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Arqueología de los siglos

románicos en el ámbito de
la actual provincia de
Palencia

Jaime Nuño González


X
emenus fecit et sculpsit istam porticum. alguna clave -ciertamente superficial- sobre estos
Orate pro eo, dice una inscripción del des- personajes: Jimeno preocupado por la salvación de
tartalado monasterio de Nogal de las su alma, Nicolás un cantero mucho más descuida-
Huertas. Nicolao me fecit, se puede leer en toscas do ya que su descuidada inscripción para nada se
letras que pasan casi desapercibidas en una elegan- corresponde con la finura de la portada y edificio
te portada de Santa Eufemia de Cozuelos. Michae- en que se encuentra -tal es así que hasta cabe dudar
lis me fecit, reza la inscripción de la pequeña igle- de la identificación de Nicolás con el artífice de la
sia de Revilla de Santullán. Aparte de estos y otros obra-; por su parte, Miguel sería el más vanidoso
nombres de canteros que intervinieron en la cons- al dejar junto al nombre un retrato suyo afanándo-
trucción de los edificios románicos de la actual se con la maza y el puntero.
provincia de Palencia, ¿qué sabemos de ellos que Pretender saber más cosas acerca de cada uno
no sea su mayor o menor habilidad como tracistas de estos personajes posiblemente sea tarea muy
o su pericia a la hora de realizar una talla? A lo complicada, por no decir que infructuosa, pero lo
mejor incluso los propios epígrafes pueden darnos que sí podemos preguntarnos es cómo era el mun-

La vida del hombre medieval representada en la escultura románica: acuñadores de moneda en Santiago de Carrión.

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do que les rodeaba, qué había en torno a esas igle- embargo también debieron tener su vida social y
sias o monasterios que ellos erigían, qué hacía la privada, sus diversiones y enfermedades, sus preo-
gente ... Probablemente el visitante que hoy con- cupaciones y celebraciones, aunque con una pers-
templa uno de estos edificios no llegue a pregun- pectiva de ochocientos o novecientos años después
tarse jamás cómo vestían esos canteros, qué comí- puedan resultarnos unos individuos casi incom-
an, sus estaturas, qué hacían sus mujeres, cómo prensibles. ¿Cuál era su ritmo de vida?, ¿a qué
eran sus cocinas, sus recipientes, sus camas o toda jugaban?, ¿de qué hablaban los domingos después
su casa, cómo eran las calles o dónde guardaban de la misa?, en definitiva, lo que merece la pena
los animales. Cuando ahora vemos los capiteles de preguntarse es cómo vivían esas gentes que con su
Frómista o el apostolado de Carrión de los Con- trabajo y su dinero levantaron los edificios romá-
des, ¿nos hemos interrogado alguna vez cómo se nicos que han llegado hasta nuestros días, pero
sacaba esa piedra de la cantera?, ¿dónde estaban también cómo morían esos hombres en una socie-
esas canteras?, ¿cómo eran los carros que trans- dad donde los principios religiosos y la idea del
portaban los bloques?, ¿cuáles eran los instrumen- más allá son omnipresentes y donde la vida eterna
tos de trabajo? pareció preocupar tanto como la terrena, según
Hasta qué punto no tenemos simplificada la puede desprenderse de la propia solicitud que hizo
imagen de esos personajes medievales y de su tra- el escultor de Nogal de las Huertas a todos los que
bajo. Hasta qué punto no pensamos en Jimeno, al cabo de los siglos podemos leer ese epígrafe. Tal
Nicolás o Miguel en la actitud eterna en que éste vez con las respuestas lleguemos a entender mejor
último se retrató en Revilla de Santullán. Y sin su obra.

Despoblado de Santillana (Aguilar de Campoo).

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A juzgar por las líneas precedentes alguien pue-
de entender que la arqueología está en condiciones
de responder ahora mismo a todas esas preguntas y
que es lo que a continuación vamos a sintetizar. Si
lo hubiéramos creído realmente así nuestro pecado
de soberbia sería tan descomedido que estaríamos
condenados sin remedio a ser los eternos compañe-
ros de Judas el traidor, de Dathán y Abirón y sufrir
sus infernales castigos. Sí queremos por el contra-
rio hacer una llamada de atención sobre el fenóme-
no románico como algo que va más allá de un arte o
de una estética. Tal vez sólo los historiadores -y no
todos- sean los que vean en esos edificios, en esas
esculturas, la manifestación de toda una época, de
una ideología, de unas circunstancias sociales, po-
líticas y económicas. Desgraciadamente la trans-
misión al gran público de todo ello ha sido muy de-
ficiente, aunque hay notorias excepciones como la
que realizara allá en 1965 Claudio Sánchez Albor-
noz al intentar reconstruir la vida en la ciudad de
Cerámicas de Herrera de Pisuerga (según Pérez e Illarregui),
León en el siglo X, ciertamente muchos años ante- fechadas por Bohigas en el s. XIII.
rior al mundo románico que nos ocupa1. En los úl-
timos años han sido numerosas y destacadas las no tiene la tradición de la arqueología clásica o la
obras de divulgación, correctísimas, que se han prehistoria. En realidad su gran desarrollo se inició
preocupado de explicar el mundo medieval a los no a partir de comienzos de los ochenta, cuando
iniciados2. Asímismo las exposiciones monográfi- muchos nuevos licenciados vieron un campo de
cas pretenden cada vez más dar una visión comple- investigación amplio en el que podían hacerse un
ta de determinadas épocas y fenómenos y sus catá- hueco. Hasta entonces los niveles de ocupación
logos a veces son una buena referencia para enten- medievales en un yacimiento eran destruidos sin el
der el momento, aunque en España se echa de me- menor miramiento, incluso por los propios arque-
nos una gran exposición sobre el románico y quizás ólogos, más preocupados por etapas anteriores.
estemos aún un poco lejos del nivel que se alcanza Así las cosas, la sistematización de la arqueología
en otros paises, primando todavía la valoración del medieval española no resulta fácil, tanto más cuan-
objeto como obra de arte mas que como pieza do- do los datos aún son muy parciales, aislados inclu-
cente3. so y existe un abismo de conocimiento e informa-
ción entre el mundo hispano musulmán y el cris-
La arqueología, como ciencia que se ocupa de
tiano, mucho más desangelado este último. Los
la cultura material, de lo cotidiano, tiene a nuestro
cuatro congresos que desde el año 1985 se han
juicio una importante responsabilidad a la hora de
celebrado sobre arqueología medieval son una
explicar los entornos artísticos e históricos, aun-
plasmación bastante fiable de la situación en que
que un prurito científico, cuando no las propias
se encuentra o cómo va evolucionando esta cien-
limitaciones de trabajo, restringen un tratamiento
cia. Son también evidencia clara de como los tra-
amplio de los temas a un puro ejercicio descripti-
bajos muchas veces no son más que simples noti-
vo y no interpretativo, a la vez que la farragosidad
cias de los resultados de una excavación, con datos
se disfraza de seriedad investigadora. ¿Quién está
difíciles de contrastar más por falta de referencias
libre de esta culpa?
próximas, fiables y mejor documentadas que por
En honor a la verdad hemos de reconocer tam- la propia ineficacia del investigador. Así y espe-
bién que en nuestro país la arqueología medieval cialmente en los siglos que más nos interesan

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Curiosa inscripción en el monasterio de Santa María la Real de Aguilar, quizás un tipo de calendario.

podemos encontrar numerosos artículos sobre mientos que existe sobre todo aquello que fue el
necrópolis donde no se dice más que la forma de entorno contemporáneo de los numerosísimos edi-
las tumbas, la disposición del difunto y, si acaso, ficios románicos que todavía se conservan, es
un breve apunte cronológico muchas veces aleato- absolutamente desolador. En los últimos años se
rio. O repertorios de estelas funerarias de las que han prodigado en tierras palentinas intervenciones
se sigue diciendo lo mismo que hace diez años, o arqueológicas que de una u otra manera han afec-
nuevas aportaciones de cerámicas sobre las que la tado a yacimientos de ambiente románico, sin
afirmación que en su día hizo Javier Arce -aunque embargo casi siempre se ha actuado bajo la forma
hablando de otra época muy distinta- es totalmen- de excavación de urgencia o seguimiento arqueo-
te válida y, por desgracia, incuestionable4. Aún lógico, con la parcialidad que esto supone para
así, en los últimos años han ido apareciendo los extraer unos datos lo suficientemente amplios de
primeros intentos de sistematización y estudios un yacimiento. Así, el Servicio Territorial de Cul-
globales que abren mayores esperanzas para el tura de la Junta de Castilla y León ha auspiciado
avance de la arqueología medieval5. intervenciones en el despoblado de Santillana,
dirigidas por Carlos Lamalfa, donde se localizaron
Las intervenciones arqueológicas en yacimien-
un centenar de sepulturas de varios tipos: lajas,
tos medievales palentinos.
excavadas en roca y mixtas, además de un sarcófa-
Si nos centramos en la actual provincia de go con cabecera de herradura. El interés de este
Palencia y en las fechas que van de finales del yacimiento es notable, tanto más cuanto ya no se
siglo XI a principios del XIII el nivel de conoci- menciona en el Becerro de las Behetrías y por lo

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bien localizadas que están sus estructuras, sumer-
gidas parte del año bajo las aguas del embalse de
Aguilar de Campoo. Los trabajos referidos, con-
cretados más en prospección que en excavación -
sólo se vaciaron cuatro tumbas- recogen también
una somera descripción de las estructuras urbanas,
cerámicas pintadas y estriadas y sobre todo un
capitel con inscripción fechado en el año 10116,
que aunque situaría el contexto de este yacimiento
en épocas inmediatamente anteriores al primer
románico, debemos pensar al menos en una perdu-
ración y contemporaneidad de hábitat con otras
poblaciones del entorno que cuentan con templo
románico. Ese mismo trabajo recoge también
información sobre la necrópolis medieval de
Cenera de Zalima, localidad desaparecida en los
años sesenta al construirse el mismo embalse.
De una época similar, aunque de nuevo la indefi-
nición no permite hacer asociaciones más precisas,
son los restos localizados en la ermita de Oteros de
Boedo, lugar en el que el movimiento mecánico de
tierras puso a descubierto varias tumbas, entre ellas
algún sarcófago, asociadas a unos restos constructi-
vos identificables con la iglesia de Santa María la
Blanca. Destaca aquí la enorme proporción de tum-
bas infantiles -7 a 1- lo que se ha interpretado como
un área, la de la intervención, destinada a inhuma-
ción de niños. En función de las cerámicas registra-
das y el tipo de sepulturas, la cronología aportada
sería no muy posterior al siglo XI7.
Uno de los edificios más emblemáticos del
Hallazgos cerámicos en Monzón de Campos (según Lamalfa, de
románico tardío palentino, Santa Eufemia de la Cruz y Crespo). Datadas por estos autores entre los siglos X-XI
Cozuelos, ha sido objeto también de una excava- pero seguramente con plena vigencia en época románica.
ción, si bien es cierto que de corto alcance al estar
supeditada a una serie de obras para el acondicio-
pondiente excavación arqueológica, llevada a cabo
namiento de lo que hoy es la sala de exposiciones
en 1989 y cuyos resultados fueron la documenta-
de restos arquitectónicos y escultóricos del ex-
ción de las cimentaciones del desaparecido claus-
monasterio. Aquí se localizaron dos sarcófagos
tro así como el hallazgo de una necrópolis en ese
trapezoidales con rebaje interior para la cabeza,
mismo ámbito. Sus excavadores aportan unas fe-
similares a otros varios que han ido apareciendo en
chas que van desde fines del siglo IX o inicios del
diversas obras realizadas a lo largo del último
X hasta época contemporánea, con varias etapas en
siglo, y tres tumbas de lajas sin cubierta. La auto-
los enterramientos: una primera, con tumbas de fo-
ra de los trabajos, Aurora de la Cruz, facilita una
sa cubiertas de lajas (ss. IX y X), una segunda, con
fecha del siglo XV para estos restos en función del
los mismos tipos anteriores, un tercer nivel con sar-
hallazgo de una moneda de los Reyes Católicos8.
cófagos monolíticos trapezoidales (ss. XIII-XIV),
Las obras de restauración acometidas en la aba- y un cuarto, con algunos enterramientos posible-
día de Husillos implicaron también aquí la corres- mente en caja9.

