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Con la oposición entre el árbol bueno y el árbol malo, entre los hijos del
mundo y los hijos de la luz, entre el hombre carnal y el hombre espiritual,
entre el fariseo y el publicano, la Iglesia ha querido inculcarnos el verdadero
sentido de la vida cristiana. Hoy quiere que nos detengamos a considerar en
sí misma esa vida que recibimos en el Bautismo. Quiere invitarnos a renovar
nuestras promesas bautismales. El Evangelio nos coloca en los últimos
tiempos de la predicación de Jesús en Galilea. En él se nos cuenta el milagro
del sordomudo. Debemos al suave y prodigioso contacto de las manos del
Salvador el haber sido curados. Así lo experimentamos el día de nuestro
Bautismo, cuando "nos condujo a habitar en una misma casa" (Introito). Por
eso cantamos, rebosantes de gratitud: "Alabad a Dios, que es nuestro
ayudador; celebrad al Dios de Jacob" (Aleluya). Si desde el día en que Cristo
nos dijo también a nosotros: "Effeta", se ha enfriado nuestra fe, volvamos a
vivirla con el recuerdo de las apariciones del Resucitado (Epístola); y si nos
atemoriza el recuerdo de nuestras flaquezas, pensemos que la abundancia de
la piedad divina excede nuestros méritos y nuestras súplicas, y multiplicará la
misericordia para perdonar lo que teme la conciencia y para añadir lo que la
oración no se atreve a pedir.
...
El milagro obrado por Jesús en favor del sordomudo que hace mención el
Evangelio, expresa admirablemente el estado en que se hallaban los hombres
antes de la predicación evangélica. Las criaturas daban voces para proclamar
la existencia de Dios, y el hombre, sordo a tales insinuaciones, no sabía
levantar su mente para reconocerle y confesarle. Fue necesario que Jesucristo,
con sus milagros y con su doctrina, iluminase las inteligencias humanas.
Aquel memorable Ehpheta, “Abrete”, que pronunció Jesús, era en la Iglesia
primitiva, y sigue siendo ahora, la vieja imagen que las gracias, así de la
primera como de las demás que abren nuestro entendimiento, voluntad y
sentidos para lo sobrenatural.
El resumen que nos presenta el Epístola de los principales misterios de
nuestra religión, nos da una idea exacta de las excelencias que el Redentor, de
su divinidad y de la bondad infinita que ha tenido para con los hombres. El
Introito de la Misa expresa perfectamente los sentimientos de un corazón
animado de una fe viva en este divino Salvador y lleno de una santa confianza
en su voluntad y omnipotencia.
El rito del “Asperges” consiste en rociar agua bendita sobre el altar, los ministros y el
pueblo fiel mientras se entona dicha antífona. Tomado de la noche de Pascua, este rito nos
recuerda nuestro bautismo y la condición de estar en gracia de Dios y limpios de pecado
para asistir con verdadero fruto a la Santa Misa. Este rito se hace los domingos en la Misa
Mayor en recuerdo de que en la Pascua del Señor hemos sido purificados de todo pecado.
Al llegar al altar, el sacerdote entona la Antífona.
DE PIE
Me rocia-
rás, Señor
con el hiso-
po y seré
purificado.
Me lavarás
y seré más
blanco que
la nieve.
Sal.50. Ten
piedad de
mí, Señor,
según tu
gran mise-
ricordia.
Gloria al
Padre y el
Hijo y al
Espíritu
Santo.
Como era
en el
principio,
ahora y
siempre, y
por los si-
glos de los
siglos.
Amén
En el domingo de Pasión se omite el Gloria Patri.
Repetida la antífona Asperges, el sacerdote canta:
Ez 36,25-26
Al toque de la campana, comienza la Santa Misa con la procesión de entrada. El sacerdote
revestido con los ornamentos sagrados se dirige hacia al altar donde se renovará el santo
sacrificio de la Misa. Al llegar a las gradas del altar, el sacerdote junto con los ministros
rezan las oraciones preparatorias. Al mismo tiempo el coro interpreta el introito.
