Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Macronutrientes
En nutrición, los macronutrientes son aquellos que suministran la mayor parte de
la energía metabólica al organismo. Los principales son hidratos de carbono,
proteínas y grasas. Otros incluyen alcoholes y ácidos orgánicos. Se diferencian de
los micronutrientes (vitaminas y minerales) en que estos son necesarios en
pequeñas cantidades para mantener la salud pero no para producir energía.
Glúcidos o carbohidratos
Los glúcidos o carbohidratos (también llamados hidratos de carbono) son la fuente
de energía de los seres vivos. Se obtienen principalmente por medio del consumo
de cereales, azúcares, patatas, legumbres, verduras, frutas y frutos secos. De
todos los carbohidratos existentes en la naturaleza, la glucosa es el más
importante a nivel bioquímico. En el caso de los organismos aeróbicos, es
imprescindible para la respiración y el correcto funcionamiento del ciclo de Krebs
(también conocido como respiración celular).
Prótidos o proteínas
Véase proteína y aminoácido. Las proteínas que funcionan como nutrientes son
aquellas formadas por uno o más de los veinte aminoácidos conocidos. Para
satisfacer las necesidades básicas, cada especie requiere tener los veinte
aminoácidos en proporciones determinadas. Las plantas pueden generar sus
propios aminoácidos a partir de nitrógeno y dióxido de carbono mediante
la Fotosíntesis. Otras especies pueden sintetizar sólo algunos, y para obtener los
demás tienen que consumir plantas u otros animales que consuman plantas. El
humano, por ejemplo, requiere tener en su dieta siempre estos ocho aminoácidos,
que es incapaz de producir: fenilalanina, isoleucina, leucina, lisina, metionina,
treonina, triptófano y valina. Ciertos individuos de una especie pueden carecer de
un adecuado metabolismo que impida la asimilación de alguno de los veinte
aminoácidos, en el caso de los humanos hay quienes no asimilan la fenilalanina.
Las proteínas están en alta proporción en los alimentos de origen animal, como
la carne (de mamíferos, aves y peces), en los huevo, en los lácteos, y en menor
proporción en algunos vegetales, como la soja. La cantidad de proteínas a
consumir depende del metabolismo de cada organismo y de las funciones que
deba realizar. Un humano adulto, debe consumir 0,8 g de proteína por cada
kilogramo de peso corporal al día; en cambio, los niños requieren de 1,6 g por
cada kg de peso corporal y los lactantes 2,4 g.
Lípidos y ácidos grasos
El término lípido alude a cualquier sustancia sólida o líquida que esté constituida
por C, H y O, ya sean simples o conjugados con fosfatos, glucosa o proteínas. En
cambio, el término grasa suele referirse a los compuestos en estado sólido a
temperatura ambiente, mientras que el término aceite alude a los lípidos en
estado líquido.
Los lípidos se clasifican de dos formas: Saponificables y no saponificables.
Saponificables
Su reacción con una base o alcalino produce como resultado la sal de este ácido.
Esta reacción es conocida como saponificación. Los ejemplos de lipidos
saponificables son:
Simples
Ácidos grasos
Grasas neutras y ceras
Compuestos
Fosfolípidos
Glucolípidos
Lipoproteínas
No Saponificables
No producen reacción de saponificación. Los ejemplos de este grupo son:
Micronutrientes
Los micronutrientes clásicamente considerados como compuestos esenciales para
la vida humana, comprenden 13 vitaminas y unos 16 minerales. Tanto vitaminas
como minerales no son sintetizados por el organismo humano (o en algunos casos
sí pero en cantidades insuficientes), por lo tanto depende de la alimentación para
obtenerlos, siendo en general una buena fuente para la mayor parte de ellos
las frutas y hortalizas.
Los micronutrientes son esenciales para el correcto crecimiento y desarrollo de los
seres vivos. En los humanos, estos juegan un rol fundamental en la utilización
metabólica de los macronutrientes, el mantenimiento de las adecuadas defensas
frente a enfermedades infecciosas, así como de muchas otras funciones
metabólicas y fisiológicas.
Sales minerales
Las sales minerales son todos aquellos compuestos denominados como sales
neutras, en las que todos los hidrógenos sustituibles son reemplazados por iones
metálicos. La sal más importante que se puede obtener en cualquier dieta es
el cloruro de sodio (NaCl), o sal de mesa, se ha asociado mucho con el sabor de
las comidas, por lo que muchas personas la consumen en todos sus platos, tan
así, que la comida les llega a saber insípida sin sal.
Algunos problemas como la hipertensión arterial o la obesidad están relacionados
con la ingesta excesiva de sal, ya que en ocasiones se llega a consumir hasta 15
g de sal al día, cuando la dosis recomendada es de 6 g. Como alternativa al
consumo de sal excesivo, han aparecido en el mercado compuestos como el
cloruro de potasio (KCl) o el cloruro amónico.