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En este proceso, el Juez de la causa estableció que la conducta conflictiva entre ambos cónyuges
ansiaba la voluntad de poner fin al deber de hacer vida en común, argumento con el que se sustrajo de su
deber de establecer la existencia del cónyuge perjudicado. No obstante, la Sala Superior estableció que
en autos se encontraba acreditada la situación de grave desavenencia que existía entre los cónyuges y
que la demandada ha desplegado diversas acciones contra su cónyuge demandante, no obstante, lo cual
no se ha probado que hubiera tenido por objeto causarle daño y perjudicar la imagen de éste de forma
deliberada.
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Revisadas las sentencias de mérito, se advierte que el Juez de la causa estableció que no era posible
determinar la existencia de perjuicio alguno en razón a que existió una intención cierta y deliberada de
ambos cónyuges de poner fin a su vida en común; mientras que para la Sala Superior el solo hecho del
abandono sufrido por el actor de parte de su esposa lo convertía en el cónyuge más perjudicado,
habiéndose Ilustrado de manera directa e injustificada el proyecto de vida que éste se habla trazado.
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En este proceso en particular, el Juez de primera instancia refirió que al no haberse acreditado cuál de
los cónyuges resulta responsable de la separación, no se puede verificar la existencia del cónyuge
perjudicado. Sin embargo, en segunda instancia, el Colegiado Superior estableció que al no haber la
demandada incorporado al proceso la pretensión de cobro de indemnización, la misma no puede ser
estimada en la sentencia.
del principio de congruencia procesal, entre otros aspectos relacionados
con el tema de divorcio en general.
El presente trabajo como ha podido verse aborda únicamente los dos primeros
problemas: Primero la determinación del cónyuge perjudicado (entendiéndose
incluido el desequilibrio económico) y segundo las pautas para su probanza,
problemas que una vez resueltos derivarían en la decisión de los jueces de
otorgar la respectiva indemnización, siendo que “El propósito de la
indemnización no es resarcir o reparar daños, ni igualar renta o patrimonios,
sino equilibrar el agravio comparativo de las situaciones que se comparan sin
que dejen de ser desiguales» [ CITATION Apa99 \l 3082 ]. Considerando además
que conforme se estableció en el precedente vinculante es posible que el juez
señale una indemnización por daños a pedido de parte o de oficio. En nuestra
opinión la Sala Civil Permanente y Transitoria de la Corte Suprema de Justicia
al emitir Sentencia dictada en el III Pleno tuvo toda la intención de resolver
estos asuntos y acabar con estos problemas. Para resolver el asunto de la
determinación del cónyuge perjudicado se estableció que el Juez deberá
apreciar, en el caso concreto: las pruebas, presunciones e indicios, además si
se ha establecido alguna de las siguientes circunstancias: a) el grado de
afectación emocional o psicológica; b) la tenencia y custodia de hecho de sus
hijos menores de edad y la dedicación al hogar ; c) si dicho cónyuge tuvo que
demandar alimentos para él y sus hijos menores de edad, ante el
incumplimiento del cónyuge obligado; d) si ha quedado en una manifiesta
situación económica desventajosa y perjudicial con relación al otro cónyuge y a
la situación que tenía durante el matrimonio, entre otras circunstancias
relevantes.
Primero porque para los casos en los que se trata de un divorcio por causal de
separación de hecho como sucedió en este caso resulta bastante difícil probar
la primera circunstancia referida: a) al grado de afectación emocional o
psicológica de uno de los cónyuges, sobre todo porque conforme al artículo
333 inciso 12 del Código Civil una demanda de divorcio por esta causal se
plantea luego de 2 años de la existencia de un periodo ininterrumpido de
separación y luego de 4 años si los cónyuges tuviesen hijos menores de edad.
Es decir, podría presentarse el caso que dicha circunstancia se haya producido
únicamente al momento de efectivizarse la separación y que de ahí esta se
haya mantenido durante cierto tiempo para posteriormente haber desaparecido,
lo que quiere decir que una vez efectuada la demanda esa afectación
emocional o psicológica puede simplemente no existir lo que no querrá decir
que en su momento no se haya producido.
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Fundamento destacado: Décimo. - […] iv) No debe perderse de vista el estatus social que detentaba
la reconviniente como producto del matrimonio con el reconvenido -General de Brigada en situación de
retiro-, aun cuando se encuentre separada de aquél desde el año mil novecientos noventa y dos, siendo
que esas prerrogativas también se perderán a consecuencia de la declaración de divorcio, creándose así
un sentimiento de pérdida, angustia y depresión que debe ser compensado.
no se hace mención a cuáles pueden ser estos ni siquiera se establece algún
ejemplo.
Cuarta y última razón, que a pesar de que ya se dejó establecido que para
nuestro sistema normativo la indemnización regulada en el artículo 345- A del
Código Civil tiene el carácter de una obligación legal.
Obligación que según afirma el autor Alvaro Valverde (2008) “Tiene como
objetivo imponer el pago de una prestación pecuniaria de un cónyuge a favor
del otro para corregir un desequilibrio o disparidad económica producida por el
divorcio o nulidad del matrimonio evitando así el empeoramiento del cónyuge
más débil” (pág. 147 y ss).Muchas casaciones han seguido resolviendo
relacionando la indemnización al cónyuge perjudicado con la responsabilidad
civil. Algunos magistrados prefieren analizar el daño a la persona, daño moral o
daño al proyecto de vida familiar y una posible afectación psicológica o
quebranto emocional producido luego de la ruptura del matrimonio.
Que, por las 4 razones expuestas el considerar como base las 4 circunstancias
para determinar al cónyuge perjudicado no sirve de ayuda totalmente por lo
que es necesario incluir además de éstas otras que también son importantes
para que así los jueces puedan tomarlas en cuenta al momento de resolver
este tipo de casos y debiendo ser inadmisible que no se consideren o que
pasen desapercibidas, siendo estas las referidas a la edad y estado de salud,
la dedicación pasada y futura a la familia, las necesidades de uno y otro
cónyuge, entre otras tal como han sido señaladas en el artículo 97 del Código
Civil Español que incluye un total de 9 circunstancias que habrían que revisarse
para ordenar el pago de la indemnización tras la separación o divorcio, o como
lo han establecido también el Código civil Francés en su artículo 271 y el
Código Civil Chileno en su artículo 62, siendo que el español por tener más
influencia en nuestro medio es el único que pasaremos a citar en su totalidad.
CONCLUSIONES
-Por los problemas que siguen teniendo los jueces en la toma de sus
decisiones referente a otorgar o no indemnizacion en base a las circunstancias
fijadas por la Corte Suprema, se hace necesario tomar en cuenta no solo esas
sino tambien considerar nuevos criterios, si es correcto denominarlos asi, pues
conforme se vio ordenamientos cono el español, Francés y el Chileno ya han
adoptado estos hace casi 10 años atrás. Debe pensarse, en consecuencia
hacer una modificacion o pensar en incluir esto en el articulado de nuestro
Codigo Civil.