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Motivación y emoción
Alison Ramirez M.
Psicología
Unimeta
VII Semestre
2017
Actividad
1. ¿Qué es motivación?
R/ Un motivo es una necesidad o deseo específico que activa al organismo y
dirige la conducta hacia una meta.
Todos los motivos son desencadenados por algún tipo de estímulo: una condición
corporal, como bajos niveles de azúcar en la sangre o deshidratación; una señal
en el ambiente, como un letrero de “Oferta”; o un sentimiento, como la soledad, la
culpa o el enojo. Cuando un estímulo induce una conducta dirigida a una meta,
decimos que ha motivado a la persona.
La motivación ocurre independientemente de que tengamos o no conciencia de
ella.
2. ¿Qué es emoción?
R/ La emoción se refiere a la experiencia de sentimientos como el temor, la
alegría, la sorpresa y el enojo. Al igual que los motivos, las emociones también
activan e influyen en la conducta, pero es más difícil predecir el tipo de conducta a
la que dará lugar una emoción particular.
5. ¿Qué es pulsión
R/ Una visión alternativa de la motivación sostiene que las necesidades
corporales (como la necesidad de comida o la de agua) crean un estado de
tensión o activación llamado pulsión (como el hambre o la sed).
La pulsión sexual y también, la pulsión de autoconservación que muestra el
arraigo a la vida. La pulsión de autoconservación remite al conjunto de las
necesidades vinculadas a las funciones corporales que, como el hambre, son
necesarias para la supervivencia.
6. ¿Qué es impulso?
R/ Trastorno de la voluntad que se observa en ciertas afecciones mentales.
Estos pacientes, aunque conscientes de sus actos, se ven inducidos de una
forma irresistible a realizar ciertas acciones que se imponen a su voluntad.
La impulsión se acompaña de una sensación de angustia particular, que
desaparece tan pronto como se satisface.
Una vez que el SARA ha permitido pasar la información –recuerda que filtra
aproximadamente el 95% de los estímulos percibidos porque los considera
intrascendentes para nuestra supervivencia-, el estímulo recorre su camino a
través de las llamadas vías dopaminérgicas que comienzan en el área tegmental
ventral y el sistema amigdalino donde es nuevamente evaluado por las llamada
fuerzas placer-dolor, donde si es identificado como posible fuente de dolor
-peligroso para nuestra supervivencia- el estímulo es rechazado automáticamente
y guardado en nuestro banco de memoria amigdalino para no repetir acciones que
nos puedan enfrentar a estímulos similares, mientras que, en el caso de que
nuestro sistema amigdalino lo interprete como una posible recompensa o fuente
de placer, la información seguirá su camino hasta el principal núcleo cerebral
liberador de dopamina, el núcleo accumbens.
Todo este proceso neurobiológico hace, que cuando la información llegue a
nuestros lóbulos frontales, para ser analizada de forma racional, nuestro cerebro
esté impregnado de estos neurotransmisores y por lo tanto actúen como un
“combustible” que mantendrá nuestra atención sostenida y hará que no sintamos
esa sensación de esfuerzo que, debido al alto consumo de energía que requiere,
sentimos cuando analizamos racionalmente una información que no consideramos
útil para conseguir una recompensa, y todo esto permitirá guardarla en nuestra
memoria a largo plazo sin esfuerzo y fácilmente, alterando incluso nuestra
percepción del tiempo, haciendo que las horas parezcan minutos y los minutos
segundos.
Concluyendo en 3 pasos: