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Julio - 2020
Arq. Santo Domingo - Arq. Santiago - Diócesis de Puerto Plata - Diócesis de Barahona
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Diócesis de San Juan de la Maguana
Paternidad
Lema del Mes:
“El que me ve a mí, ha visto al Padre”
(Jn 14, 9)
Plan de Pastoral
Julio 2020
Acción Significativa del Sector:
Celebración Día de los Padres.
Índice
Primera Parte:
Lectura Orante Lema del Mes. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Encuentros de Evangelización . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Acción Significativa del Sector:
Celebración en el Sector Día de los Padres. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 14
Segunda Parte:
Celebraciones Dominicales, Lecturas de la Palabra
de cada día y Meditación diaria. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Colaboradores: Hortensia Álvarez, Diác. Ángel Canó, Diác. Tirso Concepción, Diác.
Julio Reyes, Diác. Leo Durán, Diác. José Lorenzo Durán, Diác. Ricardo Fernández,
Diác. Juan Polanco, Diác. José Rosado, Johnny y Sandra Martínez, Ivelisse Taveras
(Comisión Arquidiocesana Animación Bíblica), Pbro. Gregorio Santana, Pbro. Miguel
Ángel Amarante, Pbro. Daniel Lorenzo Vargas Salazar (Santo Domingo)
Corrección: Ruth Nolasco Lamarche
Coordinadora: Eugenia López
Diagramación y Arte final: Jesús Pérez
Portadas: Hamlet Pérez
Para contacto Vicaría de Pastoral: Correo Electrónico:
guiamensual.vipastoral@arzsd / guiamensual.vipastoral@gmail.com
Teléfonos: 809-682-0815, 809-685-3141, Ext. 261-262, 809-221-3126
Redes Sociales: www.facebook.com/vicariadepastoralsantodomingo
Impresión: Editora Amigo del Hogar / Manuel María Valencia No. 4,
Santo Domingo, D. N. / Teléfono: 809.548.7594
Plan de Pastoral - Julio 2020
Lectura Orante
“El que me ve a mí ha visto a mi Padre”
Juan 14,9
Paternidad
Oración:
Padre amado tú que siempre has estado a
nuestro lado, que nos das el regalo de la vida y el
don de tu Hijo amado, ayúdanos a comprender el
mensaje de tu Palabra, que busca acercarnos más
a ti. Manda tu Santo Espíritu que ilumine nuestros
sentidos y así podamos llamarte Abba Padre.
1. Medita el texto
Identificarnos con Dios Padre para muchos será fácil, para otros no
tanto, pero ¿qué es la paternidad de Dios? ¿Qué me dice hoy el texto a
mí y a nosotros; cómo actualizo el mensaje que Jesús dio a Felipe y a sus
compañeros?
Paternidad
La Paternidad es un don y mandato del creador, como portador de un
don divino, el hombre es cabeza de la casa, autoridad que se debe respetar,
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El que me ve a mí, ha visto al Padre
2. Oración
Somos conscientes del amor que Dios nos tiene como hijos y nuestro
deber de verlo como Padre amoroso y misericordioso. Ahora ¿Qué le tienes
que decir a Dios Padre?
3. Contempla y actúa
¿Cómo llevo a la práctica esta lectura? ¿Cómo discípulo que imagen
tengo yo de Dios Padre? ¿Cómo hombre estoy viviendo la paternidad como
Dios quiere?
Propósito
Ahora más que nunca necesitamos ser instrumento de Dios Padre dando
alimentos a nuestros hermanos necesitados, así que debemos continuar
con la “caja de solidaridad y esperanza” compartiendo alimentos en nuestro
sector.
Participar de las Celebraciones Eucarísticas presencial guardando el
distanciamiento social que corresponde y si tengo una enfermedad que me
pone en mayor riesgo participar de forma virtual.
Se concluye con una oración comunitaria, con un Padre Nuestro y un
Ave María.
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Plan de Pastoral - Julio 2020
ENCUENTROS DE EVANGELIZACION
Julio 2020
(El que coordina el encuentro hace una síntesis del compartir concluyendo
el primer momento con un canto).
5. Motivación:
El Antiguo Testamento, para referirse al “padre” utiliza la palabra de
origen aramea “abba”. El sustantivo puede estar derivado del lenguaje de
bebés, pues era propio del balbuceo infantil. En el antiguo Israel, ya en la
etapa de destetar a un niño, se esperaba que el mismo estuviese apto para
decir papá. Según algunas investigaciones, a partir de la época precristiana
la palabra experimentó una ampliación de significado: “abba” no se limitó
al lenguaje infantil, sino que ganó un tono familiar y cariñoso en el cual los
adultos también participaban.
El título de “padre” era utilizado para alguien que está en la posición
de autoridad familiar. Algunas veces era considerado para los ancestrales,
como el caso de Abrahán, padre de los hebreos, o padre de la fe (Dt 26,5;
Is 51,2). Dentro de la literatura del antiguo judaísmo hay restricciones para
utilizar la palabra “abba” como fórmula para dirigirse a Dios. La conciencia
de la época subrayaba la distancia existente entre Dios y el ser humano.
El hecho impedía a los judíos piadosos hablar a Dios con las palabras de
confianza del lenguaje cotidiano y familiar.
Con el paso del tiempo, y por las particulares experiencias del pueblo,
al Dios de Israel se le fueron atribuyendo rasgos paternos. “La voz “abba”
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Plan de Pastoral - Julio 2020
6. Escuchemos la Palabra:
En estos momentos escuchemos algunos bellos pasajes que nos hablan
de la relación de amor entre Dios Padre y su Hijo Jesús. Leamos estos
textos: Juan 10,30; Juan 5,19-20,22-23; Juan 14,10; Juan 17, 8,20-23.
Compartamos:
1. ¿Cómo nos presentan estos textos a Dios Padre?
2. ¿Qué significado tiene para mí creer en Dios como Padre?
3. ¿Cómo comparo esa relación de Jesús con su Padre Dios con la
que yo tengo o tuve con mi padre biológico?
7. Profundicemos la Palabra
“Yo y el Padre somos uno”. Con estas palabras Jesús muestra la
estrecha relación que existe entre ellos dos. Ellos son “uno” en el sentido
de que tienen los mismos objetivos, normas y valores. Ser uno es
indicativo de que Jesús no pretendía ser independiente del Padre. El
mismo Jesús explicó: “En verdad, en verdad les digo: el Hijo no puede
hacer nada por su cuenta, sino lo que ve hacer al Padre: lo que hace él,
eso también lo hace igualmente el Hijo. Porque el Padre quiere al Hijo y le
muestra todo lo que él hace. Y le mostrará obras aún mayores que estas,
para que se asombren. Porque el Padre no juzga a nadie; sino que todo
juicio lo ha entregado al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran
al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo ha enviado.”
(Jn 5,19-20,22-23).
Aunque Dios Padre y Jesús son muy unidos, podríamos decir que
cada uno posee una personalidad distinta. Jesús tiene sus propios
sentimientos, pensamientos y experiencias, y aunque tuvo la libertad
para tomar decisiones propias, era tal la unidad con el Padre que siempre
decidió someterse a su voluntad. Él mismo dijo: “Padre, si quieres, aparta
de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.” (Lc 22,42).
Indiscutiblemente que entre Dios Padre y Jesucristo existe una verdadera
e íntima y profunda unidad y amor. Y qué privilegio saber que el mismo
Cristo pidió por nosotros, para que participemos también de la unidad
existente entre Él y el Padre. Jesús nos invita a dejarnos abrazar por Dios
y a vivir su evangelio para sembrarlo en el corazón de este mundo tan
necesitado. Pero donde primero debemos sembrar ese evangelio es en
nuestro hogar, en nuestra familia, en nuestros hijos. Así, ellos podrán ver
y conocer a Dios al ver y ser testigos de la congruencia con que nosotros
reflejamos el amor del Padre Dios.
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El que me ve a mí, ha visto al Padre
8. Oremos:
Todos se ponen de pie y forman un círculo. Hagámonos delante de
Dios estas preguntas: ¿Cómo es mi relación paternal/maternal con nuestros
hijos? ¿Fomento un ambiente de paz en nuestro hogar que nos lleva a vivir la
unidad familiar? ¿Con mi testimonio soy un reflejo del amor de Dios Padre?
Luego, se hacen oraciones espontáneas pidiendo a Dios sabiduría para
poder reflejar a los demás miembros de mi familia la presencia de Jesús en
mi vida. Se concluye con esta oración:
Padre nuestro,
Con la alegría que tu amor inspira
Nos acercamos a ti
Con nuestro corazón agradecido
Por ese abrazo que nos das a diario
Y nos llena de paz y esperanza.
Contigo no hay temores,
Contigo no hay angustias.
En tu regazo estamos como niños
Confiados y felices
Y tu mano acaricia nuestras almas
Con ternura infinita
Amén
9. Avisos:
Oración De Un Padre
(Arturo Benavides)
Dame oh Señor,
Un hijo lo bastante fuerte
Para saber cuándo es débil
Y lo bastante valeroso
Para enfrentarse consigo mismo
Cuando sienta miedo.
