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Oe, choleas y te encano; por Fernando

Vivas
“Adelante, municipios, pero que quede claro que el
motivo es luchar contra la discriminación”.
Fernando Vivas Periodista

"El que comete un abierto acto de discriminación, como Zulema Alatrista que golpeó y
profirió insultos racistas contra Elena Viza en Arequipa, tiene que ser denunciado o
investigado de oficio". (Imagen: Facebook)

Fernando Vivas 27.02.2019 / 11:30 pm

No es broma ni radicalismo insólito. Sí creo que en materia de lucha contra la


discriminación hay que jugárnosla por entero. Hay que ser drásticos y ejemplarizadores al
punto de que podamos meter preso, si su perfidia discriminadora es nítida y alevosa, a
alguien que en sus redes sociales aliente que a otros peruanos se les cierre el acceso al goce
de derechos que les reconoce la Constitución.

El que comete un abierto acto de discriminación, como Zulema Alatrista que golpeó y
profirió insultos racistas contra Elena Viza en Arequipa, tiene que ser denunciado o
investigado de oficio (si no fue detenido en flagrancia). De eso no cabe duda y la fiscalía
arequipeña ya está haciendo lo suyo en cumplimiento del Art. 323 del Código Penal.

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Pero, ojo, el Art. 323 dice que comete delito “el que, por sí o mediante terceros, discrimina
a una o más personas o grupo de personas”, y el que “incita o promueve en forma pública
actos discriminatorios”. Por lo tanto, el caso de Inés Diez Canseco que, en un chat de
socios del Regatas, clama por restringir derechos de las empleadas del hogar en el club,
encaja en esa figura. Que yo sepa, el Ministerio Público no ha hecho nada al respecto. Ni
siquiera tiene una fiscalía especializada en discriminación.

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cuando agredió a trabajadora

El que discrimina o promueve la discriminación está alentando a que se perjudique para


toda la vida a otros, cerrándoles puertas, negándoles reconocimientos, frenándoles salarios
y ascensos. Es un delito con daños sistemáticos e incalculables y, para remate, en gran
medida normalizado en el Perú. Por eso, combatir la discriminación es un mandato que el
Estado, y todos sus poderes, deben hacer y gritar que lo hacen.

La lucha anticorrupción –prioridad que no discuto– se asocia a la discriminación, pues


mucho de lo corrompido se ampara en prejuicios a favor del corrupto y en contra de
mayorías victimizadas por la corrupción. Por otro lado, aunque las encuestas no suelen
preguntarlo, presumo que muchos de los que simpatizan con la idea de combatir la
corrupción lo hacen con la idea de fomentar un ajuste de cuentas contra sinvergüenzas
privilegiados. De ahí que la percepción de que la acción de la justicia no es igual para todos
es tan corrosiva.
El gobierno está ocioso y ciego en esta materia. El Ministerio de Cultura, que tiene un
observatorio contra el racismo, no hace visible esfuerzo alguno que demuestre que cumple
con su misión. Las municipalidades son mucho más diligentes haciendo cumplir
ordenanzas contra la discriminación. Lamento que en el caso del Callao y el cierre parcial
del Jorge Chávez, la desproporción y la polémica desplacen a lo esencial. Sigan adelante
en el afán, municipios, pero que quede claro que el motivo es la anti-discriminación y no
otro.

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