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Enfoque Metodológico de Ordenamiento Ecológico

Berroterán, José L.
Universidad Central de Venezuela, Facultad de Ciencias, Instituto de Zoología
Tropical, Caracas-Venezuela. Aptdo 47058, Fax 58 212 6051204, e-mail
jberr@strix.ciens.ucv.ve

RESUMEN

El trabajo está conformado por la presentación de los conceptos básicos


relacionados con el análisis y la ordenación de los ecosistemas. El esquema
metodológico comprende la interpretación sistémica de la información
recopilada y la generada en el proceso, la conformación de las unidades
ecológicas y su caracterización, la diagnosis de su potencialidades y por último
la zonificación de los ecosistemas para establecer las prioridades, amenazas,
modelos de intervención, vulnerabilidad y planes de conservación. La
organización de los ecosistemas en un modelo jerárquico con identificación de
cinco niveles de abstracción, criterios discriminantes para cada nivel y las
clases para cada componente del sistema, es una propuesta como una
solución a la identificación y limitación de los ecosistemas en el proceso de la
ordenación de ecosistemas, dentro de las premisas de conservación y utilidad
a la humanidad.

1. Introducción

Para realizar el ordenamiento de los ecosistemas es necesario el análisis de


los ecosistemas nativos e intervenidos, y referirnos a los conceptos de
estructura, funcionalidad y evolución de los sistemas ecológicos considerados
como un todo. Razón por la cual se discutirán los conceptos básicos de
ecosistemas en el contexto de análisis integrales y totales.

Es necesario contar con una estructura teórica y sistemática que permita


examinar las relaciones generales del mundo empírico dentro del cual se
ubican los recursos naturales. Este es el objetivo de la teoría general de
sistemas donde está contenido el sistema ecológico o ecosistema. Este último
es el resultado de la integración e interdependencia ordenada de los elementos
vivos y no vivos de la naturaleza. La noción fundamental de un sistema
consiste simplemente en que es una totalidad que convierte al todo en algo
diferente de las partes individuales consideradas por separado y en algo más
que ellas. En general un sistema es una totalidad conformada por elementos
interrelacionados que persigue algún objetivo identificable o finalidad. Esta
entidad puede ser concreta o abstracta, natural o artificial y posee una cierta
dinámica real o imaginada, un objetivo o finalidad y esta inmersa dentro de una
totalidad mayor o entorno (Latorre, 1996).

El desarrollo del concepto de ecosistema es un proceso largo y complejo, el


cual, luego de pasar por todas las etapas del análisis de cada uno de los
elementos integrantes del sistema se logró finalmente reunirlos en una sola
unidad estructural y en un solo proceso de funcionamiento. El ecosistema es la
unidad funcional y estructural de la naturaleza. Existen varias definiciones de
ecosistema que conceptualmente son similares. Una manera de definírsele
puede ser la siguiente: el ecosistema es un arreglo de componentes bióticos y
abióticos, o un conjunto colección de elementos que están conectados o
relacionados de manera que actúan o constituyen una unidad o un todo.
Conexión y relación en cualquier sistema dinámico significa transporte de
materia, energía e información (Bech, 1974, Odum, 1993).

El ecosistema se caracteriza por su estructura y funcionamiento, existe una


interdependencia entre ellos, expresada en su cambio de estado, y es factible
actuar sobre uno y modificar el otro. La estructura de un sistema esta
conformada por el conjunto de características más invariantes en el tiempo, las
cuales aseguran la existencia del sistema. El funcionamiento se refiere a la
transformación efectuada por cada subsistema y los flujos entre subsistemas y
el entorno. La evolución es la modificación de las leyes de transformación de
los subsistemas, de la frontera del sistema, del modo de organización de los
subsistemas y de los canales de comunicación entre el subsistema y el
entorno.