DE PIE
INTROITO Salmo 67, 6-7. 36,2
El introito es la antífona de entrada, tomada normalmente de la Sagrada Escritura, que
recoge los sentimientos que la Iglesia tiene en este día al celebrar la Sagrada Liturgia.
Deus in loco sancto suo: Deus qui Dios mora en su santa casa; a los
inhabitáre facit unánimes in domo: desvalidos da un hogar y a su
ipse dabit virtútem, et fortitúdinem pueblo, fuerza y poder. V/.
plebi suæ. V/. Exsúrgat Deus et Levántese Dios y desaparezcan sus
dissipéntur inimíci ejus: et fúgiant, enemigos; y huyan de su presencia
qui odérunt eum, a fácie ejus. V/. los que le odian. V/. Gloria al Padre,
Glória Patri et Filio et Spiritui Sancto. y al Hijo y al Espíritu Santo. Como
Sicut erat in principio et nunc et era en el principio, ahora y siempre,
semper, et in saecula saeculorum. por los siglos de los siglos. Amén.
Amén
KYRIE
Cuando el sacerdote sube al altar, el coro comienza el canto del Kyrie alternando con el
pueblo. Después de venerar el altar con un beso, lo inciensa. El canto del Kyrie, en lengua
griega, expresa la súplica de perdón por los pecados. Se recita tres veces en honor a la
Santísima Trinidad. El humo del incienso simboliza la oración de los santos, y la nuestra, que
sobre todo durante la Misa debe dirigirse hacia Dios igual que el incienso que se eleva al
cielo.
Señor,
ten piedad.
Cristo,
ten piedad.
Señor,
ten piedad.
GLORIA
El canto del Gloria tomado en su primeros versos de las palabras que los ángeles cantan en
la noche de Navidad, han de ser para nosotros un recuerdo de que nuestra redención ha
comenzado con la encarnación y nacimiento de Jesús.
Este himno es un canto de alabanza, de acción de gracias y de petición de perdón a la
Santísima Trinidad.
Terminada la incensación, rezado en voz baja el Introito y el Kyrie, el sacerdote se dirige al
centro del altar y entona el Gloria que es seguido por el coro y los fieles.
Gloria a Dios
en el cielo,
y en la tierra
paz a los hom-
bres que ama
el Señor. Por
tu inmensa
gloria te alaba-
mos, te bende-
cimos, te ado-
ramos, te
glorificamos,
te damos gra-
cias, Señor
Dios, Rey ce-
lestial, Dios
Padre todo-
poderoso
Señor, Hijo
único, Jesu-
cristo.
Señor Dios,
Cordero de
Dios, Hijo del
Padre; tú que
quitas el
pecado del
mundo, ten
piedad de
nosotros; tú
que quitas el
pecado del
mundo, atien-
de nuestra
súplica; tú que
estás sentado
a la derecha
del Padre, ten
piedad de
nosotros;
porque sólo tú
eres Santo,
sólo tú Señor,
sólo tú
Altísimo,
Jesucristo,
con el Espíritu
Santo en la
gloria de Dios
Padre. Amén.
ORACION COLECTA
Terminado el Kyrie, el sacerdote invita a los fieles a unirse a la oración de la Iglesia con el
saludo Dominus vobiscum. El contenido de la oración expresa las intenciones de este día así
como la disposición interior que hemos de tener.
V/.Dominus vobiscum. V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Et cum spíritu tuo. R/. Y con tu espíritu.
Oremus: Oremos:
EPISTOLA
Cada vez que se celebra la Santa Misa, la Iglesia como Madre y Maestra nos ofrece para
nuestra instrucción la Palabra de Dios.
1 Corintios 15, 1-10
En el pensamiento de san Pablo todo se apoya en la resurrección de Cristo.
Si no ha resucitado, su obra cae por tierra: si ha resucitado, con él
resucitaremos todos nosotros.
Lectio Epistolæ beati Pauli Apostoli Lectura de la carta del apóstol san
ad Corinthios. Pablo a los Corintios.
