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Sociología y Modenidad. La perspectiva sociológica.

Autoras: Dra. Teresa Muñoz Gutiérrez


Ma. Aymara Hernández Morales

Lic. Angela Peña Farías.

Departamento de Sociología. Universidad de La Habana.

La sociología surge como disciplina científica a inicios del siglo XIX, a manos del francés
Augusto Comte (1789-1857), y se diferencia del resto de las ciencias sociales en que
estudia la sociedad como un sistema de relaciones donde actores sociales, grupos e
instituciones conforman estructuras sociales en funcionamiento.

Su aparición es producto de la necesidad de encontrar las claves explicativas del tránsito de


la sociedad tradicional a la sociedad moderna, lo que ha constituido una constante en los
diversos sistemas teóricos que han enfrentado la comprensión de la realidad social (A.
Comte, H. Spencer, E. Durkheim, M. Weber, T. Parsons y otros). Las sociedades pre-
modernas estaban regidas por la reproducción de la tradición, sin embargo el tránsito a la
modernidad significaba la sustitución de esa moralidad por valores asociados a la utilidad,
potenciándose la capacidad racional del hombre.

Dos momentos históricos son necesarios nombrar al referirse a la modernidad: la


Revolución Industrial Inglesa (1768) y la Revolución Burguesa Francesa (1789). Estos dos
procesos históricos marcaron el inicio de cambios que fueron madurando en la medida que
el tránsito a lo moderno se profundizaba. Entre estos cambios podemos mencionar:

- A partir de la Revolución Industrial y la consecuente expansión del capitalismo en


Europa se generalizaron los mercados y se aceleró el desarrollo de las fuerzas
productivas, extendiéndose su forma de explotación capitalista.

- Como resultado del desarrollo sucesivo de Revoluciones Burguesas en toda Europa y el


fortalecimiento de los estados nacionales, se polarizaron los intereses de clases entre
burguesía y proletariado. Se produce una consolidación de la burguesía como clase
dominante y una proletarización masiva, lo cual deriva en el desarrollo de movimientos
sociales y en el surgimiento de nuevos actores sociales como la mujer.
- Como consecuencia de la nueva dinámica social, se produce una diferenciación
funcional creciente de la sociedad, proliferando y complejizándose las instituciones
sociales y transformándose los sistema de valores.

- Al impulsarse el desarrollo científico a través de la aparición de nuevos


descubrimientos, se secularizó el conocimiento produciéndose un proceso de
diferenciación surgiendo ciencias nuevas y ocurrió una revolución de las cosmovisiones
del mundo abrazadas por la reflexión social.

- Se enriqueció la acumulación de los conocimientos teóricos acerca de la sociedad al


surgir un individuo que se auto reconoce como objeto de estudio.

Este desarrollo vertiginoso y radical de dimensiones económicas, políticas, ideológicas,


sociales y cognoscitivas, que contrastaba con la estabilidad anterior, condicionó la
aparición de reflexiones sobre el paso de las sociedades tradicionales a las modernas.

Si desde la antigüedad la elaboración de concepciones sobre la sociedad podía emprenderse


(y de hecho se emprendía) dentro del marco de los diversos sistemas filosóficos (de
naturaleza abstracta) y como parte de ellas, ya en el siglo XIX esto no era posible. Era
necesaria, la aparición de una ciencia que siendo simultáneamente teoría-general de la
sociedad y análisis empírico de los diversos procesos sociales, comprendiera y explicara los
cambios. Había urgencia de la aparición de nuevos métodos para el estudio de la realidad,
de un conocimiento más preciso acerca del funcionamiento del organismo social. Así la
Sociología surge con la pretensión de ofrecer un conocimiento más preciso y específico
sobre el funcionamiento y desarrollo de la sociedad y formular nuevos métodos y
procedimientos para comprender la nueva y más compleja realidad. La sociología se
convierte en la forma en que la modernidad se cuestiona a sí misma. Como nueva ciencia
se compromete con el apego al hecho, la búsqueda de la objetividad y una vocación
pragmática utilitaria.

Desde su surgimiento, la Sociología reconoce a la Modernidad como un peligro para la


sociedad. Como ciencia trata de prevenir su amenaza a la cohesión social, al crear
diversidad y secularización. Esto se debe a que surge como un intento por mantener el
orden burgués frente a la amenaza de los ideales de la Revolución Francesa (1789) de
libertad, igualdad y fraternidad, los que se tambaleaban en la medida que el capitalismo se
desarrollaba. Desafortunadamente, su aparición no se vincula al momento de fervor
revolucionario de la clase burguesa, sino al momento en que se impone conservar el poder
conquistado, de ahí que sus conceptos principales se vinculen a estos intentos: orden,
equilibrio, solidaridad, acción, estructura dinámica, etc.

