Sei sulla pagina 1di 3

SEGUNDA PARTE: CREO EN LA IGLESIA UNA

Capítulo VI: La Iglesia comunión de iglesias.

Introducción.
En el camino hacia el descubrimiento del ser propio de la Iglesia, continuamos caminando hacia
conocer más de ella, mediante reflexiones que nos ayuden a profundizar más de su identidad propia
y personal, de su sentir y actuar en medio de la historia de la salvación que Dios Padre tiene con la
humanidad.
Por ello, ahora vamos a desarrollar como la Iglesia en una, con muchas partes, que no quiere decir
que son entes separados y cada una con sus propias directrices, sino que es esta multiplicidad y
diversidad existe una unidad llevada a cabo mediante la comunión, expresada en su máxima
expresión en la celebración de la Eucaristía donde Jesucristo su fundador se parte y comparte sin
dejar de estar presente todo entero en cada una de ellas.
Desarrollo.
Creer en la Iglesia una, es inseparable de la fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, porque debe su
unidad al Padre que es su origen, a su fundador que es el Hijo y a su alma que es el Espíritu. Por
ello, la catolicidad es su aliento, la apostolicidad su criterio y la santidad su garantía.
Como acontecimiento trinitario que brota y existe en el misterio de Dios, se realiza en una pluridad
de iglesias que no quiebra su unidad, sino que la enriquece ya que es comunión.
El término plural iglesias se ha introducido recientemente en el lenguaje eclesial y teológico. La
obra reformadora y centralizadora de Gregorio VII, la reacción frente al conciliarismo y tendencias
democratizadoras fueron consolidando esa impostación unitaria y universalista.
Diversos factores convergentes han propiciado la recuperación de la iglesia local como magnitud
eclesiológicamente relevante e imprescindible. El movimiento litúrgico, la actividad misionera, los
estudios neotestamentarios, el dialogo a la antigüedad, la Iglesia está toda entera en su totalidad y en
cada una de sus partes (A. Grea), la iglesia en nuevos sectores sociales y el dialogo ecuménico
permitió el conocimiento de otras realidades.
Surgieron dos autores significativos por la centralidad que le otorgan a la iglesia en lo concreto y
por el eco que encontraron, así tenemos a Barth y su postura eclesiológica denominada actualismo
donde todo depende de la iniciativa de Dios y de la sola fe; por otro lado, tenemos a Afanassief que
se opone radicalmente a lo que denominan eclesiología universalista considera la unidad de la
Iglesia como un todo dividido en partes.
Todos estos factores ejercieron fuerte influjo en el Vaticano II, que da gran importancia a la Iglesia
particular, introduciendo una de las vías más notables de la renovación eclesiológica y uno de los
rasgos mas definitorios del rostro de la Iglesia. L.G. 23 y 26, ChD 11 son los textos teológicamente
mas relevantes. Esta postura da un importante lugar de consolidación del redescubrimiento de la
iglesia particular.
La teología de la Iglesia particular debe tener en cuenta un doble presupuesto: ante todo los datos
neotestamentarios imponen la evidencia de la experiencia de la Iglesia en un lugar que es directa,
inmediata, primaria; y como segundo la salvación de Dios se hace experiencia en lo concreto de la
existencia humana y en todas las dimensiones de su ser.
Los elementos constitutivos de la Iglesia particular son: un grupo humano, el Espíritu Santo, el
kerigma que invita a la conversión, la eucaristía y el obispo. La Iglesia particular es, en
consecuencia, la realización local del misterio de la Iglesia. Es una célula viviente del Pueblo de
Dios que refleja y actúa la vida y la misión de la Iglesia en un lugar determinado y en un contexto
particular, que conserva siempre su distancia y que configura la diferencia propia de cada iglesia
pero que no actúa como autosuficiente ni autónoma, todo lo que afecta o tiene que ver con una
iglesia concreta afecta a toda la Iglesia, es decir, a la communio ecclesiarum. La iglesia particular
queda así constituida como sujeto histórico dentro del misterio de Dios.
La iglesia local no puede entenderse sin el reconocimiento y la apertura respecto a otras iglesias
particulares. Por eso cada iglesia existe en la comunión de las iglesias, en el cuerpo de las iglesias
Carlos Párraga Navarrete
Primero de Teología
17 de August de 2020
(LG 23), como comunión de comuniones. La Communio ecclesiarum se convierte por ello en ley