Fratres: Notum vobis fácio Hermanos: Os recuerdo el Evangelio
Evangélium quod prædicávi vobis, que os he predicado, que vosotros
quod et accepístis, in quo et statis, habéis recibido, en el cual estáis
per quod et salvámini: qua ratióne firmes, y por el que os salváis, si lo
prædicáverim vobis, si tenétis, nisi si conserváis cual os lo he anunciado,
frustra credidístis. Trádidi enim porque, de otra suerte, en vano
vobis in primis, quod et accépi: habríais creído. En primer lugar, os
quóniam Christus mórtuus est pro he enseñado lo mismo que yo
peccátis nostris secúndum aprendí, a saber, que Cristo murió
Scriptúras: et quia sepúltus est, et por nuestros pecados conforme a las
quia resurréxit tértia die secúndum Escrituras, y que fue sepultado y
Scriptúras: et quia visus est Cephæ, resucitó al tercer día según las
et post hoc úndecim. Deínde visus Escrituras; y que se apareció a Cefas,
est plus quam quingéntis frátribus y después a los once. Luego se dejó
simul, ex quibus multi manent usque ver de más de quinientos hermanos a
adhuc, quidam autem dormiérunt. la vez; muchos de los cuales viven
Deínde visus est Jacóbo, deínde aún, aunque otros ya murieron.
apóstolis ómnibus: novíssime autem Después se dejó ver de Santiago,
ómnium tamquam abortívo, visus est luego de los apóstoles todos;
et mihi. Ego enim sum mínimus finalmente, se me apareció también a
Apostolórum, qui non sum dignus mí, que soy como un abortivo. Pues
vocári Apóstolus, quóniam yo soy el menor de los apóstoles, que
persecútus sum Ecclésiam Dei. Grátia ni merezco ser llamado apóstol,
autem Dei sum id quod sum, et porque he perseguido a la Iglesia de
grátia ejus in me vácua non fuit. Dios. Mas por la gracia de Dios soy lo
que soy; y su gracia no ha sido estéril
en mí.
Al final de la lectura, los fieles responden:
R/. Deo gratias R/. Demos gracias a Dios.
GRADUAL Y ALELUYA
Terminada la Epístola, el coro interpreta el Gradual tomado del libro de los Salmos como
respuesta a la Palabra de Dios; y a continuación –excepto en Septuagésima y Cuaresma- el
Aleluya. Ambos son tomados normalmente del libro de los salmos. Su función es ayudarnos
a interiorizar la Palabra de Dios. Aleluya es una palabra hebrea que significa “alabad a
Dios”; y expresa de alegría y júbilo.
GRADUAL Salmo 27, 7.1
In Deo sperávit cor meum, et adjútus En Dios esperó mi corazón, y fui
sum: et reflóruit caro mea, et ex socorrido, y refloreció mi carne, y
voluntáte mea confitébor illi. V/. Ad con todo mi corazón le alabaré. V/. A
te, Dómine, clamávi, Deus meus, ne ti, Señor, clamo; Dios mío, no te
síleas, ne discédas a me. hagas sordo a mis ruegos ni te alejes
de mí.
ALELUYA Salmo 80, 2-3
Allelúja, allelúja. V/. Exultáte Deo Aleluya, aleluya. V/. Alabad a Dios,
adjutóri nostro, jubiláte Deo Jacob: que es nuestra ayuda, celebrad al
súmite psalmum jucúndum cum Dios de Jacob; cantad con el arpa y la
cíthara. Allelúja. citara. Aleluya.
DE PIE
EVANGELIO
De toda la Sagrada Escritura, la Iglesia venera de modo especial los Santos Evangelios que
nos transmiten las enseñanzas y obras de Nuestro Señor Jesucristo. La proclamación del
Evangelio va precedida de una procesión con el turiferario y los ceroferarios. El sacerdote
inclinado en el centro del altar pide al Señor que lo haga digno ministro de su evangelio.
Con el Dominus vobiscum invita a los fieles a escuchar con atención las divinas enseñanzas.
Después de invitar a los fieles a escuchar el santo evangelio, lo inciensa.