Son pocos los esquemas metodológicos y modelos de organización de


ecosistemas propuestos en América. Se puede mencionar el modelo jerárquico
de delineación de ecoregiones de Bailey (1983), quien propuso para los
Estados Unidos de América un modelo a cuatro niveles categóricos de
percepción (dominio, división, provincia y sección) dentro de un esquema
geográfico de regionalización, con base a criterios de clima y vegetación.
Mientras que el SEDUE (López-Blanco y Villers-Ruiz, 1995) en Méjico utiliza un
sistema multicategórico con el uso de la geomorfología como criterio de
delimitación de paisajes a varios niveles categóricos (Provincia ecológica,
sistemas ecogeográficos, paisaje y unidad natural). El uso de regiones,
subregiones ecológicas y unidades menores es considerado por Clarke y otros
(1991) y Bryce y Clarke (1996) como un proceso para clasificar ecosistemas y
organizar el espacio, para ello usan sistemas multicategóricos de clasificación
de paisajes. Sarmiento y Monasterio (1971), Sarmiento y otros (1971),
Berroterán (1988, 1994) han usado en Venezuela sistemas de clasificación de
paisajes multicategóricos y subdivisivos, de lo general a lo particular, que
permiten analizar los paisajes y mostrar su patrón de distribución desde niveles
megaecológicos hasta microecológicos. Ponce-Hernadez (1994) y Etter (1994)
han propuesto métodos y modelos jerárquicos de ordenación de paisajes para
la Amazonía colombiana, utilizando el clima y geoformas en los niveles
categóricos superiores y la vegetación en los inferiores.

La inmediata necesidad de hacer un uso racional de los recursos ambientales y


la imperiosa acción de frenar el deterioro y degradación de los ecosistemas en
Latinoamérica, plantea como prioridad el estudio de los ecosistemas con la
finalidad de proponer un mejor ordenamiento del espacio dentro de un entorno
socioeconómico y ecológico. La propuesta de metodología, metas y acciones
de ordenamiento con logros concretos es la justificación para proponer
esquemas de estudios de ordenamiento ecológico que faciliten la correlación
objetiva y extensión del conocimiento en las diferentes regiones de
Latinoamérica.

2. Conceptos de Ordenamiento

La protección del ambiente, conservación y racional uso de los recursos


naturales renovables forma parte esencial de la política de ordenación del
territorio por parte del estado. La planificación ambiental y ordenación del
territorio deben proponer estrategias y métodos que permitan evaluar el
territorio desde aspectos físicos naturales, bióticos, sociales, culturales y
económicos, con inclusión del carácter espacial y evolutivo de cada variable.

La Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial de Venezuela de 1983, en Gaceta


oficial de la República de Venezuela, establece las disposiciones que regirán el
proceso de ordenamiento de territorio en concordancia con la política de
estado. El artículo 2 de la Ley de Ordenamiento Territorial define la ordenación
del territorio como “la regulación y promoción de la localización de los
asentamientos humanos, de las actividades económicas y sociales de la
población, así como del desarrollo físico espacial, con el fin de lograr una
armonía entre el mayor bienestar de la población, la optimización de la
explotación y uso de los recursos naturales y la protección y valorización del
medio ambiente, como objetivos fundamentales del desarrollo integral”

Esta definición de ordenamiento territorial contempla un proceso integral cuyos


fines se refieren a la obtención del bienestar social con la consideración de
variables de índole físico territorial, sociales, culturales, económicas y político-
administrativas. No obstante, a nivel nacional ni siquiera se han alcanzado las
metas mínimas, como viene a ser la planificación física, es decir la asignación
de uso de las tierras, localización de poblaciones y actividades económicas en
los espacios más idóneos.

La ordenación territorial confronta dificultades debido a una falta de coherencia


entre los objetivos, métodos, análisis y acciones. Las medidas de ordenamiento
territorial no pueden ser compulsivas en un estado democrático, deberían ser
indirectas y de consenso, en donde el estimulo, la promoción y la participación
de la sociedad serían los mecanismos más idóneos para el logro de las metas
(Méndez, 1990).

El ordenamiento territorial iniciado en 1978 y sustentado jurídicamente en 1983


con la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial, ha sido positivo en coadyuvar
a la inclusión de la visión ambiental en la sociedad e instituciones nacionales,
también a facilitado el mantenimiento e incremento de las áreas bajo régimen
especial de administración para la conservación de los ecosistemas. Una de las
tareas a solucionar en la ordenación es la búsqueda de la armonía entre las
áreas a conservarse y las áreas a ser usadas, para ello es necesario una
buena ordenación ecológica de los ecosistemas con base a sus características
estructurales, funciones y adaptabilidad a usos. En Venezuela es poco
existente los ordenamientos ecológicos como plan del estado, se restringen a
pocos ensayos en los parques nacionales, a proyectos de investigación
adelantados por las universidades e institutos de investigación y a proyectos
financiados por el sector petrolero y minero.

