Sei sulla pagina 1di 15

C. JUEZ SEGUNDODE LO CIVIL. EXP.

274/2015
DE CHAPALA, JALISCO
PRESENTE:

GUILLERMO HERNANDEZ LAZO, mexicano, mayor de edad, con domicilio para oír y
recibir notificaciones en la finca marcada con el nú mero 2292 de la Avenida Hidalgo en la
Colonia Vallarta Norte, Municipio de Guadalajara, Jalisco, y autorizando para que a mi nombre y
representació n gestionen lo conducente en el presente litigio al C. Licenciado en Derecho Israel
David Lovera Delgado profesionista que cuenta con nú mero de Cédula Profesional Estatal
nú mero 104599 y Cedula Federal 5858817, así mismo autorizando en términos del artículo 119
del Enjuiciamiento Civil de la Entidad a los C. Marco Antonio Figueroa Sandoval y Jonathan
Alejandro Gutiérrez Bernal, ante usted con el debido respecto, comparezco y:

EXPONGO:

Que inconforme con la Resolució n dictada por su Señ oría con fecha 07 de Diciembre del
añ o 2016, con fundamento en los artículos 435, 437, 438 y demá s relativos del Có digo Civil de
Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco, vengo a interponer en tiempo y forma, en contra de
dicha Resolució n el Recurso de Apelació n, señ alando para integrar el recurso de alzada en el
extremo para que sea admitida este recurso de apelació n ú nicamente en el EFECTO
DEVOLUTIVO las siguientes constancias:

Las contenidas en la copia certificada de las actuaciones que contienen el expediente


mencionado al rubro.
A G R A V I O S:

AGRAVIO UNICO: Fuente del Agravio: Sentencia definitiva de fecha 07 de Diciembre de 2016
publicada el día 08 de Diciembre del añ o 2016, que dice:

P R O P O S I C I O N E S:

PRIMERA.- La personalidad de las partes la competencia del juzgado y la vía elegida quedaron
debidamente justificados en autos.

SEGUNDA.- La actora en lo principal MARTHA ANGÉLICA OCHOA CASTILLO prueba


parcialmente su acció n, en contra de RAÚL ALBERTO LOPEZ LOPEZ Por tal motivo, se declara
DISUELTO el matrimonio celebrado entre MARTHA ANGÉLICA OCHOA CASTILLO Y RAÚL
ALBERTO LÓPEZ LÓPEZ localizable bajo nú mero 23, libro 02 dos, del añ o 2010 dos mil diez,
Oficialía 01 uno, del Registro Civil de Zapopan, Jalisco, celebrado el 05 cinco de diciembre del
añ o 2010 dos mil diez, del que se desprende que optaron por el Régimen de Sociedad Legal;
quedando las partes en aptitud de contraer nuevas nupcias; pero el có nyuge culpable RAUL
ALBERTO LOPEZ LOPEZ, no podrá hacerlo sino transcurrido 02 dos añ os a partir de la
disolució n, de conformidad con el artículo 420 del Có digo Civil del Estado de Jalisco.

Una vez que causa ejecutoria esta resolució n, deberá n girarse atento oficio mismo que se
remitirá con copias certificadas de las constancias necesarias, al C. Director del Archivo del
Registro Civil del Estado de Jalisco, así como a él C. Oficial del Registro Civil de Zapopan, Jalisco;
para que procedan a realizar las anotaciones que correspondan en los libros que
respectivamente obren en su poder en el acta de matrimonio, y el ú ltimo de los mencionados
para que levante el acta de divorcio que proceda y publique la parte resolutiva de este fallo en
los lugares destinados para tal efecto por 15 quince días, a efecto de dar cumplimiento a lo que
para tal efecto alude el numeral 422 del Có digo Civil del Estado de Jalisco.
Así mismo gírese atento oficio con los insertos necesarios al Registro Civil del Distrito
Federal, para que proceda llevar a cabo las anotaciones respectivas en el acta de nacimiento de
la có nyuge y gírese oficio al Oficial del Registro Civil de Guadalajara, Jalisco, para que lleve a
cabo la notació n respectiva, en la acta de nacimiento del có nyuge varó n. Lo anterior, de
conformidad con el artículo 98, 99 y 100 de la Ley del Registro Civil

TERCERA.- Al no haber procedido la pérdida de la patria potestad respecto del menor ANDRÉH
SAHUL LÓPEZ OCHOA por parte de su progenitor RAÚL ALBERTO LÓPEZ LÓPEZ, se declara
que ambos progenitores seguirá n ejerciéndola, siempre y cuando no den motivo para su pérdida
por parte de alguno de ellos.

CUARTA.- El actor Reconvencionista RAUL ALBERTO LOPEZ LOPEZ, no probo su acció n


reconvencional, lo conducente será absolver a MARTHA ANGÉLICA OCHOA CASTILLO, por las
prestaciones que se reclaman.

QUINTA.- Se condena RAÚL ALBERTO LÓPEZ LÓPEZ, a pagar pensió n alimenticia definitiva
favor de su menor hijo ANDRÉH SAHUL LÓPEZ OCHOA la cantidad mensual de $2,220.42
(dos mil doscientos pesos 42/100 Moneda Nacional) equivalente al valor mensual de la unidad
de medida y actualizació n (UMA) qué es la referencia econó mica en pesos para determinar el
pago de las obligaciones y supuestos previstos en las leyes federales y de las entidades
federativas, así como a las disposiciones jurídicas que emanen de todas las anteriores, cuyo
valor diario es de $73.04 (setenta y tres pesos 04/100M. N.) mismo que se calcula multiplicando
su valor por 30.4 veces, a efecto de obtener el resultado mensual; mismo que determina el
Instituto Nacional de Estadística y Geografía, las cuales deberá de entregar a la progenitora del
menor, cantidad que se incrementará n cada añ o, conforme aumenta la medida en referencia o
las percepciones del deudor alimentista, o las necesidades del menor si así lo requieran y exista
posibilidad también del deudor. Cantidades estas que deberá liquidar mensualmente en
forma anticipada.

SEXTA.- Se da por terminada la sociedad conyugal que tenía las partes, y en cuanto a su
liquidació n, la misma se resolverá en el incidente de ejecució n de Sentencia, en caso de existir
bienes.

SÉPTIMA.- Por las razones y motivos plasmados en el ú ltimo considerando de esta resolució n,
se otorga la custodia definitiva del menor ANDRÉH SAHUL LÓPEZ OCHOA: a su progenitora
MARTHA ANGELICA OCHOA CASTILLO.

OCTAVA.- Se fija la convivencia del ascendiente paterno RAUL ALBERTO LOPEZ LOPEZ con
su hijo ANDRÉH SAHUL LÓPEZ OCHOA: estableciéndose los días sá bados de cada quince
días, en un horario de 11:00 once horas a las 18:00 dieciocho horas, debiendo recoger al menor
en el domicilio de MARTHA ANGÉLICA OCHOA CASTILLO y una vez terminado el horario de
convivencia, regresar al menor al domicilio de su progenitora. De conformidad a los en el
domicilio de Martha Angélica Ochoa castillo y una vez terminado el horario de convivencia
regresar al menor al domicilio de su progenitora de conformidad a los ordinales 576 577 del
có digo civil de esta entidad federativa 226 del Có digo de Procedimientos Civiles del Estado, se
les previene ambos progenitores para que atienda algo aquí plasmado dado que en caso de
negativa reiterada y sin causa justificada del padre o madre custodio o de la persona que ejerza
la custodia personal a permitir las visitas y convivencias con quién la persona menor de edad
tenga derecho, así como que eviten ocasionarse molestias entre los accionantes y en su caso,
evitar que uno de los padres influya negativamente en los sentimientos y en la sana convivencia
del hijo con el otro progenitor, dará lugar a la modificació n las condiciones de la guarda y
custodia. De igual forma la modificació n de la guarda y custodia tendrá lugar cuando el padre
madre custodio cambie de residencia y no informe al padre madre no Custodio ni al juez sobre
el nuevo domicilio en el que se desenvolverá el régimen de visitas y convivencias.

Así mismo, cuando la convivencia de niñ as niñ os y adolescentes con determinadas


personas vaya en detrimento de los preceptos establecidos en la legislació n aplicable,
incluyéndose a quienes ejercen la patria potestad, el Juez podrá decretar la cesació n de esa
convivencia a petició n de cualquiera de los padres y en ausencia de estos, a petició n de los
ascendientes o de la Procuraduría de Protecció n de niñ as niñ os y Adolescentes.