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edificios anejos al gran complejo medieval, permi-
tió la localización de restos de estelas medievales,
algunos capiteles -que se han vinculado con el
claustro-, así como una lauda sepulcral con deco-
ración a base de escudos heráldicos que portan
cinco lises en sotuer11 y que aparece igualmente en
algunas estelas del monasterio de Las Huelgas,
donde se ha apuntado posible vinculación a fami-
lias que utilizan ese blasón con distintos colores,
como Talavera, Maldonado, Francia, Aldana o
Narváez12. No obstante, en el caso del cenobio
palentino, puede tratarse de algún miembro del
linaje Arce, muy arraigado en la comarca y que
también usa las cinco flores de lis.
Por su parte, en Santa Cruz de Ribas se desa-
rrolló una verdadera excavación arqueológica,
cuyo principal objetivo era la localización del
desaparecido claustro. Entre los resultados está el
descubrimiento del podium de la galería claustral
y la confirmación de la existencia de una pequeña
iglesia anterior a la actual, así como una interesan-
te necrópolis cuya característica más importante -
aunque fechada ya en el siglo XIV, fuera de nues-
tro ámbito temporal- es que varios de los difuntos
Cerámicas de Antigüedad (según Nozal, Guerra, de la Cruz y Bar- portaban moneda y aparecían agrupados, segura-
cenilla). Siglo XI.
mente como resultado de una muerte masiva por
epidemia13.
La iglesia de Santiago, de Carrión de los Con- Al margen de esos edificios señeros, en Mon-
des, otro de los elementos básicos de época romá- zón de Campos, en las inmediaciones del cerro
nica en esta provincia, ha sido igualmente objeto donde se asienta el castillo que fue cabecera del
de excavación sistemática en el año 1989, a cargo condado del mismo nombre, se han realizado
de Roberto D. Ruíz y Javier Peñil. Para estos auto- igualmente una serie de intervenciones cuyos re-
res existe una primera construcción románica de sultados, al parecer, se refieren a circunstancias del
inicios del siglo XII, asentada sobre una primitiva hábitat de los siglos que nos ocupan. En realidad se
cerca de la villa, a la que sigue un momento de trabajó sobre dos grupos de hoyos o silos excava-
prosperidad carrionesa que conducirá a la amplia- dos en tierra, utilizados presuntamente para alma-
ción del templo y a la ejecución de su famoso apos- cén de grano y colmatados posteriormente con ver-
tolado. El edificio románico, de acuerdo a las exca- tidos varios. Uno de los grupos, el de El Castellón,
vaciones realizadas, tendría triple ábside, crucero y según los arqueólogos, ofrecía principalmente en
una sola nave con cubierta de madera. En el hastial
el relleno restos de ollas, jarras, cazuelas y platos
una torre defensiva preexistente pudo aprovechar-
con decoración estriada, pintada, con cordones en
se, parcialmente modificada, como campanario10.
relieve, bruñida y barnizada, con una cronología
Más recientemente, y siempre dentro de esta que se juzga entre los siglos IX y X14. Muy cerca de
línea de intervención en construcciones de prime- este lugar, al pie del castillo actual se excavaron
ra entidad del románico palentino, se ha trabajado treinta y dos nuevas estructuras de hoyos, igual-
en otros dos de los grandes monasterios. En San mente colmatados con vertidos en los que las cerá-
Andrés de Arroyo, la restauración de varios de los micas eran el principal y casi exclusivo material ar-

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Estela en San Pedro de Moarves.

queológico. En esta nueva zona se documentan los Aunque de reducidas dimensiones, resulta inte-
mismos tipos cerámicos referidos anteriormente - resante la intervención realizada en Villella (Anti-
además de candiles y fusayolas- y los mismos re- güedad) donde se pudo documentar la existencia
cursos decorativos, aunque en esta ocasión las cro- de un pequeño templo prerrománico bajo otro de
nologías aportadas son sensiblemente distintas de tipología románica. La meticulosidad de la exca-
las anteriores y más centradas en momentos que se vación permitió el reconocimiento de cinco fases
corresponden con el desarrollo del arte románico. en la evolución de este lugar: construcción del pri-
Así, los fondos cerámicos con sellos se les data en- mer edificio (siglo X, con una fecha documental
tre la segunda mitad del siglo X y la primera déca- que confirma la existencia de Villella en el año
da del XII, la decoración bruñida entre la segunda 934), reforma del mismo que incluye su inhabili-
mitad del XII y el siglo XIII y las impresiones so- tación parcial para uso religioso y apertura de silos
bre cordones también en los siglos XII y XIII15. Por (siglo XI), desuso de los mismos silos y empleo de
nuestra parte ignoramos los motivos por los que uno de ellos como horno, posiblemente para fun-
unos lotes cerámicos prácticamente iguales se va- dición (fines del siglo XI), construcción de la
loran cronológicamente de forma tan dispar, aun- nueva iglesia románica (siglo XII) y por último la
que posteriormente los mismos autores precisarían fase de abandono de este templo (siglo XV)17.
unas fechas entre los siglos IX-X para la utiliza- En el pago de Manfrío (Saldaña) se excavó una
ción de los silos y X-XI para su colmatación con pequeña iglesia que se ha querido identificar con
los materiales hallados16. la de Santa María del Castillo, destruida por

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Todavía falta el yacimiento de refe-
rencia para toda esta época, que bien
podía haber sido el monasterio de Santa
María la Real, en la misma villa aguila-
rense, excavado ampliamente a lo largo
de más de una década pero de cuyos
resultados poco se ha hecho público20.
Más noticias tenemos sobre el pobla-
miento medieval de Herrera de Pisuerga,
ciudad en la que desde hace muchos años
se mantienen las intervenciones arqueo-
lógicas, si bien centradas fundamental-
mente en su importante pasado romano.
No obstante el propio equipo que trabaja
en este yacimiento reconoce la precarie-
dad de los datos para obtener conclusio-
nes sobre la evolución del hábitat medie-
val de Herrera, seguramente tanto menos
firmes cuanto más intentemos reducir el
espectro cronológico a los siglos románi-
cos21.
En fin, hay otra serie de intervencio-
Cerámicas de Espinosilla (según Calleja),
fechadas entre fines del IX y mediados del XII. nes realizadas en distintos puntos de la
provincia22 y cuyo resultado, al menos
para comprender el entorno de la época
Almanzor. Los autores del trabajo consideran de construcción de los edificios románicos, es muy
haber trabajado sobre los restos de la que poste- parcial. Esta parcialidad se basa casi siempre en el
riormente se debió reconstruir y que aportó, ade- hecho de ser trabajos muy puntuales, escuetos y
más de la necrópolis con tumbas de fosa -para la que afectan a una extensión mínima de cada yaci-
que establecen dos momentos-, un lote de cerámi- miento. Así, casi siempre las exigencias que se
cas procedentes fundamentalmente de los alfares imponen al arqueólogo es poder dar una fecha a
saldañeses y un conjunto de piezas litúrgicas que los restos cerámicos extraídos o a la tipología de
vienen a fechar entre fines del XII y los últimos las tumbas y en consecuencia al contexto en que se
años del XV18. encuentran, sin que la valoración del yacimiento
pase a mayores. No obstante, esta continua aporta-
A pesar de los numerosos trabajos que, según ción de nuevos datos facilitará en un futuro la ela-
podemos observar, se vienen desarrollando en los boración de conclusiones más contrastadas.
últimos años, las aportaciones de la arqueología al
fenómeno que nos ocupa siguen siendo muy pre-
Las cerámicas una cuestión compleja
carias, parciales e inconexas. Eso ocurre con los
numerosos seguimientos de obra llevados a cabo Probablemente muy pocas personas -por ser
en Aguilar de Campoo, en alguno de cuyos solares indulgentes- ajenas al mundo de la arqueología
se han localizado restos de la muralla medieval o puedan entender la obsesión que existe entre los
posible cerca y un elemento al que generalmente profesionales de esta disciplina por las cerámicas.
se ha dedicado poca atención en nuestras tierras, Y es que, en definitiva, la práctica y la experiencia
como es una nevera o pozo de nieve, fundamental dicen que si no fuera por estos elementos de uso
para entender el régimen alimenticio y ciertos cotidiano en todas las culturas desde época neolí-
aspectos del comercio en los siglos pasados19. tica, las dificultades para encuadrar un asenta-

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ciones como la terra sigillata romana, sin tener en
cuenta que son manufacturas que corresponden a
dos sociedades distintas, con organización diferen-
te, con unos medios y tecnología alfareros y co-
merciales seguramente muy divergentes. De ahí
que al tratar de aplicar y hacer extensivos los mo-
delos cerámicos de determinado yacimiento me-
dieval -al menos hasta los siglos XIII o XIV en el
norte cristiano-, sus formas, pastas y decoraciones,
a otros asentamientos alejados, el análisis histórico
de los distintos lugares más que aclararse se fue en-
marañando. Sólo cuando se han empezado a identi-
ficar talleres, tipos de producción y áreas de expan-
sión de las cerámicas se ha empezado a ver algo de
luz sobre el tema. Pero eso está ocurriendo en los
últimos años y aún falta mucho por andar.

La más moderna sistematización para la zona de


interés nuestro es la realizada en 1989 por Ramón
Bohigas y colaboradores. Es el trabajo más claro y
completo de los publicados hasta la fecha, con toda
la bibliografía aparecida hasta ese momento y a él
Producciones de La Morterona (según Peñil). Siglo XII. remitimos23. De lo ahí dicho tal vez destacar varios
aspectos para los siglos románicos: A- Influencia
en la zona norte de la provincia del llamado Alfar
miento humano o un yacimiento en general dentro de Campoo, conjunto de varios talleres localizados
de una época concreta, aumentan de forma espec- en torno al actual embalse del Ebro, ya en territorio
tacular. Cierto es, y así lo hemos recogido en pági- de la Comunidad de Cantabria y caracterizado por
nas anteriores, que existe muchas veces el riesgo las decoraciones estriadas y, sobre todo, pintadas
de caer en el vicio ceramológico o lo que es lo que al final llegan a combinarse en un mismo vaso.
mismo, estudiar los restos de platos, ollas, vasos y B- Importancia en la zona central del Alfar del Ca-
cuencos como elementos en sí mismos, aislándo- mino de la Morterona (Saldaña), con sus caracte-
los de todo contexto que no sea el estrictamente rísticas decoraciones a base de líneas bruñidas y cu-
cronológico. yas producciones, fechables a mediados del siglo
XII, se pueden vincular a alfareros mudéjares. C-
Desde que se empezaron a identificar, hace ya Influencia leonesa en la zona noroeste de la provin-
varias décadas, las primeras cerámicas medievales cia, a juzgar por los hallazgos en las excavaciones
-en gran parte precisamente en tierras palentinas- y de San Juan de Fuentes Divinas (Velilla de Río Ca-
se empezaron a valorar los restos arqueológicos de rrión), con predominio de estrías e incisiones y nula
esa etapa histórica, ha habido muchos esfuerzos predilección por la decoración pintada. D- Desco-
por establecer tipologías, varios intentos por siste- nocimiento de las producciones en otras comarcas
matizar los conocimientos e innumerables datos palentinas donde posiblemente haya que pensar en
recogidos y echados al cajón de sastre de la cerámi- centros de cronología y gustos similares a los cam-
ca medieval, con adscripciones basadas más en purrianos. Los hallazgos de Tariego, Espinosilla o
enunciados de autoridades que en una reflexión Herrera parecen apuntar en este sentido.
seria y científica de aquello que se tenía entre ma-
nos. De alguna manera quizás el error se deba a ba- A lo aportado por esos autores en el citado tra-
sar en origen el estudio de las cerámicas medieva- bajo habrá que añadir los resultados de la pequeña
les en los esquemas utilizados para otras produc- excavación realizada en la Casa del Conde, de

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Mapa de los centros productores de cerámica medieval identificados hasta el momento en Palencia.

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Las aguas del embalse de Aguilar cubren numerosos yacimientos. Estela de Villanueva del Río.

Olleros de Paredes Rubias, donde se detectó un restos del taller de cocción localizados en la
testar activo grosso modo entre los siglos VIII y misma Morterona. Se trata de algunas evidencias
XII24, aunque el parentesco con el grupo del de dos hornos, con cámara de cocción oval exca-
embalse del Ebro parece incuestionable. vada en el suelo27.
El mismo Ramón Bohigas ha dado a conocer Lo evidente es que aún resulta difícil hacer
un nuevo alfar saldañés, cercano al ya conocido muchas precisiones sobre las cerámicas medieva-
del Camino de la Morterona25, situado en pleno les y que las variaciones comarcales son un hecho.
pago de La Morterona, concretamente en el lugar En la zona noreste de la provincia, quizás por la
denominado Cuernos Pequeños. En el avance del mayor profusión de los trabajos, la evolución tipo-
estudio que publica el autor es cauto, consciente lógica parece estar más clara, aunque aún hay una
de la alegría con que se han tratado este tipo de serie de alfares localizados y sobre los que no se
yacimientos y no aventura fechas demasiado pre- ha realizado investigación alguna: el palentino de
cisas, de modo que lo sitúa entre fines del siglo Villanueva de Henares y el limítrofe cántabro de
VIII o inicios del IX y el XII. No obstante señala Granja Munilla28 o los también palentinos pero
para este centro productor de nuevo una filiación cercanos al Ebro de La Cueva, en Olleros de Pare-
islámica26, como ya había hecho para el cercano des Rubias y el de Berzosilla29. En el resto de la
del Camino de la Morterona. provincia, al margen de Saldaña, sólo se tienen
Posiblemente en relación muy directa con noticias de un horno localizado en las obras de la
ambos o alguno de esos testares se encuentren los carretera nacional 120, en Carrión de los Condes,

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Iglesia de Santa María (Barrio de Santa María. Becerril del Carpio). Ejemplo de integración en el paisaje, a pesar de las modificaciones
que ha sufrido el edificio desde época románica.

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de planta rectangular y con restos de una parrilla Cevico, arrojó un interesante lote donde de nuevo
sostenida por arcos pero sobre el que no se especi- conviven tipos Duque de la Victoria, con piezas de
fica función30 y de otro excavado en Villaeles de decoración bruñida en bandas verticales -del testar
Valdavia, de sencilla estructura de planta circular del Camino de la Morterona-, cordones con digita-
provisto de una tobera31. Asociado a éste último se ciones, un fragmento de retícula incisa de raigam-
encontraron algunas cerámicas, que para sus auto- bre leonesa y otro pintado con ancha banda de
res estaban en clara relación con las formas proce- color vinoso, fechado a fines del XI. Para este
dentes de Campoo, si bien la presencia de bruñi- lugar, donde parecen converger diversas influen-
dos, especialmente de una cazuela, habla de rela- cias cerámicas, se ha enunciado una cronología
ciones saldañesas y leonesas en general32. No obs- entre los siglos XI y XIV37.
tante, la cronología defendida para este yacimien-
Las producciones de tipo Duque de la Victoria
to -siglos X-XI- difiere ligeramente con las que se
que se rastrean en esos yacimientos del sector
vienen aportando para las decoraciones bruñidas
meridional seguramente procedan del alfar locali-
de Saldaña o del reino de León, para las que se
zado en Cubillas de Cerrato, que se supone en fun-
acepta generalmente la fecha del siglo XII.
cionamiento en el período comprendido entre
En Villadiezma, en el centro-este de la provin- mediados del XIII y finales del XV. Su interés
cia, el único fragmento localizado en la necrópolis radica fundamentalmente en la identificación de
excavada, pertenece a un vaso de pastas anaranja- un taller que fabrica unas piezas que hasta ahora se
das, decorado con retícula bruñida, fechado en el creían sólo manufacturadas en aquel alfar valliso-
siglo XII33 y de nuevo con clara influencia leone- letano38.
sa. En Saldaña, el lote registrado en la excavación
de la iglesia en el pago de Manfrío, consiste, como Otros elementos para el debate y la controver-
no podía ser menos, en piezas fabricadas en los sia: estelas, necrópolis y eremitorios.
alfares de esa localidad, que parecen convivir con Existen otra serie de testimonios sobre los que
algunos del tipo vallisoletano de Duque de la Vic- la investigación arqueológica medieval se ha cen-
toria, dentro de un contexto que, a juicio de los trado especialmente, restos que aparecen recogi-
investigadores del yacimiento, se desarrolla entre dos profusamente en las publicaciones especiali-
fines del XII y los últimos años del XIV34. zadas pero sobre los que pocas cosas nuevas se
En el sur especialmente la precariedad de datos vienen diciendo desde hace ya décadas. A modo
de que disponemos sobre manufacturas y lugar de de ejemplo vamos a detenernos en tres de estos
producción para estos siglos sigue siendo un elementos: las estelas, las necrópolis y los eremi-
hecho, aunque las últimas excavaciones van apor- torios.
tando algunas novedades. Así, en el monasterio de Sobre las estelas medievales, especialmente las
Santa Cruz de Ribas junto a piezas de ondas inci- discoideas, existe una verdadera fiebre editorial en
sas, cordones aplicados, pintadas con motivos de los últimos años. Sin embargo posiblemente el tra-
rejilla oblicua -que se han fechado entre los siglos bajo más completo y global siga siendo el realiza-
XI y XII-, aparecen producciones de Duque de la do por Eugeniusz Frankowski allá por el año
Victoria, que para los excavadores llegaría aquí a 192039. Tras él y al amparo del interés que ha sus-
principios del XIII35. Por su parte, en Monzón de citado la arqueología medieval, han surgido infini-
Campos conviven los tipos estriados y pintados - dad de trabajos que sin embargo no pasan de ser
típicos del área montañosa norteña- con los espa- meros catálogos y repertorios formales40 que ado-
tulados, más característicos de la zona occidental, lecen casi siempre de la más mínima conclusión
de tierras del reino de León36, aunque los autores
histórica, deficiencia que tal vez haya que achacar
no comparten las fechas aportadas por otros inves-
-y así lo queremos creer- a la circunstancia de que
tigadores.
la inmensa mayoría de estas piezas estudiadas
En el extremo meridional de la provincia, cerca están descontextualizadas. No queremos desdeñar,
de Dueñas, el yacimiento de San Miguel-Arroyo ni mucho menos, el valor que tienen los trabajos