Marcos 7, 31-37
V. Dominus vobiscum. V. El Señor esté con vosotros.
R. Et cum spiritu tuo. R. Y con tu espíritu.
V. Sequéntia sancti Evangélii V. Lectura del santo Evangelio según
secúndum Lucam. san Lucas.
R. Gloria tibi, Domine. R. Gloria a ti, Señor.
La curación del sordomudo es la historia de las misericordias divinas para
con cada uno de nosotros. Todas se resumen en el bautismo que ha abierto
nuestros espíritus y nuestros corazones a las cosas de Dios.
Sequéntia sancti Evangélii secúndum Lectura del santo Evangelio según
Marcum. san Marcos.
In illo témpore: Exiens Jesus de En aquel tiempo: Saliendo Jesús de
fínibus Tyri, venit per Sidónem ad tierras de Tiro, se fue por Sidón hacia
mare Galilǽæ, inter medios fines el mar de Galilea, atravesando por
Decapóleos. Et addúcunt ei surdum mitad de la Decápolis. Y le trajeron
et mutum, et deprecabántur eum, ut un sordomudo, suplicándole pusiese
inpónat illi manum. Et apprehéndens la mano sobre él para curarle. Y
eum de turba seórsum, misit dígitos apartándole del tropel de la gente,
suos in aurículas ejus: et éxpuens, metió los dedos en sus oídos y con la
tetígit linguam ejus: et suspíciens in saliva le tocó la lengua; y alzando los
cælum, ingémuit, et ait illi: ojos al cielo, suspiró y le dijo: ¡Éfeta!,
«Ephphetha,» quod est, «adaperíre.» que quiere decir abríos. Y al punto se
Et statim apértæ sunt aures ejus, et le abrieron los oídos y se le soltó el
solútum est vínculum linguæ ejus, et impedimento de su lengua, y hablaba
loquebátur recte. Et præcépit illis, ne correctamente. Y les mandó que a
cui dícerent. Quanto autem eis nadie lo dijesen. Pero cuanto más se
præcipiébat, tanto magis plus lo mandaba, tanto más lo divulgaban,
prædicábant: et eo ámplius y más crecía su pasmo; y decían:
admirabántur, dicéntes: «Bene ómnia Todo lo ha hecho bien: ha hecho oír a
fecit, et surdos facit audíre, et mutos los sordos, y hablar a los mudos.
loqui.»
Terminada la lectura, los fieles responden:
R. Laus tibi, Christi. R. Alabanza a ti, Cristo.
El sacerdote vuelve a ser incensado y besa reverentemente el misal.
SENTADOS
HOMILÍA
El sacerdote exhorta a los fieles.
CREDO
Como respuesta a la Palabra de Dios proclamada en la Epístola y en el Evangelio y explicada
en la predicación, todos los fieles cantan el Credo: resumen de la fe que profesamos y que
nos une a los cristianos de todos los siglos. El sacerdote entona las primeras palabras del
Credo que es seguido por el coro y los fieles.
Creo en un
solo Dios,
Padre Todo-
poderoso,
Creador del
cielo y de la
tierra, de
todo lo
visible y lo
invisible.
Creo en un
solo Señor,
Jesucristo,
Hijo único de
Dios, nacido
del Padre
antes de
todos los
siglos: Dios
de Dios, Luz
de Luz, Dios
verdadero de
Dios
verdadero,
engendrado,
no creado, de
la misma
naturaleza
del Padre,
por quien
todo fue
hecho;
que por
nosotros, los
hombres, y
por nuestra
salvación
bajó del
cielo,
(DE RODILLAS)
y por obra
del Espíritu
Santo se
encarnó de
María, la
Virgen, y se
hizo hombre;
y por nuestra
causa fue
crucificado
en tiempos
de Poncio
Pilato;
padeció y fue
sepultado, y
resucitó al
tercer día,
según las
Escrituras, y
subió al
cielo, y está
sentado a la
derecha del
Padre; y de
nuevo vendrá
con gloria
para juzgar
a, vivos y
muertos, y
su reino no
tendrá fin.