NOVENA.- Dado que el actor es lo principal MARTHA ANGÉLICA OCHOA CASTILLO, probó
parcialmente su acció n en contra de RAUL ALBERTO LOPEZ LOPEZ, y la parte actora en lo
reconvencional RAUL ALBERTO LOPEZ LOPEZ, no probó la reconvenció n en contra de
MARTHA ANGÉLICA OCHOA CASTILLO, se absuelve ambas partes de pago de gastos y costas.

DÉCIMA.- Conforme al ordinal al 575 fracció n I, del Có digo Civil del Estado, en relació n al
ordinal 21 del enjuiciamiento civil del Estado y en concordancia con el ará bigo 5, 25 fracció n VII,
36 fracció n VIII, 39 fracció n III, 58 y 59 de la Ley de acceso a las mujeres a una vida libre de
Violencia, se ordena a ambos progenitores MARTHA ANGÉLICA OCHOA CASTILLO Y RAÚL
ALBERTO LÓPEZ LÓPEZ, a someterse a tratamiento profesional, reeducativos, integrales y
especializados, donde le practiquen terapias para Su rehabilitació n, donde realice cambios a su
vida y a sus relaciones interpersonales que favorezcan su sana convivencia y las relaciones
equitativas entre hombre y mujeres, buscando mejorar personalmente en sus relaciones de
familia sociales y laborales, lo cual no pasa por desapercibido que tanto el menor como su
progenitora ya está n tomando terapias psicoló gicas dentro del Centro de Justicia para la mujer
en el estado de Jalisco, Por lo cual al progenitor, se le canaliza para que las tomé en forma
gratuita en la institució n “HOMBRES EN CONSTRUCCIÓ N DE LAS NUEVAS MASCULINIDADES”,
ubicado en calle 5 de febrero nú mero 1309 en cruzamiento con Calle Salvador Ló pez Chá vez en
la Colonia Quinta Velarde. Aunado a que ambas partes se comprometieron en el desahogo de la
audiencia de pruebas y alegatos retomada el día 18 dieciocho de noviembre del 2016 dos mil
dieciséis, a someterse a las mismas.

DÉCIMA PRIMERA.- Dado que toda mujer tiene derecho al reconocimiento, goce, ejercicio y
protecció n de todos los derechos humanos, esto es, a qué se le respete la vida, integridad física,
psíquica y moral, a su libertad y seguridad personal, a no ser torturada, etcétera; es por ello,
con fundamento en el artículo 407 del Có digo Civil del Estado, en relació n con los diversos 4, 5,
6, 7 y demá s relativos y aplicables de la Convención Interamericana para Prevenir
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la mujer “CONVENCIÓN DE BELEM DO PARÁ” así
como los ordinales 3, 4, 5 y 6 de la Ley General e Acceso a una vida Libre sin Violencia, se
ordena constreñ ir al demandado RAUL ALBERTO LOPEZ LOPEZ para que se ABSTENGA de
causar molestias a la actora, APERCIBIDO que de no hacerlo, se iniciará imponiéndole como
medida de apremio una multa equivalente a 90 unidades de medida y actualizació n UMAma que
Determine el Instituto Nacional de estadística y geografía, acorde a lo que prevé el nú mero 74
fracció n I de la ley adjetiva de la materia, con independencia de las acciones penales que le
puedan resultar.

DÉCIMA SEGUNDA.- Al proceder el divorcio, en términos del artículo 457 del Có digo de
Procedimientos Civiles del Estado, en caso de que no se promueva apelación, se ordena la
publicació n de un extracto de las proposiciones contenidas en la sentencia pronunciada, por una
sola vez, en el perió dico oficial “El Estado de Jalisco”.

DÉCIMA TERCERA.- A virtud de que la presente sentencia se dicta dentro del término previsto
en el artículo 279 del Enjuiciamiento Civil del Estado, en atenció n a lo que Norma la fracció n VI
del numeral 109 de la misma ley, la publicació n que de la presente se haga en la lista de
acuerdos se publica en el Boletín Judicial, surta sus efectos de notificació n a las partes.

PRECEPTOS VIOLADOS: Dicha resolució n viola lo previsto en los artículo del 83, 273, 275, 278,
411, 417, 418 y 392 al 418 del Có digo de Procedimientos Civiles del Estado de Jalisco, y los
numerales 442, 570 y 573 del Có digo Civil del Estado.
CONCEPTO DEL AGRAVIO: La manera en que procede a resolver el A quo en relació n a las
pruebas y excepciones ofertadas por e demandado, así como las causales invocadas por la parte
Actora reconvencional siendo las causales previstas en el artículo 404 fracció n XI y XIII del
Có digo Civil Estatal y pronunciamiento al pago de pensiones y sobre la poca convivencia con el
menor, siendo de la siguiente manera: (foja 34 de la sentencia):

Por lo que ve a la causal XI del artículo 404 del Có digo Civil Estatal, que prevé la violencia
intrafamiliar, entendida esta como el maltrato físico y psicoló gico que infiera un có nyuge a otro
o contra sus descendientes, con la intenció n de dañ ar, humillar o despreciar al ofendido, lo que
implica que la parte actora deba acreditar como elementos constitutivos de la misma los
siguientes elementos:

a) La existencia del matrimonio;


b) La violencia intrafamiliar;

Ahora como bien refiere el A quo cada uno de esos elementos descansan en diversos
supuestos ló gicos y jurídicos, por lo que se debe probar dentro de actuaciones el primer
requisito lo que si acontece.

Respecto al segundo la violencia intrafamiliar se debe entender como el maltrato físico y


psicoló gico, con la intenció n de dañ ar, humillar o despreciar al ofendido. Corroborando la
violencia intrafamiliar con la que ha sido objeto, al ser concatenadas todas las pruebas
desahogadas en juicio, con las presunciones formadas, acorde al ordinal 418 del Enjuiciamiento
Civil del Estado, pues para ello, se toma en consideració n las copias certificadas de la
Averiguació n Previa nú mero 12611/2014 y con los testigos MARÍA CRISTINA CASTILLO
HUERTA y ALEJANDRO SALAZAR CASTILLO los que afirman que el Sr RAÚL ALBERTO LÓPEZ
LÓPEZ, era violento. Con esto prueba dicha causal; luego entonces, en términos de los ará bigos
414, 415 y 417 del Có digo Procesal Civil, se le atribuye eficacia en juicio, pues partiendo del
hecho conocido y aquel que se trata de deducir mediante un enlace má s o menos necesario con
las restantes pruebas.

De ahí que la percepció n y valoració n de dichas pruebas por parte del A quo fueron
realizadas de manera ilegal ya que el mismo les da valor probatorio pleno sin tomar en cuenta
que las copias certificadas correspondiente a la averiguació n previa 12611/2014 solamente
como bien se refirió en líneas anteriores dan un valor de indicio también es cierto que los
atestes MARÍA CRISTINA CASTILLO HUERTA y ALEJANDRO SALAZAR CASTILLO en sus
testimonios existen circunstancias que no permite acreditar la existencia de la violencia
intrafamiliar que refiere haya sufrido la parte actora ya que de las respuestas de los atestes se
limitaron a manifestar situaciones ambiguas y que en su debido momento de contestació n de
demanda se invocó la excepció n de oscuridad de la demanda ya que contrario a lo que establece
el A quo en relació n a que no es necesario acreditar situaciones de modo tiempo y lugar
manifiesto que deben de existir dado que situaciones y hechos tan agravantes dejan huellas
imborrables en la persona por lo que consecuentemente son imposibles de borrar contrario al
criterio jurisprudencial que invoca el A quo ya que dichos hechos como he sostenido se deben
de cumplir dichas formalidades por que no basta el solo hecho de manifestar una agresió n sin
sustento histó rico que lo respalde, porque con ello se violentan los derechos de un tercero que si
bien es cierto puede tener responsabilidad también puede no tenerla, es decir la igualdad entre
el hombre y la mujer debe preponderar sobre todas las cosas, así como el hecho de que nuestra
legislació n concretamente en nuestro Nuevo Sistema Penal Acusatorio establece de manera
categó rica la presunció n de igualdad e inocencia, esto es que debe de existir sentencia
condenatoria que así lo establezca y no como tan erró neamente invoca el A quo
jurisprudencialmente, ya que con ello violento dichas garantías que goza el demandado. De igual
manera estando en el caso (aun sin conceder) dicha averiguació n previa 12611/2014 carece de
la debida comprobació n por lo menos que llegase a presumir la existencia del probable delito de
violencia intrafamiliar, ya que de lo ú nico que está integrado es de la declaració n de la actora y
su ratificació n, pero la misma no cuenta con la debida investigació n judicial oportuna ni mucho
acredita dato de prueba alguno que presuma que el demandado en el principal haya realizado el
delito que en la presente sentencia le atribuyo de manera ilegal el A quo, así mismo es
importante resaltar que incluso para poder determinar la existencia del delito que se le atribuyo
al demandado en lo principal fue otorgado por una autoridad que no es competente ni si quiera
para presumir la existencia de dicho delito, es decir el demandado en lo principal fue condenado
por un ó rgano jurisdiccional no competente para conocer de la causa. Con ello me refiero
a que si bien es cierto el ó rgano jurisdiccional es competente para conocer de las cuestiones
familiares también es cierto que el mismo no puede ejercer funciones o facultades que no le son
atribuibles ya que para el supuesto caso se debe valer de aquellos ó rganos jurisdiccionales
competente para poder estar en aptitud, de emitir un fallo condenatorio justo y equitativo para
las partes ya que valerse de indicios insustentables y no probados atenta contra las Garantías
del reo al debido proceso que establecen las excepciones a los principios previstos en nuestra
Carta Magna, ya que en todo momento, las autoridades deberá n respetar y proteger tanto la
dignidad de la víctima como la dignidad del imputado que en el presente caso el A quo violenta
en contra del demandado en lo principal, las garantías que establece y que se invocan
supletoriamente del Có digo Nacional de Procedimientos Penales los siguientes principios:

