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Estudios de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / issn en línea 1851–9490 / Vol.

18
Revista en línea del Grupo de Investigación de Filosofía Práctica e Historia de las Ideas / INCIHUSA – CONICET / Mendoza
www.estudiosdefilosofia.com.ar / Mendoza / Año 2016 / Dosier (1–17)

Condición humana, valores éticos,


derechos humanos y democracia
Human condition, ethic values, human rights and democracy

Pablo Guadarrama González


Universidad Central de Las Villas, Cuba

Recibido: 14/09/1015
Aceptado: 20/03/2016

Resumen
En la filosofía política latinoamericana predomina una concepción sobre la condición humana,- aunque no
siempre se presentase en estos términos-, en lugar de una presunta naturaleza humana, biológicamente determinada
o una esencia humana metafísicamente concebida. Los valores por sí mismos, lo mismo éticos que políticos, jurídicos,
religiosos, estéticos, etc., no son capaces de realizar absolutamente nada si estos no van acompañados de profundas
transformaciones socioeconómico políticas que trascienden su espiritualidad para tratar de convertirse en factor
material de impulso al continuo e infinito proceso de enriquecimiento de la condición humana.
Este concepto se corresponde mucho mejor con el criterio histórico, holístico, complejo y dialéctico y por tanto
contradictorio del perfeccionamiento del hombre en su lucha contra diversas formas de alienación, por lo que resulta
más apropiado para concebir el desarrollo progresivo de la democracia y los derechos humanos.
Palabras claves: Condición humana; Valores éticos; Derechos humanos y democracia.
  
Abstract 
Latin American political philosophy is dominated by a conception of the human condition, – though not always
he was appearing in these terms–, rather than an alleged human nature, biologically determined or a metaphysically
conceived human essence. By themselves, the same ethical values, to political, legal, religious, aesthetic, etc., are not
able to do absolutely nothing if they are not accompanied by profound socio-economic political transformations
that transcend their spirituality to try to become a material factor of impulse to the infinite and continuous process
of enrichment of the human condition.
This concept corresponds better with the historical approach, holistic, complex and dialectic and therefore
contradictory development of man in their struggle against various forms of alienation, which makes it more
appropriate to conceive of the progressive development of democracy and human rights.
Key words: Human condition; Ethical values; Human rights and democracy.

a trayectoria fundamental del pen- humana como presupuesto para la realización de


samiento universal y en particular el los derechos humanos y la democracia.
latinoamericano ha estado articulada Algunos han dudado de la eficacia, sobre
a la proyección eminentemente humanista que todo práctica de los enunciados de los derechos
le ha caracterizado básicamente en su historia, humanos, lo mismo que de la democracia y los
independientemente de que hayan existido y aun han considerado más como una declaratoria de
subsistan concepciones misantrópicas, misóginas, buenas intenciones que un efectivo programa de
racistas, etnocentristas, etc., que por supuesto acción con posibilidades de éxito o que sirvan
han motivado a aquellos que no poseen una para orientar la actividad de los pueblos por una
mejor compresión de los valores y la condición sociedad futura más humana.
2 Pablo Guadarrama González / Condición humana, valores éticos, derechos humanos y democracia
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No siempre se comparte el acertado criterio ¿Acaso los documentos ancestrales de las


