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Este soy yo me llamo Santiago tengo 25 años vengo de Perú y solía decir que
mi infancia era perfecta, tenía todo: amigos, juguetes, una casa acogedora, la
nueva tecnología, buena educación, pero lo más importante una familia
humilde y agradable. Un padre divertido que fuera lo que fuera no dejaría a su
familia ni por un segundo. Una hermana que fastidia, pero dentro de toda
graciosa que buscaba la perfección en lo que fuese, así sea en su carácter
como en sus estudios; era muy perfeccionista. Una madre que le importaba mi
salud y la de mi hermana mientras que mi papa trabajaba, pero pase lo que
pase siempre estaba con nosotros
Mi hermana, una chica muy aplicada que mientras buscaba la perfección a sus
18 años cuando ya era responsable de sus actos decidió irse a vivir sola. Mi
madre y yo nos sentíamos felices y aliviados que haya terminado sus estudios,
pero dentro de un año su percepción de “en busca de la perfección” la llevo a
operarse muchas veces y después quedo hecha un desastre. Años después
sufría de humillaciones y ofensas constantes lo que hizo buscar una manera de
volver a como antes pero desgraciadamente no se pudo. A las 24:09pm horas
en el día de mi cumpleaños número 14, la señora propietaria de los
departamentos nos llama diciendo que mi hermana se quitó la vida clavándose
en los pulmones con un cuchillo.
En mi primer día como mesero mis “compañeros” me miraban raro y como no,
un joven de 16 años trabajando pero conocí a muchas personas que incluso
me recibieron con mucho amor, pero obviamente me tuvieron que evaluar para
ver cómo me comportaba para ver mis cualidades y des cualidades, pero
afortunadamente todo fue bien y le dije a mi jefe que si me podía quedar en las
noches para limpiar y para que el sueldo suba un poco más, pero mi jefe me
dijo “si te quedas hasta la noche asegúrate de hacerlo bien y cerrar las
entradas bien porque si no te despides de tú trabajo y te despides de tu única
manera de ver sonreír otra vez a tu madre”-riéndose.-, lo cual me molesto
bastante pero no podía hacer nada porqué sabía que tenía razón, regrese con
una sonrisa falsa en mi rostro y mi madre también me recibió con una sonrisa
falsa pero aunque sea esa sonrisa falsa me alegraba el día y no saben cómo la
disfrutaba a veces solía correr a mi cuarto porque esa sonrisa me hacía
acordar a cuando todo era normal y ese sentimiento me hacía llorar pero con el
tiempo aprendí a controlarlo y no parecer como si quisiera ir al baño cuando
entraba a casa.
Llegue a mi casa sin contarle nada sobre mi hermana porque sabía que se iba
a poner mal y otra vez vi a mi madre sentada en el sillón viendo su novela, le
grite “mi’ alista tu ropa y cambia esa cara porque te voy a llevar a las islas del
caribe” mi madre se fue a su cuarto sin decir nada y pensé que no dijo nada por
la emoción o algo parecido. Espere una, dos, tres horas hasta que ya llego la
hora de salir, pero cada vez que la llamaba no contestaba entonces me
empezó a desesperar y de una patada rompí la puerta cuando entre no la vi.
En cuanto volteo a ver si estaba en el baño alistándose, escucho un golpe
como si alguien se había chocado afuera, cuando veo por la ventana veo a mi
madre encima de un carro, mi madre se había tirado desde nuestro
departamento.
Desde ese momento me di cuenta que mi madre sabía que esto iba a pasar
porque cuando le presente a David ella lo miraba como diciendo ese chico es
un envidioso, arrogante y que en cualquier podría traicionarme por beneficio
suyo. Y fue ahí donde me sentí peor de lo que estaba porque no le creí a la
persona quien me acompaño durante más tiempo.
Entonces ahí fue donde me di cuenta que mi vida no valía y menos la de David,
entonces tenía que pensar en una venganza que acabara con mi vida y con la
de David.
Cuando subimos al avión le digo lo “gran amigo” que es y que siempre puede
contar conmigo. Despegamos rumbo a Hawái, pero en medio vuelo David se
queda dormido por los sedanes que le di y sin que él se despierte llevo el avión
a una isla virgen. Cuando estaba a punto de aterrizar pienso que mejor sería
que estrellara el avión y así nadie se da cuenta que paso. Pero cuando estaba
a punto de hacerlo pienso en que le hubiese gustado a mi madre y que le
hubiese gustado a mi yo de hace cuatro años. ¿Morir por un capricho? No creo
que eso lo hubiese gustado a mi madre. Entonces justo unos cuantos
segundos de que el avión se estrellase me tiro del avión y caigo sobre el agua.
Luego de que todo lo que paso con el avión y con David, pase más de una
semana esperando a que alguien venga a rescatarme a mí y a los
sobrevivientes. Hasta que a lo lejos un niño vio a un helicóptero acercarse a la
isla y en ese momento me sentí feliz porque todo ya había terminado ya podía
seguir adelante siendo quien quiero ser y como quiero ser.
VOZ EN OFF DE RADIO: Hoy en día Santiago tiene una familia con dos
hermosos hijos y su bella esposa. Viven en una isla cerca a Hawái, pero viajan
todos los años para recorrer el mundo y todo esto lo hace gracias a su madre
que le sirvió como apoyo durante toda su formación Desde acá un enorme
abrazo a Doña Flora que cuida a su hijo desde los cielos