Artículo 10. PRINCIPIO DE IGUALDAD ante la ley Todas las personas que intervengan en el procedimiento penal recibirán
el mismo trato y tendrán las mismas oportunidades para sostener la acusación o la defensa. No se admitirá
discriminación motivada por origen étnico o nacional, género, edad, discapacidad, condición social, condición de salud,
religión, opinión, preferencia sexual, estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por
objeto anular o menoscabar los derechos y las libertades de las personas. Las autoridades velarán por que las personas
en las condiciones o circunstancias señaladas en el párrafo anterior, sean atendidas a fin de garantizar la igualdad sobre
la base de la equidad en el ejercicio de sus derechos. En el caso de las personas con discapacidad, deberán preverse
ajustes razonables al procedimiento cuando se requiera.

Artículo 11. PRINCIPIO DE IGUALDAD entre las partes Se garantiza a las partes, en condiciones de igualdad, el pleno e
irrestricto ejercicio de los derechos previstos en la Constitución, los Tratados y las leyes que de ellos emanen.

Artículo 12. PRINCIPIO DE JUICIO PREVIO Y DEBIDO PROCESO Ninguna persona podrá ser condenada a una pena ni
sometida a una medida de seguridad, sino en virtud de resolución dictada por un Órgano jurisdiccional previamente
establecido, conforme a leyes expedidas con anterioridad al hecho, en un proceso sustanciado de manera imparcial y con
apego estricto a los derechos humanos previstos en la Constitución, los Tratados y las leyes que de ellos emanen.
Artículo

Artículo 13. PRINCIPIO DE PRESUNCIÓN DE INOCENCIA Toda persona se presume inocente y será tratada como tal en
todas las etapas del procedimiento, mientras no se declare su responsabilidad mediante sentencia emitida por el Órgano
jurisdiccional, en los términos señalados en este Código.

Así mismo no debe pasar desapercibido a este H. Tribunal de alzada que el A quo no
valoro las declaraciones vertidas por los testigos ofertados por el demandado en el cual todos de
manera categó rica señ alaron que el demandado en lo principal RAUL ALBERTO LOPEZ LOPEZ
no es una persona violenta con lo que el testimonio de dichos atestes contraviene a lo
manifestado por los atestes de la parte actora incurriendo en una violació n procesal de la
valoració n de los testigos en relació n al numeral 411 del Enjuiciamiento Civil del Estado.

De ahí que el demandado RAUL ALBERTO LOPEZ LOPEZ de manera ilegal fue
condenado y declarado como có nyuge culpable siendo una presunció n y valorizació n de los
elementos que integran el juicio que nos ocupa de manera deficiente y contradictoria a las leyes
normativas que lo regulan.

Así mismo el A quo se refiere a las causales invocadas por el actor reconvencional (foja
42 de la sentencia) concretamente a las fracciones XI y XII del artículo 404 de Có digo Civil del
Estado y se refiere de la siguiente manera:

a) En lo tocante a la causal contemplada a la fracció n XI del artículo 4 del có digo civil


vigente, antes de entrar, referente a la violencia intrafamiliar, entendida esta como el
maltrato físico y psicoló gico que infiera un có nyuge a otro o contra sus descendientes,
con la intenció n de dañ ar, humillar o despreciar al ofendido, para quien hoy juzga, la
misma no queda acreditada, no obstante que los atestes VERONICA LOPEZ MARTINEZ,
JUAN MANUEL ACERO CORRAL, manifiestan que la señ ora MARTHA ANGELICA
OCHOA CASTILLO, es agresiva no señ alaron circunstancias de tiempo modo y lugar, ni
como se dieron cuenta de esos hechos en forma directa, pues incluso refiere que les
comentaron ciertas circunstancias entorno a la persona accionante, aunado a que dentro
del sumario, no se desahogó diversa prueba tendiente a acreditar esta causal;
incumpliendo con la carga probatoria que le pone el ordinal 286 del ordenamiento civil
del estado, dado que el actor debe aprobar su acció n y el demandado sus excepciones
siendo al reconvenció n la que nos atañ e.

Por lo que en ese orden de ideas no debe pasar desapercibido que dicha causal fue
invocada por la actora en lo principal y el A quo se refirió a la misma de manera categó rica que
no es necesario manifestar las circunstancias de modo tiempo y lugar, que solo basta el hecho de
manifestar la existencia del mismo, sin que se requiera para la integració n de la causal de
divorcio respectiva, la demostració n de una serie de actos sucesivos y concatenados, habida
cuenta que uno solo puede configurar el sustento legal si es de tal magnitud que incida en la
integridad psicoló gico de algunos de los miembros de la familia. Sustentado en el siguiente
criterio jurisprudencial establecido por el A quo en su sentencia:

Época: Décima Época


Registro: 160411
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro IV, Enero de 2012, Tomo 3
Materia(s): Civil
Tesis: 1a. CCXLVII/2011 (9a.)
Página: 2681

DIVORCIO NECESARIO. CUANDO SE EJERCE LA ACCIÓN RELATIVA CON BASE EN LA CAUSAL DE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR, BASTA QUE EN LA DEMANDA SE EXPRESEN LOS HECHOS DE MANERA CONCRETA
(INTERRUPCIÓN DE LA JURISPRUDENCIA 1a./J. 69/2006).

La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en la jurisprudencia citada, sostuvo que cuando se
ejerce la acción de divorcio necesario con base en la causal de violencia intrafamiliar, no basta que en la
demanda se narren genéricamente los hechos que a juicio del actor actualicen dicha causal, sino que es
necesario expresar las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que acontecieron. Ahora bien, una nueva
reflexión lleva a apartarse del indicado criterio, ya que la exigencia pormenorizada de "hechos" que revelen con
precisión las circunstancias de modo, tiempo y lugar de cada una de las conductas de violencia que motivan una
demanda de divorcio es extremadamente difícil de cumplir, además de que hace prácticamente imposible que
prospere una acción, pues para tener por acreditada la indicada causal tendrían que demostrarse plenamente
las circunstancias mencionadas, es decir, documentar el día, mes y hora en que sucedieron los hechos (tiempo),
la forma detallada de cómo ocurrieron (modo) y el sitio o lugar preciso en el que acontecieron (lugar), por lo
que es prácticamente imposible que una persona recuerde datos específicos de todos y cada uno de los actos de
violencia -maltrato físico, psicoemocional y sexual- de los que fue objeto. Lo anterior es así, porque cuando una
persona invoca la violencia intrafamiliar como causal de divorcio, funda su acción no sólo en un hecho particular
y aislado, sino en un cúmulo de actos y situaciones de maltrato. En ese tenor, cuando se ejerce la acción de
divorcio necesario con base en esa causal, es innecesario expresar pormenorizadamente las indicadas
circunstancias, pues basta que en la demanda se expresen los hechos de manera concreta, ya que al narrarse
ciertos sucesos de esta forma, la contraparte puede tener una idea clara de lo que se le imputa y de las causas
que motivan la demanda de divorcio, lo que le permitirá preparar adecuadamente su defensa.

