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E
2018 PAN COMPARTIDO, FAMILIA UNIDA
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Iniciemos esta oración: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
ORACIÓN: Después de cada invocación, todos repiten: Jesús, María y José, protejan
nuestras familias.
Mamá: Vamos a consagrar a los papás y esposos (que todos los presentes mencionen el
nombre) _________________, ellos son la cabeza de nuestra casa, nos dan seguridad y
confianza. Le pedimos a la Sagrada Familia que a ejemplo de San José sean hombres
justos y fieles, que con su presencia en el hogar ayuden a descubrir el amor paternal de
Dios.
Papá: Vamos a consagrar a las mamás y esposas (que todos los presentes mencionen el
nombre) __________________, ellas son ternura y bondad, nos cuidan y nos atienden
con mucho cariño. Le pedimos a la Sagrada Familia que a ejemplo de María sean
mujeres pacientes y comprensivas, que con su ejemplo de vida cristiana nos ayuden a
vivir en oración con Dios y fomenten la unidad en nuestra familia.
Todos: Jesús, María y José, protejan nuestras familias.
Mamá: Vamos a consagrar a cada uno de los hijos de las familias que estamos
presentes: (se dicen los nombres de cada uno) ___________________.
Papá: Nuestros hijos son fruto del amor y un regalo maravilloso de Dios. Le pedimos a
la Sagrada Familia que como Jesús cada uno pueda crecer en sabiduría y en gracia
delante de Dios y de los hombres.
L: ILUMINACIÓN BÍBLICA:
Hechos: 2, 46 – 47
Todos los días se reunían en el templo con entusiasmo, partían el pan en sus casas
y compartían la comida con alegría y con corazón. Alababan a Dios y se ganaban
la simpatía de todo el pueblo; y el Señor agregaba cada día a la comunidad a los
que se iban salvando. Palabra de Dios.
Cantemos: Iglesia comunidad, N° 259.
Dialoguemos:
¿Por qué las familias y los pueblos se dividen por la política?
CONFRONTACIÓN:
La voluntad de Dios es que vivamos siempre unidos en el amor, en la fe y en la
esperanza, ilusionados por surgir como pueblo y como una comunidad de fe. Porque
solamente cuando hay unión se puede salir adelante en cualquier proyecto que nos
propongamos. Pero lamentablemente no es así. Nuestra realidad nos dice otra cosa. La
voluntad humana va buscando sus propios proyectos que a veces no van de acuerdo con
los proyectos de Dios, porque son de ambición de tener, de poder, de fama, de orgullo, y
lo que es peor, a veces van mezclados de mucha corrupción. Y esto no ayuda a construir
el Reino de Dios.
Por eso es importante que nos detengamos a reflexionar en el tema que estamos
compartiendo este mes: PAN COMPARTIDO, FAMILIA UNIDA. Cuando hablamos
de pan compartido nos referimos al Cuerpo de Cristo que se hace presente en la Sagrada
Eucaristía. El mismo Jesús que celebramos en esta navidad, se ha quedado con nosotros
en este sacramento para alimentarnos en nuestra fe, para darnos fuerzas para trabajar
con alegría por su Reino de unidad, de fraternidad, de justicia y de amor. Por eso
cuando comulgamos en la Santa Misa no recibimos cualquier pan, sino el Cuerpo de
Cristo que renueva el amor en la familia y que implica vivir lo que significa como nos
dice el apóstol San Pablo: “Uno es el pan y uno es el cuerpo que todos formamos
porque todos compartimos el único pan” (1Corintios 10, 17). Lo que nos une como
hermanos y como familias de fe es más fuerte que los intereses políticos que a veces nos
quieren dividir. San Juan Pablo II decía: “El sacramento del Pan Eucarístico significa y
al mismo tiempo realiza la unidad de los creyentes, que forman un sólo cuerpo en
Cristo” (Eclesia de Eucharistía, N° 21)
Que Dios nos conceda la gracia de hacer de esta navidad un encuentro de alegría con
Cristo y nos comprometa a seguir unidos en la oración como Pequeña Comunidad y
como familias.
ORACIÓN COMUNITARIA:
- Para que Dios aumente nuestra fe y nos ayude a vivir unidos en la esperanza.
Roguemos al Señor.
