Jados a las juventudes.
Segtin puede obgervarse, en este modelo tampoco tienen
Tugar las emnaciones y sentimientos de estudiantes y docen-
tes, como asi tamporo los efectos deseados 0 deseables que
tuna sexualidad rica y sana podria aportar al proceso de sub-
jetivacién humana. Sigtiendo esta linea de pensamientoy
accién, que combina lo biolégico y lo médico, se considera
que este temética puede ser abordada en el aula a partir
det nivel medio, desde el area de Biologia o Educacién
para la salud. Desde estas dreas curriculares suelen inter-
venir especialistas externos a la escuela como médicxs y/o
enfermerss ~entre ottx- quienes, al ser profesionales de la
salud, suelen ser consideradxs como lxs tinicxs portadores
del conocimiento vélido, confiable y objetivo, cuedando lxs
docentes camo sujetos deficitarixs, carentes e incapacitadys
de transmitir su saber en torno a la sexualidad. Esta falta
de legitimidad de Ixs docentes es frecuentemente reforzada
‘porla demanda de la comunidad o de las familias que soli-
citan “treet alguien que sepa” (y si tienen delantal blanco
que garantice asepsia, mejor).
‘Una tercera tradicién que se hace presente en las escue-
las y que pone el énfasis en cuestiones vinculares y éticas
es aquella que encara la educaci6n en la sexualidad desde
Jos sistemas normativos, de “lo que debe ser” y “lo que
8tok LL et EMR EPROGUCTOR
no debe ser”, “lo correcto” y “lo incorrecto”, antes que
desde los sentimientos y experiencias reales de Ixs jéve-
nes. El enfoque moralizante comparte con los anteriores
el supuesto de que la sexualidad se expresa centralmente
en lagenitalidad, poniendo especial énfasis en su control
mediante la abstinencia. Esta perspectiva no contempla
espacios para escuchar realidades diversas y establecet un
didlogo genuino sino que la palabra del adulto se plantea
como incuestionable. Su objetivo primordial es informar
cudles son las practicas p deseos— que se espera de lxs jéve-
nes, elaborando una moral diferencial pera varones y para
mujeres. Los espacios curriculates para transmitir estos
contenidos en la escuela media son los de formacién ética
0 educacién moral y cfvica. Dentro de esta tradicién pode-
‘mos incluir algunas pricticas estigmatizantes por parte de
xs adulixs sobre los “casos” de embarazos en la adolescen-
cla. Se acusa de un acto de irresponsabilidad individual (en.
particular a las mujeres) sin contemplar las condiciones
sociales de vida y/o violencias de género sufridas (sexueles
ono} que enmarcan ese embarazo o los condicionamientos
culturales que influyen en la decisién de tener o no un/a
hijx. En los casos de aborto, el aberdaje condenatorio puede
Tlegar incluso a denuncias legales y 2 una profunda crimi-
nalizacién de esa joven.
Estos tres modelos anteriormente descriptos pueden
enmarcatse dentro de las tradiciones dominantes tanto de
los discutrsos como de las practicas educativas, desde la con-
formacién del sistema educativo. Vinculan directamente a
Ta sexualidad como algo a “prevenir”. Esta palabra encie-
tra necesariamente una idea negativa respecto del objeto al
que se teficre. Es innegable que en la prevencién de enfer-
medades o de cualquier sitwacién no deseada aquello que
se pretende prevenir es daloroso y/o amenaza a la propia
vida y a su despliegue. Por otra parte, suele incluirse en un
GS FRNA ESTES UE TREE CA PASTA GENER EPONA
continuo que también pasa por la adiccién a las drogas y
al alccholismo, formando una cadena simbélica en la cual
la “sexualidad” queda definitivamente ligada al polo del
“peligro”.
