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VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

Hugo Nelson González Ibarra

I. INTRODUCCION

La Violencia Intrafamiliar (VIF) constituye un fenómeno social de complejas y


variadas manifestaciones en el ámbito social. Su conceptualización se dimensiona a diferentes
elementos según la preferencia de estudio y alcance buscado sin embargo todas ellas establecen
puntos en común como los actores implicados, la dinámica interna, la relación con su
entorno.Etc.

En estos se repite una y otra vez los elementos agresivos de un actor hacia uno o más
de los miembros del contexto familiar. (Linares J. L., 2006)

Según los datos de La Procuraduría General de la Republica a través de la Oficina de


Información y Respuesta citados en el informe de ORMUSA (Observatorio de la violencia de
género contra las mujeres), en el año 2019 se procesaron 1,172 procesos diligenciados por
violencia intrafamiliar y de pareja (4 denuncias diarias).

En este informe se detalla que el 37% fue contra exparejas. 28% contra ex esposos y
14% contra actuales compañeros de vida. Los Departamentos que mayor caso presentan: San
Salvador con 250 casos, Santa Ana con 141 casos seguido de Ahuachapán con 98 casos. El resto
se encuentra repetido de manera muy uniforme.

Los meses en que se presentaron mayores procesos son Junio con 196 casos, Mayo con
130 y febrero con 122 casos. Casi la mitad de las denuncias fueron hechas por mujeres jóvenes
menores de 30 años seguidos por la de 31 a 40. Estas mujeres muestran conocimiento de sus
derechos y una tendencia a la denuncia. (ORMUSA , 2020)

El fenómeno es pues de amplio alcance social con costos mayores a los considerados
si tomamos en cuenta las consecuencias a largo alcance, las mujeres (u otro miembro de la
familia) que no denuncia, etc.

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II. CONTENIDO

a. La familia

La estructuración social tiene orígenes en la familia siendo esta la base relacional del
infante. En ella el niño comienza a establecer sus primeras interacciones de todo tipo siendo las
principales protección, afecto y estimulo. Esto le permitirá obtener el adecuado desarrollo en un
primer inicio neurológico y en segundo lugar social.

La tarea social no se puede separar de la neurológica pues una tiene razón y


consecuencia a la vez de la otra. De allí la importancia de llevar ambos elementos de la mano y
mantener una concepción holística de su interacción.

La primera socialización, es decir la socialización primaria conlleva las primeras


relaciones con los otros siendo una persona aun en estado evolutivo. Es decir que la evolución
se encierra en lo que los niños entrañan cuando se desarrollan con los demás en los primeros
años siendo el entorno de la familia.

Es pues la familia el espacio geográfico, temporal y emocional en el que los niños


comienzan a establecer la estructuración de su ser a través de las relaciones con los adultos.
Desde un punto de vista útil a los fines del niño puede verse como una célula social cuya
membrana protege en el interior a sus individuos y los relaciona al exterior con otros organismos
semejantes. (Estrada Inda, 2012).

La familia es la institución por excelencia donde tiene lugar la socialización temprana


de los individuos. De esta forma la violencia en su interior resultaría en una barrera para el ciclo
de transmisión intergeneracional de valores humanos asociados al bienestar psicoemocional de
sus miembros y produce daños en múltiples sentidos. (Mayor Walton & Salazar Perez , 2019)

El aprendizaje temprano se base inicialmente en el estímulos positivos y rechazo de lo


desagradable prosiguiendo con el aprendizaje vicario. Es decir el tomar elementos de las figuras
más importantes del entorno en el que se encuentran.

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La presencia de los padres es sin lugar a dudas un eje transversal en dicha tarea. Ambos
padres son importantes de diferentes formas en todos los periodos estableciendo los proveedores
de las necesidades infantiles de: seguridad, protección, alimentación, bienestar, afecto, soporte
de la relación triangular básica (madre, padre y niño o niña) entre otros. La familia pues
transforma al niño en adulto. (Estrada Inda, 2012).

