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Facultad de Psicología
Asignatura Psicología Evolutiva I
FICHA DE CATEDRA
Introducción
La presente Ficha de Cátedra tiene como objetivo acompañar la lectura de los textos de Bryant
Cratty y Henry Wallon sobre el desarrollo psicomotor en la infancia que se abordan en el Trabajo
Práctico nº 3: El desarrollo psicomotor. La representación psíquica del cuerpo. Este trabajo práctico
se corresponde con la Unidad nº 8 “El desarrollo psicomotor. Cuerpo y representación psíquica” del
Programa vigente.
Dicha Unidad del Programa incluye a los autores que consideran al desarrollo psicomotor como
uno de los aspectos relevantes en la infancia, en tanto evidencia la incidencia del movimiento en el
desarrollo psicológico y la importancia de la unificación de los dominios sensoriales en la
conciencia corporal. Pero también incluye -desde una lectura psicoanalítica- la propuesta teórica
de pensar que la representación psíquica del cuerpo solo es posible a partir de la inscripción
fundante del aparato psíquico.
Para Sigmund Freud, las funciones que se desarrollan se refieren a la sensorialidad y la conciencia
asociada a ella. Pero los movimientos reflejos por sí mismos y en sí mismos no generan una huella.
Las sinergias reflejas podrán constituirse en los primeros movimientos intencionados, una
memoria en tanto marca (signo perceptivo en Sigmund Freud) por la introyección de ritmos
intracorporales (como base de la cualificación de la cantidad), que involucran percepciones
relacionadas a lo interoceptivo y propioceptivas, sensaciones térmicas, táctiles y de contacto, así
como algunas correspondientes a la exterioridad: auditivas, gustativas, visuales, aún no
discriminadas de las internas. Estas organizaciones mnémicas tempranas que caracterizan los
primeros tiempos de la organización psíquica, constituyen una base representacional
(representación-cuerpo). Las primeras investiduras de órgano, y funciones que se van ligando e
integrando entre sí, configuran las primeras huellas mnémicas referidas a las representaciones
cosa (Freud, S: 1915c). La base de las representaciones-cosa podríamos referirla a las
representaciones de órgano y funciones, primera ligadura de pulsiones con aquella sensorialidad
interoceptiva -corazón, pulmones, aparato digestivo- que es investida en el pasaje de la vida
intrauterina a la extrauterina.
Por su parte, Piera Aulagnier aporta la noción de una figuración mundo-cuerpo, en la cual la
función del cuerpo es mediador y puesta en relación entre la psique y el mundo. Al decir de dicha
psicoanalista “…la realidad humana no se deja aprehender sino por la vía de una actividad
sensorial que sirve de selector y de puente entre la realidad psíquica y aquellos otros espacios de
los que ella toma sus materiales, empezando por su propio espacio somático” (Aulagnier, P:
1991:117). Esta autora muestra la identidad entre la actividad sensorial y la erogenización de las
zonas: “el poder de los sentidos de afectar a la psique le permitirá transformar una zona sensorial
en una zona erógena. La primera oreja psíquica no capta sonidos y menos aún significaciones:
capta las variaciones de su propio estado, de su propia vivencia, la sucesión de una experiencia de
placer y de una experiencia de sufrimiento. Y si este placer o este sufrimiento faltan, la reacción
sensorial puede existir fisiológicamente, pero no tendrá existencia psíquica.” (Aulagnier, P:
1991:142)
En esta propuesta de abordar el desarrollo psicomotor en la infancia también desde una lectura
psicoanalítica, obliga a conocer el aporte descriptivo y conceptual que ha hecho la Psicología
Evolutiva acerca del equipamiento reflejo y los montajes sensitivo-motores y perceptivo-motores
como fondo mínimo, adaptativo, inicial sobre el que se apoya las primeras relaciones con el
mundo, con el ambiente animado o inanimado (Laplanche, J:1987:89)
Algunos de los autores propuestos, en particular Bryant Cratty y Henry Wallon forman parte de
los estudios del desarrollo motor en el campo de la Psicología que mantienen el presupuesto de la
importancia de la relación entre el desarrollo motor y lo psíquico. En ese sentido es relevante para
estos autores conocer la génesis y la incidencia del movimiento, el desarrollo de las
coordinaciones sensorias motrices y las praxias y el logro de la conciencia corporal como
unificación de lo sensorial.
Para describir los comienzos del movimiento en el infante, el autor incluye los atributos
motores, perceptuales y perceptomotores. Plantea que por los datos disponibles, el
infante empieza a ejercitar sus capacidades motrices antes del nacimiento. .
