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DICTAMENES RELACIONADOS
FUENTES LEGALES
pol art/19 num/2 pol art/19 num/21 dl 3464/80 ley 10336 art/6 dto 412/95 telec art/2
dto 412/95 mintt art/2
MATERIA
DOCUMENTO COMPLETO
El Contralor General que suscribe cumple con formular observaciones a la sentencia dictada con fecha
27 de marzo de 2002, en los autos sobre recurso de protección, ingreso Corte Rol N° 6085-01,
interpuesto por don V.G., en representación de la sociedad "Bellsouth Comunicaciones S.A." en su
contra, las que solicita sean tenidas en consideración al momento de resolver la apelación interpuesta
por el Consejo de Defensa del Estado.
Sobre el particular, y considerando lo resuelto por S.S. lltma. cumple señalar las observaciones que el
fallo de autos le merecen por los fundamentos que se exponen:
l.- En el caso en cuestión se acciona por la empresa "Bellsouth Comunicaciones S.A." en contra del
suscrito, por haber emitido el dictamen N° 38.144, de 16 de octubre de 2001, que ordenó la
reincorporación de la empresa Smartcom S.A. a un concurso público, contra lo decidido anteriormente
por la Subsecretaría de Telecomunicaciones, lo cual a juicio de la lltma. Corte de Apelaciones según se
consigna en la sentencia apelada se trata de una materia o conflicto que puede ser resuelto en sede de
protección considerando que este Órgano de Control emitió prontamente un pronunciamiento sobre la
materia, no obstante la complejidad del asunto.
Al respecto, cabe sostener que esta Contraloría General al cumplir con una de las funciones que
conforme al artículo 6° de su Ley Orgánica N° 10.336, le compete, emite dictámenes o informes
jurídicos siendo estos los medios que podrán hacerse valer como constitutivos de la jurisprudencia
administrativa, los cuales evacúa tanto tratándose de asuntos de rápido o de lato conocimiento sin que
conforme la preceptiva que la rige exista distinción sobre tal materia o alguna disposición que le impida
conocer de asuntos que requieran un análisis pormenorizado, que conlleve un mayor tiempo. Ello difiere
de lo que acontece con el recurso de protección consagrado a nivel constitucional con características
propias como una acción cautelar, un mecanismo de emergencia, rápido y eficaz frente a las
manifiestas violaciones o atropellos flagrantes de determinados derechos básicos, de tal modo, que no
es el medio idóneo para resolver cuestiones que involucren una problemática jurídica tan compleja y
que, por ende, son de lato conocimiento, como las planteadas en la situación que nos ocupa, y
especialmente cuando, sobre la base de cuestionamientos a interpretaciones de derecho, se pide, en
definitiva, una declaración judicial en el sentido de que la admisión de un postulante en un concurso
resulta improcedente.
2.- En cuanto a lo manifestado en el considerando N° 10 del fallo recurrido, en orden a que "en el
concurso de que se trata, llamado por la Subsecretaría de Telecomunicaciones, las Bases -artículo 16-
establecen que los postulantes deben garantizar la seriedad de su oferta con boleta(s) bancaria(s) de
garantías, y que, frente a consultas formuladas por interesados, se aclara que tales boletas bancarias
deberían ser a la vista, lo que se comunicó a los interesados por oficios circulares, Smartcom S.A. no
habría cumplido a cabalidad con esta exigencia -según la Subsecretaría de Telecomunicaciones-, pues
sus boletas eran exigibles a 30 días y sólo por certificaciones posteriores del banco emisor éste dijo que
podrían cobrarse de inmediato", cabe anotar que inicialmente las bases no formularon distinción de
ningún tipo, por lo cual, se ceñía al requisito que se contemplaba en ellas quien acompañaba "cualquier
boleta de garantía", siendo una extendida a 30 días un documento perfectamente aceptado. Por ende,
por vía de una nueva aclaración se incorporó una carga adicional como lo es la de extender una boleta
pagadera a la vista, lo cual contrariamente a lo que se sostiene en los considerandos N°s 11 y 12 de la
sentencia recurrida no formó parte de las bases del concurso público para otorgar concesiones de
servicio público de telefonía móvil.
En esta materia cabe puntualizar que la propia Subsecretaría citada cuando modificó las bases del
concurso lo hizo previa emisión de un acto formal que consistió en la dictación de la resolución N° 624,
de 2001, de la Subsecretaría de Telecomunicaciones, mediante la cual se suprimió el artículo 35, de la
materia relativa a derechos preferentes y la fecha destinada a la presentación de ofertas.