Desde un punto de vista sistémico, la familia constituye un organismo vivo con una
historia, un nacimiento y un desarrollo, reproducción, declinación y muerte. En cada uno de
estos pasos se encuentra ante retos para su adecuado desenlace. Cualquier elemento que
interfiera significa una posible familia enferma. (Estrada Inda, 2012).

La violencia es precisamente uno de esos comportamientos que tiene gran capacidad


para expandirse, en especial sus consecuencias. La familia puede convertirse en reproductora
de este tipo de conductas debido a que está comprobado que la misma es un agente de
socialización de marcada importancia y constituye un ambiente constante de aprendizaje grupal
e individual de normas de convivencia. (Mayor Walton & Salazar Perez , 2019)

Para Estrada, el funcionamiento familiar se regula a través de dos procesos: el primero


es un control homeostático y el segundo una red de comunicaciones. El proceso homeostático
implica la búsqueda de equilibrio en las relaciones de sus miembros de una manera casi
geométrica. El segundo conlleva el muy singular modelo de comunicación dentro del sistema
familiar que no solo refiere la verbalización sino un sistema de códigos dispuestos a ser
aceptados y utilizados por sus miembros .La dinámica de estos elementos nos permiten obtener
los roles dentro de la familia. Esto implica que la familia se encuentre en un equilibrio (salud)
o en desequilibrio (enfermedad). (Estrada Inda, 2012).

b. Elementos relacionales primitivos

Para Linares, las funciones que se desarrollan dentro de las estructuras sociales
incluyendo la familia están regulada por el poder. Las habilidades físicas determinan en los
primates la preferencia para alimentarse y copular. Así el macho dominante establece una
cúspide jerárquica. (Linares J. , 2012)

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En esta estructura se presenta la defensa de los cachorros hasta cierta edad


considerándose patrimonio de los genes del macho dominante siendo un patrimonio para las
generaciones. Esto constituye un gran valor a defender, conservar y cuidar de la mejor manera.

Para Maturana citado en Linares, el amor es el elemento definitorio de la condición


humana y la enfermedad se presenta al interferirse el camino del amor. Es decir que la
humanización supone una “privatización de las relaciones sociales que inicia en el
reconocimiento del compañero sexual y continúa con la aceptación de los hijos como propios”
(Linares J. , 2012).

De tal manera, la función de protección hacia las crías les salvaguarda del medio social
y la normatividad como función dentro de la estructura jerárquica les permite a las crías
respetar el medio interno y el medio externo. El exceso o el defecto extremo en estos elementos
se relacionan con patologías individuales y esto a la vez altera los elementos relacionales como
los roles y los códigos de comunicación familiar. (Linares J. , 2012).

La normalización constituye la búsqueda del mantenimiento de la estructuración oficial


que ha sido definida por el primate dominante. El incumplimiento de la norma conlleva la
búsqueda de su equilibrio a través de la función homeostática restableciendo la relacionalidad
concebida como adecuada dentro de la regla definida.

La agresión es pues un mecanismo primitivo a través del cual se busca la función


homeostática pudiendo distorsionarse cuando existen alteraciones dentro de los miembros
dominantes. Estas alteraciones son heredadas de generación en generación a través de los
mecanismos descritos.

c. La Violencia Intrafamiliar

El concepto citado en González Portillo contempla la violencia domestica como:

“toda aquella acción u omisión que puede generar lesión física o


psicológica, entre los victimarios a cualquier persona del grupo familiar”,

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Dentro del concepto incluye como víctimas “a los adultos mayores, mujeres, niños, niñas
y adolescentes, mientras los victimarios son cuidadores y cualquier otra persona que ejerza
sobre la víctima algún tipo de relación de poder” (Gonzalez Portillo, Rivas Marìn, Marin
restrepo, & Villamil Bonilla, 2013).
Además Mayor considera la violencia intrafamiliar como:

“ el conjunto de actitudes o de comportamientos de abuso de un miembro


de la familia contra otro, en la que se afecta su integridad física y psicológica,
tiene como objetivo el control del familiar violentado, que presenta un carácter
sistemático y se encuentra en su base el establecimiento de relaciones
interpersonales deficientes, sin un sistema de comunicación adecuado y con
patrones de comportamientos aprendidos en su subjetividad típicos de
violencia” (Mayor Walton & Salazar Perez , 2019)

Para Mayor y Salazar, la violencia es una forma de ejercicio del poder que facilita la
dominación, opresión o supremacía a quien la ejerce y una posición de sometimiento o
sujeción de quien la sufre. (Mayor Walton & Salazar Perez , 2019).

La violencia intrafamiliar incluye cualquier tipo de agresión hacia los miembros de la


familia encontrando muchos tipos del mismo: psicológico, físico, emocional, sexual, de
género, etc. Siendo un fenómeno complejo se constituye como multidimensional.

d. Ley contra la Violencia Intrafamiliar

Objeto principal: Establecer los mecanismos adecuados para prevenir, sancionar y


erradicar la violencia; aplicar las medidas preventivas, cautelares y de protección necesarias
para garantizar la vida, integridad y dignidad de las víctimas de la violencia intrafamiliar;
proteger de forma especial a las víctimas de violencia en las relaciones de pareja, del abuso
sexual incestuoso de niños y niñas, personas adultas mayores y personas discapacitadas.

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Esta ley alcanza a familias, niños, mujeres, personas con discapacidad y adultos
mayores a través del decreto N. 902 y se vincula a la Constitución de La Republica de El
Salvador.

Análisis de caso de Violencia Intrafamiliar

Esmeralda, originaria del departamento de La Libertad es objeto referente de los datos


brindados por La PNC en donde se afirma que las jóvenes de 18 a 30 años son las que más
denuncias por violencia intrafamiliar, seguidas por mujeres de 31 a 40 años.

Esmeralda, mujer ahora de 40 años de edad y de la que se brinda poca información


con fines de confidencialidad, formó parte un escenario de violencia intrafamiliar:

A los 18 años constituyo un hogar en el que la violencia se instauró con los siguientes
elementos del sistema en cuestión: el esposo quien se presenta como la fuente de maltrato
hacia los otros miembros de la familia. Dos hijos, uno que tuvo a los 19 años y una niña nacida
un año después.

Como elementos externos en vecindades del sistema, encontramos los familiares de


Esmeralda quienes negaron la ayuda ante la exposición de maltrato por parte de ésta. Además
encontramos a sus amigos que no se manifiestan de manera protagónica pero de quienes se
afirma constituyen un apoyo para seguir adelante.

Un elemento adicional de tipo externo lo constituye la Policía quien no procedió de


manera protagónica en ningún momento.

El sistema familiar se encontraba sustentado por creencias de los cuales podemos


retomar:

a. “Me decían que si me había ido de la casa, que le hiciera frente”

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b. “…Va esa edad creyó que al casarse formaría una familia y que viviría feliz
para siempre…”
c. “Cuna se casa o se acompaña para toda la vida, pero a veces hay tropiezos
que nunca piensa”
d. “…Era alegre y soñaba con tener una casa digna, una familia unida…”
e. . “…y una condición económica que le permitiera adquirir lo necesario…”
f. “…Pensaba que él iba a cambiar”, añade Esmeralda…”

La serie de pensamientos indican elementos de tipo fantasioso en la que se presenta


una realidad a futuro como una relación ideal con una familia retomada de un estereotipo
externo tal cual “debería de ser”.

Los elementos socializantes a nivel infantil marcan una serie de principios


posiblemente rígidos manifestados en la incapacidad para concebir el final de una relación sin
importar su dinámica agresiva, el hecho de continuar con una tarea iniciada (“Me decían que
si me había ido de la casa, que le hiciera frente”).

Las expectativas del futuro se manifiestan en la espera de una mejor realidad


económica que le permita una mejor vida para ella y sus hijos.

Estos elementos se presentan concebidos de manera natural en un proyecto de vida


propios de las personas en todas las esferas. Las fantasías de una pareja ideal sin embargo
marcan una diferencia pues como en este caso, pueden significar un mecanismo que permita
contribuir a mantener una situación de violencia familiar: la percepción de mi pareja.

La dinámica relacional en este caso se marca por las formas de agresión siendo las más
evidenciadas: violencia física, psicológica y el uso del poder, palabras hirientes, la amenaza
con un arma. El esposo de Esmeralda aparentemente ejercía control de su entorno familiar a
través de la denigración en su condición de mujer, prohibición y aislamiento de las
posibilidades de desarrollo para con su pareja como el trabajo. La búsqueda homeostática del
equilibrio patológico del entorno familiar se caracterizó por el uso de la violencia física en
variados momentos. Cabe mencionar que la dinámica en cuestión fue vinculante de los
menores quienes bajo la concepción ya descrito de la familia, son una posibilidad de la

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perpetuación de la violencia intrafamiliar. Esto concuerda con la exposición de la coordinadora


de la Dirección Nacional de la Mujer de la Fiscalía, Ana Graciela Sagastume quien señala una
conducta derivada del machismo o del deseo de los hombres de controlar o de ejercer poder
en las mujeres. (Càceres, 2018)

III. CONCLUSIONES

Tal como presentan los autores referenciados, la familia constituye un


elemento social de suma importancia para la estructuración social y en general
para el ser humano. En esta se fundamentan las bases que harán de los menores
el adulto que se puede apreciar en las calles de nuestras ciudades.

La plasticidad unida a los procesos de aprendizaje en la primera infancia


posibilita la expresión del ser humano de manera holística como un producto de
su historia dispuesto a encarar el proceso de vida con las únicas y muy profundas
realidades que dejan su traza en las formas de pensar. En ellas también podemos
observar parte de lo que constituye el universo del ser humano.

En la muy necesaria convivencia el ser humano se estructura como tal


siendo la racionalidad con sus semejantes con quien se establecen dinámicas más
complejas de lo que parecen. Un enfoque sistémico permite descubrir elementos
reguladores en las dinámicas mencionadas. Estos elementos le permiten a los
individuos conformar una estructura que conocemos como familia en la que el
poder constituye uno de los fenómenos implícitos y que posibilita la presencia
del proteccionismo y la normatividad, prácticas que en exceso o defecto pueden
llegar a constituir relaciones insanas entre los miembros de la familia.

La homeostasis social intrafamiliar busca el equilibrio relacional


valiéndose del maltrato en diversas manifestaciones cuando las relaciones son
insanas. Estos fenómenos pueden y de hecho llegan a conformar a los menores

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cuando se exponen a esta forma de convivencia llegando a interiorizarlo a través


del aprendizaje vicario.

El maltrato en la familia que constituye la violencia intrafamiliar, se ha


hecho más presente en la realidad salvadoreña. Las instituciones nos muestran su
comportamiento identifican al hombre en la mayoría de los casos con rasgos
machistas como el agresor y a la mujer como la victima (aunque no la única).

IV. BIBLIOGRAFIA

Càceres, A. (9 de Julio de 2018). "Me decian que si me habia ido de la casa, que le hiciera frente".

Obtenido de La Prensa Grafica: https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/Me-decian-

que-si-me-habia-ido-de-la-casa-que-le-hiciera-frente-20180708-0088.html

Estrada Inda, L. (2012). El ciclo vital de la familia. Mexico D.F.: DEBOLSILLO.

Gonzalez Portillo, J., Rivas Marìn, F. M., Marin restrepo, X. A., & Villamil Bonilla, L. V. (2013).

