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I. EL FUNDAMENTO DE SU PERPETUIDAD
II. EL GOBIERNO BÍBLICO ECLESIAL
Observemos un bosquejo bíblico para el gobierno de la iglesia:
Jesucristo,
La cabeza de la Iglesia.
El Espíritu Santo,
El vicario de Cristo, quien gobierna a través de la Palabra revelada.
Los Apóstoles,
Inspirados por El Espíritu dieron a conocer el fundamento y las columnas doctrinales.
Los Pastores O Ancianos U Obispos
Fueron ordenados por el ministerio apostólico, para administrar la predicación de la Palabra, las
ordenanzas y la disciplina de la Iglesia.
Los Diáconos y Diaconizas,
Ayudantes de los ancianos en los aspectos materiales y serviciales de la congregación (Iglesia
local).
La Membresía,
Sin ellos no hay Iglesia a quien predicar, dirigir y servir.
local mientras me sea posible, no es asunto de doctrinas de hombres, sino que es un mandato bíblico
que es lo que lo convierte en una obligación cristiana, cuyo objetivo está en la necesidad espiritual
que cada creyente tiene de ser edificado dentro del cuerpo de Jesucristo, esto es la iglesia.
Ahora, pueden darse situaciones especiales en las cuales un verdadero creyente no
encuentra una asamblea de creyentes en su localidad o nación, lo cual obviamente es un caso de la
providencia divina, que no quita la membresía que tal creyente tiene de la Iglesia Universal. Pero
también es cierto que, si Dios estableció la necesidad y el deber de estar en una Iglesia Local para
compartir con el cuerpo de Cristo, entonces Él mismo ha de proveer o acomodar las circunstancias
para establecer a tal creyente en una Iglesia Local.
ORACIÓN TRANSICIONAL:
Nuestro tema entonces será expuesto dándosele respuesta a dos preguntas: ¿Qué dicen Las
Santas Escrituras De La Membresía Eclesial? Y ¿Por Qué Es Importante Ser Miembro De
Una Iglesia Local?
Pero antes de responder la primera pregunta planteemos la distinción que se manifiesta
dentro de una iglesia local mas no dentro de la iglesia universal.
Distinción Entre Los Miembros Y Los Asistentes
Esta distinción debe además de aclararse, tenerse muy en cuenta, pues no se busca hacer
acepción de personas en un sentido negativo, sino positivo y lógico. Bien podemos afirmar, que
cuando hablamos de la membresía de la Iglesia Local y Visible, estamos refiriéndonos a aquellos
que además de ser discípulos del Señor Jesucristo, también se consideran parte de tal congregación
y tienen un sentido de pertenencia con ella, teniendo metas (espirituales y/o terrenales) a lograr
junto con ella.
Demos algunas características de alguien que se determina o considera como miembro de
una Iglesia Local:
1) Como primera medida, debe ser alguien que ha Nacido de Nuevo. Es cierto que los
pastores y diáconos no tenemos la capacidad de discernir con total seguridad la sincera
conversión de una persona. Pero aquel miembro debe manifestar su comprensión del
verdadero Evangelio de las Santas Escrituras y su dependencia absoluta del Espíritu Santo
como ayudador para perseverar en la vida cristiana. Efesios 1: 1, 13 – Colosenses 2: 5-7.
2) Seguido a lo anterior, si no ha sido bautizado, entonces debe estar esperando el evento
ceremonial para hacerlo. Mateo 28: 19-20 - Hechos 2: 41; 18: 8
3) Constantemente participa de las actividades piadosas de la Iglesia Local ( Cultos, Seminarios
y Discipulados). Salmos 133: 1-3 – Hebreos 10: 23-25 – Hechos 2: 42-47.
4) Se apropia de las necesidades de la Iglesia Local (Siembras u Ofrendas).
1ª a Corintios 16: 2 – 2ª a Corintios 8: 13-14
5) Esta dispuesto a crecer espiritualmente y en conocimiento doctrinal para el servicio de la
Iglesia Local donde asiste. Colosenses 1: 9-10 – 1ª a Corintios 15: 58
6) Toma al Pastor(es) de la Iglesia Local como su(s) Pastor(es) personal(es). Es decir, para
supervisión, guía y consejería. Hebreos 13: 7 – 1ª de Pedro 5: 1-3
7) Ve a las autoridades de la Iglesia Local como sus autoridades espirituales.
