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Notas. Marcel Gauchet. La religion en la democracia. El camino del laicismo.

España: El Cobre,
2003 [1998].

Barcelona : Editorial Complutense, 2003

Prefacio (José Luis Pardo)

Inglaterr y Francia represetan dos modelos históricos de implantación de democracia en el Estado-


Nación. En ambos se buscaba articular la esfera privada y publica . Sin embargo los modos y
formas de llegar a ello fueron diferentes. En el caso del primero ser da por el pacto civil que
conforma el poder publico “cada individuo puede desarrollar su proyecto personal sin entrar con
el resto de la sociedad” (p.12). La garantía de ello está dado por la justicia publica. “los hombres y
mujeres pueden perseguir en paz su fines privados”. Esta es el esencia del liberalismo clásico. En el
caso del segundo, se esboza el modelo republicano. Este parte del individuo no como una esencia
constitutiva sino como producto de una socialización. “El Estado no se funda sobre un conjunto de
individuos soberanos (suma de voluntades individuales) sino sobre un conjunto de comunidades
pre-democraticas con privilegios especiales que garantizan relaciones de dominación entre las
cuales la Iglesia funge como una de ellas. En consecuencia la libertad individual consiste solo si
logra mediante una educación tutelada por el poder publico que permite al individuo
emanciparse. Adjudicándose derechos de los cuales fueron privados en el régimen pre-
democráticos. De aquí surge una declaración universal de los derechos del hombre que
fundamentó la ciudadanía.

Marcel Gauchet:

El concepto de “retirada de la religión” surge como giro de la modernidad. El autor evita el


termino laicismo y secularización por ser categorias limitadas que no captan el cambio estructural
en la denominada segunda modernidad.

“la sepracion entre Iglesia y Estado o entre Religión y Política, facilitó la magnificación de la
política (p.18) . Esto representó la confrontación con la obediencia sagrada” para promover el
debate por la libertad, esto se caracterizó como “la obstinación religiosa y la ambición laica” “lo
que ha cambiado no es la republica sino su contrario la religion, aquello que la definió por
oposición” (p.18).

El autor marca 1970 como una emancipación definitiva de la órbita sagrada en la sociedad política
francesa. El ciudadano actual se ha vuelto “metafísicamente democrático”. Esta es la fractura en la
historia de Francia. La emergencia de un nuevo principio organizador: la democracia.

La historia del laicismo en Francia: “la historia del laicismo en este país [Francia] está
profundamente vinculada en la historia del Estado en tanto operador protagónico del proceso de
retirada de la religión […] simplificafando al máximo, podemos distinguir dos grandes fases del
proceso: la prmera va del fin de las guerras religiosas – 1598 es la fecha convencional – hasta la
Revolucion Francesa, o mas precisamente, a la Constitucion Civil del Clero, que representa en
cierto modo su desenlace. Llamemosla fase absolutista. La segunda fase se extiende desde el
Concordato napoleónico hasta hace poco, digamos, hasta 1975, por la concordancia de esta fecha
con la crisis económica y la mutacion general, mundial, de nuestras sociedades , que vivimos y
observamos desde hace unos veinte años. La ley de separación de 1905 constituye el momento
crucial de este periodo, que podríamos llamar fase liberal y republicana” (41). Con base en los
anterior, Gauchet se pregunta si con la mutacion global y los ajustes económicos de final de siglo,
se puede argumentar el comienzo de una tercera fase.

La fase aboslutista: “entendemos por absolutismo la concurrencia. ;a esxigencia de colocal a la


autoridad colectiva […] en una posición de eminencia que le permita subordinar los asuntos
sagrados. En esta medida – y solo en esta medida- podrá cumplir su misión pacificadora” (42). De
acuerdo a Gauchet la autonomización de la política en la sociedad moderna se “efectua bajo el
signo de una subordinación (religiosa) de lo religioso” (41). Un hecho probatorio de lo anterior es
observado en la Asamblea Nacional Constituyente de 1790 y el programa de la Constitución Civil
del Clero.

El Antiguo Regimen y la Revolución: “en este punto [1790] mas claramente que en los otros,
constatamos cómo la empresa revolucionaria consiste en liberala a la mariposa del Estado de la
crisálida real” (46)

La Constitucion Civil del Clero: “la galicanización de la jerarquía eclesiástica culmina la absorción
del poder epsiritual en el orden monárquico” (47) “[por un lado] la reafirmación galicana y
absolutista de la legitmas prerrogativas del soberano temproal en materia de administración de
asuntos sagrados, del otro, alimentada por la dinámica del Siglo de las Luces, la recuperación del
proincipio de soberanía en beneficio de la nación […] la Constitucion Civil del Clero […] alumbra
con ella una larga y compleja jistoria al final de la cual se intenta asignar finalmente su verdadero
lugar a la religion , en le interio del Estado y bajo la autoridad de la Nacion restablecida en la
plenitud de sus derechos” (47)

