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Yearied Montañez, club Jezreel

Resumen del libro “la educación”

El conecto de la educación es más que la persecución de un determinado curso de estudio,


es más que la preparación para la vida actual, es el desarrollo armonioso de las facultades físicas,
mentales y espirituales. La obra de la redención debía restaurar en el hombre la imagen de su
creador, haciéndolo volver a la perfección con la que había sido creado, promoviendo el desarrollo
del cuerpo la mente y el alma, a fin de que se llevase a cabo el propósito divino de su creación. El
sistema de educación instituido al principio del mundo, debería ser un modelo para el hombre en
estos tiempos, el jardín del edén eran el aula, la naturaleza el libro de texto, el creador mismo era
el maestro, y los padres de la familia humana los alumnos. Aunque Adán y Eva fueron creados
inocentes y santos, Dios les dio la facultad de escoger de ser obedientes o no, ellos escogieron el
conocimiento del mal. Aun cuando la tierra estaba marchitada por la maldición, la naturaleza
debía seguir siendo el libro de texto del hombre. Por la evidente decadencia, la tierra da
testimonio de la maldición que pasa sobre ella.

Gracias al plan de redención podemos tener una comunión con Dios porque a causa del
pecado el hombre quedo separado de Dios, Cristo permite que se reanude la comunión con Dios.
Así como por Cristo todo ser humano tiene vida, por su medio toda alma recibe algún rayo de luz
divina. Se adapta el plan divino de la educación después de la caída, Cristo se convierte en
representante del padre, él es el gran maestro de la humanidad, y dispuso que los hombres y
mujeres fueran representantes suyos. Para el pueblo de Israel la educación que ellos utilizaban
antes de estar en cautiverio era la siembra, el cuido del gano y los relatos que escuchan de sus
ancestro, luego que fueron liberados de Egipto Dios los educo a través del viaje a la tierra
prometida dándoles instrucciones; era una educación adaptada para acabar con todo egoísmo
estrecho, y cultivar la grandeza y nobleza de carácter. El conocimiento de Dios, el compañerismo
con él en el estudio y el trabajo, la semejanza a en el carácter, habían de ser la fuente, el medio, y
el blanco de la educación de Israel, educación impartida por Dios a los padres, y que ellos debían
transmitir a sus hijos.

Samuel estableció de acuerdo con la instrucción del señor, las escuelas de los profetas;
estas escuelas tenían por objeto de atender al bienestar mental y espiritual de la juventud, y
estimular la prosperidad de la nación. Los principios enseñados en las escuelas de los profetas
eran los mismos que modelaron el carácter y la vida de David. La experiencia de Israel ha sido
registrada para nuestra instrucción, como esa experiencia también tenemos a hombre cuyas vidas
fueron una bendición para sus semejantes. José permaneció fiel durante su amarga vida como
extranjero y esclavo, la lealtad de Dios, la fe en el invisible; en esto el secreto de su poder y el
hecho de que creció escuchando a su padres Jacob sobre sus experiencias con Dios. Daniel y sus
compañeros habían sido instruidos fielmente en el principio de la palabra de Dios desde su niñez,
habían creado el hábito de la temperancia y sentido de su personalidad desde muy niño. Por su
sabiduría y justicia, por la pureza y bondad de sus vidas diarias, por su devoción a los intereses del
pueblo aunque era idolatra. José y Daniel demostraron ser fieles a los principios de la educación
recibida en su niñez, fieles a quien eran representantes. Eliseo en sus primeros años de existencia
estaba bajo la enseñanza de Dios y la naturaleza, la disciplina del trabajo útil. La familia de su
padre se encontraba entre los que no habían doblegado las rodillas ante Baal. En ese hogar se
honraba a Dios y la fidelidad era diaria,

Eliseo tuvo una educación de fidelidad en su hogar así fuera en las cosas pequeñas. A partir de que
Elías fue al cielo Eliseo ocupo el lugar de él, y que había sido fiel en lo poco, demostró ser fiel en lo
mucho. Moisés tuvo dos tipo de educación en su niñez, la primera fue con su nodriza la cual era su
madre biológica y la otra fue en el palacio porque era heredero de los mayores honores que el
mundo le podía dar, pero Moisés sacrifico los honores de Egipto por el honor de Dios y el
libramiento de su pueblo oprimido. Entonces Dios se encargó de darle un estudio especial, de su
educación, duro 40 años en el desierto aprendiendo y cuando fue el momento fue a cumplir con el
propósito de Dios en su vida. Pablo, fue educado como Judío, cuando era joven llego a ser un
honrado miembro del Sanedrín. En las escuelas teológicas de Judea, la palabra de Dios había sido
sustituida por las especulaciones humanas, pero cuando tuvo un encuentro con Dios acepto su
llamado y fue al desierto en donde Dios lo educo, tumbando sus prejuicios y tradiciones, para así
hiciera la voluntad de Dios en su vida.

