SEMINARIO DE VIDA EN EL ESPIRITU
CUESTIONARIO N°5
1. ¿En qué áreas podemos sufrir de enfermedades interiores?
a)
b)
c)
2. ¿Cuáles pueden ser las causas de las heridas
interiores? Cita ejemplos.
3. ¿Qué le preguntó Jesús al paralítico de Betesda? (Jn 5, 6)
4. ¿Qué contestó el capitán romano a Cristo? (Mt 8, 8)
5. “Hijo de David, ________________________________________“(Mc 10. 48)
6. ¿A quiénes debemos perdonar?
a) ______________________________________________
b) ______________________________________________
c) ______________________________________________
7. “Quien odia a su hermano está en _______________y anda
_____________sin saber a dónde va, pues las lo han cegado” (1 Jn 2, 11).
8. “El_____________ perfecto echa fuera el______________ (1 Jn 4, 18).
9. “Con él tenemos ___________________________de que si le pedimos algo
conforme a __________________________, nos escuchará.
Y si_________________________________, sabemos que_____________________
lo que le hemos pedido” (1 Jn 5, 14—15).
1O. ¿Qué debemos hacer para obtener lo que pedimos en ración? (Mc 11, 24).
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Tema 5
JESUS NOS SANA
1. LAS HERIDAS INTERIORES
A menudo nos ha podido suceder que luego de experimentar el amor de Dios y la
salvación que Jesús nos da. Estamos deseosos de hacer muchas cosas por Él y
servirle con todas nuestras fuerzas y con todo nuestro amor. Pero cuando nos
disponemos a orar o a dar testimonio ante los demás de lo que Jesús ha hecho en
nuestra vida, o tenemos que realizar algún servicio que en principio nos parcia
fácilmente realizable, nos encontramos con que no podemos hacerlo como
queremos, estamos limitados y nos sentimos como atados. La oración no brota
como quisiéramos, nos cuesta mucho hasta levantar nuestras manos para alabar
al Señor, o no nos salen las palabras a la hora de testificar. Esta es la sensación de
bloqueo que experimentamos en ocasiones y que es ocasionada por una falta de
sanación interior.
Nuestro interior- alma y espíritu – es sumamente sensible y
estamos sujetos a sufrir malas interiores: esto es heridas
espirituales, emocionales, de nuestra vida afectiva, voluntad,
recuerdos, actitudes, etc.
Las enfermedades interiores que pueden sufrir cualquier
persona en algún momento de su vida pueden ser psíquicas,
morales o espirituales.
en Las enfermedades psíquicas son las que nos hacen obrar con
temor, o que dejan librados nuestros sentimientos a un
complejo de culpa o al complejo de inferioridad, o a cualquier otro complejo; nos
hace decir o pensar “no sirvo”, “no soy amado”, “debería hacerlo pero no me
animo”
Las enfermedades morales son aquellas que traban la normal realización de actos
virtuosos y que también impulsan vicios contrarios. Por ejemplo: algo que no
depende solo de este.
Las enfermedades espirituales son las que impiden relacionarse eficazmente con
Dios, por si mismas. Por ejemplo: un fuerte bloqueo a tener fe, o una vez que
adviene la fe y ser realizan los actos consecuentes, puede ver cierta frialdad y de
fuerza para la realización de los mismos.
El ser humano está hecho para vivir y andar en el amor y es por eso que la base
efectivas de suma importancia para el crecimiento sano la persona en todos los
niveles.
Las heridas pueden tener diversos orígenes: fracasos, un fuerte golpe emocional,
situaciones traumáticas debido a accidentes, abuso sexual, soledad, una decepción
causada por un ser querido en quien tanto confiábamos y que traiciona nuestra
confianza, un severo regaño, un error o pecado grave que cometimos, y que no nos
perdonamos, etc.
Incluso, estos conflictos no resueltos pueden con el tiempo, desencadenar en males
físicos, hoy llamadas enfermedades psico-somáticas, es decir enfermedades físicas
generadas en nuestra mente o espíritu.
