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Nosotros, el Pueblo Maya, con nuestra cosmogónica manera de percibir, de ser y de vivir, somos

milenarias hermanas y milenarios hermanos de las fl ores, de los pinos, de las aves, de los reptiles,
de las codornices y de toda la diminuta e inmensa fl ora y fauna que la Madre Tierra ha dado a luz
en su millonaria existencia, como fruto, a su vez, de la incesante vibración de la totalidad del
Cosmos. Somos un hilo del evolutivo surgimiento de la humanidad como ser esclarecido que surgió
gracias al paciente, complementario y solidario proceso energético y material del Padre Sol, la
Madre Tierra, el Padre Aire y la Madre Agua. Por eso, asumimos, respetamos y somos solidarios
con la existencia de la diversidad humana, que refl ejamos en nuestra Cosmovisión y en nuestros
sagrados rituales espirituales.
La creación de nuestro particular ser Maya se remonta a muchos miles de años. Gracias a la
invasión cultural y dominación foránea que aún operan con sus nefastas violaciones, carecemos de
datos propios, amplios y precisos, que informen de nuestra creación cultural. Nuestros códices y
libros fueron quemados y saqueados; de aquello que quedó, lo más valioso fue transferido a tierras
extrañas. Sin embargo, estamos recobrando y descubriendo algunos datos muy signifi cativos que
dan cuenta de nuestra milenaria existencia. Resaltamos tres en particular: De acuerdo con el
calendario de la cuenta larga, de uso público actual por el Pueblo Maya, estamos regidos por el año
5122 del ciclo iniciado en el 4 Ajaw 8 Kumku (3113 a.C.). En la Estela C de Kiriwa y en el Templo
de la Cruz de Palenke está registrada la fecha 4 Ajaw-8 Zotz’, año 8238 a.C. Nuestros ancestros
crearon el sagrado maíz hace aproximadamente dos ciclos de la cuenta larga, es decir, 10250 años.
Los datos anteriores son reveladores de la antigüedad de la cultura, la profundidad de las raíces y la
vigorosidad milenaria de nuestros pueblos. La creación de un sistema de numeración, la creación de
calendarios exactos que registran y proyectan no solo el transcurrir de los días, sino también sus
cualidades, la creación de un sistema de escritura y la creación del maíz, dan testimonio de la
rigurosidad integral humana en comunión profunda con el Cosmos. El maíz es el sustento sagrado
de nuestro pueblo, pues con su creación se asentaron nuestras comunidades; se generó ciencia,
tecnología, arte; se establecieron fuertes lazos de comunión sagrada con la Madre Naturaleza y se
tejieron profundos lazos de familiaridad en la sociedad. Nuestras abuelas y nuestros abuelos
hicieron su vida en lo que hoy se conoce como Anawak4 . En este mismo territorio, junto con
nuestra cultura Maya, fl orecieron culturas como la Azteca, Olmeca, Xinka, Náhuatl, Tolteca y
otras, entre las que hubo intercambios muy importantes para hacer de esta región un área de alta
civilización. En este territorio hemos hecho nuestras vidas; hemos sentido, pensado y ofrendado en
reciprocidad con la vida que la Madre Tierra y el Universo dan permanentemente a toda la
humanidad. Desde este territorio hemos trabajado energética y espiritualmente para el planeta
Tierra y sus frutos. En este territorio hemos construido nuestras vidas personales, familiares y
comunitarias, así como sociedades altamente organizadas y estructuradas. Hemos hecho nuestras
vidas humanas en comunión con la vida y la dignidad de las sierras y los cerros; los volcanes, los
valles y los caminos; las piedras, las plantas y los animales; los pozos, los ríos, los lagos y los
océanos; el aire, las nubes y la lluvia. Hemos aprendido y recreado, en nuestras vidas humanas, la
vida que la Madre Tierra y el Universo nos han legado. Por eso, el Pueblo Maya y su territorio son
una unidad; así como la humanidad, las plantas, los animales, la Madre Tierra y el Universo, somos
una unidad. Nuestra cultura Maya es la sagrada herencia que hemos recibido de nuestras abuelas y
nuestros abuelos; es la cultura que las nuevas generaciones Mayas reivindicamos desde nuestras
propias vidas, porque nuestra cultura es tan antigua y es tan futura al mismo tiempo.
COSMOVISIÓN XINKA