Niveles de disfuncion familiar, en veinte mujeres victimas de violencia intrafamiliar en el

municipio de Armenia. El Agora , 339-410.

Linares , J. (2012). Terapia familiar ultramoderna. La inteligencia terapeutica. Barcelona: Herder

Editorial.

Linares, J. L. (2006). Las Formas de Abuso. Mexico D.F.: Paidos Mexicana S.A.

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Mayor Walton, S., & Salazar Perez , C. A. (2019). La Violencia intrafamiliar. un problema de salud

actual. Gaceta Medica Espirituana, 96-105.

ORMUSA . (10 de Agosto de 2020). Observatorio de la violencia de genero contra las mujeres.

Obtenido de Observatorio de la violencia de genero contra las mujeres:

http://observatoriodeviolencia.ormusa.org/violenciaintrafamiliar.php

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APENDICE

“Me decían que si me había ido


de la casa, que le hiciera frente”
Duró 17 años y fue un calvario. Esmeralda, quien pidió reservar su verdadero nombre, empezó esa
relación a los 18 años. A esa edad creyó que al casarse formaría una familia y que viviría feliz para
siempre. Era alegre y soñaba con tener una casa digna, una familia unida y una condición económica
que le permitiera adquirir lo necesario. No pudo cumplir todos esos anhelos. Al cabo de los primeros
dos años, comenzó a ser víctima de violencia intrafamiliar.
Por Por Aurora Cáceres
9 de Julio de 2018 - 00:00 HS

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“Me decían que si me había ido de la casa, que le hiciera frente”

“Una se casa o se acompaña para toda la vida, pero a veces hay tropiezos que nunca piensa. Mi vida
de hogar al principio fue bonita con mi pareja. Después, cuando tuve a mis hijos, mi pareja comenzó
a cambiar”, expresa Esmeralda con un tono triste y cabizbajo. Esmeralda, originaria del municipio
de La Libertad, es ahora una mujer de 40 años. Tuvo dos hijos: al niño lo tuvo a sus 19 años y la
niña nació un año después. Su esposo consumía bebidas alcohólicas desde el principio de la relación.

Con los meses el vicio empeoró, llegaron los excesos, y con ellos también las palabras hirientes. En
una ocasión, cuando Esmeralda le preparó la cena, su esposo la rechazó y le tiró el plato, con la
comida caliente, en el rostro. Ahí comenzó a empeorar todo. Poco a poco él buscaba provocar algún
golpe y hacer de su vida algo imposible. “Yo pedía ayuda a mis familiares, pero me decían que si yo
me había ido de la casa que le hiciera frente. Seguí adelante con ayuda de mis amigos”, recuerda.

Luego de dos años de relación comenzó a trabajar, aunque él se oponía a que lo hiciera, en la misma
finca donde ambos residían. “Él no me daba dinero para la comida por el vicio. Solo llegaba a tomar
con sus amigos borrachos y a hacer relajo”, relata Esmeralda.

La coordinadora de la recién creada Dirección Nacional de la Mujer de la Fiscalía, Ana Graciela


Sagastume, recuerda que la violencia intrafamiliar es un problema arraigado en la sociedad por
conductas derivadas del machismo, o del deseo de los hombres de controlar o de ejercer poder en
las mujeres.

La Policía Nacional Civil (PNC) recibió 318 denuncias por violencia intrafamiliar entre enero y
marzo de 2018. El 43.40 % de casos fue localizado en 10 municipios: San Miguel, Usulután, San
Francisco Gotera, Santiago de maría, Ciudad Delgado, Cacaopera, Apopa, Colón, Zacatecoluca y
Cojutepeque.
Violencia familiar en la violencia familiar
“Mis hijos iban creciendo y miraban todo lo que pasaba. Cuando él llegaba a la casa, cerraban las
puertas de los cuartos. Yo me metía detrás de las matas del huerto de la finca. Yo no sabía qué hacer.
Le pedía a Dios seguir adelante con mis hijos”, dice Esmeralda.

