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José Alejandro Leal Rolón

Universidad Nacional de Colombia


Materia: Filosofía antigua I
Escrito reflexivo: Libro VIII, La República

Después del intermedio metafísico, Sócrates y Platón reanudan la discusión con respecto al
tejido filosófico y la estructuración social del Estado donde lo habían dejado en el libro IV.
Es interesante el giro noseológico que se presenta, pues de explicar cuál sería el modelo
perfecto de Estado, el aristocrático, donde gobiernan los ‘mejores’, o en otras palabras, los
reyes filósofos. Sócrates ahora nos habla de formas imperfectas, en las que el orden
orgánico racional que debía reinar entre todos los segmentos funcionales de la polis y del
alma individual se ha turbado. Menciona cuatro tipos de Estado, que a su vez concuerdan
con un tipo respectivo de hombre-psique: la timocracia, en la que reina la fogosidad y el
honor, la oligarquía, donde reinan los adinerados y el ansia por acumular riquezas sega el
poder de la razón y los sentimientos que la acompañan, a este sigue la democracia. En ella
el principio de jerarquía sustentado en la justicia y el bien común que antes había esbozado
Platón es inexistente, pues múltiples formas de constituciones, pensamientos y sujetos
coexisten en un mismo espacio cívico en el que todos los argumentos poseen el mismo
peso, así su fisonomía sea la opinión o el conocimiento. Por último, queda la tiranía, en la
que un líder déspota valiéndose de un sequito domina la polis de manera férrea, eliminando
todo aquello que signifique un peligro para su gobierno; el libro finaliza posponiendo la
explicación del hombre tiránico para el siguiente. Cabe afirmar que en estos últimos tres
modelos, son los apetitos los que gobiernan el razonar y actuar de los individuos, sin
embargo, Platón se ve obligado a bifurcar estos en dos clases probablemente al notar claras
diferencias entre el oligarca con fuerte sentido del ahorro (lo que indica cierta ética de la
responsabilidad y racionalidad económica) y el democrático, que se entrega a placeres
corpóreos. Así, los distingue entre los que son necesarios, que agrupa tanto los que son
inevitables como los que no son beneficiosos en sí (Crombie, pág. 145), y por otra parte
están los innecesarios, que se caracterizan por ser los más comunes y al mismo tiempo por
la posibilidad de ser superados mediante la educación y disciplina adecuadas. Otro aspecto
interesante es el devenir decadentista que se percibe en la explicación gradual de la
transformación de un Estado en otro, la degeneración que parte de la timocracia hasta la
tiranía por el desacato del “número sagrado”, ligado a los ritmos reproductivos de la polis.
Idea similar a la expuesta por el sociólogo alemán Oswald Spengler en su obra Decadencia
de occidente, en ella configura un ciclo de vida psico-somático para todas las
civilizaciones: nacen, alcanzan su apogeo, se degeneran, y mueren; lo que da paso así a la
siguiente.
Bibliografía
Crombie, I.M (1988). Análisis de las doctrinas de Platón. Vol. I. Trad: Torán, A. y Armero,
J. Madrid: Alianza
Platón. (2006). Diálogos IV: República. Madrid: Gredos.

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