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Conservación de las muestras de orina

Si el análisis físico químico de la orina se va a realizar después de tres o cuatro horas, la muestra se
conservará física (refrigeración o congelación) o químicamente. La refrigeración debe efectuarse a
una temperatura entre 2ºC y 8ºC.

De rutina no está recomendada la congelación, aunque es útil para retrasar la pérdida de


sustancias lábiles o cuando se requiere el fraccionamiento de la muestra para su estudio. Se realiza
sobre alicuotas de orina de 24 horas previa centrifugación, congelando el sobrenadante.

Casi todos los conservantes químicos utilizados en orina son antimicrobianos. Si se utiliza uno de
ellos debe rotularse en el bote de recogida junto a la cantidad utilizada:

Ácido Bórico: Es un conservante que está dejando de ser utilizado en cosmética y productos de
higiene. Resulta útil para conservar hormonas, pero tiene el inconveniente de que precipita los
cristales de ácido úrico. También dificulta la determinación de la glucosa.

Fluoruro sódico: Se utiliza para conservar los valores de glucosa en orina durante 24 horas.

Ácido Clorhídrico: Se utiliza para conservar la orina en un pH inferior a 3. Útil para determinar
ácido vanilmandélico y aminoácidos.

Ácido acético: Se utiliza para conservar el pH en niveles comprendidos entre 6 y 7. Entre un pH


ligeramente ácido a neutro. También para mantener los niveles de porfirinas.

Timol: Útil para determinaciones de orina de 24 horas. Puede provocar la precipitación de


proteínas, alterando su determinación.

Formol: No se debe utilizar para determinación de glucosuria y proteínas.

Tabletas de formaldehido: Retrasan la destrucción de cilindros y elementos formes. Su uso está


justificado en estudios de sedimento urinario.

Tolueno: Forma una capa fina sobre la superficie de la orina, evitando que la muestra entre en
contacto con el aire. De este modo se impiden los cambios oxidativos en la muestra.

Características físico químicas de la orina

Además de la formación de la orina, la obtención de muestras y su conservación, es imprescindible


conocer las características que permitirán el análisis físico químico de la orina. Éstas son:

Color.

Olor.

Turbidez.

Volumen.
Densidad.

Osmolalidad.

pH.

Color de la orina
La orina, en condiciones normales, tiene color amarillo debido a la presencia de urobilina. Este
color puede ir de muy claro a muy oscuro en función de la hidratación del paciente. Un exceso de
agua diluirá la orina y la tornará prácticamente transparente. En cambio, una orina con poca
cantidad de agua, debido a fiebre o deshidratación, estará muy concentrada.
Que la orina presente un color diferente al habitual puede ser indicativo de la existencia de una
patología.

Si la orina adquiere una coloración rojiza puede ser debido a la presencia de hemoglobina,


mioglobina, porfirinas o a la ingesta de remolacha, níscalos o fármacos como la ripamficina.
Si la coloración es rojiza oscura o marrón puede ser debido a la presencia de hematíes, o de
hemoglobina a una concentración mucho más alta.
En cambio, si la orina es de color negruzca, puede ser debido a la presencia de melanina o de
ácido homogentísico (alcaptonuria). Otras coloraciones urinarias documentadas son el azul
verdoso (presencia de pseudomonas) y el amarillo verdoso (presencia de biliverdina). También
puede adquirir un color amarillo fluorescente o naranja si hay alta presencia de vitamina B12.
Además veremos coloraciones púrpuras debido a la presencia de bacterias en la orina. Podemos
encontrarnos coloraciones azules como las que produce la hipercalcemia familiar benigna en
niños. O como la que produce la viagra. Y coloraciones verdes, como la que produce el
tristemente famoso anestésico propofol.

La coloración de la orina siempre estará sujeta a la subjetividad del observador. Y es el principal


motivo por el que las coloraciones varían tanto en las fuentes que consultemos. Según el autor
veremos como lo que en unos sitios es coloración rojiza, en otros será marrón o incluso naranja. Y
lo marrón podrá ser considerado negruzco. O viceversa.

Olor de la orina
Dentro del análisis físico químico de la orina, este dato o característica no es de gran interés. El
aroma viene dado por sus ácidos volátiles. En condiciones normales el olor de la orina fresca es,
según algunos autores, inodora, y según otros, de aroma débil. En cambio, cuando esa orina
fresca comienza a descomponer la urea, es cuando produce un olor amoniacal.
El olor de la orina puede indicar la existencia de patologías. Por ejemplo, es común el olor afrutado
u olor a manzana en pacientes con diabetes mellitus. Este olor se debe a la presencia de acetona,
que también puede darse en cetosis. Otro olor característico es el olor a amoniaco en pacientes
con infección en las vías urinarias.