El maestro enviado de Dios, el cielo dio a los hombres lo mejor y lo más grande que tenía.
Cristo, en él se hallaba el ideal perfecto, vino al mundo para rebelar este ideal como el único
verdadero blanco de nuestro esfuerzo; para mostrar lo que todo ser humano puede ser y lo que
llegarían a ser. Vino a demostrar de qué manera deben de ser educados los hombres como
conviene a hijos de Dios; como deben practicar en la tierra los principios y vivir la vida en el cielo.
Obtuvo su educación directamente de las fuentes indicadas por el cielo, del trabajo útil, del
estudio de las escrituras y la naturaleza, y los libros de Dios, llenos de instrucción para todos los
que los buscan con manos dispuestas, ojos abiertos y corazón compresivo. Cristo enseñaba que el
cielo y la tierra estaban ligados y que el conocimiento de la verdad divina prepara mejor a hombre
para desempeñar los deberes de la vida diaria. En la educación de sus discípulos, el salvador siguió
el sistema de educación establecido al principio, él toma a los hombres como son con todas sus
faltas y debilidades, y los adiestra para su servicio, si están dispuestos a ser disciplinados e
instruidos por él. La presencia del mismo guía en la obra educativa de vuestros días, producirá los
mismos resultados que produjo en la antigüedad, a este fin tiende la verdadera educación; esta es
la obra que Dios quiere que se lleve a cabo.

Toda la naturaleza se ilumina para aquel que aprende así a interpretar sus enseñanzas; el
mundo es un libro de texto; la vida un escuela. La unidad del hombre con la naturaleza y con Dios,
el dominio universal de la ley, no pueden dejar de hacer impresión en la mente y modelar el
carácter; estas son las lecciones que nuestros niños deben aprender. Que aprendan los niños a ver
en la naturaleza una explicación del amor y la sabiduría de Dios, tanto las cosas del cielo como la
de la tierra declaran que la gran ley de la vida es una ley de servicio y el padre infinito cuida la vida
de toda cosa animada. Cuando hablamos de un sembrado por fe nos quiere decir que el desarrollo
gradual de la planta a partir de la semilla, es una lección objetiva para la educación del niño;
primero hierva, luego espina, luego grano lleno es la espiga; Cristo dio esta parábola, creo la
semillita le dio propiedades vitales y dicto las leyes que rigen su crecimiento. La semilla muere y da
origen a una nueva vida, por medio de esto nos enseña la lección de la resurrección; cuando los
padres y madres traten de enseñar estas lecciones debería hacer un trabajo práctico, preparar a
los niños el terreno y siembren la semilla.
La biblia contiene todos los principios que los hombres necesitan comprender, a fin de
prepararse para esta vida, o para la venidera. Mayor aun es el poder de la biblia en el desarrollo
espiritual; la mente, el alma, se edifica con aquello de lo cual se alimenta y a vosotros determinan
esa clase de alimento. La ciencia descubre siempre nuevas maravillas pero en si investigación no
obtiene nada que sea correctamente comprendido, que no choque con la revelación divina. Más el
libro de la naturaleza y la palabra escrita, se alumbran mutuamente, nos familiarizan con Dios al
enseñarnos algo de las leyes por las cuales él obra. Los más profundo estudiantes de la ciencia se
ven constreñidos a reconocer en la naturaleza la obra de un poder infinito. Sin embargo, para la
sola razón humana, la enseñanza de la naturaleza no puede ser sino contradictoria y
desengañadora, solo se la puede leer correctamente a la luz de la revelación, por la fe
entendemos. Sus principios de diligencia, honradez, economía, temperancia y pureza, son el
secreto el verdadero éxito; estos principios según los presenta el libro de proverbios, construyen
un tesoro de sabiduría y práctica. Las cuentas de cada negocio, los detalles de cada transacción,
son sometidas al escrutinio de inspectores invisibles, agentes de aquel que nunca transige con la
justicia, nunca tolera el mal, nunca disculpa el agravio.

