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Una vida con propósito

Hay momentos en la vida que marcan el comienzo de algo nuevo. Te das cuenta
de que hay un «antes» y un «después». Sientes que está ocurriendo un cambio; tú
nunca serás la misma.

El inesperado encuentro entre Jesús y la mujer samaritana marcó un antes y


después, no solo para ella, sino también para toda la comunidad de Sicar. Cuando
Jesús entra a tu vida, cuando el «agua viva» te llena, ¡no podrás contener el
manantial de agua viva que brota llenándote de vida eterna! Cuando escuches la
buena noticia del Evangelio y Jesucristo sea revelado, ¡no podrás evitar difundir
las noticias!

En un momento fugaz, su mundo cambió, llevándola de la desesperación espiritual


y emocional a una revelación de verdad, libertad y alegría. Inmediatamente, el
peso aplastante de su espíritu se levantó y, por primera vez en su vida, se sintió
libre. ¡Ella, una mujer despreciada y pecadora, había encontrado al Cristo, el
Mesías! Se sentía limpia, liberada del pecado y la vergüenza, y donde había
habido dolor y culpa, ahora fluía libertad, alegría, esperanza y amor.

Dejando su cántaro de agua, corrió de regreso al pueblo. Un pueblo entero supo


de Jesús ese día, y muchos, como ella, decidieron seguirlo. Dios puede usar
nuestra historia para traer salvación, ánimo y libertad a los demás.

¡De repente, pasó de ser rechazada y de ser el tema de chisme de la ciudad, a


convertirse en la que traía las noticias más importantes del mundo para todo el
pueblo! De esto se trata la redención. Ella fue rescatada; ahora ella podía ayudar a
rescatar a otros.

uando Jesús llamó a la mujer samaritana, es posible que ella no haya sido sabia
según los estándares humanos; ella puede no haber sido influyente ni de cuna
noble. Tenía un estilo de vida vergonzoso y sórdido. Pero Jesús miró más allá de
esas etiquetas humanas y la eligió. Él le dio un futuro y un propósito. ¡Ella era
libre!
Para escribir en el diario

Piensa en cómo Jesús convirtió tus debilidades, dolor y fracasos en alegría y


libertad. Dios puede usar tu historia para traer salvación, aliento y libertad a los
demás. Considera escribir tu testimonio y compartir esta buena noticia con
quienes necesitan escuchar el Evangelio

Una historia del siglo XXI

La decisión de Jesús de hablar con una mujer samaritana fue inesperada. Abrió la
puerta a su redención y a la salvación para muchos otros en su pueblo. Como
veremos a través de la historia de mi amiga Jackie, el corazón compasivo de
Jesús, continúa buscando a aquellos que están perdidos hoy.

Jackie capturó mi corazón en el instante en que estreché su mano. Con su


moderno peinado asimétrico y sus pantalones capri con estampado de los noventa
años, llamaba bastante la atención. Su sonrisa y calidez no daban pistas de la
historia de una vida que incluye años de dolor y errores que alteraron su vida.
Cuando le pregunté sobre su vida, ella compartió su historia con sorprendente
transparencia.

En la década de 1940, como esposa y madre de cuatro hijos, tenía lo que la


mayoría de las mujeres querían: un esposo que amaba, hijos que adoraba y un
estilo de vida cómodo. Pero su mundo se derrumbó el día que su esposo la
abandonó a ella y a sus hijos por su secretaria. Desesperada por encontrar una
manera de sostenerse a sí misma y a sus hijos, aceptó un trabajo de nivel inicial e
intentó lo mejor que pudo, seguir adelante. Jackie compartía lo que pensaba la
gente de esa época: «No eres una gran mujer si no puedes mantener feliz a tu
hombre».

Un breve tiempo después, otro hombre entró en su vida. Cegada por sus
emociones, Jackie rápidamente cayó en sus brazos, hambrienta de que alguien la
amara de manera incondicional y realmente la valorara. Conmocionada y
aterrorizada, cuando se enteró de que estaba embarazada, Jackie le transmitió la
noticia. Él también demostró ser menos que honorable. La abandonó. Jackie se
encontró embarazada, soltera y abandonada una vez más. Tocó fondo, trabajó en
empleos mal remunerados y luchó por criar sola a cinco hijos mientras buscaba
significado y sanidad.