A su vez, vale mencionar que durante muchas décadas
en Ja Argentina el vacfo normativo habilité « las escuelas a
recurrir al mercado para validar el conocimiento sobre “la.
sexualidad”. s el caso de enapresas de productos de salud
ybelieza corporal que atin hoy en ocasiones llevan a sus
propios especialistas para hablar del desarrollo corporal y,
enmenor medida, de anticoncepcién. Al final del encuen-
‘tro se suelen obsequiar productos de higiene menstrual
como estrategia que forma parte de lo que consideramos
‘una astuta carmpatia publicitaria. La sexualidad aparece asi
ligada a la menstnuacisn y al ciclo reproductivo, desde un
enfoque higienista y preventivo, Noes casual que las desti-
natarias de estas visitas sean las mujeres, por su condicién
de “futuras madzes’. Ademds de plantear la heterosexuali-
dad como la tinica orientacién pensable, las ubica como las
‘dnicas responsables de la natalidad y de la buena conducta
sexual, tal como ha ocurride histSricamente con otras poli-
ticas de control demogréfico y orden moral.
En os tiltimos afios comenzaron a visibilizarse y a escu-
charse otras voces, ¢itrumpieron ottos discursos que conci-
ben la sexualidad desde otras perspectivas. Dentro de estas
alternativas 0 enfoques emergentes podemos encontrar el
enfoque de la sexologia, que busca derribar mites 0 creen-
cias ervGneas y brindat informacién pata conocer y disfra-
tar el cuerpo sexuado, abordando la sexualidad desde la
transmision de les “buenas practicas” sexuales para preve-
nir “disfuncienes”. Este enfoque, desarrollado con base en.
lapsicologia y la medicina, entiende « la sexualidad como
‘una dimensién de la construccién de la subjetividad que
estd presente durante toda la vide. Mas alld de los apories
sque puedan hacer ala educacién en la sexualidad, conside-
ramos que este tipo de abordaje es més un requerimiento
en las consejerias individuales, con acento en la dimensién
psicoldgica, que un componente pedagégico presente enla
formacién docente,
Una tradicién que se hize presente en los tiltimos afios
€5 el enfoque normativo o judicial, que pone el énfasis en.
las experiencias de acoso, abuso sexual y violacién que
numerosxs nifixs y jévenes atraviesan durante su infancia
yadolescencia. Desde este abordaje se trabajan les situacio-
nes donde se ven vulnerados los derechos de lxs nifixs y por
280 se pone el foco en la concientizacién y en la valoracién
de ios detechos humanos. Podemos considerar que es un
gran avance que en las aulas comiencen a escucharse voces
que conciben a Ixs estudiantes como sujetos de derecho, y
que por ende traten de concientizar, proteger y garantizar
los derechos de todxs Ixs nitixs. Sin embargo, la inclusién
de estos contenidos como los tinicos conocitientos validos
para ser transmitidos en el aula puede reforzar el temor a
‘una sexualidad concebida come amenazante, Estas cues-
tiones suelen necesitar de una formacién especializada en
el derecho, las leyes y, en particular, en los modos de enca-
tar el tratamiento del problema para evitar profundizar el
dafio o revictimizar. También aportan contenides relevan-
tes para la formacién docente que posibilitan crientacién
hacia servicies especializados.
Por tltimo, encontramos un enfoque de género y de
derechos humanos. Las propuestas emergidas en los iilti-
mos 50 aios desde los movimientos de mujeres, los movi-
mientos de disidencia sexual y los estudios de género en el
Ambito académico han aportado importantes marcos teé-
ricos y politicos para el abordaje de las zelaciones de género
y de sexualidades en el aula, Este enfoque adapta los desa-
trollos de las tradiciones antes citadas pero ala luz de un
Ey
andlisis historieo y cultural, ¢ inscribe al cuerpo en wna ted
derelaciones sociales.
