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El desarrollo humano y la

Desarrollo Sustentable justicia socio-ambiental en


16 de Junio 2020 un ambiente de globalización
Ensayo

L.E. César Augusto Razo Villagómez


INSTITUTO DE INVESTIGACIONES ECONÓMICAS Y EMPRESARIALES
– ININEEE- UMSNH
INTRODUCCIÓN

En un mundo tendiente a la integración comercial, en donde los intereses económicos


entran en conflicto con diversos intereses de la sociedad actual, encontramos una
fuerte tensión entre la liberalización comercial, la justicia social y la protección del
medio ambiente, un choque de culturas, teorías y asunciones. Por un lado se observa
que la ventaja comparativa de países subdesarrollados en base a su dotación de recursos
ambientales genera relaciones comerciales entre países en desarrollo y desarrollados, que
derivan de una especialización aportando alguna solución a los problemas de la pobreza y la
degradación ambiental; dado el carácter público de estos bienes, una explotación más
eficiente, imaginativa y, solidaria, podría contribuir en mucho mayor medida a la resolución de
estos dos graves problemas, participando en ello los países mas desarrollados. En un mundo
tendiente a la integración comercial, en donde los términos ecología, economía y consciencia
moral son ejes de una de las discusiones más importantes y ríspidas para el presente y futuro
de la economía de los Estados y la subsistencia de nuestro planeta. El desarrollo humano y
sustentable involucra múltiples cuestiones entre las cuales se destacan la pluralidad de
valores, la necesidad de resignificación de la Política y la urgencia de delimitar las
posibilidades reales de la ciencia.

El desarrollo humano y la justicia socio-ambiental en un ambiente de


globalización.
Conlleva a preguntase si el actual modelo económico global, que se basa en una
serie de suposiciones sobre la forma en que funciona el mundo, sobre qué es la
economía y para qué sirve la economía.  ¿Si es el crecimiento de la economía de
mercado, medida por el producto interno bruto (PIB), es el principal medio para
mejorar el bienestar humano?. Y si tiene sentido pensar en la economía como solo
bienes y servicios comercializados y pensar en el objetivo de como aumentar la
cantidad de estos que se producen y consumen; y continuar impulsando la rueda del
crecimiento económico. Hoy en día la preocupación de algunos Estados a nivel
global, esta más encausada en generar condiciones de justicia ecológica y de no
priorizar al PIB, como indicador del crecimiento; mientras a la vista se observa el
lastimoso deterioro de la biosfera.

La interrogante es entonces, ¿sí requerimos remplazar el indicador crecimiento del


PIB?, y si cuando aumenta, ¿cuanto más daño estamos haciendo a nuestro medio
ambiente y cuanta mas desigualdad estamos generando?, ¿Debemos entonces

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generar un Estado de Bienestar?. Existen propuesta para medir el Índice de Bienestar
Económico Sostenible. En algunas regiones del mundo, como en Nueva Zelanda, y
Escandinavia, incluso han disminuido ligeramente su crecimiento del PIB, respecto a
años anteriores, y generado un mayor Índice de Bienestar Sostenible. “la prosperidad
consiste en nuestra capacidad de ser felices como seres humanos, dentro de los
límites ecológicos de un planeta finito”. “El reto para nuestra sociedad es crear las
condiciones donde se haga posible, siendo esta tarea la más urgente de nuestra
época” (Jackson, 2011).

La justicia ecológica, el Estado de Bienestar, el reconocimiento constitucional de


derechos a la naturaleza se traduce en el abandono del enfoque antropocéntrico en
que se funda el derecho ambiental, para abrazar una perspectiva colectiva
biocéntrica, donde el objetivo es proteger la vida misma más que una especie en
particular (Ávila, 2011). Además, la obligatoriedad de restauración integral de la
naturaleza supone una orientación biocéntrica que no se agota en proteger el
bienestar de los seres humanos. La justicia ambiental asume la naturaleza como un
objeto más que como un sujeto, pues tiene como meta proteger el medio ambiente en
tanto que los daños a él causados puedan afectar a los seres humanos. La naturaleza
es un medio para asegurar el bienestar de los seres humanos, no un fin en sí misma.
Los derechos a un ambiente sano están comprendidos dentro de los derechos
humanos. En cambio, desde la perspectiva biocéntrica, no es suficiente reconocer la
naturaleza como un bien jurídico al servicio de los seres humanos, es preciso
reconocerla como sujeto de derechos (Stutzin: 1985).

Desde el pensamiento neoliberal hasta algunas vertientes de la izquierda subyace una


concepción ligada a la idea de progreso que ata el desarrollo al crecimiento. Sin
embargo es imperativo analizar si esta concepción es insostenible desde el punto de
vista ambiental. La disponibilidad de enormes recursos naturales en gran parte de los
países mas pobres, no ha sido sinónimo de desarrollo. Por el contrario, ha aumentado
la desigualdad social, la brecha en la distribución del ingreso, y los impactos
ambientales.