de Nasario González, según el cual: “(…) los De- grandes religiones universales no contienen en sí
rechos Humanos son históricos en cuanto miran números planteamientos y valores propugnados
hacia el futuro”. (González, N. 2001, 18) que podrían para algunos resultar demasiados
Por supuesto que el optimismo histórico al abstractos, pero aun así han motivado y conti-
igual que el epistemológico, que supere todo tipo núan impulsando suficientemente a millones de
de reduccionismo, solo puede fundamentarse hombres y mujeres a luchar por su realización?
en una adecuada compresión de la condición Algo similar ocurre con las ideologías políticas
humana. como el conservadurismo, el liberalismo, el
Quien ya en el siglo XVIII asumió el escepti- socialismo e incluso aquellas tan contraprodu-
cismo ante la cuestionada utilidad práctica de los centes como el anarquismo y el fascismo –debe
derechos humanos fue el filósofo conservador ir- tenerse presente que del mismo modo que los
landés Edmond Burke para quien: “Los Derechos valores se objetivan, también lo hacen los an-
Humanos pretenden demasiado. Metafísicamente tivalores y desempeñan un nefasto papel–, del
son ciertos; políticamente son una falsedad” mismo modo que el actual neoliberalismo. Todas
(Burke, E. 1974, 53). ellas están imbuidas de una extraordinaria con-
Entre quienes se cuestionaron en el siglo XIX formación de principios y valores que pueden
la eficacia y utilidad práctica de enunciados so- parecer profundamente ideales, ilusos, utópicos
bre los derechos humanos y la democracia pro- e irrealizables. Sin embargo también han movido
clamados en las constituciones alcanzadas tras el a grandes sectores populares para bien o para
triunfo de las revoluciones burguesas europeas se mal a luchar por ellos y han tenido, sin dudas,
encuentra el historiador francés Hipólito Taine un significativo efecto práctico.
(Taine, H. 1986, 53). Por tal motivo es plenamente comprensible
Los criterios de un positivista resultan con- lo sostenido por Juan Antonio Travieso en el
tradictorios con los presupuestos epistémicos sentido de que “Nadie hubiera pensado en 1750,
de una filosofía que desde su fundador, Augusto que en algo más de un cuarto de siglo se pro-
Comte, había tenido como postulado los valores ducirían dos aceleraciones juntas: la revolución
de “orden y progreso”, razón por la cual tuvo norteamericana y la revolución francesa. De igual
tanto impacto en el ámbito latinoamericano manera, a nadie se le hubiera ocurrido, en la
(Guadarrama, P. 2004), especialmente brasileño, década de 1950, que el marxismo-leninismo ca-
desde mediados del siglo XIX hasta el primer yera en desgracia, y menos en la Unión Soviética.
cuarto del siglo XX. Curiosamente, esos hechos históricos separados
Lógicamente tales concepciones subesti- por siglos, mutuamente acelerados tienen un
madoras de la importancia de los derechos elemento de síntesis en común: los derechos
humanos que tienen como sustrato filosófico el humanos” (Travieso, J.A. 1993,120).
nihilismo y el pesimismo no pueden en modo De manera que aquel que subestime el
alguno estimular una praxis política y jurídica efecto práctico que puede tener la lucha por la
que coadyuve al logro paulatino de conquistas democracia y los derechos humanos lo mismo
sociales en cuanto a la realización efectiva de los en el plano académico e intelectual que en el
mismos y de la democracia. jurídico y político, puede correr el riesgo de
Si la humanidad hubiese asumido desde la quedarse marginado por la avalancha de los
antigüedad tales posturas quietistas y conserva- acontecimientos históricos que producen los
doras, seguramente no podríamos en la actuali- combates de los sectores marginados de los de-
dad disfrutar de múltiples conquistas políticas, rechos sociales.
jurídicas y sociales que le permiten al hombre Algunos, con razones suficientes, no solo
contemporáneo arribar a la válida conclusión de aseguran la eficacia práctica de los derechos
que en la historia, especialmente a partir de la humanos, sino también la imposibilidad de su
modernidad, se ha enriquecido su condición hu- realización sino están fundamentados en deter-
mana, en la misma medida en que ha alcanzado minados principios y valores morales. Tal es el
superiores niveles de consideración y respeto de caso de Carlos Santiago Nino cuando sostiene
su dignidad. que: “Frente a la conclusión de que los dere-
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chos humanos son derechos de índole moral interés por la cosa política y que por tanto
y no jurídica algunos podrían inferir que ellos quedaban excluidos de su participación en la
son en consecuencia, irrelevantes para la teoría misma” (Babeuf, F.N. 1965, 133).
y la práctica del derecho. Sin embargo, esto es Posteriormente el precursor del anarquismo
un error, y lo es aun cuando presupongamos un Pierre-Joseph Proudhon propondría en tiempos
concepto positivista, o sea puramente descriptivo de las revoluciones europeas de 1848 que ya
y no valorativo, de derecho o sistema jurídico” había llegado el momento de hacer realidad los
(Nino, C. S. 1984, 27). derechos sociales, iniciados en 1793, especial-
La significación práctica de la teoría se ob- mente el derecho al trabajo y la protección social
serva en la plataforma programática del partido a los más pobres.
republicano de los Estados Unidos de América Por su parte Carlos Marx, en su trabajo La
conocido como Documento de Santa Fe II, que cuestión judía criticaría las limitaciones burgue-
se refiere a Gramsci, cuando este aseguraba que sas de los derechos humanos al plantear que
la clase obrera por sí sola no puede tomar el “Ninguno de los llamados Derechos Humanos
poder político, pero con la ayuda de los intelec- va, pues, más allá del hombre egoísta, más allá
tuales sí puede hacerlo. Tesis esta de la cual la del hombre como medio de la sociedad civil es
derecha norteamericana, extrajo una significativa decir, del individuo retraído en sí mismo en sus
enseñanza – por lo regular la derecha aprende intereses privados y en su arbitrio particular y
más de la izquierda que esta de aquella–, según segregado de la comunidad” (Marx, K. Engels,
la cual resulta más importante el frente de bata- F. 1972, 364), pero esto no significa que a la vez
lla en la cooptación de la intelectualidad, en las no aprecie y valore positivamente las múltiples
universidades, en los investigadores sociales, etc., conquistas de la burguesía, incluyendo los dere-
que en los sindicatos o en partidos de izquierda, chos humanos.
sin que deban abandonar tampoco ese frente de El tema de la praxis se convirtió en el centro
combate. de atención filosófica de la concepción mate-
Lenin aseguraba que sin teoría revolucio- rialista de la historia, tratando de continuar las
naria no hay práctica revolucionaria y Einstein ideas esbozadas por Marx en las Tesis sobre
consideraba que no hay nada más práctico Feuerbach, que fueron continuadas en Italia
que una buena teoría, entonces la labor por el por Labriola y Gramsci y más recientemente
enriquecimiento teórico de los valores y prin- en México por Adolfo Sánchez Vásquez. En la
cipios que deben contribuir al desarrollo de la tradición del pensamiento de orientación mar-
democracia y los derechos humanos nunca debe xista más reciente como lo fue en el caso de
considerarse tarea estéril. la llamada Escuela de Zagreb, en la extinguida
La labor de los socialistas desde el siglo Yugoeslavia, el tratamiento a esta problemática
XIX consistió en desplegar una aguda crítica del reconocimiento de los valores exaltados por
teórica a las insuficiencias, –con las lógicas con- la modernidad burguesa constituyó una de sus
secuencias prácticas–, de aquellas declaraciones principales preocupaciones; cuestión que puede
y constituciones, sin subestimar sus aportes y apreciarse en uno de sus principales represen-
conquistas, pero demostrando que resultaban tantes Mihailo Markovic cuando sostiene que:
muy insuficientes en cuanto a la dignificación “Es verdad que la democracia burguesa repre-
de grandes sectores populares. No debe olvidarse sentativa ya no se puede considerar como la
que la declaración de Virginia, ignoró el tema forma óptima para la organización política de la
de la esclavitud y el tratamiento de los pueblos sociedad. Sin embargo constituye el nivel inicial
originarios de América. necesario para toda democracia” (Markovic, M,
El socialista utópico Francois Babeuf, más 1985, 139).
conocido como Gracus quien organizó la “Cons- Resulta un hecho indiscutible que en la
piración de los iguales” con el objetivo de radi- mayoría de los pensadores de todas las épocas y
calizar aún más las conquistas de la Declaración latitudes ha prevalecido una profunda confianza
francesa de los derechos del hombre de 1789, la en las posibilidades del progreso y perfeccio-
criticaba porque escondía el sofisma según el namiento humano a través de la educación, la
cual “quienes carecían de una renta no tenían cultura, el derecho, la política, etc., pero sobre
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todo por medio de decisivas transformaciones Fromm, Hanna Arendt, etc., o en el contexto
socioeconómicas y políticas que permitan me- latinoamericano en José Martí (Martí, J. 1968,