Su esposo agarraba un arma y la amenazaba. Siempre buscaba abrir la puerta de la habitación donde
ella se escondía junto con sus dos hijos.

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“Me daba contra la pared. Era muy triste. Yo lloraba”, agrega Esmeralda, y mientras lo cuenta,
mantiene los puños cerrados con fuerza y ejerce presión sobre los dedos.

En dos ocasiones ella llamó a la Policía para pedir ayuda. Una vez los policías le recomendaron que
saliera de aquella casa, porque ese hombre la podía matar. Era la única opción que le daban, pero
esa no era una opción que ella considerara.

“No me movía de ahí porque no tenía a dónde irme. Las cuentas no me salían. No me alcanzaba.
Pensaba que él iba a cambiar”, añade Esmeralda.

Jóvenes de 18 a 30 años son las que más denuncias realizan por violencia intrafamiliar, seguidas por
mujeres de 31 a 40 años, de acuerdo con datos de la Policía Nacional Civil (PNC).

¡Celos! ¿Son una muestra de amor o inducen a la violencia de género?


Las estadísticas de la Policía evidencian una reducción de denuncias de violencia intrafamiliar en el
primer trimestre de 2018 en comparación con el primer trimestre del año pasado. Pero hay otros
delitos que han aumentado, como los feminicidios.

Sagastume, la jefa de la dirección fiscal de la Mujer, explica que los hechos de violencia contra la
mujer han desembocado en la violencia feminicida. Según datos de la PNC, han sido asesinadas 219
mujeres desde enero de 2018 hasta julio, ya van 14 asesinatos más de mujeres que el año pasado.

“De trascender de simples problemas de convivencia, como no se le ha dado el seguimiento o la


investigación de cuáles son las causas que provocan la violencia intrafamiliar, estamos llegando
hasta la judicialización cuando ya está tocando vidas o la integridad física con lesiones. Talvez el
tema no ha sido tocado de la manera adecuada”, reconoce la coordinadora fiscal.
Hay tres etapas que la fiscalía identifica en un caso de violencia intrafamiliar: la primera es la
agresión verbal, la segunda es la agresión psicológica y eso culmina en una última etapa en la que
se puede dar una lesión o un feminicidio.

“Puede ser que ya haya pasado varios episodios de violencia intrafamiliar y se desencadene el
feminicidio”, agrega Sagastume.

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Desde la década de los noventa, existe la Ley Contra la Violencia Intrafamiliar, la cual protegía o
trataba regular las relaciones interpersonales. Luego vino la Ley Especial Integral para una Vida
Libre de Violencia para las Mujeres (LEIV), con vigencia desde el 1. º De enero de 2012, que pide
la erradicación de toda forma de violencia hacia las mujeres. El artículo 9 define los tipos de
violencia hacia la mujer: la sexual, la económica, feminicida, la psicológica y emocional, la
simbólica, patrimonial y la física, como la que padeció Esmeralda.

Hace tres años dejó la finca donde vivía con su agresor. Alquiló una casa y ahora vive con sus dos
hijos. Decidió dejar a su esposo porque su hijo sufrió un accidente por un golpe que él le provocó.

Ahora, tras la separación, le cuesta dormir y padece del sistema nervioso. Actualmente está en
tratamiento médico porque también tiene anemia a raíz de esa situación. Tras 17 años de haberlo
padecido, ahora Esmeralda concluye: “Me arrepiento de que mis hijos hayan visto todo el maltrato
que ahí había. Mi consejo para todas las mujeres es que le echemos ganas. Siempre se puede, nunca
hay que decir que no. Ya viví esta experiencia, ya sufrí”.

Enlace de página Web:

https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/Me-decian-que-si-me-habia-ido-de-la-casa-que-le-
hiciera-frente-20180708-0088.html

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