La cultura xinka concibe al ser humano como uno de los componentes del mundo, entendido como
elemento en constante relación cosmogónica con otros elementos que componen el universo en el
que fundamenta su ser. De acuerdo con López (2007) la cosmovisión del pueblo Xinka se desarrolla
en un ambiente de respeto  en la consciencia cultural comunitaria.
La espiritualidad constituye el eje central de la cultura xinka, ya que de acuerdo con el Consejo
Coordinador del Pueblo Xinka de Guatemala (2010), las fuerzas energéticas cosmogónicas
inmortalizan la vida y la trascendencia al ámbito sagrado, con el fin único, el de prolongar la vida y
llevarla a la plenitud en la dimensión humana eternizada en otras dimensiones del universo.
La dimensión espiritual xinka está  ligada en primer lugar a la tierra, porque se le considera madre
de todos los elementos indispensables, entre ellos el aire, el agua y el fuego. En segundo lugar los
planetas, el sol y la luna, porque ellos equilibran la vida del ser humano.
Una mañana platicando con el abuelo Sebastián Hernández, me conto sus conocimientos acerca de
la vida del hombre y la mujer y la relación con la naturaleza. Antes muy antes, el creador creo el
cielo como la casa para que el pudiera vivir y creo también la luna, creo la tierra para que fuera la
madre de las otras creaciones que vinieran después, un día de eso creo un ser parecido al hombre
era el sol, este tenía la misión de clarecer por donde pasara, para que hubiera luz, pues había en las
oscuridades muchos males y seres extraños que hacían daño a la tierra y cuando llegaba el sol, estos
seres se escondían se escondían de bajo de la tierra para que el sol no les quemara esto estaba muy
bien a los ojos del creador pero con el tiempo el sol quería descansar y se acercaba a los árboles y
los quemaba con su energía, espantaba a los animales que casi los mataba del calor y así anduvo por
un corto tiempo hasta que el creador viendo que causaba problemas lo llevo al cielo para que
alumbrara desde lejos y así lo hizo y los malos se refundieron en las tinieblas, en lo profundo de la
tierra.
La luna es la madre de la tierra ella es la que da vida a todos los seres que hay en la misma tierra, la
luna tiene un nuevo ser en su estómago, cuando está llena se le ve bien el patojo que se está
formando, uno tiene que ir con los sabios o comadronas para saber cuál va hacer que el tiempo de
alumbramiento para que la mujer y el hombre se prepare para este acontecimiento.
La luna también influye en arboles por ejemplo el corte de un árbol de madera para construir una
casa, el puntero se debe de cortar en luna llena para que no se pique y se pueda descascarar para que
la corteza se seque y pese menos en los techos de las nuevas casas.
Así mismo la luna influye en los cortes de frutas. Un mango o aguacate debe cortarse al pasar la
luna del cuarto creciente, y con la persona que reúna también la energía positiva lo que se refleja, en
que no haya tenido relaciones sexuales la noche anterior ya que ha perdido la energía de su ser, la
milpa que ha de doblarse también debe de conservar la fase lunar que debe de estar después del
cuarto creciente hasta la fase del cuarto menguante.
La luna que nos ha engendrado esta misma luna nos ara nacer y es la que nos va llevar al otro
mundo cuando muramos, controla con una abuela comadrona estos efectos y ya verás cuantas lunas
son las que han pasado después de tu nacimiento y cuáles son las que pueden ayudar a mejorar tu
energía, dice el abuelo Sebastián.
El hombre también necesita de los animales para ayudar en el mantenimiento y rendimiento de sus
cultivos, le sirven para alimentarse directamente de ellos, para prevenirse o curarse. Por ejemplo, el
pijuy un ave de color negro, este pájaro es habitante de las casas con árboles y de los potreros y
montes bajos, sirve para comer los insectos que vuelan sobre los arrozales y frijolares ellos cuidan
de los terrenos sembrados cuando el hombre o mujer está descansando en su casa, mientras los
dueños de los cultivos se reponen de sus fuerzas los animales están trabajando.
Además los pijuyes les sirven al ser humano para controlar la toz de los niños, muertos estos
inofensivos animales se cosen en agua como cualquier pollo o gallina. Se les da el agua a los niños
y con eso basta para quitarse la toz en tres o más tomas.
Lo anterior nos refleja con un solo ejemplo que el hombre y mujer no pueden vivir sin la presencia
de las plantas, animales, sin la presencia del mismo ser humano y de la fuerza energética de los
astros del universo.
La creación del hombre también fue un proceso, primero el creador llamado “Tiwix o Ow kajna´
Tata” tomó unos árboles y escogió un árbol de pito y creo de el al hombre pero este apenas podía
caminar y no podía recordarse de su creador, entonces el creador se decepciono y creo al hombre de
barro, busco el barro más fino en un terreno amplio, ahí moldeo al hombre, este si le gusto, el
hombre caminaba y le rendía agradecimientos en sus ceremonias, “Tiwix o Ow kajna´ Tata” estaba
muy contento que hizo caer la lluvia con fuertes vientos a manera de chubascos, que deshizo al
hombre.
El creador teniendo la experiencia anterior moldeo nuevamente al hombre del barro que había
utilizado, busco unos árboles secos he hizo una gran hoguera, cuando esta estaba en su esplendor