Además, la ingesta de determinados alimentos puede modificar el olor de la orina. Los más
característicos son el olor a café o a espárragos, entre otros, cuando el paciente ha consumido
alguno de estos alimentos.

Turbidez de la orina
La orina puede tornarse turbia debido a la precipitación de partículas de fosfatos amorfos en
orinas alcalinas. O por precipitación de uratos amorfos en orinas ácidas. El fosfato amorfo
constituye un precipitado blanco que se disuelve cuando se agrega un ácido. El urato amorfo, con
frecuencia, posee un color rosado por los pigmentos y se disuelve al calentar la muestra.
La turbidez puede manifestarse con la presencia de leucocitos o células epiteliales. Este hecho
puede confirmarse mediante el examen microscópico del sedimento.
Las bacterias también pueden causar turbidez, en especial si la muestra se queda en el recipiente
a temperatura ambiente durante largo tiempo.
Otras formas de turbidez que se muestran en la orina son, por una parte, el moco, que puede dar a
la orina un aspecto ahumado o turbio. Y por otra parte, la grasa y el quilo, que generan en la orina
un color lechoso.

Volumen de la orina
Como vimos con anterioridad, el volumen medio que excreta una persona adulta, en condiciones
normales, es de un litro y medio. Según los autores que consultemos, el rango de excreción
urinaria diaria varía de 500 a 2000 ml.

En el volumen influyen principalmente la edad y el peso. Después, dependerá especialmente de la


hidratación, la nutrición, el estado cardiovascular y renal del paciente, y sus patologías asociadas.
Los desórdenes que podemos encontrar son:

 Poliuria: Excreción de orina en cantidades superiores a 2 litros y medio. El motivo puede


ser fisiológico, por ingesta de demasiada cantidad de líquido o por toma de diuréticos como
café, té o cerveza. También puede ser patológico, debido a diabetes insípida, insuficiencia
de ADH…
 Oliguria: Es la emisión de un volumen de orina inferior al normal. Para considerarse
oliguria el volumen debe ser inferior a 400-600 ml. Puede ocurrir por una disminución del
filtrado glomerular, un aumento de la reabsorción tubular o una obstrucción de las vías
urinarias bajas.
 Anuria: Es la oliguria llevada al extremo. La excreción de orina es nula (rara vez) o inferior
a 100 ml. Puede ser debido a problemas en la funcionalidad renal, como una obstrucción
en las arteria o en la vena renal, hipertensión arterial, diabetes, toxinas o medicamentos.
También puede darse en la obstrucción renal debido a cálculos renales o a tumores.
 Nicturia: Emisión noctura de orina de forma excesiva y/o incontrolada. Puede ser debida a
insuficiencia cardiaca, glomerulonefritis crónica, enfermedad de Addison, hipertensión
arterial, hiperaldosteronismo primario o diabetes.
 Polaquiuria: Consiste en la emisión de pequeñas cantidades de orina un alto número de
veces. Suele venir acompañada de nicturia. Su causa más probable es una infección
urinaria. También puede estar presente en patologías adyacentes como apendicitis o
vulvovaginitis, o en patologías prostáticas en varones de avanzada edad.

Densidad de la orina
Este parámetro sirve como evaluador parcial de la capacidad concentradora del riñón. Indica una
relación entre los solutos disueltos y el volumen de la muestra.

Los valores normales pueden expresarse de dos maneras. 1005-1030 mg/ml o 1.005-1.030 g/ml.


Una densidad baja o hipostenuria, inferior a 1005 mg/ml, se da en diabetes insípida,
glomerulonefritis o ante el empleo de diuréticos. En cambio, una densidad alta o hiperestenuria,
superior a 1030 mg/ml, se da en diabetes mellitus, estados febriles, enfermedades hepáticas o
deshidratación.

El mantenimiento de una densidad fija y de baja cantidad (1010 mg/ml), denominada isostenuria,
es característico en casos de daño renal grave.
Para la determinación de la densidad se utilizan:

 Hidrómetros de vidrio o urinómetros.


 Tiras reactivas.
 Refractómetros.
Osmolalidad de la orina
Se trata de una medida de concentración más exacta que la densidad. El motivo es que la
osmolalidad es un valor que solo depende de la concentración de sus solutos. En cambio, la
densidad también depende de la naturaleza de esos solutos.

Si en esos solutos figuran proteínas o hidratos de carbono, la densidad se dispara. Mientras que
con la osmolalidad eso no ocurre.

