Sei sulla pagina 1di 3

El Peligroso Hábito De La Lujuria

Escrito por Steve Gallagher

A pesar de que el pecado sexual tenía dentro de la iglesia una fuerte presencia bajo la
superficie, casi no era discutido abiertamente en 1986, cuando fundé el Ministerio de
Pureza de Vida. Los hombres que luchaban contra este pecado tenían temor de que si
eran descubiertos, los otros miembros de la iglesia los censurarían y rechazarían. Este
temor era legítimo.

Afortunadamente esto ha cambiado, y hoy se habla abiertamente del pecado sexual.


Aquellos que luchan contra él ya no son estigmatizados y rechazados como sucedía antes.
Después de todo, la lujuria es “La batalla de todos los hombres”. De hecho, la nueva frase
de moda en la iglesia es: “Dios odia el pecado pero ama al pecador”.

En efecto, mucho ha cambiado para bien durante los últimos 18 años. Aún así, temo que
el péndulo se ha ido demasiado lejos en la dirección incorrecta. ¿Podría ser que, en
nuestro intento de mostrar compasión hacia aquellos atados por el pecado, hemos
minimizado su naturaleza maligna? En nuestro afán por asegurarles a hombres caídos que
“Dios ama al pecador”, ¿hemos olvidado que Él también “odia el pecado”? ¿Estamos
dándoles a los hombres el mensaje equivocado de que Dios en realidad no está muy
preocupado por la maldad e impiedad?

A diferencia de muchas personas hoy, Jesús habló de la lujuria en los términos más serios
e incluso aterrorizantes. Por ejemplo, todos conocemos el pasaje que trata con la lujuria y
la masturbación en el Sermón del Monte:

Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que
mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón. Por tanto, si
tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se
pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno. Y si
tu mano derecha te es ocasión de caer, córtala, y échala de ti; pues mejor te es que
se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
(Mateo 5:27-30).

Antes de que pasemos rápidamente por estas bien conocidas (y para muchos,
desgastadas) palabras, debemos detenernos a examinar un importante término que Jesús
usó en este pasaje: “caer” (Griego skandalizo). Parece que Jesús está diciendo: “Si
ocasionalmente tienes un desliz espiritual, tienes que cortar la causa o serás enviado al
infierno”. ¿Cómo podría ser ese el caso? ¿Enviaría realmente Jesús a un hombre al
infierno porque “cae” en pecado de vez en cuando? Ya que estas palabras parecen no
alinearse con nuestras ideas acerca de la gracia de Dios (“Dios ama al pecador”), la
mayoría de personas tienden a pensar que Jesús realmente no quiso decir lo que dijo. Pero

2007 www.purelifeministries.org. All rights reserved.


quiero decir que Jesús no comete errores en sus declaraciones. Él dijo exactamente lo que
quería decir y es muy peligroso que supongamos otra cosa.

Una de las razones por la que estas palabras no son tomadas muy en serio por muchos
hombres es que la traducción al español que se usa aquí es bastante débil. El término
griego skandalizo es mucho más alarmante que nuestro término castellano “caer”. Tal vez
echándole un vistazo a un par de versículos donde esta palabra griega es usada nos dará
una mejor idea de lo que realmente significa:

Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han
oído la palabra, al momento la reciben con gozo; pero no tienen raíz en sí, sino
que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por
causa de la palabra, luego tropiezan (griego: skandalizo). (Marcos 4:16-17)

Muchos tropezarán (skandalizo) entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a


otros se aborrecerán. (Mateo 24:10).

En el contexto de estos dos pasajes, podemos ver que este término se refiere a la
apostasía espiritual. ¿Pero es eso realmente de lo que Jesús está hablando? ¿Acaso no se
usa también este término en una forma menos dramática? Sí, y ese es precisamente el
punto. La fuerza de la declaración de Jesús acerca de la lujuria y la masturbación debe ser
entendida en relación directa con la situación de cada individuo.

Por ejemplo, si estuviésemos hablando acerca de un hombre piadoso que “camina con el
Señor”, pero luego –en un momento de inusual debilidad- sucumbe a la tentación y
comete lujuria o masturbación, pero se arrepiente y vuelve al camino, eso lo llamaríamos
correctamente “caer”. Por otra parte, la palabra caer no sería el término más apropiado en
el caso de un hombre que regularmente se deja llevar en lascivia o masturbación. Su
pecado lo está llevando a alejarse del Dios viviente.

Muchos hombres con los que he tratado a través de los años se han engañado a sí mismos
acerca de su pecado. Les gusta decir que “luchan” contra la lujuria o la masturbación,
cuando la verdad es que ninguna lucha está ocurriendo: regularmente se rinden a las
pasiones de su carne. Pedro describió hombres como estos en la iglesia de su época:
“Tienen los ojos llenos de adulterio, no se sacian de pecar, seducen a las almas
inconstantes, tienen el corazón habituado a la codicia (lujuria, avaricia)… Han dejado el
camino recto, y se han extraviado…” (2ª Pedro 2:14-15)

Creo que esta es la clase de hombre a la que Jesús se está dirigiendo en este pasaje:
hombres que están pecando habitualmente. Ellos no se deslizan en la canaleta sólo
ocasionalmente, sino que viven ahí. Sería muy necio de parte de tales hombres minimizar
la gravedad de las palabras de Jesús en este pasaje. Él sólo usó el término infierno unas
cuantas ocasiones; en este caso lo usó dos veces. La implicación de sus palabras es clara
y no da lugar a equivocaciones.

El engaño del que muchos son presa es que como permanecen fieles en asistir a la iglesia,
no pueden ser considerados apóstatas. Uno que se aleja de la fe es alguien que ha perdido
toda semejanza con el cristianismo y está viviendo abiertamente en pecado. Sin embargo;

2007 www.purelifeministries.org. All rights reserved.


buena parte de la Biblia trata con la hipocresía de aquellos que “con sus labios me honran
pero su corazón está lejos de mí”.

El contexto de las declaraciones de Jesús en Mateo 5 gira alrededor del corazón, la vida
interior. El punto que hizo Jesús es que aun cuando un hombre no esté fornicando
físicamente, el hecho de que su corazón esté lleno de lujuria lo hace tan culpable como si
efectivamente lo estuviera practicando. Así, es posible para un individuo apartarse de
Dios en su corazón aun cuando todavía mantiene una apariencia exterior de religión.

El verdadero factor distintivo para saber si un hombre enfrentará la terrible sentencia


pronunciada por “aquel a quien se le ha dado autoridad para ejecutar el juicio”, no es si se
sienta en un banco de iglesia cada semana, sino lo que está ocurriendo dentro de él.
Aquellos que se han “descarriado” y “apartado” en sus corazones, harían bien en doblar
sus rodillas y clamar a Dios por un espíritu de arrepentimiento. Dios puede restaurar la
inocencia de cada corazón que realmente lo desea –que realmente clama a Él.

Steve Gallagher es el autor de En el Altar de la Idolatría Sexual y presidente de los Ministerios Vida Pura, los cuales están liderando
ministerios cristianos que involucran a individuos y organizaciones que tratan con el problema de pecados sexuales en todo el mundo.

Para mas información puedes llamar al (859) 824-4444 o puedes visitar nuestro sitio web: www.purelifeministries.org

Potrebbero piacerti anche