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compilatorios41, pero aparte de su significación a cementerios románicos es innegable43. Palencia,
como delimitadoras del ámbito del cementerio44 o por su parte, puede ser una de las provincias de la
como señalizadoras de tumbas -evidencia que Meseta Norte donde todavía se conocen menos
puede observarse en una de las miniaturas de las estelas. En el norte, en el Monasterio de Santa
Cantigas de Alfonso X-, nada se ha aportado sobre María la Real o en el de San Andrés de Arroyo,
su significación económica y social, sobre la exis- hemos tenido ocasión de observar algunas, siem-
tencia de posibles talleres comarcales, la coexis- pre con el sencillo motivo en cruz44, algunas pro-
tencia con otros tipos de señalización de la sepul- cedentes de la excavada necrópolis de Frontada45,
tura menos lujosos como simples piedras -como aparte de un magnífico ejemplar, por su tamaño -
hemos tenido ocasión de comprobar en la necró- 1,40 m. de altura- y ejecución, localizado en San
polis de Frontada, junto al embalse de Aguilar de Pedro de Moarves y todavía inédito. En el sur de
Campoo, o en Perazancas de Ojeda- o la posible la provincia sobresale el conjunto de Monzón de
existencia de señales de madera, etc. De todos Campos, de donde proceden siete piezas46, junto a
modos hemos de reconocer que, a pesar de su dila- las dos procedentes de El Castellar de Villajimena
tada vigencia temporal, desde época altomedieval que sus excavadores sitúan en torno al siglo IX,
-por no hablar de las piezas de época romana- aunque una de ellas muestra una cruz griega
hasta momentos bien recientes en lugares como el rehundida -que aquellos consideran aún visigóti-
País Vasco, gran parte de las estelas, debido a su ca-, motivo frecuente también en siglos posterio-
simplicidad, tampoco pueden dar mucho más de res. En este sentido tampoco hemos de olvidar la
sí, aunque la vinculación de buen número de ellas aparición en este lugar de un Cristo románico47.

Iglesia rupestre de los Santos Justo y Pastor (Olleros de Pisuerga). La estética románica interpretada de otra forma mucho más modesta.

144
Necrópolis en el entorno de San Pelayo de Perazancas.

145
Sobre la cuestión de sepulturas y ne-
crópolis tampoco podemos decir que se
haya avanzado mucho. De nuevo las pe-
queñas intervenciones, muy parciales y
generalmente sin una referencia estrati-
gráfica clara, rara vez aportan más datos
que las simples referencias formales sobre
la sepultura o disposición del difunto. Los
análisis paleopatológicos brillan además
por su ausencia, de ahí que la excavación
de una necrópolis medieval, en la inmensa
mayoría de los casos, se quede sólo en pu-
ro ejercicio administrativo.

En cuanto a la tipología y evolución


de los enterramientos se puede compro-
bar como, desde que en 1977 M. Riu esta-
bleciera su esquema de evolución de las
sepulturas medievales48, ese autor ha sido
de obligada referencia a la hora de esta-
blecer las conclusiones de muchas exca-
vaciones. Así, en buen número de traba-
jos posteriores el argumento de autoridad
prevalece frente a un detallado análisis de Mapa de distribución de las sepulturas excavadas
en roca conocidas.
las evidencias arqueológicas. 1.- Cueva de San Vicente (Cervera de Pisuerga), 2.- Vallejera (Cervera de Pisuerga), 3.- San Miguel (Cillamayor), 4.- Igle-
sia de Santa María la Real (Cillamayor), 5.- La Tumba del Moro (Cillamayor), 6.- Iglesia de San Juan Bautista (Matamo-
risca), 7.- San Vicente (Quintanilla de Corvio), 8.- Santiuste (Corvio), 9.- Solohuerto (Corvio), 10.- Cenera de Zalima
Sin embargo los esquemas excesiva- (Aguilar de Campoo), 11.- Santillana (Aguilar de Campoo), 12.- Iglesia de San Andrés-Granero (Frontada), 13.- Iglesia
mente rígidos, aunque resulten fáciles de de San Martín (Quintanilla de la Berzosa), 14.- San Clemente (Lomilla), 15.- Iglesia de los Santos Justo y Pastor (Olleros
de Pisuerga), 16.- Villanueva de Henares (Villanueva de Henares), 17.- Los Frailes (Villanueva de Henares), 18.- Iglesia
seguir, muy pocas veces se ajustan a la re- (Navas de Sobremonte), 19.- Escuela Vieja (Canduela), 20.- Iglesia de San Adrián (Canduela), 21.- Ermita de Santa María
(Canduela), 22.- San Martín (Canduela), 23.- Santillana (Canduela), 24.- El Cuevatón (Cezura), 25.- San Millán (Porque-
alidad. De este modo, circunscribiéndo- ra de los Infantes), 26.- San Martín (Villarén de Valdivia), 27.- Ormita Peña (Villarén de Valdivia), 28.- Fuente de San
Pedro (Valdespina).
nos a Palencia, aunque puede ser un fenó-
meno mucho más general, podemos com-
probar que junto a las iglesias románicas se hallan to. Así es muy frecuente ver la superposición de
cuatro tipos de sepulturas que son, a grandes ras- restos humanos dentro de una misma sepultura o
gos, las que diferencia Riu para la época medieval: depósitos anexos a la misma donde se han coloca-
fosas simples, tumbas de lajas, sarcófagos y sepul- do con cuidado los huesos grandes de ocupantes
turas excavadas en roca. La todavía inédita necró- anteriores. Está claro pues que una tumba no tiene
polis de Frontada puede ser la más representativa al que coincidir necesariamente en cronología con el
contener todos esos modelos. No obstante, a la ho- individuo ahí enterrado. Por otro lado hay algún ti-
ra de acometer el estudio de una necrópolis de este po de sepulturas que tuvieron una vigencia amplí-
período creemos que hay que tener en cuenta nu- sima, como pueden ser las de fosa simple o las de
merosas consideraciones. La primera es que el rea- lajas, utilizadas desde época romana hasta época
provechamiento no sólo de materiales sino de las moderna. En este sentido es notorio el hecho regis-
tumbas completas es una constante, como corres- trado en la citada necrópolis de Frontada de cómo
ponde a una sociedad con pocos medios -aunque en alguno de los enterramientos las lajas que for-
las tumbas importantes también llegaron a sufrir un man la cista incluyen algún sillar románico, lo que
proceso similar- a un uso del mismo espacio ce- puede evidenciar una fecha post quem. Este mismo
menterial durante varios siglos y, tal vez, a la utili- caso resulta más esclarecedor aún en alguna de las
zación familiar de un mismo área de enterramien- tumbas del monasterio de San Pedro de Arlanza

146
Inscripciones en el eremitorio de San Martín de Villarén.

(Burgos) donde tanto las tipologías como algunos con el interior en forma de bañera o antropomor-
materiales empleados -tapas de sarcófago- podían fos- que, si bien han de entenderse seguramente co-
ser indicios de una cronología de los siglos XI o mo un signo de status social siempre, no se pueden
XII pero donde el empleo de sillares y columnillas establecer alegres comparaciones entre unas necró-
románicas y el contexto arqueológico llevan esa polis y otras en virtud de la presencia-ausencia de
parte de la necrópolis -el llamado sector B- al me- este tipo de sepulturas si no se tienen en cuenta esas
nos hasta las postrimerías del siglo XV49. premisas. Así, más que la obtención del sarcófago
Otra de las variables que hemos de tener en en cantera, lo verdaderamente costoso podía ser el
cuenta son los propios condicionamientos del mate- transporte, de ahí que desde un punto de vista so-
rial existente en la zona. Sin la presencia de aflora- cial no podamos ver del mismo modo las piezas
mientos rocosos en la propia necrópolis -preferen- existentes en Arenillas de San Pelayo que cual-
temente de arenisca- difícil será que encontremos quiera de las que hoy se reparten como fuentes y
tumbas de las llamadas en otro tiempo olerdola- abrevaderos en los valles del norte, si bien sería in-
nas; la alternativa sería en ese caso la fosa o la cista dispensable para cualquier tipo de valoración iden-
de lajas. Por otro lado, sin la proximidad de buenas tificar primero las canteras de unas y otras.
canteras el uso de sarcófagos monolíticos se hace Parecida reflexión conviene hacerse sobre el
más compleja y económicamente costosa para los elemento antropomorfo en la cabecera de las tum-
usuarios. Estas razones pueden explicar la abun- bas, que queda circunscrito a aquellas realizadas
dancia en el norte de la provincia de sarcófagos - en piedra: excavadas y sarcófagos. Y es que lógi-

147
El Granero de Frontada. Planta

camente resulta bastante complicado sobre la tie- arco de herradura para la cabecera52. Tampoco
rra blanda darle esta forma, cuya intencionalidad podemos desechar la idea de que se trate de un
es la de mantener inmóvil, boca arriba, la cabeza arcaismo tratando de imitar una sepultura anterior
del difunto, función que se cumplía a veces en las en la que debían reposar los restos de este héroe,
de lajas o fosa simple con sendas piedras flanque- presunto compañero de Fernán González.
ando el cráneo, aunque a veces se emplea un blo- Por último se plantea la cuestión de las tumbas
que en el que se ha practicado un rebaje para la excavadas en roca. Su concentración en el noreste
cabeza. Esta posición del cadáver debía facilitar la provincial, coincidiendo con una de las áreas de la
separación del alma del cuerpo sin vida y que, primera repoblación, es palpable -en lo cual coin-
según la tradición medieval, escapaba por la cide con las cronologías que habitualmente se
boca50, tal como se refleja además en la iconogra- están dando para las mismas- pero sobre todo coin-
fía románica51. cide con la existencia de canteras y afloramientos
Esta circunstancia antropomorfa como indicati- de arenisca. En el noroeste provincial, donde tam-
vo cronológico, al menos en los sarcófagos, hay que bién la ocupación cristiana se da en las mismas
considerarla con sumas precauciones. Así podemos fechas -fines del siglo VIII y s. IX, aunque también
observar cómo en el ya citado monasterio de San con asentamientos posteriores- no tenemos noti-
Pedro de Arlanza existe un sarcófago -rectangular y cias de este tipo de sepulturas. Tal vez esa ausencia
no trapezoidal-, la llamada tumba de Velasco que se deba a la naturaleza preferentemente caliza, de
gran dureza, de ese sector de la montaña.
puede fecharse al menos en torno al segundo tercio
del siglo XVI y que muestra en su interior un claro La asociación de alguna de estas necrópolis

148
Los viejos caminos romanos siguieron siendo durante toda la Edad Media las principales vías de comunicación.
Calzada en el valle de Pineda (Vidrieros).

claramente a iglesias románicas se da en Santa dalajara o Cuenca, lejos de lo que fue la primitiva
María de Canduela, en Navas de Sobremonte, repoblación altomedieval, complican extraordina-
Frontada, Quintanilla de la Berzosa, Cervera de riamente el tema54.
Pisuerga, Matamorisca, Cenera de Zalima o en En definitiva se puede concluir que hoy por
Olleros de Pisuerga, pero en ninguno de los casos hoy el conocimiento de los ritos de inhumación en
quiere decir que no exista asociación con un edifi- los siglos románicos y en general a lo largo de toda
cio anterior pues en Frontada, Cervera u Olleros la la Edad Media, lejos de clarificarse con la excava-
presencia de primitivos templos excavados en la ción de nuevas necrópolis, permanecen aún bas-
roca es evidente. Eso tampoco quiere decir que tal tante oscuros ya que un número creciente de nue-
tipo de sepulturas, a pesar de su origen tradicio- vas tumbas no significa necesariamente novedad o
nalmente aceptado en época de Repoblación, no se precisión en los datos. Prácticamente la única
sigan construyendo -y claramente usando- en constante, sobre la que además se han trazado
momentos más avanzados de la Edad Media o que varias hipótesis, es la orientación oeste-este de las
incluso se puedan llevar a épocas anteriores. Así, sepulturas55 y posiblemente que a lo largo de
la aparición de este tipo de necrópolis en lugares muchos siglos se sigan utilizando toda esa amplia
como la Fuente del Moro, en Colmenar Viejo gama de enterramientos en función de imperativos
(Madrid), con presencia de materiales visigodos53 fundamentalmente geológicos, económicos y
y otras de la misma provincia madrileña, de Gua- sociales, si bien parece estar clara determinada

149
preferencia según las distintas épocas. Trabajos y XII), cinco antropomorfas excavadas en roca
como el de Ph. Troncin sobre las tumbas antropo- (siglos IX-XI), dos de lajas (XI-XIII) y un sarcó-
morfas entre el siglo V y el XV en el sur de Fran- fago no antropomorfo que los autores del trabajo
cia56 se hacen muy necesarios en nuestro país, fechan a partir del XII y en cuya fosa se encontró
donde no obstante ha habido algunos intentos en un fragmento de cerámica tipo Duque de la Victo-
los últimos años57, con dispar acierto. ria. Se supone un inicio de la ocupación a comien-
zos del X y un abandono a fines del XIII, aunque
En el ámbito palentino carecemos aún de sóli- en la datación de las sepulturas el único criterio
dos datos para establecer relaciones entre tipos y seguido es el de autoridad59.
periodos históricos, pero las excavaciones más
recientes van perfilando algunas conclusiones de En Santa Cruz de Ribas es sin embargo el argu-
interés. Así, en Los Campillos de Villadiezma mento arqueológico y estratigráfico más preciso
parecen convivir las tumbas de lajas y de fosa, en para aportar una datación de las tumbas halladas,
un yacimiento que se ha fechado, para nosotros no una veintena, entre las cuales hay de fosa y en sar-
demasiado convincentemente, en los siglos XII y cófago antropomorfo. Éstos serían anteriores a las
XIII58. En la Fuente de San Pedro, en la localidad fosas, aunque la fecha de los enterramientos, a par-
de Valdespina, entre los nueve enterramientos tir de ajuares y monedas es, en uno y otro caso, del
siglo XIV60.
localizados, hay un ejemplar de bañera excavada
en roca (a la que se encuadra entre los siglos VIII Más interesantes resultan otras dos necrópolis

Foso tallado en la roca, único resto del castillo que hubo en Villaescusa de las Torres y que era cabeza de un pequeño alfoz todavía en 1255.