1.2.2. La Educacién Sexual Integral (ESI)
Noes de extrafiar que la incorporacién intencional
de contenidos relativos a la sexualidad haya suscitado la
necesidad de establecer un piso comin de acuerdos entre
diferentes tradiciones peliticas y académicas. Estos acuer-
dos surgen tanto de la obligacién de dar cabida ala nor-
mativa internacional sobre el tema susczipta por nuestro
pats, como por la interpelacién a dar respuestas sobre las
realidades sanitarias y también culturales que caracte-
rizan a las vidas infantiles y juveniles de xs akurnnxs del
sistema educativo, En 2006, y como producto de un inte-
resante proceso de discusién democratica, ge sancioné la
Ley Nacional 26.150 de Educacién Sexual Integral, dirigida
a orientar la elaboracién curricular para todos los niveles
educativos, incluyendo « la formacién docente y la produc-
cién de materiales de apoyo y proyectos de capacitacién ¢
intervencién pedagégica..
En octubre de acuuel aito se sancionaron casi en simul-
tdneo la leyes de Bducacién Sexual Integral a nivel nacio-
nal {N° 26.150) y de la Ciudad Auténoma de Buenos
Aires (N° 2.110). Entre los t6picos més conflictivos de los
debates parlamentarios previos a las sanciones podemos
sefialar las disputas por las distintas concepciones acerca
de le educacién sexual, las distintas adecuaciones de los
contenidos segtin edades y niveles educativos, y el rol del
Estado y de otros actores como las familias en esa defini-
cién de contenidos (Lavigne, 201), Mas adelante amplia-
remos sobre estos aspectos, Aquf tan sélo nos interesa.
sefialar algunas caracteristicas que quedaron plasmadas
aNAS AUD SITERA REC
ca la normativa de alcance nacional y quit consideraraos
de una implicancia significativa en refaciéin’# las tradi-
ciones sefialadas. Estas son: la definicign de fa educacién
sexual como derecho universal, la concepiualizaciin inte-
gral de la sexualidad que articula aspectos biolégicos, psi-
coldgicos, sociales, afectivos y éticos. y la propuesta deun
abordaje transversal a los distintos niveles educativos ya
Jas diferentes asignaturas.
‘Una propuesta de educacién en la sexualidad desde una
mirada integral no rechaza el estudio de las dimensiones bio-
médicas de la sexualidad, y mucho menos pretende clitni-
nar las oportunidades de nifixs jévenes y adults de cuidar
su cuerpo y prevenir efectos no planificados. Su propuesta
presenta un marco més amplio, con un sustento legal legi-
timado por orgenizaciones civiles y de acuerdo a tratados
internacionales, el cual promueve el respeto por las diversas
formas de vivir el propio cuerpo y la posibilidad de construir
relaciones afectivas en el marco del respeto por unxmismxy
porlxs demés. Es decir, la sexualidad supera ampliamente la
dotacién biclégica y fisioldgica del sexo y constituye elmodo
particular de habitar el cuerpo sexuado en una etapa de la
vida, en un momento social, en una cultura,
Lacatacteristica que més nos interesa analizar aquf.esla
que refiere a la incorporacién de la perspectiva de género y
derechos humanos, que aparece con mayor fuerza en los
Linearnientos curriculares naclonales sancionados en el
aio 2008, y particularmente en las Iineas de accisn elabora-
das durante los siguientes afios por parte del Programa
Nacional ESL Enel texto de la ley de alcance nacional pode-
‘mos encontrar ta menci6n en ia formulaci6n del objetivo
“Procurar igualdad de trato y oportunidades para varones y
mujeres’. En la Ley BSI 2.0 de la Ciudad Auténoma de
Buenos Aires aparece explicitada la “perspectiva de géneto”
como uno de los principios del articulo 4. También Ja Ley
#
Las rnc Ut NTRODUCELA PERSPECT ECHO CAMPO DPN
ESI de la Provincia de Buenos Aires (N°14.744) sancionada
en el affo 205 establece la ensetianza de la sexualidad
“desde la perspectiva de género, promoviendo el respeto a
la diversidad y la no discriminacién”. Consideramos que
este enfoque es el legado mas importante que imprimié la
participacion de los movimientos de mujeres en su discu-
sin péblica previa y tambign en su elaboracién.