1ª a Timoteo 5: 17 - Hebreos 13: 17
Esto es lo que brevemente (digo brevemente porque el tema es más extenso) debemos entender
con respecto a la distinción entre los miembros oficiales de una iglesia local visible y los asistentes
a ella. Además de que, a través de los textos bíblicos leídos, nos damos cuenta de que pertenecer a
una iglesia local no solo es un deber, sino también una necesidad y obviamente una gran ventaja
para nuestro crecimiento espiritual y firmeza cristiana.
Procederemos ahora si a dar respuesta a las dos preguntas planteadas:
I. ¿Hablan Las Santas Escrituras De La Membresía Eclesial?
Una de las características que predominan en la sociedad occidental es el individualismo. Es
por esto, que el hombre occidental tiende a pensar en sí mismo, no como parte de un conglomerado,
sino como meramente un individuo. Esto mismo, es lo que ha causado que el hombre
contemporáneo haya desarrollado una especie de alergia crónica contra todo tipo de compromiso.
Obviamente, no consigo mismo, sino con cualquier grupo de personas. Y si lo hace, lo hará siempre
y cuando, esto produzca beneficios personales que satisfagan su egoísmo.
Es como un mecanismo de defensa que rechaza todo aquello que pueda llegar a interferir en
sus deseos y planes personales; y tristemente, esta misma mentalidad se ha perpetrado en el
cristianismo, llevando a los profesantes cristianos a huirle al compromiso con la iglesia local.
Es por este tipo de pensamiento, que esta pregunta es de gran importancia en una iglesia
local cristiana. Por otro lado, hay que reconocer que hay cristianos o profesantes cristianos, que no
están esperando la respuesta a esta pregunta en particular, de ¿hablan las Escrituras de la
membresía eclesial? ellos, más bien, están esperando la respuesta a su propia pregunta personal, la
cual es ¿Dónde dice exactamente que yo como cristiano debo hacerme miembro de una iglesia
local?
Y ante tal pregunta, la respuesta es no. En ningún lugar de las Escrituras dice de manera
literal que usted como cristiano debe o tiene que hacerse miembro de una iglesia local. Sin
embargo, también se aclara, que aunque explícitamente, las Escrituras no hablen del deber de la
membresía local, implícitamente, si lo hace.
Ahora, estoy seguro que ningún cristiano tiene problemas con la realidad de tener que
pertenecer a la membresía de la iglesia universal, lo cual es algo que demuestra un verdadero
cristianismo. O dicho en otras palabras, todo aquel que profese cristianismo, sin duda alguna afirma
ser parte de la iglesia de Jesucristo. Pero, si alguna persona, llega afirmar que no necesita pertenecer
a ninguna iglesia cristiana ni local ni universal, para obtener salvación, tal persona lo que está
diciendo es que no necesita pertenecer al cuerpo de Cristo para ser salvo; y tal afirmación a su vez,
seria negar al Señor Jesucristo como único medio por el cual los seres humanos pueden ser salvos.
Así que quien tal cosa, no está reflejando un verdadero cristianismo ( Juan 14: 6; Hechos 4: 11-12; 1ª
a Timoteo 2: 5).
Mencionamos entonces, que aunque las Escrituras no hablan explícita y directamente que
un cristiano debe ser miembro de una iglesia local; Ellas, si enseñan de manera tanto implícita como
indirecta, de la existencia de la membresía eclesial de los creyentes. Y esto lo confirmaremos
considerando los siguientes cinco asuntos:
1) En La Supervisión Pastoral. Hechos 20: 28.
El término “obispos” que proviene del vocablo griego “episkopos”, significa o se traduce
como “Supervisor”. En el caso de la iglesia, estos supervisores, tiene la labor de apacentar o
pastorear a quienes supervisan.