150
Soldado medieval (Revilla de Santullán). El utillaje cotidiano a través de la iconografía románica.

151
a la hora de establecer secuencias tipológicas y la tapa –que, como los restos de otras, es semici-
cronológicas. Nos referimos por una lado al yaci- líndrica– y en su interior, junto al difunto, apareció
miento de Villaverde, en Polvorosa de Valdavia, una hoja de puñal y una barra de hierro. Para estos
cuya única referencia histórica data del año 1258 y sarcófagos se da la fecha de los siglos X-XI61.
ya no es mencionado en el Becerro de las Behetrí-
Por último está la necrópolis vinculada a la
as (1351-1352). Se localizaron quince tumbas de
fosa, cuya pervivencia se supone durante todo el ermita de San Pelayo, en Perazancas de Ojeda,
periodo de la necrópolis; seis en cista de lajas, que fundada, según una inscripción, en el año 1076 y
a veces reutilizan fragmentos de tapas de sarcófa- en cuyo entorno se practicaron enterramientos
go, asentándose ocasionalmente sobre esos mis- muy probablemente hasta fines de la Edad Media.
mos sarcófagos y, en uno de los casos, sobre otras Entre las treinta y siete sepulturas localizadas, las
de fosa. Éstas de lajas se fechan entre los siglos más antiguas están constituidas por tumbas de
XII y XIII y asociado a una de ellas apareció un lajas de ocupación individual, a veces selladas con
vaso cerámico, globular, decorado a base de sua- arcilla -una de las cuales se encontraba por debajo
ves ranuras, en sentido horizontal pero no parale- de los muros del ábside románico-, fechables entre
las, efectuadas por un grueso punzón. A éstas la segunda mitad del siglo XI y los inicios del XIII.
habría que añadir siete sarcófagos, ligeramente A esta fase corresponderían también los cinco sar-
trapezoides, no antropomorfos, con diversas reuti- cófagos localizados, aunque sólo restos de uno de
lizaciones. Uno de ellos presentaba la inhabitual ellos, con inscripción y sin cadáveres, está en su
orientación norte-sur, es el único que conservaba posición original. La segunda fase vendría dada

Sepulturas excavadas en roca de Quintanilla de la Berzosa.

152
también por tumbas de lajas, pero esta vez de fac- no de los aparecidos en el claustro de Husillos65.
tura más descuidada, con piedras más pequeñas y
- Clara vinculación de los sarcófagos antropo-
con osario, cuya cronología arrancaría en el XIII,
morfos a etapas románicas, aunque su uso, por la
prolongándose probablemente a lo largo de la
importancia social de este tipo de piezas, puede
siguiente centuria. Una última fase estaría caracte-
trascender a ese momento y perdurar durante toda
rizada por tumbas de fosa -una de ellas es posible
la Edad Media. Creemos que desde fines del XI a
que antropomorfa- y la reutilización de los sarcó-
principios del XIII, es decir, durante los siglos
fagos, con una perduración que, pudiendo partir
románicos, los sarcófagos son más bien piezas tos-
del XIII, alcanzaría los momentos finales de la
cas o lisas, sin decoración alguna, concebidas para
Edad Media62.
ser enterradas y quedando la tapa por encima del
Comentario aparte merece la necrópolis de La nivel de la tierra a modo de túmulo, de ahí su
Morterona (Saldaña), excavada en 1990 y que mejor acabado y la presentación de inscripciones,
hasta la fecha constituye el único cementerio del como ocurre en Perazancas. Durante las postrime-
que se han extraído fechas calibradas de Carbono rías de la época románica o inicios del gótico,
14. Situada en el sector medieval del amplio yaci- hasta fines de la Edad Media, se siguen haciendo
miento, mostraba un conjunto de tumbas de lajas sarcófagos, pero ahora empiezan a presentar una
que reutilizaban restos de anteriores construccio- abigarrada decoración en caja y tapa, concebida
nes o enterramientos: canceles –uno con inscrip- para ser vista en su totalidad. Son los lucillos que
ción en grafito–, dovelas, fragmentos de sarcófago, aparecen en el interior de las iglesias o claustros.
bloques de caliza, e incluso un caso con estructura Desde la tumba de la fundadora del monasterio de
de teja curva. En alguna ocasión se llegó a detec- San Andrés de Arroyo hasta numerosas sepulturas
tar también la presencia de tablas sobre el difunto. fechadas a fines del XV, repartidas en infinidad de
Una de las muestras arroja una fecha con un sesen- iglesias, pasando por las de Cisneros, las de los
ta por ciento de probabilidades de situarse entre el Beni Gómez de Carrión, los Castañeda de Aguilar
960 y el 1010; la otra, con el mismo margen, se de Campoo o las del infante D. Felipe y su esposa,
enmarcaría entre el año 1020 y 117063. de Villalcázar de Sirga, son buena muestra de ello.
Tras este repaso y aunque los datos de que dis- - Amplia difusión de los enterramientos de fosa
ponemos no sean muy numerosos y precisos, sí po- y de lajas, que han sido reconocidos siempre como
demos establecer una primera aproximación a la los modelos más habituales y de mayor perdura-
evolución de los tipos funerarios en nuestra provin- ción en el tiempo. En Santa Cruz de Ribas las
cia durante la Edad Media, con especial referencia fosas son anteriores a los sarcófagos, en Polvorosa
a los siglos románicos. Cierto es que hay que tener perduran durante toda la vida de la necrópolis y en
bien claro que una cosa es la construcción de la se- Perazancas son claramente posteriores a las lajas.
pultura y otra su utilización última, a veces separa- Por su parte, las cistas son el ritual más antiguo en
das por varios siglos. De este modo podremos Perazancas –con la rara costumbre de estar a veces
apuntar las siguientes conclusiones: selladas con arcilla–, mientras que en el yacimien-
to de Villaverde, en Polvorosa de Valdavia, al
- Fecha más antigua para los sarcófagos de Pol-
menos una de ellas es posterior a las de fosa. Todo
vorosa de Valdavia. Sus características tapas semi-
ello hace pensar tal vez en un uso indiscriminado
cilíndricas, talla a azuela, no antropomorfos, ajuar
de ambos tipos según lugares y a lo largo de un
metálico y orientación norte-sur nos lleva a
amplio periodo cronológico66.
momentos muy altomedievales, que llegarían
incluso a enlazar con usos tardoantiguos. Induda- - Especial concentración de tumbas excavadas
blemente son anteriores a época románica y tal vez en roca en el noreste de la provincia, vinculadas a
pudieran remontarse en este caso concreto al mun- las afloraciones de arenisca blanda que predomi-
do visigótico, aunque la reutilización es este yaci- nan en ese sector. Muchas de ellas aparecen rela-
miento en siglos posteriores es evidente64. Al mis- cionadas con edificios románicos, aunque no pue-
mo tipo parece pertenecer el de Valdespina y algu- de descartarse en absoluto la preexistencia de tem-

153
El Pico Rodelga (Villahán), magnífico ejemplo de mota, es decir, de lo que fueron los castillos alto y pleno medievales. Imagen tomada antes de
que fuera alterado todo el conjunto para cultivar pinos.

plos más antiguos, lo que en algunos casos parece cia, con abundantes restos asociados a las citadas
evidente. A falta de trabajos arqueológicos que afloraciones de roca arenisca blanda que van desde
aporten más datos sobre este tipo de enterramien- Cervera de Pisuerga hasta los enclaves de Valde-
tos, somos partidarios de su ubicación en los siglos rredible. Éstas serían las manifestaciones más
altomedievales de la repoblación y quizás con occidentales del gran grupo vinculado al valle del
alguna perduración -en cuanto a su construcción se Ebro, con notables muestras en Burgos, Álava y
refiere, puesto que su uso es innegable- en los pri- La Rioja, estudiadas desde hace años por diversos
meros momentos de época románica. Tampoco autores67. El más occidental de este sector lo cons-
existen datos para establecer relaciones o diferen- tituye el atractivo ejemplar de la Cueva de San
cias entre antropomorfas o de bañera, aunque a Vicente -llamada también Cueva de los Moros-, en
nuestro juicio los ejemplos de Valdespina parecen Cervera de Pisuerga68, objeto de excavación en
apostar por una contemporaneidad. años recientes y cuyos resultados son aún inéditos.
Éste debió ser un interesante conjunto eremítico
El problema de las necrópolis va muy empa- que llegaba hasta el otro lado del río Ribera, junto
rentado con el de la arquitectura hipogea, los habi- a Vado -significativo nombre-, en lo que durante la
tualmente llamados eremitorios, de los cuales en la Edad Media constituyó el lugar conocido como
provincia de Palencia se encuentran numerosos y Vallejera. A la Cueva de San Vicente se asocia una
variados ejemplos. El grupo más representativo y necrópolis de tumbas excavada en la misma roca y
a la vez el que ha centrado la atención de los inves- junto a ella se levantó una pequeña iglesia románi-
tigadores es el del sector nororiental de la provin- ca, hoy totalmente desaparecida pero de la que se

154
conserva un interesantísimo dibujo realizado a también objeto de reciente excavación y en el que
mediados del siglo XIX por D. Ángel de los Ríos, junto a una cabecera rupestre se adosó una nave de
más conocido como el Sordo de Proaño y que se sillería en época románica y, fundamentalmente, la
conserva entre sus manuscritos. iglesia todavía en uso de los Santos Justo y Pastor
de Olleros de Pisuerga74. Más lejos de este núcleo,
El núcleo más importante se articula en torno
en el enclave palentino en tierras cántabras de Val-
al Bernorio, con San Martín y San Andrés en
derredible, destaca La Cueva, en Olleros de Pare-
Villarén de Valdivia69, la Ermita Peña, entre Villa-
des Rubias, cuya función última parece haber sido
rén y Pomar de Valdivia70, el Cuevatón de Cezu-
la producción alfarera75.
ra71, que parece constituir un verdadero conjunto
monástico -hoy muy deteriorado-, con una iglesia Con todos estos elementos son dos las cuestio-
sencilla pero de grandes dimensiones sobre la que nes que cabe abordar sobre el tema: qué cronolo-
se establecieron pequeñas celdas, apenas conser- gía se puede dar para este grupo eremítico y, en
vadas. Junto estos lugares, en las mismas faldas todo caso, qué papel jugó durante los siglos romá-
del Bernorio se pueden citar también los todavía nicos.
inéditos de la Cueva de la Peregrina y la Cueva de
El primer interrogante sigue siendo el eterno
los Gitanos, ambos en Porquera de los Infantes.
tema de discusión entre los investigadores. Al
Otros ejemplos notables de este sector noreste margen de trasnochadas teorías76, los últimos estu-
lo constituyen la pequeña iglesia de San Pelayo de dios parecen inclinarse por una cronología de épo-
Villacibio72, el llamado Granero de Frontada73, ca visigótica para estas cuevas, coincidiendo con

Algunos de los castillos más antiguos ocuparon picos muy elevados, como este de Peña Tremaya, en pleno uso en época románica y en cuyo
emplazamiento se ha instalado una antena.