La FST contempla un enfoque de derechos humanos ya
que se plantea como horizonte deseable el ejercicio pleno
de los derechos sexuaies y de los devechos reproductives y
no reptoductivos. Como toda ley, se delines un ambito de
aplicacién especifico, En este caso se trata del sistema edu-
cativo, y tiene como destinatarixs a lxs nitixs y jévenes estu-
diantes, quienes son considerades todxs sujetos de derecho.
Las emociones relacionadas con la sexuslidad no solo son
placenteras y, por lo tanto, positivas: también la sexwalidlad,
‘puede implicar miedo, sometimiento o frustracién. Bstas
emociones no integran solamente el ambito de lo “intimo”
(o del orden delo “personal’) sino gue, en la mayoria de las
situaciones, se vinculan con valores y pricticas culturales.
Por ello, reducir ia sexualidad al “placer carnal” es omitir
Ja complejidad de las relaciones humanas en las cuales la
sexualidad entra en juego.
Por tiltimno, esta politica educativa propone un abordaje
pedagégico que contemple los proyectos de vida que ela-
Doran Ixs mismxs estudiantes, Tal como plantea Morgade
(zo10), un joven que piensa ~y sabe—_que puede morir en
la calle al dfa siguiente, va a tener muchas menos preocu-
paciones respecto del embarazo de su pareja o de su pro-
pia exposicién al contagio de infecciones de transmisin
genital que otro que se proyecta hacia el futuro desde una
insetipeién histérice y desde la inclusién social.
aNAS LA DAL SISTEMA REPRODUCTOR
1.2.3. Escuela, transversalidad y curriculum,
Desde el nivel inicial hasta el terciario, desde la educa
cién fisica hasta los planteos de los problemas matemé-
ticos, por accién u omisién, el escenario escolar aparece
plagado de discursos sobre la sexualidad, muchas veces
naturalizando las nociones de cuerpo, géneroy deseo que
vimos més arriba, y otras veces disputando nuevos senti-
dos, Bl amor roméntico heterosexual, la maternidad cbli-
gatorie, la pasividad y objetivacién de los cuerpos de las,
mujeres, fe farntlia “tipo”, son algunas de las expresiones
que, por repetirse una y otra vez en los distintos espacios
y momentos escolares, terminan por constituir la norma.
Diremos entonces, y en consonancia con la Ley ESI, que si
toda educactién es sexual, es decir sila ensefianza sobre la
(heterojsexualidad es transversal y acttia en todos los pla-
nos del curriculutn, la ensefianza de una sexualidad inte-
gral debe ser, también, transversal.
{Qué papel le cabe a la escuela? En los procesos edu-
cativos se tramitan fuertes continuidades pero también
algunas rupturas con el orden establecido. La escuela,
como parte de la vida social y politica en nuestro pais, es
testigo de transformaciones que no pueden ser desofdas.
Los debates que lograran instalarse en los medios yen la
opinién publica promovidos por organizaciones feminis-
tas, de disidencia sexual y de derechos hunanos permean,
las instituciones educativas. La sancién ée ka ley de matri-
monio igualitario y de identidad de género, asi como ls atin
postergada despenalizacién del aborto, siguen habilitando
ena vide cotidiana de la propia escuela ty posiblemente
de forma més disruptiva que la Ley de Educacién Sexual,
Integral) a pregunta por la sexualidad, la identidad, la
familia, etc. Incluso muchas veces “obligan’” a estudian-
tes y docentes a tomar posiciones y reflexionar sobr® el zol
a
| PANCIPALES NTERAGANTES UE FODLC LAPURSPCIA ENERO. CAPO
institucional, La escuela representa también un espacio de
fuerte significacién afectiva para adolescentes y adultos, y
en muchos casos un lugar de contencién y de referencia.