jores y más equitativas formas de vida para el 81), Enrique José Varona (Varona, E.J. 1918, 37),
pueblo y la mayoría de ellos han asumido su José Ingenieros (Ingenieros, J. s.f., 327), Fran-
compromiso orgánico en cada momento para cisco Miró Quesada (Miró Quesada, F. 2003, 55),
tratar de lograr los necesarios cambios para etc. , sin embargo prevalecen generalmente por
lograrlas. la significación aquellas ideas más próximas al
Por supuesto que no están totalmente au- concepto de condición humana, dado el con-
sentes aquellos escépticos ante tal posibilidad o tenido histórico, dialéctico y de circunstancia
quienes intentado fundamentar sus actitudes en que este encierra, en lugar del de una fatal
concepciones misantrópicas trataron de justificar naturaleza humana presuntamente inalterable o
posturas de acomodamiento a las circunstancias indefectiblemente establecida por los genes o
establecidas en lugar de tratar mejorarlas o de una inaprehensible y metafísica esencia humana.
transformarlas radicalmente. Al respecto Abelardo Villegas con argumentos
Un sintético balance en la historia de la filo- bien sólidos plantea: “Desde luego, no existe
sofía universal y en particular en la evolución del el hombre natural, con sus correspondientes
humanismo el pensamiento filosófico latinoame- derechos, es decir, este hombre del libe­ralismo
ricano, pone de manifiesto con suficiente clari- ontológicamente anterior a la sociedad, pero
dad que estas últimas posturas han constituido con derechos sociales. Derechos que sólo cobran
por lo general una minoría muy diferenciada de realidad cuan­do son respetados o violados por
la postura de aquellos que mayoritariamente no otros. Los derechos que el hombre pueda poseer,
abandonaron sus esperanzas en el perfecciona- incluso el de la propiedad, son todos de origen
miento humano y se han distanciado de la idea social. Cualquier episodio histórico, to­mado al
de reconocer la existencia de una presunta azar, nos muestra el condicionamiento social del
“naturaleza humana”, dada biológicamente de derecho.” (Villegas, A. 1972, 344).
una vez y por todas, o de una supuesta “esencia Desde la antigüedad han existido distintos
humana” metafísicamente establecida, bien por criterios del concepto de naturaleza humana.
designios divinos o por considerarles consustan- En la sofística griega, que fundamenta muy bien
ciales al género humano. Werner Jaeger en su libro Paideia. Los ideales de
Afortunadamente en la mayor parte de los la cultura griega, observa como sus representan-
documentos más recientes sobre los derechos tes como Protágoras o Gorgias no solo se referían
humanos se han ido superando aquellas con- a la naturaleza físico-biológica del hombre, sino
cepciones abstractas que parten de la existencia también a la llamada segunda naturaleza como
de una presunta esencia humana, como fue más parte fundamental de la misma, es decir, el mun-
común hasta mediados del siglo XX. do de la cultura como una totalidad compleja
Ya desde fines de ese pasado siglo se observa creada por este. Igualmente subrayó Jaeger la
la tendencia según la cual “Se ha abandonado dimensión humanista atribuida a esta naturaleza
la noción de universalidad expresada en la De- humana, sin ignorar los conflictos de ideales en
claración de 1948, en la que se empleaba las torno a lo humano como ya tuvo lugar en el
expresiones ‘ser humano’ y ‘naturaleza humana’. mundo griego antiguo.
Cada grupo –cualquiera que sea su definición– Esta otra versión de naturaleza humana
es autónomo, ‘auto legislativo’, en y por medio –diferente a la social darwinista– no entra en
de su cultura Las culturas, individualmente contradicción con el término de condición hu-
consideradas y por consiguiente, la pluralidad y mana, sino que se complementan mutuamente,
diversidad de culturas, constituyen ahora la base como también ocurre con la noción de esencia
para determinar los derechos humanos”. (Diemer, humana si por esta se entiende el conjunto de
A. 1985, 114). las relaciones sociales históricamente determina-
Aun cuando el término condición humana das frente a criterios abstracto-naturalistas.
no ha aparecido con frecuencia en tales do- Luis Villoro, quien desde su trinchera de
cumentos jurídicos o políticos y han sido más ideas se identificó significativamente con los
frecuentes en textos filosóficos como los de Erich movimientos de los indígenas mexicanos, sos-
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tenía que: “Los derechos humanos universales • Lleva a reconocer el permanente perfeccio-
no enuncian normas abstrac­tas sino exigencias namiento y desarrollo de tal condición, no sujeta
morales que deben cumplirse en cualquier cir­ a circunstancias unilaterales, ya sean socioeconó-
cunstancia. No caen, por lo tanto, bajo la llama- micas, políticas, o ideológicas en general, porque
da “falacia natura­lista”, esto es, bajo el error de ella encierra lo humano en sus múltiples mani-
inferir de una situación efectiva real un orden festaciones auténticas.
ideal; en efecto, la pretendida falacia indica las • Un carácter societario, laborioso, pacífico,
circuns­tancias que deben darse de hecho para cordial, humanista y solidario del hombre en
que se cumplan normas. No pertenecen sólo sentido general, que lleva a enfrentar los indivi-
al orden del deber ser, sino también al orden dualismos y los falsos colectivismos, la agresivi-
del ser, en la medida en que los hechos tengan dad y la violencia, etc.
características en que se cumplen esas normas.” • Una valoración del papel gestor y recons-
(Villoro, L. 2009, 32). tructor de la familia, el colectivo social, las enti-
Por esa razón este filósofo mexicano parece dades educativas, tanto formales como informa-
preferir la utilización del concepto condición les, así como del entorno cultural.
humana, en lugar de naturaleza humana o de • Considera componentes de la condición
esencia humana. Tal vez le encontró un conte- humana los valores tanto de la racionalidad,
nido mucho más apropiado a la concepción an- el optimismo epistemológico, la creatividad, la
tropológica que el compartía, por eso afirmaba: libertad, la tolerancia, la eticidad, el amor, la
“El fundamen­to de los derechos humanos es el alegría, la felicidad, la ternura, la cordialidad, la
reconocimiento de valores pro­pios de la condi- cortesía, la amistad, el altruismo, la solidaridad,
ción humana; ese reconocimiento es condición el disfrute de la paz, la honradez, la modestia, la
de posibilidad del contrato que da origen a un honestidad. Asimismo el respeto a la familia, la
Estado legítimo; por lo tanto, son anteriores (en justicia, las instituciones civiles y democráticas, la
el orden de fundamentación, no en el tiempo) confianza en la perfectibilidad humana, del mis-
a su constitución. Los derechos del ciudadano, mo modo que los antivalores de la irracionalidad,
en cambio, se fundan en la voluntad jurídica el sometimiento, el pesimismo, el mimetismo, la
del Estado; son, por lo tanto, posteriores a su intolerancia, la inmodestia, el egoísmo, el odio,
constitución” (Villoro, L. 2009, 165). la envidia, la discriminación, la tristeza, la agre-
Cada uno de los conceptos antropológicos sividad, la violencia, la deshonestidad, la holgaza-
en su dimensión filosófica –naturaleza humana, nería, la enemistad, el autoritarismo, la grosería,
esencia humana o condición humana–, examina que conforman la antítesis de los primeros.
diferentes especificidades del hombre llamadas a • Considera la existencia de una dialéctica
complementarse, si se analizan bien, sin excluir interacción entre las condiciones materiales de
otras acepciones de la teoría y la práctica que vida de los hombres y la fuerza de su actividad
han llevado al fascismo u otras tiranías totalita- creadora e intelectual, sus convicciones y valores,
ristas como el caso del estalinismo, o el régimen en la que si bien en ocasiones prevalece una
de Pol Pot en Camboya. especie de “super-determinación” en el sentido
El tema de la condición humana, indepen- althusseriano, no se puede olvidar que en la
dientemente del hecho de su abordaje teórico misma medida que las circunstancias hacen al
explícito o no, para la mayoría de los intelectua- hombre, el hombre hace a las circunstancias
les latinoamericanos desde sus primeras manifes- para humanizarlas.
taciones, pero en especial del siglo XX (Proyecto ¿Acaso las profundas reflexiones de los pen-
Internacional de Investigación) implica: sadores e investigadores latinoamericanos que
• Un concepto, que no obvia el carácter con- han sido valorados con anterioridad en todos los
flictivo, contradictorio, histórico, social y cultural epígrafes del presente capítulo no han contribui-
del hombre, pero tendencialmente reafirma lo do de un modo u otro al acervo universal de la
humano afirmativo que no degrada; y por con- cultura filosófica, jurídica y política en relación
siguiente se opone a cualquier tipo de fatalismo, con los derechos humanos y la democracia, en
tanto biologicista, metafísico esencialista como particular por sus intentos de elaborar formas y
de determinismo economicista. propuestas de humanismo práctico?
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Un análisis pormenorizado de cada una Ha sobresalido en lo mejor del pensamiento