Ahora, teniendo en cuenta la implicación del término “Obispo”, permítame decirle que es y
será muy complicado, tomar el rol de supervisor sobre alguien que no se considera miembro de la
iglesia local donde tal pastor supervisa. Algunos cristianos piensan que el rol del Pastor de la iglesia
solo se limita a preparar predicas, y preguntarle a los hermanos “¿Cómo estás? – ¿En qué te puedo
ayudar? - ¿Qué petición tienes para orar?”. Ahora, esto algo que ningún cristiano detesta. Pero,
preguntémonos si una persona que no está de acuerdo o no quiere pertenecer a la membresía
eclesial, quiere ser supervisada por el obispo y pastor que dirige la iglesia local.
Las personas aceptan un “¿Cómo estas hermano o hermana?”, pero les incomoda o molesta
un “¿hermano, porque no viniste al culto? ¿Por qué no viniste a la clase de discipulado? ”. Las
personas incluso también aceptan un “estamos para servirte o estaremos apoyándote en oración”,
pero les molesta e incómoda mucho, que se les recuerde su deber de congregarse y recibir
discipulado. Sin embargo, hay que entender que el que es Pastor, es también Anciano y Obispo.
Esto es, que es deber y obligación del Pastor de la Iglesia local, pastorear como pastor, instruir
como anciano y supervisar como Obispo.
Y en caso tal que alguien pregunte: “¿Y no se puede obviar lo de supervisar?” - Yo le
respondo: “Tenga en cuenta que según Hechos 20: 28, no es el pastor, el que opta por ser un
supervisor, sino que es el Espíritu Santo, Él que coloca a los Ancianos y Pastores, también como
supervisores de la Iglesia del Señor”. Así que, en la supervisión pastoral, vemos reflejada de manera
implícita e indirecta la realidad de la membresía eclesial.
2) En El Servicio Oficial En La Iglesia: Filipenses 1: 1
Si no podemos hablar de una membresía eclesial local, debido a que en las Escrituras no se
habla directamente de ello, entonces surgen las siguientes preguntas con respecto al diaconado
dentro de la iglesia local:
¿Bajo qué lineamientos o procesos eclesiásticos, podemos entonces hablar de un diaconado
eclesial local? O ¿Con que seguridad podemos elegir a un cristiano que se considera miembro de la
iglesia universal de Cristo para que ejerza el servicio o diaconado eclesial?
Sería contraproducente, poner a ejercer diaconado en una iglesia local, a un cristiano que no
considera la necesidad de compromiso con la iglesia local. Y la cuestión a observar es que si un
cristiano no se considera miembro de la iglesia local, entonces ¿Cómo saber que en cualquier
momento tal cristiano no va a dejar abandonado el servicio de la iglesia?
Ahora, si alguien argumenta, que lo puede hacer firmando un acta de compromiso.
Entonces tal acto indica, que si debe haber una distinción entre personas dentro de la Iglesia Local.
Es decir, entre cristianos que solo quieren ir a la Iglesia Local cuando puedan, y cristianos que
quieren comprometerse con la Iglesia Local a crecer espiritualmente para la gloria de Dios y
edificación y servicio de la iglesia del Señor.
En Romanos 16: 1-2 dice: 1Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa
de la iglesia en Cencrea; 2que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, y que la ayudéis en
cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, y a mí mismo .
Se observa que el apóstol Pablo afirma que la hermana Febe ha sido tan servicial para la
iglesia de Cristo que él la recomienda a la iglesia de Roma, resaltándoles que ella es servidora en la
iglesia de Cencrea. Ahora, este testimonio que se ganó la hermana Febe no surge del no
compromiso con la iglesia de Cristo, no surge de la inconstancia en los cultos, ni del no querer
someterse a las autoridades eclesiásticas. De seguro si la hermana Febe no tuviera tales virtudes, él
apóstol Pablo no la recomendaría de la manera en como lo hace.
En la cita de Hechos 6: 1-7, se lee de la problemática que hubo al principio de la iglesia, lo
cual los llevo a elegir de entre la multitud de discípulos a hombres de buen testimonio, llenos del
Espíritu y sabiduría para servir a las mesas. Y dice el texto, que a la multitud le agrado la
propuesta, y por ello, eligieron a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás. Ahora,
¿Cómo sabían que ellos eran hombres llenos del Espíritu Santo, de fe y sabiduría? No es
precisamente porque fueran hombres que mantuvieran de iglesia en iglesia, o porque aparecían de
vez en cuando.