Los primeros movimientos que se pueden provocar en el recién nacido consisten en
reflejos arcaicos, es decir “acciones involuntarias desencadenadas por estímulos externos
de distintos tipos” (Cratty, B:1979:74)
Hay varias clasificaciones de los reflejos. Nacido el infante tiene importancia determinar si
su sistema nervioso es sano lo cual se hace tratando de provocar en él los reflejos que
cabe esperar. El estudio de la índole de los reflejos del infante es dificultado por la
variabilidad con que aparecen y desaparecen. En el Anexo de esta Ficha se describen
algunos de los reflejos del infante (página 10-15)
Desaparición de los reflejos y aparición del movimiento voluntario: “No se conoce con
claridad la índole exacta de la interacción entre los reflejos y los movimientos
voluntarios incipientes. Ello se debe en parte a que esos movimientos no se prestan al
mismo tiempo ni con igual vigor en todos los niños y en parte a la falta de conceptos
definitivos acerca de la edad en que un reflejo aparece y desaparece normalmente (…)
De cualquier modo la adquisición de los movimientos voluntarios así como la pérdida
gradual de los reflejos (o en algunos casos su persistencia, constituyen un proceso
complejo en grado sumo…” (Cratty, B:1979:86-87)
Con respecto a las praxias se puede considerar el aporte de J. Piaget: “Las praxias o
acciones no son movimientos cualesquiera sino sistemas de movimientos coordinados
en función de un resultado o de una intención. Por ejemplo, el desplazamiento del
brazo que interviene en el acto de ponerse o sacarse el sombrero no es una praxia, ésta
constituye la acción en su totalidad y no un movimiento parcial interior a esta acción.”
“Las praxias son adquiridas, por oposición a las coordinaciones de reflejos, y esta
adquisición puede provenir de la experiencia del sujeto, de la educación en el sentido
amplio (consignas, ejemplos, etc.) y también, eventualmente, de procesos internos de
equilibración, que traducen una regulación o una estabilización adquirida de las
coordinaciones.” (Piaget, P:1969:69)
Entre los distintos tipos de locomoción voluntaria independiente y sus contrapartes
reflejas no hay una desconexión total. El infante humano adopta diversos tipos de
locomoción en distintos momentos: arrastrarse, gatear, deslizarse, ponerse de pie, marcha
erecta. Después de alcanzar la posición vertical en algún momento situado entre los meses
décimos y decimoquinto, el niño empieza a moverse lateralmente por la periferia de cosas
de las que puede tomarse con las manos. (Cratty, B:1979:87-92)
Tendencias del desarrollo. Se menciona con frecuencia tres tendencias del desarrollo
motor de infantes y niños:
1) el desarrollo del control voluntario avanza desde la cabeza hacia los pies, fenómeno que
a menudo recibe el nombre de progresión cefalocaudal;
2) el control de los grandes músculos se adquiere antes que el de los pequeños músculos
3) los niños presentan una tendencia general a madurar en forma próxima distal, lo cual
significa que las funciones motrices tienden a madurar antes en las zonas más cercanas a
la línea media del cuerpo que en las zonas más alejadas de esa línea.
(Cratty, B: 1979:92-93)
En el Anexo de esta Ficha se describen las conductas indicativas de los orígenes del
movimiento en los infantes y su tiempo aproximado de aparición (página 16).
Atributos motores gruesos en la edad preescolar: hacia fines del primer año de vida, por
lo general los niños empiezan a caminar. Su conducta motriz pasa durante ese tiempo
marcados cambios. Durante el tercer y cuarto año, habitualmente empieza una variedad
de diferencias individuales que modificará la manera en que se mueven. Presentan
asimetrías en sus maneras de moverse. Hacia el fin del quinto año los movimientos se
tornan más integrados. Los niños pueden empezar a coordinar el salto con los
movimientos de los brazos y a lanzar aplicando eficazmente el peso. En general sin
embargo los primeros cinco años de vida constituyen un periodo de acentuados cambios.
El infante empieza a cobrar las dimensiones físicas de un niño; se torna más independiente
en varias tareas que conciernen a su propio cuidado. (Cratty, B:1979:99-100)
Aparición de la planificación motriz. Existe aún otro tipo de análisis de competencias
motrices que puede tener importancia. Concierne a la capacidad para responder
correctamente a la descripción verbal de un movimiento o de movimientos, así como
responder correctamente a demostraciones de acciones de distinto grado de complejidad.
Esa capacidad se llama praxia y supone otra: la de llevar a cabo lo que a su vez se podría
denominar planificación motriz. (Cratty, B:1979:105)
Locomoción: variaciones y exploraciones. Etapas en el desarrollo de la conducta de
marcha. A medida que aumenta la eficacia de la marcha, los niños empiezan a caminar con
las piernas menos separadas y en forma más rítmica. Poco después de aprender a caminar
los niños intentan modificar la manera en que se mueven. Variaciones en la locomoción:
carrera, salto, equilibrio, coordinación de los miembros. (Cratty, B:1979:115-124)
En el Anexo de esta Ficha se describen las conductas observadas de la locomoción libre
con sus variaciones y su edad aproximada de aparición (página 17).
Conductas manipulativas: a los pocos días de nacer, el infante adquiere conciencia de que
en su campo espacial hay objetos. El infante pasa por cuatro fases generales en su relación
con los objetos: se siente atraído por los objetos y sus propias manos, en una segunda
etapa manifiesta excitación motriz general al enfrentar un objeto sin ninguna tentativa
coordinada por tomar contacto con él, la tercera fase es de contacto y manipulación en
forma cada vez más experta, la cuarta etapa involucra diversas clases de explotación del
objeto. La aparición de capacidades manipulativas en el infante está asociada con el acto
de llevarse a la boca objetos para inspeccionarlos. Gesell y otros han llamado la atención
sobre la importancia de esa conducta de “inspección bucal” (Cratty, B:1979:195-197)
Atención visual a las propias manos y a los objetos. Con el transcurso de las semanas, los
infantes comienzan a dar muestras de que prestan una atención visual más precisa y
prolongada a los objetos, así como, al mismo tiempo, mayor atención a partes de sus
propios cuerpos. Al combinarse, estas conductas provocan una creciente cantidad de
conductas manipulativas cada vez más complejas. Según White y Held, la conducta
manipulativa evoluciona en el infante humano de acuerdo a las siguientes etapas:
1) Descubrimiento inicial de la mano
2) Segunda inspección visual (mirada) de esa mano
3) Inspección de objetos en el campo espacial
4) Golpes a objetos en el campo espacial
5) Contacto con objetos en el campo espacial
6) Inspección táctil (abrir, y cerrar la mano sobre el objeto)
7) El infante anticipa la manipulación de objetos abriendo y cerrando la mano mientras el
brazo se extiende y se acerca a los objetos
(Cratty, B: 1979:198-200)
En el Anexo de esta Ficha se describen las conductas manipulativas elegidas y su edad
aproximada en las que se las observa en la mayoría de los infantes (página 18)
aspectos visuales y kinestésicos del movimiento, mucho antes que puedan ser
precisadas sus imágenes y su exacta repartición entre los compañeros. Este
vínculo procede de una confusión inicial y de diferenciaciones progresivas”
(Wallon, H: 1954:69-72)
De allí la importancia que tiene para el autor, el papel del movimiento y el papel de la vista
en la constitución del esquema corporal:
“la serie kinestésica necesita para delimitar sus dominios referencias en la serie
visual. Específicamente distintas, las dos series son necesariamente
complementarias en el dominio de las formaciones psíquicas (…) En el niño
pequeño parece constituirse alrededor de su cuerpo un margen de espacio que no
es todavía el mundo exterior, sino donde parece extravasar su sensibilidad bajo la
forma de aprehensión y de intolerancia con relación a los otros (…) Son sus aguas
territoriales, eso que propuse llamar su “margen de seguridad”. Es también su
espacio gestual que es tanto más amplio cuanto su equilibrio y sus movimientos
oscilan entre límites menos precisos. El esquema corporal no es solamente
somático, expresa los reflejos de defensa y el dinamismo motor” (Wallon, H:
1954:69-74-75)
Lo que se denomina “esquema corporal” es para Wallon la base indispensable de la
actividad práctica y de la actividad conciente:
“El esquema corporal es una necesidad. Se constituye según las necesidades de la
actividad. No es un dato inicial ni una entidad biológica o psíquica. Es el resultado
y la condición de relaciones justas entre el individuo y el medio.” (Wallon, H:
1954:69-80)
¿Cuáles son los primeros movimientos del lactante? Describa los primeros movimientos
que se pueden provocar en el recién nacido, cómo se denominan y en qué consisten.
Enuncie los reflejos más importantes.
¿Cómo se transforma un movimiento reflejo en un movimiento con intención? Describa
cuál es el destino de la actividad refleja y qué tipo de movimiento le sucede a dicha
actividad.
¿Cuáles son las actividades motoras características entre los 6 meses y los 12 meses?
Describa las tendencias del desarrollo.
¿Cuáles son las conductas observadas en el periodo entre 1 año y 5 años de edad con
respecto a la marcha?
¿Cuáles son las conductas manipulativas esperadas en la mayoría de los infantes entre el
1° mes y los 12 meses?
¿Cuál es la relación entre la sensibilidad kinestésica y lo visual? Desarrolle a qué se llama
“cenestesia”.
ANEXO
Reflejo de Moro
Fig. 2. El reflejo tónico cervical asimétrico. Se manifiesta por el mayor tono muscular de las
extremidades hacia las cuales se vuelve la cabeza.
Fig. 3. Los reflejos prensiles de las manos y los pies también se pueden provocar moviendo el
brazo del infante de modo que se aleje de su cuerpo o colocándole un objeto en la mano.
Fig. 4. En este reflejo los ojos tienden a mirar hacia arriba cuando se baja la cabeza del niño.
Fig. 5. En a) al ser rotadas las caderas, la cabeza gira en la misma dirección. En b) al ser rotada la
cabeza, las caderas giran en la misma dirección.
Fig. 6. En a) si el niño es inclinado hacia adelante, la cabeza permanece vertical o se dirige hacia
atrás. En b) si el niño es inclinado hacia atrás, la cabeza permanece vertical o se dirige hacia
adelante.
Fig. 7. Reflejo de sostén. Al tocar las manos una superficie horizontal, los brazos se extienden.
Reflejos de marcha
Fig. 9. Se puede provocar tanto en posición horizontal como cuando se mantiene vertical al niño.
Reflejo de gateo
Fig. 10. Aplicar presión a las plantas de los pies suscita una pauta de gateo en los brazos y las
piernas.
Movimientos de natación
Fig. 11. Reflejo natatorio. Poner al infante en contacto con el agua provoca movimientos de
natación.
Movimientos de trepa
Fig. 12. Reflejo de trepa cuando median los estímulos adecuados, se observan movimientos de
trepa.
Nota: los gráficos de las figuras y las descripciones se encuentran en: Cratty, B. (1982). Cap. III Comienzos
del movimiento en el infante y Cap. VII Conductas manipulativas en Desarrollo perceptual y motor en los
niños (pp. 73-98), España: Ed. Paidós.
Nota: el cuadro de edades y conductas se encuentran en: Cratty, B. (1982). Cap. 3 Comienzos del
movimiento en el infante en Desarrollo perceptual y motor en los niños (pp. 95), España: Ed. Paidós.
Nota: el cuadro de edades y conductas se encuentran en: Cratty, B. (1982). Cap. 4 Atributos motores gruesos
en la edad preescolar en Desarrollo perceptual y motor en los niños (pp. 132), España: Ed. Paidós.
Nota: el cuadro de edades y conductas se encuentran en: Cratty, B (1982). Cap. 7 Conductas manipulativas
en Desarrollo perceptual y motor en los niños (pp. 213), España: Ed. Paidós.
Bibliografía
Cratty, B. (1982). Cap. III: Comienzos del movimiento en el infante; Cap. IV: Atributos motores gruesos en la
edad preescolar; Cap. VII Conductas manipulativas y Cap.IX: Desarrollo motor del niño de los seis a los doce
años en Desarrollo perceptual y motor en los niños, España: Ed. Paidós.
Wallon, H. (1954 [1965]). Kinestesia e imagen visual del propio cuerpo en el niño en Estudios sobre
psicología genética de la personalidad, Buenos Aires: Lautaro.
Aulagnier, Piera (1975 [1993]). Palabras preliminares en La violencia de la interpretación. Del pictograma al
enunciado (pp.11-19), Buenos Aires: Amorrortu Editores.
--------------------- (1986 [1991]). Nacimiento de un cuerpo, origen de una historia. En L. Hornstein (Comp.)
Cuerpo, Historia, Interpretación (pp.117-137 y 151-158), Buenos Aires: Paidós editores.
Freud, Sigmund (1895 [1994]). Parte I. Plan General [11] La vivencia de satisfacción. En Proyecto de
psicología Obras completas. Volumen I (pp. 362-364), Buenos Aires: Amorrortu editores.
Laplanche, Jean (1987). Hacer su lugar a la psicología del niño en Nuevos fundamentos para el psicoanálisis.
La seducción originaria (pp. 86-92), Buenos Aires: Amorrortu editores.
Piaget, Jean (1969). Cap. IV Las praxias en el niño en Seis Estudios de Psicología Genética. Barcelona: Ed. Six
Barral.
Wallon, Henri (1934 [1982]). Los orígenes del carácter en el niño. Buenos Aires, Editorial Nueva Visión.