Amparo directo 12/2010. 9 de marzo de 2011. Cinco votos. Ponente: Olga Sánchez Cordero de García Villegas.
Secretaria: Rosalía Argumosa López.

Nota: La presente tesis interrumpe el criterio sostenido en la diversa 1a./J. 69/2006, de rubro: "DIVORCIO
NECESARIO. CUANDO SE EJERCE LA ACCIÓN RELATIVA CON BASE EN LA CAUSAL DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR,
EN LA DEMANDA DEBEN EXPRESARSE PORMENORIZADAMENTE LOS HECHOS, PRECISANDO LAS
CIRCUNSTANCIAS DE TIEMPO, MODO Y LUGAR EN QUE OCURRIERON.", que aparece publicada en el Semanario
Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXV, enero de 2007, página 173.

Ahora bien, para el caso de valorar dicha causal invocada por el demandado en lo
principal, el A quo de manera contradictoria a como valoro misma causal a la actora en lo
principal, sostiene que se deben de acreditar las circunstancias de modo tiempo y lugar,
razonamiento que resulta inexacto al contravenirse ella misma en su fallo, es decir sus
percepciones no son valoradas con equidad, lo que presume que existe un interés de beneficiar
a la actora por el simple hecho de ser mujer y que el juzgado que conoce del asunto se encuentra
dentro de las instalaciones del recién creado “Centro de Justicia para las Mujeres”, el cual, en el
presente procedimiento que nos ocupa, no fue turnado de manera electró nica como todos los
procedimientos que se encuentran vigentes dentro de este primer partido judicial, si no que de
manera inmediata y precisa se turnan para conocer del caso al juzgado que se encuentra dentro
de dichas instalaciones, lo que presupone las violaciones al debido proceso e impartició n de
justicia, ya que sin má s preá mbulos se deben de someter a la jurisdicció n de dicha juzgadora sin
tener oportunidad de que el mismo sea ventilado de manera imparcial por otro ó rgano
jurisdiccional de la misma competencia y jurisdicció n, lo que ha con llevado a que este
procedimiento no se encuentre en equidad e igualdad de género.

No obstante en el particular, el A quo no valoro debidamente la prueba testimonial


ofertada por el demandado en lo principal, ya que los atestes manifestaron y fueron
coincidentes en el hecho de que el demandado en lo principal fue víctima de maltratos y
humillaciones por parte de la actora, prueba que ni siquiera fue valorada debidamente y en
congruencia a como valoro a la misma prueba testimonial ofertada por la actora, es decir ni
siquiera le dio un valor de indicio a efecto de manifestarse sobre la misma de manera equitativa
y legal.

De igual manera y siguiendo ese mismo orden de ideas el A quo dentro de las actuaciones
que obran concretamente en el escrito de contestació n de demanda, se hicieron valer en
capítulo especial de excepciones y defensas, concretamente la excepció n de obscuridad de la
demanda, excepció n de falta de acció n y carencia de derecho y la defensa SINE ACTIONE AGIS,
las cuales no fueron, ni siquiera materia de estudio ya que como se puede apreciar a lo largo de
todo el capítulo de considerando no se refiere a los mismos, y como punto de referencia a efecto
de que este juzgador entre al estudio de los agravios que se hacen valer, se percate de la falta de
equidad y parcialidad por parte del A quo, ya que a manera de ampliar y acreditar lo que aquí se
combate, la parte actora en su contestació n de reconvenció n hizo valer la excepció n de FALTA
DE LEGITIMACIÓ N ACTIVA, falta de acció n y el A quo se refiere a la misma en la foja 25 pá rrafo
tercero de su sentencia, no obstante la violació n al procedimiento cometido por este, se debe de
entender que es un medio de defensa preponderante el cual tiene su fundamentació n en el
enjuiciamiento civil en el Estado, el cual el A quo debió haberse pronunciado al respecto ya que
es muy claro el numeral 275 de la ley antes citada, que establece:

ART.275.- las excepciones y la reconvención se discutirán al propio tiempo que la demanda y se decidirán en la
misma sentencia.

ART.278.- cuando la sentencia definitiva se declare procedente alguna excepción dilatoria que no fuere de
previo pronunciamiento, se abstendrá el juez de fallar la cuestión principal, reservando el derecho del actor.

Es por lo anterior que como ya se ha evidenciado tal omisió n ha causado que la sentencia
que hoy se combate se encuentre emitida de manera arbitrario y fuera del marco legal en virtud
de que las pruebas y las excepciones hechas valer no fueron ni siquiera tomadas en
consideració n, por lo que no se les dio la eficacia probatoria con el cual fueron ofertadas. Es
preciso hacer de su conocimiento que de manera oportuna se hizo precisar al A quo de las
cuestiones que aquí se combaten, incluso dentro del procedimiento obran escritos a manera de
vistas a efecto de hacerle ver al A quo que la parte actora en lo principal JAMAS ACREDITO
HECHO ALGUNO, ES DECIR TODAS Y CADA UNA DE SUS PRETENCIONES FUERON
DESVIRTUADAS DE MANERA PRECISA Y LEGAL POR EL DEMANDADO.

Época: Décima Época


Registro: 2009157
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 18, Mayo de 2015, Tomo III
Materia(s): Constitucional, Civil
Tesis: VI.1o.C.69 C (10a.)
Página: 2355

SENTENCIAS EN MATERIA MERCANTIL. LA OMISIÓN DEL JUZGADOR DE ESTUDIAR LAS EXCEPCIONES OPUESTAS NO
CONTENIDAS EN EL APARTADO ESPECÍFICO, VIOLA EL PRINCIPIO DE CONGRUENCIA EXTERNA.
El principio de congruencia supone que las sentencias se ajusten a la litis planteada, siendo que hay dos clases de
congruencia: la interna y la externa, la primera consiste en que la sentencia no contenga resoluciones ni afirmaciones
que se contradigan entre sí o con los puntos resolutivos, mientras que la segunda exige que la sentencia haga ecuación
con los términos de la litis, es decir, las resoluciones examinarán todos y cada uno de los puntos controvertidos, lo que
significa que en toda sentencia debe observarse que se dicte atento a lo planteado por las partes, sin omitir nada, ni
añadir cuestiones no hechas valer por los que controviertan. En materia mercantil dicho principio de congruencia en el
ámbito externo se encuentra previsto en el artículo 1077, así como en el diverso 1327 del Código de Comercio, de
aplicación supletoria al juicio oral mercantil en términos del artículo 1390 Bis 8 del referido ordenamiento. Ahora bien,
del análisis al artículo 1399 del citado código, se advierte que basta que en el escrito de contestación de demanda se
planteen las excepciones que se estimen convenientes, para efectos de valorarlas al dictar la sentencia definitiva, sin
importar que se contengan en un apartado específico del libelo; considerando que el escrito de contestación a una
demanda es un todo, por lo que ha de examinarse en su integridad, de manera que si de su lectura se desprende la
existencia de alguna excepción planteada por la parte demandada, el juzgador debe analizarla, pues ésta
indudablemente forma parte de la litis y, por tanto, es ilícito concretarse a estudiar solamente las opuestas bajo el
capítulo así denominado, ya que se violaría el principio de congruencia externa, lo que ocasionaría, a su vez, vulnerar los
derechos fundamentales de legalidad y seguridad jurídica consagrados en los artículos 14 y 16 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 392/2014. 27 de noviembre de 2014. Mayoría de votos. Disidente: Enrique Zayas Roldán. Ponente: Rosa
María Temblador Vidrio. Secretaria: Lidiette Gil Vargas.

Esta tesis se publicó el viernes 15 de mayo de 2015 a las 9:30 horas en el Semanario Judicial de la Federación.

Época: Décima Época


Registro: 2009157
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 18, Mayo de 2015, Tomo III
Materia(s): Constitucional, Civil
Tesis: VI.1o.C.69 C (10a.)
Página: 2355

SENTENCIAS EN MATERIA MERCANTIL. LA OMISIÓN DEL JUZGADOR DE ESTUDIAR LAS EXCEPCIONES OPUESTAS NO
CONTENIDAS EN EL APARTADO ESPECÍFICO, VIOLA EL PRINCIPIO DE CONGRUENCIA EXTERNA.