Quienes trabajan en favor del libre comercio, buscan limitar los esfuerzos para ligar la
creación de políticas comerciales a las políticas de protección del medio ambiente.
Incluso, en algunos casos, buscan eliminar completamente tales esfuerzos. El

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argumento se basa en que es mejor mantener fuera del proceso de creación de
políticas comerciales temas como el control de la contaminación y la administración
de recursos naturales. Por otra parte, también existen quienes intentan colocar la
creación de políticas comerciales en un contexto más amplio y tolerante, con la
intención de construir dentro del sistema internacional de comercio una
sustentabilidad ambiental. Sin embargo, en realidad no existe la posibilidad de obviar
el hecho de que el comercio y el medio ambiente están ligados.

Es importarte que tomemos en cuenta que el consumismo es el motor del capitalismo;


nuestros hábitos de consumo influenciados por los gustos, preferencias, y
necesidades (según Maslow); las técnicas de mercadeo que nos impulsan en muchas
ocasiones a adquirir productos que no necesitamos o que no son prioritarios para
cubrir una necesidad de subsistencia son el mecanismo empleado por el capitalismo
para poder seguir funcionando y generando riqueza a costa de la explotación del
hombre.

“El mercado es imperfecto, y corresponde al gobierno el


cometido de corregir los fallos del mercado. Los
mercados por sí solos es posible que no aseguren ni el
pleno empleo ni las condiciones de trabajo debidas.
Existen imperfecciones de la competencia e
imperfecciones de la dirección de las empresas frente a
las cuales las leyes que garantizan a los trabajadores los
derechos de sindicación y negociación colectiva pueden
servir para restaurar el equilibrio, dar una voz más
respetada a las aspiraciones de los trabajadores y
fortalecer la eficiencia económica general” (Stiglitz, 2001)

La liberalización comercial ha pasado de disminuir aranceles a la eliminación de


barreras no arancelarias. Dado que algunas regulaciones domésticas pueden
potencialmente ser interpretadas como barreras no arancelarias. Algunos de los
países desarrollados han negociado la reducción de tarifas y la eliminación de
subsidios para los bienes en los cuales tienen una ventaja sobre los demás, en
cambio los hace más renuentes para marcar nuevos rumbos en sus mercados y
eliminar subsidios en otras áreas donde los países en vías de desarrollo tienen
ventaja.

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En un mundo en el cual la pobreza esta a la puerta del comercio internacional, es
realmente perturbante, que los países desarrollados no reduzcan sus tarifas y
subsidios en los bienes de interés para los países en vías de desarrollo.

La liberalización comercial puede promover el desarrollo, pero los resultados de


diferentes políticas de comercio han variado a través de países.

En el largo plazo, el impacto en el medio ambiente a través del libre comercio, genera
un impacto ambiental que en muchas ocasiones puede ser irreparable como los
huertas de palta (aguacate) en chile, que prácticamente ha llevado a una erosión,
deterioro del suelo y escasez del agua irreparable, en donde el ecosidio generado y
las implicaciones actuales van mas allá de la ambición.

Conclusiones

La disyuntiva se centra en analizar, sí el crecimiento económico mejora la calidad de


vida y del medio ambiente, cuando el nivel de ingreso per cápita y los efectos del
desarrollo tecnológico impacten de manera favorable; o sí la ambición desmedida del
consumismo y la expansión del comercio, genere un incremento de la actividad
económica deteriorando el desarrollo humano y la calidad ambiental, haciendo un
uso desmedido del medio ambiente en un entorno de sustentabilidad débil o fuerte.
La evidencia empírica nos muestra por momentos que la expansión del comercio
aparece como un factor que puede empeorar las condiciones ambientales y sugiere
que los beneficios de liberalización dependen de muchos factores, y así el proceso
de marcar nuevos rumbos en el comercio necesita ser sensible para las condiciones
nacionales.

La evolución o involución de nuestras sociedades, aunado al seguimiento de


las políticas económicas actuales, la falta de conciencia social y el deterioro
ambiental, nos esta llevado a limites en el que nos estamos autodestruyendo como
especie; basta con observar que el calentamiento global está acelerando el cambio
climático, las desigualdades sociales, las brechas abismales entre las clases

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sociales. Aunque todos hablamos con pasión de la importancia de los principios
democráticos gubernamentales, también reconocemos que nuestras
democracias son imperfectas, y que algunas voces se oyen más que las de
otros. En la arena de la política económica internacional, las voces de los
intereses comerciales y financieros se oyen mucho más que las de los intereses
del trabajo y de los consumidores. Las consecuencias hablan por sí mismas: la
creciente insatisfacción con las políticas reformistas es fruto, en parte, del
perjuicio que han causado a tantas personas. Las brechas de económicas se
han acrecentado en muchos países subdesarrollados que han basado su
economía en el comercio internacional, la actual tendencia proteccionista de las
economías internacionales podrán ser solo eficaces, mediante acuerdos
internacionales que no solo protejan los intereses financieros, sino el cuidado del
medio ambiente y la participación y renta de los trabajadores.

Bibliografía:

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Fondo de Cultura económica.
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 Muñoz, H. (1994). El debate comercio internacional vs. ecología. Estudios
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 Stiglitz, J., & Charlton, A. (2007). Comercio justo para todos. Santillana
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 Urquidi, V. L., & Egea, A. N. (2007). Desarrollo sustentable y cambio global.
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