de ellas seguramente ofrecería una respuesta latinoamericano por lo general una marcada ten-
afirmativa y arrojaría un balance muy favorable, dencia constructiva de un humanismo práctico
pero sobre todo indicaría que sus formulaciones y desalienador. De no haber sido así no se le
han sido profundamente auténticas, ya que in- podría asegurar ningún futuro al género humano,
dependientemente del hecho innegable de que y habría que llegar a la lamentable conclusión
se hayan nutrido de valiosas ideas gestadas en que su status actual es producto de una abso-
otras latitudes, las asumieron como propias dado luta contingencia, sin que leyes o regularidades
su validez y contenido teórico, sin prejuicios históricas le hayan conducido hasta el nivel en
nacionalistas o regionalistas y en ese mismo sen- que hoy se encuentra.
tido han repensado múltiples problemas teóricos Nadie debe ignorar o subestimar los signi-
condicionados por las circunstancias latinoame- ficativos aportes de los pueblos y pensadores
ricanas con el objetivo de transformarlas y en europeos, especialmente a partir del despliegue
algunos casos de forma mediata han contribuido de la modernidad, al desarrollo de las concepcio-
a lograrlo. nes humanistas y prácticas democráticas de los
Han existido también criterios misantrópicos derechos humanos, especialmente de los valores
y pesimistas acerca de la condición humana, casi en los que estas se fundamentan y articulan o no
siempre de estirpe ideológica conservadora, pero con los sistemas jurídicos predominantes.
afortunadamente estos no han marcado la ten- Pero, ¿qué razones existen para ignorar o
dencia fundamental del pensamiento latinoame- subestimar las contribuciones axiológicas en
ricano que ha estado signada por el humanismo, tales cuestiones de los pueblos y pensadores
si bien no todo de carácter práctico. Esto puede latinoamericanos en las distintas etapas de su
observarse en el siguiente juicio del colombiano evolución histórica? ¿Qué posibles consecuencias
Julio Barón Ortega al plantear: “La violencia está pueden derivarse en la formación de las actuales
en la naturaleza humana. Caín mato a Abel y al y futuras generaciones intelectuales si prevalece
morir el bueno, los hombres descenderíamos de el criterio de que solamente autores europeos o
un homicida. En Colombia, la violencia siempre norteamericanos han sido los exclusivos cultiva-
ha imperado: en la conquista, La Independencia, dores de ideas humanistas originales y valiosas
Las Guerras civiles y el choque político y social sobre los valores que propician la realización de
que sufrimos hace medio siglo” (Barón Ortega, los derechos humanos y las diversas formas de
J., 2004, 2). democracia, a través de los sistemas jurídicos y
Tales criterios misantrópicos no han sido los políticos? (Guadarrama, P., 2009)
prevalecientes en los principales representantes Un profundo análisis de este tema puede
de las generaciones intelectuales del siglo XX resultar muy pertinente si contribuye de algún
latinoamericano, en especial en aquellos que han modo a, sin subestimar las contribuciones de
abordado teóricamente el tema de los valores y pueblos y pensadores de otras latitudes, revelar,
su articulación con derechos humanos y la de- destacar y valorar los aportes de los pueblos y
mocracia. Y esto tiene relación con las condicio- pensadores latinoamericanos referidos a dicha
nes imperantes en el concierto latinoamericano problemática.
y mundial de sus respectivas épocas: Un estudio de esta naturaleza puede estimu-
lar la confianza epistémica e ideológica en las
Las revoluciones contemporáneas quie- actuales y futuras generaciones intelectuales para
ren a los sabios y quieren a los artistas, generar nuevos conceptos, teorías, reflexiones
pero a condición de que el saber y el arte políticas, jurídicas, filosóficas, etc., sobre como
sirvan para me­jorar la condición de los los valores humanistas que pueden orientar
hombres. El sabio que usa de su ciencia mejor la vida democrática y las prácticas de los
para justificar la opresión y el artista que sistemas jurídicos de los pueblos de esta región y
prostituye su genio para divertir al amo a la vez proponerlas para otras latitudes del cada
injusto, no son dignos del respeto de sus vez más globalizado mundo contemporáneo.
semejantes, no mere­cen la gloria (Lozada, Destacando la significación eminentemen-
G., 1998, 338). te práctica de la profundización teórica de las
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investigaciones en el terreno de la axiología un como absolutos y eternos, en esta postura se