155
la que se dió para el emblemático y archiconocido como cochera de tractores y maquinaria agrícola.
eremitorio del Cortijo de Valdecanales, en Jaén.
Respecto a la segunda cuestión, es decir, al
Así, para Azkarate, las iglesias alavesas se excava-
papel de estos eremitorios en los siglos románicos,
rían fundamentalmente durante los siglos VI y
independientemente de las discusiones sobre su
VII77, basándose sobre todo en argumentos epigrá- origen, hemos de reconocer su pleno uso en esos
ficos a partir del panel de Las Gobas 678. Monreal momentos. Así parece demostrarlo la segunda ins-
Jimeno, con argumentos similares, aporta cronolo- cripción de Villarén, la construcción de la nave
gías más o menos paralelas. Así, los epígrafes de románica del Granero de Frontada, la edificación
San Martín de Villarén, de Las Gobas de Laño y de de un nuevo templo, más amplio, junto a la Cueva
La Virgen de la Peña de Faido había que situarlos de San Vicente y, sobre todo, la propia iglesia de
entre el siglo VI y el VIII79. Por su parte, Gonzalo los Santos Justo y Pastor de Olleros de Pisuerga
Alcalde, haciéndose eco de las extendidas tesis que, si bien totalmente excavada, es en esencia una
mozarabistas, se inclina por su ubicación entre los iglesia románica, con sus ábsides, columnas, bóve-
siglos VIII al X, con especial apogeo en el IX das de cañón y arcos fajones. Vemos así que no
como consecuencia de la llegada al norte de mozá- sólo existe un mantenimiento de esos lugares de
rabes huídos de las persecuciones andalusíes80. culto -que en casos como el del propio Olleros o
Gran parte de los argumentos cronológicos de en las iglesias cántabras de Santa María de Valver-
alguno de estos y otros autores se basan precisa- de o Cadalso ha llegado hasta hoy- sino que inclu-
mente en el epígrafe que se conserva en una de las so se acometen obras de mejora y acondiciona-
paredes de San Martín de Villarén y que ha sido, no miento, siguiendo a veces las mismas técnicas
obstante, leído de las formas más diversas. Para hipogeas.
Carrión Irún81 esa inscripción, dedicada Honore Pero no sólo encontramos este tipo de arquitec-
Sancti Martini, se fecharía en la era 805 (año 767), tura en el noreste de la provincia. En la zona cen-
sin embargo para Monreal82 había que llevarlo a la tral, en torno a Tierra de Campos, en el valle del
era 625 (año 587), mientras que para E. van den Carrión, existen otros ejemplos de cuevas artificia-
Eynde83 sería muy posterior, de la era 1125 (año les. Concretamente en Saldaña, Bohigas Roldán y
1087), es decir, en los inicios de la época románica. colaboradores estudiaron un conjunto de cuevas
Resulta evidente la gran divergencia que existe abiertas en la arcilla, bajo el castillo saldañés, que
a la hora de interpretar el elemento quizás más interpretaron como los pasadizos o sótanos de la
objetivo de toda la arquitectura rupestre hispana, fortaleza -junto a pequeñas cavidades producidas
como es un epígrafe con una fecha. No obstante por la extracción de arcilla- y para los que aportan
hay que tener en cuenta que cualquiera de esas una cronología entre los siglos XII al XV, de
cronologías no tienen que coincidir necesariamen- acuerdo a los hallazgos cerámicos84. No obstante
te con el momento en que se excavó la cueva. habría que plantearse si no se trata más bien de
Efectivamente, bajo el famoso panel tantas veces bodegas de los siglos XVII o XVIII, centurias en
citado de San Martín de Villarén existe otra ins- las que se horadan en multitud de pueblos de Cas-
cripción que ha pasado totalmente desapercibida y tilla y León.
en la que se puede leer ERA M ... Su deterioro no Por último, en el extremo sureste, junto a la pro-
permite dar más datos pero el tipo de M del nume- vincia de Burgos y a orillas del Arlanza, Lázaro de
ral nos hace pensar en una fecha que podía estar Castro dió noticia de un conjunto de cuevas artifi-
entre el siglo XII y el XIV. Confiemos en que nue- ciales, conocidas como Cueva de la Mora, en las
vos análisis de la cueva, quizás con mejores inmediaciones de la Pallantia prerromana, en la ac-
medios que el simple ojo humano, procuren mayo- tual villa de Palenzuela, y aunque ese autor no hace
res datos antes de su temida desaparición. No comentario de ellas, sí levantó una interesante to-
podemos dejar de lamentar que uno de los ejem- pografía85. Habida cuenta de que sobre los restos
plos más representativos de la arquitectura rupes- de la Palantia prerromana se levantó el poblamien-
tre de Castilla y León siga hoy siendo utilizado to medieval que mantuvo el mismo nombre y que

156
llegó a alcanzar cierta importancia y a juzgar por articulación del hábitat, la morfología de las casas,
los dibujos que publicó L. de Castro, creemos estar los recursos económicos (molinos, pesqueras,
ante una serie de cuevas artificiales de época me- agricultura, bosques, cantería ...), las vías de
dieval, posiblemente de carácter eremítico. comunicación, la forma y distribución de los siste-
mas de defensa o de control del territorio, arma-
Un poco más al sur, ya en plena comarca del
mento y herramientas, población ... Aún carece-
Cerrato, existen otros conjuntos que hasta el mo-
mos de un estudio sobre la cantería, fundamental
mento no han llamado la atención de los historia-
para datar algunos paramentos sin otro tipo de
dores o arqueólogos pero que pueden constituir un
referencia que las propias huellas del instrumento
grupo al menos tan interesante como los que veía-
con que se trabajaron88.
mos en el norte. Se trata de una serie de galerías, a
veces muy complejas, con dobles alturas y nume- Queremos pensar que todos estos vacíos no se
rosas habitaciones que se abren en las laderas de al- deben a una falta de ideas y de ambición sino a una
gunos páramos cerrateños. Aunque a veces pueden deficiente -y esperemos que circunstancial- situa-
inducir a error ciertas galerías producidas por la ex- ción de las posibilidades que tienen arqueólogos e
tracción de yesos, otras parecen muy próximas a historiadores en general para acometer complejos
las de Palenzuela o a los complejos eremitorios que y completos programas de investigación. Segui-
estudió Puertas Tricas en Nájera86. Sin una profun- mos echando de menos nuevas e interesantes apor-
da prospección y aún sin contrastar datos, hasta el taciones en las diferentes líneas de trabajo que
momento hemos podido localizar algunos intere- apuntaba M. Riu en 197789, aunque también es
santes ejemplos en el entorno de Baltanás-Cevico verdad que ciertos trabajos de conjunto o indivi-
Navero y Hérmedes de Cerrato, localidad esta últi- duales -aparte de algunos citados anteriormente-
ma que en la documentación medieval se cita con son altamente esperanzadores90.
el sugestivo nombre de Heremitas de Cerrato87. No dudamos que monografías de este tipo
Epílogo vayan afectando poco a poco a nuestra provincia,
como tampoco dudamos que en años futuros se
Este rápido repaso a lo que hasta hoy constitu- vayan acometiendo trabajos arqueológicos que nos
yen los elementos fundamentales del trabajo ayuden a interpretar los grandes cenobios palenti-
arqueológico, no sólo en lo que se refiere a la nos que, en definitiva, fueron los irradiadores del
época románica sino a la Edad Media en su con- arte románico y con él de una mentalidad muy
junto, resulta, en principio, un tanto desalentador. concreta. Sabemos que con el tiempo se llegará a
Siguen siendo muchos más los interrogantes, las investigar el poblamiento de pequeñas aldeas que,
dudas, los caminos sin salida, las lagunas docu- como Villagonzalo o Santiuste de Corvio, desapa-
mentales, que las respuestas satisfactorias. Tam- recieron hace muchos siglos pero que han aporta-
bién es cierto, como tampoco podía ser de otra do restos románicos. Que, con paciencia, tendre-
manera, que tenemos muchos más datos que hace mos un poco más de luz sobre la significación de
diez o veinte años, pero tampoco estamos seguros emplazamientos fortificados que, como en el caso
que se vean las cosas con mayor claridad que de El Cristo de San Quirce de Riopisuerga o La
antes, quizás a excepción del asunto cerámico. Son Virgen de la Encina en Moarves de Ojeda, están
raros los trabajos que pretenden acometer de ocupados todavía hoy por pequeñas ermitas romá-
manera global algún tipo de problemática concre- nicas o como la perduración medieval en Cildá,
ta, por el contrario resultan abrumadoramente pro- que con la categoría ya de ciudad y nombre de Oli-
líficos los pequeños artículos que dan a conocer un va se cita en 1175, con su iglesia de San Martín91,
nuevo lote de cerámicas, algunas estelas o mone- cuyos restos todavía creemos reconocer cerca de la
das, un eremitorio u otra necrópolis más. Así, muralla tardoantigua. Gradualmente tendremos
todavía prácticamente nadie se ha planteado -y el más datos arqueológicos sobre los pequeños
caso resulta evidente para la provincia de Palencia monasterios de los que con tanta insistencia hablan
en su conjunto o para alguna de sus comarcas- la las fuentes escritas o de la habitación en cuevas, de

157
la que existen abundantes restos pero que tanto podemos quedarnos sólo en los edificios y escul-
silencian esas mismas fuentes. turas que de Jimeno, Nicolás, Miguel y otros
muchos anónimos han llegado hasta nosotros sino
El arte románico no es sino la expresión de una
en quiénes fueron personas como éstas y cómo y
sociedad, de un momento económico, cultural e
en qué ambiente se desarrolló su vida. Pero para
ideológico donde confluyen un conjunto de ideas
ello necesitaremos un poco más de voluntad y
compartidas en toda Europa con las particulares
mucha más paciencia.
situaciones locales92 y es a la vez un entorno mate-
rial, unas formas de vida y una adaptación al
medio. Las diversas disciplinas históricas y entre Orbó, septiembre de 1997
ellas la arqueología tienen la obligación de al
menos tratar de conocer todos esos aspectos. No

158
NOTAS Sobre el citado capitel: García Guinea, Miguel Ángel: “De epigra-
fía prerrománica: Pie de altar o capitel hallado en Santillana de
Corvio (Aguilar de Campoó, Palencia)”. En Estudios de Arte.
1. Sánchez Albornoz, Claudio: Una ciudad de la España cristiana
Homenaje al Profesor Martín González. Valladolid. Universidad
hace mil años. Estampas de la vida en León. 1ª ed., 1965. Madrid.
de Valladolid, 1995, pp. 69-72.
Ediciones Rialp (8ª ed., 1980).
7. Cruz Pérez, Autora de la: Informe de la excavación de urgencia.
2. Destacaremos la ambiciosa obra dirigida por Ariès-Duby sobre
La Ermita. oteros de Boedo. Mecanografiado y depositado en el
la vida cotidiana a lo largo de la historia y concretamente el volu-
Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en
men dedicado a época medieval: Ariès, Philippe y Duby, Georges:
Palencia. S/f.
Historia de la vida privada. 2. De la Europa feudal al Renaci-
miento. Madrid. Taurus, 1988. 8. Cruz Pérez, Aurora de la: Informe de la excavación de urgencia
en Santa Eufemia de Cozuelos. Mecanografiado y depositado en el
Dirigidos a un público más joven y por tanto con la virtud de la
Servicio Territorial de la Junta de Castilla y León en Palencia. S/f.
sencillez, aunque generalmente tratados con gran rigor, son distin-
tas obras y colecciones lanzadas en España por diversas editoria- 9. Lión Bustillo, Cristina: “Arqueología preventiva y de gestión
les. A título de ejemplo podemos citar algunas obras: Aznar, Fer- (1989-1990). Palencia”. Nvmantina, 4, Junta de Castilla y León,
nando: España medieval. Musulmanes, judíos y cristianos. 1993, pp. 327-328.
Madrid, Anaya, 1990. Aznar, Fernando: El Camino de Santiago. Cruz Pérez, Aurora de la; Guerra Aragón, José Ignacio: “Excava-
Peregrinos en la Europa Medieval. Madrid, Anaya, 1990. Morgan, ciones arqueológicas en el claustro de la abadía de Santa María de
Gwyneth: La vida en un pueblo medieval. Madrid, Akal, 1990. Husillos (Palencia)”. En Actas del III Congreso de Historia de
Boyd, Anne: La vida en un monasterio medieval. Madrid, Akal, Palencia. Palencia, Marzo 1995. Tomo I: Prehistoria, Arqueología
1990. Watson, Percy: La construcción de las catedrales medieva- e Historia Antigua. Palencia. Excma. Diputación Provincial. 1996,
les. Madrid, Akal, 1990. pp. 493-504.
3. Un buen ejemplo a seguir nos parece el catálogo de la exposi- 10. Ruiz Salces, Roberto D.; Peñil Mínguez, Javier: “La excava-
ción celebrada en el Museo de los Agustinos de Toulouse entre ción de la iglesia románica de Santiago: aportación al urbanismo
enero y marzo de 1989: VV. AA.: De Toulouse a Tripoli. La puis- medieval de Carrión de los Condes (Palencia)”. XX Congreso
sance toulosaine au XIIe siècle (1080-1208). Toulouse, Mairie de Nacional de Arqueología. Zaragoza, 1991, pp. 483-490.
Toulouse-Musée des Augustins, 1989.
11. Strato: Seguimiento arqueológico de las tareas de restauración
4. Según ese autor “los arqueólogos -por lo general- se siguen de varios edificios anexos del Monasterio de San Andrés de Arro-
empeñando en ofrecernos interminables listas de fragmentos de yo, en Santibáñez de Ecla (Palencia). Informe inédito depositado
cerámicas con toda clase de detalles sobre sus bordes, formas y en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León
materias grasas que las componen, pero casi nunca nos hablan de en Palencia. Julio, 1995.
su función, de sus usos, de su significado posible en la dieta o del
12. Casa, Carlos de la; Doménech, Manuela; Menchón, Joan:
sentido de su aparición en distintos lugares del contexto arqueoló-
“Estelas medievales del monasterio cisterciense de Las Huelgas
gico”. Arce, Javier: El último siglo de la España romana: 284-
(Burgos)”. Cuadernos de Sección. Antropología-Etnografía, 10.
409. Madrid, Alianza Editorial, 1982, p. 125.
Donostia. Eusko Ikaskuntza. 1994, pp. 193-214.
5. Si nos centramos al menos en la zona de la Meseta castellana,
13. Strato: Excavaciones arqueológicas en el monasterio de Santa
destacaremos el primer intento de puesta en común y estado de la
Cruz de la Zarza, en Ribas de Campos (Palencia). Informe inédito
cuestión sobre las cerámicas: VV. AA.: La cerámica medieval en
depositado en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Cas-
el Norte y Noroeste de la Península Ibérica. Aproximación a su
tilla y León en Palencia. 1996.
estudio. León, Universidad de León, 1989. Sobre el mundo funera-
rio: Casa Martínez, Carlos de la: Las necrópolis medievales en la 14. Iter Gabinete Arqueológico C.B.: Informe arqueológico sobre
provincia de Soria. Valladolid, Junta de Castilla y León-Excma. la excavación realizada en la carretera nacional 611, Monzón de
Diputación Provincial de Soria-Asociación Española de Arqueolo- Campos (Palencia). Mecanografiado y depositado en el Servicio
gía Medieval, 1992. Sobre estelas otro trabajo de este mismo autor Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Palencia.
que fue el pistoletazo de salida para la aparición de un amplio S/f.
número de artículos recopilatorios sobre el tema: Casa Martínez, 15. Iter: Informe de la excavación de urgencia realizada en Variante
Carlos de la; Doménech Esteban, Manuela: Estelas Medievales de del Canal, Las Bodegas, El Castillo. Monzón de Campos (Palen-
la Provincia de Soria. Soria, Publicaciones de la Excma. Diputa- cia). Agosto 1991. Mecanografiado y depositado en el Servicio
ción Provincial de Soria, 1983. Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Palencia.
El tema de las estelas ha alcanzado tanto auge que ha asegurado el Iter S.L. Gabinete Arqueológico: Inventario Arqueológico de los
éxito a la reedición del clásico libro de Frankowski, del año 1920, materiales encontrados en la excavación realizada en la Variante
en cuya moderna edición se han incluido numerosas colaboracio- del Canal, carretera 620, Monzón de Campos (Palencia). Meca-
nes que recogen la situación actual de la investigación sobre estas nografiado y depositado en el Servicio Territorial de Cultura de la
piezas en el norte peninsular: Krankowski, Eugeniusz: Estelas dis- Junta de Castilla y León en Palencia.
coideas de la Península Ibérica. Oviedo, Ediciones Istmo, 1989. Cruz Pérez, Aurora de la; Lamalfa Díaz, Carlos: “Monzón de
6. Lamalfa Díaz, Carlos: Trabajos arqueológicos en los yacimien- Campos: la transformación del sistema de almacenamiento como
tos de “Despoblado de Santillana”. “Necrópolis de Cenera de consecuencia del cambio en las estructuras sociales”. En Actas del
Zalima”. Aguilar de Campoo. Embalse. Palencia. Septiembre- IV Congreso de Arqueología Medieval Española: Sociedades en
Octubre 1990. Informe mecanografiado depositado en el Servicio transición. Alicante, 4 al 9 de octubre de 1993. Vol. III: Comuni-
Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Palencia. caciones. Alicante, 1994, pp. 605-610.

