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¿Qué debe hacer la evaluación y que es lo que actualmente hace?

La práctica evaluativa presenta una serie de problemas en su aplicación, ya que por lo general

está orientada a promover la memorización y la repetición de contenidos teóricos mediante la

aplicación de pruebas objetivas, instrumento que tiene su fundamento en la pedagogía de la

respuesta; la prueba objetiva se ha constituido en el instrumento ideal para conocer el

rendimiento académico del estudiante, más no así para conocer de cerca su desempeño

académico, ésta por tradición ha sido la más utilizada por los docentes, puesto que facilita el

proceso de calificación. Un problema del actual sistema tradicional de evaluación ha sido valorar

más la función sumativa y no la función formativa, debido a que las calificaciones se han

convertido en centro de atención de estudiantes y docente, para el caso de los estudiantes las

calificaciones representan el elemento principal para pasar al grado superior, mientras que para

los docentes es la herramienta principal para asignar calificaciones y proceder a aprobar o

reprobar al estudiante, lo que indica que la intención de la evaluación no ha estado orientada a la

verificación del proceso de los aprendizajes.

Tradicionalmente la evaluación en cualquiera de los niveles educativos ha sido concebida

como sinónimo de “medida” durante el más largo período de la historia pedagógica y hoy día no

es la excepción seguir hablando de exámenes o de pruebas objetivas que se destinan a medir el

nivel de aprendizaje. En el contexto educativo el proceso para determinar los avances en el

aprendizaje no ha sido el ideal, puesto que el estudiante es el único que siempre ha sido sujeto de

evaluación, más no así los contenidos, metodología, recursos, práctica docente, ambientes

pedagógicos, población escolar, programas académicos, ambiente familiar, etc., mismos que son

factores que afectan de manera directa el proceso de aprendizaje.


A pesar de que la evaluación es un proceso que permite verificar el desarrollo del aprendizaje

con el fin de mejorarlo, esta actividad según la literatura existente, indica que la evaluación en la

práctica no suele ser aplicada durante el proceso de los aprendizajes, sino en la mayoría de las

veces al final de este, lo que evidencia que el propósito de la evaluación se orienta hacia las

calificaciones, situación similar se vive con el empleo de técnicas e instrumentos de evaluación,

debido a que los docentes en servicio por desconocimiento o acomodamiento, la mayoría utiliza

la prueba objetiva, ello no quiere decir que sea mala, al contrario, es funcional, pero no cuando

se satura y se abusa de su uso, teniéndola como el instrumento ideal para evaluar el aprendizaje

de los estudiantes, situaciones que afectan negativamente al proceso educativo.

La evaluación actualmente es concebida como pruebas objetivas, preguntas escritas,

aplicación de instrumentos, sinónimo de medición, medio para calificar y emitir notas, actividad

ajena al proceso de aprendizaje, características que se identifican con un sistema de evaluación

tradicional, en las calificaciones, en aprobación de cursos en vez de evaluar los avances en el

aprendizaje o desempeño de los estudiantes. La enseñanza en nuestros días no es sólo la acción

de comunicar, representa una orientación al estudiante a encontrarse con la posibilidad de ser

autónomo y a saber fundamentar una argumentación en el desarrollo de su pensamiento crítico.

La evaluación actual debería medir el desarrollo de capacidades para pensar, participar, poner en

práctica el trabajo colaborativo, no únicamente la aplicación mecánica de instrumentos de

evaluación, sino que busca valorar la formación del alumno.

Se determina que actualmente la evaluación no es una actividad que se desarrolla de manera

integrada a los procesos de aprendizaje, debido a que la misma tiene aplicación siempre al final

de los exámenes y no así durante el desarrollo de estos, valorando de esta manera la función

sumativa de la evaluación y descuidando la función formativa, así mismo se comprueba que los
docentes evalúan únicamente los contenidos o saberes declarativos, dejando por un lado la

evaluación de los contenidos procedimentales y actitudinales, olvidando que el estudiante es un

ser íntegro que necesita ser evaluado en todas sus dimensiones.

Hoy en día hay un gran interés por innovar en las nuevas metodologías del aula para hacer el

aprendizaje de los alumnos más activo, dinámico, divertido, etc. Sin embargo, cuando se habla

de evaluación, se sigue realizando de la misma forma que antes.