colectivo de investigadores de la Universidad encuentran entre otros Max Scheler y Nicolái
Central de Las Villas en Santa Clara, Cuba, se Hartman, y una subjetivista que por el contrario
ha propuesto contribuir en algún modo a la los ha reducido de manera extrapolada a la
delimitación del radio de acción de algunos esfera de la espiritualidad individual.
valores que movilizan la acción social, espe- En ambos casos ha sido nota común la au-
cialmente en el ámbito latinoamericano, con el sencia de una perspectiva dialéctica, holística y
objetivo de divulgarlos, cultivarlos, promoverlos, compleja que tome en consideración la adecuada
etc., conscientes de las dificultades y de que de mediación integral entre ambos momentos que
algún modo no será a corto plazo (Colectivo de permita distinguir debidamente el proceso de
autores. 2009, 8-9). la valoración de su producto en la construcción
Si bien las preocupaciones sobre el estudio de valores, como expresión de sujetos históri-
de los valores se iniciaron desde el terreno de cos y condiciones socioeconómicas, políticas y
la filosofía y han continuado desarrollándose en culturales, que en última instancia siempre les
particular en el campo de la ética y la estética, condicionan en su gestación.
como puede apreciarse en las contribuciones Otro sustancial aspecto al que no siempre
de Kant, muy rápidamente tales inquietudes se le brinda la debida atención es el referido a
trascendieron al terreno de las ciencias sociales, la polaridad de los valores, pues como sostiene
especialmente la economía, la sociología, la an- Ferrater Mora:
tropología, etc. (Di Tella, T., 1989, 610).
No es prudente ignorar el papel de los Los valores se presentan siempre polar-
valores en el impulso de las convicciones de mente, porque no son entidades indiferen-
cualquier tipo de comunidad humana étnica, tes como las otras realidades. Al valor de
generacional, de género, religiosa, etc., en su la belleza se contrapone siempre el de la
actividad económica, política o social. Aun en el fealdad; al de la bondad, el de la maldad;
caso de que no resulte totalmente convincente al de lo santo, el de lo profano. La polari-
considerar que los valores juegan el papel de- dad de los valores es el desdoblamiento de
terminante o de primer actor en los aconteci- cada cosa Valente en un aspecto positivo y
mientos históricos, sin embargo tampoco deben un aspecto negativo. El aspecto negativo es
ignorarse o subestimarse, como lo evidenciaría llamado frecuentemente disvalor (Ferrater
el análisis de Max Weber en su libro La Ética Mora, J., 1975, 870).
protestante y el Espíritu del Capitalismo. (Weber,
M., 1994, 262). De manera que un adecuado comportamien-
No son pocos los analistas que consideran to de la sociedad, y en particular de un pueblo
que en parte la lenta evolución histórica de determinado, implica tomar en consideración
la América colonizada por españoles y portu- siempre el riesgo de asumir como valor algo
gueses se debe a los valores o disvalores que que puede ser en verdad todo lo contrario. Por
impusieron sobre los pueblos de esta región. supuesto que en estos análisis se deben tener
De manera que si en verdad esto ha sido así, en cuenta las especificidades culturales, gene-
se convierte de hecho en una comprobación racionales, ideológicas de los diversos sujetos
del efecto práctico de los valores, no obstante sociales que gestan, conforman y promueven
algunos escépticos que consideran que el radio los valores de distinta índole, pero si a la vez
de acción práctica de los mismos es extraordi- no se presupone el necesario reconocimiento
nariamente limitado. de mayor universalidad en tanto contribuyan
A partir del momento en que el tema de los al mejoramiento de la condición humana, debe
valores fue tomando cada vez más interés en el ponerse en duda su cualidad de ser considerados
terreno de la filosofía se delinearon claramen- propiamente como valores.
te dos tendencias en cuanto a su dimensión En el terreno de las ciencias sociales en oca-
ontológica: una objetivista, –que ha tratado de siones ha predominado una perspectiva empiris-
fundamentar una determinación eminentemente ta en el estudio de los valores –como puede ob-
objetiva, que en ocasiones llega a considerarlos servarse con más frecuencia en la antropología,
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la economía, la sociología, etc.– en esa perspec- sigue el derecho de todos de reivindicarlos para
tiva, el debido análisis teórico de su dimensión sí. Como indica Francisco Laporta la formula-
ontológica no ha estado muy presente, como se ción de un derecho humano, en el único orden
observa en el caso de sus impactos en cuanto a jurídico existente, es la afir­mación de un valor
la significación de los mismos en el desarrollo de previo a ese orden; es la adscripción, a “todos y
los derechos humanos y la democracia. cada uno de los miembros individuales de una
clase,... de una situación (...) que se considera(...)
En la sociedad contemporánea conce- un bien tal que constituye una razón fuerte...
bida como una asociación para la libertad, para articular una protección normativa a su
los derechos humanos no solamente han favor” (Laporta, F., 2004, 31).
sido reconocidos como valores, en particu- La aceptación de los derechos humanos su-
lar morales, sino que necesariamente han pone entonces la de determinadas bases éticas y
estado consignados, como exigencias nor- al igual que en otras latitudes ha habido suficien-
mativas, en el sistema jurídico. De hecho, tes aportes desde el pensamiento latinoamerica-
su declaración forma parte del dere­c ho no (Guadarrama, P., 1992) de los cuales derivar
positivo en los Estados democráticos y, en los principios de justicia que debe cumplir el
la mayoría, suele estar incluida en su Cons- orden jurídico. Una persona tiene derecho a ser
titución. Pero su justificación no puede en- tratada como fin y no sólo como medio, soste-
contrarse solamente en el derecho positivo nía Kant, porque se reconoce en ella un valor
mismo, sino también en el orden de los tal que los otros deben aceptar si quieren, a su
valores de la justicia y la ética por cuanto vez, comportarse como agentes morales: ese es
en última instancia su máxima aspiración el valor de la dig­nidad.
debe orientarse al logro del mejoramien- De acuerdo con Osvaldo Guariglia, filósofo
to de la condición humana a través del argentino, no basta con la formulación de los
adecuado respeto a la dignidad humana enunciados de principios o valores morales en
(Burbano Villamarin, K., 2004, 14). relación con los derechos humanos si este acto
no presupone acciones del Estado y la sociedad
Como acertadamente asegura Hernán Ortíz, civil para lograr su realización. Con lo que po-
dríamos concordar con aquel enunciado mar-
La ética, como parte sustancial de la xiano según el cual de lo que se trata no es de
reglamentación social, precede al “derecho volver a interpretar el mundo sino de tratar de
positivo” y, lo más importante, le sirve transformarlo, aunque por supuesto en aparente
de fundamento como filosofía del obrar paradoja jamás será posible tal transformación y
humano. Un derecho democrático es impo- menos en cuanto a la práctica de los derechos
sible al margen de una moral sin dogmas. humanos y la democracia sino se le interpreta
Cada día se necesita más un “derecho mo- una y otra vez.
ral” para regir los procesos y destinos de la
humanidad. Se debe moralizar el “derecho (Se trata de) poder afirmar el potencial
positivo” y legalizar la moral jurídica (Ortíz, universalismo de ciertos principios morales
H., 2007, 116). involucrados en los derechos humanos
(…). La adopción de la serie de derechos
La formulación de los derechos humanos en humanos contenidos en la Carta –en es-
la jurispru­dencia existente en un Estado, puede pecial, aunque no exclusivamente, los así
verse como el reconoci­miento de una razón, y el llamados ‘de primera generación’– es im-
reconocimiento de la significación de determina- posible sin el aprendizaje simultáneo de
dos valores, que justifica esos derechos en una una práctica tanto de la defensa como de
sociedad democrática. Esa razón no puede ser la aplicación de esos derechos por parte de
sino la aceptación de un valor que, por ser co- los miembros de la comunidad política que
mún debe ser asumido por todos; los principios los adopta. En esto difiere en efecto, la real
de justicia se reducen a proclamar la vigencia, adopción de la mera declamación. Ahora
igual para todos, de ciertos valores; de lo que se bien, siguiendo el razonamiento anterior,
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mediante el aprendizaje, mediante la apli- verosimilitud es, por decir lo menos, discutible;
cación de las reglas implícitas en la prác- basta acudir a los principios que debería seguir
tica que tiene por finalidad salvaguardar una asociación para la libertad, conforme a la
la vigencia y el respeto de esos derechos, justicia. Un orden justo no es identificable, sin
mediante, en fin, la extensión de esos de- más con un orden jurídico existente; es el que
rechos a nuevos casos antes no previstos o permitiría la realización de valores que se reve-
no tenidos como tales, es como se adoptan lan de interés general, aunque, de hecho, no se
las reglas de la razón práctica que permiten tradujeran en las normas de un derecho positivo
crear una urdimbre argumentativa, capas determinado.
de basarse razonablemente en aquellos Dos ingredientes fundamentales en la con-
principios como sostén para sus juicios formación histórica de la idea de los derechos
morales (Guariglia, O., 2002, 64-65). humanos que se articularon con las líneas doctri-
nales principales en el plano jurídico de la Ilus-
A juicio de Luis Agudelo “(…) la aceptación tración han sido el iusnaturalismo racionalista
y protección de los derechos y libertades funda- y el contractualismo.
mentales de todo ser humano, sin límite de fron- El iusnaturalismo racionalista, plantea que
teras o nacionalidades, sobrepasarán en menos todos hombres desde su propia naturaleza po-
de cuarenta años las barreras de la Filosofía y la seen unos derechos naturales que se derivan de
Política y del Derecho interno, para convertirse su racionalidad, como rasgo propio y común a
en protuberante realidad jurídica de la comuni- todos los seres humanos, por lo que tales dere-
dad internacional contemporánea, y avanzan sin chos deben ser reconocidos por el poder político
cesar en el proceso desatado”. (Agudelo Ramírez, a través del derecho positivo.
L. E., 1984, 80). El contractualismo, cuyas fuentes antiguas
Ahora bien debe destacarse que la universa- radican en la sofística y que logra su pleno de-
lidad de tales derechos en su reconocimiento por sarrollo en el siglo XVIII, plantea que las normas
la comunidad internacional no ha sido el resul- jurídicas y las instituciones políticas no deben
tado de una emanación de un platónico topus concebirse como producto de la decisión arbi-
urano, sino por el contrario dichas libertades y traria de los gobernantes, sino como el producto
sus salvaguardas han sido el resultado de innu- del consenso o voluntad popular.
merables luchas de amplios sectores populares La mayoría de los autores latinoamericanos
que han sido consuetudinariamente privados de que en los últimos tiempos abordan esta proble-
los derechos que le aseguren la dignidad que mática han evitado caer en cualquiera de estas
presupone la condición humana y en los últi- posiciones excluyentes. Pareciera que el espíritu
mos tiempos han sido motivadas sus demandas, electivista que afloró entre algunos pensadores
huelgas, manifiestos, conformación de sindicatos, ilustrados en esta región desde la ilustración, que
partidos, redes sociales, etc., no solamente por no debe confundirse con el ecléctico, se ha ido
la tradicional ideología liberal, sino también por imponiendo al intentar hacer conciliar algunos
las no menos contradictorias, –pero efectivas en reconocimientos provenientes de aquel enfoque
cuanto a alcanzar conquistas sociales–, ideologías que no subvalora, pero tampoco sobrevalora el
anarquista y socialista. componente natural implícito en la condición
Para Carlos Santiago Nino, “Los derechos humana. De esta forma a juicio de Ilva Hoyos:
individuales son los derechos morales que los
hombres tienen por el solo hecho de ser hom- Los derechos humanos son, por tan-
bres, son exigencias éticas y por tanto, con un to, en parte natural y en parte positivos.
derecho igual a su reconocimiento, protección Naturales en cuanto tienen su origen en
y garantía por parte del poder político y el de- la misma dignidad de la persona humana,
recho, independientemente de las contingencias pero positivos en tanto que su protección,
históricas o culturales” (Nino, C. S., 1980, 77). promoción, regulación y garantía está re-
Para justificar la inclusión de los derechos gulada por los actos de voluntad política.
humanos en el derecho positivo no se requiere Admitir que el derecho es en parte natural
la postulación de un “derecho natural”, cuya y en parte positivo no significa adoptar
10 Pablo Guadarrama González / Condición humana, valores éticos, derechos humanos y democracia
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una postura ecléctica en relación con su Sin embargo, debe tenerse presente que tales
naturaleza jurídica. Por el contrario es, prácticas no están exentas de una pretendida
a nuestro juicio, aceptar que el derecho justificación de validez y correspondencia con
debe hacerse efectivo, a través de modos determinados valores. Otra cuestión es si ellas
de positivación y formalización que en en verdad confluyen hacia la dignificación de la
nada alteran su índole jurídica sino que lo condición humana y por tanto deben o no ser
hacen efectivamente más operante”( Hoyos reconocidas como propiamente enriquecedoras
Castañeda, I., 1991, 135). de los derechos humanos y la democracia.
Los derechos humanos son aceptados, con
La plena realización de los derechos huma- distintas formula­ciones, en la gran mayoría de
nos forma parte del ideal axiológico de la aso- los Estados actuales lo cual pone de manifiesto
ciación para la libertad. Los derechos huma­nos su reconocimiento universal. Así fueron con­
pueden verse a la vez de dos maneras: como signados en muchas declaraciones desde el inicio
el reconoci­miento, en la legislación positiva, de de la época moderna como el Bill of Rights de
valores comunes, y como fines éticos y sociales Estados Unidos de América y la Declaración de
a los que tiende una sociedad. Expresan, al mis- los derechos del hombre y del ciu­dadano de la
mo tiempo, las garantías a la libertad, que debe Revolución Francesa, hasta la época más reciente
consignar el derecho existen­te, y los valores por con la Declaración Uni­versal de los Derechos Hu-
alcanzar en una sociedad plenamente justa por manos de las Naciones Unidas de 1948.
construirse. Cualquier consideración o clasificación al
En tal sentido según el filósofo mexicano respecto debe tener en cuenta esos momentos
Luis Villoro los derechos humanos básicos son históricos trascendentales de la evolución de los
los que cumplen las siguientes condiciones: mismos así como el declarado carácter de uni-
versal que le confirió ese organismo internacio-
1.- Son el reconocimiento de los valo- nal de estos derechos ya que estos guardan una
res fundamentales cuya realización justifica estrecha relación con los valores e ideales que
una asociación para la libertad. sirvieron de fundamento a la génesis de la Carta
2.- Son adscribibles a todos los hom- fundacional de San Francisco y que estuvo muy
bres, en ese tipo de aso­ciación, con in- presente en Tribunales de Nüremberg, donde
dependencia de la situación que ocupen fueron juzgados los criminales nazis.
en ella. Con este carácter de universal se enfatiza
3.- No se derivan de otros derechos, que no constituyen solamente una cuestión de
pero de ellos pueden derivarse otros. la soberanía interna de los Estados, en corres-
4.- Se distinguen de las regulaciones pondencia con la tesis del domaine rèservé, o de
específicas, necesarias­ para aplicarlos a su expresión anglosajona de la domestic question,
diferentes circunstancias y a personas en sino de decretos y resoluciones que debían ser
relaciones distintas (Villoro, L.,1997. 132). acatados por todos los Estados pues su violación
en cualquier país afecta a su realización universal
Pero esto último no significa en modo (Carrillo Salcedo, J.A.,1995, 7).
alguno que la práctica de algunos derechos Pero ante tales documentos puede siempre
en determinados países y culturas se realice al aflorar la pregunta: ¿Será que en ellos están re-
margen de cualquier tipo de escala axiológica. cogidos los valores verdaderamente universales
En verdad siempre se desarrollan y ejecutan en y por tanto inherentes a las demandas de dig-
relación con determinados valores que se consi- nificación de la condición humana de todos los
deran universalmente aceptados, otra cuestión es hombres y mujeres a nivel mundial de la época
que en verdad sea en todos los casos así, como en que fueron elaborados? La investigación
se puede fácilmente constatar al observar cier- científica sostiene con justificadas razones que
tas costumbres en determinadas comunidades la única verdad absoluta que existe es que la
étnicas, religiosas, culturales, etc., que en lugar verdad absoluta no existe. Esta tesis apropiada
de la aceptación provocan la reprobación de para la ciencia puede que tenga valor para otras
la mayor parte de la comunidad internacional. dimensiones de la espiritualidad, como la fe,
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entonces cualquier análisis científico o filosófi- en el plano de su dimensión espiritual, ética,