Creo en el
Espíritu
Santo, Señor
y dador de
vida, que
procede del
Padre y del
Hijo, que con
el Padre y el
Hijo recibe
una misma
adoración y
gloria, y que
habló por los
profetas.
Creo en la
Iglesia, que
es una,
santa,
católica y
apostólica.
Confieso que
hay un solo
Bautismo
para el
perdón de
los pecados.
Espero la
resurrección
de los
muertos
(SE SIGNAN)
y la vida del
mundo
futuro.
Amén.
OFERTORIO
V.Dominus vobiscum. V. El Señor esté con vosotros.
R. Et cum spiritu tuo. R. Y con tu espíritu.
V. Oremus V. Oremus
SENTADOS
El sacerdote prepara las ofrendas y ofrece el pan y el vino
que se convertirán el Cuerpo y la Sangre de Cristo.
Ofrécete tú también con tu vida, tus trabajos, tus sufrimientos…
Mientras tanto el coro canta la antífona propia, y seguidamente puede cantarse otro
motete o canto apropiado.
Ya está cerca la consagración. Pide a Dios por la Iglesia, por el Papa, los obispos y
sacerdotes, por los religiosos, por todos los cristianos, por tus intenciones y necesidades.
“Jesucristo,
la víspera de su pasión,
tomó el pan en sus santas y
venerables manos, y levantado los
ojos al cielo hacia ti, oh Dios, su
Padre omnipotente, dándote gracias, lo bendijo, lo partió y los dio a sus
discípulos diciendo: Tomad y comed todos de él:
PORQUE ESTE ES MI CUERPO.
"Del mismo modo, tomando también
este precioso Cáliz en sus santas y
venerables manos, dándote de nuevo
gracias, lo bendijo y lo dio a sus
discípulos, diciendo Tomad y bebed de él;
PORQUE ESTE ES EL CÁLIZ DE MI SANGRE,
DEL NUEVO Y ETERNO TESTAMENTO, MISTERIO DE FE,
LA CUAL SERÁ DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR MUCHOS
EN REMISIÓN DE LOS PECADOS"
Da gracias a Dios por el inefable don de la Eucaristía que Cristo ha dado a su Iglesia y por
todas las gracias recibidas. Pídele a Jesús presente en el Altar en el sacramento de su
Cuerpo y de su Sangre por el eterno descanso de los difuntos. También para que nosotros
tengamos la gracia de participar de la felicidad del cielo junto con los santos.
PADRENUESTRO
El Sacerdote comienza el rito de la comunión cantando el Padrenuestro.
Al Padrenuestro se le llama también ‘la oración dominical’ por haber sido enseñada por
Nuestro Señor Jesucristo. En la liturgia extraordinaria –desde tiempos de San Gregorio que
lo introdujo en la liturgia romana- lo canta solamente el celebrante recordando que Cristo
fue quien se lo enseñó a los discípulos.
V. Oremus. Praeceptis salutaribus V. Oremos. Teniendo en cuenta la
moniti, et divina institutione orden del Señor y aleccionados por el
formati, audemus dicere: divino Maestro, nos atrevemos a
exclamar:
PATER NOSTER, qui es in coelis; PADRE NUESTRO, que estás en los
sanctificetur nomen tuum; adveniat cielos. Santificado sea tu nombre.
regnum tuum: fiat voluntas tua Venga a nosotros tu reino. Hágase tu
sicut in coelo et in terra. Panem voluntad así en la tierra como en el
nostrum quotidianum da nobis cielo. El pan nuestro de cada día
hodie; et dimitte nobis debita dánosle hoy; y perdónanos nuestras
nostra, sicut et nos dimittimus deudas, así como nosotros
debitoribus nostris. Et ne nos perdonamos a nuestros deudores. Y
inducas in tentationem. no nos dejes caer en la tentación.