Para fines del presente trabajo la ordenación ecológica se puede definir como “
el proceso de análisis y organización de los ecosistemas en categorías y
clases, basadas en sus características estructurales, funcionales,
potencialidades y estado de conservación de los ecosistemas, todo ello con
referencia a un marco espacial y evolutivo que permita su representación en el
espacio y el establecimiento de modelos armónicos de uso y de acciones
tendientes a satisfacer las necesidades humanas con una visión sostenible y
conservacionista de los ecosistemas que permita prever los conflictos de uso y
degradación de los ecosistemas por efecto de las actividades
socioeconómicas”.

El potencial de los ecosistemas es su capacidad para proveer ciertas


posibilidades y condiciones de producción para usos variados con objeto de
satisfacer las necesidades de la sociedad humana en una forma sostenible.
Para un uso racional del ecosistema es indispensable conocer los valores
límites del potencial que determinan la capacidad de carga del sistema por
acción antrópica, la cual es la capacidad para soportar cierta clase e intensidad
de presión humana sin alterar su estructura. La potencialidad del sistema viene
dado por las propiedades de resilencia, estabilidad, homeostasis y
productividad del ecosistema.

El estado de conservación de un sistema puede evaluarse usando indicadores


del ecosistema, como: perdida de biodiversidad y hábitat:, bloques o trozos de
hábitats, porcentaje de área no intervenidas, rata de conversión de la
vegetación nativa, degradación de características del sistema por erosión,
contaminación etc. Dinerstein et al (1995) evaluaron el estado de conservación
de las ecoregiones de Latinoamérica usando los pesos de las siguientes
características de los ecosistemas:

• Perdida de hábitat: 40%

• Bloques o trozos de hábitats: 20%

• Degradación por erosión, contaminación etc.: 20%

• Rata de conversión de ecosistemas nativos: 10%

• Grado de protección de áreas naturales: 10%

El conocimiento de la estructura y procesos del ecosistema, con una


evaluación de su estado de conservación y prospección de su potencialidad,
vulnerabilidad y fragilidad, constituyen las bases del ordenamiento ecológico, el
cual debe estar inmerso dentro de la matriz socioeconómica, cultural y política
de la sociedad y el estado.

3. Esquema Metodológico para Estudios de Ordenamiento Ecológico

En la figura 1 se muestra la secuencia de actividades a realizar en un proceso


investigativo de ordenamiento ecológico con el apoyo de sistemas de
información geográficos desde la incorporación de la información existente
hasta la definición de áreas prioritarias a ser conservadas y los modelos de
intervención de los ecosistemas. Un elemento resaltante en la delimitación
espacial y caracterización estructural de los ecosistemas es la interpretación
integral y sistémica de la información básica generada en el proyecto y la ya
existente de suelo, geomorfología, clima, geología, vegetación, usos
potenciales y actuales. Para ello es necesario el establecimiento de las
interrelaciones estructurales y espaciales de los componentes del ecosistema,
los niveles de abstracción de cada componente del ecosistema, la
determinación de las variables síntesis y la comprensión de los indicadores de
los procesos o funciones discriminantes de los ecosistemas. Este proceso
genera el primer modelo espacial de ecosistemas del área estudiada.

Los niveles de las características de las unidades ecológicas son comparadas


con los valores requeridos para la adaptabilidad a usos específicos, como:
agrícola, urbanístico, industrial, minero, conservacionista, proteccionista etc.
Con la finalidad de determinar los niveles críticos para la adaptabilidad de los
usos específicos y los umbrales de la combinación de las diferentes cualidades
a valorarse para cada uso en los diferentes ecosistemas deben realizarse
investigaciones básicas y aplicadas.

Este análisis comparativo permite establecer el diagnostico de potencialidades


el cual según Ribas (1992) es una evaluación de la capacidad y vulnerabilidad
que presenta el ecosistema para acoger las actividades de desarrollo
económico. Este desarrollo no solo debe ser económicamente viable, si no que
también tiene que basarse en los principios de protección de los ecosistemas
con conocimiento de su capacidad de carga a usos específicos.