configuradora de la Iglesia Una. Por tanto, la Iglesia no es suma de sus partes, sino comunión de sus
totalidades: no es simplemente la congregación de fieles que, como un todo unitario, está presidida
por el obispo de Roma; es también esa congregación universal de los fieles agrupada en iglesias
locales presididas por el obispo.
La LG 23 expresa esta relación con la siguiente formula: las iglesias particulares están formadas a
imagen de la Iglesia Universal. En ellas y a partir de ellas existe la Iglesia católica una y única, que
incluye un elemento característico, en la comunión la necesaria unidad con Roma.
La practica conciliar constituye una expresión fundamenta de la comunión entre las iglesias, como
elementos de la autoconciencia conciliar se pueden mencionar los siguientes: los obispos, al
congregarse, representan a la Iglesia y llevan su voz, expresan el nosotros eclesial; la expresión in
unum convenire designa no solo el consenso al que se llega en virtud de la fe, sino la asamblea
mismoa; la celebración encierra siempre un contexto y un espíritu litúrgico; junto al consensio
universitatis se da también la consensio antiquitatis, es decir el consenso en una doble dirección
horizontal y vertical; el consenso o la unanimidad se considera como don del Espíritu, como fruto
de su acción, de inspiración o sugerencia; es allí donde la iglesia encuentra su misión; los concilios
realizan la integración de la diversidad de iglesias, desde su multiforme variedad, en la comunión
católica.
La practica conciliar ha mostrado realizaciones diversas: concilios particulares, plenarios,
primaciales, nacionales, generales, siendo los concilios provinciales los más antiguos y más
cercanos a la experiencia de las iglesias. Y el concilio ecuménico es la máxima actuación visible de
la comunión católica, con ello, el concilio, en definitiva, no es la iglesia, es un acontecimiento
fundamental de su vida, en el cual los obispos ejercen su protagonismo como testigos auténticos de
la tradición apostólica.
Las conferencias episcopales son una realidad reciente en la Iglesia Católica cuya aparición y
desarrollo ha coincidido con la práctica desaparición de los concilios particulares.
Conclusiones.
La Iglesia, una vez entendida su misión en día de Pentecostés, los apóstoles sintieron la necesidad
de proclamar y anunciar la Buena Nueva por todo el mundo, dando cumplimiento a el encargo de
Jesús. Es así como van surgiendo un sin número de pequeñas comunidades a las que posteriormente
se las llamo iglesias.
Cada una con sus diferencias notables, pero que las unía una misma fe, un mismo Señor y un mismo
bautismo, es así, que en la variedad nunca perdieron el sentido de unidad y comunión.
Al crecer el número fue necesaria la dirección o administración de la misma por sucesores de los
apóstoles sin perder esa estrecha relación con los primeros.
Con todo ello, concluimos que la Iglesia en su unidad, mostrada en la diversidad en fruto del amor
trinitario fundamentado en la comunión.
Comentario.
La Iglesia en su ser más íntimo siempre será una, ya que tenemos un solo fundador, y es que cuando
olvidamos eso, y se la quiere llevar bajo criterios meramente humanos, nos dejamos influenciar por
el maligno y la llevamos a la división. Mas teniendo siempre presente aquello, se podrá ir creciendo
en esta unidad mostrada en la comunión respetando criterios, pero obedeciendo y siendo fieles al
fundador, para ello hay varios medios de los cuales se han ya mencionado.

Impostación. f. mús. Emisión de la voz en toda su plenitud, sin vacilación ni temblor.

Conciliarismo. Doctrina que pone al Concilio Ecuménico por encima del Papa. Estuvo latente en
cierta forma en los primeros tiempos, cuando los concilios de Nicea, de Constantinopla y de Efeso,
si hicieron bajo la autoridad del Emperador de Constantinopla (Bizancio) lejos de Roma, al no estar
todavía clara la conciencia eclesial de la supremacía del Obispo de Roma, del Papa, en la totalidad
de la Iglesia.

Carlos Párraga Navarrete


Primero de Teología
17 de August de 2020
Se despertó con vigor durante el Cisma de Occidente (1378-1417) siendo la actitud casi unánime en
el Concilio de Constanza (1415-1418). No llegó a definirse, pero miraba la doctrina como modo de
resolver el problema de la existencia de dos, y hasta tres, Papas en la Iglesia.

Recuperado: https://www.biblia.work/diccionarios/conciliarismo/

Carlos Párraga Navarrete


Primero de Teología
17 de August de 2020

Potrebbero piacerti anche