Un hijo que sea orgulloso e inflexible
En la derrota honrada,
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El que me ve a mí, ha visto al Padre
Condúcelo, te lo ruego,
No por el camino cómodo y fácil,
Sino por el camino áspero,
Aguijoneado por las dificultades y los retos, ahí,
Déjale aprender a sostenerse firme en la tempestad
Y a sentir compasión por los que fallan.
Dame un hijo cuyo corazón sea claro,
Cuyos ideales sean altos,
Un hijo que se domine a sí mismo,
Antes que pretenda dominar a los demás;
Un hijo que aprenda a reír
Pero que también sepa llorar,
Un hijo que avance hacia el futuro
Pero que nunca olvide del pasado.
Dale humildad,
Para que pueda recordar siempre
La sencillez de la verdadera grandeza,
La imparcialidad de la verdadera sabiduría,
La mansedumbre de la verdadera fuerza.
3. Para iniciar
En el primer encuentro dedicamos tiempo para analizar los aspectos
relativos a la Paternidad, a través de la relación de amor entre Dios Padre
y Jesús, y Jesús y Dios Padre. Así hemos de recibir la iluminación para
nosotros, con nuestro testimonio de vida congruente, poder llevar una buena
relación con nuestros hijos y de ellos para con nosotros.
En este Segundo Encuentro, nos concentraremos en meditar y
reflexionar sobre el llamado que recibimos los padres para ser “reflejos de
Dios Padre” para nuestros hijos. De esta manera podemos hacer nuestras
las palabras de Jesús cuando nos dice en Juan 14,9: “El que me ve a mí, ha
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Plan de Pastoral - Julio 2020
visto al Padre”. Por lo tanto, el hijo de un papá que refleja a Dios puede ver
en su padre la figura de Cristo.
Ojalá y pudiéramos nosotros, como padres, influir en nuestros hijos
como lo hicieron en Santa Teresita de Lisieux sus padres. Esta joven santa
y Doctora de la Iglesia es conocida por su ofrenda al amor misericordioso
de Dios. Sus padres, Luis Martin y Celia Guerin, fueron para ella un ejemplo
vivo de misericordia. En ellos esta santa vio un reflejo del Dios amor. Este
matrimonio de Luis y Celia fue un ejemplo en muchos aspectos: trabajadores
incansables, piadosos en extremo, amantes de la familia. Eran amados y
admirados por el resto de la familia por su forma de vivir las alegrías y las
contrariedades de la vida: la muerte clavó su aguijón, a temprana edad,
a cuatro de sus pequeños hijos en muy poco tiempo. No sólo eran dos
predestinados que rezaban y soportaban las calamidades sin más ni más,
sino que ambos eran activos en su caridad con el prójimo. Ahí, en el seno
familiar, Santa Teresita de Lisieux vio en sus padres el reflejo del Padre Dios.
4. Motivación
Dios Padre nos ama y quiere lo mejor para todos sus hijos; espera
ansioso y con amor la vuelta del hijo que abandonó su casa y recibe gran
alegría al encontrar lo que se había perdido. Tanto nos ama que nos dio a
su único Hijo, Jesucristo, para que todo el que crea en Él no perezca, sino
que tenga vida eterna (cfr. Jn 3,16). Los padres estamos llamados a hacer
lo imposible para que a nuestros hijos nada le falte: protegerlos durante su
niñez, aconsejarlos en su adolescencia y juventud y acompañarlos en su
madurez. Esa es la misión de un buen padre.
Si desde nuestra infancia tuvimos un padre que así se comportó
con nosotros, se nos facilitará hacer lo mismo con nuestros hijos. Si
por el contrario tuvimos un padre despreocupado, indiferente, falto de
responsabilidad paterna, la situación es diferente porque “nadie puede dar
lo que no tiene”. Quizás queremos dar cosas buenas a nuestros hijos pero
se nos dificulta porque no las recibimos de nuestros padres. Como personas
fuimos marcados por nuestros padres, de tal manera que nos hacen ser lo
que hoy somos con nuestros hijos.
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El que me ve a mí, ha visto al Padre
6. Profundicemos la Palabra
Esta parábola es llamada generalmente como la “Parábola del Hijo
Pródigo”. Pero, de verdad, es mejor llamarla la del “Padre Misericordioso”
que acoge al hijo que se había perdido y se había muerto al alejarse de su
Padre. Es, por esto, todo un modelo a seguir por un padre que de verdad
ame a sus hijos.
Queremos enfocarnos en nuestra condición de padres, que hayamos
podido fallarle a Dios en el cuidado de los hijos que Él nos confiara. Aquí,
en este pasaje, el Padre no excusa al hijo ni tapa su pecado. Sabe que
ha preferido irse desobedeciendo y malgastando su herencia. Lo primero
que exige el perdón es la sinceridad de quien lo pide y la sinceridad
del que lo regala. El hijo reconoce con sinceridad su pecado y su padre
recibe con nuevo amor al hijo reconociendo que estaba muerto y estaba
perdido.
Esto es muy importante plantearlo porque muchas veces creemos que
desconociendo la realidad, cambiando la interpretación de los hechos para
acomodarlo a sus intereses o los nuestros, les hacemos un favor a nuestros
hijos. Por ejemplo: en ocasiones, no queremos reconocer las limitaciones
o defectos que éstos tienen y, por consiguiente, no los enfrentamos ni los
ayudamos a superarlos. En otras, preferimos cerrar los ojos a actividades y
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Plan de Pastoral - Julio 2020
7. Oración final
En este momento se colocan en círculo. Se invita a que en silencio se
reconozca el amor que Dios Padre ha tenido con cada uno de los participantes
y el amor de Dios que les han transmitido sus padres. Sobre todo, reconocer
el deseo y firme propósito de comprometerse a ser para sus hijos un reflejo
del amor de Dios Padre. Los que quieran pueden dar gracias en voz alta.
Se canta: “El Amor del Señor es Maravilloso” (https://youtu.
be/7cTlmi9CVoA) u otro parecido.
Luego, se hacen peticiones para que los padres vivan con sus hijos un
amor verdadero como el Padre Dios tiene con nosotros.
8. Avisos
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El que me ve a mí, ha visto al Padre
Oh Espíritu Santo,
Amor del Padre, y del Hijo,
Inspírame siempre lo que debo pensar,
Lo que debo decir, cómo debo decirlo,
Lo que debo callar, cómo debo actuar,
Lo que debo hacer, para Gloria de Dios,
Bien de las almas y mi propia Santificación.
Espíritu Santo,
Dame agudeza para entender,
Capacidad para retener,
Método y facultad para aprender,
Sutileza para interpretar,
Gracia y eficacia para hablar.
Dame acierto al empezar
Dirección al progresar
Y perfección al acabar.
Amén
¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? 32Que por todas
esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe su Padre celestial que
tienen necesidad de todo eso. 33Busquen primero el Reino de Dios y su
justicia, y todas esas cosas se les darán por añadidura. 34Así que no se
preocupen del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día
tiene bastante con su propio mal.” Palabra del Señor.
Se comparte sobre la lectura destacando el llamado que Dios Padre
nos hace para que seamos su reflejo ante nuestros hijos.
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El que me ve a mí, ha visto al Padre
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Plan de Pastoral - Julio 2020
Amén
Orientaciones sugeridas
para el encuentro:
Colocar el lema del mes en lugar visible,
acompañado de una imagen de San José,
y distribuir por todo el salón, en cartulinas,
las cualidades que lo caracterizaron. Por
ejemplo: Hombre Trabajador, Hombre
Obediente, Hombre Responsable, Hombre
con Temor de Dios, Buen Padre, Buen
Esposo, Servicial, Hombre con don de
escucha, etc. Debe tenerse a manos la
Biblia y esta Guía Mensual.
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El que me ve a mí, ha visto al Padre
Oración:
Padre mío me abandono a Ti,
haz de mi lo que quieras.
Lo que hagas de mí te lo agradezco,
estoy dispuesto a todo, lo acepto todo
con tal que tu voluntad se haga en mí
y en todas tus criaturas.
No deseo nada más, Dios mío.
3. Para iniciar
En la canción que escuchamos al inicio, el intérprete exclama “la Gloria
de Dios maneja mi vida”. Por un momento piensa en esa Gloria de Dios; si
quieres llegar a ella ¿cómo debes actuar? ¿Qué exigencias te impone el
mismo Dios para alcanzarla? Dios, en su infinito amor y misericordia, ha
querido siempre nuestra salvación. Por eso, envió a su Hijo para que viniera
en nuestro rescate, y lo pagó con su vida colgado en un madero por nosotros.
Las exigencias que Dios Padre nos hace trazan nuestras vidas, nos
marcan el camino y condicionan el llegar a Él. Aunque somos libres de hacer
lo que queramos Él siempre espera lo mejor de nosotros, para nosotros y por
nosotros. Porque, aunque no lo podamos ver, ¡Él siempre está aquí!