La ordenación definitiva de los ecosistemas de una región o localidad está


basada en las características, distribución espacial, procesos y potencialidades
de los diferentes ecosistemas que la componen. Es un análisis de la
determinación de prioridades y clases de ecosistemas con base a las
características síntesis y conductoras de los flujos y ciclos, a la vulnerabilidad,
sensibilidad o fragilidad, estado de conservación y degradación de los
ecosistemas. La organización espacial de estos ecosistemas con normas de
conservación y uso es lo que permitirá una armonía entre la satisfacción de las
necesidades humanas y la conservación de los recursos. Es la zonificación y
ordenación de los ecosistemas considerando los usos potenciales.

El esquema metodológico propuesto (Figura 1) se adapta a cualquier extensión


del área estudiada y nivel de escala.
Figura 1. ESQUEMA METODOLÓGICO DE ORDENAMIENTO ECOLÓGICO

Objetivos del estudio

Escala de trabajo

Análisis de información requerida

Clima Procesamiento de
Datos espaciales Vegetación sensores remotos
y atributales existentes Geología
Geomorfolgía (relieve,tiempo)
Actividad humana Verificación de campo
Usos potenciales
SISTEMA DE INFORMACION GEOGRAFICO

Análisis y Vegetación
correlación de la Uso actual
información Relieve

Interpretación
sistémica

Caracterización de las Límites preliminares de


Unidades Ecológicas y Actividades de las Unidades
análisis de procesos campo y laboratorio Ecológicas

Requerimientos de Usos:
Agrícola Unidades Ecológicas
Turismo (estructura, función, limites)
Conservacionista
Urbanístico-Industrial
Proteccionista, etc.
Criterios:
Diagnostico de Potencialidad específica
Fragilidad
potencialidades Vulnerabilidad
Representatividad espacial y estado
de conservación

Zonificación de ecosistemas y
ordenamiento ecológico

Establece

Prioridades de Ecosistemas amenazados por Modelos de conservación Potencialidad y


investigación, uso actual y conflictos de e intervención vulnerabilidad a usos
educación y gestión intervención en los ecosistemas
4. Consideraciones de la escala

El ecosistema puede corresponder a diversas unidades, desde muy pequeñas,


tal como ocurre con un jardín, o ser mayores, como cultivos, campos de
ganado, bosques, e incluso los recursos ocupados por un país entero o por un
continente. El mínimo de tamaño debe ser tal que no destruya esta unidad
compleja, y por lo tanto, que mantenga todos los elementos básicos que
constituyen el sistema. Cada unidad constituye un microecosistema, los cuales
se pueden integrar en otros de tamaño cada vez mayor hasta formar el
macroecosistema. Con el desarrollo de la ecología de paisajes se ha
introducido el análisis de los limites espaciales de los ecosistemas como una
característica importante.

La naturaleza de la heterogeneidad espacial con los cambios de escala es de


interés en la ordenación ecológica. Un paisaje puede parecer heterogéneo en
una escala, pero completamente homogéneo en otra escala, por tanto, es ella
quien controla las definiciones de heterogeneidad y diversidad de paisajes. Al
progresar desde una escala fina hasta una escala basta, los patrones
espaciales de los organismos cambian gradual o abruptamente (Forman y
Godron,1986). Cambios en los patrones a escala ancha pueden ser medidos
con tecnología de sensores remotos, y un entendimiento de las relaciones
entre procesos y patrones, permitiría inferir cambios funcionales (Turner y
Gardner, 1990).

Unas pocas variables pueden ser adecuadas para predecir muchos patrones
de paisajes. La relativa importancia de los parámetros controlando los procesos
ecológicos parecen variar con la escala espacial (Meentemeyer y Box 1987).
Varios estudios sugieren que al nivel de paisaje, solamente unas pocas
variables pueden ser requeridas para predecir los patrones espaciales, la
velocidad de los disturbios o los procesos del ecosistema. Esas observaciones
pueden simplificar la predicción de la dinámica de los paisajes si una cantidad
de variación significativa puede ser incorporada en pocos parámetros, por lo
tanto, es necesario un mejor entendimiento de los parámetros esenciales para
la predicción de los patrones a diferentes escalas (Turner y Gardner, 1990).
Entonces, en el planteamiento de un modelo de organización jerárquico de
ecosistemas es necesario considerar el factor escala y las características
síntesis que se relacionan con el nivel de estudio.