coloco al hombre entre las brasas, y al cabo del tiempo los saco y dejo que se enfriara y luego corrió
una brisa y el hombre comenzó a caminar y Ow kajna´ Tata, hizo caer una gran lluvia con fuerte
chubasco y el hombre no se deshizo porque estaba cosido y el hombre hizo las ceremonias a su
creador en lugar donde fue creado y luego el creador hizo a la mujer como compañera del hombre y
lo hizo también de barro y así multiplicaron la tierra. (Texto tomado de la conversación con
Sebastián Hernández, en Guazacapan Santa Rosa).
Como hemos visto el hombre fue echo de materiales naturales, y cuando muera también se
convertirá en el elemento del cual fue echo “el barro”, por eso las gentes de las comunidades xinkas
depositan a sus muertos en fosas directas en la tierra para cumplir con el “dicho la tierra nos ha
creado y nos ha dado de comer, entonces ahora ya muertos nosotros tenemos que darle de comer, a
ella nuestra madre”. El hombre y la mujer han nacido de tierra y a la tierra tendrán que llegar.
Una característica del pueblo xinka son sus terrenos agrícolas que se tienen en forma posesional y
de manera comunal, hay leyes internas que dicen, que los terrenos no se pueden “vender sólo” se
pueden trasladar los derechos de posesión de un comunero a otro comunero o comunera o hijo de
un comunero de buenos principios y no a extraños; no porque exista discriminación si no porque la
relación y los principios culturales porque otro u otra persona no entendería y difícilmente se dejaría
aplicar las normativas ancestrales, al respecto dice don “Francisco Marroquín” comunero de las
lomas en Chiquimulilla, es la tierra es la tierra que nos han dejado nuestros antepasados es un
recuerdo de ellos, la tierra nos da de comer, por eso no la puedo vender que dirían de mi los
antiguos si yo la vendo, yo se la dejare a mis hijos para que la trabajen y en el tiempo se acuerden
de mí.
Hay comunidades como la comunidad las lomas de chiquimulilla, donde existen reglamentos que se
vienen aplicando desde tiempos inmemorables entre todos los comuneros y comuneras como se
denominan; las reglas están diseñadas para mantener equilibrio entre sus habitantes y la naturaleza.
Por ejemplo se tienen fuentes de agua en el terreno comunal el cual consta de aproximadamente
ocho caballerías, las fuentes de agua son consideras vendidas porque es allí donde llegan las y los
agricultores a llenar sus tecomates de agua que les servirán para el consumo durante las arduas
jornadas de trabajo, para ello se tienen lugares específicos lejos de la contaminación incluso los
hombres se bañan al pasar o llegar a estas fuentes pero también en lugares ya establecidos con
anterioridad, los hombres madrugan a sus labores diarias a eso de las 4 o 5 de la mañana. Casi todos
se bañan en grupos, generalmente todos se respetan y conviven sin rubor porque es práctica de la
vida diaria y todos han convivido en los terrenos durante sus vidas. Pero además existen leyes que
dicen que las fuentes no deben de tener dueño en particular si no es de todos y todas en común.
Las montañas también son sagradas hay árboles muy dentro de las montañas, que son considerados
como intocables y si alguien se atreve a tocarlos tendrán que aceptar los castigos que los o las
demás impongan porque los árboles son considerados como los abuelos vivos que más tiempo de
vivir tienen. De las montañas solo se pueden obtener frutas, alimentos que no la destruyan, se
extraen también árboles secos o que han caído a las quebradas por cualquier otro motivo menos por
la mano del hombre o mujer. Hay comunidades como la de jumaytepeke en nueva santa rosa en el
departamento de Santa Rosa que tienen reglamentos fuertes y cerios para mantener la vida animal
en los terrenos comunales y han elaborado leyes que prohíben en ciertos tiempos y medidas la caza
de los mismos por temor a que puedan desaparecer totalmente dicha regla es bien aceptada por los
“condueños” como ellos se llaman. Estas reglas están siendo estudiadas en otras comunidades como
las de Jutiapa en el mismo departamento o en la comunidad las lomas de Chiquimulilla de Santa
Rosa, pues entre los comuneros, cierto hay problemas de esta índole, pero no es tan marcado, pero
si es evidente cuando otras personas ajenas a las mismas realizan casería indiscriminadamente
internándose a las montañas en horas de la noche y son quienes más han perjudicado la
supervivencia de las especies que en ella se multiplican.
También existen reglas para el uso de los bosques, montes o charrales, como los prefieren
denominarlos los comuneros. El manejo de cada extensión del terreno en derecho de posesión es
trabajado rotativamente, si el terreno tiene treinta brazadas cuadradas de extensión, se trabaja solo
una parte y la leña le sirve de auto consumo en la casa para dos años aproximados y luego botan la
siguiente extensión por otros dos años y así sucesivamente para no perder y acabar totalmente sus
boques, pues los mismos abuelos dicen “si hoy no dejamos árboles, mañana no hay agua para
nuestras siembras”.
Todas estas prácticas son evidentes en las comunidades que sabiamente las ejecutan porque saben la
dependencia entre cada uno de los elementos de la naturaleza y el ser humano para poder existir.
COSMOVISIÓN MAYA