4. Escuchemos la Palabra:
Si el encuentro lo podemos realizar presencialmente, se forman grupos
de 4 o 5 personas; se leen y reflexionan en cada grupo una de las siguientes
lecturas bíblicas:
a. Isaías 64,7-8
b. Salmo 103,8-13
Si el encuentro se realiza virtualmente, la reflexión se hace por grupo
familiar que participa del encuentro. Al término del momento de reflexión los
que deseen pueden compartir su experiencia a la asamblea.
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Plan de Pastoral - Julio 2020
5. Profundicemos la Palabra
Este mes hemos estado meditando y reflexionando la invitación de
nuestra Iglesia para vivir la paternidad como un valor. En este mes, que casi
concluye, se ha puesto mucho interés al papel del padre como cabeza de
familia. Pero este papel es compartido con la mujer, complemento que Dios
le concedió al hombre desde la creación: “no es bueno que el hombre esté
solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada” (Gn 2,18). Así, hemos escuchado
que “si la cabeza está bien, el cuerpo entero estará bien”. Por eso, esta
misión de ser cabeza del hogar lo comparte el padre con la madre. Los
dos son compañeros; son “uno” para llevar adelante el hogar. Descartamos
cualquier postura machista porque no corresponde al plan de Dios, mucho
menos a ninguna cosa que se parezca a esclavitud.
Reconocemos que Dios es nuestro Padre y nosotros sus hijos, muy a
pesar de lo decepcionado que lo hagamos sentir por nuestro comportamiento
inadecuado, con respecto a lo que Él espera de nosotros. Recordemos
que el plan de Dios ha sido siempre nuestra salvación, no condenarnos ni
destruirnos a pesar de nuestra condición de pecadores. Él siempre guarda
la esperanza de que aunque sea en el último momento de nuestra vida nos
arrepintamos de nuestros errores. La esperanza de Dios es la esperanza
de un padre que aguarda la vuelta a casa del hijo que se marchara de ella,
como en la parábola del padre misericordioso que nos refiere el evangelista
Lucas, en el capítulo 15.
Y esa esperanza de Dios, ¿de dónde procede?
Isaías nos compara como la “arcilla en manos del alfarero”. Pensemos
en el alfarero como un artista que con sus propias manos modela su obra
de arte cumbre, a partir del barro de la tierra. Como artista, el alfarero (Dios)
pone toda su ilusión, creatividad, empeño, inspiración, sueños y anhelos, de
hacer su gran obra maestra a partir del lodo sin forma (nosotros).
De hecho Dios, en su rueda de alfarero, nos creó y formó a su imagen y
semejanza. ¡Eso dejó plasmado de Él en nosotros: su imagen y semejanza!
¡Qué gran dignidad nos concedió! ¡Cuánto afecto demostró por nosotros, su
gran obra cumbre! Nos dio vida y nos entregó su Creación como un padre
confía sus posesiones a un hijo. Más sin embargo, fuimos desobedientes.
Faltamos a la confianza que tuvo para con nosotros, y ni así uso su cólera
para aniquilarnos, sino que mandó a su Hijo, Palabra encarnada, para
que viniera en nuestro rescate y nos diera su salvación. Su amor de padre
permanecía presente porque Él es amor. A Dios Padre le sobraban razones
para sentirse enojado. El pueblo de Israel había sido muy rebelde, pero su
amor era mayor que la ira provocada y legítimamente sentida.
Isaías le recuerda a Dios (como si Él lo hubiera olvidado) que Él es nuestro
Padre y nosotros sus hijos. Rebeldes y desobedientes, sí, pero al fin y al cabo
hijos de Él, hechura de sus manos con su corazón puesto en nosotros.
“Tú vas al encuentro de los que practican la justicia y se acuerdan de
tus caminos” (Isaías 64,4a). Por eso, estamos llamados, si queremos llegar
a la Gloria de Dios, mantenernos en el sendero que conduce allí y seguir
sus preceptos como dueño y Señor nuestro. Pidamos la sabiduría necesaria
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El que me ve a mí, ha visto al Padre
que nos permita reconocer y vivir las experiencias de Dios como Padre en
nuestras vidas, de manera tal que podamos ser testimonio creíble de vida
cristiana para nuestros hijos y para la sociedad. Tengamos presente lo
contenido en el Documento de Aparecida en el numeral 118:
“En el seno de una familia, la persona descubre los motivos y el camino
para pertenecer a la familia de Dios. De ella recibimos la vida, la primera
experiencia del amor y de la fe. El gran tesoro de la educación de los hijos
en la fe consiste en la experiencia de una vida familiar que recibe la fe,
la conserva, la celebra, la transmite y testimonia. Los padres deben tomar
nueva conciencia de su gozosa e irrenunciable responsabilidad en la
formación integral de sus hijos.” (DA no. 118).
7. Oración final:
Todos se colocan en círculo y colocan en el centro la Biblia, en la que
está contenida toda la experiencia de Dios como Padre. Cada uno toma
la Biblia y se la coloca sobre la cabeza y pide al Señor que lo llene de su
sabiduría para testimoniar la presencia de Dios Padre en su vida. (En caso
de reunión virtual cada participante hace lo propio desde sus lugares). Luego
se concluye con esta oración:
Señor te pedimos a ti, que viviste en una familia feliz, la Sagrada Familia
de Nazaret, cubre con tu Santo Espíritu cada padre de familia. Despliega en
ellos los dones necesarios para que no pierdan el sentido de responsabilidad,
que guíen a sus hijos por un camino cargado de valores creyendo en el amor
que solo viene de tu Padre. Amen.
1 Feria
Miércoles Verde
58ºAniversario de la Ordenación Presbiteral de Mons. Antonio
Camilo González, Obispo Emérito de La Vega
Meditación
2 Feria
Jueves Verde
20º Aniversario de la Ordenación Episcopal de Mons. Diómedes
Espinal de León, Obispo de Mao-Montecristi.
Meditación
La acusación de los escribas de que Jesús blasfema al decir “tus
pecados están perdonados”, parte de la idea referida al perdón como
una atribución exclusiva de Dios. No logran comprender ni aceptar una
expresión de liberación como esa. Es por eso que Jesús va más allá: “coge
tu camilla y vete a tu casa”.
Jesús demuestra, hoy, la efectividad de sus palabras de absolución
de los pecados, al recordarnos con sus palabras: ¿Qué es más fácil decir:
tus pecados están perdonados o levántate y anda? Es un poder que Dios
ha confiado también algunos hombres. Como refieren los especialistas,
“Jesús es el gran Sacramento, el Signo visible de Dios, así la Iglesia es el
gran Sacramento visible de Cristo”.
23
El que me ve a mí, ha visto al Padre
Meditación
Todavía hoy son muchos los que, como Tomás, ponen condiciones
para creer en Jesús. A esta duda sobre la resurrección de Jesús se le ha
llamado, a lo largo de la historia, la “duda sobre la fe pascual”. A Tomás,
Jesús no le reprocha que haya puesto condiciones, pero es claro cuando
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Plan de Pastoral - Julio 2020
le dice “dichosos los que crean sin haber visto”. Esta bienaventuranza de
Jesús toma en cuenta la totalidad de la obra de Jesús. Para todos, los
de antes, los de hoy y los que vendrán, ella resulta válida y viene a ser la
cumbre de este relato.
La fe pascual, la de la resurrección de Cristo, no necesita de las
apariciones pascuales. El discípulo amado solo tuvo que ver la tumba
vacía para llegar a la fe: “vio y creyó”, diferente a Tomas. Para muchos de
nosotros si no vemos señales y milagros quizás no creemos, y eso es fruto
de nuestra debilidad humana.
A la fe llegamos por la palabra de predicación de Jesús. Creer en el
resucitado es creer en el “todo” de la figura de Jesús, es confiar en que se
acerca a nosotros de manera convincente y que también nos revela a su
Padre. Nuestra fe es un todo, no es parcial, no es condicionada. Tampoco
es condicionable el amor de Dios por nosotros, ése que llevó a Jesús a
la cruz. Dudas podremos tener en la vida. Certezas de que Jesús vive es
para aquellos que desean vivir el amor, la fraternidad, la justicia y la paz.
Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda,
mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio,
y entonces ayunarán. Nadie echa un remiendo de paño sin remojar a un
manto pasado; porque la pieza tira del manto y deja un roto peor. Tampoco
se echa vino nuevo en odres viejos, porque revientan los odres; se derrama
el vino, y los odres se estropean; el vino nuevo se echa en odres nuevos, y
así las dos cosas se conservan.» Palabra del Señor.
Meditación
Monición de Entrada
Queridos hermanos y hermanas en Cristo Jesús, Palabra Encarnada;
en este mes de julio, que hemos iniciado recientemente, la Iglesia nos invita
a vivir el valor de la Paternidad, con el lema: “El que me ve a mí, ha visto al
Padre” (Jn 14,9).
¡Qué hermoso privilegio que hoy un padre haga suyas estas palabras
del Maestro, y pueda testimoniar a sus hijos, con su ejemplo, la imagen viva
de Jesús!