Pero, simultáneamente y como consecuencia del desarrollo y maduración del proletariado


como clase independiente, sus representantes o teóricos abanderados se esfuerzan también
en la creación de la ciencia de la sociedad. Surge el marxismo. Esta tendencia, justificada
en el objetivo de hacer la revolución y subvertir el orden existente, creó conceptos que se
diferenciaron de aquellos cuyo objetivo era mantener el orden conquistado. Así nociones
teóricas como actividad práctica, clase social, lucha de clases y revolución comienzan a ser
parte de la nueva reflexión sobre la sociedad. De esta forma se reconocía la existencia de
desigualdades políticas, sociales y económicas de carácter antagónico y se comenzaba a
repensar la posibilidad de subvertir y rebasar el orden existente.

La perspectiva sociológica. Características y objeto de estudio.

La Sociología se ha desarrollado como disciplina científica debido a que ha delimitado su


objeto de estudio y ha podido configurar sus conocimientos en un cuerpo teórico capaz de
explicar la realidad social. Se empeña en explicar la relación del individuo y la sociedad, en
un proceso en que el hombre transforma a la sociedad y esta lo influye en correspondencia
con el momento histórico respecto a los propios modos en que la modifica. Y su
especificidad al abordar lo social radica en perseguir la búsqueda de un conocimiento
objetivo de lo social con una marcada base empírica y con una utilidad práctica.

Sin embargo, la sociología mantiene una vocación teórica también inapelable. Para
entender la diversidad social necesita elaborar conceptos que van conformando la jerga
sociológica, necesaria para producir conocimiento sociológico. Los conceptos
fundamentales de la sociología, que surgen ante nudos reflexivos como las dicotomías
individuo –sociedad, orden social- cambio social y armonía – conflictos, constituyen las
herramientas intelectuales para el trabajo científico que permite la comunicación entre los
investigadores de la comunidad científica sociológica. Ellos generalizan al identificar los
rasgos esenciales del objeto o fenómeno y delimitarlo, diferenciándolo de otros que
aparentan ser semejantes.
Al pensar sociológicamente el hombre interroga la realidad desde un enfoque
interrelacional donde involucra a varios niveles de lo social, económico, político, espiritual.
Sus principales áreas de estudio son la estructura social, las instituciones como la familia,
los actores sociales como la comunidad, la dinámica social, el progreso, los valores, la
cultura, etc. Así, todas aquellas problemáticas que sean de dimensión publica y no privada
y que encierren en ellas una construcción simbólica determinada por sus relaciones
económicas, políticas, ideológicas y sociales y que no sean innatas en el hombre, resultan
de interés sociológico.

La complejidad de su objeto radica en tener como centro al hombre dotado de conciencia y


voluntad, portador de sentimientos, pasiones, estados de ánimo e ideologías diferentes.
Atendiendo a lo anterior, la ciencia sociológica ha construido históricamente una
fundamentación teórica y ha utilizado una metodología específica para el estudio de los
problemas sociales que pueden ser cuantitativas, cuando fija su atención en el dato y
cualitativa, cuando interroga al sujeto y se insiste en su subjetividad. Ello ha permitido la
elaboración de técnicas muy variadas de investigación para la recolección de datos y el
análisis de estos como son la observación, la encuesta, las entrevistas, las historias de vida,
el análisis de contenido y la investigación-acción.

Pero para producir análisis de rigor sociológico no basta con aplicar un número de técnicas
e instrumentos. Se requiere de lo que el sociólogo norteamericano Charles Wright Mills
llamara la imaginación sociológica:

... “es una cualidad mental que les ayude a usar la información y a desarrollar la razón para
conseguir recapitulaciones lúcidas de lo que ocurre en el mundo y de lo que quizás está
ocurriendo dentro de ellos” ...1

Significa distanciarse de lo cotidiano, de nuestras reflexiones particulares para producir


análisis que rebasen el conocimiento empíricamente palpable (aunque se base en él);
integren una problemática específica al contexto social más generalmente entendido y
establezcan las influencias de éste en el accionar de nosotros como individuos, de grupos de
individuos y de las instituciones sociales.

1
Wright Mills, Ch. La imaginación sociológica, Ediciones Revolucionarias, La Habana, 1966, p.25.
La respuesta de ¿cómo definir una perspectiva de análisis que podamos clasificar como
estrictamente sociológica?, pasa por la definición del objeto de estudio, sin embargo, a
pesar de la importancia que desde su surgimiento ha tenido esta problemática, para la
sociología ha sido y es, difícilmente alcanzable un acuerdo entre sus pensadores más
eminentes acerca de esta cuestión.

Para ganar en claridad al respecto Alex Inkeles, considera que han existido tres maneras de
construir el objeto de estudio de la Sociología: un método histórico, que nos llevaría a
preguntarnos cómo han definido los pensadores clásicos de la ciencia este objeto de
estudio; un segundo método seria el empírico, en este nos preguntaríamos cuales temáticas
han sido mayormente abordadas por aquellos que investigan y teorizan desde la sociología,
y por ultimo, estaría el analítico, donde la indicación sería qué nos sugiere la razón acerca
del objeto de estudio.

No obstante otras vías han sido también utilizadas como son la exclusión a través de la
cual, todo aquello que no sea estudiado por otras ciencias sería de estudio sociológico; y la
generalización, según la cual la sociología estudiaría todo lo que pueda ser entendido como
social. No cabe dudas, de que en esta manera, cualquier fenómeno puede ser de estudio
sociológico, lo que le da mayores posibilidades investigativas a la sociología pero por otro
dificulta aun más la búsqueda de la especificidad del objeto de estudio.

Dada esa breve exposición sobre los intentos de definir un objeto de estudio, se puede
observar, las pocas posibilidades de acuerdo entre los teóricos de la sociología acerca de
este tema, y por esta razón en la actualidad se escucha hablar más de perspectiva
sociológica que de objeto de estudio visto como segmento de la realidad a estudiar. Y es
que la sociedad como ya se afirmó, es un entramado complejo de relaciones humanas,
marcadas por la regularidad en alguna medida, pero es también fruto de la espontaneidad de
la actividad social de los hombres.

La ambivalencia de lo social, la complejidad del objeto de estudio, y de su definición, son


razones fundamentales para entender por qué el pensamiento sociológico, busca la
especificidad de una perspectiva de análisis distinta, para un objeto general que puede ser
estudiado desde la perspectiva de otras ciencias sociales.

Esta perspectiva quedo magistralmente definida por C. W. Mills, en su libro La


imaginación sociológica, cuando apuntaba que esta es la que intenta desentrañar las causas
y contextos sociales que determinan aquellos fenómenos de la vida cotidiana, y hallar la
naturaleza histórico social de los hechos sociales. Es decir, es la capacidad de conectar la
biografía con la historia, bajo un criterio de cientificidad estricto.

Producto de siempre estar la sociología intentando producir este conocimiento científico


(con todo lo que este criterio entraña) sobre lo social, que como se ha apreciado constituye
una dificultad significativa definirlo, es que su manera de producirlo tiene unas
características muy particulares y que distinguen epistemológicamente a la sociología.Estas
características se pueden resumir brevemente como sigue:

- dificultades en la definición de su objeto de estudio.

- han existido en el curso de la historia de la ciencia disímiles maneras de acercarse y


definir a ese objeto, lo cual ha marcado diferentes posturas paradigmáticas lo que
significa que han existido diferentes modelos teóricos y metodológicos para explicar
el objeto. Estos paradigmas no se sustituyen definitivamente sino que coexisten no
siendo ninguno definitivo para la comprensión de lo social (esto define un carácter
pluriparadigmático).

- existen asimismo diferentes maneras de interpelar a la realidad, así coexisten


diferentes metodologías (esto define un carácter plurimetodológico).

- existe una necesidad de validar el conocimiento actual en referencia a los pensadores


clásicos, considerándose imprescindible entender las obras anteriores para desarrollar
validos procesos de investigación (esta característica se denomina centralidad de los
clásicos).

- el carácter relativo de la autonomía científica de la ciencia sociológica. Esta relativa


autonomía esta definida por dos criterios fundamentales, primero la promiscuidad con otras
ciencias sociales, dada sobre todo por el hecho de que comparte un objeto común y general
que es la sociedad, siendo confuso en ocasiones hallar la frontera entre un análisis
sociológico y otro propio de otra ciencia; el segundo criterio es el encargo o
condicionamiento social de la ciencia, la cual no se produce desde posiciones
ideológicamente neutras, aunque su interés sea la objetividad científica.

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