“- Se considera que la orientación hacia un futuro sostenible requiere un eficaz trabajo
de coordinación e integración de esfuerzos en distintos sectores clave, así con un
cambio rápido y radical en los comportamientos y modos de vida, incluyendo los modelos de producción y consumo. - A tal fin, se reconoce el valor de la educación como un medio indispensable para conseguir que las personas de todo el mundo puedan controlar sus destinos y ejercer sus opciones personales y responsabilidades aprendiendo a lo largo de toda la vida, sin fronteras, tanto geográficas como políticas, culturales, religiosas, lingüísticas o de género. - La Educación Ambiental es reconocida como una educación para la sostenibilidad, tanto por su desarrollo conceptual en el marco de las recomendaciones de Tbilisi como por su posterior evolución, en la cual ha ido abordando las grandes cuestiones incluidas en la Agenda 21. - La traducción de los principios de sostenibilidad a la acción práctica ha de verificarse tomando en cuenta los contextos locales, regionales o nacionales. La reorientación educativa general demandada por el Capítulo 36 de la Agenda 21 en este sentido no puede ser desarrollada por la comunidad educativa en solitario, sino que es una tarea global, que concierne a toda la sociedad.”87
El recuento de las reuniones, conferencias, o eventos, realizados a nivel
internacional y la generación de acuerdos emanados de los mismos en materia ambiental, son extensos y hasta parecieran esperanzadores. Podría pensarse en cada reunión que sostienen Jefes de Estado, especialistas y dirigentes mundiales o los personajes o instancias que toman las decisiones en economía y política mundial, para tratar este rubro, que ahora sí, se dará solución a los graves problemas ambientales que vive el Planeta. Incluso más aún, es irresponsable y banal pensar que sólo la educación podrá resolver la problemática ambiental. Tenemos claro que la educación en materia ambiental, es un componente importante para conocer nuestro medio ambiente, y que es clave en la generación de la conciencia ecológica entre los sujetos, ya que tiende puentes para propiciar en las personas cambios de actitud hacia el mundo natural de un modo pro-positivo (si ese es el objetivo), y también retoma nuevos valores y reafirma otros, que tienen que ver con el respeto de otras formas de vida. Sin embargo, hace falta más que esto, las buenas intenciones pueden quedar en sólo eso, buenas intenciones. Por lo tanto, es necesario emprender estrategias que conlleven a la concreción de dichos propósitos, y serán cruciales las decisiones que tomen los gobiernos del mundo en materia de educación