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Bendito Dios la pelota no ha dejado de rodar por estos días y esto quizás ha mermado
las ansias de los hinchas santafereños por saber que sucede con el equipo rojo, con sus
contrataciones, cuando estaremos nuevamente deleitándonos con sus jugadas y
saboreando los muy probables triunfos que nos acerquen a ganar ese campeonato tan
anhelado desde hace 29 años.
Es que cuando se tiene la Libertadores, la Euro copa, la final del campeonato argentino,
para aquellos que gustan de éste fútbol, y la proximidad de la Copa América, es fácil
desviar la atención por un instante del equipo de nuestros amores. Sin embargo, no
faltará quien diga que lo anterior es una desfachatez si se tiene en cuenta que por encima
de la pasión que nos impregna el mismo fútbol está la lealtad por el único equipo que
llevamos en nuestro corazón.
Y eso es algo que no se puede contradecir, totalmente cierto es que tengamos nuestra
cabeza puesta en estos momentos única y explícitamente en Santa Fe, lo que sucede es
que por primera vez en mucho tiempo, la responsabilidad de matarnos pensando quien
será el conductor del equipo este año, o el goleador que nos haga llorar de júbilo, o
hasta el mismísimo arquero al que le agradezcamos cada tarde, se la hemos delegado al
estratega en quien confiamos no saque campeón este año, con nombre propio decimos
que Jaime De La Pava es el jefe al mando en la institución cardenal. Será por ello que
estamos tan tranquilos y confiados?
Ver a Zidane, Becham, Kahn, Figo, Davids, Raúl por la Euro, a Tévez, Scheloto,
Mascherano, Lux y todo el Once Caldas por la Libertadores pareciera más atractivo que
pensar ya en el rentado nacional, pero eso no es cierto, simple y llanamente nos gusta el
fútbol y por el “vivimos y respiramos”. Un hincha de Santa Fe hoy por hoy le importa
poco que gane o pierda Nacional, el Chicó, Medellín o el Pasto, muy seguramente
preferiría que todos los anteriores perdieran a la vez, que mas da, no somos nosotros los
que nos estamos disputando una final en unos cuadrangulares que ya olvidamos, caso
distinto sucede cuando vemos jugar al Once Caldas por la Libertadores, porque
sencillamente soñamos estar en una instancia semejante, disputando una final en el
torneo más grande e importante de toda América contra un equipo grande tal como lo
hará el cuadro de Manizales, aparte del sentimiento colombiano que nos une.
Es solo en este momento cuando viramos nuestras miradas y nos inquietamos por lo que
pueda suceder al interior del Expreso Rojo, porque deseamos estar nuevamente en una
Libertadores, porque deseamos que a nivel internacional nos exalten, nos determinen y
nos reconozcan, así como en el 96 jugando y ganando hasta llegar a la final de la
Conmebol.
Los hinchas nos entretenemos con el fútbol de ajenos pero anhelamos ver el fútbol
propio con una historia distinta a las demás, cada temporada por esta época vuelven las
ganas de ir a la cancha, vuelve la ilusión de ver al rojo campeón, vuelven los sueños y
vuelven las esperanzas, nos olvidamos del pasado para escribir hoy por hoy una nueva
historia.