Hoy la Palabra de Dios nos invita a ser sencillos y humildes de corazón,
que seamos como el Padre Dios, que ha querido comunicar el misterio de
su Reino a la gente sencilla “porque así le ha parecido mejor” (cfr. Mt 11,26).
Jesús nos invita a acudir a Él con un corazón humilde para darnos alivio y
descanso en medio de nuestro cansancio y sufrimiento.
En este día se celebran en nuestro país las elecciones presidenciales
y congresuales. Pidamos humildemente al Señor que nos dé la sabiduría
necesaria para escoger los candidatos que mejor nos puedan representar,
defender la vida, la justicia y la equidad social.
Unámonos a Cristo en torno a su mesa, donde nos dará el alimento
que fortalece, y renovados por la fuerza del Espíritu Santo reconozcamos la
paternidad de nuestro Dios y llamémosle: ¡Padre!
Con un corazón humilde y sencillo, como le agrada a Dios,
dispongámonos a recibir a Jesucristo, Palabra Encarnada, que viene a
presidir esta celebración en la persona de su ministro. Nos ponemos de pie
y cantamos con alegría.
Oración colecta
Oh, Dios, que en la humillación de tu Hijo levantaste a la humanidad
caída, concede a tus fieles una santa alegría, para que disfruten del gozo
eterno los que liberaste de la esclavitud del pecado. Por nuestro Señor
Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Meditación
• Por todos aquellos que se han alejado del mensaje de Cristo, en especial
los sabios e ilustrados, para que haciéndose pequeños y humildes
vuelvan al Padre, origen y fin de todo lo que existe. Oremos.
• Por los enfermos, los encarcelados, los que buscan consuelo, los más
pobres entre los pobres de Dios, para que encuentren en nosotros
el consuelo y alivio que necesitan para satisfacer sus necesidades.
Oremos.
• Por todos nosotros, reunidos aquí en esta eucaristía, para que
reconociendo la paternidad de Dios Padre aprendamos a ser mansos y
humildes de corazón como Jesús lo es. Oremos.
• Por los que ejercemos el derecho al voto, para que el Señor nos ilumine
y nos permita elegir aquellos candidatos que mejor representen las
aspiraciones por una mejor nación. Oremos.
Meditación
7 Feria
Martes Verde
Meditación
8 Feria
Miércoles Verde
25º Aniversario de Ordenación Presbiteral de Mons. Andrés
Napoleón Romero Cárdenas, Obispo de Barahona
Meditación
Lo primero que hace un capitán de un barco es escoger a su personal,
de ellos dependerá su efecto presente y el éxito en el futuro. Jesús escoge
su equipo, sus colaboradores que continuarán su misión cuando Él vaya a
la gloria del Padre Celestial.
Se advierten dos características que sorprenden en la selección que
hace Jesús de sus Discípulos; la primera, eran personas normales y
ordinarias: no tenían una educación especial ni estaban en un grupo social
distinguido. La segunda consideración está basada en una combinación de
personalidades, como, por ejemplo, el contraste entre Mateo, el recaudador
de impuestos y Simón el zelote, que estaba dispuesto a arrastrar toda
clase de muerte con el fin de liberar al país del dominio extranjero.
Unas características del llamado de Jesús, donde debemos vernos
reflejados: Jesús los ESCOGIÓ, los LLAMÓ, y los NOMBRÓ para estar
con Él, llamándonos a convertirse en APÓSTOLES.
Nosotros hoy somos discípulos llamados a la escucha constante de
Jesucristo, y a la vez, somos enviados a llevar el Evangelio. Copiemos del
maestro, fomentemos nuestras convicciones y dejémonos impulsar con
valentía para afrontar cualquier adversidad.
Que Dios nuestro Señor, sea siempre prioridad en nuestras vidas.
Con cuerdas humanas, con correas de amor lo atraía; era para ellos
como el que levanta el yugo de la cerviz, me inclinaba y le daba de comer.
Se me revuelve el corazón, se me conmueven las entrañas. No cederé
al ardor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraín; que soy Dios, y no
hombre; santo en medio de ti, y no enemigo a la puerta.” Palabra de
Dios.
Meditación
10 Feria
Viernes Verde
Meditación
para poner en primer lugar otros ídolos (el dinero, el poder, los vicios,
relaciones desordenadas, personas).
Óseas es aquel profeta, que Dios manda casarse con una prostituta
para vivir en carne propia la agonía de la infidelidad que le había
provocado a Él su pueblo, prostituido con ídolos. Oseas, desde el
dolor personal de la traición, denuncia el abandono de Israel a su Dios.
En sus palabras se manifiestan las dulces promesas del Señor: seré
como rocío, florecerás como azucena.. Es un Dios que quiere unirse
en alianza eterna con nosotros, un Dios enamorado, paciente, rico en
misericordia. Quiere sanarnos de la culpa del pecado, regalarnos la
plenitud, la libertad, la paz.
Jesús nos advierte, que nos envía como ovejas en medio de lobos. Si
hay algo que nunca escucharemos de Dios es una mentira, en esta vida
sufriremos persecuciones, críticas, peligros y todo tipo de pruebas. Seguir
al maestro no significa tener una vacuna que preserve la vida, es unirnos a
Él íntimamente, es sabernos amados y fortalecidos, es recibir su sabiduría
ante las encrucijadas de la vida.
Eliminemos tantas quejas y lamentos. Una vez escuché que lo
contrario a la felicidad, no es el dolor, es el pecado. No hay peor angustia
que apartarnos de ÉL. No hay soledad más desgarradora. Pero saber que
no se mueve una hoja de un árbol sin que Él lo permita, y que por duras que
sean las circunstancias, todo obrará para bien. Sentir angustia, miedo no
significa que no tengamos fe. Si tenemos confianza en Dios, venceremos
y así podremos vivir la voluntad del Padre.
Dios nuestro, quiero y anhelo, que esta alianza contigo perdure hasta
la vida eterna. Ayúdame a serte fiel, a imitar la humildad de tu madre, a
perdonar y perdonarme, en Ti mis frutos serán siempre dulces; la vida, un
anticipo del cielo.
está perdonado tu pecado.” Entonces escuché la voz del Señor, que decía:
“¿A quién mandaré? ¿Quién irá por mí?” Contesté: “Aquí estoy, mándame.”
Palabra de Dios.
Meditación
Cuánto me recuerdan las palabras proféticas de Isaías a una
canción llamada “Solo puedo imaginar” de una popular banda
cristiana, estadounidense llamada Mercy Me; una parte se podría
traducir así:
“Sólo puedo imaginar, lo que mis ojos verán, cuando tu rostro esté
delante de mí… Aquí estoy, mándame.
Sólo puedo imaginar. Sólo puedo imaginar.
Rodeado de tu gloria ¿Qué sentirá mi corazón?
¿Bailaré para ti, Jesús o el asombro me inmovilizará?
¿Permaneceré de pie en tu presencia o caeré de rodillas?
¿Cantaré aleluya, seré acaso capaz de hablar?
Sólo puedo imaginar “
39
El que me ve a mí, ha visto al Padre
Monición de Entrada
Queridos hermanos y
hermanas en Cristo: La Palabra
de Dios es humildemente
40
Plan de Pastoral - Julio 2020
poderosa. Nos invita a que la acojamos bien, pero sobre todo a que la
hagamos vida en nosotros poniéndola en práctica. Es un reto para que los
padres encuentren en ella las orientaciones que les han de ayudar a vivir el
valor y el don de la paternidad.
El Señor aspira que la Palabra que Él siembra entre nosotros germine
y dé sus frutos. Jesús sigue hoy esparciendo su semilla en el terreno de
nuestros corazones. Pero cabe la pregunta: ¿Estoy permitiendo que esa
semilla eche raíces en todo mi ser? ¿Cuál es mi actitud ante la Palabra de
Jesús, la Palabra de Dios? Dios es generoso con su Palabra, pero ¿soy
yo generoso con mi respuesta? ¡Este es el reto: ser generoso con nuestra
respuesta!
Jesús hoy nos proclama su Palabra y espera que la sepamos acoger
con sencillez y humildad, pero sobre todo con entusiasmo, para que nos
ocupemos de producir abundante fruto para su Reino.
Con un corazón dispuesto como tierra fértil, dispongámonos a recibir
la Palabra de Dios y a celebrar la Eucaristía que Jesucristo viene a
presidir en la persona de su ministro y a quien recibimos, puestos de
pie, cantando.
Oración colecta
Oh, Dios, que muestras la luz de tu verdad a los que andan extraviados
para que puedan volver al camino, concede a todos los que se profesan
cristianos rechazar lo que es contrario a este nombre y cumplir cuanto en él
se significa. Por nuestro Señor Jesucristo.
LITURGIA DE LA PALABRA
Aleluya
La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo; quien lo
encuentra vive para siempre
Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron. El resto cayó
en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que
tenga oídos que oiga.
Se le acercaron los discípulos y le preguntaron: — ¿Por qué les hablas
en parábolas? El les contestó: A ustedes se les ha concedido conocer los
secretos del Reino de los Cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le
dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.
Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni
entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: “Oirán con los oídos
sin entender; mirarán con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón
de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los
ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que
yo los cure”.
Dichosos ustedes ojos porque ven y ustedes oídos porque oyen. Les
aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ven ustedes y no
lo vieron, y oír lo que oyen y no lo oyeron. Ustedes oyen lo que significa la
parábola del sembrador: Si uno escucha la palabra del Reino sin entenderla,
viene el Maligno y roba lo sembrado en su corazón. Esto significa lo sembrado
al borde del camino.
Lo sembrado en terreno pedregoso significa el que la escucha y la
acepta en seguida con alegría; pero no tiene raíces, es inconstante y, en
cuanto viene una dificultad o persecución por la Palabra, sucumbe.
Lo sembrado entre zarzas significa el que escucha la palabra, pero los
afanes de la vida y la seducción de las riquezas la ahogan y se queda estéril.
Lo sembrado en tierra buena significa el que escucha la Palabra y
la entiende; ese dará fruto y producirá ciento o setenta o treinta por uno.
Palabra del Señor.
Meditación
Dice un refrán que no hay peor ciego qué el que no quiere ver. De
igual manera, no hay peor sordo que el que no quiere oír. Jesús es el
mismo ayer, hoy y siempre, su palabra perdura, no pasa, aunque pasen
cielos y tierra. Lo que cambia es la disposición con la cual es acogido
el mensaje.
La palabra es como la lluvia que no vuelve sin transformar la tierra.
La palabra es fuego que purifica y prepara el sembradío, y es semilla,
alimento, luz para nuestros pies. El sembrador sale todos los días sin
desistir, esparce por todas partes, el enemigo acecha, quiere frustrar la
siembra. Observa y arrebata. Hoy es un maravilloso día para escuchar
como discípulos la explicación del maestro y preguntarnos: ¿Qué
tierra soy yo? ¿Seremos de los que salimos prendidos de un retiro
de fin de semana y al descubrir que el mundo sigue siendo el mismo,
dejamos morir la palabra en nosotros? ¿Soy capaz de ver que, aunque
inconstante, hoy puedo volver a recordar ese amor primero y cambiar
radicalmente?
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El que me ve a mí, ha visto al Padre
madre, a la nuera con su suegra; los enemigos de cada uno serán los de
su propia casa. El que quiere a su padre o a su madre más que a mí no es
digno de mí; el que quiere a su hijo o a su hija más que a mí no es digno
de mí; y el que no coge su cruz y me sigue no es digno de mí. El que
encuentre su vida la perderá, y el que pierda su vida por mí la encontrará.
El que los recibe a ustedes me recibe a mí, y el que me recibe al que me
ha enviado; el que recibe a un profeta porque es profeta tendrá paga de
profeta; y el que recibe a un justo porque es justo tendrá paga de justo. El
que dé a beber, aunque no sea más que un vaso de agua fresca, a uno
de estos pobrecillos, sólo porque es mi discípulo, no perderá su paga, se
lo aseguro.»
Cuando Jesús acabó de dar instrucciones a sus doce discípulos, partió
de allí para enseñar y predicar en sus ciudades. Palabra del Señor.
Meditación
Misericordia es lo que nos pide nuestro Dios. ¿De qué sirven grandes
sacrificios y holocaustos, grandes proclamaciones y actos piadosos, si nos
negamos a creerle al Señor? ¿Qué valor puede tener hacer el bien para
subirlo a las redes?
Dios anhela un corazón que dance en la intimidad con Él, que viva,
respire, se deje llenar de su amor inexplicable. Que en el sufrimiento
confíe, que lo busque en la alegría, que sirva sin esperar nada.
El pueblo de Israel ofrecía carneros toros, sangre de animales como
signo de arrepentimiento. Dios ve el corazón, de nada sirve un gran
espectáculo para volver al mismo pecado. Dios corrige enfáticamente:
“¿Por qué recitas mis preceptos y tienes siempre en la boca mi alianza, tú
que detestas mi enseñanza y te echas a la espalda mis mandatos?”
Busca el arrepentimiento sincero, la conversión para sanarnos. La
pureza de intención, la verdad que ya conoce, con la cual nos acepta.
Muchos se preguntarán cómo poder perseverar sin caer, y muchos sentirán
que ante el peso de sus culpas no merecen ser dignos de Dios.
Nada lo apartará de ti, si inicias una relación sin máscaras con el Señor.
Si pides al Espíritu Santo, prometido por Jesús. Sin Él, nada podemos
hacer. Con Él, nada es imposible. Sin duda, nos uniremos al Magníficat de
María, reconociendo las maravillas que ha hecho en nosotros. Ayúdame a
que, poniéndote ante todo, pueda experimentar la libertad y el desapego a
las cosas materiales. Hoy me abrazas y rescatas. Ven a casa y abrázame,
enciende de fuego mi corazón, para que entre todos hagamos arder el
mundo con la fuerza de tu palabra.
Señor, me has mirado y mi vida nunca podrá ser lo que era. Tu
mirada traspasa mi pasado y lo transforma en un largo camino que
me ha conducido a tus pies. Sanas mis culpas y heridas, me unges
con aceite, en medio de mis enemigos, esos que quisieran arrebatarme
de tu presencia. Tú eres todo, lo único certero, nuestro lugar feliz,
descanso y Dios.
46
Plan de Pastoral - Julio 2020
Meditación
Una vez más el Señor nos invita a la conversión, nos invita a quitar
la ceguera que no nos deja mirar las señales y los signos que a diario se
manifiestan, para hacernos ver el reino Dios que está presente en nosotros.
Sin embargo, somos de dura cerviz, “Y el SEÑOR dijo a Moisés: He visto a
este pueblo, y he aquí, es pueblo de dura cerviz” … Ex. 32,9.
Jesús nos hace la advertencia hoy, a su pueblo, y nos explica cuál
será el final de una nación que se le rebele, que no le escucha, que no vea
las señales. En estos tiempos hemos visto cómo ha cambiado el mundo,
como nuestro estilo de vida ha tenido que moverse y adaptarse, en ello
también vemos las manos de Dios que nos sostiene, que nos protege,
que nos brinda la oportunidad de escalar al cielo, porque como dice el
estribillo del salmista “Dios ha fundado su ciudad para siempre”, pero “¡Ay
de nosotros!” si no cambiamos el rumbo, “¡Ay de nosotros!” si seguimos
dejando que todo pase desapercibido; “¡Ay de nosotros!” si no volvemos
nuestras miradas a Dios, si no escuchamos hoy su voz como, si no miramos
de otra manera a nuestros hermanos. Sabias palabras del profeta: “Si no
creen, no subsistirán”.
A diario podemos ver los milagros que el Señor realiza en nuestras
vidas, tenemos el don más preciado, “la Vida”. Disfrutemos “la Naturaleza”
y “la Familia”, que, aunque quizás no sea perfecta, es un privilegio contar
con unos padres, hermanos de sangre, hermanos en la fe, en fin, una
comunidad. Pudiéramos enumerar infinitas maneras de ver las manos de
Dios obrando en nuestras vidas, pero muchas veces pasan desapercibidos,
“Por eso les hablo por parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen,
ni entienden” Mat. 13,13. Queridos hermanos, el Señor hoy nos revela
su mensaje, nos quita la ceguera, abre nuestros oídos y nos ilumina con
su espíritu para que podamos con humildad llevar la buena nueva y vivir
plenamente como verdaderos hijos e hijas de Dios.
Meditación
Queridos hermanos el Señor en este día nos confirma que Él se
complace en la humildad y en la sencillez de los corazones. Cuando Jesús
comienza a elegir a sus discípulos, los entre saca del seno de sus oficios
comunes. Dios aborrece la arrogancia y la vanagloria y muchas veces nos
llegamos a creer que por nuestra inteligencia y sabiduría somos elegidos.
No. Así no obra el Señor. No elige a los más capacitados, sino que va
capacitando a quienes elije. Uno de tantos ejemplos es la elección de
Moisés quien es el elegido por Dios para sacar a su pueblo de la esclavitud
de los egipcios. En medio de sus limitaciones, escucha la voz del Señor:
“Ahora, pues, ve; yo te envío a Faraón, para que saques a mi pueblo, los
israelitas, de Egipto. Dijo Moisés a Dios: ¿Quién soy yo para ir a Faraón y
sacar de Egipto a los israelitas?”… Ex. 3, 10-11.
Hoy, por medio de Jesucristo, conocemos al Padre. El señor se
complace en tu sencillez y te invita a conocerle, a amarle y dejarte guiar
por El. Actuemos, pues, en consecuencia, sabiéndonos elegidos de Dios
y llevemos su mensaje con humildad: “El que habla por su cuenta, busca
su propia gloria; pero el que busca la gloria del que le ha enviado, ese es
veraz; y no hay impostura en él.” Jn. 7,18.
