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SERIE: “PARÁBOLAS DE JESÚS”

3. Parábola del Buen Samaritano
Lucas 10:25-37

Si tienes tu Biblia en este día, quiero que leamos los versos del evangelio de
Lucas en el capítulo 10.

Lucas capítulo 10, voy a leer desde el verso 25 hasta el verso 37.

Hemos visto en los últimos estudios algunas de las parábolas que dio Jesús.
Hoy vamos a estudiar una de las parábolas más conocidas de Jesús. Se le
conoce como “El Buen Samaritano” y está descrita en estos versos. Vamos a
leer el contexto del evento cuando se contó esta historia. En Lucas capítulo
10 el verso 25, nos dice:

“En esto se presentó un experto en la ley y, para poner a prueba a Jesús, le

hizo esta pregunta: —Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la vida
eterna? Jesús replicó: —¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo la interpretas tú?
Como respuesta el hombre citó: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”, y:
“Ama a tu prójimo como a ti mismo.” —Bien contestado —le dijo Jesús—.
Haz eso y vivirás. Pero él quería justificarse, así que le preguntó a Jesús: —
¿Y quién es mi prójimo? Jesús respondió: —Bajaba un hombre de Jerusalén
a Jericó, y cayó en manos de unos ladrones. Le quitaron la ropa, lo
golpearon y se fueron dejándolo medio muerto. Resulta que viajaba por el
mismo camino un sacerdote quien, al verlo, se desvió y siguió de largo. Así
también llegó a aquel lugar un levita y al verlo, se desvió y siguió de largo.
Pero un samaritano que iba de viaje llegó a donde estaba el hombre y,
viéndolo, se compadeció de él. Se acercó, le curó las heridas con vino y
aceite, y se las vendó. Luego lo montó sobre su propia cabalgadura, lo llevó
a un alojamiento y lo cuidó. Al día siguiente, sacó dos monedas de plata y se
las dio al dueño del alojamiento. “Cuídemelo —le dijo—, y lo que gaste usted
de más, se lo pagaré cuando yo vuelva.” ¿Cuál de estos tres piensas que
demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?

—El que se compadeció de él —contestó el experto en la ley.

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Mensaje del Pastor Charles Price 1

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—Anda entonces y haz tú lo mismo —concluyó Jesús.”

Como dije, ésta es una de las parábolas más conocidas de Jesús. Y antes de
mirar a la historia y en sí estudiarla, Él no dice que es una parábola; puede
haber sido una historia real. Jesús a menudo menciona cuando va a contar
una parábola, pero ésta pudo ser un evento real. Es más, con seguridad este
evento pudo pasar. Pero antes de estudiar la historia como lo hemos hecho
antes, quiero que revisemos el contexto, en el que la historia se dijo porque
si ignoramos el contexto en esta historia en particular, se convierte sólo en
una exhortación ética, para ayudar a los necesitados. Y sí lo es, pero es
mucho más que sólo eso. Revisemos el contexto.

Este incidente ocurrió en una conversación entre Jesús y un abogado. El

abogado le hace a Jesús dos preguntas y Jesús responde a las dos
preguntándole a él dos preguntas. La primera pregunta está en el verso 25
“un experto en la ley y para poner a prueba a Jesús, le hizo esta pregunta:
—Maestro, ¿qué tengo que debo hacer para heredar la vida eterna?”

Este abogado hace una pregunta, es más él quiere incriminar a Jesús. Y si

lo digo es porque en el verso 25 nos dice: “Un experto en la ley y para poner
a prueba a Jesús”. Eso no quiere decir que estaba examinando su doctrina.
Él trabaja de hacerlo caer. Él tenía sus planes ocultos, tenía otra intención,
detrás de su pregunta. Pero para ser un abogado, él no hizo bien su trabajo.
Porque si vemos con detalle, su pregunta contiene una contradicción. Él dijo:
“¿Qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?” Una persona no puede
hacer nada para heredar.