5. Modelo de clasificación de ecosistemas

Se conformó un sistema jerárquico, multicategórico y subdivisivo, con cinco


niveles categóricos: gran megaecológico; megaecológico, macroecológico,
mesoecológico y unidad de ecosistemas. En la Figura 2 se muestra el sistema
con los criterios usados y ejemplos de clases en cada nivel categórico.

Existe un nivel categórico superior que no es mostrado en el sistema el cual


tiene importancia a nivel de estudios muy generales del país y de grandes
regiones de varios países. Se corresponde con las provincias fisiográficas
(Cordillera de la Costa, Llanos, Cordillera Andina, Delta del Orinoco, Guayana,
Depresión del Lago de Maracaibo, Colinas Lara-Falcón) definidas por Zinck
(1980) y las bioregiones reportadas por Huber (1980) y MARN (2001), es
cercano a la ecoregión utilizada por Dinerstein et al (1995) para identificar los
ecosistemas a nivel Latinoamericano. Una ecoregión es definida como un
ensamblaje geográficamente distintos de comunidades naturales que: a.)
comparten una gran mayoría de sus especies y dinámica ecológica b.)
Comparten similar condiciones ambientales c.) interactúan ecológicamente en
las vías que son críticas para su persistencia a largo plazo. Son macrounidades
que tienen un ensamblaje de comunidades vegetales y condiciones
ambientales similares que la hacen distinta geográficamente.

El primer nivel categórico (gran megaecoecosistema) del sistema propuesto se


corresponde con las regiones naturales de las Provincias geográficas, como
ejemplo se tienen el Tramo Central y Oriental de la Cordillera de la Costa, los
Llanos Altos y Llanos Bajos. Los grandes megaecoistemas son separadas por
aspectos del megarelieve, por su geológica y localización geográfica. Permiten
organizar los grandes sistemas naturales a un nivel de abstracción nacional. Se
corresponden con las provincias ecológicas usadas por SEDUE (López-Blanco
y Villers-Ruiz, 1995) en Méjico para la regionalización del país. Son cercanas a
las regiones naturales utilizadas por el MARN (1980) como marco de referencia
regional en el Programa de ordenamiento territorial de Venezuela. En el
presente trabajo no se le da realce al tipo de vegetación que contienen, como
sí lo hicieron Huber y Alarcón (1988), que definieron subregiones de vegetación
con fines de estudios fitosociológicos.

Figura 2. MODELO DE CLASIFICACIÓN DE ECOSISTEMAS

NIVEL EJEMPLOS DE CLASES CRITERIOS USADOS

CATEGORICO

TRAMO CENTRAL DE LA CORDILLERA DE Región natural


GRAN LA COSTA Megarelieve
MEGAECOSISTEMA Geología

Subregión natural
Macrorelieve.
Material Parental
MEGAECOSISTEMA RAMAL DEL RAMAL DEL INTERIOR Altura relativa sobre el nivel
LITORAL SECTOR SUR del mar.
Comportamiento hidrológico.
Distribución de fauna

Mesoclima.
MONTAÑOSO BAJO COLINOSO CON Número de meses humedos.
CON CLIMA SUB- CLIMA SUB- Paisajes geomorfológicos.
HUMEDO-HUMEDO, HUMEDO-SECO Mesorelieve.
MACROECOSISTEMA BOSQUE Fisonomía de la vegetación-
SEMISIEMPREVERDE Tipos de vegetación.
Características de los suelos
Distribución de fauna

Asociación de formas de
terreno repetitivas.
PLANO MONTAÑA BAJA, Mesoclima
INCLINADO, BOSQUE Clases de vegetación.
MESOECOSISTEMA
BOSQUE DECIDUO SIEMPREVERDE Uso actual
BAJO ALTO Características de los suelos.
Susceptibilidad a erosión,
Inundación