Los valores normales de osmolalidad son 300-800 mOsm/Kg. La interpretación de los


resultados es la misma que en la densidad.
pH de la orina
El pH urinario nos da una idea de la concentración de H+ libres y de la capacidad del riñón para
mantener la concentración normal de hidrogeniones en el plasma y en los líquidos extracelulares.
La acidez se debe a la presencia de ácidos no volátiles, que se excretan como fosfatos y sulfatos.
Y también a otros ácidos como el láctico, pirúvico y cítrico, que se excretan en forma de sales.

Los valores de pH normales fluctúan entre 6 y 8. Un pH superior a 8 puede indicar la existencia


de una infección bacteriana, que iría acompañada con la presencia de nitritos en la orina. Mientras
que un pH inferior a 6 no es considerado patológico, y puede darse a primera hora de la mañana.
Determinaciones analíticas de la orina
Las determinaciones analíticas frecuentes de la orina son:

 Examen macroscópico directo.


 Determinaciones bioquímicas.
 Examen microscópico del sedimento urinario.
 Análisis microbiológico o urocultivo.
Las determinaciones bioquímicas y el examen microscópico del sedimento urinario conforman lo
que se llama el estudio sistemático de orina.
En la actualidad, el análisis sistemático corre a cargo de un autoanalizador, que detecta si es
necesario realizar un examen microscópico del sedimento urinario. La determinación bioquímica
corre a cargo de otro autoanalizador que realiza otra clase de mediciones.
El análisis físico químico de la orina se encuentra íntegro en todas las determinaciones. En cada
uno de los exámenes/análisis/determinaciones se busca la presencia de analitos, microorganismos
o elementos formes que afectan a las características físico químicas de la muestra.

Examen macroscópico directo de la orina


Consiste en determinar las características generales de la muestra. El color, el olor, la turbidez y el
volumen se pueden determinar con mucha facilidad. No es necesario realizar algún tipo de
determinación especial para ello, aunque, como hemos visto anteriormente, el color, el olor, e
incluso la turbidez, pueden verse afectados por la apreciación subjetiva del Técnico que esté
valorando estas características.

Determinaciones bioquímicas de la orina


Se trata de obtener valores como el pH, densidad, osmolalidad, si hay proteinuria, glucosuria,
cetonuria, hemoglobinuria… Información que en un laboratorio clínico y biomédico se obtiene con
un autoanalizador bioquímico con racks específicos para muestras de orina.
Otra determinación diferente, y que nos puede dar una gran cantidad de información, son las tiras
reactivas. Estas tiras llevan unas almohadillas que en contacto con la muestra cambian de color.
Los colores se pueden comparar con la leyenda del frasco que contiene las tiras, realizando la
lectura por comparación. Este método es muy utilizado en urgencias de centros de salud,
proporcionándole al médico una buena
cantidad de información.

Existen también multitud de determinaciones


analíticas individuales. Un ejemplo claro es la determinación cuantitativa de proteínas en orina
medante el Método de Biuret. O la Reacción de Benedict para determinar la existencia de
glucosuria.

Examen microscópico del sedimento urinario

Este examen consiste en centrifugar la muestra de orina, decantar el sobrenadante y realizar una
preparación en fresco del sedimento sobre un portaobjetos.

Para no realizar sedimento de todas las muestras urinarias, durante el


sistemático de orina, un autoanalizador se encarga de discernir sobre qué
muestras hay que realizar examen microscópico.
Los autoanalizadores han evolucionado y ya existen aparatos capaces de
realizar el examen microscópico por ellos mismos, buscando y
fotografiando el campo en el que se encuentre un cristal, un elemento
forme o un artefacto. Un elenco de pantallas se encargan de mostrar los
hallazgos con la información de la muestra adjunta.
Habrá una entrada aparte dedicada a todo lo referente a esta determinación analítica. Siempre
desde una perspectiva del procedimiento manual.

Análisis microbiológico de la orina

También denominado urocultivo. Consiste en sembrar una muestra de orina en un medio de


cultivo adecuado para el crecimiento de microorganismos.

Si crece algún microorganismo se aislará el agente causal. Y se le someterá a una batería de


pruebas bioquímicas (API) con el fin de determinar su identificación.

Esa batería de pruebas se realiza mediante autoanalizador (Microscan) o de manera manual.


También se puede realizar la identificación mediante el uso de un espectrómetro de masas.
También habrá una entrada aparte dedicada exclusivamente a esta determinación analítica.

INGRESO Y EGRESO DEL AGUA Y ORINA

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