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7. Argumentos:
- PREMISA NORMATIVA:
Constituida por el ART 135 inciso primero CCAy con ayuda del ART 49 CCA,
desarrollado jurisprudencialmente.
Articulo 488 CPC.
Jurisprudencia:
1- Consejo de estado Sección Primera, en sentencia de 11 de abril de 2002 -Exp.
25000-23-24-000-1994-4503-01 (6595). CP. Camilo Arciniegas
2- Consejo de Estado -sentencia de 9 de agosto de 1991, exp. 5.934
3- Consejo de Estado Sección Tercera. Auto de febrero 7 de 2002. Rad. 05001-23-25-
000-2000-2626-01(20869)
4- Sala plena del Consejo de Estado. Providencia del 31 de marzo de 1998, expediente
C-381
- PREMISA FACTICA:
Entre las partes existió un contrato de obra, que dio origen a un proceso contractual
que terminó en conciliación, en virtud de la cual la entidad estatal se comprometió a
pagar al actor una suma de dinero, y en caso de incurrir en mora pagaría intereses, de
conformidad con el inciso 5 del art. 177 CCA
8. CONTRA ARGUMENTO: El INVIAS se opuso a las pretensiones, aunque admitió que tenía la
obligación de pagar, pero que así mismo debía aplicar las normas que el Código Penal
contempla sobre la usura. Por esta razón, afirmó que los actos administrativos
demandados se ajustaron al ordenamiento jurídico. Adicionalmente, señaló que la acción
ejercida no debió ser la de nulidad y restablecimiento del derecho, sino la ejecutiva, toda
vez que el cobro proviene de la conciliación, que presta mérito ejecutivo
9. CONCLUSIÓN: En primer lugar, la Sala no estudiará el fondo del asunto, pues considera
que, efectivamente, como lo señaló el a quo, la acción de nulidad y restablecimiento del
derecho no procede para atacar las resoluciones demandadas, ya que se trata de actos de
ejecución de una providencia judicial –la conciliación aprobada en 1994. En este orden de
ideas, la Sala disiente del actor, porque lo decidido en los actos de ejecución demandados
no contienen decisiones nuevas, que justifiquen abrir la jurisdicción a través de una acción
de nulidad y restablecimiento del derecho, porque las resoluciones se limitan a liquidar el
crédito del actor, que surgió en la conciliación.
Efectivamente, existe una innegable unidad temática entre los conciliado y lo ejecutado.
Ahora, no se trata de un tema nuevo, porque la inconformidad del acreedor con los
intereses que le pagó el deudor no constituye una materia extraña a la conciliación, ni una
tergiversación de esta, que suponga la apertura a un proceso de conocimiento que
implique la anulación de un acto administrativo. Simplemente bastaba demandar en un
proceso ejecutivo para que allí se regulara el monto de los intereses, y se librara o no el
mandamiento de pago.
10. DECISIÓN:
PRIMERO. Confirmase la sentencia proferida por el Tribunal Administrativo de Nariño, el
21 de julio de 1999.
SEGUNDO. Ejecutoriada esta providencia, devuélvase el expediente al tribunal de origen.