La fase donde lo republicano se asocia con lo liberal: “[1800] no se acentuará mas en el marco de
una subordinación de los religosos alo político sino principalmente , de una separación entre
iglesia y Estado, separación inscrita en el gran movimiento liberal que caracteriza la modernidad
jur[idica: la disociación entre sociedad civil y Estado” (50). Aquí el liberalismo no esta catalogado
propiamente como una doctrina política sino mas bien como un hecho, que el autor denomina
como “hecho liberal”, el cual consiste en el hecho jurídico de separación y autonomización de los
individuos con respecto al Estado. Sobre esta separación el liberalismo y el socialismo discutirán

El Concocordato de 1801: “la Iglesia recibe el estatuto oficial y la libertad de maniobra en materia
de culto que eran necesarios para aplacar a los fieles, sin dejar de destacar vigorosamente la
primacía del Estado” (52). El autor sigue la interpretación de este hecho en los análisis de Jean
Bauberot visto como un “primer umbral de laicización”. Es decir, el momento en que la Iglesia
pasa del exterior al interior de la política, pierde su vocación universalista para desempeñar un
papel preponderante al interior de la comunidad política a la que ya le corresponder
reglamentarla en su conjunto.
La Republica en Francia: “es el desarrollo de una democracia liberal y representativa en el interior
y por medio de la autoridad del Estado” (55). “la tradición de la autoridad estatal que subsiste
desde el fondo de nuestra historia es un milagro de refundación de lo antiguo por lo nuevo y se
vio revitalizada por los progresos de la libertad democractica como la participación masica de las
manifestaciones de la diversidad social. Esta conjunción retroactiva forma el alma de los que
nosotros llamamos Republica” (56). Para el autor la solución republicana de 1905 no tuvo nada
que ver con la construcción de una religion civil.

El laicismo en la configuración del a República: “El reconocimiento de una sociedad independiente


en sus movimientos fuera de la esfera política, lejos y al contrario de amenazar a figura del Estado
o dar cuerpo al proyecto de su limitación, ha tendido a refundar la preeminencia del poder
publico” (56). “en el marco de esta refundación estatal republicana, la cuestión laica tuvo un papel
portagonico, un papel creador […] la separación [entre iglesia y estado] sólo fue posible mediante
la atribución al poder temporal de un principio de supremacía con valor espiritual” (57). Sigue las
obsevaciones de Renouvier (filosofo del siglo XIX) en un escrito de 1872 “de que la separación
entre Iglesia y Estado signfica la orgnizacion de un Estado moral y magisterial” (57).

El proyecto de la autonomía: fue una parte determinante en el reforzamiento de la preeminencia


del poder político ya que retomó la idea misma de política en sus fuentes. “el objeto de la política
democrática, su punto de mira, es devolver a la comunidad de los hombres el control de sus
razones o sus fines. Debe dar forma a una reapropiación de la opción individual en escala
colectiva” (64). El recurso a la autoridad soberana , en el marco de las guerras de religion, significó
el recurso a la libertad de conciencia y de la nación.

El Trabajo de Rousseau: introdujo el termino de la voluntad general que le daría un fundamento


metafísico a la Republica. Asi Rousseau define la republica como “el gobierno legítimo definido
por el reino de la voluntad general sin importar la forma monárquica, aristocrática o democrática
de su administración” (66). En este pensador se asocia la libertad de cada uno con la soberanía de
todos.

La Revolución: “tuvo que recorrer por su cuenta y riesgo e; camino de las ideas que llevaban de la
subordinación política de la religion a la afirmación metafísica de la autonomía” (66).

La III Republica: esta produjo una democracia liberal donde la afirmación de la autonomía no es
intrínsecamente antireligioso, pero si abiertamente hostil a las pretensiones terrenales de las
iglesias. “exige simplemente a los creyentes servar sus esperanzas individuales de salvación para el
otro mundo y jugar al juego cooperativo del a atunomia en este mundo, lo que la mayoría de ellos
ha aceptado ya: el logro de la Republica fu integrar a los fieles desvinculándolos de sus pastores
[…] la posesión y detemrinacion de si que pretende recorar corresponde a la existencia en común
dando por sentado que en cierta parte singular u privatica de la existenca , cada uno interpreta
libremente el misterio ultimo de nuestra condicion . Aún si admitimos que la especie humana está
en ;ultima instancia metafísicamente sometida, mantiene el gobierno de político de sí misma”(69).
Para el autor el laicismo tuvo un papel creativo de la Republica. No obstante ahora que la religion
se ha integrado en la democracia, el laicismo pierde su carácter constitutivo de la cultura política
republicana, asi como también la republica ha perdido se sentido metafísico. “hemos abandondao
la era en que debíamos conquistar una autonomía contra la heteronomia, porque la heteronomia
ha dejado de representar un pasado siempre vivo y un futuro siempre posible. Se ha consumado la
integración de las religiones ne la democracia, hasta el catolicismo oficial, tanti tiempo reacion, ha
terminado por colarse en la democracia y adoptar sus valores.” (75). Esto es lo que ha contituido
un “nueco alejamiento de Dios”.