Ahora bien, el artículo 2° del decreto 412, de 1995, citado, configura un procedimiento reglado a cuyo
respecto se establecen normas precisas que deben ser respetadas por el órgano emisor, el que en este
momento carece de facultades discrecionales, sin que pueda apartarse de tal precepto.
Además de lo anterior, el sistema de alterar las exigencias de las bases que constituyen una
modificación a las mismas y no sólo una determinación de su sentido y alcance por un mecanismo
diverso a la dictación de un acto administrativo formal que así lo disponga sería en desmedro de otra de
las bases esenciales del Estado de Derecho, cual es le principio de certeza jurídica, toda vez que implica
las bases esenciales del Estado de Derecho, cual es le principio de certeza jurídica, toda vez que implica
un cambio en la forma de proceder de la Subsecretaría de Telecomunicaciones, y, también, en la
medida que deja en los interesados en una prolongada indefinición respecto de sus derechos, quienes
no saben con precisión en qué casos la Administración considera que procede dictar actos
administrativos para introducir modificaciones y en cuales estima que ello no es procedente.
4.- En lo que atañe a lo afirmado en el considerando N° 17 de la sentencia impugnada relativo a que "el
Contralor no ha respetado la legalidad, pues con su dictamen fue calificado como contraria a derecho la
antedicha actuación de la Subsecretaría de Telecomunicaciones ordenando la reincorporación al
concurso público de la empresa Smartcom S.A." y vulnerando con ello los principios de toda propuesta
pública", cabe señalar que esta Entidad de Control vela por la correcta aplicación de los principios
rectores de la licitación pública -de igualdad de los licitantes y estricta sujeción a las bases- sin que por
ello le sea lícito desconocer otros principios que rigen en materia de contratación administrativa,
conforme a los cuales se reconoce el derecho de participar en los procedimientos de selección sin más
restricciones o exclusiones que las causales expresamente previstas por el ordenamiento jurídico, es
decir, no está permitido a la Administración excluir a sus oferentes por otras situaciones que no sean las
previstas en la normativa del concurso y frente a la alternativa que excluya al oferente de aquellas que
permita su participación, ante cualquier norma dudosa deba prevalecer la admisión de la oferta ya que
lo contrario importa agregar un elemento adicional a las exigencias de las bases y limita el derecho
subjetivo a la adjudicación por una condición posterior.
Ahora bien, cabe puntualizar que la exclusión de la firma Smartcom constituiría por parte de la
Administración una aplicación formal de la normativa sin mayor sentido jurídico.
Al respecto, es ilustrativo consignar lo expresado por el tratadista A.G., respecto de la exigencia de una
racionalidad debida.
Sobre el particular ha manifestado: "un posible comportamiento administrativo que, por defectos
subsanables, excluyera ofertas e impidiera una eficiente comparación de los precios del mercado,
importaría caer en el clásico error que hace ya muchos años denunciara un autor como la racionalidad
irracional de la administración". Corresponde pues "evitar actitudes formalistas, buscando subsanar
irregularidades de detalle y centrando el análisis comparativo sobre los aspectos de fondo de cada
oferta".
5.- Respecto a la supuesta vulneración de los principios de la propuesta pública recogidos por la
jurisprudencia administrativa, cumple manifestar que, los principios rectores de todo concurso público se
aplican en licitaciones diversas y conforme al principio de la especialidad en virtud del cual prima la
interpretación de una materia especial por sobre la general, tratándose específicamente de otros
concursos públicos en que han surgido dudas respecto del correcto sentido y alcance de los requisitos
exigibles acerca de las boletas de garantía se ha determinado que "la forma de presentación del
documento de garantía de la empresa recurrente no afecta el principio de igualdad de los oferentes ni
los intereses del Municipio". Agrega "En consecuencia, la calificación del documento de garantía en
cuestión fuera de bases constituiría una decisión inadecuada que el Municipio adoptó". (Aplica dictamen
N° 20.408 de 1995).
Seguidamente, corresponde puntualizar que mediante dictamen N° 27.534 de 1996, esta Entidad de
Control concluyó respecto de la preceptiva contenida en las bases que regían un concurso público que
"En las condiciones anotadas, estima esta Entidad de Control que las reglas sobre la materia reclamada
se tomaron ambiguas con alternativas de interpretación tanto en uno como en otro sentido, frente a lo
cual la determinación de su alcance debe orientarse con criterios flexibles y en términos que las
cláusulas pertinentes, tengan en definitiva un sentido acorde con el resto de la normativa".