- Por nuestras autoridades que han sido elegidas, para que con la ayuda del
Espíritu de Dios gobiernen con honestidad y justicia. Roguemos al Señor.
Nos damos la paz con el hermano que está a nuestro lado, diciendo: VIVAMOS EN
UNIDAD COMO FAMILIA.
ORACIÓN:
ENERO
2019
PAN COMPARTIDO, FAMILIA UNIDA
INDICACIONES:
Preparar un altarcito para la imagen del Niño Jesús.
Preparar el lema del mes y ponerlo en un lugar visible.
Tener una jarra con agua bendita.
Tener dos plantas: Una seca y la otra verde.
Bienvenidos y bienvenidas al hogar de la familia………………….que nos acoge con
mucho cariño. Estamos muy contentos y agradecidos con nuestro buen Dios por este
nuevo año que nos regala. En muestra de agradecimiento recibimos este año 2019 con
fuertes aplausos…
¡Viva Cristo!
¡Viva la Virgen María!
¡Viva nuestra Iglesia Católica!
¡Viva nuestra Pequeña Comunidad!
ORACIÓN INICIAL
Padre Bueno, te damos infinitas gracias por el año que ha terminado, por todas
las bendiciones que hemos recibido; gracias también por este nuevo año que nos
regalas.
Señor Jesús, ponemos en tus manos nuestros trabajos, preocupaciones,
necesidades y alegrías; si caemos, danos tu mano y camina a nuestro lado.
Espíritu Santo, ilumina nuestros corazones y enciende en ellos el fuego de
nuestra fe, no permitas que nada nos separe de Ti. Danos fortaleza y
perseverancia en los momentos difíciles, ilumina nuestra vida para seguir el
camino que nos conduce a la salvación. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Había una vez dos panes. Uno de ellos estaba en la canasta en medio de la mesa, se veía
muy rico. De pronto llegó un grupo de niños que tenían muchas ganas de comer. El pan
los vio, tuvo mucho miedo y corrió a esconderse.
Pasó el tiempo y aquel pan que no quiso dejarse comer, se puso duro y con mal olor,
mientras hacían limpieza lo encontraron y lo tiraron a la basura.
En cambio el otro pan que estaba en una mesa pequeña también se veía fresco y de olor
agradable. Cuando vio a los niños hambrientos tuvo miedo pero no se escondió, al
instante sintió el filo de un cuchillo que lo estaba destrozando, el pan pensó que
moriría, pero, al sentir las manos y la boca de los niños, se sintió alegre, se dio cuenta
que había sido para ser alimento y dar vida a los demás.
Dialoguemos:
¿Cuál es el mensaje de este cuento?
L: ILUMINACIÓN BÍBLICA:
Escuchemos con mucha atención la lectura de la 1Cor. 11, 23-25
CONFRONTACIÓN
En el cuento que hemos escuchado podemos rescatar que: El pan que no se deja comer
se endurece. Se hace un pan inútil y termina en el basurerodc. En cambio, el pan que se
dejó comer no muere realmente, sino que se transforma en vida para los demás.
Como vemos, lo que no se da, lo que no se comparte, se vuelve infecundo y se muere.
Lo que se da y se comparte, se convierte en vida para los demás.
Este hecho de vida nos ayuda a entender el sentido de la Eucaristía. En este sacramento
es Cristo que se nos da como el verdadero pan:
Que nos une como familias de fe en el amor.
Que nos da vida para dar vida al mundo.
Que fortalece las relaciones en la comunidad con los demás, con Dios, con
nosotros y con la creación.
Que nos alimenta espiritualmente.
Que renueva nuestra esperanza.
Que nos une como familia de fe.
En la lectura bíblica que hemos escuchado, San Pablo nos narra la manera cómo Jesús
instituye la Eucaristía. Este sacramento es acción de gracias y presencia viva de Cristo.
Él se hace comida y alimento para la comunión entre todos nosotros. San Juan Pablo II
decía: “La Eucaristía es el lugar privilegiado donde la comunión es anunciada y
cultivada constantemente. Precisamente a través de la participación eucarística, el día
del Señor se convierte también en el día de la Iglesia, que puede desempeñar así de
manera eficaz su papel de sacramento de unidad”
L: ORACIÓN COMUNITARIA:
A cada invocación vamos a responder “Con Jesús Eucaristía, construyamos la
unidad”.