Los discursos subordinades sobre los cuerpos sexuados, es
decir aquellas précticas e identidades que cuestionan las
normas Hradicionales de “ser varén y ser mujer”, conviven,
en la cotidianeidad escolar con otras miradas muy hetero-
_géneas, contradictoriasy fragmentadas que son permanen-
temente negociadas entre lxs sujetos.
Tal como lo desartollan Diaz Villa, Morgade y Roman
(zou) ensu trabsjo sobre ensefianza de las ciencias naturales
desde una perspectiva de género, existe consenso en la teo-
fa del curriculum acerca de que el conocimiento escolar es
‘una construccién formalizada diferente de la que los cam-
‘pos mismos de las ciencias ecadémicas han deparado. Los
campos son escenarios de huche, con reglas de inclusién y
exclusién orientadas por fuentes de prestigio y de financia~
tmiento mucho menos maleables que el curriculum expli-
cito escolar. Por ejemplo, el drea “Ciencias Sociales” existe
enlas escuelas ain cuando en las universidades y academies
persistié por décadas y persiste atin la divisign entre “Hlisto-
tia”, “Geografia’, “Sociologia”, etc. (incluso desde algunos
sectores se sostiene que la “Geografia escolar” munca existié
esirictamente como tal en las universidades}. La “Forma-
cién Btica y Ciudedana” surgié de una yuxtaposicién de
Filosofia y Ciencia Politica, cuando la Ciencia Politica atin
no se habia consolidado como carnpo. Y también el sistema
educativo ha creado el constructo “Ciencias Naturales” atin
cuando se mantienen estrictamente divididos los campos
universitarios dela Fisica, la Quimica y la Biologia, cada
tang consus respectivos subcammpos.
Un aporte esencial para abordar Ia perspectiva de
género lo encontramos en los estudios de las pedego-
gias criticas, que problematizan la desigualdad social y
84S ALLA DEL STEMA REPRODUCTOR
el itrespeto cultural. A modo de sintesis, retomamos la
conceptualizacién foucaultiana de la escuela come “ins
titucién disciplinaria”, la definicién althusseriana de
escuela como “aparato ideolégico del Estado” y las ideas
de Paulo Freire sobre la “educacién bancaria”. En sinto-
nfa con estas teorias, comienza a quebrarse la “ilusién
igualadora” de la escuela moderna, y a desplegarse las
categor{as con las que trabajaron las feministas dela aca-
emia: la reproducci6n y la resistencia de las significacio-
nes sociales, I2 concepcién gramsciana de “hegemon‘a”,
entre muchas otras.
Por otra parte, la teorfa del curriculum expresa que el
conocimiento escolar es una construccién formalizada
diferente de le que los campos mismos de las ciencias
académicas han deparado: los campos son escenarios de
lucha, con reglas de inclusisn y exclusién orientadas por
fuentes de prestigio y de financiamiento mucho menos
maleables que el curriculum explicito escolar. El “qué” y
“cémo” se investiga es una decisién adoptada en émbi-
tos académicos: aquello que se investiga en los institutos
de las facultades, que se difunde en revistas nacionales e
internacionales, que se ramifica en especialidades y que
es petmanentemente debatido por personas que constitu-
yen la “comunidad cientifica”. Qué se enseria de lo que se
investiga es una decisién que toman los equipos profesio-
nales técnicos de las dreas de politica curricular central.
Por tiltimo, qué se ensefia en cada escuela y/o aula es otro
nivel de decisién, en el cual los miedos, las expectativas y
los sabetes docentes tienen una incidencia mayor. La asig-
natura o érea que nombramos tradicionalmente como
“Ciencias naturales” en primaria, luego en la secundaria
se diversificard en Quimica, Fisica y Biologia (por nombrar
las mas repetidas en las diferentes planes de estudio en las
juridicciones). De alguna manera, entonees, los enfoques
#
LD FERCGLES INTER TS GUE TRDOCE LA PERSPECT DE GENERO EN EL CRAPO IESCPLINAR
hhegeménicos en cada disciplina se procesan en varios nive-
les de recontextualizacién (Bernstein, 1990}.