159
16. Lamalfa Díaz, Carlos; Cruz Pérez, Aurora de la; Crespo Man- de zona de hábitat, estructuras de servicios y necrópolis. Más
cho, Julia: “Silos medievales de Monzón de Campos (Palencia)”. recientemente ha visto la luz un nuevo artículo, más centrado en
En Actas del I Congresso de Arqueologia Peninsular. IV. Porto, las, a juicio del autor, deficientes relaciones entre arqueología y
1993. Trabalhos de Antropologia e Etnologia. 34 (3-4). 1994, pp. restauración, pero que sigue sin supone el estudio definitivo que
371-379. todos esperamos: Matesanz Vera, Pedro: “Arqueología y restaura-
17. Nozal Calvo, Miguel et alii: “Iglesia prerrománica en Villella. ción arquitectónica: el caso del monasterio de Santa María la Real
Antigüedad (Palencia)”. Actas del II Congreso de Historia de (Aguilar de Campoo, Palencia). Cuadernos de Prehistoria y
Palencia. Palencia, 1989. Tomo I: Prehistoria, Arqueología e His- Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, 21. 1994,
toria Antigua. Palencia, Excma. Diputación Provincial de Palen- pp. 313-340.
cia, 1990, pp. 509-523. 21. Pérez González, Cesáreo; Illarregui Gómez, Emilio: “Excava-
18. Carro Reglero, Monserrat y Santamaría González, José Enri- ciones en Herrera de Pisuerga. Época Medieval”. Actas del II Con-
que: “El material medieval de la excavación de la ermita de Santa greso de Arqueología Medieval Española. Madrid, 1987. Tomo
María del Castillo (Saldaña)”. En Actas del III Congreso de Histo- III: Comunicaciones. Madrid, 1987, pp. 621-630. Pérez González,
ria de Palencia. Palencia, 1995. Tomo I: Prehistoria, Arqueología Cesáreo; Sarabia Rogina, Pedro M.; Illarregui Gómez, Emilio:
e Historia Antigua. Palencia. Excma. Diputación Provincial. 1996, “Un silo medieval en Herrera de Pisuerga”. Actas del II Congreso
pp. 477-492. Por nuestra parte consideramos un tanto forzada la de Historia de Palencia. Palencia, 1989. Tomo I: Prehistoria,
identificación de esta iglesita de Manfrío con la de Santa María del Arqueología e Historia Antigua. Palencia, Excma. Diputación Pro-
Castillo pues, aparte de que no existen evidencias arqueológicas de vincial de Palencia, 1990, pp. 539-554. Illarregui, Emilio y Cruz,
un edificio anterior, queda un tanto alejada de la fortaleza saldañe- Aurora de la “Herrera Medieval”. Papeles Herrerenses, I. Palen-
sa como para tomar el nombre de ella. Por otro lado los materiales cia, Caja de Salamanca y Soria. 1992, pp. 108-118. Lion Bustillo,
parecen dar pie a pensar en un templo erigido, como muy tempra- Cristina: “Arqueología preventiva y de gestión (1993-1994).
namente, en el siglo XII. Palencia”. Nvmantia, 6. Junta de Castilla y León. 1996, pp. 325-
331 (excavación llevada a cabo en la calle Anagallo, donde se
19. Lamalfa Díaz, Carlos: “Aportaciones a la arqueo-historia de localizó una fase medieval -s. XI-XII relacionadas presumiblemen-
Aguilar de Campoo”. En Actas del III Congreso de Historia de te con un horno de transformación de hierro [p.327]). Y como tra-
Palencia. Palencia, 1995. Tomo I: Prehistoria, Arqueología e His- bajo eminentemente de documentación histórica: Pérez González,
toria Antigua. Palencia. Excma. Diputación Provincial. 1996, pp. Cesáreo; Arana Montes, Marina; Pérez González, Mª Luisa: “La
519-529. época medieval en Herrera de Pisuerga”. Actas de I Congreso de
20. La bibliografía sobre este monasterio es relativamente abun- historia de Palencia. Monzón de Campos, 1985. Tomo I: Fuentes
dante pero toda ella hace referencia a aspectos propiamente histó- documentales y Edad Media, Palencia, Excma. Diputación Pro-
ricos. Desde el punto de vista arqueológico nada hay publicado, a vincial de Palencia, 1987, pp. 401-424.
excepción de breves notas en: Bravo Juega, Mª Isabel; Matesanz 22. Martín Carbajo, Miguel Ángel: Excavación de urgencia en el
Vera, Pedro: Los capiteles del monasterio de Santa María la Real yacimiento “San Miguel. Arroyo Cevico”. Dueñas. Palencia.
de Aguilar de Campoo (Palencia) en el Museo Arqueológico Mecanografiado y depositado en el Servicio Territorial de Cultura
Nacional. Salamanca. Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Sala- de la Junta de Castilla y León en Palencia, 1994. Se supone que se
manca, 1986. Sobre una placa de cinturón visigoda aparecida en la trata del poblado medieval de San Miguel de Dueñas. Los materia-
excavación existe una mención en: Molina, Monserrat: “Las tie- les aportados son cerámicas pintadas con bandas de color vinoso
rras de Palencia durante la monarquía goda”. En González, Julio: (s. XI), decoradas con retícula incisa (ss. XI-XII), con decoración
Historia de Palencia. Vol. I: Edades Antigua y Media. Palencia, bruñida, procedentes del alfar de Saldaña (segunda mitad XII y s.
Excma. Diputación Provincial de Palencia, 1984, p. 150. Resumen XIII) y tipos Duque de la Victoria, cuyas producciones se iniciarí-
de los trabajos realizados hasta 1983 en: Matesanz Vera, Pedro: an en el siglo XIII perdurando en los dos siglos posteriores.
“Excavaciones arqueológicas en el Monasterio de Santa María la
Real”. Cascajera. Aguilar de Campoo, Asoc. Cultural Cascajera, Iter S.L.: Informe de la excavación arqueológica realizada en San
Diciembre 1983, pp. 26-27. Y noticias sobre la marcha de las dis- Pedro de Villaeles. Palencia. Septiembre, 1992. Mecanografiado y
tintas campañas en: Retuerce, Manuel; Matesanz, Pedro: “Monas- depositado en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Cas-
terio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo”. Arqueología tilla y León en Palencia. Supuesto despoblado medieval de San
79. Madrid, Ministerio de Cultura, 1980, p. 178, n° 289. Retuerce, Pedro de Villadello con una necrópolis de tumbas en fosa y cubier-
Manuel; Matesanz, Pedro: “Monasterio de Santa María la Real de tas de lajas no posteriores a los primeros decenios del siglo XI.
Aguilar de Campoo”. Arqueología 80. Madrid, Ministerio de Cul- También se localizó un horno para cocción de cerámica, anterior a
tura, 1981, n° 247. Matesanz Vera, Pedro: “Santa María la Real de la necrópolis. Aunque estos restos y las cerámicas halladas se
Aguilar de Campoo”. Arqueología 81. Madrid, Ministerio de Cul- fechan en momentos anteriores a la aparición del arte románico,
tura, 1982, p. 103, n° 210. Matesanz Vera, Pedro: “Santa María la documentalmente parece ser que la población se mantuvo también
Real de Aguilar de Campoo”. Arqueología 82. Madrid, Ministerio en plena época románica.
de Cultura, 1983, p. 103, n° 227. Matesanz Vera, Pedro: “Aguilar Otra serie de intervenciones, realizadas a lo largo de la última déca-
de Campoo. Monasterio de Santa María la Real”. Arqueología 83. da, se recogen en: Lión Bustillo, Mª Cristina: “Arqueología pre-
Madrid, Ministerio de Cultura, 1985, pp. 132-133, n° 7.16. Lión ventiva y de gestión, 1984-1988. Palencia”. Nvmantia, III, Junta de
Bustillo, Cristina: “Arqueología preventiva y de gestión (1989- Castilla y León, 1990, pp. 273-280: Liende (Ligüerzana): necrópo-
1990). Palencia”, op. cit. p. 329. Lión Bustillo, Cristina: “Arqueo- lis que se fecha en época altomedieval, con tumbas de lajas y sarcó-
logía preventiva y de gestión (1991-1994). Palencia”. op. cit., p. fagos y hallazgo de algún fragmento cerámico con decoración es-
278. A lo largo de todas estas notas se hacen referencia a la exca- triada (p. 274). Los Castrillones (Monzón de Campos): siete ente-
vación en las distintas estancias monásticas, con documentación rramientos en tumbas de lajas y fosa simple, fechados en época al-

160
tomedieval (p. 275). Camino de San Román (Palencia): necrópolis 23. Bohigas Roldán, Ramón et alii: “Las cerámicas medievales no
en la que se excavaron cuatro sarcófagos de lajas (p. 278). Claustro esmaltadas en las provincias de Cantabria, Palencia y Burgos”. En:
de la Catedral (Palencia): necrópolis medieval con enterramientos Gutiérrez González, José Avelino; Bohigas Roldán, Ramón (coor-
de varios tipos: tumbas en sarcófago trapezoidal de una pieza, tum- dinación y edición): La cerámica medieval en el norte y noroeste
bas en sarcófago de lajas con cubierta de lajas, tumba de lajas con de la Península Ibérica. Aproximación a su estudio. León, Univer-
cubierta abovedada, tumba de adobes. Destaca la sepultura con cu- sidad de León, 1989, pp. 113-153.
bierta abovedada, que presentaba una decoración incisa a base de 25. Peñil Mínguez, Javier: “El testar medieval de Saldaña (Palen-
motivos geométricos (p. 278). Manfrío (Saldaña): excavación de cia). Camino de la Morterona”. Actas del II Congreso de Arqueo-
una pequeña iglesia de mampostería, con un ábside y, asociada a logía Medieval Española. Madrid, 1987. Tomo III: Comunicacio-
ella, algunas tumbas en fosa y elementos de ajuar litúrgico (p. 278). nes. Madrid, 1987, pp. 613-620.
Ermita de San Millán (Villaherreros): necrópolis en la que se pu-
dieron excavar nueve enterramientos, de lajas y en fosa, así como 26. Bohigas Roldán, Ramón: “El alfar medieval de “Cuernos
varias fosas vacías. Se recogieron cerámicas pintadas, bruñidas, es- Pequeños”. Alto de La Morterona (Saldaña, Palencia)”. Actas del
triadas y con ondas incisas. Fechado todo en época altomedieval (p. II Congreso de Historia de Palencia. Palencia, 1989. Tomo I:
279). Villán de Abajo (Villanuño de Valdavia): necrópolis que pue- Prehistoria, Arqueología e Historia Antigua. Palencia, Excma.
de alcanzar el siglo XIV, en la que se exhumaron siete tumbas: cin- Diputación Provincial de Palencia, 1990, pp. 221-241.
co en simple fosa, una en sarcófago de lajas y otra en sarcófago mo- 27. Domínguez Bolaños, Alonso y Pérez Rodríguez, Fernando:
nolítico trapezoidal con cubierta de lajas (p. 279). Excavación de urgencia en el yacimiento de La Morterona, Salda-
Lión Bustillo, Cristina: “Arqueología preventiva y de gestión ña (Palencia. Agosto de 1992. Informe inédito depositado en el
(1989-1990). Palencia”. Nvmantia, 4, Junta de Castilla y León, Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en
Palencia.
1993, pp. 323-331. Variante de la Carretera Nacional 120
(Carrión de los Condes): aparición de un horno, relativamente bien 28. Bohigas Rodán, Ramón et alii: “Las cerámicas medievales no
conservado, fechado en época medieval (pp. 325-326). Pago de los esmaltadas...”, op. cit., p. 131.
Castillos (Fuentes de Nava): restos de un hábitat romano sobre el 29. Lamalfa Días, Carlos; Peñil Mínguez, Javier: “Testar medieval
que se superpone uno medieval articulado en tres núcleos: varios “Casa del Conde”...”, op. cit., p. 563.
silos (con restos de cerámica medieval), una zona artesanal y posi-
ble lugar de culto (p. 326). El Redondal (Grijota): excavación de 30. Lión Bustillo, Cristina: “Arqueología preventiva y de gestión
un hoyo ceniciento con restos de revoco y hallazgo de cerámicas (1989-1990)...”, op. cit., p. 326.
(globulares y jarras), ocasionalmente decoradas (p. 326). Castillo 31. Lión Bustillo, Cristina: “Arqueología preventiva y de gestión
(Aguilar de Campoo): excavación de la torre del homenaje, que (1991-1992)...”, op. cit., p. 284.
guardaba en su interior un pequeño aljibe y habitación adosada a la 32. Lamalfa Díaz, Carlos y Cruz Pérez, Aurora de la: “El horno
torre, interpretada como zona destinada a guarnición del castillo Altomedieval de San Pedro, Villaeles de Valdavia (Palencia).
(p. 329). Actas del IV Congreso de Arqueología Medieval Española: Socie-
Lión Bustillo, Cristina: “Arqueología preventiva y de gestión dades en transición. Alicante, 1993. Tomo III. Alicante. 1993, pp.
(1991-1992). Palencia”. Nvmantia, 5, Junta de Castilla y León, 765-770.
1994, pp. 277-285: El Torrejón (Canduela): inicio de la excava- 33. Iter Gabinete Arqueológico, C.B.: Seguimiento Arqueológico:
ción en una pequeña torre plenomedieval cuya función era el con- Variante de la carretera nacional 120. Acceso a Villadiezma.
trol del valle del río Camesa (p. 278). Calle Bolivia (Herrera de Informe inédito depositado en el Servicio Territorial de Cultura de
Pisuerga): material arqueológico medieval fechado entre los siglos la Junta de Castilla y León en Palencia. 1996.
XI y XIII (p. 280). Monasterio de San Salvador (Nogal de las
Huertas): se documentó en el interior de la iglesia, la parte más 34. Carro Reglero, Monserrat y Santamaría González, José Enri-
primitiva de la misma, con una puerta románica y pavimento que: “El material medieval de las excavaciones...” op. cit., pp. 485-
empedrado, en el ábside un osario y dos pavimentos superpuestos 486.
y por último varios silos con cerámica de repoblación (. 280). San- 35. Strato: Excavaciones en el monasterio de Santa Cruz de la
ta María de Villaverde (Polvorosa de Valdavia): necrópolis medie- Zarza..., op. cit.
val con veintiocho tumbas de varios tipos: fosas, lajas y sarcófagos 36. Lamalfa Díaz, Carlos; Cruz Pérez, Aurora de la; Crespo Man-
de tapa curva, para todo lo cual se da una fecha entre los siglos X cho, Julia: “Silos medievales de Monzón de Campos...”, op. cit.,
al XIII (p. 281). La Morterona (Saldaña): restos de dos hornos pp. 371-379.
cerámicos medievales, muy deteriorados, relacionados con los
alfares de esa misma zona fechados entre los siglos X-XII (p. 281). 37. Strato: Excavaciones arqueológicas de urgencias en el yaci-
Frontada (Aguilar de Campoo): excavación de cuatro sepulturas miento “San Miguel-Arroyo Cevico”. Dueñas, Palencia. Informe
en el interior de la iglesia y en el exterior, excavación de la necró- inédito depositado en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta
polis con tumbas de lajas y excavadas en roca, así como interven- de Castilla y León en Palencia. 1996.
ción en el llamado Granero, edificio del siglo XI-XIII con cabece- 38. Malanda Obregón, Laura: “El alfar bajomedieval de Cubillas
ra de dos ábsides excavados en roca, restos de una pequeña iglesia de Cerrato: un centro de producción de cerámicas tipo Duque de la
rupestre anterior (p.285). El Castillo (Guardo): excavación de la Victoria”. En Actas del III Congreso de Historia de Palencia.
fortaleza medieval de Guardo, que ha aportado estructuras defensi- Palencia, 1995. Tomo I: Prehistoria, Arqueología e Historia Anti-
vas y una necrópolis fechable entre los siglos XII-XIV (p. 285). La gua. Palencia. Excma. Diputación Provincial. 1996, pp. 505-517.
Morterona (Saldaña): necrópolis altomedieval con tumbas en cista La autora se inclina por una cronología para estas producciones de
o fosa y siete enterramientos infantiles (p. 285). acuerdo a las seguidas en primer trabajo publicado sobre Duque de