"El pan es uno" y nos hace uno. Padre, que la unidad de todos las familias sea posible.
Todos…
"Formamos un solo cuerpo porque comemos del mismo pan". Padre, que nuestra
solidaridad haga posible que todos los hombres y mujeres tengan el pan de cada día.
Todos…
"El que come de este pan vivirá para siempre". Señor, concédenos vivir lo que significa
la Eucaristía. Todos…
"El que come mi cuerpo y bebe mi sangre habita en mí y yo en él. Señor, haz que nadie
carezca del pan material, pero sí que tengamos hambre de Tí. Todos…
Por nuestra Pequeña Comunidad, para que demos testimonio de comunión. Todos…
Padre, te damos gracias por la vida partida y compartida de tu Hijo Jesús. Concédenos a
todos los que nos alimentamos con el pan eucarístico la gracia de dar vida a los demás
con nuestra solidaridad. Todos…
M: COMPROMISO COMUNITARIO:
Hagamos el compromiso de rezar el Santo Rosario en cada una de nuestras familias
como acción de gracias a Dios y a nuestra Madre, la Virgen María.
¿Qué familia puede empezar? ¿Cuándo? ¿A qué hora?
A. ORACIÓN FINAL.
Como hijos de Dios y con mucha fe nos dirigimos a nuestro Buen Padre, diciendo
juntos: Padre Nuestro…Dios te salve María…
(Mientras el animador rocía el agua bendita, los demás inclinan su cabeza y repiten la
oración que está en el CNF pág. 96)
M: Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de
tu amor. Envía, Señor, tu Espíritu y todo será creado y renovarás la faz de la Tierra.
Oh Dios, que iluminas los corazones de los fieles con la luz del Espíritu Santo; haz que,
seamos dóciles a tu Espíritu, para que podamos servir a tu Iglesia con nuestro ejemplo y
palabra, y así seamos instrumentos de la evangelización.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
M: HECHO DE VIDA:
En el Distrito de Sóndor, en una zona llamada “la laguna”, vive la señora Indalecia, que
se encuentra postrada en su cama padeciendo la enfermedad de artritis. Ella no reniega
de Dios, sino que vive estos momentos difíciles con resignación y con mucha esperanza.
No se siente sola porque sus vecinos la visitan continuamente, y una Hermana
Religiosa le lleva la Santa Eucaristía. Se siente animada por la comunidad y fortalecida
por Cristo en la Sagrada Comunión.
“Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y
bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que es vida, me envió y yo vivo
por el Padre, así quien me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo. Pero
no como el de sus antepasados, que comieron y después murieron. El que coma de este pan
Dialoguemos:
vivirá para siempre.”. Palabra del Señor.
¿Qué mensaje nos deja el texto bíblico?
M: CONFRONTACIÓN:
En el Evangelio de Juan que hemos escuchado y meditado, Jesús dice: “Mi carne es
verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi
sangre permanece en mí y yo en él. Estas palabras nos interpelan a preguntarnos ¿Qué
significa comer la carne y beber la sangre de Jesús? Muchos desconocemos la
importancia de este alimento espiritual, por eso cuando vamos a la Misa nos quedamos
mirando, no nos acercarnos al Banquete que nos prepara el Señor para recibirle en la
Comunión y así poder renovar nuestros ánimos y nuestras esperanzas que a veces se
debilitan por el cansancio, la enfermedad o la rutina de la vida.
Doña Indalecia que nos narra el hecho de vida a pesar de su enfermedad, nunca se
desanimaba, al contrario, siempre sonríe, diciendo: “gracias al Señor que lo recibo en la
comunión me fortalece y me anima a seguir luchando por vivir”. Qué bonito testimonio
de amor y devoción a Jesús Eucaristía. Aprendamos de esta humilde mujer su fe y su
amor a Dios.
L: ORACIÓN COMUNITARIA:
M: COMPROMISO COMUNITARIO:
ORACIÓN FINAL.
Terminemos este encuentro pidiendo la intercesión de nuestra Madre, la Virgen María
para que a su ejemplo seamos varones y mujeres de fe y amor. Rezamos juntos el
cántico de alabanza y gratitud a Dios que nos enseñó la Virgen María:
Que el Señor todopoderoso nos bendiga, nos cuide y nos proteja de todo mal. En el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.