 Afortunadamente, su historia no terminó allí. Jackie conoció a Jesús y comenzó


una nueva vida de sanidad y transformación. Encontró un lugar al cual pertenecer
en la iglesia a la que asistía. Estaba rodeada por una familia espiritual que la
adoraba y disfrutaba de su compañía.

Cuando terminó su narración, agregó: «Anoche, al escuchar el mensaje, por


primera vez desde aquellos años dolorosos, sentí que se me quitaba la vergüenza
de encima. El enorme peso de la culpa se ha ido. ¡Me siento libre!» Su rostro
irradiaba verdadera libertad.

¿Puedes creer que por los últimos cincuenta años Jackie había cargado con algo
de vergüenza por sus pecados y errores pasados? Ella amaba a Jesús, había
aceptado el regalo de la salvación, pero en todos esos años no había conocido la
libertad total de la vergüenza de su doloroso pasado. Doy gracias a Dios porque Él
puede obrar en cada estación de nuestra vida, incluso cuando nos acercamos a
los cien años. ¡Nunca es demasiado tarde para Dios! No tienes que esperar un día
más.

Para escribir en el diario

Piensa en aquellas áreas de tu vida donde aún no caminas con total libertad.
Escríbelas y deja que Jesús te libere de la culpa y de la vergüenza. ¡Él puede
hacer que su Palabra cobre vida en tu corazón y liberarte del fracaso y del
remordimiento!

El Dios que te ve

  
Todos tenemos una necesidad natural de ser amados y valorados. Esta necesidad
más profunda debe ser satisfecha solo por Dios. Él es el único que realmente
puede satisfacer este anhelo. Entonces, y solo entonces, cuando las relaciones
humanas fallen o cuando las personas nos traicionen, nuestro valor como persona
no se dañará ni se destruirá. Cuando ponemos nuestro valor en Dios, no seremos
sacudidos.

¿Cuántas veces hemos tratado de llenar nuestras almas bebiendo «agua» de


fuentes humanas a través de relaciones que no pudieron satisfacernos? Ese
anhelo permanece vacío, insatisfecho.

Jesús vio a la mujer samaritana en el pozo ese día. Realmente la vio. Él entendió
su profunda necesidad de ser amada y valorada. Jesús también vio a Jackie sufrir
la traición desgarradora de los hombres en su vida. Él vio sus lágrimas cuando
otros la pasaron por alto o la maltrataron, y la amó.

¿De qué pozo estás bebiendo que no te satisface? ¿Estás luchando por rechazos,
pecados pasados y fracasos, enterrados por un gran peso de vergüenza? Tal vez
no hayas confiado en las relaciones para buscar sentirte valorada, sino en logros,
títulos o posesiones.

Tu necesidad más profunda de ser verdaderamente conocida, amada y valorada


solo puede satisfacerse a través de una relación con Jesús. Solo Él puede
ofrecerte una vida libre de culpa y vergüenza. Solo Él tiene el poder de perdonar
tus pecados y reparar tu alma. Él te ama y te valora. Él anhela satisfacer las
necesidades de tu vida.

Él te ve y… Él te ama.

Consideremos cómo Dios ve nuestras necesidades más profundas:


· Solo Dios puede satisfacer nuestra necesidad más profunda de ser amadas y
valoradas.

· Dios ve más allá de nuestros pecados y fracasos; ve a la persona con propósito


que Él creo.

· Dios puede usar nuestra historia para traer salvación, aliento y libertad a otros.

· Como creyentes en Cristo, Dios nos invita a andar en libertad, no encadenadas a


la culpa y la vergüenza.

Para escribir en el diario

Toma nota de tus bendiciones hoy. Escríbelas. Sé agradecida y regocíjate en todo


lo que Dios ha hecho y continuará haciendo en tu vida. ¡Él te ve y te ama!

Este devocional se basó en el libro Amada por el Dios que me ve. Para más
información haz clic aquí

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