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El que me ve a mí, ha visto al Padre
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Plan de Pastoral - Julio 2020
Meditación
“Mi alma te ansía de noche, mi espíritu en mi interior madruga por ti”
…, son las palabras del profeta Isaías que nos llaman hoy en este tiempo
tan difícil y de tantas crisis morales a vivir la esperanza en Cristo Jesús.
“Como la preñada cuando le llega el parto se retuerce y grita angustiada”,
añade el profeta más adelante, así con la esperanza de ver nacer a su
hijo y dar a luz una nueva vida, fijemos hermanos nuestra mirada en la
virgen María, hoy bajo la Advocación de ¡Nuestra Señora del Carmen!
Patrona de los Marineros, llamada por San Simón Stock ¡Estella Maris!
“estrella de los mares”. Ella nos regala a su hijo, luz del mundo, para hacer
despertar jubilosos a los que habitan en las tinieblas. La madre nos enseña
a obedecer, a ser mansos y humildes, y a subir al monte para escuchar la
voz del Señor.
Acojamos el Evangelio del día de hoy que nos invita a entregar
nuestras preocupaciones, agobios, para cargar con su yugo que es ligero.
Abandonémonos plenamente a sus palabras entregando todos nuestros
problemas, nuestras enfermedades, situaciones familiares, laborales,
comunitarias, crisis económica, etc.... Aprendamos de la Madre que es
modelo de santidad e imitemos su humildad de corazón, de esta manera
encontraremos el descanso.
¿Qué significa cargar con su yugo? Es dejarnos guiar por él, tomar la
cruz y seguirle lo cual implica dejar morir al hombre viejo para nacer de
nuevo por el agua y el espíritu. Cargar su yugo es amar y dejarnos amar,
es perdonar y pedir perdón, implica mirar al enfermo y al hambriento, serle
fiel a la pareja, obediente con los padres. En fin, significa esfuerzo, estudio,
superación, ser honestos, y, practicar la justicia…
Que la virgen María interceda ante su hijo para que podamos subir al
monte de oración para dejarnos interpelar por la poderosa palabra de vida
eterna.
17 Feria
Viernes Verde
12º Aniversario de la Ordenación Episcopal de Mons. Ghaleb Mousa
Abdallah Bader, Nuncio Apostólico en la Republica Dominicana y
Delegado Apostólico de Puerto Rico
Y vino la palabra del Señor a Isaías: “Ve y dile a Ezequías: Así dice
el Señor, Dios de David, tu padre: “He escuchado tu oración, he visto tus
lágrimas. Mira, añado a tus días otros quince años. Te libraré de las manos
del rey de Asiria, a ti y a esta ciudad, y la protegeré.” Isaías dijo: “Que traigan
un emplasto de higos y lo apliquen a la herida, para que se cure.” Ezequías
dijo: “¿Cuál es la prueba de que subiré a la casa del Señor?”
Isaías respondió: “Ésta es la señal del Señor, de que cumplirá el Señor
la palabra dada: “En el reloj de sol de Acaz haré que la sombra suba los diez
grados que ha bajado.” Y desandó el sol en el reloj los diez grados que había
avanzado. Palabra de Dios.
Meditación
En estos tiempos es preciso que acudamos a Dios para que nos libre
de tantas enfermedades y males que nos azotan, de manera particular
de las infecciones por Coronavirus y otras pandemias que han azotado al
mundo en los últimos tiempos. Si nos volvemos a Dios y les imploramos
con lágrimas de arrepentimiento y conversión, Él nos escuchará como lo
hizo con el Rey Ezequías, dándonos no solo quince años, sino la vida
eterna. Para Dios un día es como mil años y mil años como un día.
Son muchas las veces que pudiéramos estar en la situación del Rey
Ezequías. Si confiamos en Dios y aclamamos su misericordia, podremos
glorificarlo diciendo como el salmista en el Salmo 38: “Señor, detuviste mi
alma ante la tumba vacía”, muestra de confianza en Dios, y enseñanza
sobre cómo podemos vencer todo cuando confiamos en que Dios es
nuestro defensor, nuestro redentor.
Hoy San Mateo nos muestra a Jesús como Señor del sábado. Dios
nos revela el alcance de su poder y su intención de mantenernos firmes en
la fe, alimentándonos con su cuerpo y purificándonos con su sangre. Más
grande que todo lo que nosotros podamos ver y hacer es la misericordia
que se nos motiva obrar desde el amor por encima de toda exterioridad.
No perdamos, queridos hermanos, la oportunidad que nos brinda Dios
de aprovechar a su hijo que se sacrifica con amor y por amor en cada
celebración eucarística para que nosotros tengamos vida eterna.
18 Feria
Sábado Verde
Meditación
En su nombre esperarán las naciones (Mt 12,21), es la promesa
hecha por Dios a su pueblo. Es, además, la única esperanza que debemos
valorar, pues el hombre que aparta su mirada de Dios sólo busca su propio
beneficio, sin importarle la suerte de los demás.
El hombre, en su afán por conquistar el mundo y superar a Dios, oprime
a cuantos puede. Muchas veces no repara en las consecuencias de sus
acciones. Se olvida, como nos dice el profeta Miqueas, que no quedarán
sin castigo los que maquinan y ejecutan iniquidades contra el pueblo santo
de Dios. El hombre, con sus acciones, se crea su propia desgracia y, al
olvidarse de Dios se complace en el mal.
Hoy, también se cumplen las mismas profecías. Seguimos
creyéndose dueños de todo, continuamos repartiéndonos las posesiones
del pueblo antojadizamente, regalamos lo nuestro entre los extranjeros
enriqueciéndolos y empobreciendo a las masas, preferimos explotar a los
pobres, quienes pudieron haber sido los más beneficiarios. En fin, el poder,
el tener, el codiciar movidos por inescrupulosos capitalistas nos sigue
nublando la vista. ¡Ay de nosotros si no cambiamos!
Dios, rico en piedad y misericordioso, no se olvida de sus hijos y sufre
mirando nuestra desdicha provocada por nuestras malas acciones. A Dios
le duele nuestro sufrimiento, pero, no nos quita la libertad sino, más bien,
nos pone delante el camino del bien. Somos nosotros quienes elegimos
otros caminos. El salmista aclama en el responsorio del fragmento del
salmo diez: “No te olvides de los humildes, Señor”; no te olvides de tus
hijos a pesar de nuestra terquedad y mala conducta, pues al final nada
podemos hacer sin tu ayuda.
Jesús, padeciendo en carne propia las conductas de los grupos de
poder, nos enseña a no dejarnos vencer por el mal, a enfrentar el mal
54
Plan de Pastoral - Julio 2020
con el bien. Nos anuncia la buena nueva del Reino y del amor, y desea
premiarnos por escuchar y poner en práctica sus palabras. Decídete y
tendrás la mejor de las recompensas: la vida eterna.
Monición de Entrada
Hermanos y hermanas: En
este décimo sexto domingo del
Tiempo Ordinario seguimos
celebrando el valor del mes que
es la PATERNIDAD, y con el lema: “El que me ve a mí, ha visto al Padre”
(Jn 14,9). ¡Sí, hermano! ¡Sí, hermana! Quien ve a Jesús, ve al Padre. ¡Y hay
tantas formas de nosotros hoy poder ver a Jesús!
Todos queremos y anhelamos ver un mundo sin maldad y una
Iglesia sin fallas, como la soñó Jesús: “resplandeciente, sin manchas ni
arrugas” (cfr. Ef 5,27). Pero el ver que el mundo real y la Iglesia real son
imperfectos nos impacienta. Jesús hoy nos invita a ser pacientes porque
Dios mismo es paciente con el mundo y con la Iglesia, y por qué no, con
nosotros también, a quienes nos ofrece tiempo para el arrepentimiento
y para cambiar.
A pesar de nuestras fallas y de nuestras limitaciones humanas, Él sigue
creyendo en nosotros porque está lleno de misericordia. Jesús también
nos invita a no convertirnos en jueces de los demás porque no somos
enteramente buenos ni ellos completamente malos.
Nos ponemos de pie y cantando recibimos al Señor misericordioso que
llega a presidir esta celebración en la persona de su ministro.
Oración colecta
Muéstrate propicio con tus siervos, Señor, y multiplica compasivo los
dones de tu gracia sobre ellos, para que, encendidos de fe, esperanza y
caridad, perseveren siempre, con observancia atenta, en tus mandatos.
Por nuestro Señor Jesucristo.
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El que me ve a mí, ha visto al Padre
LITURGIA DE LA PALABRA
Meditación
danos la sabiduría para saber ser pacientes. No permitas que nos dañe la
cizaña que siembra el Maligno en el mundo. Te lo pedimos por Jesucristo
nuestro Señor.
Meditación
El Señor nos sigue recordando nuestra falta de sinceridad cuando nos
acercamos a Él. Hoy nos invita a ser agradecidos, a honrarlo con nuestra
manera de comportarnos, a seguirlo sin importar los contratiempos, aunque
no veamos el camino completo. En el Evangelio, observamos cómo los
escribas y los fariseos piden ver un signo suyo. Hoy, más de 2000 años
después, continuamos pidiéndole signos al Señor y continuamos con una
fe débil cegados a todas las manifestaciones del Señor en nuestro diario
vivir.
