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2° Taller individual, Habemus Papam - Angustia 2-2019

Presentado por: Víctor Daniel Arévalo Grande


Tema: Crisis de angustia. El Otro encarnado en la figura de Dios. Los recursos del
individuo, mortal, que es este Papa
¿Qué oigo? dijo en este punto el Papa, -aguzando el oído-. Zaratustra, con tal incredulidad tú eres
más piadoso de lo que crees. Debe haber habido un dios que te convirtiera a tú impiedad…
¡permíteme ser tú huésped por una sola noche!, ¡en ninguna parte de la tierra me sentiré mejor que
a tú lado!

¡Amén! -! ¡Así sea! -Exclamo Zaratustra con gran asombro- ¡allá arriba esta el camino a mi
caverna!, Venerable de buena gana te llevaría Yo mismo porque amo a todos los hombres piadosos.
Pero ahora me llama con apremio lejos de ti un grito de angustia .

(Friedrich Nietzsche. Así Hablo Zaratustra: pp. 248-249)


Metodología: desarrollar los cinco puntos siguientes, cada uno en una página.
1. Los ataques de pánico responden al momento, a la temporalidad, de un acontecimiento
inesperado, que golpea un individuo o un grupo; a una percepción “opaca” de la precariedad de los
recursos para afrontar un hecho importante, un real, ineludible. ¿De qué manera este film ilustra lo
anterior? He aquí algunas pistas-preguntas: ¿Estaba el cardenal Melville en la baraja de favoritos?
¿Aparece su nombre en la primera ronda de votaciones de la mañana? ¿Da indicaciones el film
sobre las razones para que su nombre se imponga en la tercera ronda de votaciones? ¿Qué muestra
el film sobre lo que dificulta al nuevo Papa asumir su nuevo lugar… se trataría de un asunto de fe,
pregunta que el psicoanalista le formula? Responder con argumentos a partir del film, las lecturas y
otros elementos aportados por el trabajo en clase.

2. ¿Qué lugar ocupa Dios en la trama del film, en el discurso, en las conversaciones entre los
personajes…y en de forma particular en el nuevo Papa? ¿Está Dios allí con toda su potencia, su
presencia… o se trata de un Dios más ausente que presente? ¿En el film, qué lazo mantiene el
nuevo Papa con Dios? ¿Ora el nuevo Papa? ¿Le pide ayuda y fortaleza para encarar su misión,
conducir la Iglesia? ¿De qué manera afronta el nuevo Papa su angustia? ¿A quién pide ayuda?
Argumentar a partir de estas pistas y otras aportadas por el film, como por las lecturas comentadas
en la clase.

3. El pánico desorienta, desorganiza, deshace las coordenadas del funcionamiento establecido de


antemano. ¿Qué enseña el film al respecto? ¿Qué sucede con las reglas, el ritual, el paso a paso de
la lección de un nuevo Papa? Argumente con diferentes situaciones presentada en el film, sobre lo
que acarrea la situación del Papa, en el Colegio cardenalicios, la rutina del Vaticano, los fieles
apostados en la Plaza de San Pedro, la Iglesia toda.

4. Preguntas-problemas: ¿A qué teme el Papa? ¿Qué sabemos al respecto y en primer lugar, de su


boca? ¿Se trata de un temor frente a los requerimientos de los otros –en cabeza del Colegio de
cardenales que ha votado por él? ¿Se trata de un temor frente al Otro, Divino, que falta, que parece
no alcanzarle, serle suficiente? ¿O de un temor, de un sentimiento de impotencia por no encontrar
en él lo que los cardenales y el mismo Dios ven en él?
5. ¿Es la huida un recurso para el Papa? ¿Qué sucede con él en los días en que, solo, deambula por
Roma? ¿Vemos allí a un Papa… o más bien a un hombre en profunda soledad, que luego al ser
“acorralado” por el Colegio de cardenales en la sala de cine, deberá enfrentar la Iglesia toda… salir
al balcón papal… y pronunciarse sobre su elección? ¿Qué dirá? ¿Son sus palabras las esperadas o
tomarán ellas por sorpresa a quienes lo escuchan, provocando desconcierto, angustia a su vez a los
otros? Argumentar.