Relacion liberalismo –socialismo: Ambos comparten un antagoisno originario con la religion y por
ende parten del problema de los medios para la realización de la autonomía en la base de la
diferenciación de los ordenes. La versión socialista, busca un ejercicio autoritario de destrucción
de toda religion en nombre de la autonomía y “progapa la absorción de la existencia entera de los
ciudadanos por la política para la realización de la autonomía […] ;a hostilidad radical a la religion,
la voluntad de suplantarla completa y deifnitivamente conducen de hecho a moldearse a su
imagen y semejanza, la perspectiva de la salvación se transporta al tiempo terrenal , el proyectio
de autonomía se transforma en la pretensión de gestar el fin ultimo de la historia , una sociedad
plenamente dueña de si misma en todas sus partes bajo elsigno de la ciencia consumada en si
misma, la teocracia renace como ideocracia” (70). En la versión liberal, se instaura una “cultura del
reparto, de la división , de la contradicción sobre los fines colectivos se plantea como un fin en si ,
se consibe la autonomía como la lo que se expresa en la confrontación ilimitada sobre si” (70). No
obtante comparte también elementos comunes en su desarrollo: “pero mas alla de la divergencia
cardinal sobre el mode nponer en practica el ideal, debvemos reconoer el ejer de la politioca se
concibe del mismo modo en ambos casos […] el nivel colectivo se calora claramente como el nivel
especifico en que se realiza la emancipación humana” (71).

El principio de separación Religion y Politica en condiciones de la Republica laicista justificó el


Concordato de 1801: [Portalis argumenta] “jamas debemos confuncir la religion con el Estado: la
religion es la sociedad del hombre con Dios ; el Estado es la sociedad de los hombres entre sí . por
que para unirse entre ellos, los hombres no necesitan ni revelaciones ni ayuda sobrenatural, les
basta consultar sus intereses, sus afectos, sus fuerzas, sus diversas relaciones con sus semejantes,
sólo se necesitan así mismos” (74) . Esto producirá una especie de disociación de cada persona
entre creyentes y ciudadanos.

La absorción de la religion en la democracia: este produjo se dio gracias a varios factores. La


magnificación del Estado, la dignificación del a ciudadanía. La transfiguración del sentido de
libertad (de la heteronomia a la autonomía): “Colocando la política fuera de la religion pero a la
altura de la religion, integraron a la Republica a numerosos feligreses que querían convertirse en
ciudadanos ejemplares sin dejar de ser fieles obedientes” (75).

EL nuevo momento (1970): “tras el golpe de la crisis abierta en los anos setenta , la fe voluntarista
en la fuerza del Estado fue suplantada por el regreso de las vías liberales de regulación automática,
que habían sido apresuradamente desclificadas por la tormenta de los anos treinta” (78). En este
marco se da el giro anloamericanos (Tacher y Reagan) hacia la preeminencia del mercado como
signo unificador del mundo. Bajo este marco globalizador se dieron varias transformaciones: un
movimiento de liberalización del Estado, la masificación de la miedios teconologicos del a
información forjo relaciones horizontales y descentralizadas que coayudan a una profundización
de la individualización (en detrimento de la colectivización) “el modelo de una sociedad civil
autonomoa y autorregulada jamas había dispuesto de semejante materialización operacional [el
internet] “ (80). Esto trajo como consecuencia el desplome de la accion política y la confianza
concedida al poder publico. “la iglesia católica ha cumplido ya el duelo de su antigua hegemonía
normativa. El Estado republicano ha renunciado a ofrecerse como alternativa de la religion . La fe
se concibe en el marco de un campo diversificado de opciones. La administración de la cosa
publica solo se concibe al margen de cualquier creencia, a partir de la adhesión de los derechos
que la fundan. En una plalabra el estado se ha vuelto convenientemente neutro ante una sociedad
que asume convenientemente su pluralismo autoorganizador” (84).

Varias transformaciones de la democracia: el desplazamiento de la un ejericio de la ciudadanía en


bloque hacia las garantías de los derechos individuales. De los instrumentos de poder de las
mayorías a la protección de las minorías. Del aseguramiento de la voluntad general a la formas
para asegurar la legalidad y la legitimidad constitucional de las decisiones legislativas. “una
democracia de derecho y juez” (83). En otras palabras: “la corriente liberal de la democracia
liberal ganó la mano a la corriente democrático-participativo […] para nosotros hoy constituye un
testimonio de democracia todo lo que puede ayudar a prevenir la incorporación de la
individualidad a la unidad de la voluntad colectiva, justo donde los grandes pensadores de antaño
habían creido reconocer la cúspide de la política según la igualdad” (83).