Nuestra Cosmogonía es el sustento más profundo que nuestras abuelas y nuestros abuelos crearon
para explicarnos el origen de la vida, el origen y el desenvolvimiento del Universo. Es nuestra
forma propia de ver, entender y vivir el sentido de la vida. Nuestra espiritualidad y nuestras ciencias
son la explicación minuciosa de esta Cosmogonía. Nuestros rituales sagrados, códices, inscripciones
en piedra, ideogramas, tecnología, arte, tejido, música, tradición oral, organización y normas de
convivencia son la vivencia personal, familiar y social que, como descendientes milenarios, aún
mantenemos vigente. Junto con nuestra cultura viva, el conocimiento registrado en libros es una
fuente adicional para facilitar la comprensión de nuestra Cosmogonía. Entendemos por libros los
textos que desde la época de la invasión han registrado nuestros conocimientos mayas en escritura
castellana.
Varios son los que constituyen esta categoría, los más conocidos son el Pop-Wuj, Anales de los
Cakchiqueles, Título de los Señores de Totonicapán, Rabinal Achí y los Libros del Chilam Balam.
Todos contienen, con distinta extensión y profundidad, los conceptos fundamentales de nuestra
Cosmogonía. Sin embargo, en los últimos tiempos, es reconocido el Pop Wuj como el principal
exponente de la Cosmogonía Maya.
Nuestra Cosmogonía observa y reconoce que existe un punto originario de la vida. Este punto
originario es el contenido vibratorio total de la existencia en reposo. Todo lo que no había
aparecido, ya existía. Todo lo que no se ha formado, ya existe en la vibración incesante de la Madre
Tierra y del Universo. El reposo en este sentido, no es pasividad, sino el recorrido que lleva a la
madurez. Tz’aqol B’itol, Alom Qajolom, Tepew Q’uq’kumatz son la unidad dual entre energía y
materia. Son el alumbramiento originario de la vida, son el desenvolvimiento permanente de la
vida, son la realización eterna de la vida. La vida nace de una eclosión vibracional condensada; a
partir de allí se va formando en sus diversas expresiones. Cada una de las partes formadas es
representación del origen. La vida es creación en tanto que tiene un punto de origen, es la energía
vibracional permanente que se va materializando con el correr del tiempo. Por eso, en nuestra
Cosmogonía, la vida es Creador Formador, Madre Padre unidos eternamente. En el orden de la
evolución, la creación es única, pero la formación es un proceso. La antigüedad mayor la tienen los
astros organizados en sus distintas estructuras. En su espacio sagrado, la Madre Tierra llega a
formarse y a madurar. Con su maduración, germinan las plantas y los animales.