El principio de congruencia supone que las sentencias se ajusten a la litis planteada, siendo que hay dos clases de
congruencia: la interna y la externa, la primera consiste en que la sentencia no contenga resoluciones ni afirmaciones
que se contradigan entre sí o con los puntos resolutivos, mientras que la segunda exige que la sentencia haga ecuación
con los términos de la litis, es decir, las resoluciones examinarán todos y cada uno de los puntos controvertidos, lo que
significa que en toda sentencia debe observarse que se dicte atento a lo planteado por las partes, sin omitir nada, ni
añadir cuestiones no hechas valer por los que controviertan. En materia mercantil dicho principio de congruencia en el
ámbito externo se encuentra previsto en el artículo 1077, así como en el diverso 1327 del Código de Comercio, de
aplicación supletoria al juicio oral mercantil en términos del artículo 1390 Bis 8 del referido ordenamiento. Ahora bien,
del análisis al artículo 1399 del citado código, se advierte que basta que en el escrito de contestación de demanda se
planteen las excepciones que se estimen convenientes, para efectos de valorarlas al dictar la sentencia definitiva, sin
importar que se contengan en un apartado específico del libelo; considerando que el escrito de contestación a una
demanda es un todo, por lo que ha de examinarse en su integridad, de manera que si de su lectura se desprende la
existencia de alguna excepción planteada por la parte demandada, el juzgador debe analizarla, pues ésta
indudablemente forma parte de la litis y, por tanto, es ilícito concretarse a estudiar solamente las opuestas bajo el
capítulo así denominado, ya que se violaría el principio de congruencia externa, lo que ocasionaría, a su vez, vulnerar los
derechos fundamentales de legalidad y seguridad jurídica consagrados en los artículos 14 y 16 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 392/2014. 27 de noviembre de 2014. Mayoría de votos. Disidente: Enrique Zayas Roldán. Ponente: Rosa
María Temblador Vidrio. Secretaria: Lidiette Gil Vargas.

Esta tesis se publicó el viernes 15 de mayo de 2015 a las 9:30 horas en el Semanario Judicial de la Federación.

No obstante lo anterior el A quo de manera equivocada considero que el hecho de


demostrarle que la fecha de la boda no fue cierto que primero vivimos en unió n libre y luego nos
casamos y después procreamos al menor en cuestió n como ella tan desatinadamente, si no que
efectivamente como el de la voz sostuvo, que le acredite que siempre he trabajado, que no fue
verdad que estuve sin trabajar tanto tiempo como manifestó la actora, que de sus hechos no
acredito nada, es decir ni el maltrato ni la supuesta violencia, ni mucho menos la falta de pago de
pensiones, que no acredito ·”las supuestas” deudas que adquirió segú n por ayudarme e
impulsarme, que ni siquiera fue precisa en cuantificar las supuestas cantidades, que como se
desprende de la escucha del menor la misma fue hecha fuera del marco legal ya que se encontró
presente la progenitora de este y el entorno en el cual se desarrolló no beneficiaba en absoluto
la integridad emocional del menor , es decir no cuenta dicho “Centro de Justicia para las
Mujeres” con las instalaciones propias para realizar dicha escucha que incluso bajo protesta de
decir verdad, le manifiesto que asistí a dicha escucha y no se me permitió estar presente, bajo el
argumento de que no era prudente que viera a mi menor hijo, mas sin embargo la progenitora
de este estuvo presente y como se ve en el resultado de dicha platica el menor manifestó y
utilizo conceptos que se contravienen a lo expresado por este, es decir , el menor dijo:

“que su papa es malo, que no ve a su papa que solo con vigilancia, que la ú ltima vez que lo
vio fue hace mucho tiempo que no se siente feliz cuando lo ve, que no quisiera ver a su
papa que dicen su mama y su tita que no le haga caso que le tiene miedo a su papa
porque lo va a llevar lejos Y QUE SU PAPA NO LE HA HECHO NADA MALO”

De ahí se sostiene que dicha escucha del menor no debe de ser tomada en cuenta porque
como se desprende de lo manifestado del menor son argumentos que le fueron expresados por
su progenitora y por la abuela materna, porque el menor solo expreso lo que quisieron que
dijera (al encontrarse la madre presente), ya que de sus mismas respuestas el niñ o dice
situaciones que la actora en lo principal argumento en su escrito inicial de demanda y por ende
esta misma se los transmitió al menor, ya que así este lo manifestó y el A quo al emitir su
sentencia de manera indebida lo valoro y estableció una convivencia deficiente y casi nula entre
el padre y el menor, bajo el argumento de que el menor le tiene “supuestamente miedo” y ese
tiempo seria el indicado para que ambos inicien una relació n de padre e hijo, situació n que como
se puede apreciar no es legalmente sostenida, ya que lejos de ayudar a entablar una relació n
afectiva entre el padre y el menor el A quo violenta los derechos del menor ya que es imposible
que de tal tiempo y convivencia se ajuste a las necesidades del menor es importante resaltar que
el A quo no valoro en el supuesto caso (sin conceder) dicha escucha, ya que como he resaltado
los sentimientos expresados del menor se contradicen y se ve a todas luces que dichos
sentimientos le fueron dichos por alguna persona que se encuentra en su entorno diario.

Época: Décima Época


Registro: 2004264
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Libro XXIII, Agosto de 2013, Tomo 3
Materia(s): Constitucional
Tesis: XXI.1o.C.T.1 C (10a.)
Página: 1681

MENORES DE EDAD. SU DERECHO A LA CONVIVENCIA CON LA FAMILIA AMPLIADA.

El derecho de convivencia y visitas es una institución fundamental del derecho familiar en México, que tiene como
finalidad regular, promover, evaluar, preservar y, en su caso, mejorar o reencausar la convivencia en el grupo familiar
respecto de menores y, por ello, se encuentra por encima de la voluntad de la persona a cuyo cargo se encuentre la
custodia del menor, por tratarse de un derecho humano, principalmente dirigido a éste, aunque también favorezca
indirectamente a sus ascendientes y a quienes conforman dicho grupo. Por otra parte, en los artículos 5 y 8 de la
Convención sobre los Derechos del Niño se prevé la existencia de la familia ampliada y en ella debe comprenderse al
padre, la madre, los hermanos, los abuelos, etcétera. Asimismo, se establece que los menores tienen derecho a tener
relaciones familiares. De los preceptos legales que anteceden, se advierte que los sujetos titulares del derecho de
convivir con los parientes no son estos últimos, sino los menores, porque sólo de esta manera pueden existir situaciones
o circunstancias que afiancen su desarrollo, dignidad y respeto a sus derechos, de modo que se garantice un entorno de
seguridad, afecto y salud, que les permita realizarse como sujetos. Por tanto, cuando los parientes de los menores
pretenden ejercer, a través de la vía judicial, el derecho de convivencia, el interés que debe privilegiarse es el de éstos,
sobre la base de que se aseguren su desarrollo y dignidad, y esto último es lo que justifica el dictado de las medidas
judiciales que correspondan para que su goce no sea ilusorio, insuficiente o ineficaz cuando se llegue a decidir la cuestión
sustantiva en sentencia definitiva. Por tal motivo, si el órgano jurisdiccional competente llega a determinar en un juicio,
que debe existir una convivencia entre los abuelos y los menores, esa decisión se encuentra justificada en atención al
derecho de éstos a crecer en un entorno de afecto junto a su familia, debiéndose asegurar su goce efectivo. En tales
condiciones, queda de manifiesto que uno de los derechos de los menores, es el de tener relaciones familiares, como lo
prevé el citado artículo 8. Por tal motivo, el Estado y en específico los órganos jurisdiccionales de cualquier materia,
están obligados a dictar todas las medidas necesarias, a fin de garantizar el real disfrute de ese derecho, ya que la familia
es el grupo fundamental de la sociedad y el medio natural para el crecimiento y el bienestar de todos sus miembros, y en
particular de los niños. En efecto, corresponde a todos los órganos jurisdiccionales del Estado garantizar que los derechos
relacionados con la salud física y de autonomía, como los referidos a la vinculación afectiva, interacción con adultos y
niños y educación no formal no se restrinjan, desconozcan o se impida su realización, por lo que deben tomar todo tipo
de medidas que garanticen el interés superior del menor, como las relativas a asegurar el derecho de los niños y las niñas
a la convivencia y vinculación afectiva con sus padres, o bien, con los miembros de la familia, como lo refiere el artículo 5
de la Convención sobre los Derechos del Niño. Ello es así, porque los sujetos titulares del derecho de convivir con los
parientes no son éstos, sino las niñas y niños, porque sólo de esta manera pueden existir situaciones o circunstancias que
afiancen su desarrollo, dignidad y respeto a sus derechos, de modo que se garantice un entorno de seguridad, afecto y
salud que les permita realizarse como sujetos. Consecuentemente, las medidas judiciales que se dicten respecto del
derecho de convivencia de los menores con su familia ampliada, deben garantizar que su goce no sea ilusorio,
insuficiente o ineficaz, porque el titular de ese derecho son éstos y no los padres o sus parientes.

PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIAS CIVIL Y DE TRABAJO DEL VIGÉSIMO PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 1017/2012. 8 de marzo de 2013. Unanimidad de votos. Ponente: Elías Álvarez Torres. Secretario: Manuel
Galeana Alarcón.

Violación al principio del interés superior de la infancia.

Ahora bien, pese al hecho de que el interés superior de la niñ ez es un principio de rango
constitucional, rector del marco internacional de los derechos del niñ o y ampliamente
reconocido en el á mbito interno, en el caso a estudio no fue debidamente atendido.

Se afirma lo anterior, porque si el interés superior de la infancia radica en que cualquier


decisió n que se tome en torno a ella, debe ser acorde con lo que má s convenga a sus intereses,
ello implica que para poder cumplir con esa obligació n, en primer lugar es necesario tener
presente cuá les son los derechos que la Constitució n, los Tratados Internacionales y las
legislaciones ordinarias reconocen a su favor, después es preciso que esos derechos se
interpreten y apliquen en forma adecuada, es decir, de la manera que má s favorezca las
prioridades de los infantes, teniendo siempre en cuenta su condició n personal, a efecto de
salvaguardar su sano desarrollo en todos los á mbitos posibles, como son el físico, el mental,
espiritual, moral, psicoló gico y social, pues es evidente que por su falta de madurez física y
mental, los menores requieren de cuidados especiales y una protecció n legal reforzada.

Lo anterior implica que en un juicio en el que se discuten derechos de menores, el


juzgador a efecto de dar cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 4° constitucional que obliga
al Estado a velar y cumplir con el interés superior de la infancia garantizando de manera plena
sus derechos, está constreñ ido a atender todas las circunstancias o hechos que se relacionen
con la niñ ez, ya sea que éstas formen parte de la litis o vayan surgiendo durante el
procedimiento, por tanto, también está obligado a ordenar la prá ctica, repetició n o ampliació n
de cualquier diligencia probatoria que estime conducente para investigar todo lo que sea
necesario con relació n a los hechos o circunstancias advertidas, a efecto de dictar una sentencia
en la que con razonamientos objetivos se tenga plena convicció n de que lo decidido con relació n
a la infancia no le resultará nocivo, ni contrario a su formació n y desarrollo integral.

Así mismo la cantidad fijada como pago de pensió n alimenticia, excede por mucho las
percepciones percibida por el deudor, dado que la cantidad que se deposita es el equivalente al
30% del Salario bruto que percibo de manera mensual tal y como se acredito con la Carta de
Trabajo de fecha 18 de Agosto de 2016 expedida al demandado por PC GRAFICS, incurriendo el
A quo en una violació n a efecto de determinar dicha cuantía en el sentido de que los alimentos
son de orden pú blico y con fundamento en el artículo 442 del Có digo Civil de nuestro Estado es
por lo que en dicho marco legal deposito la cantidad que de aquí se desprende.

Época: Décima Época


Registro: 2007724
Instancia: Primera Sala
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación
Libro 11, Octubre de 2014, Tomo I
Materia(s): Civil
Tesis: 1a. CCCLVI/2014 (10a.)
Página: 587
ALIMENTOS. EL ESTADO DE NECESIDAD DEL ACREEDOR DE LOS MISMOS CONSTITUYE EL ORIGEN Y FUNDAMENTO DE
LA OBLIGACIÓN DE OTORGARLOS.

La institució n jurídica de los alimentos descansa en las relaciones de familia y surge como consecuencia del estado de necesidad
en que se encuentran determinadas personas a las que la ley les reconoce la posibilidad de solicitar lo necesario para su
subsistencia. En consecuencia, podemos concluir que para que nazca la obligació n de alimentos es necesario que concurran tres
presupuestos: (i) el estado de necesidad del acreedor alimentario; (ii) un determinado vínculo familiar entre acreedor y deudor;
y (iii) la capacidad econó mica del obligado a prestarlos. En este sentido, es claro que el estado de necesidad del acreedor
alimentario constituye el origen y fundamento de la obligació n de alimentos, entendiendo por éste aquella situació n en la que
pueda encontrarse una persona que no puede mantenerse por sí misma, pese a que haya empleado una normal diligencia para
solventarla y con independencia de las causas que puedan haberla originado. Sin embargo, las cuestiones relativas a quién y en
qué cantidad se deberá dar cumplimiento a esta obligació n de alimentos dependerá n directamente de la relació n de familia
existente entre acreedor y deudor, el nivel de necesidad del primero y la capacidad econó mica de este ú ltimo, de acuerdo con las
circunstancias particulares del caso concreto.

Amparo directo en revisió n 1200/2014. 8 de octubre de 2014. Mayoría de cuatro votos de los Ministros Arturo Zaldívar Lelo de
Larrea, José Ramó n Cossío Díaz, Jorge Mario Pardo Rebolledo y Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena. Disidente: Olga Sá nchez Cordero
de García Villegas, quien reservó su derecho para formular voto particular. Ponente: Arturo Zaldívar Lelo de Larrea. Secretario:
Javier Mijangos y Gonzá lez.

Esta tesis se publicó el viernes 24 de octubre de 2014 a las 9:35 horas en el Semanario Judicial de la Federació n.

Época: Novena Época


Registro: 179683
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Jurisprudencia
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XXI, Enero de 2005
Materia(s): Civil
Tesis: VI.2o.C. J/248
Página: 1465

ALIMENTOS. EL PARÁMETRO ARITMÉTICO PARA FIJAR LA PENSIÓN RELATIVA, ES INSUFICIENTE PARA CUMPLIR CON
LOS REQUISITOS DE PROPORCIONALIDAD Y EQUIDAD (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA).

Tomando como base la jurisprudencia 1a./J. 44/2001, de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n, publicada
en la pá gina 11, Tomo XIV, agosto de 2001, Novena É poca del Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, de rubro:
"ALIMENTOS. REQUISITOS QUE DEBEN OBSERVARSE PARA FIJAR EL MONTO DE LA PENSIÓ N POR ESE CONCEPTO
(LEGISLACIONES DEL DISTRITO FEDERAL Y DEL ESTADO DE CHIAPAS).", y del aná lisis del artículo 503 del Có digo Civil para el
Estado de Puebla se desprende que para fijar el monto de la pensió n alimenticia, el juzgador debe atender a los principios de
proporcionalidad y equidad, así como al estado de necesidad del acreedor alimentario y la posibilidad real del deudor para
cumplir con su obligació n, para lo cual debe valorar los elementos probatorios aportados por las partes; es por lo anterior que el
solo pará metro aritmético que consiste en la operació n de dividir el ingreso del deudor entre el nú mero de acreedores
alimentistas no es suficiente para dar cumplimiento al precepto legal invocado, en virtud de que así no se consideran las
necesidades particulares de estos ú ltimos, circunstancias que rigen el prudente arbitrio judicial que impera en esta materia,
basado, precisamente, en el principio de la posibilidad y proporcionalidad de los alimentos, pero en funció n de la necesidad
particular que se atribuye a cada acreedor.

SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO.

Amparo directo 451/2002. 23 de enero de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Raú l Armando Pallares Valdez. Secretario:
Eduardo Ivá n Ortiz Gorbea.

Amparo directo 8/2003. 30 de enero de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: María Elisa Tejada Herná ndez. Secretario: Juan
Carlos Cortés Salgado.

Amparo directo 223/2003. 12 de septiembre de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Raú l Armando Pallares Valdez. Secretario:
Raú l Á ngel Nú ñ ez Solorio.

Amparo directo 408/2003. 29 de enero de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Raú l
Rodríguez Eguíbar.

Amparo directo 391/2004. 3 de diciembre de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Raú l Armando Pallares Valdez. Secretaria:
Gabriela Guadalupe Rodríguez Escobar.

