LA LUZ QUE ENTRA POR LAS VENTANAS.

Invitación a considerar las cualidades lumínicas que requiere un

reciento al definir la posición, tamaño y proporciones de un
vano.
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Documento actualizado el 03 de Diciembre de 2010

Arq. Jorge Hernán Salazar Trujillo

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Email. jhsalaza@unal.edu.co
.

“En mi opinión, cuando yo veo un proyecto debo verlo como si fuera una sinfonía
que brota del mundo de los espacios al de la construcción y de la luz. En ese
momento casi no me interesa que dé resultado o no. Solo así entiendo si se han
respetado los principios que en este proyecto son, de alguna manera, eternos. En
cuanto veo un proyecto que intenta proponerme espacios sin luz lo rechazo con la
máxima tranquilidad, porque entiendo que está equivocado. Por tanto los falsos
profetas, como las escuelas carentes de luz natural, son decididamente anti-
arquitectónicos. Pertenecen a lo que yo llamo el mercado de la arquitectura, pero no
a la arquitectura propiamente dicha.”

Louis Kahn

Introducción
Ocupados en la composición de la fachada o la distribución de vanos en un volumen, los
arquitectos rara vez han considerado la luz como un asunto determinante a la hora de
definir la forma, tamaño y proporción de las ventanas. Anteriormente los cálculos de
iluminación eran imprecisos y complicados, lo que tal vez explica porqué se fueron
dejando a un lado al momento de abordar un proyecto arquitectónico. Hoy nuevos
métodos facilitan el proceso, sin embargo existe todavía una gran inercia y por ello con
frecuencia se olvida que la razón de ser de una ventana es permitir la visual, la

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iluminación y la ventilación naturales. No va esto en contra del papel estético de las
ventanas, pero creemos que cada vez más el cálculo de la iluminación de los espacios
interiores se está convirtiendo en otro de los pilares fundamentales de la arquitectura
ambientalmente comprometida.

Edificio del Banco CityCorp (N.Y.) Foto Arq. Ader García Cardona.

Luz y Arquitectura
La luz natural es uno de los elementos que en mayor medida contribuye a la expresión
arquitectónica; por su carácter variable e impredecible introduce un componente
temporal en los edificios y gracias a ella se dan distintas manifestaciones ambientales,
tanto en los espacios interiores como en los exteriores. Constituye la luz un poderoso
vehículo de expresión arquitectónica, al punto de haberse dicho que la arquitectura es
una máquina óptica, una manera de destilar la luz, en definitiva, un destacado elemento
de diseño que Jean Nouvel define como material indisoluble de la arquitectura y de
cuyas cualidades en muchas ocasiones depende el carácter de un sitio.

Qué arquitecto no ha comprendido la importancia de la luz en sus proyectos? Esa luz

que es capaz de sugestionarnos por su admirable virtud de movilidad, que le confiere a
los espacios vida, dinámica, espíritu. Pesa sobre nosotros ese legado de Le Corbusier de
que la arquitectura es el juego de la luz sobre el espacio. Grandes arquitectos de este
siglo han construido lecciones admirables de composición creativa de la iluminación
natural, vinculando sus proyectos con el mundo a través de la luz; vanos, ventanas,
calados, lucernarios y claraboyas son algunos de los artefactos por los que este milagro
ocurre a diario en sus edificios, podríamos entender metafóricamente la historia de la
arquitectura como la lucha de la humanidad por atrapar la luz.

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Invitación a considerar las cualidades lumínicas que requiere un recinto al definir la posición, tamaño y proporciones de un vano.
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 Vista interior del Lincoln Center (N.Y.) Foto Arq. Ader García Cardona.

Fundamentos físicos
La intensidad del flujo luminoso en un recinto depende de dos variables principales: el
Recurso Lumínico de la bóveda celeste, que determina la cantidad de luz disponible en el
sitio y las relaciones geométricas que se establecen entre cada punto del espacio y la
fuente lumínica o abertura por la cual ingresa la luz natural. Por este motivo la iluminación
de cada punto dentro de un local depende de múltiples factores; evidentemente de la
intensidad de la iluminación exterior, pero también influyen la orientación y espesor de la
fachada, el tamaño de los huecos (distancia, posición y tamaño), tipos de
acristalamiento, presencia de dispositivos de control solar, forma y dimensiones del local,
color y reflectancia de las superficies internas y presencia de obstáculos en el entorno
exterior.

Normalmente los estudios y cálculos de iluminación se suelen hacer sobre un plano

horizontal a una altura entre 70 y 100 centímetros sobre el suelo. A dicho plano se le
denomina “plano de trabajo”, pero si se trata de un museo, se deben hacer cálculos a
varias alturas o directamente sobre un plano vertical, por lo que el tipo de análisis que se
haga depende íntimamente de la destinación del espacio que se diseña. Para cualquier
actividad que se realiza hay tablas que en cada país reglamentan los niveles mínimos de
iluminación, pero un nivel que habitualmente se considera apropiado para desarrollar la
mayor parte de las actividades corresponde a 500 luxes, una intensidad lumínica
apropiada para leer.