Es importante tener en cuenta la recontextualizacion
curricular para entender los intereses y actores sociales que
influyen en los circuitos de produccién, financiamiento,
transmisién, circulacién y evaluacién de los contenidos.
La pedagogia ferninista sobre la que se asienta este tra-
bajo~ pone en tensién las decisiones tomadas en los tres
niveles de recontextualizacién curricular con el concepto
de justicia curricular” desarrollado por Cote! (1997):pri-
macfa de los intereses de los menos favorecidos, participa-
cidn y escolarizacién comin para todxs, la igualdad en la
produccién histérica.
La pedagogia feminista genera un aporte sustancial en
Ja consolidacién de una metodologia que propicie relacio-
nes més igualiterias en términos de géneto al tiempo que
produce condiciones mas justas de produccién de saberes.
Se preocupé, sobre todo,
“en desarvollar formas de ensefianza que reflejasen
Jos valores femninistas: el dominio sobre las muiltiples
formas de conocimiento, incluyende la experiencia
como fuente valida, el ejercicio de la propia voz, la
discusién de la autoridad y las fuentes de autoriza-
Gién, la centralidad de la posicién antes que la esen-
cializacién de las relaciones de poder; en suma, un
contrapunto con las pricticas pedagégicas tradiciona-
les, que eran consideradas como expresidn de-valores
masculinos y patriatcales” (Morgade; 202,35).
(Qué papel le cabe ala asignatura Biologia? Si bien ha
habido grandes esfuerzos desde el activismo y desde la pror
pia ESI por desarmar la tradicién biomédica de la educa-
Gi6n sexual, atin sigue siendo dominante en las escuelas de
8nuestro pais y lxs docentes del drea de Biologfa o Ciencias
Naturales siguen sieado en las representaciones dela comu-
nidad escolar hs responsables “naturales” de su implemen-
tacion, Bl dltimo informe sobre balances y desafios de la
implementacion de Ia Ley ESI elaborada por el Ministerio
de Educacién dele Nacién, en el cual se analizan las instane
las de capacitacién docente llevadas a cabo desde el 2008,
indica en uno de sus andlisis cuantitativos que:
“Ciencias Naturales es el drea curricular en la que
la absoluta mayorta de los directivos indica que se
desarrollan contenidos de EST con frecrencia (949).
Seguidamente, si bien en proporciones ads bajas, se
ubica el area de Formacién Etica y Ciudadana, yde
Educacién Fisica” (Faur et al, 2015-102)
Bl problema que nos ocupa aqui no es tanto esa persis-
tente legitimidad del area, sino la pregunta sobre qué es
To que esta asignatura puede o debe reflexionar sobre si
misma; este lugar de autoridad epistemolégica que sualen
‘ccupar lis docentes de ciencias naturales en Ia institucién,
ca tanto “especialistas”, puede entenderse como un riesgo
pero también come una oportunidad para llevar adelanie
los ebjetivos, quizas lo més dificiles, que se propone la EST
con perspectiva de género.
Por tnlado, se corre el riesgo de legitimar mnitos o de ubi-
car bajo lo “cientificarnente comprobado” clasificaciones
axbitrarias acerca de “lo naturel”. Si se persiste en utilizar
dos términos de natuzaleza y normalidad como intercan-
biables a la hora de dictar un contenido dela materia, és
probable que se confunda también “diversidad” con “mons-
truosicad”, y se posibilita asf una patologizacién dela dife-
rents”. Pero, por otro lade, la asignatura se presenta como
wna gran oportunidad para instalar nuevas preguntas o
«
arin
mins orem Gr llega ate
a, las docentes de esta étea corren con ventaja
ene ante t
otros expacios que promuevan Ta problematizacion dels
dlferenciag ala luz de las propias experiencias.