LOS PASOS DE LA CREACIÓN Y FORMACIÓN

Cada una de las etapas de la formación del Universo es sustento para la existencia de los otros seres.
Sin el Padre Sol no podría existir la Madre Tierra; sin la galaxia no podría existir el Padre Sol; sin la
vibración energética del Universo no podrían existir las galaxias. Cada parte, desde lo micro hasta
lo macro, contiene la totalidad. Uno es el punto de creación, diversa es la manifestación de
formación. Por eso, nuestra Cosmogonía reconoce la misma dignidad a todo lo que existe y, por lo
tanto, respeta el mismo derecho a existir. Si cada parte es la totalidad originaria, pero diversa es su
forma de expresión, es decir, de realización, entonces, todas las expresiones de vida son
complementarias entre sí. La complementariedad es el resultado de la comunicación y
entendimiento mutuo, es la forma de compartir el origen de la vida y de volver a él
permanentemente para continuar su evolución. Este es el sentido de la co-creación. La formación,
es decir la materialización, tiene su sustento en la creación, en la energía. Sin energía vibracional no
existe materia, pues la formación es expresión de la energía. Por ello, el contacto de reciprocidad
permanente con la energía constituye nuestra espiritualidad existencial.

La satisfacción, la valoración y el respeto por esta realización orgánica sustentan el agradecimiento


permanente por la vida. Pero la realización orgánica sólo es posible con la evolución espiritual, con
la realización de la conciencia. Este es el camino a recorrer para alcanzar nuestra plenitud, siendo
seres esclarecidos. La sobrevivencia de la persona y la continuidad de la humanidad dependen de su
conciencia, la cual, en su capacidad autorefl exiva, se reconoce como fruto de la Madre Naturaleza
y del Cosmos. Nuestra Cosmogonía nos enseña que el mantenimiento de la vida de la persona
depende estrictamente de su propio pensamiento y de sus actos, pues el Creador Formador la ha
dotado de cualidades y facultades perfeccionadas para averiguar, buscar y realizar su existencia. La
existencia, en esta dimensión de la Madre Tierra, es nuestro espacio para reencontrarnos con el
amor, la felicidad y la ternura del Universo. El reconocimiento y el respeto a la tridimensionalidad
(Corazón del Cielo, Corazón de la Tierra y humanidad en su expresión personal y colectiva) nos
llevan a la creación y recreación de una vida en equilibrio y armonía permanentes. Este es el
concepto del Axis Mundi, el cual se sublima al alcanzar la dimensión espiritual.
E-GRAFÍA

https://www.museoxinka.com/single-post/2016/10/25/COSMOVISI%C3%93N-XINCA
http://culturaxinkagt.blogspot.com/2013/06/cosmovision-xinka.html
http://funsepa.net/guatemala/docs/Cosmovision_Maya_Plenitud_de_la_vida.pdf

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