En 1 Corintios capítulo 15 en el verso 50, te leo lo que Pablo dice: “Les

declaro, hermanos, que el cuerpo mortal no puede heredar el Reino de
Dios”. En tu estado natural, no puedes heredar el Reino de Dios. Y dice: “ni
lo corruptible puede heredar lo incorruptible.” En nuestro estado natural
estamos desconectados, no tenemos relación. Pero para quienes vienen a
una relación, para reconectarse con Dios, ellos se convierten en herederos
de la vida. 1 Pedro 1 verso 3 dice: “Por su gran misericordia, nos ha hecho
nacer de nuevo, mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos
una esperanza viva y recibamos una herencia indestructible, incontaminada
e inmarchitable.”

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Mensaje del Pastor Charles Price 2

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Dios por su misericordia nos hizo nacer de nuevo. Es posible que hombres,
mujeres, niños y niñas nazcan de nuevo. Eso es recibir vida de Dios para
nacer de nuevo en el Espíritu de Dios y como resultado, al nacer de nuevo
recibimos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable. Este
abogado tenía razón, la vida eterna es una herencia, es una herencia para
quienes están en Cristo. Por eso lo más importante si me escuchas y no eres
todavía un cristiano, de todo lo que voy a decir hoy, lo más importante es,
que debes empezar una relación donde Dios es tu padre. Mira cuando Cristo
es tu Salvador, Dios se convierte en tu Padre Y cuando Dios se convierte en
tu Padre, te conviertes en heredero de todo lo que Él tiene y lo que Él es.
Pero no tienes que esforzarte. Tú lo recibes con las manos abiertas
basándote al reconocer tu necesidad y tu estado de estar desconectado. Si
fuera por mí mismo en lo espiritual estoy muerto, pero Jesús viene a dar
vida. Y le dices: “Señor, perdóname y límpiame, dame tu vida.” Y parte de lo
que recibes por así decirlo al convertirte en un cristiano, es el convertirte en
heredero de lo que Dios tiene, incluyendo la seguridad del futuro en el cielo.

Pero si esa es la pregunta y hay contradicción en la pregunta. Jesús

responde a la pregunta, preguntando otra pregunta. Digamos que, y pido
disculpas, están jugando al gato y al ratón Jesús y el abogado, se hacían
preguntas uno al otro. El abogado queriendo hacer caer a Jesús, pero Jesús
queriendo que el abogado caiga por sí solo. Esa estrategia la usan los
abogados en otras personas. En este caso, Jesús le hace las preguntas para
que caiga solo y al final de la historia, él cree que ganó a Jesús y ya lo
vamos a ver.

Así que los dos hacen preguntas y Jesús le dice “¿Qué está escrito en la
ley?” Tú eres abogado, tú debes saberlo, es tu herramienta de trabajo. ¿Qué
está escrito? ¿Cómo la lees?” y él responde en el verso 27, le responde.
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus
fuerzas y con toda tu mente y ama a tu prójimo como a ti mismo.” Esa fue
una respuesta astuta. La respuesta de este abogado era la combinación de
dos afirmaciones del Antiguo Testamento, uno del libro de Deuteronomio,
“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus
fuerzas y con toda tu mente”, y la otra del libro de Levíticos, que dice: “No
busques venganza o riñas contra otros, más ama a tu prójimo como a ti
mismo”.

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Mensaje del Pastor Charles Price 3

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Y cuando él da su respuesta, Jesús le dice: “Bien contestado — Haz eso y

vivirás.” lo que significa, “Haz eso y tendrás vida”. Otra traducción dice: “Si
haces eso, tendrás la vida”. Y quiero resaltar algo más aquí.

Cuando el abogado hizo la pregunta a Jesús, presuntamente estaba

interesado en la vida eterna, estaba pensando en su vida futura, cuando
menciona la vida eterna. Pero la respuesta que Jesús le da o lo guía para
darle esa respuesta, no es acerca del futuro y nada más, es acerca de esta
vida. Es decir, Jesús amplía mucho más el asunto, ya que no podemos
separar nuestras vida entre el aspecto eterno y el aspecto temporal, hay un
aspecto espiritual y un aspecto material y son dos aspectos diferentes de la
vida. Lo que Jesús, mientras responde, Él integra lo que llamamos lo
espiritual y lo material.

Y Jesús trae estas dos y las integra nuevamente lo material y lo espiritual se

relaciona y la vida espiritual se expresa en lo físico, en forma material.