R. Sed libera nos a malo. R. Mas líbranos del mal.
EMBOLISMO
La oración “libera nos” es un ampliación de la última petición del Padrenuestro, implorando
la protección de la Virgen y de los santos. El Sacerdote la recita en voz baja:
Libera nos, quaesumus Domine, ab Líbranos, Señor, de todos los males
omnibus malis praeteritis, pasados, presentes y futuros; y por la
praesentibus, et futuris: et intercesión de la gloriosa siempre
intercedente beata et gloriosa semper Virgen María, Madre de Dios, y de tus
Virgine Dei Genitrice Maria, cum bienaventurados Apóstoles San
beatis Apostolis tuis Petro at Paulo, Pedro, San Pablo y San Andrés, y
atque Andrea, et omnibus sanctis, da todos los demás Santos danos
propitius pacem in diebus nostris: ut bondadosamente la paz en nuestros
ope misericordiae tuae adjuti, et a días; a fin de que, asistidos con el
peccato simus semper liberi, et ab auxilio de tu misericordia, estemos
omni perturbatione securi. Per siempre libres de pecado y al abrigo
eumdem Dominum nostrum Jesum de cualquier perturbación. Por el
Christum Filium tuum. Qui tecum mismo Jesucristo tu Hijo, nuestro
vivit et regnat in unitate Spiritus Señor, que contigo vive y reina en
Sancti Deus. unidad del Espíritu Santo.
Y la concluye cantando:
Per omnia saecula saeculorum. Por los siglos de los siglos.
R. Amen R. Así sea.
Y realiza la Fracción de la Hostia, que concluye con el rito de la paz:
V. Pax Domini sit semper V. La paz del Señor sea siempre con
vobiscum. vosotros.
R. Et cum spiritu tuo. R. Y con tu espíritu.
CORDERO DE DIOS
Mientras el sacerdote realiza la conmixtión (la mezcla de una pequeña partícula del pan
consagrado con el Sanguis del Cáliz), y se prepara para la comunión; los fieles y el coro
cantan el Agnus Dei.
Cordero de
Dios que
quitas el
pecado del
mundo, ten
piedad de
nosotros. (2)
Cordero de
Dios que quitas
el pecado del
mundo, danos
la paz.
CONFITEOR
Cuando el sacerdote termina de comulgar los fieles se preparan de forma inmediata a
recibir la sagrada comunión recitando el Confiteor.
Confíteor Deo Omnipoténti, beá- Yo, pecador, me confieso a Dios
tæ Maríæ semper Vírgini, beato todopoderoso, a la bienaventurada siem-
Michaéli Archángelo, beato pre Virgen María, al bienaventurado San
Joanni Baptístæ, sanctis Após- Miguel Arcángel, al bienaventurado San
tolis Petro et Paulo, ómnibus Juan Bautista, a los santos Apóstoles San
Sanctis, et tibi, Pater: quia Pedro y San Pablo, a todos los Santos y a
peccávi nimis cogitatióne, verbo vos, Padre; que pequé gravemente con el
et opere: mea culpa, mea culpa, pensamiento, palabra, y obra, por mi
mea máxima culpa. Ídeo precor culpa, por mi culpa, por mi grandísima
beátam Maríam semper culpa. Por tanto, ruego a la biena-
Vírginem, beátum Michaélem venturada siempre Virgen María, al
Archángelum, beátum Joánnem bienaventurado San Miguel arcángel, al
Baptístam, sanctos Apostólos bienaventurado San Juan Bautista, a los
Petrum et Paulum, omnes Santos Apóstoles San Pedro y San Pablo,
Sanctos, et te, Pater, orare pro a todos los Santos, y a vos, Padre, que
me ad Dóminum Deum nostrum. roguéis por mí a Dios nuestro Señor.
Antífona de Comunión
Durante el momento de la comunión el coro interpreta la antífona de comunión propia de
la misa del día. Si la distribución de la comunión se alarga, se puede interpretar otros cantos
apropiados.
Proverbios 3, 9-10
Honóra Dóminum de tua substántia, Honra al Señor con todo tu haber y
et de primítiis frugum tuárum: et con las primicias de tus frutos; y se
implebúntur hórrea tua saturitáte, et llenarán tus trojes de grano y tus
vino torculária redundábunt. lagares rebosarán de vino.