co de la validez universal de las declaraciones política, jurídica y cultural.
de los derechos humanos y las constituciones La determinación de la especificidad de los
democráticas paradigmáticas de la historia fenómenos que contribuyen al desarrollo huma-
moderna debe ser situado en la mesa del la- no, entre ellos los económicos, políticos, jurídi-
boratorio analítico para su adecuada disección. cos, educativos y culturales, conduce a sostener
Este hecho no debe conducir en modo alguno que del mismo modo que la educación es un
a demeritarlas o desconocerlas, pues sin dudas proceso mucho más enriquecedor que la instruc-
han contribuido notablemente al enriquecimien- ción, la cultura no es cualquier producto social
to de los valores y realizaciones democráticas de la acción multilateral del ser humano, sino
propiciadoras de un incremento del respeto de solamente es aquella actividad que contribuye
los derechos humanos y de algún modo han a que el hombre perfeccione sus condiciones de
aportado al infinito proceso de humanización vida y realice algunas potencialidades que le po-
del hombre. sibiliten un mayor grado de dominio, y por ende,
El carácter de universalidad se vincula en de libertad en el permanente e infinito proceso
ocasiones a la condición de naturaleza de los de humanización, para lo cual se hace necesaria
mismos pues se plantea enfáticamente que todos la diferenciación entre el contenido del concepto
los hombres, desde su nacimiento, poseen algu- de sociedad y el de cultura. En caso contrario
nos derechos como la libertad o la igualdad, que se haría superflua la diferenciación entre ambos
ningún poder político puede negar o desconocer términos.
(Pérez Luño, A. E., 1995, 114). Según este criterio Toda acción educativa y cultural en la cons-
se trata de derechos innatos, imprescriptibles, trucción de comunidad presupone una carga
inviolables y, en definitiva, universales. axiológica de signo positivo si aspira a mantener
Cualquier análisis sobre Derechos humanos el sentido originario de la etimología latina del
y democracia debe profundizar en sus investi- término cultus en oposición al de incultus. Y en
gaciones científicas sobre la adecuada articula- tiempos actuales de globalización resulta impres-
ción entre los valores éticos que fundamentan cindible valorar adecuadamente los efectos de
los derechos humanos y los sistemas jurídicos la cultura y la educación en el reconocimiento
universales que se presuponen deben salvaguar- de la significación de los derechos humanos
darlos. Pues la cuestión del valor universal de los y la necesidad de la democracia en los países
derechos humanos es crucial pues tiene que ver latinoamericanos.
orgánicamente con el núcleo duro mismo de la Por fortuna la mayor parte de las entidades
democracia y el desarrollo humano (Imbert, P. internacionales comenzando por el Programa de
H., 1989, 2). las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)
Toda época histórica ha tenido y tendrá sus han perfilado adecuadamente los criterios para
desafíos en cuanto al desarrollo humano, –y por determinar el auténtico desarrollo humano y
tanto al proceso de dignificación de la condición dejando atrás el economicismo y desarrollismo
humana a través del fortalecimiento de la demo- que caracterizaba no solo a las ciencias sociales
cracia y los derechos humanos–, especialmente en este aspecto sino a gobiernos e instituciones.
en cuanto a la formación integral de los hombres Por tal motivo en la actualidad “El índice de
y mujeres que asumirán el futuro de un país y desarrollo humano incorpora como variables
al tipo de comunidad o de sociedad, donde se para su cálculo la esperanza de vida, el nivel
realice el humanismo práctico, que debe ser educativo de los individuos y el nivel de ingreso,
promocionado. otorgándoles el mismo grado de participación
Unos retos son de mayor envergadura que que el crecimiento económico” ( Vicenti, F.,
otros, pero en definitiva todos son riesgos im- 1998, XI).
prescindibles que el ser humano debe afrontar Por tal motivo el concepto de desarrollo
en su permanente proceso de perfeccionamiento humano implica necesariamente no solo la sa-
y desarrollo como especie que no solo continúa tisfacción de múltiples necesidades de mayor
evolucionando en su proceso de hominización contenido material sino de altas implicaciones
y humanización, sino que lo hace cada vez más espirituales, éticas y jurídicas de las personas
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como derecho a la vivienda, alimentación, traba- lo mismo de su realidad histórica. Esta