Jacob recurrió al fraude para obtener el derecho de la primogenitura que ya le


correspondía según la promesa de Dios y la cosecha que recogió fue el odio de su hermano. El
mismo caso se repite en la historia con los hijos de Jacob pero el arrepentimiento dio por
resultado la reforma y mediante su fidelidad a Dios, en medio de las otras tribus, la maldición se
transformó en una señal del más alto honor. En los últimos años de Salomón se apartó, cansado y
sediento de las resquebrajadas cisternas de la tierra, y volvió a beber de la fuente de la vida.
Impulsado por el espíritu de la inspiración, escribió para las generaciones posteriores la historia de
sus malgastados años, con elecciones de advertencia y así aunque su pueblo cosecho el mal que él
había sembrado, la obra de la vida de Salomón no se perdió totalmente, al fin la disciplina del
sufrimiento llevo a cabo en el su obra. Con Job podemos aprender que a través de todas las
pruebas que se presenten se puede mantener una relación muy estrecha con Dios, teniendo
aspiraciones de llegar a la perfección, siendo una persona humilde, consagrada y obediente. Dios
hace una invitación a sus hijos de que así como los Israelitas cuando andaban por el desierto
alegraban su camina con la música del canto sagrado, Dios nos invita a alegrarnos por el mismo
medio de su vida de peregrinaje. Como parte del servicio religioso, el canto no es menos
importante que la oración, en realidad más de un canto es una oración; si se enseña al niño a
aprender esto, pensara más en el significado de las palabras que canta, y será más sensible a su
poder.

La palabra de Dios, como el carácter de su autor, presenta misterios que nunca podrán ser
enteramente comprendidos por los seres finitos pero Dios ha dado en las escrituras suficiente
evidencia de autoridad divina; en Dios están todos los tesoros de la sabiduría, podremos durante
toda la eternidad escudriñar y aprender siempre, sin agotar jamás las riquezas de su sabiduría, su
bondad o poder. La biblia revela la verdadera filosofía de la historia, en las palabras que el apóstol
Pablo dirigidas a los filósofos de Atenas, se expone el propósito que tenía Dios en la creación y
distribución de la raza y naciones. Los profetas quienes fueron reveladas grandes escenas
anhelaban comprender su significado. Por otro lado podemos observar que cuando Jesús era niño
su madre le enseñaba diariamente conocimientos sacados de los pergaminos de los profetas,
mediante esas sencillas historias se pueden explicar los principios de la ley de Dios; enseñe a los
jóvenes a estudiar detenidamente la palabra de Dios, una vez que haya sido recibida en el alma,
será una poderosa barricada contra la tentación.

A cada joven les corresponde decidir individualmente si sus vidas han de ser seguidas por
la mente o por el cuerpo; la relación del régimen alimentario con el desarrollo intelectual debería
recibir más atención de lo que ha recibido hasta ahora, a menudo la confusión y el embotamiento
mental son el resultado de los errores del régimen alimentario. La hora de la comida debería ser
un momento de sociabilidad y descanso, debería desaparecer todo lo que abrume o irrite. Todo
cuerpo ha sido hecho para la acción y a menos que se mantengan sanas las facultades físicas
mediante el ejercicio activo, las facultades mentales no podrán rendir por mucho tiempo su más
alta capacidad. Entre las facultades físicas podemos encontrar la recreación que hay una entre ella
y la diversión, la es apartándose de los cuidados y ocupaciones comunes, promover refrigerio para
la mente y el cuerpo, y de ese modo nos permite volver con nuevo vigor al trabajo serio de la vida.
Por otra parte se busca la diversión para experimentar placer y con frecuencia se le lleva al exceso,
termina adsorbiendo las energías requeridas para el trabajo útil y resulta de ese modo un
obstáculo para el verdadero éxito de la vida. Los jóvenes deberían ser inducidos a ver la verdadera
dignidad del trabajo, mostrarles que Dios es un obrero constante; deben aprender los niños y los
jóvenes, en la biblia como a honrado Dios el trabajo de los obreros diarios, lean acerca de lo “hijos
de los profetas”, que asistían a la escuela y construyen una casa para su uso. La verdadera
educación desconoce el valor del conocimiento científico o literario pero considera el poder como
superior a la información, la bondad, el carácter, al conocimiento intelectual; el mundo no
necesita tanto hombres de gran intelecto como de carácter noble.

En toda enseñanza verdadera es esencial el elemento personal, Cristo en sus enseñanzas


trato de individualmente con los hombres. En la obra educativa de hoy se necesita prestar el
mismo interés personal y la misma atención al desarrollo individual, muchos jóvenes que
aparentemente no son promisorias, están ricamente dotados de talentos que no usan. Los niños
necesitan aprecio, simpatía y estimulo, pero se debería cuidar de no fomentar en ellos el amor a la
alabanza. Los padres y maestros deberían cultivar especialmente la alegría de la cortesía, todos
pueden poseer rostro animado, voz suave, modeles corteses, y estos son elementos de poder,
conviertan tanto a los jóvenes como a los viejos estudiar, meditar y a menudo repetir aquellas
palabras de la santa escritura que muestra cómo debería considerarse el lugar señalado por la
presencia especial de Dios.