Estos hombres estaban tan comprometidos con la iglesia en la cual estaban, que los otros
hermanos pudieron identificarlos fácilmente como cristianos de buen testimonio, llenos de fe, llenos
de sabiduría y por sobretodo como llenos del Espíritu Santo.
El privilegio de servir a los discípulos de Cristo que conforman la iglesia local, es algo que
solo pueden disfrutar aquellos que están verdaderamente comprometidos con El Señor Jesucristo.
Amar a Dios y no apreciar en amor divino a la iglesia de Jesucristo es contradictorio. ¡Ama al Señor
Jesucristo, sirve a su iglesia!
3) En La Disciplina Eclesial: Mateo 18: 15-17
Esta es la segunda y tercera vez que El Señor utiliza el término “ekklesia”, el cual se utiliza
para significar la totalidad de creyentes pertenecientes a Cristo como en Mateo 16: 18 y Efesios 1: 22;
o a una asamblea como en este caso de Mateo 18: 15-17 y en todas las salutaciones de las cartas
Paulinas. Entendemos entonces, que la palabra “iglesia” en Mateo 18: 17, nuestro Señor no se está
refiriendo a la iglesia universal, sino a la iglesia local. Y esta afirmación se hace, teniendo en cuenta
que el Señor aunque ya había instituido la iglesia del Nuevo Pacto en Mateo 16: 18, todavía no la
había formado como tal (Esto inicia a partir del pentecostés). Sin embargo, y de ante mano nuestro
Señor nos deja ver que habrá un grupo que prontamente se reunirá como iglesia de Él, y que en
determinado caso, debía ser llevado a cabo algo que llamamos la disciplina eclesiástica.
Ahora, pensemos en lo siguiente ¿Cómo podría llevarse la disciplina eclesiástica con
gente que aunque se proclame cristiana, no crea en la necesidad y obligación de adherirse a
una membresía interna?
Es obvio, que alguien sin compromiso eclesial, no querrá someterse a ningún tipo de
llamado al orden. Sino que al primer llamado de atención se van para otro lugar. Pero aunque eso
suceda, la disciplina eclesial es algo que no se puede obviar y mucho menos ignorar, porque ella es
para el bienestar doctrinal y espiritual de la iglesia, además de que ayuda a la santificación
progresiva de cada creyente para que cada día puedan ser más a la imagen de nuestro Señor
Jesucristo.
4) En El Deber De La Vida Congregacional: Hechos 11: 25-26
Se observa que Pablo y Bernabé se congregaron con ellos, con el propósito obviamente de
enseñarles a todos los que se reunían, pero Lucas el escritor del Libro de Hechos que es bastante
peculiar en su forma de escribir, resalta quienes fueron los que recibieron el apodo de cristianos, y
estos fueron los discípulos. Y en el Libro de Hechos, junto con el Evangelio de Juan, un discípulo
era alguien que además de creer en Jesucristo, confesaba su Nombre, aprendía con tal disciplina,
que su propósito era imitar a su maestro (Juan 8: 31; 15: 8).
Es por esto, que a los que tildaron de cristianos, fue a los que eran además de profesantes de
la fe cristiana, realmente comprometidos con la enseñanza de la iglesia local.
En Hechos 14: 26-28, nuevamente Lucas hace distinción entre todos los que asisten a la
iglesia y los que son discípulos dentro de ella. Leamos.
La realidad es que, dentro de la vida congregacional, solo el que hace su compromiso como
miembro es quien tomara una posición de discípulo, es decir, cristianos comprometidos con las
autoridades eclesiásticas a dejarse instruir por las Escrituras para ser disciplinados en su vida
cristiana.
Es por ello que tenemos la conocidísima exhortación de Hebreos 10: 23-25. Leámosla
detenidamente. Como diría alguien: el texto se explica solito. En el texto se les habla a cristianos
que profesan su fe, exhortándoles a mantener firme en esa profesión. Estos cristianos tienen como
deber considerar a sus otros hermanos en la lucha espiritual que llevan en este mundo. Esto con el
propósito de la estimulación o motivación cristiana al amor y no meramente al fraternal es decir
filial, sino principalmente al amor ágape, que como bien sabemos el amor ágape, es el amor divino
puesto en la vida de cada cristiano hijo de Dios.