Simulación de las calidades lumínicas de un espacio

La iluminación es un fenómeno complejo, producto de la interacción de unas
condiciones ambientales caracterizadas por su impredecible variabilidad y las
propiedades superficiales y geométricas que posee la obra arquitectónica. La
complejidad de los fenómenos asociados con el cálculo de la iluminación ocasionó que

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cada método incorporara, de acuerdo a los intereses y aplicabilidades concretas, cierto
grado de simplificación y por lo tanto, algún margen de incertidumbre acerca de la
fiabilidad de las predicciones que permitía realizar. La complejidad de un cálculo
exhaustivo de la iluminación puede explicar, al menos en parte, la razón por la cual los
métodos para el estudio del comportamiento estructural de un edificio, sus propiedades
acústicas o su desempeño solar, tuvieron un desarrollo más temprano.

Evolución de la iluminación natural utilizando datos lumínicos reales. Nueva Terminal

Aeropuerto de Málaga. España. GOP. Oficina de Proyectos. Madrid. Optimización Lumínica.
Jorge Salazar y Alexander González.

Como estrategia de mercadeo los productores de luminarias desarrollaron sus propios

métodos para simular la iluminación artificial, pero estos procedimientos difieren
sustancialmente de los apropiados para el estudio de la iluminación natural de espacios
arquitectónicos. La luz natural no puede ser vendida y por este motivo el desarrollo de
procedimientos para su simulación fue más lento. Anteriormente los métodos para el
cálculo de la iluminación natural eran imprecisos o complicados, lo que tal vez explica
porqué se fueron quedando relegados como instrumentos de proyectación
arquitectónica. En la última década la necesidad de propiciar un ahorro energético en
cualquier tipo de edificación, hace un llamado para que los arquitectos reemplacemos o
combinemos la luz artificial con la luz natural. En este momento el poco desarrollo de los
métodos de cálculo comienza a demostrar sus debilidades, pues como todo fenómeno
de carácter climático, la luz proveniente de la bóveda celeste es de carácter aleatorio e
impredecible y no reúne las condiciones necesarias para poder garantizar un nivel fijo de
iluminación en un recinto.

Días especialmente oscuros y por supuesto las condiciones nocturnas, impiden el

entregar toda la responsabilidad de iluminación a las ventanas; creer que la luz natural es
capaz de atender todas nuestras necesidades es una imprudencia, pero entregar toda la

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responsabilidad de la iluminación de una edificación a la luz artificial es una
irresponsabilidad. El consumo energético de muchos de los edificios construidos en la
actualidad tiene como uno de sus principales contribuyentes la luz artificial, y si a esto le
sumamos el aumento en las cargas de aire acondicionado como consecuencia de las
luminarias instaladas dentro del edificio, tenemos que la luz artificial se paga dos veces:
la primera vez para iluminar y la segunda para evacuar, mediante el equipo de aire
acondicionado, el calor producido.

Instrumento de análisis
La necesidad de cuantificar los efectos que se derivan del aprovechamiento de la luz
natural en un espacio ha propiciado el desarrollo de diversos métodos para la evaluación
y cálculo de la intensidad y distribución lumínica. El cálculo de la distribución de luz
natural se ha efectuado con procedimientos gráficos que permiten, con algún grado de
precisión, estimar la forma en que se distribuirá la luz natural al interior de un espacio.
Los métodos analíticos simplifican en fórmulas el fenómeno, dejando de lado detalles
que pueden alterar los resultados y que encasillan las opciones de análisis a pesar de
que en algunas ocasiones resulten arquitectónicamente relevantes. Ningún método
considera la totalidad de las variables involucradas, pero trabajar con modelos a escala
permite integrar un mayor número de ellas; la ubicación y orientación del proyecto en el
lugar de su emplazamiento, la influencia del paisaje cercano y las reflexiones generadas
por los acabados interiores, para llegar a una mejor comprensión de los fenómenos
lumínicos que ocurrirán en el interior del proyecto.

Modelo a escala para análisis de iluminación. Biblioteca Empresas Públicas de Medellín. Arq.
Felipe Uribe. Foto Arq. Alexander González.

Un estudio riguroso de las condiciones lumínicas de un espacio requiere atender los dos
componentes básicos de los cuales depende la iluminación natural: el lugar y el objeto
arquitectónico. El primero comprende el estudio del Recurso Lumínico del sitio para
establecer los niveles de luminancia característicos del lugar, el segundo es la obtención
de los Factores de Distribución Lumínica, característica intrínseca a cada espacio que

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depende de las características geométricas de sus envolventes y de las propiedades
lumínicas de sus acabados. El estudio integral de ambos componentes permite identificar
las zonas que compartirán unas condiciones de iluminación similares, así como los
sectores que van a resultar más pobremente iluminados, permitiendo generar
información sobre distribución lumínica y niveles de intensidad de la luz natural en
condiciones reales, para realizar análisis mucho más detallados y precisos que cualquier
método convencional.

Conclusión
Un arquitecto que pretenda satisfacer compromisos ambientales también deberá integrar
en sus proyectos las características del recurso lumínico disponible en el sitio, cuidando
de atenuar las desventajas propias a la luz natural, pero aprovechando sus ventajas.
Combinar ambas calidades lumínicas permite disminuir el consumo de energía eléctrica
de las lámparas próximas a las fachadas y lucernarios para obtener una luz más
confortable, más descansada, más vívida y con un mejor índice de reproducción de
colores. Pero esto obliga a que el nivel de cálculo de la luz natural sea más sofisticado,
pues solo equiparando el grado de precisión alcanzado en el cálculo de la luz artificial
será posible garantizar un ambiente lumínico equilibrado, capaz de sacar provecho de las
posibilidades que ofrecen las estrategias de Iluminación Conjugada, en las cuales las
luminarias de un proyecto entran a ser trabajadas como Iluminación de Refuerzo.

Fin del documento

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