Por otro lado, y en sintonia con lo anterior, la responsa-
bilided de abordar una educzeién sexual con perspectiva
de géneto implica un desaffo para la esignatura Biologla
que generalmente no enfrenta. Eeto es, trabajar con con-
tenidos éticas o debaies piblicos y habiltar la postbilidad
delaincertidumbre, por lo menos tensioiar algunas ver-
dadesinstalades. De la mano de ls postulados dela peda-
gogtaferninst y situa, la perspectiva no esercialisiade
[os cuerpos invita a desestabiliza les certezas, visibilizar
Jas omisiones y re-inventar sabetes. Una invitacién que
parte de considerar como insosayable el lugar que oeupe
Ia institucién escolar en la construccién de nuevos y mejo~
“ te pelea fetninista propone explicitar un posicic~
‘fa ferninista
amie politico. Asume rodlle imensién desexfptiva
del génerzo (como una construccién soeal y no um Taso
que deriva de a anatomia) sino también la dimensién cert.
fica que alude a la denuncia sistemética de las relacianes
patviarcales y heteronormativas de poder. Bn pos de deli-
mitar una epistemologia feminista, Elizabeth Anderson
amuclea los siguientes postulados que permiten reflexionar
sobre la ptdctica docente yacadémiea. Estos sor: ceconoce
desde un cuerpo; la primera persona (el conocimiento de
sf) es una fuente valida en le construccién de conocimiento
“Tie to eng sss aun mann diy
nen rove mint
tralia hrc ls pron anaes eps
Secu que dct" sonnet ogc a
owMES ALLA DEL SISTEMA REPRCONCTOR
cientifico; las personas se representan el mundo a partir de
la mediacién de las emociones y los sentimientos y por lo
tanto también conccen desde esa integralidad; la telacién
entre sujetos incide en el conocimiento que llega 2 cons-
truirse; las diferentes habilidades lingitisticas, las diferentes
creencias y los diferentes estilos de conocimniento inciden.
enlas formas de interpretacién {citado en Morgade 2013: 5).
Asimismo, un elemento que identificamos como central
para lograr una transverselizaci6n dela ESlcon perspeciva
de género es el trabajo interdiciplinario. La construccién de
proyectos colectivos y creatives, que puede generarse tanto
al interior dela misma institucién comoen la construccin.
de puentes con agentes territariales (como centros de salud.
del barrio) constituye una estrategia sumamente valiosa,
La compleja interrelacién de sujetos, précticas, métodos
y téenicas es lo que le brinda autoridad al trabajo, que se
triangula teniendo en cuenta que todxs los actores de la
comunidad escolar saben, actian y resignifican las politi-
cas de educaci6n sexual. De esta forma aparece de forma
mas palpable la redefinicién de “objetividad” como cons-
‘traccién intersubjetiva, tal como se viene planteando en la
epistemologia feminista,
Otro desafio que enfrenta dicha transversalizacién es el
de problematizar y desnaturalizar los modos tradicionales
de ilustrar, expresar, controlar la corporalidad en el ammbito
escolar. Qué y cémo enseiia sobte los cuerpos la Biologia
y qué y cémo lo hace la Educacién Fisica? ;Qué dislogo
establecen? ;Qué sucede con el resto de les areas? Existe
abundante literatara en la pedagogfa (Aisenstein y Scha-
ragrodsky, 2006; Dussel, 2000] que analiza la relacidn de la
tradicién enciclopedista e higienista de la escuela argentina
con la supuesta “eusencia” del cuerpo, y con los usos que
se hacen del espacio, de la vestimenta y de la gestualidad,
diferencialmente por parte de nifixs y adultos, varones y
a
tasermces sero tM RONGE LA PEISPECTVAE ENERO TH CAYFOOSPLNA
mujeres. Resulta interesante entonces lz oportunidad de
“afilar” la mirada y atender a lo que ensefamos sabre las
formas correctas de moverse y expresarse dentro y también
fuera del aula, y dentro y fuera de! horatio escolar.