Por eso, aunque se utilicen metodologías innovadoras que mejoren el aprendizaje de los

alumnos, se necesita de una buena evaluación para conocer el progreso de cada estudiante y

poder orientarlo individualmente según sus debilidades y fortalezas. Ya que no todos aprenden

de la misma manera, debiendo reflexionar acerca de qué es la evaluación y cuál es su objetivo.

Por lo que surgen las siguientes preguntas ¿Se evalúa para calificar?, ¿Se evalúa para medir un

conocimiento?, ¿Se evalúa para mejorar el aprendizaje de los alumnos?

Dentro de las técnicas más utilizadas para mejorar los procesos de aprendizaje están, la

observación, las encuestas, los exámenes y mas recientemente los portafolios, de estas técnicas

se desprenden instrumentos específicos como son los siguientes:

- Los diarios de trabajo los cuales suelen ser excelentes documentos narrativos que,

interpretados “en forma correcta” permiten emitir juicios interesantísimos.

- Las guías de observación, tanto estructuradas como no estructuradas.

- Las escalas estimativas y las listas de cotejo tradicionales.

- Los cuestionarios.

- Las guías para evaluar los portafolios.

- Los exámenes objetivos de preguntas abiertas de desempeño.


Entre las formas de evaluar esta la heteroevaluación, la autoevaluación y la coevaluación, el

docente puede evaluar a los alumnos, ellos mismos pueden evaluarse y también podrían

evaluarse entre pares, para ello hay que diseñar los instrumentos adecuados (Evaluación de los

aprendizajes Julio H. Prieto)

Se tiene que tomar en cuenta una serie de aspectos para poder aplicar una evaluación de

calidad dentro del aula tales como:

 No confundir la evaluación con la medición, aunque son conceptos estrechamente

relacionados, la medición consiste en poner una calificación, un valor cuantitativo o cualitativo.

En cambio, la evaluación consiste en emitir un juicio sobre la calificación que se ha obtenido,

mientras que con la evaluación se puede orientar al estudiante, en su proceso de aprendizaje,

demostrándole aquello que ha hecho bien y aquello que se debe mejorar.

 No juzgar o marcar a un alumno por el resultado de una medición: La evaluación tiene

por finalidad reflexionar sobre el resultado para poder mejorar. Así pues, no se debe utilizar una

calificación para valorar al alumno, sino tener en cuenta muchos otros elementos que influyen en

el proceso de aprendizaje, como las capacidades de cada alumno, la situación emocional, las

actitudes etc.

Para realizar una buena evaluación, existen muchas técnicas e instrumentos que se pueden

aplicar según la finalidad, el momento, el agente evaluador, el enfoque metodológico, se deben

conocer las características de cada uno de estos, escoger el que se ajuste más a la evaluación que

se quiere realizar y decidir si se puede complementar dicha evaluación con la combinación de

alguna otra técnica o instrumento.

El docente tiene que estar actualizado de forma continua sobre la evaluación, ya que surgen

estudios, métodos y técnicas nuevas que pretenden mejorar y facilitar el aprendizaje de los
alumnos, por eso es de suma importancia que se mantenga en constante formación en todos los

procesos de aprendizaje. La evaluación es un proceso complejo que permite, no solo calificar a

los estudiantes, sino también conocer y valorar su rendimiento para poder orientarlos y guiarlos

en su proceso de aprendizaje.

La evaluación es uno de los procesos de la educación más difíciles de llevar a cabo.

Determinar qué se debe evaluar y cómo se debe evaluar es una de las preocupaciones de los

docentes. Para Arias y Arias (2011), la evaluación es un proceso en el que la recolección de

información amerita el empleo de técnicas e instrumentos para tal fin, por lo que es necesario

diseñarlos de manera que facilite la tarea de los docentes en la evaluación. Serrano (2002),

menciona que los docentes no logran construir y aplicar un sistema de evaluación que se adecue

a los nuevos planteamientos pedagógicos, convirtiéndose en uno de sus problemas más serios.

Para Castillo y Cabrerizo (2003) la evaluación es la suma de muchos factores que constituyen

un proceso dinámico, abierto y contextualizado, que se desarrolla a lo largo de un período de

tiempo, señalando su carácter flexible y continuo. Por lo que es necesario utilizar estrategias que

permitan evaluar diferentes aspectos del aprendizaje utilizando diferentes instrumentos que serán

aplicados en diferentes momentos de la enseñanza.