161
la Victoria, frente a tesis posteriores que abogan por llevar hasta el Actas del II Congreso de Arqueología Medieval Española. Madrid,
siglo XII el comienzo de la fabricación de esas cerámicas (ver nota 1987. Tomo III: Comunicaciones. Madrid, 1987. pp. 557-570.
13, p. 508). 50. Troncin, Philippe: “Les tombes antropomorphes du Ve au XVe
39. Frankowski, Eugeniusz: Estelas discoideas de la Península siècle dans le Midi de la France”. Archeologie en Languedoc, 4,
Ibérica. Madrid, Museo Nacional de Ciencias Naturales, 1920. 1987, p. 180.
Sobre la moderna reedición de esta obra ver nota 5.
51. Por ejemplo en el capitel del avaro, en el pórtico de la iglesia
40. Para Castilla y León abrió el fuego de los estudios sobre las de Rebolledo de la Torre (Burgos).
estelas medievales el trabajo: Casa Martínez, Carlos de la; Domé-
52. Moreda Blanco, Javier; Nuño González, Jaime: “Excavaciones
nech, Manuela: Estelas Medievales ..., op. cit., tras el cual han
en el Monasterio...”, op. cit., p. 567, fig. 8
venido distintos trabajos, preferentemente de mano de Carlos de la
Casa. 53. Colmenajero García, Fernando: “El yacimiento arqueológico
de Fuente del moro”. Actas del I Congreso de Arqueología Medie-
41. En este sentido podemos destacar la reedición de la obra de
val Española. Huesca 1985. Tomo II. Zaragoza, 1986, pp. 221-239.
Frankowski –citada en nota 5– y que incluye una segunda parte de
actualización sobre el tema en las distintas regiones, así como un 54. Morere Molinero, Nuria: “Dos conjuntos de tumbas antropo-
completo repertorio bibliográfico, éste a cargo de Carlos de la morfas de la Meseta Sur: provincias de Guadalajara y Madrid”.
Casa. Actas del I Congreso de Arqueología Medieval Española. Huesca,
1985. Tomo V. Zaragoza, 1986, pp. 275-288. Osuna Ruiz, Manuel:
42. Casa Martínez, Carlos de la; Doménech, Manuela: Estelas
“Diez años de excavaciones arqueológicas en Ercávica (Cañave-
Medievales..., op. cit., p. 174. Bango Torviso, Isidro G.: “El espa-
ruelas, Cuenca). En Homenaje al Prof. Martín Almagro Basch.
cio para enterramientos privilegiados en la arquitectura medieval
Tomo III. Madrid, Ministerio de Cultura, 1983, pp. 263-273. En
española”. Anuario del Departamento de Historia y Teoría del
Xàbia las tumbas excavadas en roca pertenecen a una necrópolis
Arte, IV. Universidad Autónoma de Madrid, 1992, pp. 93-132.
tardorromana: Casabó i Bernard, Josep: “Resultats de la segona
Este autor especifica que el cementerio se amojonaba con trece
cruces, generalmente de forma discoidal, que marcaban su super- campanya d´excavacions d´urgencia en la nrcròpoli romana del
ficie (p. 96). Muntanyar (Xàbia, Marina Alta)”. Xàbiga, 7. 1994, pp. 65-75. Por
su parte, en el yacimiento de Les Coromines se han localizado dos
43. Para C. de la Casa y M. Doménech las piezas sorianas que cementerios próximos con tumbas rupestres para las que se ha
estudian se encuadran claramente en una cronología de los siglos establecido una evolución en tres fases: tumbas rectangulares y
XII y XIII, preferentemente en la primera de esas centurias. Casa trapeciales (siglos VI-IX), de bañera de extremos redondeados (a
Martínez, Carlos de la; Doménech, Manuela: Estelas Medieva- partir del VII) y antropomorfas (típicas del X): Enrich, J. y Enrich
les..., op. cit., p. 174. J.: “Tres conjunts d´habitacle altomedieval a l´Alta Segarra
44. Hasta ahora no se han detectado en nuestra provincia, al menos (Anoia-Bages, Barcelona)”. Empúries, 48-50, I. 1986-1989, pp.
eso creemos, estelas con representación de herramientas de oficio. 300-310.
Sin embargo es posible que dos de las procedentes de Arcera 55. Kliemann, Katja: “La orientación de las sepulturas medieva-
(Cantabria), muy cerca de los límites palentinos, representen imá- les”. Actas del II Congreso de Arqueología Medieval Española.
genes de instrumentos, a nuestro juicio más bien de cantero que Madrid, 1987. Tomo III: Comunicaciones. Madrid, 1987, pp. 495-
agrícolas o mineros como se ha apuntado. Lamalfa Díaz, A. Car- 500.
los: “Estelas medievales y grabado laberíntico de Arcera (Valde-
prado del Río, Cantabria)”. Actas del II Congreso de Arqueología 56. Troncin, Philippe: “Les tombes antropomorphes...”, op. cit.,
Medieval Española, Madrid, 1987. Tomo III: Comunicaciones. pp. 157-190.
Madrid, 1987, pp. 501-511. 57. VV. AA.: Necòpolis i sepultures medievals de Catalunya. Acta
45. Lamalfa, Carlos: “Estelas del Yacimiento altomedieval de Mediaevalia. Annex 1. Barcelona, Universitat de Barcelona, 1982.
Frontada (Palencia)”. Actas del V Congreso Internacional de Este- Andrío Gonzalo, Josefina: ”La Edad Media a través de los estudios
las Funerarias. Soria, 1993. Volumen II. Soria, Excma. Diputa- arqueológicos”. En Historia de Burgos. II. Edad Media (2). Bur-
ción Provincial de Soria, 1994, pp. 557-564. gos. Caja de Ahorros Municipal de Burgos. 1987, pp. 195-216.
Casa Martínez, Carlos de la: Las necrópolis medievales..., op. cit.
46. Crespo Mancho, María Julia: “Necrópolis de Los Castrillones,
Monzón de Campos (Palencia)”. Actas del II Congreso de Historia 58. Iter Gabinete Arqueológico, C.B.: Seguimiento Arqueológico:
de Palencia. Palencia, 1989. Tomo I: Prehistoria, Arqueología e Variante de la carretera nacional 120... op. cit.
Historia Antigua. Palencia, Excma. Diputación Provincial de 59. Crespo Mancho, Mª Julia: Informe arqueológico “Fuente de
Palencia, 1990, pp. 525-538. San Pedro”. Valdespina (Palencia). Inédito, depositado en el Ser-
47. García Guinea, Miguel Ángel: González Echegaray, P. Joa- vicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Palen-
quín; Madariaga de la Campa, Benito: El Castellar. Villajimena cia. 1996.
(Palencia). E.A.E., 22 S./f. 60. Strato: Excavaciones en el Monasterio de Santa Cruz de la
48. Riu, Manuel: “La arqueología medieval en España”. En: De Zarza... op. cit.
Boüard, Michel: Riu, Manuel: Manual de Arqueología medieval. 61. Guerra Aragón, José Ignacio y Nozal Calvo, Miguel: Excava-
De la prospección a la historia. Barcelona, Teide/Base, 1977, pp. ciones Arqueológicas en el despoblado medieval de Villaverde.
454-457. Polvorosa de Valdavia. (Marzo-Abril de 1992). Informe inédito
49. Moreda Blanco, Javier; Nuño González, Jaime: “Excavaciones depositado en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Cas-
en el Monasterio de San Pedro de Arlanza (Hortigüela, Burgos)”. tilla y León en Palencia.