Pero el abogado regresa con una segunda pregunta. Después de que Jesús
dijo: “Bien contestado, haz eso y vivirás”, el abogado le dice: “¿Y quién es
mi prójimo?” Es interesante que Lucas al escribirlo, nos da la razón por la
que él pregunta eso, dice: “Pero él quería justificarse, así que le preguntó a
Jesús: —¿Y quién es mi prójimo?” Quería justificarse. Y si quería justificarse,
¿por qué preguntó eso? Yo creo que lo hizo porque esperaba que Jesús le
diera una respuesta que aprobara totalmente su forma de vivir.

Probablemente esperaba que Jesús dijera como respuesta a: “¿quién es mi

prójimo?” Tu prójimo es tu pariente y tu amigo y el abogado hubiera dicho:
“Bueno eso yo ya lo hago”. Y Jesús diría: “Entonces has cumplido la ley” y el
abogado hubiera salido orgulloso por la respuesta que Jesús le dio,
elogiando su trabajo. Estoy seguro que a eso se refería cuando dice: “Él
quería justificarse, ¿quién es mi prójimo?” porque en su mente, él sabía la
respuesta, él sabía que lo hacía bien y al Jesús decirle quién era su prójimo,
resaltaría lo buena persona que él era, esa fue su expectativa.

Entre las personas judías, la enseñanza que prevalecía significaba el amar a

tu prójimo era amar a tu amigo judío. Es más, se basaban en la enseñanza
de Levíticos 19 en el verso 18 que dice: “No seas vengativo con tu prójimo,
ni le guardes rencor. Ama a tu prójimo como a ti mismo” y “tu prójimo” para
ellos era exclusivo entre su pueblo, amar a su pueblo, amar a las personas
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Mensaje del Pastor Charles Price 4

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que eran parte de su familia y círculo cercano, tanto así, que en el tiempo de
Jesús cuando se predicó el Sermón del Monte, se citó: “Has escuchado que
se dice: "Ama a tu prójimo pero odia a tu enemigo”. Eso no provenía del
Antiguo Testamento, pero las personas lo resumieron así, que el amar a tu
prójimo sólo incluía a las personas de tu círculo y podías odiar al resto. Ese
era su pensar en ese tiempo. Y para ilustrar su punto y responder la
pregunta, Jesús contó la parábola que conocemos como la del Buen
Samaritano.

Éste es el contexto, el cual es importante de comprender, ahora veamos la

historia y los detalles de esta son bien conocidos para todos. Es acerca de un
hombre que viajaba de Jerusalén a Jericó. Éste era un viaje de unos 28
kilómetros, bajando las montañas ya que Jerusalén está a 700 metros sobre
el nivel del mar, Jericó está localizada cerca del Mar Muerto a 400 metros
bajo el nivel del mar. Es un viaje de una distancia de unos 28 kilómetros,
unos 1200 metros. Aparte de eso, el camino era bien desolado, un desierto
rocoso, y si has visto fotos de Jerusalén y Jericó puedes imaginarte ese
camino, desolado y árido.

Y este hombre está viajando solo cuando unos ladrones lo atacaron, nos
dice, lo golpearon, robaron sus pertenencia y lo dejaron medio muerto, a un
lado del camino. En eso viene un sacerdote. Tal vez estaba en el templo en
Jerusalén, en algún evento religioso y se iba a su casa. Y cuando el
sacerdote pasa, ve al cuerpo de este hombre, tal vez inconsciente. Él cruza
al otro lado y sigue su camino.

Tú y yo estamos tentados a pensar que este sacerdote era insensible y frio.

Pero puedo decirte que los sacerdotes, tenían sus razones del por qué actuar
así. Eran los aristócratas de Israel, eran la clase alta, eran descendientes de
Aarón, el hermano de Moisés y eran un grupo privilegiado en la sociedad.