Arias y Arias (2011) mencionan tres tipos de actividades: actividades no presenciales,

actividades lúdicas y trabajo de campo. En las actividades no presenciales, se espera que los

alumnos puedan demostrar su dominio sobre las TIC como: foros de discusión, chats, correo

electrónico y software educativo. En las actividades lúdicas, se utilizan dinámicas grupales,

juegos de mesa o actividades lúdicas generales, mientras que en el trabajo de campo se pueden

utilizar visitas a instituciones, miniencuestas o consultas en la calle.


Según momentos de la evaluación, Casanova indica que de acuerdo con el momento en que se

aplique la evaluación, esta puede clasificarse en: inicial, desarrollo de proceso y final.

La Evaluación inicial: es la evaluación que aplica el docente al inicio del proceso pedagógico

y tiene función diagnóstica, por lo mismo es conocida como evaluación diagnóstica, la cual se

realiza mediante la aplicación de un examen para determinar el nivel de preparación y de

competencias que trae el estudiante, dichos resultados permiten a los docentes, a la institución y

a los mismos estudiantes, planificar efectivamente el proceso de enseñanza-aprendizaje. Al inicio

de un proceso de aprendizaje (una clase, una unidad, un tema), esta evaluación resulta útil para

descubrir los conocimientos previos que los estudiantes poseen con relación al tema que se va a

desarrollar, este tipo de evaluación que es aplicado por una minoría de los docentes y en muchos

de los casos se hace sin intención alguna, solo para salir del paso.

Evaluación procesual: es la que consiste en una valoración continua de los aprendizajes de los

estudiantes y de la labor docente mediante la obtención de datos, análisis de estos y toma de

decisiones pertinentes, mientras se desarrolla el propio proceso. Este tipo de evaluación favorece

al docente para detectar errores sobre la marcha y tomar decisiones inmediatas, haciendo nuevas

adecuaciones ya sean de carácter didáctica metodológica, de estructura de los contenidos, de

instrumentos de evaluación o bien donde se han identificado deficiencias o errores para mejorar

el proceso de aprendizaje.

Evaluación final: es la que aplica el docente al finalizar un proceso pedagógico (unidad

didáctica, un bimestre, un semestre un curso o ciclo escolar) y que implica un proceso de

reflexión en torno al cumplimiento de las metas mediante la comprobación de resultados.

Muchas veces se suele hablar de evaluación sumativa al hablar de evaluación final, pero hay
evaluaciones finales que no tienen finalidad de promover al estudiante a un grado inmediato

superior. La evaluación final puede adoptar las funciones de sumativa y formativa.

Las tres evaluaciones son importantes que las realicen los docentes para lograr avances

significativos en el proceso del aprendizaje, porque entre cada una de ellas existe una íntima

relación. La clasificación que realiza María Antonia Casanova (1999) es la evaluación sumativa

y la formativa, la función sumativa de la evaluación la cual resulta pertinente para la emisión de

juicios acerca de productos y procesos, debemos de tener cuidado de no tomar como criterio

absoluto de evaluación la puntuación obtenida por un estudiante en una evaluación sumativa,

puesto que seria injusto emitir un juicio solo a partir de esta fuente de información. La función

formativa ha generado una gran cantidad de confusiones, ya que con facilidad se le asocia con la

evaluación que continuamente realizamos dentro de los salones; pero la realidad es que muchas

de estas evaluaciones están cumpliendo una función más sumativa que formativa. La evaluación

formativa se dirige fundamentalmente a la mejora de los procesos de aprendizaje de los alumnos,

por lo que las decisiones a tomar podrían ser reestructuración de los contenidos, la

reconceptualización de la metodología didáctica, la intervención para mejorar el clima

institucional , la platica con los familiares y si el contexto lo permite, hasta la visita de a las

casas de los estudiantes, es decir todo aquello que contribuya a que los procesos de construcción

del conocimiento de los estudiantes mejoren, El autor aclara que no es mejor ni peor uno u otro

tipo de evaluación simplemente cada una atiende a la función que realiza. Si se pretender

retroalimentar para enriquecer el proceso, la evaluación tendrá una función formativa; si lo que

perseguimos es contribuir a la mejora final, entonces tendrá un fin sumativo.