“lo que remodela el rostro del autogobierno de la comunidad humana es el hecho de que la
hteteronomia ha dejado de tener un sentido político sostenible. La encarnacion de la dependencia
en el mas allla en una autoridad de aca aya no le dice nada a nancidie, ni siquiera a la concsciencia
mas reivindicadora de su deuda con lo divino. NI el estandarte de la nostalgia le sirve para
movilizar algún tipo de agrupación. Paralelamente, la imagen de la utonomia que procedía de este
conflicto ha perdido el motor de su dinamismo. Su triunfo ha revitalizado. Ya no es el objetivo de
un difícil y decisivo ascenso, es solo el dato primero y terrenal de nuestra condición. Se impone
[ues, una revisión en regla de lo que signidca la libertad y de las vías según las cuales gobernarlas”
(87)

Sobre el sentido del individuo: “ninguna razón suprema se determina en el nivel común que no
contiene en su ni por si la solución al ptovlema del destino. Sólo las consciencias singlares están
habilitadas para pronunciarse sobre los temas de ultima instancia, tanto de la autonomía como del
sentido de la existencia en común. Sólo hay versiones individuales del fin ultimo de la vida
colectiva, la cual , a su vez, no exige justificación última y puede ser un fin en sí misma” (89).

Nuevo papel de la religion: “como veremos de ahora en adelante su nuevo perfil queda lo
sucifientemente fijado como para dejarse diseccionar. Ser exige las creencias y adhesiones
convertirse en proveedoras de sentido de la vida colectiva sin abandonar el orden de la opción
individual, dando por sentado que sólo son concebibles las interpretaciones privadas de los fines
públicos. Basta con mecionar este punto para entrever los importantes desplazamientos de la
frontera entre lo publico y lo privado que implica” (90)

Tesis: La autonomización de la sociedad civil: “Insisto en este teuss la reformulo desde otro
angulo: lo que ha ido al encuetro de lo safrado en la sociedad civil no es súbito descubtimientos de
las vieturdesa de la diversidad sino dla desaparición del a alguiqmia que se asumia como cierta en
la sociedad política y con ell el salto al primer plano y la aparición a plena luz de la sociedad civil
en su diversisd ( diversidad iversa, me atraveria de adecir: individual, material, intelectual,
espiritual). La idverisidad no fue ignorada o reprmida simplemente había que pasar por erncima de
ellea para construir una inidad superior, idelamente destinana a reunir a la colectividad consigo
misma. En consecuencia, el problema era asegurar las mejores condiciones para el cambio
mediante una representación en foma de transmutación. El hombre privado debía vestir los
habitos del ciudadano, sus intereses particulares, para hacerse oir, debían enunciarse en la lengua
del interés general, en cuanto a las comunidades de convicción, se les pedia dividirse a si mismas
entre su parte susceptible de inscripción publica y la parte destinada a mantenerse en la oscuridad
privativa. En otros términos, cada componente del cuerpo social debía trabajar en sí mismo para
definirse y organizarse con mirar a su proyección sobre un escenario dotado de reglas espcificas
.Asi las fase decisiva de autnomizacion y pluralización de la sociedad sivil de alrededor de de 1900
se desarrolló bajo el signo de la construcción de las mediaciones capaces de insertar a las fuerzas
liberradas en el espacio político…El superyó que justificaba esas mediaciones se disipó como
espejismo…este deslinde del marco de la sociedad civil precipita su disociación deifnitiva del
Estado, tal y como la vemos desarrollarse ante nuestros ojos…por primera vez gracias a esta
desvinculación, la sociedad civil se ofrece a nuestros ojos completamente al margen dela política,
en la confusión y la inmediatez de sus componentes…En cierto sentido se trata solo de un cambio
de óptica con grandes consecuencias practicas…la modificación del enfoque desde el exterior
hacia el estatuto de los individuos y los grupos los llama a redefinirse desde el interior…obliga , en
fin , a reconsiderar la naturaleza y los lazos de la relación de representación entre los
componentes del a esfera civil radicalmente autonominzada y la esfera politica” (91-92).

Signos del nuevo orden: “el juego de los derechos” … “el paso de los derechos privados de los
individuos, por que precisamente en esos términos debemos retraducir la expresión ‘derechos
humanos” para comprender la exacta medida de la reactivación actual del tema” (93)

Transformacion del a cudadanía: “antes, la ciudadanía reposaba sobre la conjunción de lo general


y lo particular, cada ciudadano debía asumir el punto de vista del conjunto desde su propio punto
de vista. En la nueva configuración que se diseña, prevalece la disyunción, cada uno debe hacer
valer su particularidad ante un instancia de lo general que en ningún momento exige que se asuma
el punto de vista. La democracia del individuo y de sus derechos tiene un inconfesable correlato:
la oligarquía. Ésta asume el poder que rechaza o que se jacta de limitar. Esta es la contradicción
sobre la cual se decidirá su destino” (96)