PARTE
INTERMEDIA DE CUMBRE DE Formas de terreno con
El segundo nivel de abstracción
MONTAÑA CON
de los megaecosistemas
FORMA se homogeneidad
definen por el en
relativa
UNIDAD DE
MATERIALES ALARGADA Y relieve suelo, vegetación,
ECOSISTEMA
macrorelieve (morfoestructura), posición relativa con relación a las subregiones
ESQUISTOSOS, CONVEXA, fauna y uso de la tierra.
PENDIENTE DOMINANDO LAS
MAYOR DE 30% OTRAS FORMAS
vecinas, litología y comportamiento hidrológico-sedimentológico, puede o no
existir una gradación climática, variabilidad en los tipos de vegetación presente,
aunque la dominancia es de muy pocos tipos. Las superficies pueden alcanzan
miles de Km2. Los megaecosistemas se definen espacialmente con ayuda de
las Subregiones geomorfológicas propuestas por Berroterán (1984), como
vienen a ser la Depresión del Lago de Valencia, Serranía del Interior Sector
Sur, del Litoral etc. Tienen utilidad para comprender los grandes sistemas
regionales de un país, con compresión de las interacciones intraregionales.
Tienen expresión a escala de 1:500.000 o menores. Son cercanas a las
subregiones naturales utilizadas por el MARN (1980) en el Programa de
ordenamiento territorial de Venezuela.

El tercer nivel del sistema propuesto está conformado por macroecosistemas


que presentan un mesoclima dado o climas no contrastantes, un paisaje
geomorfológico (Zinck, 1980) o asociaciones específicas de tipo de relieve,
existe una apariencia de los tipos de vegetación que se puede relacionar a
cada tipo de relieve y mesoclima. Los macroecosistemas se obtuvieron de las
subdivisiones de las subregiones ecológicas. Sus extensiones son decenas,
centenas o miles de Km2. A este nivel se empiezan a analizar los paisajes con
énfasis en los aspectos bióticos, climáticos y de potencialidad y uso de la tierra.

Los macroecosistemas son sistemas ecológicos conformados por componentes


con heterogeneidad espacial, constituidos por mesoecosistemas, que
constituyen los elementos de estos macroecosistemas. Con el análisis de la
heterogeneidad espacial y sus componentes (mesoecosistema), se puede
definir la matriz, parches, relaciones internas etc. Cada macroecosistemas
tiene un comportamiento diferente a sus vecinos, en por lo menos alguno de
sus componentes.

Los mesoecosistemas tienen comportamiento relativamente similar, en cuanto


al tipo de relieve, mesoclima, posición relativa, distribución de las clases de
vegetación, especies dominantes de fauna y flora, uso actual y características
de suelos. Estas características les permite diferenciarse de los otros
mesoecosistemas dentro del macroecosistema. Constituyen el cuarto nivel de
abstracción del sistema.
El quinto nivel de abstracción está conformado por la unidad de ecosistema, la
cual tiene una misma forma de terreno, vegetación a nivel florístico y
fisionómico, suelos, uso actual, fauna y mesoclimas, al variar uno de ellos
cambia la unidad de paisaje. Este nivel es apto para estudios detallados, se
utiliza para definir los elementos que componen los diferentes ecosistemas, al
considerarse el elemento básico de muestreo y estudio.

En estudios muy detallados se podrían proponer otros niveles categóricos para


las clasificaciones de paisajes ecológicos, como en Berroterán (1994),donde se
usaron los criterios de especies vegetales dominantes y suelo (gran grupo,
niveles de nutrimentos y composición granulométrica) para el nivel más bajo,
mientras que para el penúltimo nivel se utilizó la densidad de plantas,
cobertura, biodiversidad de plantas, drenaje, bases disponibles, textura,
fragmentos gruesos y la forma de terreno. Los otros dos niveles superiores de
este sistema son identificados por la fisionomía de la vegetación y el tipo de
relieve.

6. Consideración final

Es conocido que los estudios de ordenamiento ecológico a nivel


Latinoamericano son una necesidad, sin embargo, hay escasa experiencia en
el análisis integral de los ecosistemas y su ordenamiento dentro de un contexto
social. No obstante, la información básica que se ha generado sobre cada
componente (suelo, relieve, clima, vegetación etc.) del ecosistema es extensa,
se plantea la conveniencia de su integración como un todo, considerando los
niveles de abstracción para cada componente. El intercambio de experiencias y
homogeneización de criterios a nivel de países y regiones es una prioridad.
Razón por la cual se propone el actual modelo para ordenar ecosistemas a
cualquier nivel de abstracción y escala de trabajo, con el análisis sistémico de
la información y la interpretación de potencialidades. La organización de
ecosistemas en un modelo jerárquico, con identificación de los niveles de
abstracción, criterios discriminantes y las clases es una propuesta para
solucionar la identificación y limitación de los ecosistemas.
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