Aparte de eso, debe también estar la estimulación o motivación a las buenas obras, es decir,
a dar testimonio de nuestra vida en Cristo, para la gloria de Dios y bienestar de nuestro prójimo,
especialmente la familia de la fe. Y finalmente, vemos en el texto bíblico la exhortación a no dejar
de congregarnos como algunos tienen por mala costumbre, sino más bien a exhortarnos, es decir a
animarnos a mantener la unidad y constancia eclesial, sobretodo porque la venida de nuestro Señor
está cerca.
Vimos entonces, que la distinción de discípulos dentro los creyentes, como aquellos
cristianos disciplinados en el estudio de las Escrituras y en la vida congregacional constante, refleja
también de manera implícita e indirecta la realidad de la membresía eclesial.
5) En La Relación De Los Términos “Iglesia – Miembro” Efesios 4: 11-16
Es cierto que el termino “cuerpo de Cristo” hace referencia a la iglesia universal. Sin
embargo, sabemos que esta carta va dirigida directamente a la iglesia que está en Éfeso, y no a la
iglesia que está en el mundo entero. Recordemos que aunque cada epístola apostólica ha sido leída
por la iglesia universal de Cristo, estas tuvieron sus destinatarios directos. Esto es a las iglesias
locales conocidas y ubicadas en esos lugares.
Lo mismo sucede cuando Pablo utiliza la analogía de cuerpo en 1ª a Corintios 12. Ahí el
apóstol Pablo le escribe directamente a la iglesia que está en corinto no a la iglesia que está en el
mundo. Ahora, obviamente en la aplicación de ambos casos ( Efesios y Corintios), se hace una
extensión a cada iglesia local, que hace parte de la iglesia universal del Nuevo Pacto.
Esto nos lleva a declarar, que cada cristiano de la iglesia de Cristo, deberá preocuparse por
mirar como sirve de edificación y crecimiento para su hermano en la fe. Ahora, ¿Podremos
directamente animar o edificar espiritualmente a los hermanos que están en otros países? A menos
que usted directamente los conozca, posiblemente sí, pero me refiero a los que sabemos que existen,
pero no conocemos. El punto donde quiero llegar es que, así como entendemos que la única iglesia
universal de Cristo, está compuesta por muchas iglesias locales. Así mismo, debemos ver a la
iglesia como el único cuerpo de Cristo, que está compuesta por pequeños cuerpos locales de Cristo.
En otras palabras, cada iglesia local, debe tener un comportamiento de cuerpo de Cristo.
Leamos lo que dice el apóstol Pablo en 1ª a Corintios 12: 12-14 y 18-22 . Claramente vemos
que la iglesia de Cristo en la analogía de cuerpo, esta como dice el apóstol Pablo en Efesios 4: 16.
Es un estado natural del cuerpo, que los miembros que hacen parte de él se ayuden entre sí,
es decir, ayuden y sean ayudados. Pero si algún miembro del cuerpo no está ayudando a las demás
partes del cuerpo, lo más posible es que esta parte del cuerpo tenga serios problemas. El apóstol
Pablo afirma que los miembros de la iglesia de Cristo como cuerpo, “se ayudan mutuamente” y
ninguno le puede decir al otro “no te necesito o no los necesito”.
Las iglesias locales entonces, son pequeños cuerpos de Cristo, compuesta obviamente por
miembros que hacen parte de ella. Pero, ¿Podrá cristiano inconstante, que no está comprometido
con dicha la iglesia local, tener un comportamiento de miembro del cuerpo? O ¿Cómo podrá un
cristiano que no se considera y no quiere ser miembro de la iglesia local a la cual asiste, ayudar en
el crecimiento y la edificación en amor de la cual habla Efesios 4: 16?
Ninguna parte del cuerpo, sea cual sea, puede desprenderse y decir: “hasta luego ya no
quiero estar aquí”. A menos que sea la prótesis de algún grupo de personas con algún problema en
particular. Pero eso solo indicaría que tal parte es inerte, o sin vida. Con tristeza hay que aceptar que
hay cristianos que no están interesados en la vida espiritual de sus hermanos, y que no están
interesados en saber, cómo ser un instrumento de edificación para la vida de la iglesia local. Cada
creyente en la iglesia local, tiene o debe tener una actividad propia, que junto con la de otro se
convierte en una ayuda mutua, con el objetivo o propósito de crecer espiritualmente y edificarse en
amor.