“La sociedad de mercado” …”Antes los intereses se legitmaban presentándose como componentes
de un interés común. Ahora son legitimos por si mismos, en su solitaria desnudez. Se eles
reconoce la libertad de jugar sin responder de su contribución al bien global. Se denefician de la
misma irreductibilidad de principio que la libertad y la igualdad naturales. Deben poder llegar al
limite de su mismoa sin mas trestricciones que el respeto por las reglas que aseguran su
coexistenca pacifica y su competición leal con otros. La autoridad social puede vigilar la definición
y observación de estas reglas, en ningún caso dirigir a priori la repartición entre unos y otros en
nombre de un interés superior que ella representa: el interés general no se concibe de otro modo
que como el resultante a posteriori del libre concurso de los intereses particulares…dando este
rodeo, encontramos las razones de esta nueva resurrección de la idea de mercado. El rodeo es
importante porque esclarece los motivos de la extensión que alcanza la palabra en este nuevo
empleo. Bajo esta óptica, tiene poco que ver con la eficacia económica […] asistimos a una
verdadera interiorización del modelo de mercado, un evento de consecuencias antropológicas
incalculables que apenas comienza a atisbar [el mercado político] ” (97)
Transformación de la Fe y las creencias: “la fe, las creencias se convierten en identidades, lo cual
implica a la vez una manera diferente de habitarlas desde el interior y otra manera de
reivindicarlas desde el exterior […] uno era uno mismo o o se convertia en uno mismo en la
medida en que se despojaba de sus particularidades hasta alcanzar lo universal de si mismo. Para
este tarea el modelo perfecto era el jercicio de la ciudadanía, concebido como participación en la
universalidad de la cosa publica, al lado de la opción moral en el orden individual, otra expresión
ejemplar de la facultad de la autonomía de la persona, de su poder actuar, en su escala singular,
en nombre de una regla valida para todos y en todos los casos …según ese modelo solo al
alejarme de lo inmediato de mi mismo para elevarme al punto de vista de lo que vale en general o
universalmente me vuelvo verdaderamente yo, relativizando las determinaciones extrínsecas que
me constituyen básicamente per las cuales puedo liberar. Individualidad, subjetividad y
humanidad se adquieren juntas, por la libertad respeto de aquello que nos determina. Las nuevas
identidades nos llevan al otro extremo de esta identidad. El punto de apoyo político de las
descentralización se desvanece al tiempo que la exigencia de asumir el punto de vista del
conjunto. Para ser ciudadano solo se me pide ser yo mismo. Pero el significado de yo mismo ha
cambiado. Se está afirmando una nueva relacion de los individuos con lo que viene dado por su
condición y lo que han recibido con la existencia, sea la comunidad en que viven, la tradición en
que se insertan o la orientación sexual que los singulariza. Se trata de una nueva relacion intima
pero no exlcusivamente negociable del yo consigo mismo: también es función del arelacion con
tros y de las necesidades de inscripción en un espacio publico a su vez redefinido. El cambio es
triple, y es indispensable mantener la perspectiva simultanea de las tres escenas en que se
desarrolla: es intrapersonal, interpersonal o relacional y cívico […] el verdadero yo es el que
emerge de la apropiación subjetiva de la objetividad social […] mas aún, estas idferencias subjetiva
e intersubjetivamente habitadas son lo que permite entrar en el espacio publico y asumir un lugar
en él” (102-103)

Implicacion para la política democrática de las identidades diversas: “el nuevo cosmos social de las
indentidades y su organización mediante la diferencia queda marcado por la contradicción. La
objetividad de las características colectivas y la subjetiviadad de las adhesiones individuales se
alimentan mutuamente al oponerse. Las pertenencias posibles son multiples y heterogéneas […]”
(104)

Desplazamiento de la tolerancia al pluralismo: “la fe era un opción en libertad…al penetrar en los


valores del individualistas de la modernidad […] en esta fase en que dejaba de ser consuetudinaria
para volverse obligatoriamente opcional , solo tenía sentido si pretendía imponerse
universalemnte como verdad única y exlusiva. El cambio implica la exterioridad del creyente
respecto al objeto de su adhesión (exterioridad que hace de ello, precisamente, una adhesión) al
mismo tiempo que la ambición proselitista y combativa de agrupar a los demás y someter al
mundo en torno a ella […] el pluralismo pasó por eso y podemos entrever una revolución mental
[..] que no alcanzó sólo a la fe sino al régimen de convicción en general […] no considero
pluralismo la simple resignación a la existencia de quienes no piensan como uno, sino la
asimilación por parte del creyente de la existencia legitima de otras creencias en relación con la
suya propia. Para decirlo de un modo mas directo, el pluralismo como hecho y como regla de la
sociedad es una cosa, el pluralismo en la cabeza de los creyentes es otra. El pluralismo [en el caso
americano] cada uno admitia la libertad del otro, pero mantenía un estilo de convicción que
excluia la consideración de que otras convicciones eran posibles. Ësa es la diferencia esencial entre
la tolerancia como principio político y el pluralismo como principio intelectual. Esta relativización
íntima de la creencia es el producto de nuestro siglo, el fruto de la penetración del espíritu
democrático en el interior del espíritu de la fe. La metamorfosis de las convicciones en identidades
religiosas constituye su desenlace” (106-107)

