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Sentencia T-235/98

El Tribunal Administrativo del Atlántico, en sentencia del 15 de abril de 1997, tuteló el


derecho a la igualdad de tres aspirantes a la Universidad del Atlántico, quienes, a pesar de
haber presentado puntajes altos en las pruebas de ingreso, fueron desplazados por los
beneficiarios del Acuerdo 16 de 1988, expedido por la universidad y que beneficiaba a los
cónyuges e hijos de docentes y empleados de la misma, en el sentido de eximirlos del
examen de admisión correspondiente. El Tribunal, en consecuencia, protegió el derecho
invocado por los demandantes y le ordenó al alma mater excluir de la lista de admitidos a
quienes siendo beneficiarios del Acuerdo no reunieran los requisitos mínimos de
inscripción, para que, cumplido lo anterior y siempre y cuando reunieran dichos requisitos,
pudieran ingresar aquellos aspirantes que hubiesen obtenido los mejores puntajes, con
preferencia sobre los simples beneficiarios del Acuerdo.
a demandante solicita “provisionalmente ordenar de manera inmediata la suspensión del
proceso electoral”, hasta que se resuelva de fondo el asunto; “incluirme en la lista para
poder votar”, anulando la inscripción irregular de quienes, según el fallo de tutela, no tienen
actualmente la calidad de estudiantes y “anular el proceso electoral y ordenar que se abra
nuevamente con plenas garantías para todos los aspirantes y electores”.
Considerando que en el presente caso no se eligieron autoridades con poder político, sino
con simple autoridad académico-administrativa, razón por la cual no hubo vulneración del
derecho consagrado en el artículo 40 de la Carta; que la demandante no utilizó los
mecanismos dispuestos en las Resoluciones 001949 y 001950 para comunicar la exclusión
de su nombre en la lista de electores, y que no probó ninguna de sus afirmaciones, el
Tribunal Administrativo del Atlántico, en fallo emitido el 14 de noviembre de 1997, denegó
la acción de tutela de la referencia.
Sentencia T-583/13
En fallo de diciembre 11 de 2012, el Juzgado Primero Penal del Circuito de Mocoa
concedió el amparo respecto a la vivienda digna, y ordenó a la Alcaldía iniciar todas las
gestiones administrativas y presupuestales para llevar a cabo “las obras, convenios,
contratos, etc., para garantizar al señor Jaime Serrano, que la vivienda por él adquirida bajo
el convencimiento de contar con los servicios domésticos, en realidad los tenga”, dentro de
los 6 meses siguientes a la notificación del fallo; para garantizarle al actor una vivienda en
condiciones dignas, como parte de la población desplazada. Además, rendir informe
mensual de las acciones adelantadas.
Sentencia No. SU-067/93
El Juzgado Setenta y nueve (79) de Instrucción Criminal Ambulante en la ciudad de
Santafé de Bogotá D.C., resolvió dentro de los términos constitucionales y legales sobre la
petición formulada y declaró la improcedencia de la Acción de Tutela propuesta por el
señor Gerardo Ardila, en nombre de la organización política a la cual está afiliado.
2. La sentencia que se revisa fundamenta su resolución en las consideraciones que se
resumen así:

- La situación creada por causa de la determinación a la cual alude el peticionario no


puede subsanarse a través de la acción excepcional prevista en la Constitución denominada
Acción de Tutela; ésta se halla prevista para los casos en que se presenta violación de los
derechos constitucionales fundamentales y en el asunto planteado, no se aprecia la
existencia de quebrantamiento alguno a los derechos que aparecen consagrados en el
capítulo primero del título 2o. de la Constitución.

- Según lo dispone el artículo 6o. del Decreto 2591 de 1991, la Acción de Tutela no es
procedente cuando se pretenda proteger derechos colectivos, tales como la paz y los demás
mencionados en el artículo 88 de la Constitución; por el contrario, la Constitución defiere a
la Ley la regulación de las acciones populares orientadas a la protección de los derechos e
intereses colectivos relacionados con la salubridad pública y el ambiente. Así, la propia
Constitución, en forma expresa, dejó por fuera de la Acción de Tutela el examen judicial
de situaciones como la planteada por el peticionario.

Sentencia No. T-518/92


Correspondió decidir sobre la presente acción de tutela en primera instancia al Juzgado
Primero Civil del Circuito de Medellín, el cual, en providencia del 3 de marzo de 1992,
negó la protección solicitada con base en las siguientes razones:

1. Es bien claro que el artículo 24 de la Constitución Nacional es un derecho fundamental


ya que está ubicado en el Capítulo I, Título II que contiene precisamente estos derechos.
No ocurre lo mismo con la obligación del Estado de velar por el espacio público que está
contenida en el Capítulo III del Título II de la Carta, relativo a los derechos colectivos y del
ambiente.

2. Debe entenderse que el solicitante actúa en su propio nombre pues no compareció como
representante de las otras 175 familias a que alude en su escrito de tutela.
3. El derecho a la libre circulación por el territorio nacional concierne al paso de todo
colombiano por las vías y lugares de uso público y a otros aspectos como la prerrogativa de
residenciarse en una u otra municipalidad
4. Refiriéndose al cerramiento de la Calle 49 agrega la Juez que "la vía nunca se aprobó
para la circulación pública de automotores o vehículos, solo para la peatonal y es bien
común de la UNIDAD RESIDENCIAL LOS CAUNCES como tal y no sendero peatonal
público". Además según consta en Resolución expedida por el Departamento
Administrativo de Planeación Metropolitana, el hecho de que a la vía se le haya asignado
nomenclatura "no modifica su carácter de bien privado, no la destina al uso público y no la
hace bien público de acuerdo con el estatuto de Planeación".

5. Manifiesta el juzgado que los documentos obrantes en el expediente tienen que recibirse
como prueba suficiente del carácter de vía privada que corresponde a la Calle 49 en el
tramo que discurre entre los bloques de apartamentos de la Urbanización los Caunces,
tramo que precisamente la solicitud de tutela señala como cerrado al acceso peatonal y
vehicular.

La prueba obtenida muestra que no teniendo esa vía el carácter de pública, el hecho de que
se impida el libre acceso a ella no puede constituir un entorpecimiento del derecho
consagrado en el artículo 24 de la Constitución Nacional y más bien corresponde a la
legítima realización de una de las limitaciones al citado derecho que consiste en que su
ejercicio no se extienda al tránsito por propiedades privadas.

6. Se concluye afirmando que, no siendo pública la vía que resultó cerrada, el cerramiento
no puede constituir violación del derecho colectivo del espacio público y menos una
amenaza o vulneración de un derecho fundamental del solicitante, por lo cual no procede la
protección de tutela
7. La forma de amparo alternativa para la situación planteada, no es otra que la imposición
de una servidumbre de tránsito que los distintos titulares del dominio de los inmuebles que
conforman las parcelas, podrían procurar frente a la Urbanización los Caunces, o algunos
dueños de inmuebles con respecto a otros. Nos encontramos, entonces, frente a un derecho
legal que no puede ser protegido a través de la acción de tutela.

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