DE PIE
ORACIÓN POSTCOMUNION
Terminada la purificación de los vasos sagrados el sacerdote, invita a los fieles a la acción de
gracias por los dones recibidos.
V/.Dominus vobiscum. V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Et cum spíritu tuo. R/. Y con tu espíritu.
Oremus: Oremos:
DESPEDIDA
Nuevamente desde el centro del Altar, el sacerdote saluda a los fieles:
V. Dominus vobiscum. V. El Señor esté con vosotros.
R. Et cum spíritu tuo. R. Y con tu espíritu.
BENDICION
DE RODILLAS
El Sacerdote reza inclinado y en voz baja la oración Placeat tras la cual imparte la bendición
final de la santa Misa.
V/. Benedicat vos Omnipotens Deus V/. Os bendiga Dios Omnipotente,
Pater, Filius et Spiritus Sanctus. Padre, Hijo y Espíritu Santo.
R/. Amen. R/. Amén.
A continuación, lee el Último Evangelio en secreto,
mientras el coro y el pueblo entonan un canto de acción de gracias.
ORACIONAL
Oración del Kempis para unirnos al sacrificio de Cristo
en el momento del ofertorio (Imitación de Cristo, L. III, cap. 9)
Señor, en la sencillez de mi corazón, me ofrezco a Ti. Recíbeme con la santa
oblación de tu Precioso Cuerpo, que hoy te ofrezco en la invisible presencia
de los ángeles para que aproveche para mi salvación y la de todo tu pueblo.
Señor, te presento también sobre el altar de tu misericordia todos mis
pecados y delitos que he cometido en tu presencia para que borres todas las
manchas de mis pecados y me restituyas tu gracia que perdí pecando. Te
ofrezco también todo lo bueno que he hecho aunque sea poco e incompleto,
para que Tú lo restaures y santifiques, lo recibas con agrado, lo hagas digno
de Ti y siempre lo conviertas en mejor. Te ofrezco igualmente todos los
piadosos deseos de las personas religiosas, las necesidades de parientes,
amigos, hermanos y hermanas que más aprecio. Te ofrezco además
oraciones y sacrificios especialmente por quienes de alguna forma me
perjudicaron, entristecieron o insultaron me ocasionaron algún daño u
ofensa. Haz que nosotros vivamos de manera que seamos dignos de gozar
enteramente de tu gracia y de alcanzar la Vida eterna. Así sea.
ALMA DE CRISTO
Alma de Cristo, santifícame Anima Christi, sanctifica me.
Cuerpo de Cristo, sálvame Corpus Christi, salve me.
Sangre de Cristo, embriágame Sanguis Christi, inebria me.
Agua del costado de Cristo, lávame Aqua lateris Christi, lava me.
Pasión de Cristo, confórtame Passio Christi, conforta me.
Oh mi Buen Jesús, óyeme O bone Iesu, exaudi me.
Dentro de tus llagas, escóndeme. Intra tua vulnera absconde me.
No permitas que me aparte de Ti Ne permittas me separari a te.
Del maligno enemigo, defiéndeme Ab hoste maligno defende me.
En la hora de mi muerte llámame In hora mortis meae voca me.
y mándame ir a Ti, Et iube me venire ad te,
para que con tus Santos te alabe ut cum Sanctis tuis laudem te
Por los siglos de los siglos. in saecula saeculorum.
Amén. Amen.
OFRECIMIENTO
Recibe Señor toda mi libertad. Recibe Súscipe, Dómine, univérsam meam
mi memoria, mi entendimiento y libertátem. Accipe memóriam, inte-
toda mi voluntad, todo cuanto tengo llectum atque voluntátem omnem.
o poseo, Tú me lo has dado: todo te Quidquid hábeo vel possídeo, mihi
lo devuelvo a tu divina voluntad, largítus es: id tibi totum restítuo, ac
para que ella me gobierne, sólo te tuae prorsus voluntáti trado guber-
ruego que me concedas tu amor, nandum. Amores tui solum cum
junto con tu gracia, y seré bastante grátia tua mihi dones, et dives sum
rico, no pido otra cosa. satis, nec áliud quidquam ultra
posco.