Con esto hemos dado respuesta a la primera pregunta y espero que así sea. Nos
enfocaremos ahora a responder la siguiente pregunta:
II. ¿Por Qué Es Importante Ser Miembro De Una Iglesia Local?
Ya sabemos que las Escrituras de una manera no explicita sino implícita, si nos hablan de la
membresía eclesial. Lo vimos en la realidad bíblica de la supervisión pastoral ( Hechos 20: 28 y 1ª de
Pedro 5: 2), en la realidad bíblica del servicio oficial del diaconado ( Romanos 16: 2 y 1ª a Timoteo 3:
8-13), en la realidad bíblica de la disciplina eclesiástica ( Mateo 18: 15-17), también en el mandato
bíblico de la vida congregacional ( Hechos 11: 25-26 y Hebreos 10: 23-25 ) y finalmente en la figura
bíblica de la iglesia como cuerpo de Jesucristo ( 1ª a Corintios 12 y Efesios 4: 11-16).
La razón es que, si las Escrituras nos hablan de manera clara, aunque implícita acerca de la
membresía eclesiástica, entonces es obvio que un cristiano además de buscar ser un miembro oficial
de una iglesia local bíblica también entienda la importancia espiritual de ello.
Él pensó que aquella era simplemente una pregunta absurda. Él dijo: “¿Por qué debería unirme a
la iglesia? Si me uno a ellos, creo que sólo me retrasarían espiritualmente.” Cuando dijo esto me
pregunté qué entendería que significa ser cristiano. Contesté “¿Has pensado alguna vez que tal vez
Dios quiere que trabajes codo a codo con estas personas? Es verdad, puede que te retrasen, pero
puede que tú les ayudes a ir más deprisa. ¡Tal vez esto es parte del plan de Dios mientras vivamos
juntos como cristianos!”.
Debemos entender que hasta en lo más mínimo e insignificante, somos llamados a animar y
edificar a nuestros hermanos a ir en el camino de la justicia, el amor, la abnegación y la imagen de
Cristo. Sino estoy dispuesto a ello, entonces o soy llamado a ser miembro de una congregación de
creyentes redimidos por El Señor.
Observe Romanos 15: 1-3 “1Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de
los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos. 2Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo que es
bueno, para edificación. 3Porque ni aun Cristo se agradó a sí mismo;”
Por otro lado, debemos también recordar que el interés de Cristo por la unidad de Su iglesia
quedó claramente evidenciado en la oración intercesora que Juan expone en el capítulo 17 de su
evangelio. Esta oración de Juan 17, revela que la unidad de los creyentes es un asunto prioritario en
la mente y el corazón de Cristo. Observemos Juan 17: 11 Y Juan 17: 20-23
En la oración de nuestro Señor Jesucristo, leemos que Él pide que la unidad de su iglesia
pueda ser perfeccionada y manifestada en una medida cada vez mayor. Esta oración de nuestro
Señor nos ayuda aplicar que ser un miembro activo de una iglesia local no es un asunto opcional
para el creyente, sino algo que él debe procurar en diligencia para su propio bienestar y el de la
iglesia. Porque es precisamente a través de la membresía que se fortalece la unidad de la iglesia de
Jesucristo.
4) Para El Crecimiento En La Doctrina De Cristo: “y del conocimiento del Hijo de
Dios, a un varón perfecto…”
Esta es una de las más importantes. Porque lo anterior me lleva a este punto. Leamos
Romanos 8: 28-29. Este texto es muy usado para citarlo como promesa de que aunque estoy
pasando por una circunstancia difícil, esto se solucionara y al final recibiré lo que no me ha llegado
porque para los que aman a Dios todas las cosas ayudan para bien. Así que, si voy a tener ese
trabajo, esa casa, ese viaje, ese vehículo, etc. Pero el apóstol no se está refiriendo a ningún bien
material y efímero de esta vida, sino al mayor bien sobrenatural de todos, y esto es ser como nuestro
Señor Jesucristo. Y la seguridad de esa promesa descansa en el argumento del verso 29: “ porque a
los que antes conoció, también los predestino para que…”.
