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Paulo Freire y la Educación Superior.

Por: Víctor Reyes Morris


Sociólogo. Ph.D. en Sociología
Profesor Universidad Nacional de Colombia.

1. Consideraciones generales.
El gran maestro brasileño Paulo Freire (1921-1997) ha sido, sin duda, uno de los grandes
teóricos de la educación y de la pedagogía, latinoamericanas. Colocado en el panteón de
los grandes innovadores de la pedagogía (como María Montessori. John Dewey. Jean
Piaget, A. S. Makarenko A. S. Neill y otros), ésta última se asocia con la educación básica y
pareciera ser que no trascendiera hacia otros niveles de la educación (como la educación
superior o terciaria como algunos la denominan ahora). En este artículo intentaremos
examinar la trascendencia que los planteamientos de Paulo Freire pudiesen tener hacia
eso nivel educativo, no solo en la formación de maestros o pedagogos bajo esa
concepción educativa, si no en el conjunto de la orientación que el nivel superior y en
general la institución universitaria, marco de esa actuación formadora, pudiera imbuirse
Es saludable para efectos de memoria y registro, seguir la trayectoria freiriana, desde sus
experiencias en el movimiento alfabetizador de base dentro del empobrecido nordeste
brasileño en asocio con agrupaciones de carácter católico, cuyo producto reflexivo fue su
obra: La Educación como práctica de la Libertad. En donde acuñó la célebre concepción
de la” Educación Bancaria” en contraposición con la “Educación Liberadora”. Todo su
compromiso trayectoria e ideas le valieron la cárcel y el exilio, después del golpe militar de
1964 contra el presidente de Brasil de la época Joao Goulart. Posteriormente Freire
engloba sus teorías educativas en una perspectiva más metodológica y produce su
conocida obra, Pedagogía del Oprimido. Aquí formula una opción investigadora 1 de
contenidos educativos críticos y liberadores, que a mi manera de ver serán las bases
metodológicas y epistemológicas de planteamientos como la Investigación de Acción
Participativa, más conocida como IAP y que fuera formulada y difundida por el sociólogo
1
La Investigación Temática. Capítulo III. La pedagogía del Oprimido. Siglo Veintiuno editores. México.
colombiano y fundador de la Sociología en Colombia, Orlando Fals Borda.
Freire hizo gran énfasis en la actitud educadora. El reconocer al educando como un sujeto
de derechos y no considerarlo como un depósito de conocimientos, marca una nueva
actitud fundamental que ha ganado mucho terreno en el mundo de la
enseñanza/aprendizaje. La problematización como guía de contenidos de los procesos
educativos es otra ganancia, que quizás imperceptiblemente, se la debemos a Freire. Las
grandes ideas cuando lo son parece que ya no tienen dueño y esa virtud es la que las hace
grandes y orientadoras. La contextualización del proceso, la búsqueda de contenidos
ligados a la situación espacio/temporal del educando es otro de los componentes de la
teoría de Freire que también gana terreno en el diseño de currículos educativos. La
instauración del diálogo educativo, como esencia del acto educativo, a su vez que es la
denominación que Freire prefería para su propuesta, es también un avance significativo
en teoría de la educación.
La educación es ante todo una práctica que necesita ser pensada y no solamente
evaluada. La preocupación por resultados educativos mira hacia “abajo del rio y no hacia
2
arriba”. Sin una concepción que replantee el proceso educativo, no centrándolo en una
supuesta calidad de los maestros, que se arroguen pozos de sabiduría, no es la manera de
cambiar la educación para cualificarla. Contextualizarla, dialogizarla, volverla investigativa,
creativa y tolerante es el camino de mejores resultados y no la copia de modelos exitosos
que en el fondo lo que hicieron fue adecuarla a su propia realidad. Ésa es la lección a
aprender.
2. Freire y la educación superior
En una conferencia dictada en la Universidad de Villanova en 1992 3, en la ciudad del
mismo nombre en Pensilvania (USA), Paulo Freire señaló tres características que deben
guiar la misión de la institución universitaria y que traspasa la labor misional, o funciones

“ Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando


2

una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no
han hecho” (Paulo Freire).
3
Freire, Paulo (1996). Política y educación. Siglo Veintiuno Editores México.
si se quiere, de investigación, de docencia y de extensión. Esas virtudes son la
Tolerancia, la humildad y la Pasión curiosa por la verdad. Freire nos dice: “Una universidad
es más democrática cuanto más tolerante es, cuanto más se abre a la comprensión de los
diferentes, cuanto más puede tornarse objeto de comprensión de los demás”. La lección
de tolerancia de la institución universitaria es la más importante lección que puede
dársele a la sociedad, desde luego tolerancia por la diferencia, la que nos enseña a
convivir con la diferencia y los diferentes, a respetar y reconocer a los que no son como
nosotros o como quisiéramos que fueran. En el caso de nuestra Constitución Política que
otorga Autonomía a la Universidad, debe entenderse no solamente como un requisito de
apertura a la producción y transmisión del pensamiento y del conocimiento si no como
una exigencia a la tolerancia en el sentido expuesto.
Para Freire la Tolerancia es imposible sin la Humildad. Y esta virtud proclamada o
resaltada por el cristianismo, es la cura contra un mal que tiene reservorio especial en la
institución universitaria: la arrogancia, que es la bomba de helio que inflama los egos del
mundo académico. La Humildad va ligada a la Tolerancia. Freire nos sentencia:” La
Tolerancia es imposible sin la Humildad. En la medida que la diferencia me lleva a
comparar y a evaluar a mi favor, es necesario que yo no precisamente me mienta a mí
mismo, escondiendo posibles cualidades o valores que tenga, pero si que no me sienta
superior a los demás. Necesito no sobrestimarme ni subestimar a los demás. Necesito,
sobre todo no irritarme de solo pensar que el otro pueda hacer tan capaz como yo o más
brillante que yo, más creador, más presente que yo. La intolerancia y la arrogancia, van de
la mano, del mismo modo que la tolerancia y la humildad se complementan. El ambiente
académico vive lleno de intolerancia por la escasez de humildad que nos caracteriza. La
envidia del brillo del otro o de la otra; el miedo de perder nuestro pequeño mundo de
admiradores atraídos por una luz nueva que pueda surgir o el miedo a no crearlo, la
inseguridad con nosotros mismos, todo esto nos impermeabiliza a la experiencia de la
tolerancia y la humildad y cuanto más distantes estamos de ellas, más difícil se hace la
sabiduría que nos deja siempre quietos en la inquietud, siempre pacientes en la
impaciencia” op.cit. pags. 127-128). La larga cita es totalmente reveladora de los males
que aquejan a una institución que deber ser educadora en la teoría y en la práctica.
La otra virtud o atributo que Freire propone a la tarea universitaria es la de la pasión por
la búsqueda curiosa de la verdad, podríamos decir estimular la curiosidad. Y lo más
curioso es la manera como el propio diccionario de la RAE, define la curiosidad, como
meterme en lo que no me importa (deseo de averiguar alguien algo que no le concierne).
Pero esa definición se ha originado más por el uso común y peyorativo. Pero también se
ha dicho que la curiosidad es madre de todas las ciencias y saberes (y también la
curiosidad mató al gato, expresión inglesa del S. XVI). La curiosidad, significa apertura a la
experiencia y expresa el carácter humano de adquirir saber y ganar experiencias. La
curiosidad nos acompaña desde el comienzo de nuestra vida y quizás por ello se ha
considerado culturalmente propia de la infancia o de la inmadurez y hasta defecto. Pero
todos somos curiosos, que cierta socialización reprima ese espíritu curioso no indica que
no deba elevarse a la condición de una virtud madura en la búsqueda de la verdad, de la
innovación y de la creatividad. Son los espíritus curiosos los que han hecho avanzar el
conocimiento y el logro de nuevas experiencias.
.

1. Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una
comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el
alfabetizado.
2. Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos.
3. Enseñar exige la corporización de las palabras por el ejemplo.
4. Enseñar exige respeto a la autonomía del ser del educando.
5. Enseñar exige seguridad, capacidad profesional y generosidad.
6. Enseñar exige saber escuchar.
7. Nadie es, si se prohíbe que otros sean.
8. La Pedagogía del oprimido, deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los
hombres en proceso de permanente liberación.
9. No hay palabra verdadera que no sea unión inquebrantable entre acción y reflexión.
10. Decir la palabra verdadera es transformar al mundo.
11. Decir que los hombres son personas y como personas son libres y no hacer nada para
lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva, es una farsa.
12. El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se
encuentran en una relación permanente, el hombre transformando al mundo sufre
los efectos de su propia transformación.
13. El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la
cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas,
sino de crearlas y recrearlas.
14. Solo educadores autoritarios niegan la solidaridad entre el acto de educar y el acto
de ser educados por los educandos.
15. Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos
siempre
16. La cultura no es atributo exclusivo de la burguesía. Los llamados «ignorantes» son
hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por
ello son sometidos a vivir en una «cultura del silencio».
17. Alfabetizarse no es aprender a repetir palabras, sino a decir su palabra.
18. Defendemos el proceso revolucionario como una acción cultural dialogada
conjuntamente con el acceso al poder en el esfuerzo serio y profundo de
concienciación.
19. La ciencia y la tecnología, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio de la
liberación permanente de la HUMANIZACIÓN del hombre.
20. La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el
mundo.
Algunas frases sobre la educación y transformación social[editar]

Panel de Paulo Freire en Campinas, São Paulo.


 La lucha ya no se reduce a retrasar lo que acontecerá o asegurar su llegada; es
preciso reinventar el mundo.
 La educación es indispensable en esa reinvención.
 Jamás acepté que la práctica educativa debería limitarse sólo a la lectura de la
palabra, a la lectura del texto, sino que debería incluir la lectura del contexto, la
lectura del mundo.
 El mundo no es, el mundo está siendo.
 Si soy puro producto de la determinación genética o cultural o de clase, soy
irresponsable de lo que hago en el moverme en el mundo y si carezco de
responsabilidad no puedo hablar de ética.
 Somos seres condicionados pero no determinados.
 Todo acto educativo es un acto político.
 No puedes enseñar a amar. La única forma de enseñar a amar, es amando. El amor
es la transformación definitiva.
 La utopía cierta para nosotros no podría ser aquella en que llegaramos a una
especie de reino de la irresponsabilidad en que toda la gente usase su libertad para
hacer lo que quieren. No es posible.
 No hay vida sin límites [...] Yo reconozco que sin límites no es posible vivir.
 Sería en verdad una actitud ingenua esperar que las clases dominantes
desarrollasesn una forma de educación que permitiese a las clases dominadas
percibir las injusticias sociales en forma crítica.

Obra[editar]

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