ORACIÓN A LA VIRGEN
Oh María, Virgen y Madre Santísima, O María, Virgo et Mater sanctíssima
he recibido a tu Hijo amadísimo, que ecce, suscépi dilectíssimum Filium
concebiste en tus inmaculadas entra- tuum, quem immaculáto útero tuo
ñas, criándolo y alimentándolo con concepísti, genuísti, lactásti, atque
tu pecho, y lo abrazaste suavíssimis ampléxibus strinxísti.
amorosamente. Al mismo que te Ecce, cuis aspéctu laetabáris et
alegraba contemplar y te llenaba de ómnibus delíciis replebáris, illum
gozo, te lo presento y te lo ofrezco ipsum tibi humíliter et amánter
con amor y humildad para que lo repraesénto et óffero tuis brácchiis
abraces, lo quieras con tu corazón y constringéndum, tuo córde
lo ofrezcas como supremo culto de amándum, sanctíssimaeque Trínitate
latría a la Santísima Trinidad, por tu in suprémum latríae cultum, pro tui
honor y por tu gloria y por mis ipsíus honóre et gloria et pro meis
necesidades y las de todo el mundo. totiúsque mundi necesitátibus
Te ruego, piadosísima Madre, que me offeréndum. Rogo ergo te, píísima
alcances el perdón de todos mis Mater, ímpetra mihi véniam ómnium
pecados y gracia abundante para peccátorum meórum, uberémque
servirte desde ahora con mayor grátiam ipsi deínceps fidélius
fidelidad, y por último, la gracia de la serviéndi, ac dénique grátiam
perseverancia final, para que pueda finálem, ut eum tecum laudáre
alabarte contigo por los siglos de los possim per ómnia saecula
siglos. Amén. saeculorum. Amen
ORACIÓN DEL SANTO PADRE PIO
Quédate conmigo, Señor, porque es necesario tenerte presente para que
Yo no te pueda olvidar. Tú sabes que tan fácilmente te abandono. Quédate
conmigo, Señor, porque Yo soy débil y necesito de tu fortaleza, para que no
caiga tan frecuentemente. Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi vida y,
sin Ti, yo estoy sin fervor. Quédate conmigo, Señor, porque tú eres mi luz y,
sin ti, yo estoy en la oscuridad. Quédate conmigo, Señor, para mostrarme tu
voluntad. Quédate conmigo, Señor, para que Yo pueda escuchar tu voz y
seguirte. Quédate conmigo, Señor, porque yo deseo amarte mucho y siempre
estar en tu compañía. Quédate conmigo, Señor, si tú deseas que yo sea fiel a
ti. Quédate conmigo, Señor, pobre como mi alma es, yo deseo que sea un
lugar de consolación para Ti, un nido de amor. Quédate conmigo, Señor,
porque se hace tarde y el día se está terminando, y la vida pasa. La muerte,
el juicio y la eternidad se acercan. Es necesario renovar mi fortaleza, para
que yo no pare en el camino y por eso te necesito. Se está haciendo tarde y
la muerte se aproxima, tengo miedo de la oscuridad, las tentaciones, la
aridez, la cruz, los sufrimientos. O como te necesito, mi Jesús, en esta noche
de exilio. Quédate conmigo, esta noche, Jesús, en la vida con todos los
peligros, te necesito. Déjame reconocerte como lo hicieron tus discípulos en
la partición del pan, para que la Comunión Eucarística sea la luz que
dispersa la oscuridad, la fuerza que me sostiene, el único gozo de mi
corazón. Quédate conmigo, Señor, porque a la hora de mi muerte, quiero
permanecer unido contigo, sino por la Comunión, por lo menos por la gracia
y el amor. Quédate conmigo, Señor, porque solamente eres tú a quien yo
busco, tu amor, tu gracia, tu voluntad, tu corazón, tu espíritu, porque te amo
y te pido no otra recompensa que amarte más y más. Con un amor firme, te
amaré con todo mi corazón mientras aquí en la tierra y continuaré
amándote perfectamente durante toda la eternidad. Amén.
Ad Iesum per Mariam!