La transformación valorativa de la verdad religiosa: “lo que está en juego no es la verdad del
mensaje al que me adhiero, sino la definición subjetiva que ofrece, la tradición vale en tanto es
mía, en tanto me constituye en mi identidad singular” (108) “el acento se coloca mas en las formas
exteriores o en los modos de vida en la medida en que se va debilitando el nucleo popiamente
trascendente de la creencia. No es que este ausente la implicación personal al contrario, es fuerte,
no se trata de una formalismo sin alma. Pero no se vuelve prioritariamente hacia el mas alla. Su
principal recurso es la identificación de uno mismo mas acá […] la metamorfosis de las creencias
en identidades es el precio del pluralismo llebvado al extremo, hasta el punto en que toda
ambicion universalista y conquistadora pierde sentido, y ningún proselitismo es posible. Eso
explica la extraña consistencia, a la vez dura y blanda, que muestrasn esas identidades: son
intratables sin ser agresivas. La fe se argumenta y se discute. La identidad no trata de convencer, y
al mismo tiempo es impermeable a la objeción. No la anima a una convicción que pretenda
imponserse. En cambio es intransigente de cara al exterior, con respecto a su reconocimiento”
(109)

La dimension publica de la identidad particular convierte a la política en una política del


reconocimeinto: “la comunidad de creencia comprendida en ella no tiene vocación de vivir
puramente encerrada en si misma. La búsqueda de una inscripción publica le es consubstancial. La
secesión identitaria es inseparable de su voluntad de hacerse reconocer en tanto componente de
pleno derecho de la comunidad global. Su lógica organizativa […] es la del pluralismo radical. Cada
uno sabe que su particularidad , es solo un elemento de un conjunto mayor cuya diversidad es
irredutible […] la identificación privada solo tiene sentido en función de la proyección publica que
la duplica. La novedad es que, al contrario de la antigua regla que nos pedía despojarnos de
particularidades privadas para ingresar en el espacio publico, ahora contamos en ese espacio en
nombre nombre de nuestra identidad privada” (110)

Relacion religion-politica en la política del reconocimiento: “la colectividad necesita


representarse las metas y las razones entre las que puede escoger, y la autoridad necesita
legitimarse por referencia a valores susceptibles de otorgar sentido a su acción, incluso si le está
prohibido pretender encarnar substancialmente alguno […] la política se ve obligada a legitimar lo
religioso, en una acepción amplia, en función de su propia búsqueda de legitimidad, como aquello
en lo que no puede participar ni inspirarse, pero que representa la medida última de sus
iniciativas. El poder publico, dicho de otro modo, se ve obligado naturalmente a reconocer a estas
identidades que se cuidan de hacerse reconocer. Esta es la conjunción de intereses que sella la
política del reconocimiento.” (111)

“podríamos decir a la vez que el Estado se privatiza la sociedad civil se publiciza […] en ellos y por
ellos las identidades privadas y las comunidades de creencia se benefician del reconocimeinto
publico […] solo pretenden hacer oir su singularidad subjetiva como tal en el concierto publico y
verse expresamente admitidas como voz cualificada. La única cuestión es cómo asumir lo
especifico y hacerlo valorar. Esta actitud tiene grandes implicaciones en términos de contenido
para el discurso publico de nuestras sociedades. No se trata de traducir reinvidcaciones especificas
a un lenguaje politicoa e insertarlas en la lógica de un programa sino de ganar peso político a traes
un lenguaje deliberadamente no político, invocando la exigencia ética y la llamada del espíritu. Asi
la acción política se confronta cada vez mas con el lenguajr de los fines que debería perseguir o de
los valores que se supone lo guian. Hay que discernir tras esta presión oral la nueva legitimidad
adquirida por la convicción privada en tanto que privada” (112) – Aquí el autor critica el concepto
de religiones publicas de Jose Casanova. Antes que hablar de una desprivatización de la religion
(como lo conceptualiza Casanova) el autor prefiere entender el fenómeno como una “publicización
de algo privado”. En este sentido la Fe conserva la libertad y singularidad sin dejar de desempeñar
un papel público. – en otro ámbito sobre el aceramiento de los políticos a las comunidades de
creencia el autor opinta que: “no es de ningún modo para recuperarlo y devolverlo al poder […] lo
legitiman para desmarcarse de él […]Tienen que hacerle un lugar porque el Estado no puede
definir sus fines por si mismo (y menos reivindicar fines propios). El Estado es solo un instrumento
al servicio de la sociedad civil y es ella la que debe formular las metas ultimas de la accion publica
[…] Así reconocer las identidades en su mescolanza y las creencias en su diversidad ofrece a
quienes tienen el poder y medio económico y seguro de marcar su diferencia de posición.
Mientras mayor sea la pluralidad legitima y los políticos estén mas fuera de ella, será mas claro
para todos que deben hacer otra cosa y mantenerse en el preciso lugar en que toda sociedad civil
discordante y heteróclita se proyecta y debe encontrar su principio de composición” (113-114)