Él no conocía a ese hombre podía ser un pecador. Podía ser un hombre que
podría vengarse después. ¿Y si era impuro? lo mejor era ignorarlo y pasar.
También si el hombre estaba muerto, era mejor dejarlo ahí porque un
sacerdote no podía acercarse a menos de dos metros de distancia de un
cuerpo sin vida, así lo decía su tradición para no romper la Ley. Y como este
hombre parecía medio muerto no quería arriesgarse y luego tener todo el
ritual de limpieza que se ordenaba. Ya sea que ésa fue la razón o no, el
resultado era el mismo, el sacerdote lo ignoró.
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Mensaje del Pastor Charles Price 5

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Luego vino un levita por el camino. Si los sacerdotes eran la clase alta de la
sociedad, los levitas eran la clase media de la sociedad. Dios separó la tribu
de Leví para que sirvieran en el Tabernáculo, en el templo en los días de
Moisés. Los sacerdotes venían de la tribu de Leví, pero no todos los levitas
eran sacerdotes, sólo los descendientes de Aarón, lo cuales eran parte de la
tribu de Leví, ellos eran aristócratas. Y los levitas no tenían las mismas
responsabilidades ni privilegios que ellos. Como sea, él también pasó por un
lado y no ayudó al hombre.

Pero ahí viene la bomba en la historia de Jesús. Él dice en el verso 33, “Pero
un samaritano que iba de viaje llegó a donde estaba el hombre y viéndolo,
se compadeció de él.”

Jesús no pudo escoger un peor ejemplo para un judío que un samaritano.

Imagínate al abogado escuchando la historia, debió pensar, “ah ya tenemos
al sacerdote y al levita, probablemente Él va a poner de ejemplo a alguien
pobre, ya que los sacerdotes y levitas trabajan en el templo. Eso será lo
mejor ya que es como una progresión natural. Tal vez un pobre lo ayudará.”
Pero no, Él dice un samaritano, los samaritanos eran odiados por los judíos,
su origen viene del octavo siglo antes de Cristo.

En un tiempo cuando los israelitas fueron exiliados, los más débiles se

quedaron para que trabajaran la tierra y la mantuviera fértil y quizás
prosperar. Los asirios se establecieron para vigilarlos y controlarlos. Algunos
de estos asirios se casaron y también violaron a las israelitas dejadas atrás,
y sus hijos se les conoció como los samaritanos. La capital del reino del
norte era samaria así se les llamaba, los samaritanos. Ellos no eran ni judíos
ni gentiles, eran una mezcla de sangre. Y lo judíos detestaban la mezcla de
sangre de los samaritanos más que la de los gentiles.

Y este samaritano se baja del burro, limpia y suaviza las heridas de este
hombre, con aceite y lo dice, lo desinfecta con vino y venda las heridas con
parte de su ropa. Lo lleva a un hotel. Alguna vez lo notaste, yo me di cuenta
hasta esta semana cuando me preparaba, él incluso se quedó en el hotel
para cuidarlo y en la mañana él pagó para que lo cuiden y dejó dinero extra
por si surgían otros gastos y dijo: “Cuídemelo y lo que gaste usted de más,
se lo pagaré, cuando yo vuelva.” Es decir, cubrió las necesidades de este
hombre hasta el final.

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Mensaje del Pastor Charles Price 6

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Y Jesús hace Su segunda pregunta: “¿Cuál de estos tres piensas que

demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? El que se
compadeció de él —contestó el experto en la ley.” Si te das cuenta él ni
siquiera pudo decir: “el Samaritano”, él dijo: “El que se compadeció de él”.
Jesús dijo: “Anda y haz tú lo mismo”. Voy re-frasear la pregunta de Jesús,
no fue “¿quién es mi prójimo?” sino la implicación de la pregunta de Jesús
es, ¿de quién debo ser yo un prójimo? ¿Cuál de esos tres me reflejan a mí
como prójimo? No es el hombre en el piso, quien fue robado y golpeado
quien debe ser amado, si no es el samaritano quien se convierte en el
prójimo del hombre herido. ¿Lo notas?, podemos preguntar, “¿quién es mi
prójimo? eso preguntó el abogado, pero el asunto real que Jesús resalta:
“¿De quién debes tú ser prójimo? El asunto no es el prójimo, sino tú, él, el
hombre. ¿Cuál es la persona más difícil de querer? ¿Con quién es tan difícil
llevarme bien y tener una buena actitud?

Tal vez hemos hecho lo que el abogado hizo, una categoría de los que son
como los samaritanos. Nos damos cuenta que a pesar de las mejores
intenciones, tenemos prejuicios en contra de ciertas personas. A veces
puede ser por su raza o su cultura. Quizás basado en sus habilidades. Esta
persona no tiene una habilidad que me importe. Tal vez por diferencias
políticas. Su perspectiva política de la realidad es diferente, así que los
ignoro totalmente porque no quiero tener nada que ver son esa perspectiva.
O puede que el dinero sea una fuente de prejuicio, porque algunos lo tienen
o porque otros no lo tienen. Y vemos a las personas como categorías con las
que no queremos ni si quiera ser tocados. Por las edades algunos mayores
dicen: “No es lo mío, no los entiendo”. Muchos adultos ven a los jóvenes,
“No los entiendo no quiero estar cerca de ellos”, y los discriminan. O
viceversa y los ignoran diciendo: “la gente mayor o los jóvenes son: bla, bla,
bla”.

Te voy a decir algo basado en esta historia. El cómo tratas a las personas
que no te caen habla de cuánto amas a Dios. Porque amar a tu prójimo es
amar a Dios. Es una expresión de amor hacia Dios. Todos podemos tener la
fantasía de amar a Dios en una esquina, pero no involucrarnos con otros. Y
en 1 Juan dice, si lo haces te estás engañando. Dice que te mientes cuando
dices que amas a Dios y no a tu prójimo. Al aprender a amar a las personas
que menos nos atraen encontramos la calidad de nuestro amor por Dios.

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Y quiero que notes algo muy importante aquí al final. Dice que el levita,
“llegó a aquel lugar” el verso 32, dice en el verso 33, “un samaritano llegó a
donde estaba el hombre” ¿Notas la significancia de eso? El sacerdote llegó al
lugar y el levita llegó al lugar, el Samaritano llegó donde él, ¿ves la
diferencia? Geográficamente, no hay diferencia, mismo lugar, mismo
hombre. Pero es una diferencia de perspectiva. El levita, él llegó al lugar.
Déjame decirte, si tú y yo sólo vamos al lugar donde hay personas con
necesidad, podemos ser conmovidos, pero no nos involucramos. Dejamos
que nuestros corazones tengan compasión, pero los mantenemos alejados.
Regresamos a casa y decimos: “Eso me llegó. Es tan difícil para esa o esas
personas”.

Pero cuando tú llegas a donde la persona, cuando te acercas a ella, ahí

haces algo. Y la diferencia entre el sacerdote y el levita con el samaritano,
no es una diferencia de status y sociedad, aunque ellos eran de la clase alta
y clase media, la diferencia era de perspectiva. No tiene que ver con
acciones de amor, sino de una actitud de amor. No es sólo hacer acciones de
amor porque se nos dice que hay que hacerlas. Sino que nazca una actitud
del corazón hacia las otras personas y nos acercamos a ellas, vamos donde
el hombre. No es sólo una práctica de amor, sino una perspectiva de amor.

Jesús dijo: “Anda, haz tú lo mismo”. Pero tú y yo no podemos vivir lejos del
obrar y del poder del Espíritu Santo, cuando accede a los corazones para
darnos una perspectiva en la vida para ir donde las personas y no a lugares.
Vamos a orar y a pedir a Dios que obre en nuestros corazones, que abra
nuestros ojos para que veamos a las personas que no vemos. Que nos
ayude a expresar nuestro amor por Dios, cuando amemos a las personas.

Padre, en este día nos damos cuenta que a menudo desconectamos nuestra
relación contigo con cómo actuamos en el mundo. Oro en este día que tu
Espíritu Santo despierte en nuestros corazones un hambre y sed por lo
correcto, obra en nuestra necesidad, pon fortaleza en nuestra debilidad, tu
sabiduría en vez de la testarudez, tu riqueza por nuestra pobreza. Sabemos
que sólo un corazón lleno puede alcanzar a otros. Llena nuestros corazones,
que vivamos en llenura por caminar contigo y por una relación contigo
donde fluyan ríos de agua viva que alimenten, satisfagan y bendigan a otros.

Ayúdanos, Señor Jesús, a ser personas que demuestren que somos hijos de
Dios, no por lo que hacemos, sino por cómo vivimos y que la explicación a
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Mensaje del Pastor Charles Price 8

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eso sea el trabajo de Dios en y a través de nosotros. Hazlo real, oramos en

el Nombre de Jesús, Amén.

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Mensaje del Pastor Charles Price 9

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