Jesús le mostró una señal; pero no la que ellos le pedían. No
comprenden su resurrección la cual llegaría a convertirse en la señal más
importante de todos los tiempos. Jesús, movido por el Espíritu de su Padre,
les demostraría que Él es todopoderoso, Rey de reyes y Señor de señores.
Pero ellos, movidos por su tozudez, no logran comprender.
El pueblo de Nínive, que era una nación cruel y perversa, pudo
arrepentirse mediante el mensaje enviado por Dios a través de Jonás. Sin
embargo, Jesús, el verdadero Hijo de Dios, quien dedicó todo su tiempo
para sanar, liberar, enseñar, en todo obediente a la voz del Padre, no fue
comprendido. Siguen pidiendo señales.
Pero no está en Dios quitarnos toda venda e incredulidad para que
nos aferremos a Él. A nosotros nos toca caminar el camino, encontrar la
verdad y vivir la vida propuesta para ver la señal en nuestras vidas. . A
nosotros nos toca vivir, sentir y entrar en la dimensión espiritual de cada
eucaristía, orando y viviendo los dones del Santo Espíritu. No necesitamos
más signos. Solamente requerimos entregarnos a la persona de Jesús
para recibir y para tener la fortaleza para dar.
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Plan de Pastoral - Julio 2020
Meditación
Hoy el profeta Miqueas nos habla de la misericordia de nuestro padre
Dios quien nos perdona una y otra vez. Es un Dios que desea lo mejor
para cada uno. En este tiempo, donde nuestras vidas han sido trastocadas
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El que me ve a mí, ha visto al Padre
Meditación
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Plan de Pastoral - Julio 2020
Meditación
Jesús habla claramente usando los elementos del momento para
darse a entender. Nos enseña que el mensaje del Reino de Dios hay
que aterrizarlo para que la gente lo pueda entender, lo pueda asimilar.
Hoy, más que nunca, estamos llamados a trabajar para que el mensaje
de Jesús sea accesible y cercano, para mostrar que su mensaje sirve
para la cotidianidad del día a día. Pero, ¿qué podemos hacer para
que el mensaje de Jesús llegue a nuestros hermanos? Muchas veces
nuestra dureza impide que el mensaje aterrice, penetre, o cale hasta
que produzca los efectos necesarios. En ocasiones nos cerramos,
impidiendo que la Palabra caiga y dé frutos. No permitimos que
Jesús tome nuestros corazones ya que damos paso a los prejuicios,
mostrándonos defensivos.
Nuestras historias muchas veces han endurecido nuestro corazón.
Fruto de nuestra vida de sufrimiento nos vemos impedidos, estancados
y huimos al contacto. Pero hoy es buen momento para buscar a Jesús.
Lo podemos encontrar en la suavidad del contacto familiar, en la apertura
y entrega al que menos posee. Descubramos en las parábolas las
enseñanzas que nos quieren educar para que descubramos lo que la vida
nos depara.
Hay momentos en nuestras vidas que cerramos nuestros ojos y oídos
para no ver ni escuchar con el corazón a Jesús. Jesús hoy nos invita a
mantener los oídos, los ojos y el corazón hacia Él y a sus palabras para
convertirnos en los ¨DICHOSOS¨ de la buena noticia.
Meditación
Un discípulo se quejó una vez con su maestro diciendo: “Usted nos
cuenta historias, pero nunca nos revela el significado”. Jesús es la persona
Cercana, que nos conoce y nos ama. Hoy, nos ofrece una explicación de
la parábola del sembrador. Describe los diferentes tipos de suelos que nos
representan, donde las semillas van cayendo, resaltando la acogida de la
Palabra, muchas veces no aceptada por nuestros problemas y dificultades.
Estamos llamados a conocer, entender y poner en práctica con
nuestras vivencias y testimonios, todo lo que sale de las enseñanzas de
Jesús y su palabra. Muchas veces nos quedamos sin comprender y la vida
nos traga. Pero el que es tocado puede dar testimonio, dar vida y ser un
revelador del Reino. El acoger la palabra de Jesús es lo que nos distingue
de otros que están ciegos.
Estamos llamados a dar frutos en nuestras comunidades, donde el
Padre nos colocó, a sentirnos capaces de aceptar la Palabra, meditarla,
conocerla, entenderla, procesarla y testimoniarla. Te has preguntado:
¿qué debe hacer antes de sembrar? ¿Qué tipo de semillas vas a sembrar?
Tenemos la oportunidad de mirar lo sembrado, corregirlo, mejorarlo y de
confiar que podemos hacer lo que el sembrador nos diga.
Lectura del Libro de los Hechos de los Apóstoles 4, 33; 5, 12.27-33; 12, 1b
En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del
Señor Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio
del pueblo. Los condujeron a presencia del Sanedrín y el sumo sacerdote los
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Plan de Pastoral - Julio 2020
Lectura de la Segunda Carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 4, 7-15
Hermanos: El tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para
que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de
nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos
apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos
derriban, pero no nos rematan.
Llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida
de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras vivimos, continuamente
nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también
la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está
actuando en nosotros, y la vida en ustedes.
Tenemos el espíritu de fe, según lo que está escrito: Creí, por eso hablé;
también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó
al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con
ustedes. Todo es para su bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será
el agradecimiento, para gloria de Dios. Palabra de Dios.
los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: Saben que los jefes
de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre
ustedes: el que quiera ser grande entre ustedes, que sea su servidor, y el
que quiera ser primero entre ustedes, que sea su esclavo. Igual que el Hijo
del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en
rescate por muchos. Palabra del Señor.
Meditación
Hoy celebramos la fiesta del Apóstol Santiago, hermano de Juan el
evangelista, hijo de Zebedeo y cercano a Jesús. El Evangelio narra la
solicitud de la madre de Santiago y Juan, para pedirle un puesto, un lugar
en su reino para sus hijos. A veces nosotros también nos postramos, nos
arrodillamos conscientes o inconscientemente a los pies del Señor. Pedir a
Dios nada de malo tiene. Es importante orar y pedir, pero debemos de ser
cuidadosos con lo que pedimos muchas veces. No todo lo que pedimos es
lo mejor para nuestra vida. Muchas veces queremos un puesto, un lugar
para para resaltar, deseando que se cumpla nuestro pedido y olvidándonos
que la voluntad del Padre debe primar.
Hagamos una parada para analizar si el puesto está por encima de la
voluntad de Dios. Revisemos si lo que deseo resulta del agrado de Dios o
está siendo movido por lo que agrada a mi YO.
Hoy se nos dice que no sabemos pedir. Confiemos al orar, hablemos
desde el corazón con el Padre, busquemos para encontrarnos con el Padre
quien sabe nuestras necesidades mejor que nosotros mismos.
La reacción de los seguidores del maestro debería enseñarnos a no
juzgar ni a dejarnos mover por los celos. Muchas veces celamos a nuestros
hermanos por el trabajo, el puesto o cargo produciendo heridas y dolor.
Tendemos a criticar y a murmurar sin pensar y reflexionar. Quizás co-
existimos con alguien que no soportamos y que nos quita la paz. Qué gran
oportunidad tenemos, entonces, de mirar con los ojos de Jesús y descubrir
lo que existe dentro de nosotros y de los demás. Dejémonos acompañar
por el dador de la verdad para vencernos y así, superar el odio, la rabia y
los celos. Confiemos en Él, que confía en nosotros, y regalemos miradas
de misericordia para que sirvamos desde la más auténtica vivencia de fe
en el Resucitado.
Monición de Entrada
Hermanos y hermanas: en este último domingo de julio celebramos en
nuestro país el “Día de los Padres”. Es propicia la ocasión para que demos
un fuerte aplauso de bienvenida a todos los hombres que han recibido el don
de la Paternidad y que ejercen ese don con responsabilidad y amor.
¡Qué hermoso es que el mismo Jesús compare al escriba que entiende
el significado del Reino de Dios con un padre de familia que va sacando
del baúl lo nuevo y lo antiguo! Hoy Jesús nos presenta al Reino de Dios
como un tesoro escondido, una perla preciosa o una red que se echa al mar.
Sin embargo, hay exigencias para nosotros alcanzar ese Reino: “venderlo
todo”, valorar lo realmente importante ante Dios, y ocuparnos de ser “buenos
peces” en el mar de este mundo.
Pidamos a Dios para que nuestros padres, como Salomón, pidan y
reciban el don de la sabiduría para llevar a su familia por los caminos del
Reino de Dios. Qué tengan presente que la misión del padre moderno es la
salvación de su familia, recordando las palabras de San Agustín, que decía:
“Todos los que son cabeza de familia tienen el deber de ejercer una misión
sacerdotal y cuidar la fe de los suyos… ocúpense con toda diligencia de la
salud espiritual de las personas a ustedes encomendadas.”