162
62. Domínguez Bolaños, Alonso y Nuño González, Jaime: Ermita En Francia se han exhumado muy frecuentemente conjuntos fune-
de San Pelayo. Perazancas de Ojeda (Palencia). Trabajos arqueo- rarios caracterizados por sarcófagos trapezoidales no antropomor-
lógicos. 1996. Informe inédito depositado en el Servicio Territo- fos, siempre con unas fechas muy altomedievales, asociadas al
rial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Palencia. mundo merovingio; sirvan como ejemplo: Bitun, Robert y Depie-
rre, Germaine: “Bierry-les-Belles-Fontaines”. En La Bourgogne
63. Agradecemos a Fernando Pérez Rodríguez-Aragón, director
médiévale. Les Dossiers d´Archéologie. 157. Febrero 1991, pp.
de aquellas excavaciones, la cesión de estos datos inéditos.
74-75 (sarcófagos merovingios). Depierre, Germaine: “La nécro-
64. Un sarcófago de este mismo tipo aparece en el entorno de la pole de Dijon”. En La Borugogne médiévale. Les Dossiers
ermita románica de la Virgen de la Encina, en Moarves de Ojeda, d´Archéologie. 157. Febrero 1991, pp. 68-69 (sarcófagos de una
en una ocupación en altura que constituye un asentamiento de gran necrópolis merovingia). Le Maho, Jacques: “L´église Saint Geor-
interés, aún inexplorado. En el interior de la también iglesia romá- ges de Boscherville”. En L´evangelisation de la Normandie. Les
nica de Arroyo de la Encomienda (Valladolid), se guarda otro Dossiers d´Archéologie. 144. Enero 1990, pp. 28-31 (sarcófagos
prácticamente idéntico a los de Polvorosa, también con tapa. Pro- fechados en el siglo VII). Pilet, Christian: “Les premieres églises
cede de la necrópolis de La Lámpara, excavada por nosotros en rurales”. En L´evangelisation de la Normandie. Les Dossiers
1982 y para la que entonces, a pesar de algunos claros paralelos d´Archéologie. 144. Enero 1990, pp. 42-45 (necrópolis de Saint-
con cementerios visigodos, dábamos una cronología de los siglos Martin-de-Mondeville. Calvados).
XI-XII (Fernández Nanclares, Alejandro; Moreda Blanco, Fco.
Por último, la barra de hierro encontrada en una de esas tumbas de
Javier; Nuño González, Jaime: “Necrópolis medieval de “La Lám-
Polvorosa puede ser uno de los punzones o husos de hilado que se
para”. Arroyo de la Encomienda (Valladolid)”. Noticiario Arqueo-
están localizando en muchos enterramientos tardoantiguos feme-
lógico Hispánico, 24. 1985, pp. 389-413). Posteriormente a esa ninos (Sági, Károly: Das römische Gräberfeld von Keszthely-
publicación, la presencia de dicho sarcófago y la tumba de muretes Dobogó. Akadémiai Kiadó. Budapest. 1981. Abásolo, José A. ;
que se hallaba en sus proximidades nos parecen argumento sólido Cortés, Javier; Pérez Rodríguez-Aragón, Fernando: La necrópolis
para vincular el cementerio a épocas anteriores, muy posiblemente norte de la Olmeda (Pedrosa de la Vega, Palencia). Palencia.
visigóticas. Tumbas de muretes han aparecido recientemente en Diputación Provincial de Palencia. 1997).
Velilla (Valladolid), en el entorno de un yacimiento tardorromano
(Sacristán de Lama, J. David y Escribano Velasco, Consuelo: 65. Cruz Pérez, Aurora de la; Guerra Aragón, José Ignacio: “Exca-
“Arqueología preventiva y de gestión (1993-1994). Valladolid”. vaciones arqueológicas en el claustro de Santa María de Husi-
Nvmantia, 6. Junta de Castilla y León. 1996, pp. 376-377) y en la llos...” op. cit., p. 503
propia provincia de Palencia, en Hontoria de Cerrato, también en 66. En una reciente intervención en la necrópolis que rodeaba el
el entorno de un yacimiento romano, como ocurría en La Lámpara antiguo emplazamiento de la ermita de San Andrés, en Aguilar de
(Lión Bustillo, Cristina: “Arqueología preventiva y de gestión Campoo, hemos podido observar la presencia también de tumbas
(1993-1994)...” op. cit., pp. 327-328). Cabe reseñar igualmente la de lajas y de fosa, éstas superpuestas a aquéllas. Incluso dentro de
aparición de sarcófagos como los mencionados junto a la iglesia las cistas parecen observarse dos tipos: unas bien trazadas, con lar-
de San Cebrián de Mazote (Valladolid) y también en el entorno del gas y finas lajas y otras con pequeñas piedras, más irregulares y de
importante yacimiento romano de El Alba, en Villalazán (Zamo- peor factura. No se pudo observar la relación estratigráfica que
ra), con varias inhumaciones que han sido fechadas en los siglos tenían estos dos tipos entre sí, aunque el gran parecido que guar-
XII-XIII (Larrén Izquierdo, Hortensia: “Arqueología preventiva y dan con los hallazgos de Perazancas nos inclina a pensar en que las
de gestión (1993-1994). Zamora”. Nvmantia, 6. Junta de Castilla y cistas mejor construidas son las más antiguas.
León. 1996, pp. 390-391); la tipología de estas piezas y su proxi- 67. La arquitectura rupestre ha sido objeto de atención desde hace
midad al yacimiento romano establecen paralelismos que hacen ya muchas décadas y sobre ellas se han enunciado las teorías más
inclinarnos por una cronología anterior a la aportada por sus exca- diversas, referidas a épocas históricas o prehistóricas más dispares.
vadores, al menos en cuanto al momento de su fabricación. En otro Sin embargo el problema no se empezó a centrar en su justa medi-
yacimiento más próximo a tierras palentinas, en la localidad de da hasta el ya clásico trabajo de Íñiguez Almech, Francisco:
Santa María de Hito (Cantabria), se excavó una necrópolis donde “Algunos problemas de las viejas iglesias españolas”. Cuadernos
de nuevo aparecen ese tipo de enterramientos monolíticos y sus de Trabajo de la Escuela Española de Historia y Arqueología en
tapas de superficie curva, esta vez sobre un asentamiento romano. Roma, VI, 1955, pp. 9-180. Posteriormente los diversos grupos,
El cementerio, al que se dató entre el siglo X y XII dio como pieza tanto del norte como del sur de la Península han sido abordados
excepcional un broche de cinturón de hueso que fue considerado parcialmente por diversos autores entre los que cabe citar a Rafael
como mozárabe, del siglo X (Gimeno García-Lomas, Rosa: Puertas Tricas. Para la zona que a nosotros nos interesa han apare-
“Hallazgo de un broche Altomedieval trabajado en hueso”. Boletín cido en los últimos años dos publicaciones, resultado de sendas
del Seminario de Arte y Arqueología, XLIV. Universidad de Valla- tesis doctorales: Azkarate Garai-Olaun, Agustín: Arqueología
dolid. 1978, pp. 430-434. Gimeno García-Lomas, Rosa: “El con- cristiana de la antigüedad tardía de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya.
junto de cerámicas medievales de Santa María de Hito”. Actas del Vitoria-Gasteiz, Diputación Foral de Álava, 1988 y, sobre todo,
I Congreso de Arqueología Medieval Española. Huesca, 1985. Monreal Jimeno, Luis Alberto: Eremitorios rupestres altomedie-
Tomo V. Zaragoza. Diputación General de Aragón. 1986, pp. 385- vales (El Alto Valle del Ebro). Bilbao, Universidad de Deusto,
401), la misma pieza que también ha sido considerada como de 1989, en el cual aparece un capítulo dedicado al ámbito palentino
difusión burgundia y fechada hacia el año 600 (Martín, Max: o grupo del Alto Pisuerga, recogiendo además toda la bibliografía
“Bemerkungen zur Frühmittelalterlinghen Knochenschnalle eines existente hasta la fecha. Con un afán más bien de divulgación que
Klerikergraber der St. Verenakirche von Zurzach (Kt. Aargan)”. de investigación está también: Alcalde Crespo, Gonzalo: Ermitas
Jarhbuch der Schweizerischen Gesellschaft für Ur-und Frühges- rupestres de la provincia de Palencia. Palencia, Excma. Diputa-
chichte. 71. Basel. 1988, pp. 161-177). ción Provincial de Palencia, 1990. Más recientemente ha visto la

163
luz una breve compilación: Bohigas Roldán, Ramón: “Las igle- 84. Bohigas Roldán, Ramón et alii: “Las cuevas artificiales del
sias rupestres de Valderredible”. Cuadernos de Campoo, 7. Exc- cerro del castillo (Saldaña, Palencia)”. Actas del I Congreso de
mo. Ayuntamiento de Reinosa. Marzo 1997, pp. 9-16. Historia de Palencia. Monzón de Campos, 1985. Tomo II: Fuentes
68. Alcalde Crespo, Gonzalo: Ermitas rupestres..., op. cit., pp. 36- Documentales y Edad Media. Palencia, Excma. Diputación de
38. Palencia, 1987, pp. 573-586.

69. Monreal Jimeno, Luis Alberto: Eremitorios rupestres altome- 85. Castro García, Lázaro de: Pallantia Prerromana. Burgos,
1970, figs. 18 y 19.
dievales..., op. cit., pp. 35-38. Alcalde Crespo, Gonzalo: Ermitas
rupestres..., op. cit. pp. 32-33. 86. Puertas Tricas, Rafael: “Cuevas artificiales de época altome-
dieval en Nájera (Logroño)”. N. A. Hisp., Arqueología, 4, 1976,
70. Monreal Jimeno, Luis Alberto: op. cit. pp. 38-39, la cita como
pp. 251-286.
Ormita Peña. Alcalde Crespo, Gonzalo: op. cit., pp. 33-35.
87. Así aparece en un documento de donación entre particulares
71. Monreal Jimeno, Luis Alberto: op. cit., 99. 39-40. Alcalde
fechado en enero de 1077 y en otro, de mayo del mismo año, en el
Crespo, Gonzalo: op. cit., pp. 41-42.
que Alfonso VI cede a la iglesia de Burgos los derechos que tiene
72. Monreal Jimeno, Luis Alberto: op. cit., pp. 29-30, citado como en el monasterio de San Pedro del Campo a cambio de cuatro
San Pelayo de La Rebolleda. Alcalde Crespo, Gonzalo: op. cit., monasterios en términos de Cerrato, citados como monasteria que
pp. 25-30. uocantur Heremite de Cerrato. Garrido Garrido, José Manuel:
73. García Guinea, Miguel Ángel: El Arte Románico en Palencia. Documentación de la Catedral de Burgos (804-1183). Fuentes
Palencia, 1961. 3ª Edición, Palencia, Excma. Diputación Provin- Medievales Castellano-Leonesas, 13. Burgos, 1983, docs. nº 31 y
cial de Palencia, 1983, pp. 112-114. nº 32.
74. García Guinea, Miguel Ángel: op. cit., pp. 270-272. Monreal 88. En época románica los constructores de iglesias emplean el
Jimeno, Luis Alberto: Eremitorios rupestres altomedievales..., op. hacha para labrar sillares, instrumento que deja unas característi-
cit., pp. 30-35. Alcalde Crespo, Gonzalo: Ermitas rupestres..., op. cas marcas oblicuas. En épocas anteriores se había usado sobre
cit., pp. 14-23. todo la azuela, mientras que en el gótico se incorpora el trinchante
dentado, que incluso llega a figurar en algunos edificios como
75. Lamalfa Díaz, Carlos; Peñil Mínguez, Javier: “Testar medieval marca de cantero. Sobre este tema y la identificación de paramen-
“Casa del Conde”...”, op. cit., pp. 563 y 568. Fraile López, Miguel tos en edificios románicos a partir de las marcas del instrumento
Ángel: Historia Social y económica de Cantabria hasta el siglo X. de trabajo ya hablamos brevemente en: Hernando Garrido, José
Santander, 1990, pp. 491-492 y 647. Lamalfa Díaz, Carlos: “Iglesias Luis; Nuño González, Jaime: “La iglesia tardorrománica de Santa
y habitáculos rupestres de la cabecera del Ebro”. Actas del I Curso Cecilia en Aguilar de Campoo (Palencia)”. Codex Aqvilarensis.
de Cultura Medieval. Aguilar de Campoo, 1989. Aguilar de Cam- Cuadernos de Investigación del Monasterio de Santa María la
poo, Centro de Estudios del Románico, 1991, pp. 253-273: se refiere Real, 7. Aguilar de Campoo, Centro de Estudios del Románico,
a ella con el nombre de Cueva del Alfar (pp. 255-256 y fig. 4). diciembre, 1992, pp. 7-95. A las escuetas referencias bibliográfi-
76. Una idea de la evolución de las investigaciones y las distintas cas ahí aportadas sobre tal tema (pp. 58-59) podemos añadir: Bes-
teorías sobre el tema las sintetizan: Monreal Jimeno, Luis Alberto: sac, Jean-Claude: L´outillage traditionnel du tailleur de pierre de
Eremitorios rupestres altomedievales..., op. cit., pp. 24-26. Y tam- l´Antiqyuité à nos jours. Revue Archéologique de Narbonnaise,
bién Azkarate Garai-Olaun, Agustín: Arqueología cristiana..., op. supplément 14, Paris, Editions du CNRS, 1987, que incluye
cit., pp. 136-146, aunque este autor se centra sobre todo en las cue- amplia bibliografía.
vas alavesas. 89. Riu, Manuel: “La arqueología medieval...”, op. cit., pp. 375-
77. Azkarate Garai-Olaun, Agustín: op. cit., p. 474. 490.
78. Azkarate Garai-Olaun, Agustín: op. cit., pp. 388-405. 90. Citemos a título de ejemplo: VV. AA.: La vida medieval a les
dues vessants del Pirineu. Actas del 1r. i 2n. Curs d´Arqueologia
79. Monreal Jimeno, Luis Alberto: Eremitorios rupestres altome-
d´Andorra, 1988 i 1989. Andorra, Govern d´Andorra, 1990. O los
dievales..., op. cit., pp. 36, 119-123 y 270-272.
distintos Annexos de Acta Medievalia que pretenden afrontar
80. Alcalde Crespo, Gonzalo: Ermitas rupestres..., op. cit., pp. 12- diversas cuestiones en su conjunto: VV. AA.: Necròpolis i sepul-
13. tures medievals..., op. cit. VV. AA.: Ceràmica grisa i terrisa
81. Carrión Irún, Manuel: “El Prerrománico en Santander”. En La popular de la Catalunya medieval. Acta Medievalia, Annex 2.
Edad Media en Cantabria, Santander, 1973, pp. 37-57. Alcalde Barcelona, Universitat de Barcelona, 1984. O trabajos individuales
Crespo sigue a Carrión, aunque cita como fecha ERA QCCV (705 como el de Pascual Martínez que, aunque más historiográfico, es
en vez de 805), lo que debemos entender como error tipográfico de gran interés para la arqueología: Martínez Sopena, Pascual: La
(faltaría una C) y no como nueva lectura: Alcalde Crespo, Gonza- Tierra de Campos occidental. Poblamiento, poder y comunidad
lo: Ermitas rupestres..., op. cit., p. 32 del siglo X al XIII. Valladolid, 1985. Estudios sobre el entorno
geográfico: Ortega Valcárcel, José: “Geografía histórica del Bur-
82. Monreal Jimeno, Luis Alberto: Eremitorios rupestres altome-
gos altomedieval”. En II Jornadas Burgalesas de Historia. Burgos
dievales..., op. cit., pp. 36-37. en la Edad Media. Burgos 1990. Burgos, 1991, pp. 181-228. Orte-
83. Val den Eynde, Eduardo: “La problemática de la datación cro- ga Valcárcel, José: “Geografía histórica de un espacio feudal: la
nológica de las iglesias rupestres. Nueva lectura de la inscripción región de Burgos en la Edad Media”. En III Jornadas Burgalesas
supuestamente fundacional de S. Martín de Villarén”. Sautuola, de Historia. Burgos en la plena Edad Media. Burgos 1991. Burgos
IV. Santander, Instituto de Prehistoria y Arqueología “Sautuola”, 1994, pp. 15-51. O sobre la cotidianeidad en el siglo XIII: Menén-
1985, p. 361-365. dez Pidal, Gonzalo: La España del siglo XIII leída en imágenes.

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Madrid, Real Academia de la Historia, 1986. Por último el intere- obispados: el palentino, el leonés y el burgalés, siendo en el domi-
sante y reciente trabajo centrado en Palencia y en gran medida en nio de éste último, cuyos límites occidentales fueron fijados en
el período que nos ocupa: González Mínguez, César: “Aspectos 1095 inter Mutaue et Rotundum usque ad Pennam Perforatam
económicos del espacio palentino en la Edad Media: estructura sequente ibi fluuio, qui dicitur Pisorga, donec labitur in riuo Aslan-
productiva, vías de comunicación y ejes mercantiles (siglos X- ze (Garrido Garrido, José Manuel: Documentación de la Catedral
XIII)”. En Actas del III Congreso de Historia de Palencia. Palen- de Burgos..., op. cit. doc. nº 57, pp. 115-116), donde se encuentra
cia, 1995. Tomo II: Historia Medieval. Palencia. Excma. Diputa- tal vez la mayor densidad de monumentos románicos, muestra de la
ción Provincial. 1996. pp. 347-369. gran vitalidad de esos siglos y del escaso desarrollo de los siguien-
91. Fita, Fidel: “El Monte Cildad y la Ciudad de Oliva. Bula de tes en los que ya debieron escasear los medios, especialmente en
Honorio III ilustrada con documentos inéditos”. Boletín de la Real las pequeñas aldeas, para renovar los antiguos templos.
Academia de la Historia, t. 18. 1891, pp. 441-458.
92. En este sentido tampoco hemos de olvidar que el actual territo-
rio de Palencia perteneció entonces a dos reinos -Castilla y León,
separados durante mucho tiempo de vigencia del románico- y a tres

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