Sobre la política actual: “hay que decir en su descargo que se ocupan [los políticos] de sociedades
que cada vez aceptan menos hablar de política, obsesuinadas como están por los valores y
significaciones supremas que producran a los individuos y a los grupos algo con que identificarse,
más que por los instrumentos y canales capaces de concretarlo” (114).

La revolución del creer: “alimentada por su confrontación con lo sagrado, la democracia adquirió
una especie de sacralidad por contagio que la alzo por encima de las cosas proganas, su dedicación
a la superación de la minoría de edad del hombre la dotó de una seriedad fundamental que la
convertiría en una vocación, un ministerior, un objeto de devoción incondicional, aboacada al a
conquista de la autonomía, tomo de ellas las dimensiones de un proyecto global que abarcaba la
condición humana en pleno y parecía bastar para todo” (115)

La política del reconocimeinto: “de ahí el rompecabezas que el sutil dospositivo de la política del
reconomciento busca resolver. De un lado , el poder público estas mas que nunca consagrado a la
neutralidad, queda excluido por definción que encarne cualquier noción de fin último. De otro
lado, necesita ajustarse a fines que solo le pueden llegar de fuera y que deben permanecer en el
exterior de su perímetro, sin dejar de estar lo suficientemente integrados en la esfera oficial para
sustentarla. No puede tomar partido, no puede participar. El reconomiciento es exactamente el
punto de equilibrio entre convivencia y distancia” (116). Respecto a la religion, la política del
reconomicento: “las dignifica y las distingue, las salva socialmente de la reducción identitaria a
culturas, poniendo de manifiesto, mas alla de la herencia, la costumbe y el rito, su carga de
mensaje acerca de lo esencial , mas aun reaviva su sentido al darlas a conocer públicamente en su
amplitud y profundidad espiritual. Pero al mismo tiempo, y de muchas maneras, relativiza
radicalmente la comprension de su sentido. Termina por confinarlas en horizontes puramente
seculares al concederle pleno derecho a sus dimensiones religiosas, son los efectos paradójicos del
reconocimiento” (117)

Religion (horizonte de senido) y democracia: la compatibilidad entre las visiones del mundo como
las religiosas y la vision democrática del a política, criterio que Rawls denomina “ doctrinas
comprensivas razonables” , es uno de los efectos que el autor resalta como efecto secularizador
de las creencias religiosas dentro de una política de reconocimientos. Al mismo tiempo el autor
destaca que la religion otorga una función comprensiva que la política perdió con el declive de lo
religioso. “esta función de comprension deserta de la política para volver a las religiones, entre
otras, pero no regresa a las iglesias: pasa a los individuos” (118) “brutalmente pasamos a un
configuración donde la moral se volvió central para la autoconstitucion del individuo. No la moral
como doctrina del sacrificio y sistemas de deberes, sino la moral como el poder de rendir cuentas
sólo a uno mismo de las razones para orientar la propia conducta, dados los términos últimos de
nuestra condición y destinación” (119) “la legitimidad ha derivado de la oferta a la demanda de
sentido. [antes] la religion siempre fue antecedencia del sentido, intrínseca autoridad de lo que
venia de antes y de mas arriba, es decir donación […]lo que importa es lo que se ofrece, con un
oferta que precede a toda búsqueda y demanda formulable […] pero hoy en día, lo que determina
a las consciencias a volverse a las religiones se justifica, por el contrario, a título de legítima
demanda […] tampoco hemos de suponer que la demanda que se asume como tal y reivindica su
carácter individual ambicione alcanzar una verdad substancial. Su objeto no es la verdad sino el
sentido, para ser exactos, no la objetividad de la verdad sino la necesidad objetiva del sentido para
una subjetividad […] la misma lógica lleva a subordinar la consideración del mas allá a los
imperativos del más acá. El otro mundo se pone al servicio de éste […] esto nos conduce a las
<<religiones sin Dios>> […] admiten tácitamente que el objetivo que se proponen puede
plantearse independientemente de Dios” (119-120)