Con mucha alegría y con la esperanza de que Dios Padre nos concede
la sabiduría para saber elegirlo a Él, puestos de pie, recibimos cantando
a Jesucristo que viene a presidir esta celebración en la persona de su
ministro.
Oración colecta
Oh, Dios, protector de los que en ti esperan y sin el que nada es fuerte
ni santo; multiplica sobre nosotros tu misericordia, para que, instruidos
y guiados por ti, de tal modo nos sirvamos de los bienes pasajeros que
podamos adherirnos ya a los eternos. Por nuestro Señor Jesucristo.
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El que me ve a mí, ha visto al Padre
LITURGIA DE LA PALABRA
Meditación
En la primera lectura de este domingo XVII del tiempo ordinario nos
encontramos con una de las características que deben adornar la vida de
un cristiano: la confianza en Dios, fuente de nuestros saberes y de nuestras
capacidades. La actitud de Salomón pone en tela de juicio la de muchos
creyentes que, en situaciones en que la vida les brinda oportunidades de
llevar a cabo una misión política, empresarial, educativa o de cualquier
otra índole no piden sabiduría al Señor. Recurren a personas que lejos de
ayudarlos, los perjudican.
Hoy, no sólo se nos habla de la actitud de Salomón quien reconoce
que sin la ayuda de Dios nada puede hacerse, sino también, la actitud de
Dios quien da a entender que le gusta que les pidamos. Aprendamos que
cuando le pedimos estas, nos da el doble de lo que le pedimos.
Como respuesta a la acción de Dios al concederles la petición a
Salomón, el salmista responde con estas palabras: “He resuelto guardar
tus palabras. Mas estimo yo los preceptos de tu boca que miles de
monedas de oro y plata”. Gran lección de vida, las mismas palabras que
Jesús pronunció a satanás el día de las tentaciones cuando nos asegura
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El que me ve a mí, ha visto al Padre
que “no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la
boca de Dios”.
La comparación de la red que echan los pescadores en el mar y cogen
toda clase de peces nos prefigura el juicio final donde cada uno será pago
según ha dado en la vida. Dios llama a su iglesia y quiere que se llene de
personas sin condiciones con la esperanza que recibirán el mensaje de
salvación. En el final de los tiempos cada uno recibirá lo que ha cosechado
en vida. No tenemos un Dios justiciero, nosotros somos los que, con
nuestras conductas, dictamos la sentencia final. Vivamos, pues, amando y
la recompensa será grande.
Oración de los fieles
El que preside: Oremos a Dios Padre, que hace todo bueno para quienes
lo aman y descubren el tesoro de la fe, y digámosle con confianza: Padre
Dios, bendice a nuestros padres en su día.
• Por la Iglesia: el Papa, los obispos, presbíteros y diáconos, para que con
humildad y cercanía guíen al pueblo santo de Dios como verdaderos
padres al Reino del Padre, Oremos.
• Por los que gobiernan las naciones, en especial el nuestro, para que
creen dignas fuentes de trabajo y los padres de familia puedan satisfacer
las necesidades físicas y materiales en sus hogares. Oremos.
• Por los padres que sufren y los que tienen más carencias materiales y
espirituales, para que amando a Dios confíen en la misericordia de Dios
Padre y experimenten su amor a través de nosotros. Oremos.
• Por cada uno de nosotros, aquí reunidos, para que también alcancemos
la sabiduría de descubrir el Reino de Dios, y con gozo y alegría se dé en
nosotros la conversión necesaria para merecerlo. Oremos.
• Por todos los padres de nuestra nación, y los del mundo entero, para
que reciban la sabiduría necesaria, para ejercer su función de cabeza de
familia y sepan cuidar la fe y salud espiritual de los de su casa. Oremos.
• Por los padres que ya han partido a la morada eterna, para que Dios
haya tenido misericordia de ellos y les haya permitido expiar sus culpas.
Oremos.
• Por los enfermos afectados de la pandemia del COVID-19, para que
encuentren en Jesús Misericordioso la fortaleza necesaria para resistir
la enfermedad y alcanzar su salud. Oremos.
El que preside: Escucha Padre nuestras súplicas. Haz que nosotros
que hemos recibido la gracia de conocer tu Reino y de entrar en él
permanezcamos fieles y sepamos comunicarlo a los demás. Bendice de
manera especial a los padres que caminan con nosotros en esta tierra y
da paz eterna a los que llamaste a tu casa paterna. Guárdanos en tu amor,
ahora y por los siglos de los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor.
Oración sobre las ofrendas
Recibe, Señor, las ofrendas que te presentamos gracias a tu generosidad,
para que estos santos misterios, donde tu poder actúa eficazmente,
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Plan de Pastoral - Julio 2020
santifiquen los días de nuestra vida y nos conduzcan a las alegrías eternas.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración después de la comunión
Hemos recibido, Señor, el santo sacramento, memorial perpetuo de la
pasión de tu Hijo; concédenos que este don, que él mismo nos entregó con
amor inefable, sea provechoso para nuestra salvación. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
27 Feria
Lunes Verde
aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que
las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los
pájaros a anidar en sus ramas.»
Les dijo otra parábola: «El reino de los cielos se parece a la levadura;
una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta para que todo
fermente.»
Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y sin parábolas no les
exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo
parábolas, anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.» Palabra del
Señor.
Meditación
28 Feria
Martes Verde
8º Aniversario de la Ordenación Episcopal de Mons. Fausto Ramón
Mejía Vallejo, Obispo de San Francisco de Macorís
Meditación
¿Dónde están nuestros tesoros? ¿Qué nos está moviendo? ¿Dónde
está el Reino de los Cielos? ¿Dónde encontramos las perlas finas?
¿Qué estamos “vendiendo y comprando”? ¿Dónde estamos buscando
la “alegría”- la “felicidad”? ¿Hacia dónde vamos? Preguntas, preguntas y
más preguntas. Esa es la vida: la búsqueda de la felicidad humana.
Hoy las parábolas nos invitan a descubrir lo que realmente es importante
para Dios. Recordemos que una parábola es un género literario utilizado,
en este caso, para explicar el plan de Dios sobre la humanidad. Hoy se
nos quiere animar a poner todo en orden dando primacía a la búsqueda de
lo esencial, el Reino. La vida encontrada en Dios resulta ser un tesoro de
incalculable valía. Pero encontrarnos en la vida implica encontrarnos con
nosotros mismos; con nuestras luces y con nuestras sombras. Encontrar
la valía que traemos escondido dentro del “corazón” implica buscar con
ahínco el valor del Dios amor que anhela ser encontrado.
Dios se nos presenta diariamente en los pequeños detalles. Somos
nosotros los que distraemos la vista y preferimos ir detrás de lo que nos
salta ante los ojos. No se trata de lo que obvio; se trata de lo que reside
y perdura en el tiempo: el amor. El tesoro se parece a aquel hombre que
zambulló la cabeza en el río por tanto tiempo que pensó ahogarse. Al sacar
la cabeza y respirar el aire, supo la importancia del oxígeno. El reino lo
encontramos cuando deseamos, buscamos, auscultamos y perseveramos
en descubrirlo en la familia, en la justicia, en la caridad, en el bien común;
en fin, en Dios. Busca y encontrarás.
como está el barro en manos del alfarero, así están ustedes en mi mano,
casa de Israel.» Palabra de Dios.
Meditación
Volvemos hoy sobre el tema del “reino de los cielos”. Jesús tiene una
profunda misión: iniciar e implantar el reino en esta tierra. El reino, palabra
utilizada por Jesús constantemente, es para todos. Se trata de un reino
diferente al de los reyes de la tierra. Este reino lo construimos cada uno
desde la vida y desde nuestras relaciones con Dios, con nosotros mismos,
con el prójimo y con la naturaleza. Se trata de un reino donde predomina
el amor en todas sus vertientes.
Es un reino que pretende atrapar en sus redes a todos los que
atraviesan o desean entrar en su camino. Se tira la red, el mensaje, a
todos haciendo lo posible por “atrapar” y ofrecer, sin distinciones, nuevas y
perdurables opciones. Todos caben en la red, pero no todos desean estar
en ella.
El Evangelio de hoy no tiene como finalidad fomentar miedo ni terror.
Más bien nos interpela a una revisión profunda del quehacer de nuestra
vida. ¿Cómo vivo en el mar de la existencia junto a “mis hermanos”?
¿Cuáles son mis ideales? ¿Quién soy yo y a quién he decidido seguir?
¿Me siento parte de este gran mar donde la red es echada cada día?
¿Me he dejado atrapar por la novedad de la palabra o me he mostrado
escurridizo? ¿Si la red me atrapa, qué sacará el pescador- algo bueno o
algo distinto? La invitación es simple y el llamado es constante. Somos los
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Plan de Pastoral - Julio 2020
Meditación
80
Plan de Pastoral - Julio 2020
En este mes de Julio del 2020, en el que cultivamos el valor de la
PATERNIDAD de modo que nuestros padres sean imagenes vivas del
Padre para sus hijos y puedan decir como Jesús:
“Quien me ve a mí ve al Padre” (Jn 14,9):
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