A muchas personas no les importa que un vestido sea tentador o hermosos, si la moda
cambia lo reforman o lo desechan. Los miembros de la casa están condenados a una tarea
incesante, no tienen tiempo para educar a los niños, orar o estudiar la biblia, ni a ayudar a los
pequeños a conocer a Dios por medio de sus obras. Para romper el encanto de la moda el
maestro no encuentra a menudo método más eficaz que el contacto con la naturaleza, debería
proporcionar a los alumnos el gustar la delicia de hallarse junto a un rio, un lago o el mar.

El sábado y la familia fueron instituidos en el Edén, y el propósito de Dios están


indisolublemente unidos, en ese día más que en cualquier otro. Puesto que el sábado es una
institución recordativa del poder creador, es entre todos los días aquel en que deberíamos
familiarizarnos especialmente con Dios por medio de sus obras. La fe nos capacita para recibir los
dones de Dios, es en sí mismo un don del cual se imparte una porción a cada ser humano.
Aumenta a medida que se la usa para apropiase de la palabra de Dios a fin de fortalecer la fe
debemos ponerla a menudo en contacto con la palabra, la fe también tiene preciosa lecciones
para el niño sensible; la disposición a resistir el mal o vengar el agravio es impulsada a menudo por
un profundo sentimiento de justicia, y un espíritu y enérgico; enseñe a tal niño que Dios es el
guardián eterno de la justicia, cuida tiernamente a los seres a quienes ha amado hasta el punto de
dar a su amado hijo para salvarlos. Necesitan la influencia elevadora de su espíritu; al recibirla
serán vivificados con nueva vida, el cuerpo gastado y el cerebro cansado se refrescaran y el
corazón abrumado se aliviara.

El propósito de Dios para los niños que crecen en nuestros hogares es más amplio, más
profundo y más elevado de lo que ha comprendido nuestra restringida visión. Cuando se esfuerzan
por prepararse para el servicio de Dios muchos son desviaos por malos métodos de educación.
Generalmente se considera la vida formada por distintos periodos: el periodo del aprendizaje y el
periodo de la acción. Es necesario que sigamos más estrictamente el plan de la vida de Dios,
esmerarse en hacer el trabajo que tenemos más a mano, encomendar nuestros caminos a Dios y
estar atentos a las indicaciones de su providencia, son reglas que aseguran una buena dirección en
la lección de una ocupación. Con semejante ejercito de obreros, como el que nuestros jóvenes
bien preparados podrían proveer. Por eso debe preparar desde su temprana edad siendo su
primer maestro su madre, aquellos a quienes se confía el cuidado del niñito ignoran a menudo sus
necesidades físicas; poco saben de las leyes de la salud o los principios del desarrollo, tampoco
están mejor preparados para entender su crecimiento mental y espiritual. Grande es la
responsabilidad de los que se encargan a guiar un alma humana. La vida del niño desde el primer
año hasta el último, se siente el poder de ese lazo que lo liga al corazón de los padres, las acciones,
las palabras, hasta las miradas de los padres forman al niño para bien o para mal.

El objeto de la disciplina es educar al niño para que se gobierne solo, se le debe enseñar la
confianza en sí mismo y el dominio propio; ayudad al niño a comprender que los padres y los
maestros son representantes de Dios, tantos los padres como el maestro deberían estudiar la
forma de dirigir el desarrollo del niño sin estorbarlo con un control indebido. Se le debe enseñar al
niño y al joven que todo error, toda falta, toda dificultad vencida, llega a ser un peldaño hacia las
cosas mejores y más elevadas.

El cielo es una escuela, su campo de estudio es el universo y su maestro el ser infinito.


Entre la escuela establecida al principio en el Edén y la escuela futura, se extiende todo el periodo
de la historia de este mundo, historia de la transgresión y del sufrimiento humana, del sacrificio
divino y de la victoria sobre la muerte y el pecado. En la escuela de la vida futura no se hallaran
todas las condiciones de la primera escuela del Edén; en el cielo se vivirá la vida edénica, la vida en
el jardín y el campo. En el cielo se guarda un registro de todo don otorgado por Dios, que ha
inducido a los hombres a hacer esfuerzos abnegados.

En nuestra vida terrenal, aunque restringida por el pecado, el mayor gozo y la más elevada
educación se encuentran en el servicio. Cristo contemplara entonces su recompensa en los
resultados de su obra. En aquella gran multitud que no podrá ser contada por ningún hombre,
presentada “irreprensible delante de la presencia de su gloria con gozo extremado”, aquel cuya
sangre nos ha redimido y cuya vida ha sido para nosotros una enseñanza, “vera el fruto del trabajo
de su alma, y quedara satisfecho”.

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