Desarrollo

1) Los ataques de pánico responden al momento, a la temporalidad, de un acontecimiento


inesperado, que golpea un individuo o un grupo; a una percepción “opaca” de la precariedad de los
recursos para afrontar un hecho importante, un real, ineludible. ¿De qué manera este film ilustra lo
anterior? He aquí algunas pistas-preguntas: ¿Estaba el cardenal Melville en la baraja de favoritos?
¿Aparece su nombre en la primera ronda de votaciones de la mañana? ¿Da indicaciones el film
sobre las razones para que su nombre se imponga en la tercera ronda de votaciones? ¿Qué muestra
el film sobre lo que dificulta al nuevo Papa asumir su nuevo lugar… se trataría de un asunto de fe,
pregunta que el psicoanalista le formula? Responder con argumentos a partir del film, las lecturas y
otros elementos aportados por el trabajo en clase .

Dentro de la película se dan múltiples ejemplificaciones de lo inesperado aunado a


una percepción de precariedad de recursos frente al hecho ineludible. Se
evidencia el factor de lo inusitado como uno de los elementos fundantes del
pánico. Esto se denota claramente en el evento de la elección del Cardenal Melville
como Sumo Pontífice en tanto es en toda medida inesperado, lo es para él como
para todo el mundo católico, hecho que se demuestra en que la posibilidad de 90 a
1 que se le otorgaba al nombrado de ser representante de Dios en la tierra por parte
de las casas de apuestas (uno de los gremios más especializado en la tierra en
materia de graduar probabilidades según las expectativas de la población).
Prosiguiendo, el elemento de lo “ineludible” se destaca más en tanto que no se dice
nada acerca de las razones de la decisión, esta tan solo se acepta como una
expresión de la voluntad divina y no como un acto de la voluntad humana de los
Cardenales, así, el velo de la infabilidad de lo divino cubre cualquier posibilidad
de evadir el hecho importante; ese real insuperable de asumir el deseo divino y
confiar en que este mismo poder debe otorgar las herramientas para asumir este
hecho de forma correcta.
Dicho lo anterior, es observable que el gran momento que corresponde en la
película al primer saludo desde el balcón del Vaticano a la plaza de San Pedro,
tiene un significado oculto al Papa. Así las cosas, la temporalidad se ve cortada por
el hecho extraordinario no imaginado; como bien destaca Soler a partir de su
análisis de los preceptos de Lacan, “la angustia es un instante que corta en el vector
de tiempo significativo” (Soler, C: 2007, pp.39). el evento angustioso se siente fuera
de la temporalidad, esta inmerso en lo inconcebible. Lastimosamente Soler no
ahonda en la relación al parecer contraria (pero cercana) entre los grandes
momentos de triunfo y los fenómenos de angustia, la cual sería de especial valor
para interpretar este momento, sin embargo, precisa que los primeros nombrados
no son casos de destitución subjetiva sino más bien son una institución Yoica. Lo
dicho me permite sugerir que el ataque de pánico sufrido por el Papa en dicho
momento corresponde a que la percepción del sujeto dista de verlo como un
momento de triunfo sino más bien como un acto ineludible ante el cual no se sabe
qué hacer.
2) ¿Qué lugar ocupa Dios en la trama del film, en el discurso, en las conversaciones entre los
personajes…y en de forma particular en el nuevo Papa? ¿Está Dios allí con toda su potencia, su
presencia… o se trata de un Dios más ausente que presente? ¿En el film, qué lazo mantiene el
nuevo Papa con Dios? ¿Ora el nuevo Papa? ¿Le pide ayuda y fortaleza para encarar su misión,
conducir la Iglesia? ¿De qué manera afronta el nuevo Papa su angustia? ¿A quién pide ayuda?
Argumentar a partir de estas pistas y otras aportadas por el film, como por las lecturas comentadas
en la clase.

Dios en la película se destaca como una fuerza contradictoria entre permanencia y