Atendiendo a las personas que participan en la evaluación, se presentan (como dice Casanova)

procesos de: autoevaluación, heteroevaluación o coevaluación. La autoevaluación que permite a


los estudiantes introducirse en una autovaloración acerca de sus procesos y actuaciones, en este

tipo de evaluación es muy importante tomar en cuenta la edad de los estudiantes y si se

encuentran informados desde el inicio del ciclo acerca de los criterios de autoevaluación, de

manera que puedan conducir su auto observación hacia direcciones concretas; de otra forma, la

autoevaluación podría convertirse, como comúnmente sucede, en un juego donde todos obtienen

la máxima calificación, la valoración, debemos permitir que los estudiantes se auto valoren, pero

siempre con la toma de conciencia necesaria que solo es posible lograr a través del tiempo.

Coevaluación la evaluación entre pares es un medio valiosísimo para la emisión de juicios de

valor, proal igual que, en cualquier caso, debemos dar a conocer desde de principio cuáles serán

los criterios de coevaluación y la base para la realización de esta, han sido los portafolios. Estos

portafolios se conforman de acuerdo con una guía presentada al inicio del ciclo y, al terminar el

periodo o ciclo, es posible enjuiciarlos como también es posible evaluarse por pares en cuanto a

las actitudes y también permiten reforzar los aciertos al trabajar en proyectos conjuntos.

Heteroevaluación esta es la más difundida y es la que realiza una persona sobre otra acerca de

su actuación, sus productos de aprendizaje, es posible evaluar casi cualquier aspecto de los

demás. Pero no debemos olvidar que la razón de ser de la heteroevaluación sigue siendo la

contribución a la mejora de los procesos de aprendizaje de los estudiantes. Si con este tipo de

evaluación contribuimos a que nuestros alumnos tomen conciencia sobre sus actuaciones,

estaremos propiciando parte del ideal de la educación. La autoevaluación desarrolla la capacidad

de resolver problemas, estimula la conciencia crítica y autocrítica, no es simplemente la

verificación de un conocimiento, es el acercamiento al conocer, implícito en el proceso de

enseñar y aprender, demanda el aprendizaje significativo y el desarrollo de la investigación.


Justificación

Ser buen docente no es únicamente tener los conocimientos específicos de determinada

asignatura, es tener una formación pedagógica que le permita hacer uso de estrategias

innovadoras acordes al nivel educativo donde desarrollará su labor docente, realmente estar

comprometido con la educación, tener vocación para desenvolverse de la mejor manera, conocer

las características de los estudiantes y demás factores del contexto para desarrollar de mejor

forma los aprendizajes y el proceso de evaluación, considerando que todo proceso de evaluación

si es realizado de una manera efectiva va a tener consecuencias favorables para lograr los

aprendizajes en los estudiantes.

Para Castillo y Cabrerizo (2003) la evaluación es la suma de muchos factores que constituyen

un proceso dinámico, abierto y contextualizado, que se desarrolla a lo largo de un período de

tiempo, señalando su carácter flexible y continuo, por lo que es necesario utilizar estrategias que

permitan evaluar varios aspectos del aprendizaje utilizando varios instrumentos que serán

aplicados en diferentes momentos de la enseñanza.

El tipo de evaluación que se propone es aquella a través de la cual se logre formar

aprendizajes significativos en los estudiantes, debiendo ser de contenidos de procedimientos y

de actitudes, el aprendizaje significativo presenta tres modelos de evaluación, la primera es la

inicial para la detección de los conceptos previos, la segunda es la formativa, que se lleva a cabo

durante el proceso de aprendizaje para poder orientar y la tercera es la sumativa o final, para

constatar el aprendizaje evaluar, valorar y mejorar, la evaluación no solo puede ser un resultado

final, sino un proceso que permite adquirir el aprendizaje.

La propuesta denominada “Evaluación para un aprendizaje significativo”, es aquella que

conduce a la creación de estructuras de conocimiento mediante la relación sustantiva entre la


nueva información y las ideas previas de los estudiantes, para que su cumplan los principios, el

docente debe mantener una intervención activa, permanente, continua y dialogada con el

estudiante, a través de la propuesta se busca romper los esquemas de la evaluación tradicional y

así adquirir aprendizajes significativos en donde el estudiante logrará asociar y relacionar los

conocimientos que se tienen en un principio con los nuevos que va construyendo, ello hace que

el proceso educativo se contextualice y a su vez que el estudiante se desenvuelva de la mejor

manera dentro de su entorno.

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