Y la realidad es que, mientras estas heridas permanezcan abiertas, estos problemas
actuales que son consecuencia de ellas, quedan sin solucionar.
Pero hay alguien que puede sanar por completo y de raíz todos nuestros males
físicos y espirituales. Él es Jesús.
2. JESÚS NOS QUIERE SANOS
Ante nuestra notoria limitación e impotencia muchas
veces para sanar por nosotros mismos de estas heridas,
sobre todo cuando nuestra voluntad ha sido mellada por
la angustia, el dolor y el pecado, se alza el amor y la
misericordia de nuestro Señor Jesucristo.
Pero quizás nos habremos preguntado alguna vez: ¿El
Señor quiere realmente que nos sanemos o nos prefiere
enfermos para que así nos "Purifiquemos" y
santifiquemos? Jesús quiere que vivamos en plenitud
(Juan 10, 10), en todo orden de cosas, incluyendo por
supuesto la salud interior y corporal. Jesús nos da vida
plena y abundante, vida nueva en el Espíritu, y en ella no
caben la enfermedad ni la muerte. Él quiere que
enfrentemos las pruebas pero espera que lo hagamos
con las manos libres para poder luchar y emplear las
armas que nos dio. La enfermedad es enemiga de Dios, por ello en la primera
curación que hizo, Jesús reprendió la fiebre de la suegra de Pedro, y ella quedó sana
(Lc 4, 39). Él nos quiere libres y esto significa libres de toda enfermedad, sobre todo
interior.
3. JESUS TIENE PODER PARA SANARNOS
Es importante que entiendas que Jesús no solo quiere sanarte, sino que además ÉL
puede hacerlo "Tenemos confianza en Dios, porque sabemos que si le pedimos algo
conforme a su voluntad él nos oye nuestras oraciones, también sabemos que ya
tenemos lo que le hemos pedido" (1 Jn 5, 14-15). Y así nos enseñó ÉL mismo a orar,
cuando nos dijo: "por eso les digo que todo lo que ustedes pidan en oración, crean
que ya lo han conseguido y lo recibirán" (Mc 11, 24). Ésta es la condición para
recibir sus gracias: creer que ya lo hemos conseguido de parte del Señor. Esa es la
fe.
Jesús nos enseñó también dos formas en que nuestra oración será más poderosa y
efectiva: La primera, pedir en nombre "Les aseguro que el Padre les dará todo lo
que le pidan en mi nombre. Hasta ahora, ustedes no han pedido nada en mi
nombre: pidan y recibirán, para que su alegría sea completa" (Jn 16, 23-24).
La segunda forma es ponernos de acuerdo para pedir: "Sí dos de ustedes se ponen
de acuerdo aquí en la tierra para pedir algo en oración, mi Padre que está en el
cielo se lo dará. Porque donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en
medio de ellos" (Mt 18, 19-20).
Abandónate pues a sus brazos de amor y misericordia, como un niño en el regazo
de su madre, y deja que sus manos, con esas llagas de amor por las que "hemos
sido curados" (1 Pe 2, 24) toquen hoy tu interior y lleguen a lo más recóndito de tu
corazón, y sanen completamente tus recuerdos, emociones, y todas las áreas de tu
alma que se encuentren dañadas y te causen dolor.
REFLEXION EN GRUPOS
1. ¿Tienes necesidad de sanación interior? ¿Porque lo crees así?
2. ¿Qué aspectos de mi vida siento que el señor ya ha sanado?
LECTURAS PARA LA SEMANA
Lucas 1, 46-56 Colosenses 3, 12-13
Efesios 4, 26 Lucas 5, 17-26
Mateo 6, 12 Lucas 18, 35-43
Mateo 18, 15 Salmo 30
MEDITA Y APRENDE
"Por eso les digo: todo lo que pidan en la oración, crean
que ya lo han recibido y lo obtendrán."
(MC. 11, 24)