ausencia. Sí bien la película no acredita una sensación de ausencia de Dios en
cuanto a fe en él por parte del Sumo Pontífice, si destaca una sensación de ausencia
de este en tanto fuerza capaz de hacer frente al real que exige (al Cardenal Melville
como Papa) y que sin embargo permite la incapacidad del sujeto ´por adaptarse a
lo que solicita de él. Teniendo lo anterior a la vista, se puede ahondar a partir de
Lacan y Soler que esta ausencia de Dios se puede entender para el creyente, -en
este caso el Papa- como una perdida del Otro.
Lo dicho se sustenta en tanto que, tal como señala Soler, una característica de la fe
religiosa desde el renacimiento es la de afrontar la idea de la regencia absoluta del
poder divino (alteridad radical) “con la impotencia del hombre que no puede hacer
nada por su salvación” (Soler. C: 2007. pp. 52).
Así las cosas, es notorio como la figura de Dios se adopta como una figura de
infabilidad y omnipotencia incuestionable. En múltiples apartes de la película se
destaca el carácter irreprochable de la decisión divina de que el Cardenal Melville
sea el máximo Jerarca de la Iglesia católica, dentro del film se da especial énfasis a
la naturaleza “divina” de la decisión del conclave, ello se destaca por la falta de
referencia a las razones de los Cardenales al votar por Melville, solo se asume
como algo dado por la Providencia, es decir por aquel gran Creador , figura
religiosa fácilmente asimilable al Gran Otro de Lacan.
Pese a lo anterior, es interesante destacar que en el momento en que acontece el
ataque de pánico el Papa no recurre a Dios como sería lógico en un hombre de fe,
sino que advoca por ver al médico y posteriormente a los psicoanalistas para
finalmente buscar la respuesta a como superar su crisis por sí mismo a través de
recuperar sus recuerdos. Es notorio entonces que el Papa siente la perdida de Dios
en tanto no concibe como su voluntad puede asumir lo que este le exige, no ve a
Dios como una entidad a la cual recurrir sino como una imposición, un ser alejado
e incomprensible ante el cual solo cabe acatar sus designios.
3) El pánico desorienta, desorganiza, deshace las coordenadas del funcionamiento establecido de
antemano. ¿Qué enseña el film al respecto? ¿Qué sucede con las reglas, el ritual, el paso a paso de
la lección de un nuevo Papa? Argumente con diferentes situaciones presentada en el film, sobre lo
que acarrea la situación del Papa, en el Colegio cardenalicios, la rutina del Vaticano, los fieles
apostados en la Plaza de San Pedro, la Iglesia toda.

La iglesia según Max Weber se caracteriza por ser: un instituto “hierocrático de actividad
continuada, cuando y en la medida en que su cuadro administrativo mantiene la
pretensión al monopolio legítimo de la coacción hierocrática” (Weber, M:2002. pp. 44). A su
vez, Por asociación hierocrática debe entenderse “una asociación de dominación, cuando y
en la medida en que aplica para la garantía de su orden la coacción psíquica, concediendo
y rehusando bienes de salvación” (Weber, M:2002. pp. 44).

Me parece acertado traer a colación las anteriores definiciones del célebre Sociólogo
Alemán puesto que las mismas son categorías útiles para abordar el especial carácter de
una iglesia como institución social; y a partir de ello comprender las incidencias que tiene
para su funcionamiento un suceso inesperado, como lo es el que su máximo líder terrenal
sufra una crisis que evite el ritualismo del proceso de su elección y ungimiento en el cargo.
En vista a lo anterior, es preciso destacar que el carácter de instituto de las iglesias implica,
supeditándome a la rigurosa conceptualización de Weber el que es “una Asociación cuyas
ordenaciones estatuidas por la costumbre y han sido otorgadas y rigen de hecho con
respecto a toda acción que con determinadas características dadas este bajo el ámbito de su
poder” (Weber, M:2002. pp. 44).

Lo dicho redunda en que las iglesias, en especial la católica y las cristianas en general, sean
Instituciones estrechamente ligadas en sus actuaciones por la costumbre. Por esto, la
iglesia tiene una natural tendencia a evitar el cambio y solo transformarse mediante
progresivos y largos procesos, La sola idea de lo inesperado no es factible dentro de un
dogma de fe en el que el destino está regido por ser supremo omnipotente y omni
cognoscente que desea lo mejor para su iglesia puesto que la ama. Así, un hecho humano,
pero del todo inesperado como lo es un ataque de pánico si se da dentro del marco de la
ritualidad más sacra y misteriosa de la Iglesia católica, como lo es el rito de elección de un
nuevo Papa, es un fenómeno que genera desconcierto, incertidumbre y angustia en todos
los pertenecientes a la iglesia.

Lo hasta ahora expuesto se escenifica en la película en la imposibilidad de dar por


terminado el conclave debido a que el mismo según la tradición y el ritualismo de la Santa
Sede solo se termina al momento de hacer publica la elección del Sumo Pontífice. Por ello
ante la imposibilidad de llevar a cabo esta publicitación a los fieles mediante el ritual
concreto del saludo en el balcón del Vaticano hacia la Plaza de San Pedro, los prelados
entran en un total desconcierto, por ello solo encuentran como única vía de solución
supletoria el mantener a los Cardenales dentro del Palacio del Vaticano. Cabe destacar que
este hecho también provoca una fuerte sensación de incertidumbre y desorientación en
todos los feligreses en tanto quedan ante la expectativa de quien será el nuevo Jerarca de
su iglesia y de total perplejidad ante el desconocimiento de las razones por las cuales no se
les es anunciado el nombre de quien precede el Trono de San Pedro.