Asimismo por dictamen N° 4085, de 1997, esta Contraloría General precisó que "las aludidas
aclaraciones, rectificaciones por errores de forma u omisiones, y la entrega de antecedentes con el
objeto de clarificar y formar el correcto sentido y alcance de la oferta, evitando que alguna de ellas
puede ser descalificada por aspectos formales durante la etapa de evaluación técnica".
Además, cabe destacar que, por sentencia de la Corte de Apelaciones de La Serena de 18 de febrero
del año en curso se determinó en relación con lo concluido por esta Contraloría General respecto de
enmiendas y rectificaciones generadas en una propuesta, que ello es un vicio que no afecta la validez de
la oferta, siendo la exclusión de la firma objetada contraria a la finalidad última del procedimiento de
licitación, cual es la selección del mejor proponente entre el mayor número de ofertas que "ante lo
resuelto por la Contraloría, el SERVIU Regional debió considerar la propuesta de la empresa antes
excluida, participando todas las empresas oferentes en igualdad de condición por lo que es definitiva
dicho organismo se encontraba facultado para adjudicar la propuesta a aquella empresa que
representará la oferta más conveniente para los intereses fiscales".
6.- El fallo de la Corte de Apelaciones señala en su considerando N° 18 que "el control de los actos de la
Administración que la ley entrega a la Contraloría General de la República es eminentemente formal y
no parece pertinente que ejerciendo dicho control pueda entrar a revisar la jerarquización de los fines de
las normas y procedimientos sometidos a su dictamen".
La antedicha afirmación, es absolutamente insostenible, tanto desde el punto de vista jurídico como
lógico, toda vez que es necesario hacer presente que a esta Entidad de Fiscalización le compete
custodiar el Principio de Juridicidad el cual se traduce en que la actividad de la Administración al igual
que la de cualquier órgano del Estado, debe ajustarse al ordenamiento jurídico, esto es, a todas las
normas que lo conforman, tanto a las que establece la Constitución como las de orden legal o
reglamentario. Tal principio obliga a la Administración Pública y también a esta Entidad de Control a
comportarse siempre con racionalidad y prudencia, y le impide todo ejercicio arbitrario de autoridad.
Resulta importante precisar que el cumplimiento del principio de legalidad no significa sólo ajustar la
actividad a la normativa vigente y respetar las prohibiciones dispuestas por el ordenamiento jurídico.
Hay que hacer énfasis en la necesidad de que los preceptos sean cumplidos cabal y lealmente, lo que
significa cumplir con el fondo, la forma y el fin de las normas que es lo que precisamente esta
Contraloría General trató de resguardar con la emisión del dictamen N° 38.144 de 2001, impugnado.
En tal sentido la interpretación finalista constituye un factor de interpretación que debe aplicarse con
preeminencia, porque tiene su origen en preceptos constitucionales que consagran los principios
básicos de la institucionalidad y a través de ella se trata de evitar una relativización de las normas
fijando un criterio claro que emana o tiene como directriz la finalidad que persigue su establecimiento.
Sin embargo, la única actuación de esta Contraloría General en la materia consistió en admitir que una
empresa cuya documentación cumplía con lo exigido siguiera participando en el procedimiento
concursal, y no se advierte en qué sentido dicho control de juridicidad puede afectar el derecho
constitucional a la igualdad ante la ley de la recurrente, sino que, por el contrario lo que se trataba de
cautelar era justamente la sujeción estricta al principio de igualdad de los licitantes que no es sino una
concreción del principio de igualdad ante la ley.
En este sentido, cabe sostener que la Contraloría General de la República al permitir que no se admitiera
la oferta de Smartcom, podría configurar un trato discriminatorio a uno de los concursantes que es
justamente lo que trató de evitar, de modo que mal podría suponerse que lo expresado en el dictamen
objetado habría significado darle un tratamiento discriminatorio en relación con otras personas que
actúan en el campo económico.
De acuerdo a las consideraciones expuestas procede que esa Excma. Corte Suprema acoja el recurso
de apelación interpuesto en contra de la sentencia de 27 de marzo del año en curso.
1) Dictámenes N°s 20.408 de 1995, 27.534 de 1996, 4085 de 1997, de la Contraloría General de la
República.