Este es un llamado a discernir cualquier falso evangelio o doctrina errónea. Dios quiere que
estemos juntos de esta forma para desenmascarar los falsos evangelios. Entendiendo que es a través
de nuestra unión como cristianos cuando mostramos al mundo lo que es realmente el cristianismo.
En nuestra iglesia y toda iglesia bíblica se desenmascaran los mensajes y las imágenes que
pretenden ser cristianos y bíblicos, pero que no lo son. ¿No podría ser que algunos que no son
miembros de una iglesia evangélica no lo son porque realmente no creen en el mismo evangelio?
Por ello, parte de la misión de la iglesia es reconocer y defender el verdadero evangelio y
prevenir perversiones de él. Debemos darnos cuenta de que parte de nuestra misión evangelizadora
puede que no sea sólo presentar el evangelio de Jesucristo de una forma positiva, sino también
desmantelar los testimonios equivocados, confusos y distorsionados que se han planteado en
iglesias cristianas, pero que realmente confunden el evangelio más que confirmarlo.
Que no nos ocurra lo que afirma Hebreos 5: 11-14. Y más bien tomemos la actitud que el
apóstol Pablo demanda a los creyentes de Filipos en Filipenses 1: 28-29 “”.
7) Para La Defensa De La Fe Bíblica: “15sino que siguiendo la verdad…”
Aquí quiero hacer alusión al fortalecimiento de La Evangelización. Porque esta es una causa
importantísima para ser miembros de una iglesia, pues una iglesia local unida difunde mejor el
evangelio en el lugar donde se encuentre. Podemos hacerlo mediante la palabra, cuando
compartimos la buena nueva con los demás, y cuando ayudamos a los demás a que lo hagan. Una
iglesia local debe ser por naturaleza, un organismo evangelizador y misionero.
Demostramos que seguimos la verdad cuando atendemos y ayudamos a las necesidades de
los vulnerables de nuestra congregación, sobre todo si lo hacemos en el amor de Dios. Tengo la
plena seguridad de que si el Espíritu de Dios actúa genuinamente en nosotros Él usará nuestras
vidas y palabras para ayudar a demostrar a los demás la verdad de Su evangelio. Este es el
privilegio que Dios le ha concedido a la Iglesia en este mundo.
8) Para La Práctica Devota De La Fe Bíblica: “en amor,…”
El amor divino en nuestra vida es lo que hace que el cristianismo que profese un miembro de
la iglesia local, deje de ser mera fachada a ser algo genuino y lleno de devoción.
Siempre cuidémonos de caer en el estado que cayó la iglesia de Éfeso que se menciona en
Apocalipsis 2: 2-5a “…”
Apreciemos el amor divino sobre nuestras vidas, como lo aprecia Pablo en Colosenses 3: 14
“…”
9) Para Ser Cada Día Como Jesucristo : “crezcamos en todo en aquel que es la cabeza,
esto es, Cristo…”
Esto es algo constante. Aun durmiendo el cuerpo se esta ayudando cuando involuntariamente
él se mueve (se estira, se encoge o se voltea para un lado y el otro ). El creyente debe percatarse que
seguro está siendo de edificación a sus hermanos. Si no lo está haciendo es porque esta dislocado o
fracturado
¿Qué tal tu labor de ayuda mutua dentro del cuerpo de Cristo?
APLICACIÓN FINAL PARA LOS CREYENTES
Por La Gloria de Dios
Un cristiano debería unirse a una iglesia por la gloria de Dios. El apóstol Pedro escribió a
los primeros cristianos, “manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo
que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar
vuestras buenas obras.” (1ª De Pedro 2: 12). Increíble, ¿Verdad? Sin embargo, lo que afirma el
apóstol simplemente es una extensión de las enseñanzas que recibió del Señor Jesús. Observe
Mateo 5: 16 “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”.
Nuestra vida de compromiso eclesiástico nos ayuda a dejar el Santo Nombre de Dios en alto
y a proporcionar al Señor alabanzas y gloria.