Época: Novena Época


Registro: 189284
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo XIV, Julio de 2001
Materia(s): Civil
Tesis: VII.3o.C.13 C
Página: 1129

PENSIÓN ALIMENTICIA. SU MONTO RESULTA CORRECTO TOMANDO COMO BASE LA TOTALIDAD DE LAS PERCEPCIONES
DEL DEUDOR ALIMENTARIO, DISMINUYENDO DEDUCCIONES DE CARÁCTER LEGAL (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE
VERACRUZ).
El artículo 242 del Có digo Civil del Estado establece que los alimentos han de ser proporcionados a la posibilidad del que debe
darlos y a la necesidad del que debe recibirlos; por su parte, el diverso 210 del Có digo de Procedimientos Civiles local prevé la
reclamació n sobre la pensió n alimenticia provisional fijada por la autoridad competente; de la interpretació n armó nica de esos
preceptos se obtiene que el monto de la pensió n só lo resulta correcto si se señ ala como tal la cantidad o porcentaje que
corresponda, tomando como base la totalidad de las percepciones que el deudor alimentario perciba, disminuyendo
deducciones de cará cter legal no derivadas de obligaciones personales impuestas al deudor alimentario como podrían ser, entre
otros, el impuesto al ingreso por trabajo realizado. Por lo tanto, los derechos personales derivados de las necesidades
alimentarias, deben ser calculados del monto total de las percepciones de cará cter permanente.

TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SÉ PTIMO CIRCUITO.

Amparo en revisió n 22/2001. Gloria Olmedo Bautista, por su propio derecho y en representació n de su menor hija Silvia
Carreó n Olmedo. 15 de febrero de 2001. Mayoría de votos. Disidente: José de Jesú s Ló pez Arias. Ponente de la mayoría: Hugo
Arturo Baizá bal Maldonado.

Nota: Sobre el tema tratado en esta tesis, el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Séptimo Circuito emitió la
jurisprudencia VII.3o.C. J/9, publicada en el Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, Novena É poca, Tomo XX, octubre de
2004, pá gina 2172, de rubro: "PENSIÓ N ALIMENTICIA. SU MONTO RESULTA CORRECTO TOMANDO COMO BASE LA
TOTALIDAD DE LAS PERCEPCIONES DEL DEUDOR ALIMENTARIO, DISMINUYENDO DEDUCCIONES DE CARÁ CTER LEGAL
(LEGISLACIÓ N DEL ESTADO DE VERACRUZ)."

Época: Novena Época


Registro: 192945
Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
Tipo de Tesis: Aislada
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo X, Noviembre de 1999
Materia(s): Civil
Tesis: I.4o.C.31 C
Página: 953

ALIMENTOS. PARA FIJAR LA PENSIÓN DEBE ATENDERSE A LAS CIRCUNSTANCIAS PARTICULARES DE CADA CASO.

De acuerdo a lo dispuesto en el artículo 311 del Có digo Civil para el Distrito Federal, los alimentos han de ser proporcionados a
la posibilidad del que debe darlos y a la necesidad de quien debe recibirlos, por lo cual para su fijació n se debe tomar en
consideració n la situació n individual de los acreedores en relació n a sus necesidades personales y la capacidad econó mica del
deudor, pues en cada caso concreto, los acreedores pueden estar en diversas circunstancias y por ende, no tener las mismas
necesidades econó micas; por ejemplo, no existe la misma necesidad en dos menores que tengan igual edad pero uno de ellos
sufra un padecimiento que requiere atenciones especiales, o entre un menor de cinco añ os, y otro de dieciséis; por tanto el
porcentaje que se fije debe atender en cada caso a esas circunstancias concretas.

CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER CIRCUITO.

Amparo directo 3474/99. Griselda Cristina Gasca Rojas. 24 de junio de 1999. Unanimidad de votos. Ponente: Gilda Rincó n Orta.
Secretaria: Dalia Margarita Carlos Jiménez.

El fallo recurrido, fue emitido en violación a los artículos que se


señalan:

PRIMER AGRAVIO.- VIOLACION AL ARTICULO 83 DEL CODIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES


DEL ESTADO DE JALISCO, en virtud de que las resoluciones pronunciadas por los Jueces Y
Magistrados deben de contener la fundamentación y motivación siendo requisito sustancial en
una sentencia, además una exigencia forma impuesta por el juzgador con la finalidad de
fiscalizar su actuación y deliberación intelectual sobre el caso que le ha sido planteado,
comprobando con ello su decisión como acto reflexivo, emanado de un estudio previo de las
circunstancias particulares, como acto discrecional de su voluntad autoritaria, interpretando
debidamente las normas aplicables a su solución, obligando con ello al órgano jurisdiccional a
resolver de acuerdo a lo solicitado por la parte demandada impidiéndole en un momento
ocuparse de cuestiones que no hubiesen sido planteadas por las partes, que implican que el fallo
no contenga más de lo pedido, menos o algo distinto pedido por las partes.

Lo anterior como es el caso que nos ocupa, debido a que el A quo, jamás entro al estudio
minucioso del negocio que nos ocupa, en virtud de que las pruebas ofertadas por el demandado
en lo principal y Actor Reconvencional fueron desestimadas bajo argumentos insustentables, el
marco legal ni fue debidamente aplicado y los criterios en los cuales sustenta sus argumentos no
van acorde a las leyes que nos rigen actualmente.

De ahí que emite su Sentencia de una percepción sublime y deficiente del procedimiento,
actuando con parcialidad, y como consecuencia de ello revuelve sin tomar en cuenta a mi favor
las pruebas ofrecidas como lo fue las excepciones hechas vale en el escrito inicial de demanda,
testimoniales, documentales , alegatos, así como las situaciones y hechos planteados en mi
escrito inicial, mismos que acredite en su totalidad.

SEGUNDO AGRAVIO.- VIOLACION A LOS ARTICULOS 273, 275 y 278 DEL CODIGO DE
PROCEDIMIENTOS CIVILES DEL ESTADO DE JALISCO, en virtud de que en el escrito de
contestación de demanda se hicieron valer las excepciones oportunamente, incurriendo el A
quo al momento de emitir su sentencia en la omisión y consecuentemente resolver el fallo
tomando en consideración las excepciones hechas valer, las cuales no fueron debidamente
consideradas al momento de emitir el fallo que hoy se combate.

TERCER AGRAVIO.- VIOLACION AL ARTICULO 411 DEL CODIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES


DEL ESTADO DE JALISCO, en relación a la calificación de la prueba testimonial, la cual al haber
quedado al arbitrio del juez, este de manera arbitraria valoro en beneficio de la actora en lo
principal sus atestes a los que considero darles valor probatorio plena sin tomar en
consideración que los mismo cayeron en contradicción y que de sus testimonios no se
desprende y mucho menos se presume la existencia de delito alguno, ya que como se puede
apreciar en sus declaraciones no fueron acorde a lo que establece el artículo en mención, ya que
obviamente los mismo tendieron a beneficiar a la actora, no obstante que desde el escrito inicial
de demanda fueron objetados ya que la accionante jamás los mencione en su escrito inicial de
demanda por lo que los testigos no fueron presenciales y mucho menos pueden convalidar con
su dicho lo que la actora pretende imputarle al demandado en lo principal señalado.

CUARTO AGRAVIO.- VIOLACION A LOS ARTICULOS 417 y 418 DEL CODIGO DE


PROCEDIMIENTOS CIVILES DEL ESTADO DE JALISCO, esto al haber incurrido el A quo en
percepciones fuera de todo contexto legal, es decir, las pruebas que se ofrecieron en su totalidad
acreditaban la veracidad del dicho del reo, mas sin embargo el A quo considero no ser
suficientes aplicando el criterio de que el demandado no fue preciso en circunstancias de tiempo
modo y lugar, caso contrario a la actora en lo principal la delego de comprobar dichas
circunstancias, es decir, al demandado lo condeno por no haber acreditado dichas
circunstancias y a la actora le otorgo lo peticionado bajo el argumento de que no es necesario
que la misma haya acreditado las circunstancias de tiempo modo y lugar. Es por ello que el A
quo incurrió en flagrante violación al haber emitido una sentencia fuera del marco legal y
máxime que sus fundamentos y motivos se contravienen en lo que conciernen al actor y
demandado en lo principal.

QUINTO AGRAVIO.- VIOLACION DE LOS ARTICULOS 392 AL 418 (DEL VALOR DE LAS
PRUEBAS) DEL CODIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES DEL ESTADO DE JALISCO, Por la
deficiente valoración de las pruebas ofertadas, al haberse realizado fuera del marco legal
establecido por el Enjuiciamiento Civil de Estado, ocasionando con ello un daño en perjuicio del
demandado y del menor en cuestión, tal y como ya he dejado asentado en puntos anteriores.

SEXTO AGRAVIO.- VIOLACION AL ARTICULO 442 DEL CODIGO CIVIL DEL ESTADO DE JALISCO,
El cual establece lo siguiente: Los alimentos han de ser proporcionales a la posibilidad de quien
debe darlos y a la necesidad de quien debe recibirlos.