Pero el mayor desafio, 0 al menos lo que mas nos inte-
tesa aqui, radica en la revisién de los “ndécleos duros” del
curriculum, Gloria Bonder (1994) hace ya vatios afios escri-
bi, de la mano de las ideas de Peggy McIntosh, una revi-
sién sobre las fases del desarrolio curricular. Allf identifica
Gistintos momentos en los que se introduce la petspectiva
de género de forma progresiva. Una primera “fase” serfa
la invisibilizacién de mujeres (y agregamos, las disidencias
sexuales) en tanto sujeto’ de la cienciay Is historia. Una
segunda fase, en respuesta ala anterior, es “sumar’ o afladir
a aquellas personas. Es decir, elaborar una historia com-
pensatoria, un rescate de las “figuras extraordinarias” de
los grupos excluidos. En la tercera fase se traslada el Soco
desde “el caso” hacia la problematic social, cuestionando
fuertemente las desigualdades de género fy de clase y de
etnia} en la estructura social. Aparece aqui una verdadera
politizacién del curtéculum y una denuncia ales exchusio-
nes, asi como también una visibilizacién de las luchas de
los diferentes grupos subordinades. En el ceso de la Biolo-
gfa, esta problematizacion nos recuerda asf alas criticas de
las cientificas feministas, que proponen-una tevisién de las
‘bases epistemologicas de la propia ciencia androcéatrica.
‘Nuestra intencién en los siguientes apartados es pro-
fundizar en este tiltimo tramo, ye que considerames que
es en las bases epistemoldgices en donde radica ef poder
{y la posible subversién} del patriarcado y sus mecanis-
mos de reproduccién., Un pilar central de este sistema
hegeménico, cuyas caracterfsticas hemos desplegado
hasta aqui, es la conceptualizacién de la naturaleza como
ordenador Ultimo de los cuerpos, las identidades y los
e‘nis ALOR SSTEWAREFRODUCTOR
deseos, ;Dénde se despliegs esta conceptualizacion? Qué
ideas aparecen sobre el mundo natural en la escuela, ya sea
de modo implicito o explicito? La Biologia comoasignatura
especialista en el mundo natural (0 de lo que bxs hiamanos
construimos sobre él} representa-un tertitorio sumaamente
fértil para complejizar y combatir el determinismo biolé-
gico, base epistémica sobre la que ée monta y sostiene el
sistema heteropatriarcal.
nS a pe sega neeRCONCTOR
2
Los contenidos clasicos
de Biologia/Ciencias Naturales
y los Lineamientos de la ESI
En este apartado analizaremos las potencias y las Jimi-
taciones de los documentos curriculares disponibles sobre
ESly sobre Biologia en el nivel secundario. Intentaremos
describir algunos ejes centrales, de modo tal de poder con-
tribuir a algunas preguntas recurrentes, como por ejemple:
qué normativas me habilitan para trabajar con género?,
{eudles son los temas especificos para la asignaturai, desde
donde arranco y hasta dénde puedo llegar?
#l curriculum es un documento que, por un lado, expli-
cita cudles son las intenciones de an sistema educativo
especifico en un tiempo y espacio determinado. Por otro
lado, presenta un tipo de prescripeién, es decir, una forma
de seleccionar, de organizar y secuenciar los conocimien-
tos. Como ya venimios planteando, las decisiones tomadas
parasu eleboraciéa no son neutrales, sino que son el resul-
tado de una relaciGn de fuerzas politicas y académicas. En
cllas subyacen conceptualizaciones sobre Ixs docentes y lxs
estudiantes, sobre la distribucién de tareas y responsabi-
idades, sobre las valoraciones de los modos de ensefiar y
aprender, entre muchos otros.
‘Anivel nacional, existe un marco normativo curricular
de ESI votado por el Consejo Federal de Educacién (CEE)
n