jo, servicios de salud, educación, posibilidades de realidad se caracteriza, al contrario, porque
prácticas deportivas, artísticas, etc. En los últimos en ella se han violado todas las normas
tiempos de globalización son muy cuestiona- que proclamaban y defendían los dere-
bles sus posibilidades de realización efectiva, chos humanos. Pero, dejando de lado esta
aunque se tenga cada vez mayor conciencia de excepción, la situación en América Latina
su necesidad, pero también de las dificultades ha sido desastrosa. Ha existido un hiatus
para lograr que se satisfagan tales derechos, insobrepasable entre el mundo jurídico y
comúnmente considerados como de segunda el mundo real. El sistema jurídico, por lo
generación o incluso secundarios para algunos menos en relación a los derechos huma-
ideólogos del neoliberalismo, como Friedrich Von nos, no ha funcionado bien. Desde luego
Hayek, entre otros. ha habido etapas en que la distancia entre
Para el Instituto Interamericano de Derechos la norma y la realidad se ha acortado, pero
Humanos ha habido otras en que el hiatus ha crecido
de manera pavorosa. (Miró Quesada, F.,
El concepto de desarrollo humano, 1985, 336-337).
avanzado por el PNUD en los últimos tres
años debe ser relacionado con el derecho Resulta extraordinariamente favorable que un
al desarrollo como un derecho humano filósofo que ha desarrollado una fructífera labor
(Declaración de las Naciones Unidas de en el terreno de la epistemología y la filosofía
1986). Es altamente significativo que los de la ciencia, al punto que el reconocimiento
tres informes sobre el Desarrollo Humano mundial alcanzado lo llevó en 1990 a ser elegido
del PNUD (1990, 1991, 1992), que cuestio- en Moscú Presidente de la  Federación Internacio-
nan la propiedad de indicadores estadísti- nal de Sociedades de Filosofía, le haya dedicado
cos como el producto nacional bruto (PNB) esmerada atención a la reflexión sobre las po-
para medir adecuadamente el desarrollo, sibilidades y límites de los derechos humanos
volvieran la atención hacia otros aspectos y su relativa interdependencia en relación a las
mediante la adopción de un nuevo índice conquistas de la democracia en Latinoamérica.
de desarrollo humano (IDH); han combi- El realismo político impregna la concepción
nado los indicadores correspondientes a del filósofo peruano para proponer que desde
la esperanza de vida, a la educación y a la una filosofía de la liberación pueda lograrse
renta (nacional), a modo de proporcionar mayor presión intelectual para alcanzar niveles
una medición compuesta y más global del superiores de realización de los derechos hu-
progreso humano (abarcando la libertad manos.
humana y los avances en el dominio cultu- Resulta un hecho innegable que esta co-
ral) (Instituto Interamericano de Derechos rriente filosófica ha logrado en las últimas dé-
Humanos, 1993, 37). cadas un merecido reconocimiento por su labor
teórica de impulso al pensamiento humanista
La confrontación entre las aspiraciones enun- fundamentalmente en los ámbitos académicos
ciadas en múltiples documentos y discursos de internacionales y no solo latinoamericanos sobre
gobernantes, o aspirantes a serlo, sobre los de- la merecida condición humana de los habitantes
rechos humanos y su concreción, ha motivado de los pueblos marginados del centro del capi-
la permanente preocupación de algunos de los talismo mundial. Por esa razón ha sido apartada
más destacados representantes contemporáneos e incluso perseguida en determinados ambientes
del pensamiento filosófico en el ámbito latino- académicos por considerarla, con razón, un pen-
americano como en Francisco Miró Quesada, samiento de izquierda, aun cuando la izquierda
para quien: tradicional a la vez la haya tratado inútilmente
de descalificar.
(…) si bien la dimensión jurídica de Sin dudas la filosofía de la liberación, por
los derechos humanos es en América La- medio de la obra de Leopoldo Zea como su
tina elevada y luminosa, no puede decirse antecedente fundamental por sus críticas a la
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formas de explotación del hombre por el hombre y política de los oprimidos (que no son una
en el capitalismo, afirma: categoría ontológica), y no por encima de ellos
como sus mentores, poner el hombro en este
Porque pese a las declaraciones de largo y doloroso camino de nuestros países ha-
igualdad de la burguesía originada de su cia la instalación y construcción del socialismo¨
propia servidumbre ha sido ya creada nue- (Roig, A. A. Roig, 1984, 59). Por su parte Horacio
va forma de dominio. Dominio aún más Cerutti plantearía: “No nos engañemos. Estamos
inhumano que los sufridos por el esclavo muy distantes de lo que desearíamos fuera una
y el siervo. Pero será, a partir de esta in- filosofía para la liberación latinoamericana: lo
humanidad, que se dé el más grande paso que se ha venido llamando hasta ahora filosofía
hacia la plena liberación del hombre y por de la liberación lleva gérmenes de este programa,
ende al del espíritu como expresión de pero no cumple cabalmente con ese desafío. No
toda la humanidad... La burguesía, con sus se trata solo de proponérselo, se trata de las di-
nuevas injusticias, va a abrir la posibilidad ficultades que tiene el construir un pensamiento
de la auténtica liberación del hombre (Zea, verdaderamente crítico y autocrítico¨ (Cerutti,
L., 1978, 84-85). H., 1997, 90).
También Raúl Fornet-Betancourt desde la
También Augusto Salazar Bondy, y como filosofía intercultural (Fornet-Betancourt, R.,
uno de sus máximos representantes Enrique 2009), ha contribuido a demostrar la articula-
Dussel –quien fundamentó los presupuestos ción existente de la perspectiva humanista de la
éticos de los principios políticos y ha criticado filosofía política latinoamericana con el pensa-
severamente la falacia de la democracia formal miento universal, en particular en relación con
y el manejo abstracto de los derechos humanos la democracia y los derechos humanos. A la vez
al afirmar: ha sido un instrumento que permite precisar los
elementos aportativos de esta perspectiva filosó-
Los principios éticos (o morales) de- fica en cuanto a la comprensión de las diferentes
terminan íntimamente a los principios demandas de posturas humanistas prácticas en
políticos. Si estos principios no fueran cada época de la historia latinoamericana desde
determinados, es decir, si no subsumieran su participación en la construcción de la mo-
constitutivamente a los principios éticos, dernidad.
dejarían de ser principios “políticos” y se El pensamiento latinoamericano de los últi-
transformarían en meros principios prác- mos tiempos se ha caracterizado en sentido ge-
ticos de dominación de las estructuras, las neral por una perspectiva humanista y optimista
acciones o los otros sujetos políticos. Po- en relación con los derechos humanos. Esto se
dría ser una acción totalitaria, autoritaria, puede apreciar en Álvaro Tirado Mejía cuando
dictatorial, antidemocrática, etc., que no sostiene que:
cumpliría con el ejercicio pleno de lo que
se denomina “lo político” en cuanto tal, y En el panorama mundial de polariza-
en toda sus dignidad pública (Dussel, E., ciones y conflictos, de luchas de frontera,
2001, 162). de dogmatismo, intolerancia ideológica,
desigualdades e injusticias, las políticas de
Otros cultivadores de la misma que en al- derechos humanos pueden ser el núcleo
gunos aspectos sustanciales se distanciaron de que dinamice un nuevo espíritu entre los
ella, como en el caso de Arturo Andrés Roig, pueblos del mundo, que permita el surgi-
quien concluiría oponiéndose a una filosofía miento de un humanismo trascendental
de la liberación “hecha desde arriba” por lo que sea consciente de las limitaciones de
que propugnó: ¨(…) una filosofía que se ponga la condición del hombre, pero también
como tema central la liberación –dejando ya de optimista sobre su destino histórico, con
lado definitivamente la militancia dentro de una fe en sus potencias y en su capacidad de
filosofía de la liberación– se podrá, con la humil- interpretar y resolver racionalmente sus
dad del caso, incorporándose a la praxis social conflictos ( Tirado Mejía, Á., s.f., 23-24).
14 Pablo Guadarrama González / Condición humana, valores éticos, derechos humanos y democracia
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De igual manera en este autor como en Democracia sustantiva” implica la di-