Esto es el A quo determino de manera indebida al pago de una pensión muy superior al salario
que percibe el mismo, esto es, determino que al ser cambiante su salario debería de ser fijado en
relación a una cantidad muy superior, olvidando que los alimentos han de ser en proporción,
por lo que al haber determinado dicha cuantía en los términos fijados en la sentencia viola en
perjuicio del deudor alimentario, obligándolo en cierta medida a que el mismo incurra en
incumplimiento, esto al haberle sido asignada una cantidad muy superior a las posibilidades del
deudor.

SEPTIMO AGRAVIO.- VIOLACION AL ARTICULO 570 Y 573 DEL CODIGO CIVIL DEL ESTADO DE
JALISCO, Ello al haberse sometido al menor a la “escucha del menor”, fuera del marco legal, es
decir, el mismo debió haberse regido por el protocolo señalado por el mismo en el cual no
aconteció ya que el menor fue sometido en un ambiente fuera de todo contexto señalado para
que el mismo se desplazara con tranquilidad aunado a que la presencia de la progenitora influyo
en dicha platica, tal es el caso que el mismo menor en sus respuestas utilizo frases fuera acorde
de su edad, es decir, expreso sentimiento de robo, sustracción por parte del progenitor padre,
hechos con el cual se evidencia la influencia de la madre al desarrollarse dicha platica. No
obstante lo anterior el A quo no sometió a un estudio minucioso ni se hizo valer de otros medios
a efecto de poder llegar a la verdad histórica de lo que hoy se combate, sino todo lo contrario le
dio una veracidad a las argumentaciones vertidas por el menor y con ello emitiendo un fallo EN
PERJUICIO NO SOLO DEL PADRE, SI NO TAMBIEN DEL MENOR. Esto es reduciendo de manera
muy limitativa las convivencias entre el padre y el menor, sin observar ni salvaguardar los
derechos a que tienen ambas partes. Esto es sus apreciaciones no fueron contundentes ya que
como he sostenido a lo largo de la presente apelación nada fue acreditado y los argumentos
vertidos por la actora se le dieron valores probatorios plenos sin limitación alguna, actuando en
sentido contrario del demandado, es por ello que su sentencia carece de equidad e igualdad de
género.

OCTAVO AGRAVIO.- VIOLACION AL PROTOCOLO DE ACTUACIÓN PARA QUIENES IMPARTEN


JUSTICIA EN CASOS QUE INVOLUCREN A NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES

Segunda Edición

• Febrero de 2012, la SCJN lo emite


• Marzo de 2014 se reimprime, actualizándolo e enriqueciéndolo:
- Nueva jurisprudencia de temas relacionados con infancia (Décima Época)
– Nuevos estándares desarrollados por el DIDH
– Incorporar nuevos apartados específicos: a. Adolescentes en conflicto con la ley; b. Materia
penal, y c. Materia familiar.

PRINCIPIOS GENERALES

De los cuatro principios generales, el Protocolo desprende reglas de carácter general,


entendidas como las “consecuencias prácticas” para la aplicación de dichos principios:

-Informar a las niñas, niños o adolescentes


-Asistencia al menor de edad
-Verificación de que una persona de apoyo acompaña al menor de edad en el desarrollo de las
diligencias
–Sobre el testimonio de la niña, niño o adolescente
-Medidas de protección
-Privacidad -Medidas para proteger la intimidad y el bienestar
-Evitar el contacto con los adultos que pueden influir en el comportamiento y estabilidad
emocional del niño –
Espacios de espera y juzgados idóneos
-Periciales infantiles
De lo anterior se evidencia en la Sentencia que se combate que la misma no fue llevada
acorde a lo que de aquí se señala, esto al haberse encontrado presente la madre del menor, la
madre fue entrevistada junto al menor, las instalaciones no están adecuada a desahogar lo que
influyo en las respuesta del menor, el cual el A quo tomo en consideración al momento de emitir
el fallo respectivo, por lo consecuente la escucha del menor no debe tomarse en cuenta al no
haberse cumplido el respectivo protocolo ya señalado. .

D E D E R E C H O:

Aplican en este caso, todos los artículos señalados en el cuerpo de esta promoción, destacando
los artículos 83, 273, 275, 278, 411, 417, 418 y 392 al 418 del Có digo de Procedimientos Civiles
del Estado de Jalisco, y los numerales 442, 570 y 573 del Có digo Civil del Estado y demás
aplicables en la materia.

En relación a lo ya expuesto se solicita la Suplencia de la Queja:

Jurisprudencia 1ª./J. 191/2005 sustentada por esta Primera sala, publicada en el Semanario Judicial de la
Federació n y su Gaceta, Novena É poca, Tomo XXIII, mayo de dos mil seis, pá gina 167, cuyo texto es el siguiente:
“MENORES DE EDAD O INCAPACES. PROCEDE LA SUPLENCIA DE LA QUEJA, EN TODA SU AMPLITUD, SIN QUE
OBSTE LA NATURALEZA DE LOS DERECHOS CUESTIONADOS NI EL CARÁCTER DEL PROMOVENTE. La
suplencia de la queja es una institució n cuya observancia deben respetar los Jueces y Magistrados Federales;
suplencia que debe ser total, es decir, no se limita a una sola instancia, ni a conceptos de violació n y agravios, pues
el alcance de la misma comprende desde el escrito inicial de demanda de garantías, hasta el periodo de ejecució n de
la sentencia en caso de concederse el amparo. Dicha suplencia opera invariablemente cuando esté de por medio,
directa o indirectamente, la afectació n de la esfera jurídica de un menor de edad o de un incapaz, sin que para ello
sea determinante la naturaleza de los derechos familiares que estén en controversia o el cará cter de quién o
quiénes promuevan el juicio de amparo o, en su caso, el recurso de revisió n, ello atendiendo a la circunstancia de
que el interés jurídico en las controversias susceptibles de afectar a la familia y en especial a menores e incapaces,
no corresponde exclusivamente a los padres, sino a la sociedad, quien tiene interés en que la situación de
los hijos quede definida para asegurar la protección del interés superior del menor de edad o del incapaz.
Se afirma lo anterior,

Tesis aislada 2a. LXXV/2000 sustentada por la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nació n,
consultable en el Semanario Judicial de la Federació n y su Gaceta, Novena É poca, Tomo XII, Julio de 2000, pá gina
161, que dice: “MENORES DE EDAD O INCAPACES. LA SUPLENCIA DE LA QUEJA DEFICIENTE PROCEDE EN
TODO CASO, SIN QUE OBSTE LA NATURALEZA DE LOS DERECHOS CUESTIONADOS NI EL CARÁCTER DEL
PROMOVENTE. Los Jueces Federales tienen el deber de suplir la deficiencia de los conceptos de violació n o de los
agravios respectivos, siempre que esté de por medio, directa o indirectamente, el bienestar de un menor de edad o
de un incapaz, sin que para ello sea determinante la naturaleza de los derechos familiares que estén en
controversia o el cará cter de quien o quienes promuevan el juicio de amparo o el recurso de revisió n, toda vez que
el interés jurídico en las cuestiones que pueden afectar a la familia y principalmente en las concernientes a los
menores y a los incapaces, no corresponde exclusivamente a los padres, ya que su voluntad no es suficiente para
determinar la situació n de los hijos menores; por el contrario, es la sociedad, en su conjunto, la que tiene interés en
que la situació n de los hijos quede definida para asegurar la protecció n del interés superior del menor de edad o
del incapaz. Lo anterior, debido a que el propósito del Constituyente y del legislador ordinario, plasmada en
los artículos 107, fracción II, párrafo segundo, constitucional y 76 bis, fracción V y 91, fracción VI, de la Ley
de Amparo, y de las interpretaciones realizadas por la Suprema Corte fue tutelar el interés de los menores
de edad y de los incapaces, aplicando siempre en su beneficio la suplencia de la deficiencia de la queja,
incluso hasta el grado de hacer valer todos aquellos conceptos o razones que permitan establecer la
verdad y lograr el bienestar del menor de edad o del incapaz. Luego, no hay excusa tocante a la materia ni
limitante alguna para la intervención oficiosa y obligada de las autoridades jurisdiccionales en esta clase
de asuntos, pues la sociedad y el Estado tienen interés en que los derechos de los menores de edad y de los
incapaces queden protegidos supliendo la deficiencia de la queja, independientemente de quienes promuevan
en su nombre o, incluso, cuando sin ser parte pudieran resultar afectados por la resolució n que se dicte”.

Por lo anteriormente Expuesto muy respetuosamente le:

Potrebbero piacerti anche