Limites de la democracia de las identidades: “creo que lo esencial es la desaparición del principio
que aseguraba la superioridad metafísica de la esfera publica. Esta desaparición modifica la
naturaleza de la relacion de representación entre sociedad civil y Estado”. Esto quiere decir que la
lógica representativa se liberta y se autonomiza hasta su propio limite. “El Estado es sólo un
instrumento al servicio de la sociedad civil, sin mas legitmidad que le confiere el voto de los
ciudadanos. Pero en la practica ante los ojos de los ciudadanos, no se trata de una transferencia a
lo idéntico, sino de una transmutación. Se trata de entrar en el dominio superior de la decisión
colectiva, que obedece a una lógica propia debida a la meta que persigue, el poder soberano del
cuerpo político sobre si mismo […] la representación es elevación trasnfigurada de la sociedad en
el Estado” (124) [el Estado pierde su asunción metafica como expresión en abstracto de la
voluntad general para volverse en un instrumento de la representación de la sociedad civil “sin
superioridad jerarquica respecto de ella ni de su papel de motor histórico […] la relacion esntre
Estado y Sociedad civil era ya claro esta, una relacion de representación. Ahora lo es en un sentido
suplementario que no reemplaza a los anteriores aunque si los desplaza” (125) La
representación-delegacion aunque subsite se desplaza a una representación –instrumentacion.
“solo reconoce legitimidad al Estado en su papel de últil de la colectiviadad permanece inmutable
en los abstracto. Es la única manera de comprender el poder publico en un marco democratico”
(125)
Redefinicion del Estado: “es mas que nunca distintivo de la sociedad, pero su diferencia ha
cambiado […] era substancial, ahora se ha vuelto relacional, era metafísicamente superior, ahora
es especularmente exterior […] diferencia sin eminencia, a propósito del principio de coexistencia
[…] la verdad es que asistimos a un compleja exteriorización del Estado en tanto instancia
representativa a la vez que a su languidecimiento en tanto instancia normativa […] El estado se ha
vuelto seguidista [de la sociedad civil] en tanto representa y en consecuencia asi se plantea y asi es
considerado por los limites del mandato que se le concede ” (127) “como representante de la
sociedad civil, el Estado está llamado en realidad a cumplir el papel de instituir las identidades que
lo componen” (129)

La importancia de los procedimientos legales: “en el marco de esta nueva económica de la


representación hay que darle un lugar a la importante adquirida por los procedimientos legales
[…] el respeto hacia las minorías se convierte en la piedra de toque de la sincesirad democrática.
Esa igualda al tomar en cuenta opinciones, orientaciones e intereses solo peude3 pasar por la
disposición escrupulosa y la observación rigurosa de regleas de procedimiento que ofrecen el
único amaparo posible del a justicia contra la presión de las relaciones de poder” (129-130).

Transformación de la representación: “antes representar quería decir pasar por encima de las
diferencias entre los seres y los grupos para llegar a manifestar la verdad colectiva en la unidad de
su voluntad. Ahora se trata de exhibir las diferencias , asegurarles visibilidad en el espacio publico,
hacerlas legibles en todos los momentos del proceso político que no se pierda en el paso de la
elaboración de la decision colectiva” (131-132). En otras palabras esto puede considerarse como el
paso del individualismo igualitario” al “individualismo identitario”, es decir el derecho legal a
expresar la diferencia. “la representacion como puesta en escena publica dela diversidad social
tiende a convertirse en un fin en si misma, en el nuevo ideal de democracia cuya lógica tratamos
de reconstruir. Lo que cuenta es quien participa, por qué a título de qué, más de los que haga. Con
el modelo clásico de democracia mayoritaria, vivíamos bajo el yugo de cierta tiranía del resultado,
lo esencial era llegar a concretar una voluntad general, a riesgo de disgustar o desconocer a las
partes interesadas. Con el modelo pluralista-identitario-minoritario en desarrollo actualmente lo
que encontramos es cierta tiranía del trayecto a seguir y del procedimiento a respetar […] la
prioridad es que los problemas sean representados por quienes los plantean, no sean discutidos
[para llegar a una decisión colectica]” ( 133) “el nucleo de estos desperfectos de estructura radica
en la primacia de la representación de los actores sobre la resolución de los problemas que
plantean” (135) [ se da prelación a la representación en detrimento de la gobernabilidad – la
coherencia de la accion publica] “lo importante para los gobernados es manifestarse. Y para los
gobernantes, manifestar su atención a las particularidades que imponen su existencia y reclaman
se tomadas en cuenta” (135). “el proyecto ya apenas hace el papel de accesorio demagógico para
campañas electorales, aun consiste frecuentemente en un catalogo de promesas dictadas unas
porla clientela política y otras por los sondeos, promesas cuya compatibilidad mutua no parece ser
preocupación importante para nadie” (137)

Percepcion de la nueva sociedad política: “tratando de darse una imagen exacta de si misma
queriendo hacer justicia a la totalidad de sus componentes, esta sociedad se escapa asi misma. En
nombre de la democracia, le da la espalda a la exigencia democrática suprema, la de gobernarse
asi misma” (139)

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