otros se observa el criterio sobre el indisoluble mensión política de la democracia liberada
nexo de interdependencia existente entre demo- de los constreñimientos politicistas, juridi-
cracia y derechos humanos. Sin embargo se tiene cistas y procedimentalistas. En ella, quien
por lo regular plena conciencia que la existencia gobierna es la clave de referencia para la
de una condición no presupone obligatoriamente identidad democrática de cómo gobierna.
la otra, del mismo modo que la existencia de un La democracia sustantiva en su dimen-
exquisito sistema jurídico en el que aparezcan sión política implica el poder del pueblo,
reflejados todas las posibles violaciones de los de manera que la representación resulta
derechos humanos y atentados contra la demo- mediación legítima en tanto responde a
cracia no presupone en modo alguno que estos las orientaciones del soberano articulado
sean automáticamente tenidos en cuenta en la en lógicas participativas y deliberativas,
praxis socio-política. plurales e incluyentes, en las cuales la
Este hecho evidencia que la mayor parte de convalidación de la diversidad no implica
los estudiosos latinoamericanos sobre los dere- la de las asimetrías. La democracia sustan-
chos humanos y sus vínculos con la democracia tiva no se reduce a su dimensión política
se han percatado y han denunciado que la exis- sino que incluye también las dimensiones
tencia de los sistemas jurídicos de un país, por económico-social, cultural y ecológica.
muy sofisticados que sean, si no están acompa- (…) Siendo toda democracia un régimen
ñados de otros mecanismos políticos y sociales de realización de derechos humanos, la
de realización de los valores que propugnan pue- “democracia sustantiva” será aquella en la
den quedar muy limitados y contribuir muy poco cual los derechos humanos –de los seres
al mejoramiento de la condición humana y la humanos considerados en su condición
dignidad humana de sus respectivos habitantes, universal y concreta– de seres corporales y
como sugiere Yamandú Acosta ,al plantear: naturales constituyen la última instancia o
criterio para todos los derechos humanos
Los llamados derechos de segunda y por tanto para la democracia (Acosta, Y.,
generación, cuya reivin­d icación se hace 2009, 147).
manifiesta toda vez que son negados, sea
por la violación o sea por la totalización Evidentemente de la cuestión de la realiza-
de los primeros, serían derechos huma- ción o no de los derechos humanos en regíme-
nos propiamente tales pues lo son de las nes tradicionalmente considerados democráticos
personas en cuanto sujetos corporales de ha estado y estará en quien tiene el poder para
necesidades, por lo que su afirmación su- implantar las normas jurídicas y velar por su
pone la radical reformulación de aquellos cumplimiento. De manera que los valores que
de primera generación que son derechos primen en los sujetos que establecen la domi-
sobre el referente de las relaciones de pro- nación serán los que se impongan aunque no
ducción y de reproducción de la sociedad necesariamente coincidan con los valores uni-
en cuanto sociedad burguesa. Los derechos versalmente reconocidos. El debate acerca de
humanos de segunda generación (econó- si propiamente aquellos son valores, disvalores
micos y sociales), son referentes esenciales o antivalores será siempre una cuestión de los
de los derechos humanos propiamente tales filósofos cultivadores de la axiología. Si con-
en cuanto hacen a la posibilidad de la tribuyen o no al pleno enriquecimiento de la
afirma­ción y reproducción de la vida en condición humana del pueblo en cuestión, en
términos de dignidad humana”. (Acosta, Y., el que se establecen las legislaciones pertinentes
2012, 66-67). con ribetes democráticos y presumible defensa
de los derechos humanos será cuestión de los
Con suficientes razones este filósofo uru- especializados en la ética.
guayo propugna una democracia sustantiva que Pero se esté de acuerdo o no con el posible
supere las formalidades de otros tipos de demo- impacto real de los enunciados axiológicos que
cracia como la representativa al considerar que: subyacen en las constituciones, declaraciones,
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etc., lo cierto es que ellas se han constituido en la condición humana, –aunque no siempre se
referentes imprescindibles para la orientación presentase en estos términos, pero lo más im-
política y jurídica de los estados democráticos portante es el criterio de la dialéctica perfecti-
hasta nuestros días y parece que esta situación bilidad humana en determinadas circunstancias
no sufrirá transformaciones sustanciales. históricas, frente a diversas formas de alienación
Quién pone en duda el efecto práctico, y en siempre superables–, en lugar de una presunta
muchos casos pragmático, de los valores cuando naturaleza humana, biológicamente determi-
enciende la radio o el televisor cada día y es- nada o una esencia humana metafísicamente
cucha las noticias sobre las numerosas huelgas, concebida.
protestas, y guerras declaradas por las potencias La mayor parte de los pensadores latinoame-
mundiales con consentimiento algunas, y otras ricanos se articula a aquella tendencia que confía
sin él, contra pueblos enteros, presuntamente en un enriquecimiento consciente y permanente
amparados en la “Carta internacional de dere- de la condición humana. A la vez toman crítica
chos humanos” de la Declaración Universal de distancia de los conceptos de naturaleza humana
Derechos Humanos. de estirpe positivista o de esencia humana de
A la primera conclusión que debe llegarse raigambre abstracta y especulativa.
es que los valores por sí mismos, lo mismo éti- El concepto de condición humana se co-
cos, que políticos, jurídicos, religiosos, estéticos, rresponde mucho mejor con el criterio histórico,
etc., no son capaces de realizar absolutamente holístico, complejo y dialéctico y por tanto con-
nada si estos no van acompañados de profun- tradictorio del perfeccionamiento del hombre en
das transformaciones socioeconómicas políticas su lucha contra diversas formas de alienación,
que trascienden su espiritualidad para tratar por lo que resulta más apropiado para concebir
de convertirse en factor material de impulso al el desarrollo progresivo de la democracia y los
continuo e infinito proceso de enriquecimiento derechos humanos.
de la condición humana. Parece que la sensatez imbuida por el es-
Numerosos filósofos idealistas concuerdan píritu electivista y de humanismo práctico se
también con esta tesis, aun cuando puedan ha ido imponiendo de manera creciente en la
tener reservas en un plano ontológico o episte- producción intelectual latinoamericana al menos
mológico más general sobre la determinación de en este tema, tanto en el terreno de la filosofía
los fenómenos del universo. Pero su “idealismo como de las ciencias sociales. Y son cada vez
inteligente” como aquel que descubrió Lenin en menos los que reclaman el protagonismo de al-
Aristóteles, Kant y Hegel da lugar a que también guna escuela filosófica en particular o un nuevo
varios pensadores latinoamericanos no se hayan ismo que como neologismo estéril no aporta
dejado arrastrar por las sirenas metafísicas de mucho a las demandas reales de estos pueblos
la especulación teórica sobre la condición hu- en la continua lucha por seguir dignificándose y
mana, los valores, los derechos humanos y la elaborar posibilidades de realización efectiva de
democracia. formas concretas de humanismo práctico.
Si bien es cierto que por lo regular los pen-
sadores de distintas épocas y culturas le han BIBLIOGRAFIA
apostado a la educación y la cultura como vía
del perfeccionamiento humano y los cultivado- Acosta, Yamandú. 2009. “Democracia Sustantiva”, en
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