4) Preguntas-problemas: ¿A qué teme el Papa? ¿Qué sabemos al respecto y en primer lugar, de su


boca? ¿Se trata de un temor frente a los requerimientos de los otros –en cabeza del Colegio de
cardenales que ha votado por él? ¿Se trata de un temor frente al Otro, Divino, que falta, que parece
no alcanzarle, ¿serle suficiente? ¿O de un temor, de un sentimiento de impotencia por no encontrar
en él lo que los cardenales y el mismo Dios ven en él?

Es notorio que en el filme el Papa nunca hace referencia exacta a que es lo que le causa
temor, solo atiende a decir que le preocupa no tener la capacidad (el carisma) que Dios ve
en él dada cuenta que la voluntad divina a través de los Cardenales le ha designado como
Jerarca de la iglesia. Este miedo del Papa no es descrito verbalmente, parece ser un miedo
fuera de lo simbólico, se puede decir que es angustia que dada cuenta que es un desborde
de lo real en lo imaginario, lo cual destaca al estar fuera del lenguaje. Así, es necesario
advertir que el hecho que provoca el ataque de pánico viene acompañado de una aparente
perdida de los recuerdos personales, parece que el que el ungimiento como Sumo Pontífice
aparta al hombre de si mismo para advocarlo a su nueva condición.

Teniendo lo dicho en mente, es claro que el temor del Papa no responde a un


requerimiento de Los otros, en ultimas al no ser la causa del miedo el errar frente a la
confianza depositada en él por los Cardenales, puesto que estos son solo ante los ojos de
un hombre de fe meros portavoces de la voluntad divina en el conclave. Así pues,
pareciera prima facie que el temor versa respecto al Otro Divino, sin embargo, al partir de
la creencia en la infabilidad divina no es posible concebir que la gracia de Dios no le sea
suficiente para lo que esta misma fuerza exige del Cardenal Melville, es necesario recordar
que con base a las entrevistas tenidas con el psicoanalista queda claro que el Papa no tiene
problema respecto a su fe.

Así las cosas, es razonable argumentar que el temor del Pontífice radica en el sentimiento
de impotencia por no encontrar en él las aptitudes necesarias para emprender lo que Dios
y los Cardenales ven y exigen de él. Sin embargo, lo dicho no queda plenamente
esclarecido dentro de la película en tanto el Papa no hace referencia directa al objeto de
temor, en ultimas tal como se señalo en el primer párrafo de esta reflexión, el temor del
Papa es una “angustia cuyo anclaje debe verse a partir de Lacan en el objeto” (Soler, C:
2007). En este objeto que para Lacan es “objeto del deseo” entendido como la causa de este
u álgama que buscamos en el otro (Evans:2007) debe establecerse la angustia como
acontecimiento de lo real y por ende es un fenómeno del particular viviente que desea.

Puede ser entonces que el deseo reprimidos de ser actor por parte de Melville sea la
tendencia a la que se ve dirigido el objeto, pero no es en últimas la causa de este, es decir
que el objeto anclaje de la angustia queda vedado. Sin embargo, algo de estas inferencias
se puede validar por el fenómeno de la superación del temor a pasar al balcón en la escena
final, ocasión íntimamente ligada con la puesta en escena en el balcón del teatro y el
aplauso dado al Pontífice en su calidad de espectador. Para terminar por sustentar esta
visión vedada del miedo encuentro oportuno traer a colación la definición de este
esgrimida por Bauman como “el nombre que le damos a nuestra incertidumbre a nuestra
ignorancia con respecto a la amenaza y a lo que hay que hacerse- para detenerla en seco, o
para combatirla, si pararla es algo que esta más allá de nuestro alcance.” (Bauman: 2007
pp. 10)

5) ¿Es la huida un recurso para el Papa? ¿Qué sucede con él en los días en que, solo, deambula por
Roma? ¿Vemos allí a un Papa… o más bien a un hombre en profunda soledad, que luego al ser
“acorralado” por el Colegio de cardenales en la sala de cine, deberá enfrentar la Iglesia toda… salir
al balcón papal… y pronunciarse sobre su elección? ¿Qué dirá? ¿Son sus palabras las esperadas o
tomarán ellas por sorpresa a quienes lo escuchan, provocando desconcierto, angustia a su vez a los
otros? Argumentar.

Uno de los Factores más recurrentes a lo largo del presente escrito consiste en la constante
referencia al rol de la elección Papal como expresión de la voluntad Divina, de ese Otro
enigmático pero irresistible al cual la voluntad del hombre de fe se ve doblegada y
subsumida. Una de las características principales de este fenómeno es la imposibilidad de
réplica, Dios no razona ni da cuenta de sus decisiones en tanto que como perfección y
absoluto el es en si mismo la verdad. Basta lo categórico de esta visión religiosa el famoso
pasaje Bíblico del Éxodo en el que Dios al verse requerido a identificarse ante Moisés dice
de forma contundente ¡Soy el que soy! (Yahvé) ese Gran Otro es insondable e inefable.

En consideración a lo esgrimido, considero que, para el Papa como representación, la


huida es imposible, puede escapar de los hombres, pero no se su Dios, puede evitar ser,
pero cualquier acto de su voluntad esta supeditado ineludiblemente a la Providencia. Bajo
un escenario así no es posible huir. Sin embargo, vemos que el Papa es en primera medida
un humano y en tanto humano es un ser dotado de libertad, además de ello visto desde el
psicoanálisis es un ser viviente inmerso en el lenguaje que interactúa con sus semejantes
quienes si bien pueden limitar su voluntad no pueden desaparecerla, salvo eliminen la
existencia consiente del ser biológico que es. El Pontífice no es solo él, sino también es un
cuerpo que desea y tiene voluntad propia.

Debido a esto es posible entrever una dicotomía entre el Papa como representante de Dios
en la tierra y el hombre que asume este cargo. Es así necesario acotar que para la visión de
un creyente esta dicotomía no es posible, hecho que se destaca en una de las
conversaciones entre el psicoanalista y los Cardenales, cuando uno de estos últimos ante la
distinción subrayada por el primero entre el hombre que funge como Papa y el Papa;
afirma ¡para mí no hay tal distinción!, Por lo tanto, desde un plano de fe no existe manera
de que el Sumo Pontífice evada su destino en cuanto ningún ser puede evadir la voluntad
divina, es sencillamente inconcebible. Por otra parte, para el hombre es posible no desear
ser Papa, es posible para él querer ser actor o cualquier otra cosa, el ámbito de su albedrio
es inextinguible.

Por esto, el hombre que vemos deambular por Roma en soledad es eso, un hombre y no el
Papa. Recibe gritos (como los que le da el actor), ayuda, debe usar el trasporte público,
etc… es en últimas el reflejo del carácter simplemente humano del sujeto investido fuera
de su voluntad para un cargo que no era por él esperado ni deseado.

Por lo expuesto, al hacer prevalecer al hombre sobre la figura de Papa en el discurso en el


balcón los creyentes se enfrentan a la misma angustia y terror que él enfrento en el primer
ataque de pánico sufrido momentos antes de ser oficialmente presentado como Papa.
Ahora él libre de la atadura de la dicotomía entre su Voluntad y la divina puede
expresarse con naturalidad. Pero en la cara de los creyentes se dibuja el espanto ante lo
inesperado, como no pueden separar el Hombre que es el Papa de la figura del “Papa”,
quedan postrados ante lo meramente real e inconcebible, una voluntad humana que
parece negarse al mandato divino de lo que se le deparo.

BIBLIOGRAFIA

Evans D: (2007) Diccionario introductorio de psicoanálisis Lacaniano. 1° Ed. 4°


reimp- Buenos Aires. Ed Paidós.
Nietzsche, F. (2014). Así habló zaratustra. e-artnow sro.
Lacan, J. (1981). Seminario 2: El yo en la Teoría de Freud y en la Técnica
Psicoanalítica. Biología, 12(55), 119.
Lacan, J. (2006). La angustia. Seminario 10. Buenos Aires, Ediciones Paidós,
1962, 63.
Soler C: (2007) Declinaciones de la angustia. Bogotá: Gloria Gómez-Ediciones,
2007.
Weber, M. (2014). Economía y sociedad. Fondo de cultura económica.
Z. Bauman: (2007) “Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores” (Bs.
As: Paidós.

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